Nuestro primer trío II

Al llegar a la casa, mi mujer toma las riendas y seguimos nuestro descubrimiento.

Después del placentero viaje, llegamos a casa. Nos fuimos todos a la ducha para salir a cenar. Nos sentamos en una terraza a comer pescadito frito. "¿Sueles compartir parejas? pregunto mi mujer, "Que va! es la primera vez, no sé que me ha impulsado a ello" contesto Sandra. " Y como ya nos conocemos puedes decirme que has visto en mi marido, porque entre nosotros tampoco es nada del otro mundo". Yo temblaba, a ver si ahora le iba a contar nuestra aventurilla vecinal. "La verdad es que estoy teniendo ciertos problemas con mi novio, y estaba harta de darme placer yo sola. Tampoco quería un chico de mi edad, al final se acaban pillando y todavía no he roto con mi novio, así que cuando vi a su marido cambiando la bombilla de la escalera, le pedí cambiar una de mi cuarto. Los hombres casados son los mejores, luego no quieren saber nada de ti. Pero que sorpresa cuando rechazaba un cuerpo como el mío" dijo mostrando su cuerpo con una pose sexy. "Cuando me dijo que vale pero con su mujer, estuve dudando pero que narices me pareció genial, Wao !!!" La gente se giró al pegar ese último grito, pero los tres nos pusimos a reír. La cena siguió de forma distendida.

Volvimos a la casa, nuestra habitación es una cama de 2 x 2 y cabríamos perfectamente los tres, pero no era cuestión de irnos a la cama directamente. "Cariño, prepara nos un gin tonic de los buenos" me ordenó mi mujer y las dos se fueron al cuarto. Me quedé solo en el salón preparando los 3 Gin tonics. Empecé a beber solo y cuando llevaba media copa aparecieron cogidas de la mano. Sandra llevaba un camisón transparente de mi mujer que dejaba ver todo su hermoso cuerpo totalmente desnudo. Mi mujer llevaba mi camiseta favorita que apenas le tapaba nada. También noté que se habían maquillado, mejor dicho que mi mujer había maquillado a Sandra. "Hemos decidido que no nos puedes tocar" me quedé un tanto frío "¿Cómo?" "Lo que has oído, cuando queramos algo de ti te lo haremos saber, hasta entonces no puedes tocarnos" No me lo podía creer, con las ganas que tenía de comerme las. En casa, mi mujer siempre actuó de forma pasiva y ahora me ordenaba, 15 años llevando la iniciativa y ahora debía obedecer !!! Me vio mi cara y se acercó y medió un bonito beso "No te preocupes tonto, que nosotras si podemos tocarte".

Tomaron sus copas y se sentaron en el sillón, " Anda Sandra, ya que mi marido no puede porqué no me das tu un masajito en los pies? " y sumisa empezó a masajear sus pies. Yo como podréis imaginar estaba ya bastante caliente, además me había tomado media pastillita de viagra y estaba bastante empalmado. Sandra aprendía rápido y en breve ya estaba succionando uno a uno cada maravilloso dedito. Yo miraba babeando y deseoso de hacer lo mismo con los pies de Sandra, pero lo tenía prohibida. " Desnúdate" me ordeno mi mujer de forma autoritaria. Y allí me quede completamente desnudo con mi mástil bien tieso. "Wao! cariño, acércate un poco"  Me agarró con fuerza el miembro y se lo llevó a la boca, gemía con mi miembro dentro de su boca mientras Sandra ya estaba chupando sus dilatado coño. "Se ha tomado el abuelo su pastillita?" me pregunto " Media" contesté "Pues tomate la otra media" me ordenó mientras me dio una palmada en el culo. Mientras obedecía se fueron  a la cama.

"Déjame a mí, que me ha gustado" y mi mujer se pone a comerle el coño a Sandra con tanto deleite como lo suelo hacer con ella. Creo que ahora entiende mi pasión por comérselo a todas horas. Pero me fijo que lo que le tiene obsesionado es el ojete de Sandra, pues como en el coche enseguida empieza a lamerse lo con dulzura. Yo me muero de envidia, rosadito y prieto se va dejando querer poco a poco. "Trae el vibrador" me ordena mi mujer. " Y ahora chúpale el coño, pero solo con la lengua, que no te vea darle ni un beso ni medio." Que tortura tan cerca y solo la lengua, las sensaciones no son las mismas, el contacto labial es el que te produce placer. No obstante Sandra disfruta a lo grande, mi lengua recorre su coño, pasando de tanto en tanto por su clítoris, mientras que mi mujer sigue entreteniéndose con su culo. Por un lado le introduce el dedo poco a poco en el ano, haciendo un masaje en círculos. Y con otra mano va jugando con el vibrador introduciendo lo en su coño. Sandra está cada vez mas cachonda, y agarra mi miembro como las tetillas de una oveja, y tira de él. " ¿Puedo?" le pregunta Sandra a mi mujer que se ha hecho con las riendas de la noche. " Ponte a caballo sobre ella me dice, pero sigue con tu trabajo". Me coloco  a cuatro patas, comiéndole el coño con la lengua mientras ella se mete todo mi miembro dentro de su boca. Sus gemidos quedan sofocados con sus chupadas. Mi mujer sigue invadiendo sus agujeros y Sandra con espasmos cada vez mas descontrolados empieza a correrse, mi polla sigue en su boca pero a pesar de ello consigue gritar de placer. Tal como hago mi mujer empieza a besuquear toda su zona del coño para que baje su intensidad y vaya a por el 2º orgasmo, ya relajada Sandra vuelve a agarrar mi polla y medio pajeandome medio follando su boca me reclama su premio " venga, dámelo" me suplica. " Oh si " gimo avisando entonces siguiendo con la mano me corro sobre su cara, no sé donde porque no veo, solo siento como me va pajeando y exprimiendo la polla a su voluntad, para luego acabar de limpiarla con una profunda y larga mamada final.

Ante mi sorpresa mi miembro sigue empalmado, la ciencia es maravillosa.

La jefa pone orden y se estira en la cama, le pide a Sandra que le haga un 69 mientras me dice que penetre a Sandra por el dilatado ano que ha dejado. "Recuerda sin tocar" Agarrando mi miembro de pie al pie de la cama lo guío hacia el dilatado y rosado ojete de Sandra, como  me hubiese gustado hacer ese trabajo previo de dilatación, mi mediano miembro parece muy grande para ese prieto agujero, pero mi mujer con sus manos vuelve a dilatarlo y poco a poco con pequeños y suaves empujes mi miembro acaba entrando en el ano de Sandra, no parece soltar ningún grito de dolor y empiezo poco a poco a follármela por el culo. Ambas gimen de placer que da gusto oírlas. Mi mujer me agarra los huevos y me masajea mi ano mientras sigo empujando, me acabo de correr hace poco y es la ciencia la que hace que siga tieso. Al cabo de un rato Sandra vuelve a correrse mientras mi mujer devora y bebe los abundantes jugos que suelta Sandra.

Mi mujer todavía no se ha corrido, "túmbate me ordena" a su vez le dice a Sandra que me monte, " Si yo ya me he corrido 2 veces" protesta tímidamente Sandra, " No seas boba, que eres joven. Nosotras podemos corrernos todas las veces que deseemos, solo hay que quererlo" obediente se sienta encima de mi verga y se la introduce en su coño, entra sin ningún peaje. A su vez mi mujer se sienta a caballo en mi cara y me ofrece su coño, no hacen falta palabras. empiezo a chupar, esta vez parece que mis labios tienen permiso. Ellas una enfrente de otra se besan, se tocan, se acarician mientras ambas cabalgan sobre mí. Noto como mi mujer se va tensando, su orgasmo esta cerca. Cada vez se deja caer más para tener más fricción y me cuesta más respirar, por fin se corre, no lo puedo ver pero Sandra se come la boca de mi mujer mientras se corre, lo adivino por los extraños gemidos que emite mi mujer. Acto seguido Sandra vuelve a correrse, es una maquina.

Mi mujer sigue caliente y me dice, "yo también quiero" poniéndose a 4 patas y ofreciéndome el culo. No me lo puedo creer, la fruta prohibida. A lo mejor comerse el ojete de Sandra 2 veces le ha hecho cambiar de parecer. Sandra se toma un respiro pero se acerca para ayudar a la entrada, me aparta, yo no puedo tocar, solo meter. Y empieza a comerse el ano de mi mujer delante de mí. " Ven aquí" me dice la jefa y empieza a comerse mi miembro mientras Sandra le dilata el ojete. Lo hace con dulzura, que gusto ya empiezo a retomar sensaciones. veo como Sandra ya ha introducido un dedo y me hace una señal. Vuelvo a la parte trasera y Sandra me agarra con fuerza la polla. le pega un par de mamadas y me enseña el camino del ano de mi mujer. Entra con suma facilidad, y mi mujer grita de placer. Bombeo un buen rato, siento como se desata mi mujer, gime cada vez más fuerte, Sandra mira admirada, le gusta su papel de voyeur. Mi mujer grita "sigue sigue" yo no tengo miedo como otras ocasiones y sigo sin piedad. Finalmente el placer estalla en mi mujer, su orgasmo es intenso, sus gritos denotan puro placer, se deja caer en la cama y Sandra se tira a besarla y acariciarla. "Ven estírate" me dice Sandra y mientras calma a mi mujer de su gran orgasmo empieza a pajearme. Al poco tiempo la jefa parece recuperada y se coloca a mi otro costado. Con mi miembro erecto en medio empiezan a besarse, a chuparme con suavidad y deleite, una el capullo y otra los huevos, se tiran así un buen rato sin utilizar las manos, "voy a correrme" aviso y ellas siguen besándose con mi verga en sus bocas me corro poco a poco, el semen se esparce por sus respectivos labios mientras siguen besándose. Cuando ya no sale nada más. Se apoyan cada una en un hombro. "Muy bien cariño, te has portado bien" me dice. Parecen entrar en un estado de sopor. Mi miembro sigue erecto, eso no baja nunca ? Sandra se da cuenta de ello y me agarra la polla mientras sigue recostada en mi, y con parte del semen caído me masturba lentamente. Ya puede seguir así toda la noche que no creo que salga nada mas, estoy seco, pienso para mí. Pero en el fondo no piensa en mí. Sigue cachonda y quiere más, no quiere que el efecto de la ciencia acabe, por eso me masturba. Mi mujer se ha dormido, se oye su profunda respiración. Así que aprovecho para darme la vuelta y me bajo a darle placer a Sandra con mi lengua, que ganas tenía, pero esta vez con las manos. No dejo ni un rincón si lamer, me recreo en su anhelado ano, muerdo suavemente su clítoris, y le meto los dedos buscando el punto secreto, no sé si lo encuentro, peor Sandra está derretida de placer. Cosa rara en mi no acabo de darle el orgasmo, quiero comerme sus pies, así que me pongo de rodillas y la atraigo hacia mí. sus rodillas en su pecho dejan sus pies a la altura de mi boca. Entonces la penetro, hoy puedo bombear hasta que se corra, quién dijo miedo. Y me deleito con sus pies mientras ella goza sin parar. Yo ya no siento mi polla, no sé si sigue tiesa o no, pero por lo gemidos de Sandra debe seguir bien gruesa. Ahora sí que parece que todo ha acabado. Me timo en la cama pero con los pies de ambas a la altura de mi cara, y me doy un festín antes de acabar dormido como ellas.