Nuestro primer encuentro

Estaba super nervioso, por fin ibas a ser mía, llegue por ti donde habíamos quedado y nos dirigimos al motel, te tomaba de la mano pero recuerdo que me sudaban, por fin íbamos a estar juntos, tenía tanto deseo y a la vez tanto miedo de no ser lo que tu esperabas.

Estaba super nervioso, por fin ibas a ser mía, llegue por ti donde habíamos quedado y nos dirigimos al motel, te tomaba de la mano pero recuerdo que me sudaban, por fin íbamos a estar juntos, tenía tanto deseo y a la vez tanto miedo de no ser lo que tu esperabas.

Al llegar y entrar recuerdo que nos besamos tiernamente pero ese beso fue cambiando por completo, nuestra respiración se altero, comencé a quitarte la ropa para descubrir un bra y una tanga de colores, te veías muy sexy, te recosté en la cama y seguíamos besándonos, de pronto te quite el bra y vi tus lindos pechos, con unas aureolas marcadas y un pezón rosado delicioso, lo chupe y sentí tu cuerpo vibrar, bese el otro y la misma sensación mmmm, baje por tu cuerpo y quite la tanga para descubrir un sexo hermoso, completamente depilado, tierno no resistí y comencé a besarte ahí, tenía tantas ganas de probarte, mi lengua recorría tu sexo y recuerdo que por un momento no sabía si te gustaba como lo hacía pero realmente yo lo estaba gozando mucho.

Recuerdo que tu sabor y olor era tan agradable que mi boca no quería despegarse de tu sexo, pero también ya quería sentirte, así que me levante y te penetre suavemente, la sensación y la vista era increíble era la unión de nuestros sexos y almas, recuerdo que comencé a darte y sentía delicioso y no dejábamos de besarnos, de pronto sentí que iba a terminar, me iba a salir pero ya habíamos acordado que no había problema así que me vine dentro de ti, la sensación fue mágica, recuerdo que los 2 gemimos en ese momento delicioso.

Me recosté a tu lado y comenzamos a hablar y a decirnos que había estado muy bien, y tocando temas triviales, de pronto te levantaste un poco y te sentaste en la cama, recuerdo tu cara con esos ojos hermosos con un brillo especial, toque tus pechos y comenzamos de nuevo, pero esta vez me montaste, la sensación era deliciosa, recuerdo que te chupaba las bubis y gemías muy rico, nos besábamos, sobaba tus bubis mientras me montabas, cabalgabas tan rico que de nuevo me vine deliciosamente dentro de ti.

Los nervios ya no estaban en ese cuarto de hotel, sólo estaban 2 personas ansiosas de ser 1 y seguir así por mucho tiempo.