Nuestro hijo adoptivo XII

Polvo contado por Edu. ¿Qué pasará con Alex y Óscar?

Nuestro hijo adoptivo XII

Después de saludar a Óscar subí al piso de Izan. “Menudo gilipollas que es”, pensé. Metido en una relación de pareja aburrida, que por mucho que la abran, con ese sosaina de Alex, que por muy buen culazo que tenga, no deja de ser una mujer en el cuerpo de un hombre, seguro que si se pone, menstrua. Yo hubiera seguido con una mujer.

Llegué a la puerta de Izan. Me la había dejado ya abierta. En cuanto cerré me despeloté y fui en dirección al salón. Ya conocía la casa.

Al llegar pude ver como estos dos estaban follando como animales en celo. Que estampa más rica. Y así podríamos estar follando, siempre, todos los maricones que estemos buenos, sin ataduras, sin pareja…dando polla a diestro y siniestro.

Mi polla ya estaba dura apuntando al techo y soltando precum. Sin mediar palabra, cogí a Izan del cuello, y le empujé al suelo antes de ensartarle la polla hasta la garganta. Ese fue mi saludo. Es para lo único que vale esta puta.

-          ¿Qué coño haces? – me espetó Leiva.

-          Darle polla a esta puta, ¿no lo ves?

-          Pero le estaba follando yo

-          ¡Cierra la puta boca!

-          Tranquilos – quiso tranquilizar Izan sacándose mi polla unos segundos de la boca

Se la volví a meter de una estacada, sin importarme si podía o no respirar. Y agarró la polla de nuestro tercer compañero para comenzar a pajearle.

-          Traga polla, zorra. No sabes las ganas que tengo de descargar hoy.

-          Mmmmmmm….siiii….dame leche, cabrón. Pero hoy la quiero en el culito junto a la de Leiva.

-          Claro q ue sí, zorrita. Te vamos a preñar los dos

La polla de Leiva, después del primer enfrentamiento, volvió a ponerse dura como una piedra. Menudo semental está hecho. Por este me dejaba hasta petar, pero hoy quiero quitarme el cabreo con esta putita sumisa.

Agarré la cabeza de Izan, y apretando sus carrillos con fuerza mi polla comenzó a entrar y salir de su boca como si estuviera taladrando una pared.

Sólo se escuchaban los sonidos guturales de su garganta y nuestros gemidos.

-          Joder como traga polla. No sabía que era tan puta

-          Y esto no es nada. Mira

Le cogí de los sobacos, le tira contra el sofá haciendo que su cabeza apoyara contra la entrepierna del Adonis que nos acompañaba.

Le hostié el culo haciendo que levantara el cuerpo para quejarse, pero antes de que terminara de hacerlo, le agarré los brazos y se los até detrás de la espalda con el cordón de una bata que había por allí. Le agarré como si fueran las bridas de un caballo, y le solté otra hostia en el culo.

Nos habíamos convertido en el jinete y su potro. Le agarraba con una mano de la cuerda, mi capullo le rozaba toda la raja y con la mano libre le azotaba el culo como si quisiera que corriera más. Con cada hostión en su culazo, mi polla se ponía más dura.

-          Dame más, cabrón, Dame más – decía entre gemidos la zorrita

-          Si, dale más. Me está poniendo muy burro la cara de zorra que pone cada vez que le azotas.

-          ¿Has visto? Y verás ahora

Se la metí de una estacada hasta que mi pubis tocó su piel tersa, caliente y suave.

-          Toooooomaaaaa pollaaaaaa, zorraaaa – le dije levantándole y escupiéndole en la boca

Le empujé a la polla de Izan que estaba cascándosela mientras nos veía. Y cambió su mano por su boca. Puso los brazos por detrás de la nuca apoyado en el respaldo del sofá, y con sus patorras musculadas abiertas de par en par, se dejaba hacer.

-          Hostiiiiaaaaaas, como la come.

Le agarró la cabeza apretando su cuerpo con su cara. Lo que hizo que tensara todo el cuerpo al levantar el culo del sillón para metérsela más dentro.

-          Cuerpazo que tienes, cabrón- le dije

-          Puuuufffff….- fue lo único que pudo decir

Seguí follando a Izan como un bestia un rato más, pero tenía ganas de sentir la polla de este chulazo.

Se la saqué. Sin quitarle el cordón de las manos, para que no pudiera tocarnos y usarlo a nuestra apetencia, le puse de pié. Le di la vuelta y le abrí las cachas para que Leiva le viera el coño bien abierto.

-          Mira como se le abre y palpita

-          Joooooooooder, le entra un tren por ahí. ¡Hostia puta!

Le metí el puño de golpe y comencé a follárselo ante la mirada del monumento que nos acompañaba.

-          ¿Te lo quieres volver a follar?

-          Claaaaro , tío.

Le di la vuelta para que le viera la cara y le dirigí para que se sentara sobre su nabo duro. Menos mal que lo tiene súper abierto y dilata que da gusto, porque estos dos pollones revientan a saco cualquier culo.

Le moví para que se sentara sobre su polla. Leiva se agarró la polla desde la base y la dirigía hacia el culo de Izan. Le agarré y dirigí hacía el capullo de este, justo cuando noté que el capullo estaba entrando por sus gemidos, le empujé de los hombros hasta que se sentó sobre los muslos de este.

-          Cabalga, zorra- le escupí al oído a la par que le azotaba.

Abrí las piernas para colocarlas a los lados de las rodillas del chulazo activo que compartíamos. Le comía el cuello, mientras nuestra putita movía el culazo sobre las pelotas de Leiva, como una batidora.

-          Joooooooooder, como se mueve. Quiero preñarle.

-          Si, claro, pero espérate. Que antes se la meto yo también.

Agarré mi falo y lo llevé a la entrada del culo de Izan. Se quedaron quietos unos segundos, cuando noté que mi capullo estaba dentro, empujé con menos cuidado,

Mi polla rozaba la polla de nuestro nuevo amante, y el placer que estaba sintiendo era impresionante. No era la primera vez, claro, pero esta polla era enorme y preciosa, al igual que el cabrón de su dueño.

Comencé un mete-saca lento, al principio, para que su culo se adaptara y no hacernos daño. Sobre todo esto segundo. Cuando ya la movía sin tanta presión, comencé un vaivén más bestia.

-          Siiiiiiiii – gritó Leiva

-          Toma polla zorrita. ¿Notas mi polla con la tuya?

-          Ya ves que sí. Menudo placer. Una puta gozada. Puuuufffff

Me incliné apretando el cuerpo de nuestra zorra pasiva entre nuestros cuerpos y comencé a comerle la boca. Nuestros labios comenzaron una lucha frenética.

Labios, lengua, saliva comenzaron una guerra sin cuartel. A la que se unió Izan.

Este beso a tres hizo que nuestras pollas palpitaran dentro del culo de pasivazo. Noté como se hinchaba al tacto de la piel de nuestros nabos.

-          Me corro -dijo Leiva

-          Yo también - respondí

Nuestras pollas comenzaron a escupir leche como si no hubiera un mañana, llenando el culo que usábamos como retrete.

Le saqué la polla del culo, me fui a dar un agua y me fui del piso sin despedirme de ninguno de los dos.

-          Este tío es gilipollas, ¿no? - le preguntó Leiva a Izan

-          Un poco, pero folla como los dioses

-          Si eso sí. Pero no creo que merezca la pena aguantarle

-          A ver, hoy estaba enfadado. No sé por qué, pero ya le conozco, y cuando se comporta así es porque le han jodido, por algo, pero bien

-          Aún así. Mira que está bueno, y que es un autentico semental, pero cuando quieras otro trío que sea con otro. Paso de volver a quedar con él

Le mandé un whatsapp a Izan

-          Dile a tu amigo, que a ver si repetimos otro día

Lo leyó y riendo….

-          Pues quiere repetir contigo. Mira – dijo enseñándole el tlfn a Leiva

-          Se va a quedar con las ganas. Con él no repito ni de coña

Me llega un Whatsapp

-          Lo veo complicado. Me dice que no quiere volver a quedar

-          ¿No le has gustado? Es que hoy has estado muy parado

-          ¿Perdona? No quiere quedar contigo, gilipollas.

Y me bloqueó

-          ¿Me ha bloqueado esta puta y encima el otro me rechaza? – pensé en voz alta

Me metí en el coche con un cabreo mayor del que llevaba antes de follar y fui a mi casa. Pero antes….

ÓSCAR

Llegué a casa

-          ¿Cariño? ¿Nene? – pregunté al dejar las llaves en la entrada

Fui al salón y estaban los dos tirados en el sofá, cada uno en uno, dormidos. Le eché a nuestro hijo una manta por encima y fui a despertar a mi marido para hablar con él.

Cuando llegué a su lado y comencé a despertarle, le sonó el tlfn. Miré la pantalla que se encendió y vi que era un sms.

Nunca le había mirado el tlfn, porque confío al 2000% en mi marido, pero con estos mensajes que estaba recibiendo…¿Y si él también los estaba recibiendo?

Quería saberlo. Pudo más la intriga que no romper la confianza

Lo abrí

-          Movoyo le informa de que tiene un descuento en la tarifa plana si llamas ahora al 555687888

Respiré tranquilo.

-          ¿Qué haces con mi tlfno?

-          No nada. Que vibró y como estaba en el borde casi se cae de la mesa. ¿Qué tal el día? – le dije inclinándome para darle un beso.

Me lo dio, pero sin ganas. Me quitó el tlfn de las manos, y en ese momento le volvió a sonar. Lo miró.

-          ¿Querías ver si me mandan esto? ¿Me explicas?

Me dio el tlfno para que leyera el mensaje.

-          ¿Aún sigues confiando en tu marido? ¿Aún no te has dado cuenta de todo? Creo que está clarísimo. Piensa en vuestra vida hace 19 años. Que te diga quién es Cameron

Miré a mi marido. Miré a mi hijo

-          ¿Me dices quién es Cameron?

Nuestro hijo se movió y nos fuimos a la cocina para hablar