Nuestro destino 5
Santi tiene algún que otro conflicto con su ex, Rosa, que parecer retomar su antiguo interés en él. Santi continúa recordando como conoció a Nía.
Nuestro destino - 5
Como ya dije, el sábado me levante hecho una autentica mierda, me dolía todo, pero lo que más me dolía sobre todas las cosas eran las lumbares, moverme para cualquier cosa era un autentico suplicio. Ni me lo pensé, nada más llegar a España me había hecho un seguro médico privado, de forma que llame para ver donde tenía que ir para que me miraran, de acuerdo a la situación de mi domicilio me dieron varias opciones... obviamente elegí la más cercana.
Cuando llegue al hospital privado al que había decidido ir acudí a recepción de urgencias para que me indicaran que medico me podía atender. Fui donde me mandaron y espere a que el doctor me llamara. Cuando me llamo y entre me lleve una autentica sorpresa... no era doctor, era doctora, para más señas se trataba de Rosa, luego me di cuenta de que efectivamente este era el hospital en el que ella estaba... no me había acordado para nada de ese dato.
Se tomo su tiempo reconociéndome, al final me dictamino una severa contractura en los músculos lumbares o algo así creo que fue, me receto tres inyectables, el primero me lo puso ella misma en el acto, para los otros dos me dijo que si quería ella me los pondría. Decline la oferta alegando no querer molestarla... al final la conversación fue a donde yo no quería que fuese, a nosotros. No obstante logre irme por las ramas y dado que ella estaba trabajando no tenía ya más tiempo para poder perder conmigo, así que no le quedo más remedio que dejarme escapar... porque es lo que hice, no tenía ganas de ninguna conversación de ese estilo con nadie. Lo cierto es que por otra parte la inyección fue mano de santo... en cuestión de media hora lo que antes me dolía horrores ahora simplemente me molestaba nada más.
Esa misma mañana me llamaron los amigos con los que había quedado a cenar, el resultado final de todas estas llamadas es que terminamos todos quedando para cenar en mi nueva casa, ya que así según ellos yo no me tendría que mover, se la podía enseñar y solo era cuestión de llevar unas cuantas pizzas. Me cogí una lata de refresco, una tónica para ser más precisos, y me salí al jardín a tumbarme en una de las hamacas... Si algo tenía claro desde ya es que una de las amigas que se presentaría a la cena era Rosa... desde el principio, desde que nos acostamos era consciente de que volvía a estar interesada en mi, el choque que tuvimos supuse que debió de ser un duro varapalo para ella y para sus objetivos, pero estaba viendo que no pensaba cejar en su empeño.
Puede que os parezca un cabronazo, pero aun sabiendo que no tenía la menor oportunidad conmigo, no pensaba decirla ni media palabra al respecto, no por ser ella que conste, hubiese dado igual quien fuese, sintiéndolo mucho ya estaba enamorado de otra persona... de Nía... y puede sonaros estúpido, pero aun tenía la esperanza de poder volver a encontrarme con ella... no quería soltar esa remota posibilidad... no quería que de saberlo alguno de estos me intentara racionalizar mis sentimientos porque sabía que podíamos terminar muy mal. Creedme que jamás me había dado nunca tan fuerte en mi vida con ninguna mujer... pero es que para mi Nía era especial, era única, era mi media naranja, y no penséis que no había tratado de localizarla, que no, pero no había habido forma de lograrlo.
Esa noche la verdad es que fue de lo más divertida con todos, estuvimos contándonos muchas cosas, haciendo bromas y demás... casi todos se terminaron yendo relativamente pronto, a las dos de la mañana solo quedábamos Rosa y yo. Me dijo que se quedaba a dormir ya que de ese modo a la mañana siguiente me podría poner la inyección ella misma y no tendría que desplazarme a ningún sitio... Vi que estaba completamente decidida a ir tras de mí, que no pensaba cejar en su empeño, y sabia que cuando se ponía en ese plan no cejaría para nada. Decidí hablar con ella...
- Yo : Rosa déjalo, no hace falta que te quedes... no quiero molestar, es mejor que regreses a casa...
- Rosa : No me importa, tranquilo que no es molestia...
- Yo : Mira Rosa, te voy a hablar muy clarito... déjalo estar por favor, no tienes la más mínima oportunidad de que volvamos... intenta buscarte a alguien que te quiera y olvídate de mí... por favor...
- Rosa : Santi se perfectamente lo que te hice, créeme que se el daño que te cause y se de sobra el hándicap que eso supone para mi contigo, créeme que lo se... pero si algo he tenido claro en estos días es que la única relación que he tenido con alguien que haya sido autentica y sincera... ha sido contigo... sé que te falle, que fui yo quien destrozo eso, pero quiero volver a seguir desde donde lo jodi... y créeme que voy a luchar por ello con todas mis fuerzas... quieras o no.
- Yo : Creo que estas confundida Rosa, yo ya no soy ese chico con el que tu estuviste, en mi vida en estos tres años han pasado muchas cosas, he cambiado bastante... (Vi como se sonreía y me miraba de arriba a abajo como dándome la razón) y no me refiero a físicamente como estas pensando... no soy el mismo que era, ya no tengo esos sentimientos que tenia por ti, fueron aplastados por ti hace tres años, es una pérdida de tiempo lo que intentas, te vas a terminar haciendo daño tu sola por perseguir un imposible... entiéndelo Rosa, por favor…
- Rosa : Dices que has cambiado, pero yo creo que no, solo has obtenido una mayor madurez, mas seguridad en ti mismo y estar mucho más centrado que antes, amén de cómo me has dicho el cambio físico que ha sido espectacular... pero creo que sigues siendo aquel chico del que me enamore y al que, como ahora se, tanto daño hice... lo siento Santi... pero no me voy a rendir por mucho que digas, voy a seguir intentándolo una y otra vez... no lo puedo evitar, te quiero, aunque me digas que tengo una cara que me la piso, creo que puede que incluso en cierto modo nunca te llegue a dejar de querer.
- Yo : Tú misma, yo ya te he advertido... otra cosa no puedo hacer, solo espero que no te des cuanta demasiado tarde que estás perdiendo el tiempo conmigo... tienes dos habitaciones disponibles para que duermas, coge la que prefieras de las dos.
- Rosa : Preferiría dormir contigo en la tuya... aunque no follemos...
- Yo : Lo siento pero no, tú duermes en la tuya y yo en la mia, es mejor así... buenas noches Rosa, yo me voy a dormir ya...
Tras esto me levante y la di un beso en la mejilla, dejándola allí sola mientras me dirigía a mi cama. Una vez en ella no pude dejar de darle vueltas a la conversación que habíamos mantenido Rosa y yo, lo cierto es que si no tenía la menor oportunidad no es porque me engañara, que ciertamente ya le suponía un importante contratiempo para que yo pudiera tomarme la posibilidad de volver con ella en cuenta, si no porque yo ya estaba profundamente enamorado de Nía... Eso era lo que realmente destruía las posibilidades de cualquiera que se acercase a mí. No pude por menos que sonreír para mí de la forma más dolorosa... le había recriminado a Rosa el que siguiera tras de mí porque era algo imposible, cuando yo estaba haciendo lo mismo que ella al estar esperando un milagro con Nía, con el agravante de que ella por lo menos me tenia aquí presente junto a ella, mientras que yo ni siquiera sabía dónde estaba la mujer que amaba... irónico, dolorosamente irónico. Sentí como mis ojos se cubrían de lagrimas otra vez.
Cerré los ojos intentando dormir un poco sin conseguirlo... a la media hora de estar tumbado de lado en la cama sin conseguir nada de nada sentí como alguien entraba en mi habitación... oí como Rosa me llamaba bajito, no le conteste, me hice el dormido. Al poco sentí como se metía muy despacio en mi cama, colocándose a mi espalda, abrazándose a mí, sentí como se incorporo un poco, como me dio un beso en la mejilla, como me dijo "te quiero" al oído y como se acurruco abrazada a mi espalda... Como ya he dicho, ni me moví en lo más mínimo... Puede que no esté bien, pero lo cierto es que la presencia de Rosa y su lucha por conseguirme hizo que volviera a recordar a Nía...
(Recordando a Nía)
El sábado por la mañana me desperté temprano, estaba abrazado a Nía... tenía que irme a las obras esa mañana... me levante procurando no despertarla, pero fue inútil, vi como se despertó, levanto la cabeza y se me quedo mirando cómo me vestía para salir huyendo de su habitación... me pareció ver un pequeño destello de dolor en sus ojos al verme en ese plan.
Me termine de vestir, después me acerque a la cama, me senté a su lado besándola en los labios, tras eso la dije que me tenía que marchar porque tenía que ir a las obras de la carretera y ya iba tarde... Luego sonriendo y dándola un golpecito en el culo con la palma de la mano la dije que si no me tuviese que ir se podía ir preparando, porque me había quedado con más ganas de lo de por la noche... Le di un nuevo beso en los labios y salí corriendo gritándola entre risas que me iban a echar la bronca por tardón, y todo por su culpa, por estar tan deseable por las mañanas temprano... cuando salía de su habitación dejaba a una risueña y divertida Nía tras de mí, acostada en su cama.
Esa noche volvimos a repetir, solo que esta vez fue en mi cama, una vez más volvimos a estar de lo mas fogosos... y otra vez ella hizo conmigo lo que le dio la gana, me manejo a su antojo, era un crio a su lado. Poco a poco con sus enseñanzas fue espabilándome, llego un momento en que era ya capaz de estar a su misma altura, bueno más o menos, pero por lo menos ya no era capaz de jugar conmigo como lo hacía. Justo cuando mejor estábamos juntos es cuando se terminaron las obras y nos tendíamos que separar, cuando ella desapareció de mi vida sin dejar rastro alguno tras ella, salvo mi amor... Pero me estoy adelantando.
La tercera noche Nía me dijo que cuando Mark regresara lo iba a poner de patitas en la calle, que no le aguantaba ya mas, estuvo desahogándose un buen rato conmigo contándome muchas cosas sobre su relación. Lo cierto es que contra mas me contaba menos me explicaba que narices estaba haciendo una mujer como Nía con semejante imbécil... porque por lo que me estaba contando no es que antes hubiese sido la ostia y después hubiera cambiado... había sido igual de gilipollas desde el principio... Joder, desde luego cuando decían que el amor era ciego no había duda de que debía de ser verdad.
El día que el engendro decidió regresar, llamo a Nía un par de horas antes de que llegara para avisarla de su regreso y para decirla que quería de comer... joder que morro que le echaba. También la dijo a Nía que tenía muchas ganas de follàrsela... cuando llego a la casa se encontró con todos sus bártulos en la puerta, Nía le había preparado la maleta desde el segundo día que nos acostamos. Mark se puso violento con Nía, pero para su mala suerte Nía me llamo para decirme que volvía y que pensaba romper con el... temiéndome lo que al final paso me volví a casa para estar allí con ella. Cuando levanto la mano para pegarla salí de la casa crujiéndome los nudillos de las manos, le indique con una sonrisa que si tenía la mala suerte de ponerle una sola mano encima a Nía yo le iba a poner más de un millar de de veces las mías encima, además le asegure que yo no sería tan cariñoso como sin duda seria él con ella.
Se achanto, recogió todas sus cosas y mientras se iba no dijo que nos acordaríamos de él, que se las íbamos a pagar los dos todas juntas. Nía me dijo que no le hiciese caso, que solo se estaba desahogando, pero lo cierto es que quede preocupado con lo que dijo, al igual que sabía que no se atrevería a ponerse delante de mí por temor a que le callera encima la del pulpo, si que le creía lo suficientemente rastrero como para intentar cualquier bajeza contra nosotros... no estaba nada tranquilo con semejante tío suelto cerca nuestro.
Esa noche mi iba directo a mi habitación después de cenar prontito y ayudar a Nía a recoger fregar, etc... cuando...
- Nía : ¿Se pude saber dónde vas?
- Yo : A mi habitación a dormir
- Nía : Que pasa Santi, ¿que no quieres venirte a la cama conmigo?
- Yo : Joder Nía, no es eso, por supuesto que quiero, me muero de ganas de irme a la cama contigo, pero como has roto con Mark, pensé que quizá querrías estar sola esta noche...
- Nía : Santi, esta noche, lo que no quiero precisamente es estar sola...
- Yo : Pues entonces no se hable más...
Me acerque a ella abrazándola por la cintura y empezando a comérmela a besos. Una de las cosas que recuerdo con claridad de esa noche, es que si normalmente Nía era un poco fría para arrancar, esa noche supuso un punto de inflexión... según mis labios entraron en contacto con los suyos, según mi lengua intento entrar entre sus labios, su lengua salió al encuentro de la mia para enredarse ambas en un juego de pasión.
Nía se lanzo a por mí con la misma intensidad e ímpetu con el que yo me lanzaba siempre a por ella, parecía que estuviera sacándose de encima todo el deseo y las ganas que hubiese estado acumulando. Supuse que este cambio de comporta mente era debido al hecho de poder sentirse por primera vez libre de verdad de su anterior pareja. Supongo que anteriormente, pese a tener claro que iba a romper con él, todavía le refrenaba mínimamente saber que estaba en alguna forma engañándolo.
Por mucha pasión que pusiese, por mucho que se entregase, por mucho que gimiese con mis caricias, notaba claramente que Nía no estaba bien... Esta ruptura había sido para ella más dura de lo que pensé que realmente seria. Después de llevar los dos más de diez días follando, esta fue la primera vez que tome la iniciativa por completo sin dejarla tomar a ella el control en ningún momento... Tenía claro que esa noche era ella quien más necesitaba disfrutar, tenía que lograr que se olvidara poco a poco de todo esto, que se relajara y que lograra conciliar el sueño tranquilamente esa noche, por propia experiencia sabía que era importante que esa noche pudiese descansar agusto y sin comerse el coco con la ruptura, aunque la suya y la mia no hubiesen sido iguales... pero...
La lleve en brazos hasta su dormitorio, tumbándola con suavidad en su cama. Procedí a desnudarla con delicadeza, sin dejar de besarla en ningún momento, desnudándome yo a la vez ayudado por ella. Una vez completamente desnudos intento abalanzarse a por mí polla pero se lo impedí, la hice tumbarse con suavidad indicándola que esa noche ella era especial para mí, así que le dije que se relajara y simplemente se limitara a disfrutar de la situación. Hice que se abriera de piernas... metiéndome entre ellas, empezando a lamer su intimidad con mucho mimo y cariño, sin prisas de ningún tipo... tenía mucha noche por delante ya que era todavía muy temprano...
Estuve jugando con su sexo durante un buen rato, lamiendo su intimidad con lentitud, despacio, saboreándola, con calma y muchísima dulzura. Lenta pero progresivamente la lleve a un orgasmo. Sin dejar recuperarse seguí haciendo lo que ella misma me había estado enseñando en las anteriores noches. Mi lengua empezó a jugar con su clítoris, dándole pequeños golpecitos con la puntita de la lengua, soltando sobre ella como pequeñas descargas... mientras dos dedos entraban en su intimidad moviéndose nerviosos, acariciándola por dentro... llevándola todo esto a un nuevo orgasmo... Una vez terminó este segundo me moví hacia arriba para acudir a sus labios a besarla...
Vi que tenía los ojos llenos de lagrimas... no pude por menos que limpiárselas con delicadeza... me beso apasionada diciéndome que me quería. Me olvide de seguir haciéndola el amor, solo pensé en abrazarla y demostrarle todo lo que la quería. Me dijo que no quería que siguiéramos, que solo quería seguir así, abrazada a mí... pero para mi sorpresa tras decir eso vi que se bajaba hacia mi cintura... la sujete para preguntarla...
- Yo : Que haces cielo... ¿Donde crees que vas?
- Nía : Voy a aliviarte a ti ahora... estas...
- Yo : Estoy abrazando a la mujer que quiero y que me acaba de decir que también me quiere... y eso para mí es muchísimo mas importante que correrme...
Nía me beso con intensidad, hice que se diese la vuelta dándome la espalda para abrazarla por detrás, para que de ese modo sintiese mi cariño, pero al estar de espaldas a mi darla la mínima intimidad que en esos momentos necesitaba. Tardo bastante en dormirse, yo no hice ni la menor intención de ello hasta que me asegure de que de verdad se había dormido en mis brazos. A cada día que pasaba las cosas entre nosotros iban mejor, lo cierto es que estábamos muy enganchados el uno con el otro... había sido un flechazo en toda regla entre los dos, Nía no tardo más de un par de días en cerrar pagina con Mark, entendí que esa relación debía de estar muchísimo más muerta de lo que yo pensé en un principio.
Una semana y media aproximadamente después de que Nía dejara a Mark en el barrio hubo una redada de la policía, estuvieron registrando todas las viviendas de la zona... Lo malo de eso es que Nía y yo nos teníamos que ir a trabajar, intente hablar con el teniente para que nos lo permitiera, diciéndole que no nos importaba que él y sus hombres siguieran con el registro, pero que nosotros debíamos de irnos... no hubo forma, además había quedado con el capitán de la policía amigo mío. Le dije al teniente que vale, que nos quedaríamos, pero que me permitiera llamar al capitán para decirle que llegaría tarde... cuando vi como me miro me di cuenta de lo que acababa de decirle y lo que podía suponer para el...
- Yo : Mire teniente, si el que yo le llame le puede suponer un problema, por favor, llámele usted mismo para decirle que la doctora y yo estamos con usted y que enseguida vamos...
El Teniente me miro con cara de estar pensándose seriamente que hacer al respecto, al final llamo el al capitán, enseguida tras colgar dio órdenes a sus hombres de ir a la siguiente casa... saludo y se despidió de nosotros. Entonces hice algo que puede que os suene estúpido, pero lo cierto es que me salió de dentro... y me salió bien... diría que incluso mejor que bien.
- Yo : Teniente, no hace falta que se vayan... sigan por favor con el registro, lo único es que nos permita irnos a los dos a trabajar...
- Teniente : No me dijo usted que era el ingeniero encargado de la construcción de la carretera...
- Yo : No, lo siento, no pensé que fuese importante... yo...
- Teniente : De habérmelo dicho nos hubiésemos ahorrado la llamada al capitán, de haberlo sabido yo nos hubiésemos ido en el acto, mi padre es su principal capataz... por él se que es usted un hombre honrado y de honor.
- Yo : ¿El señor Yap?
- Teniente : El mismo, aun en el caso de que el capitán no me hubiese dicho que continuara con otra vivienda lo hubiese hecho por mí mismo... mi padre me ha hablado mucho de usted, de cómo trabaja, de como es, no creo que estando usted por medio haga falta registrar aquí... y créame también que le admiro por como es, no se parece en nada a otros occidentales, ojala todos fuesen como usted...
Nos saludo a los dos tras decirnos que el capitán venia de camino y que había dicho que le esperáramos. Cuando llego el capitán nos dio un susto de muerte, por lo visto una denuncia anónima había situado nuestra casa como un centro de tráfico de estupefacientes... que al tratarse de mi no había tenido problema en pasar el caso de largo... fue entonces cuando el mismo me explico la influencia que tenía yo en esos momentos en el país sin saberlo. Me dijo que una de las peores cosas que cualquier funcionario podía hacer en esos momentos era molestarme con cualquier cosa... el que me molestara sin motivos, que no encontrara nada como en este caso, si a mí me daba por quejarme podía suponerle el puesto en el acto.
Cuando dijo lo de la denuncia Nía y yo nos miramos... enseguida sospechamos lo mismo... que era cosa de Mark... El capitán vio nuestras miradas y nos pregunto qué pasaba. Yo se lo comente...
- Yo : Es que Nía rompió con su novio por meterse unas rayas de coca... se las metió un día y le dio un ultimátum...
- Nía : El otro día volvió a las andadas y le puse de patitas en la calle... nos amenazo a los dos con que se las pagaríamos... por eso temo que lo mismo haya entrado algún día y nos haya dejado algo...
- Capitán : Supongo que cambiaríais las llaves de la casa después de echarle, ¿no?
Nía y yo nos miramos avergonzados, habíamos estado tan liados con el trabajo, y deseando tanto vernos el tiempo que teníamos libre que no lo habíamos hecho todavía, ni siquiera nos dio por pensar que Mark tenía su propio juego de llaves... nos sentimos como dos imbéciles, algo que por cierto el mismo capitán se encargo de dejarnos claro cuando vio como nos habíamos mirado. Estuvimos buscando los tres y al final fue el propio capitán el que encontró lo que sospechábamos... unos gramos de cocaína escondidos en la habitación de Nía, y otros pocos en la mia...
Os aseguro que la furia me embargaba, pensé en el acto en ir a por el cabròn de Mark y ni parar de sacudirlo hasta reducirlo a pulpa sanguinolenta. El capitán que vio mis intenciones, me lo impidió, nos dijo que no nos preocupáramos, que él personalmente se encargaría del agradable y simpático Mark. Afortunadamente nos conocía lo suficiente como para saber que si estuviésemos enganchados a la coca no podríamos hacer las jornadas de trabajo que hacíamos como lo hacíamos. A estas alturas ya habríamos reventado, no obstante Nía y yo nos empeñamos en hacernos unas pruebas para verificarlo, algo que evidentemente salió completamente negativo.
Mark tubo realmente mala suerte, un mes después la policía le detuvo con una treintena de gramos de cocaína, cuando llego el juicio misteriosamente esos pocos gramos habían aumentado hasta el cuarto de kilo, fue condenado a quince años de prisión (suerte que tubo de ser extranjero y de no quedar muy claro lo de la cantidad de droga que se ahorro la pena de muerte) y a la deportación tras cumplir la pena, suponiendo que sobreviviera a la cárcel ya que al pobre además tuvo la mala suerte de que le enviaran a la peor prisión de todo el país. Después de eso todo fue viento en popa, con Nía vivía como en una nube, hasta el día en que se termino la obra y todos tendríamos que volver a nuestras respectivas casas.
Podéis creerme que lo intente todo con ella, me ofrecí a irme con ella a su nuevo destino y buscarme allí la vida, le ofrecí venirse conmigo a España, aquí dada su especial preparación para enfermedades tropicales y exóticas no pensaba que le resultara difícil encontrar algo para trabajar, pero nada, no había forma. Me pidió que no la siguiera... tuvo claro desde el principio que no pensaba cejar en mis intentos de seguir con ella.
Sabiendo que no habría forma de convencerme de que yo debía de seguir mi camino y separarnos, lo planeo todo para desaparecer sin que me enterase. Esa última noche que pasamos juntos debí de haber sospechado de ella, hicimos el amor como jamás lo habíamos echo anteriormente, con una dulzura, una pasión y un sentimiento que todavía me pone la carne de gallina al recordarlo. Cuando me levante por la mañana solo encontré la fatídica nota que Nía dejo tras de sí para mi...
"Cariño, si nuestro Karma es el de estar juntos no temas porque nos encontraremos otra vez... Te amo"
Pese a eso intente buscarla, intente saber...
(Tuve que dejar de pensar en ello)
Allí estaba yo, en la cama, abrazado por otra mujer que no era Nía, y con el corazón cada vez mas desgarrado por los recuerdos... cada vez era peor, en lugar de que el tiempo fuese calmando, curando la herida y llenando el vacío, parecía ser todo lo contrario, cada vez se me agudizaba mas todo... intente conciliar el sueño como buenamente pude... solo logre quedarme dormido de madrugada, casi amaneciendo ya...
CONTINUARA