Nuestro destino 3
Rosa se muestra enfadada porque Santi se marcho de su casa de madrugada sin despedirse de ella se remueve el pasado, salen a flote sentimientos Santi conoce a la madre de su vecinita Tamara
Nuestro destino - 3
Como todavía me quedaban unos días disponibles, el primer fin de semana que pude me fui a ver a mis padres y a mi hermana que viven en otra ciudad, pase con ellos tres días geniales. Durante mi estancia en Indonesia cada vez que volvía a España únicamente estaba con ellos, les dedique todo el tiempo que regresaba, lo cierto es que si que les eche de menos, si.
Durante este tiempo que estuve con papeleo el director me llamo varias veces para ir dándome adelantos sobre mi trabajo, también me indico que tendría despacho propio con secretaria, ofreciéndome dentro de la disponibilidad existente si tenía a alguien de la plantilla en mente para ello, yo le pregunte por Yolanda, una administrativa que sabía que tenía hecho secretariado con la me llevaba de maravilla antes de irme a Indonesia, también era de las pocas personas de la empresa con la que mantuve el contacto de modo regular. Además Yolanda era una tía que trabajaba y que trabajaba muy bien, era de las que el sueldo se lo ganaba mucho más que con creces.
El primer día de mi regreso a la empresa me resulto de lo más chocante, recogí mi pase para el edificio y para el garaje en seguridad, después fui a ver al director como me indicaron, este me volvió a dar sus parabienes y me indico donde estaba mi despacho, diciéndome que mi secretaria ya estaba allí también y que todo lo referente a mi próximo trabajo lo tenía ya en mi ordenador. Me despedí de él y me fui derecho a mi despacho, según me dirigía allí vi como las féminas me observaban con interés mal disimulado.
Lo cierto es que no llevaba traje, iba muy elegante pero de sport, nadie me dijo nada al respecto al verme así, de modo que mientras todos los hombres de ciertos puestos para arriba iban con traje y corbata, yo de sport. Cuando entre en el ante despacho del mío me encontré con una más que evidentemente encantada Yolanda con su nuevo puesto. Estaba todavía más buena de lo que la recordaba, unos 28 años, rubia, ojos azules, dos impresionantes pechos y un culo de infarto... estaba como quería y más aún. Si pedí a Yolanda como secretaria es porque antes de irme era quizá con la que mejor me llevaba de todas, era una amiga, además que sabía que había veces que lo pasaba mal de verdad con las tonterías que tenía que aguantar de los gilipollas de turno. Era una tía que mantenía las distancias con todos los hombres, no permitía confianzas a ninguno, curiosamente quizá yo fuese el único con el que había adquirido una cierta confianza.
Cuando entre en la oficina se levanto enseguida para preguntarme qué era lo que deseaba, cuando riéndome la pregunte si de verdad no me reconocía abrió los ojos como platos al reconocer mi voz, ante mi asombro me pego un abrazo la mar de cariñoso. La dije que era mi secretaria y que pasara conmigo a mi despacho para ponernos al día... Me pareció increíble en cierto modo, pese a haber hablado alguna que otra vez por teléfono en estos tres años, habíamos recuperado la misma relación que antes desde el primer instante. Una vez dentro Yolanda me dijo...
- Yolanda : Gracias por reclamarme...
- Yo : No es nada, sabes que siempre nos hemos caído muy bien y que somos amigos. Además, no me des las gracias tan rápido que no lo he hecho solo por ti, se que eres trabajadora como tu sola, también se que este puesto lleva consigo un aumento de sueldo considerable para ti... así que ya que me dejaban elegir, mejor tu que no alguien a quien terminara por no aguantar.
- Yolanda : Sabes que estuve a punto de rechazarlo... si no llega a ser porque casi se me duplicaba el sueldo...
- Yo : ¿Y eso?
- Yolanda : Pues porque va a ser, hasta ahora que me lo has dicho no sabía que eras tú, así que pensé que lo mismo era algún imbécil que me había visto, le había gustado y pretendía tenerme "a su disposición", ya me entiendes.
- Yo : Bueno... yo también espero que después de hacerte este favor estés "a mi total disposición"... (Le guiñe un ojo) solo me faltaría tener que hacer yo tu trabajo.
- Yolanda : (Se echo a reír al coger la broma) No te preocupes que estaré "a tu total disposición" (me devolvió el guiño del ojo) y no tendrás que hacer mi trabajo.
Tras este pequeño interludio Yolanda me estuvo poniendo al día de todos los chismes de la empresa, riéndome a carcajadas con muchos de ellos, también me estuvo contando algunas de las veces que algún listo había ido a por lana con ella y había salido trasquilado. Seguía sin permitir confianzas a nadie. Cuando salió de mi despacho para volver a su sitio me recosté en mi sillón, recordando mi relación con Yolanda y el porqué a mi si me permitía cierta confianza con ella. Cuando ella entro en la empresa yo empezaba a salir con Rosa, estaba muy pillado con ella, estábamos los dos en esa primera fase de luna de miel, así que puede que fuese el único tío que no intentara llevármela a la cama, lo que no sabe nadie es que en mi caso fue ella la que intento pegar la chapa conmigo... pero como digo, tenía a Rosa.
A Yolanda se lo deje muy clarito en cuanto la vi venir, y creedme que en esa época yo no estaba como ahora, era mucho más enclenque y menos seguro de mi mismo. Lo cierto es que le dije que no, pero no la rehuí, no dije nada a nadie, no me tire el pisto, en definitiva siguió siendo la misma compañera de siempre, de modo que por todo esto me cogió un gran aprecio, entre otras cosas porque pese a tener la confianza necesaria con ella, no me la tomaba y actuaba delante de todo el mundo como si ella me hubiese dado la misma que a los demás, es decir, ninguna. Pese a todo esto terminamos por hacernos amigos. Por lo que me había contado llevaba dos años saliendo con el mismo chico, y estaba muy enamorada de él.
Me estuve riendo de ella un buen rato por no haber sido capaz de reconocerme, algo que me sorprendía de verdad… había cambiado algo, pero no tanto como para todo esto, mis amigos, mi ex, ahora Yolanda. Su respuesta me hizo replantearme la situación y lo que creía sobre mí, ya que seguía viéndome más o menos como me fui. Me dijo que era normal que no me hubiese reconocido, cuando me fui mi piel era pálida mientras que ahora estaba perfectamente bronceado, antes era lo más parecido a un enclenque mientras que ahora era un tío macizo, macizo, muy musculado sin resultar exagerado, antes mi pelo lo llevaba muy corto, además tal y como lo llevaba no me quedaba muy allá, ahora sin embargo llevaba largo el cabello, muy cuidado y le sacaba partido ya que hacía que cualquier mujer se fijase en mi, por si fuese poco si lo llevaba suelto como en ese momento hacia que mi rostro resultase mucho más atractivo y con cierto toque de misterio.
Después siguió con mi forma de vestir, de hablar, de comportarme, mi seguridad… en definitiva, que entre mi yo de antes y mi yo actual solo coincidíamos en el carnet de identidad, sin contar con otra cosa que me dijo Yolanda, que debía de ser consciente que yo había ido viendo todos esos cambios día a día y quizá no me parecieran tan bruscos, pero que ella se había encontrado con todos ellos a la vez y sin esperárselos, más todavía cuando no tenía ni idea de que andaba otra vez aquí, de modo que no tenía ningún razón para buscar algún parecido conmigo por si era yo. Después de esto no pude evitar analizarme detenidamente, encontrando ciertamente muchos cambios en mí, pero quizá más a nivel de personalidad que físicos. De ser una persona dubitativa había pasado a ser una persona decidida… encontré en mi muchos, muchos cambios en ese aspecto… también era cierto lo que ella decía, si la gente suponía que yo estaba a miles de kilómetros de allí, aun en el caso de que les resultase familiar no tenían porque buscar semejanzas conmigo cuando me veían… desechándome en el acto solo como un simple parecido físico.
Durante toda la semana estuve enfrascado comprobando tres proyectos que me habían pasado para que verificara, dos de ellos eran geniales a mi forma de verlo, pero el tercero... ese era muy complejo, necesitaría mucho más tiempo del que me habían dado, le había echado un vistazo por encima y por suerte había detectado con cierta facilidad un despiste garrafal. Se trataba de un enorme edificio, y en la especificación de la cimentación se les fue un cero de mas... imaginad lo que eso supone en relación a según qué material se refiriera el fallo. Llame al director para comunicarle mi descubrimiento, se llevo una más que desagradable sorpresa ya que pudo ser un desastre, pero me dio autorización personal suya para tomarme el tiempo que necesitase con tal, según sus propias palabras, "de que ese proyecto lo revisase de arriba a abajo, de abajo a arriba e incluso de costado. Esto también fue bueno para mí, acababa de llegar y ya les había evitado meter la pata a lo bruto.
Otra cosa que pasaba con Yolanda, es que a muchas de sus compañeras no es que las cayera muy allá, ella siempre vestía sexy, y algunas la criticaban constantemente por eso, cierto que cuando no era por eso lo hacían por cualquier otra cosa, pero bueno. La cabrona se divertía contándome como de alborotadas conmigo estaban las chicas de la oficina sin nombres por supuesto, excepto en el caso de alguna de estas que no la tragaban, con esas me daba nombre, apellidos y hasta tallas de sujetador, diciéndome todo lo que iban comentando de pe a pa. Sinceramente me hacía gracia todo ese revuelo en torno a mí. Cuando le dije a Yolanda que no lo entendía se echo a reír. Me estuvo señalando más de media docena de detalles sobre mi yo actual que hicieron que se me pusiesen rojas hasta las orejas, según su dictamen final yo antes era un chico normalito, pero ahora desde luego lo que era es un tío macizo, macizo, macizo, el chico había desaparecido dejando un magnifico ejemplar de macho, y si, dijo macho, no hombre.
Ese mismo viernes por la noche quede con los amigos otra vez, lo primero de lo que me di cuenta es que llegaba de los últimos, y después de que Rosa parecía enfadada conmigo, nerviosa, irritable, estaba de lo más rara, lo que tampoco es que me preocupara mucho que dijéramos, si se enfadaba dos males tenia, uno enfadarse y el otro desenfadarse, así que... ella misma. Me senté con ellos pidiendo una cerveza, ya que como después iríamos a cenar en un restaurante italiano justo al lado de donde estábamos, con la comida se disiparía la insignificante cantidad de alcohol que iba a tomar.
Quince minutos después, como siempre habíamos establecido ya varias conversaciones por grupitos, fue cuando aprovecho Rosa para saltar a por mi...
- Rosa : ¿Porque te fuiste anoche?
- Yo : Pues porque era de madrugada y pensé que estaría mejor durmiendo en mi casa levantándome luego tarde, que no en la tuya levantándome pronto para luego irme.
- Rosa : Te podías haber quedado, sabes que nunca he dicho nada sobre la hora de levantarse...
- Yo : Vale Rosa, ¿qué es lo que te molesta en realidad? (A estas alturas todos los demás amigos nos estaban mirando)
- Rosa : Ni una llamada en todos estos días...
- Yo : ¿Y qué?, tampoco he llamado a ninguno de los aquí presentes...
- Rosa : Y eso que tiene que ver... se puede saber de qué coño vas Santi, te acuestas conmigo, sales de mi casa en mitad de la noche como si solo fuese un polvo y encima después ni me llamas, es más, te llame y no me lo cogiste tampoco...
- Yo : ¿Que de que voy?... que yo sepa no voy de nada, follamos, lo pasamos bien y ya esta... ¿que mas quieres que haya?. Rosa, es que realmente, esto solo ha sido un polvo...
- Rosa : Eres un cabròn... yo pensé que... (No la deje seguir)
- Yo : Pensaste que Rosa... Joder tía, acababa de llegar del otro extremo del mundo, no nos habíamos visto hacia más de tres años... ¿qué pensaste?. Que te había mirado, se me había aparecido un coro de ángeles tocando el arpa y me había vuelto a enamorar de ti en un segundo... ¡¡¡Despierta coño!!!... intenta ser un poco más racional... Joder Rosa, que lo que dices no tiene ni pies ni cabeza...
Se cayó la boca, cogió su cerveza y se la bebió de un trago, levantándose en el acto a la barra a por otra. Me dio la impresión de que a nadie le pareció gustar mi respuesta, Noelia fue la primera que se dirigió a mi...
- Noelia : Te has pasado un poquito ¿no Santi?
- Santi : No me jodas tu también... ¿entonces si me llego a ir contigo y follamos también sería entonces porque estoy enamorado de ti?, venga ya joder, que no eres tan tonta como para creer eso.
- Noelia : Pero yo no soy ella Santi, ella fue tu novia y... (La corto Rosa que acababa de regresar con su cerveza)
- Rosa : Déjalo Noe, no ves que es un resentido... solo ha pretendido joderme porque fui yo quien le dejo...
- Yo : A que narices viene sacar ahora eso Rosa... a qué viene sacar lo de nuestra ruptura... de eso hace ya mucho, déjalo estar…
- Rosa : Pues está bastante claro, como ninguno te apoyó cuando les fuiste a llorar, has esperado la ocasión para joderme y como una imbécil te la he servido en bandeja...
- Yo : Vamos a ver Rosa, que ya hace más de tres años de nuestra ruptura, haz el favor de no remover mas, que nunca se sabe cuánta mierda puede salir de ahí...
- Rosa : (La verdad, pienso que estaba tan furiosa que no razonaba, y no me lo explicaba, sinceramente, yo no había hecho nada para que se pusiese así conmigo, aun yéndome de su casa como me fui) Claro, como tú ya largaste agusto con todos cuando yo no estaba... ahora no interesa, ¿no?, que me vas a decir, que no has dicho nada... venga ya...
- Yo : Pues no Rosa, lo cierto es que nunca he dicho nada a nadie sobre nuestra ruptura, solo que rompimos y punto… déjalo…
- Rosa : Y una mierda… de verdad crees que me lo voy a creer… eres un cerdo resentido… pero a mí no me vas a dejar por la mala de la película…
- Yo : Esta bien... quieres que largue, ¿no?, pues si es lo que quieres nada, vamos a largar, (me dirigí al grupo) ¿Cuantos sabíais que me dejo con un mensajito de texto al móvil?, ¿Que no tuvo ni valor para decírmelo de voz o a la cara?
A Rosa le empezó a cambiar la cara cuando vio como se quedaron todos, ya que como le había dicho a ella, yo nunca explique qué sucedió, solo les dije que habíamos roto, que Rosa había decidido que no podíamos seguir con una relación a distancia, creo que se dio cuenta de que efectivamente no había dicho nada a nadie, pero para su desgracia su orgullo o lo que fuese que le pasase pudo más que ella... y la jodío del todo… removió donde no debió de remover…
- Rosa : Porque no les dices que te llame antes de eso, ¿eh?, que te dije que necesitaba tiempo, y no fuiste capaz ni de mover un solo dedo... ¿eh?, porque no les dices eso también...
Todos los que estaban frente a mí, incluidas Noelia y Rosa pegaron un respingo sobresaltándose al ver como cambiaba mi cara y mi mirada, empecé a mirar a Rosa con odio... con un odio feroz…
- Yo : No lo digo porque sería mentira Rosa... esa misma tarde cogí un avión del puente aéreo, en tres horas estuve frente a la puerta de tu casa esperando acurrucado en un portal completamente aterido de frio, esperando a que regresaras Rosa, esperando para poder suplicarte que no me dejaras Rosa... Porque no sigues tú desde aquí Rosa, seguro que es mucho más interesante, ya que yo me perdí gran parte del espectáculo que debió de haber en tu apartamento cuando “subisteis” a el...
La palidez de Rosa adquiría tintes cada vez mas cadavéricos a media que me escuchaba hablar despacio, con calma, completamente sosegado pero con la voz cargada de odio, cada vez destilando más odio hacia ella... y todos se dieron cuenta de eso... se levanto de un salto cogiendo el bolso con la intención de salir de allí disparada. Al pasar por mi lado le agarre de los brazos obligándola a sentarse encima mío, mientras miraba a los demás...
- Yo : De eso nada Rosa... no te vas a marchar de aquí hasta que no termine... más de tres años calladito sin hablar Rosa, mas de tres años callándome, y tú te has tenido que encargar de remover en mis heridas, enhorabuena por hacer que a estas alturas tenga que dejarte a la altura del betún, pero no te creas que me importa, al fin y al cabo es lo que querías, ¿no?
- Rosa : Déjame... déjame... (Empezó a forcejear medio lloriqueando hasta que hice presión con mis manos, soltó un gemido de dolor y se quedo quieta, de nuestros amigos juraría que ni parpadeaban)
- Yo : (Mi voz destilaba rencor) Como parece que no te acuerdas, o no tienes ovarios a decir nada, lo diré yo. Te vi llegar Rosa, mi queridísima novia, mi respetable y fiel pareja... llegaste en un deportivo con cierto medico con el que te casaste por un flechazo, claro que eso de conocerle fue después de dejarme según me han dicho que dijiste cuando me lo contaron echando así sal a una herida por entonces casi cerrada, ya que antes de que rompiéramos no le conocías... qué raro verdad Rosa, no le conocías y sin embargo os vi una semana antes de que rompieras conmigo… ¿y sabes que mas vi Rosa? Vi como te comía los morros, vi como le sobaste la polla, como te metió mano en el coño Rosa... como le permitiste que hiciese lo que le dio la gana antes de perderos escaleras arriba rumbo a tu apartamento... Ahora por fin sabes cómo me estuve pelando de frio por ti, como me gaste parte de mis ahorros para ver a la chica que amaba y me encontré con que me estaba engañando con otro... la próxima vez, cuando cuentes algo de alguien Rosa... ¡¡¡Procura contarlo todo!!!.
La solté pegándola un empujón para que se apartara de mi, trastabillo un poco para ir de nuevo a sentarse en su sitio, justo donde estaba antes, solo que su cara de orgullo herido por haber jugado yo con sus sentimientos, había sido sustituida por lagrimas y cara de estar pasando la mayor vergüenza de su vida.
- Yo : Me voy a casa chicos... (Mirando con odio a Rosa) ahora mismo no soporto el ambiente, soy capaz de vomitar si sigo aquí... ya os llamare un poco más adelante...
Me gire dispuesto a irme cuando recordé otra cosa más al respecto, no estaba seguro de soltarlo, dude durante unos segundos, pero estaba tan enfadado que me dio igual, así que me gire y eche mas sal a la herida.
- Yo : Por cierto Rosa... cuéntales también que después de recibir tu mensaje rompiendo y medio echándome a mí la culpa de ello, solo te conteste con otro que decía "Vale". No te olvides tampoco de mencionar también que nunca me he dirigido a ti después de eso calificándote de zorra, de puta, de guarra, de perra rastrera o de otro medio centenar de adjetivos que te podría haber aplicado tranquilamente con toda la razón del mundo... Ahhh, y otra cosa Rosa, si me fui contigo la otra noche a tu casa fue simplemente porque quería follar y punto, no por otra cosa distinta, porque después de lo que me hiciste, entre tú y yo jamás volverá a haber más nada en ese aspecto.
Después de esto di media vuelta y me fui de allí, dejando detrás a Rosa llorando. Lo que sí que pude ver fue las caras del resto del grupo a medida que iba contando sobre nuestra ruptura... y podéis creerme que no dudaba de que cuando yo desapareciera a Rosa todavía la quedaban unos minutos bastante desagradables que aguantar. Algunos del grupo serian tibios con ella, pero otros serian considerablemente duros... Por su estúpido orgullo acababa de cagarla con todo el mundo, pero yo sabía que sobre todo con las que eran sus más cercanas amigas ya que a esas las vendió la moto de que a ese hombre lo conoció después de romper, y ellas fueron a ir a contármelo a mí con la mejor intención, sin saber lo que yo, que Rosa me había estado engañando con él, reabriendo y echando sal a las heridas de ese modo, tal y como yo mismo había dicho solo unos momentos antes... Sinceramente no creía que ninguna de ellas se sintiera ahora mismo muy feliz con ello, ya que todas y cada una eran también muy amigas mías, lo que es mas, después de la ruptura jamás de los jamases les puse a ninguna en ningún aprieto... y ahora sabían que por culpa de Rosa ellas… en fin, que la que le esperaba a mi ex era fina.
Decidí coger otra vez el coche e irme para casa, acababan de amargarme la noche por completo. Lo cierto es que tampoco me sentía nada orgulloso de lo sucedido... sinceramente pensaba que lo de Rosa había quedado por completo en el pasado y este arranque de odio hacia ella me había sorprendido desagradablemente, aunque tristemente comprendiera el porqué del mismo dada la situación en ese instante. Pero lo más triste de todo no fue ese arranque, sino obligarme a reconocer el verdadero motivo por el que en su momento no dije nada a nadie de lo de Rosa, por vergüenza y por el que dirían… por miedo a ser el hazme reír de todo el mundo, el centro de todos los comentarios… Esa forma que tenia de ser, a mi yo actual ciertamente le repugnaba y hacia que sintiera vergüenza por cómo había sido antes de cobarde… y creedme que no era algo agradable de sentir.
Cuando llegue a casa me prepare algo ligero para cenar... lo cierto es que había desaparecido cualquier traza de hambre que hubiese podido tener, encima además la charlita con Rosa me había revuelto algo el estomago. Me obligue a tomar un bocado, más que nada por contentar el estomago y que no me despertara a mitad de la noche... si es que lograba dormirme. Una vez termine con la cena puse todo lo que había empleado en el lavavajillas, después me fui a la cama, pero como supuse no había forma de dormir... sobre una hora después salí al jardín en pantalón corto con una botella de Whisky y un vaso con hielo, me tumbe en una de las hamacas, me serví una ración de bebida y deje en el suelo la botella.
Estaba tranquilamente tumbado, llevaba sobre diez minutos tranquilamente cuando empecé a oír golpes en la puerta exterior de los vecinos... me levante para ver que ocurría, a la una de la mañana eso no era muy normal que digamos. Con mucho cuidado me asome a ver qué ocurría de forma que si había lio pudiera cerrar de nuevo y avisar a la policía, pero no pasaba nada de nada, era mi vecina supongo que intentando despertar a alguien para que le abriera la puerta... se la veía un poco enojada. Salí para ofrecerle ayuda, que no tuvo otra que aceptar.
Por lo que me dijo había cambiado de bolso y se había dejado las llaves, encima le habían estado llamando toda la tarde del trabajo y había terminado con la batería del móvil... Le ofrecí mi teléfono para llamar a su casa, evidentemente acepto. Cuando llego a la altura de las tumbonas vio mi vaso con la botella y sonriéndome me pregunto si estaba bebiendo solo. No sé porque pero la respondí que si, salvo que se animara a compartir mi excelente Whisky... me miro coqueta aceptando en el acto.
Era la madre de Tamara, la chica del azúcar, su nombre era Concepción, pero todos la llamaban Conchi. Era una madura de muy buen ver, tendría unos 43 o 45 años más o menos, debió de tener a su hija muy jovencita. Se conservaba en una estupenda forma física, era bastante atractiva y tenía un cuerpo firme. Después de tomarse el primer Whisky y parte del segundo de reojo mientras hablábamos vi como me miraba con deseo. Yo estaba tumbado en la hamaca de al lado de ella y solo llevaba puesto un pantalón corto, además sin nada debajo y la situación me estaba poniendo borriquito, con lo que mi pene empezaba a mostrarse bajo mi pantalón.
Cerré los ojos mientras hablábamos, manteniendo únicamente una rendijita por donde podía mirar la cara que ponía Conchi. No os hacéis a la idea que manera de tragar saliva cuando se dio cuenta de mi bulto, sus ojos no se separaban de él, sus pezones se le empezaron a marcar bajo la fina tela de su vestido. Tuve que reconocer para mí que lo cierto es que tenía ganas de follarme a esa madura... y quien sabe si algún día de estos, no me calzara también a su hija. Vi como frotaba sus muslos entre sí, un poco después una de sus manos bajo levantando un poco su vestido, pasando la mano bajo el camino de su sexo, cuando empecé a ver movimiento en su mano fue cuando abrí los ojos mirándola fijamente... al ver mis ojos se puso colorada como un tomate quedándose completamente inmóvil... entonces aproveche, me quite el pantalón corto tirándolo a un lado mientras mi polla saltaba como un resorte, quedando erguida y desafiante, entonces me dirigí a ella...
- Yo : Si gustas sírvete...
- Conchi : Cabròn, hijo de puta...
Se levanto de golpe derribando sin querer la botella que estaba en el suelo entre nuestras hamacas, se arrodillo y se metió mi polla en la boca, que aspiradora que era la madura, como manejaba la lengua. En menos de tres minutos me corrí en su boca, llenándosela de leche que se trago con cara de golosa. Después se levanto quitándose poco a poco el vestido y la ropa interior, quedándose desnuda ante mí, lo siguiente fue ensartarse mi verga en su coño, empezó a moverse rápidamente, rotando sus caderas, manteniendo un cadencioso ritmo en la penetración.
Se movía muy bien, estaba gozando de la cabalgada de Conchi a lo grande, pero si quería aguantarla no podía permitirla que tomase el control, debía de imponer yo mi ritmo. Logre tumbarnos sobre la hierba con ella debajo de mí, no parecía muy satisfecha del cambio de papeles hasta que empecé a embestirla a lo bestia, casi sacaba mi polla de su coño para luego clavársela hasta el fondo con todas mis fuerzas. Dos minutos después tuve que ponerle a Conchi una mano en la boca para ahogar sus gritos, cuando llego al orgasmo fue realmente brutal, parecía que la estuviesen matando, su cambio de actitud me sorprendió... me empezó a pedir que la destrozara el coño... que se lo rompiera...
Sin parar ni descender el ritmo seguí machacándola viva, fòllandomela a lo bestia en el jardín, tumbada en la hierba. Logre que alcanzara un segundo orgasmo sin correrme yo para nada. La hice ponerse a cuatro patas, lubricándome con saliva los dedos de mi mano, metiéndoselos de golpe en el culo... menos mal que volví a taparla la boca porque su alarido se oyó incluso con la mano puesta sobre su boca. Una vez que mis dos dedos se podían mover bien por su interior la saque, apunte mi polla al agujero y se la clave hasta el fondo, haciéndola soltar otro alarido.
No la deje ni acostumbrarse, me empecé a mover de forma salvaje dentro de ella, fòllandomela sin piedad. Como a los cinco minutos Conchi empezó a gemir, a gritar y a decirme que la diera más fuerte, que fuese mucho más duro con ella, que la insultase que eso la ponía. No dude lo más mínimo, deje libre su boca y use mis manos para aferrarme a sus pechos, empecé a estrujarle uno de los pechos con una mano mientras que con la otra le retorcía con fuerza el pezón del otro pecho. Conchi se había metido sus propias braguitas en la boca para evitar que se oyeran sus alaridos...
Estuve dándola duro, todo lo duro que pude, llamándola de todo, guarra, zorra, puta, ramera... a cada cosa se ponía más loca. Alternaba la tortura de sus pechos, cambiaba de estrujar a retorcer cada poco tiempo para que no se acostumbrar al dolor. Estaba claro que a Conchi la iba el sexo duro, y que contra más duro se lo dieran mucho mejor para ella, mas la gustaba, mas lo disfrutaba. Estuve fòllandomela sin parar durante unos minutos, cuando note que estaba a punto de caramelo, retire una de mis manos de sus pechos, chupe los dedos ensalivándolos bien, entonces inclinándome sobre ella, pegándome bien a ella lleve mi mano a su coño.
Me lo pensé mejor y en lugar de mi idea inicial le introduje a lo bestia tres dedos en su coño, corriéndose como una fuente, su sexo chorreaba flujos por el orgasmo... se derrumbo sobre el suelo, acompañándola yo en ese proceso sin salirme de su culo. Saque de debajo de su cuerpo la mano que tenia martirizándola los pechos para sostenerme sobre ella. Una vez estuve colocado como quería volví a embestirla con violencia.
Conchi empezó a pedirme que por favor parara, que no aguantaba mas... no la hice ni caso. Seguí torturándola el coño con los tres dedos en su interior mientras mi polla hacia de barrenadora en su culo. Pronto empezó a jadear y gemir... seguí llamándola de todo menos guapa, apenas dos minutos depuse empezó otra vez a pedirme que fuese más brusco, que volviera a estrujarla las tetas... no la hice ni caso. Cuando considere que estaba lista volví a meterme los dedos en la boca para ensalivarlos a conciencia. Metí la mano hacia su coño, al llegar a él use los dedos índice y corazón para pinzarla el clítoris con ambos, después se lo retorcí de golpe.... debido a la poca fuerza que se puede ejercer de ese modo, este se escapo de mi pinza enseguida, pero esa acción llevo a Conchi a un orgasmo devastador para ella. Soltó un fortísimo alarido y casi perdió hasta el sentido mientras se corría como una burra... vi como de sus ojos caían lágrimas de dolor por lo que le acababa de hacer.
Estaba claro que Conchi era masoca por completo, le gustaba el dolor. Esto lo aprendí en ciertos locales prohibidos en Asia, lo cierto es que no me salía mal del todo, pero allí había auténticos virtuosos, vi en una ocasión como la mujer termino perdiendo el control de la vejiga y los esfínteres con lo mismo que yo le acababa de hacer a Conchi...
Cuando se recupero se tomo una ducha en mi casa, llamo por teléfono a la suya, metiéndole una bronca a su marido que no veáis. Antes de irse me dijo que había sido algo increíble, me dio un beso y salió por la puerta camino de su casa.
CONTINUARA