Nuestro amor no morirá (9)
...Las luces del establecimiento combinados con el humo que salía de unos como proyectores me hacían estar en sueño visual, el alcohol aumentaba mi adrenalina. Saltaba, reía, cantaba, tenía una euforia incontrolable, el alcohol estaban haciendo de las suyas...
Bueno pido una disculpa enorme por haber tardado tanto, bueno este es el capitulo nueve, espero que les guste y como ya saben espero sus comentarios y valoraciones, el siguiente capitulo sera un poco mas largo y prometo publicarlo lo más rápido posible vale, jeje así que bueno espero que lo disfruten, un beso y un abrazo.
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Capitulo 9 – Visual Dreams
Brandon
Sentía el estomago revuelto, no por miedo más bien por nervios. Enfrente de mí se encontraba el hermano de Iván y detrás de mí su amigo, Joaco, que creo que me había dicho que así se llamaba, me observaba con una mirada iracunda mientras fruncía un poco el entrecejo, en mi frente sentía como una gota de sudor resbalaba, sentía mis manos mojadas a causa del sudor. Pasaba mi peso de pierna en pierna, la espera se me empezaba a hacer demasiado larga, de repente Joaco abría la boca pero no musitaba palabra alguna y mientras más avanzaba el tiempo más nervioso me ponía.
- ¡Uf!, bueno, Brandon cierto, eh… - pude percatarme de que no podía formular las palabras adecuadas - bueno, como creo que ya sabrás, pasado mañana es el cumpleaños de Iván – claro recuerdo que me había comentado lo de su cumpleaños el lunes por la mañana este Iván - y bueno quisiera hacerle una pequeña comida y bueno como no conozco a sus amigos, bueno por eso te digo para que veas que poder hacer ¿cuento contigo? – todo por mi novio pensé
- Claro no te preocupes, cuenta conmigo y bueno que quieres que traiga – Joaco saco de su bolsillo su móvil, sus ojos recorrieron completa la pantalla. Camino hasta acercarse a su amigo para mostrarle el mensaje (supongo que debe ser un mensaje) que le había llegado. Al terminar de leerlo ambos se miraron con cara de incredulidad.
- Bueno quiera me acompañaras a apartar un pastel, es que bueno no soy muy bueno escogiéndolos
- Claro como a qué hora
- ¿Qué te parece a las cuatro?
- Me parece perfecto
- Bueno entonces mañana a las cuatro en el centro, gracias
Me despedí de Joaco y su amigo y salí de la cocina casi tambaleándome. En la sala de estar se encontraban Iván y Rafa los cuales estaban viendo una fotografía de dos personas sobre una mesa de centro.
- ¿Así que tus padres están de luna de miel? – le pregunto Rafa a Iván mientras sostenía la foto en sus manos - ¿y cuando vuelven?
- Dentro de un mes, pero quién sabe si la alarguen…Brandon ¿Qué paso, ¿para qué te quería Joaquín?
- Ha no para nada, venga vámonos antes de que se haga más tarde.
Agarre a Iván por la cintura lo que provoco que se pusiera algo nervioso, mientras que en el rostro de Rafa podía ver una enorme sonrisa al vernos así. Caminábamos agarrados de las manos Iván y yo mientras los rayos del atardecer me envolvían en un sueño visual, sentí como Iván se soltaba de mí mano y corriendo dio un pequeño salto para aferrarse a mi cuello mientras postraba sus labios sobre los míos y me besaba, nuestras lenguas, como todas las veces, se buscaban en un tierno juego de niños, sus manos surcaban mi cabello haciendo pequeños círculos, mientras que mis manos lo agarraban por la cintura para evitar que se cayera. Al separarnos pude ver que en su rostro se veía toda la ternura de un niño de 5 años reflejada en él, a la luz del atardecer sus facciones eran hermosas, su cabello castaño agarraba otra tonalidad, sus ojos cafés claro me miraban con extrema ternura y con un brillo que me dejo hipnotizado a su hermosura. Alce mis brazos para poder abrazar a mi novio, el cual correspondió mi abrazo pasando sus brazos por mi cuello al tiempo en el que nos fundíamos en otro beso.
Adair
La luz de la tarde me empezaba a molestar, no tenía mucho tiempo de que me había despertado aun con los recuerdos de la tarde pasada. No tenía ganas de levantarme de la cama, no tenía ganas de prender el televisor o la computadora, solo envíe un mensaje a Joaco para informarle sobre mi estado ya que habíamos planeado salir esta noche pero sinceramente no tenía ya ganas de salir. Me había quedado quieto sobre mi cama, mi vista estaba perdida en un punto indefinido en el techo mientras a mi mente volvían recuerdos fugases de cuando estaba con ella, sentía algunas lagrimas correr por mi mejillas de nueva cuenta, no quería llorar pero los recuerdos pudieron vencerme. Escondí mi cabeza en la almohada para ahogar el llanto, quería olvidarlo todo.
Gire varias veces sobre mi mismo en la cama aun con la almohada sobre mi rostro, no lograba encontrar una posición agradable para recostarme. Mientras seguía girando escuche que el alguien tocaba el timbre, maldije a la persona por debajo de la almohada. Espere recostado viendo hacia la ventana, era una buena escena como para plasmarla en un boceto, para ver si la persona se hartaba de esperar pero lamentablemente no fue así ya que siguió insistiendo más y más lo que hiso que me levantara de mal humor para ir abrir la puerta. Baje las escaleras tambaleándome, las fuerzas para mantenerme en pie no me eran suficientes y como pude llegue a la puerta. Fuera de esta se encontraban Joaco y Axel quienes me miraron con expresión extraña, sin decirles nada me tomaron de las manos y me arrastraron hacia dentro de la casa.
Sentados en la sala mis dos amigos me llenaron de interrogativas sobre la noche anterior, de mala gana iba contestándolas, quería olvidar el tema pero ellos me lo impedían y por otro lado quería desahogarme.
- No te preocupes Adair…arréglate lo mejor que puedas que esta noche salimos – me dijo Joaco mientras se levantaba del sofá
- Oye, creo que había quedado claro que no tenía ganas de ir hoy de fiesta – le recrimine.
- Lose pero tienes que salir, debes de despejar tu mente, debes dejarlo todo atrás – por un lado el tenia razón pero por otro yo quería quedarme en casa – además no va haber ligue solo seremos nosotros tres en una noche de amigos.
- ¿Lo prometes?
- Jaja ¿Cuándo te he fallado? – tras esto no me quedo de otro que aceptar.
Subí al baño a tomar una ducha para estar listo para al rato, mientras que mis amigos me preparaban algo que comer. Al entrar en el baño lo primero que hice fue mirarme al espejo, tenía la cara algo demacrada pero había algo diferente en ella, tenía una sonrisa. En verdad quería a mis amigos.
Esteban
La dirección que Sara me había dado me llevo a la entrada de un gran edificio, pague con el poco dinero que me sobraba y baje mi equipaje del maletero del taxi. En el vestíbulo había un portero, nada mal por cierto, que me pregunto a que numero visitaba, le dije que 16-B, y él me indico que subiera hasta el piso 4, di las gracias y me dirigí hacia el ascensor, no sin antes voltear de reojo hacia el portero que con el uniforme que traía se le marcaba un tremendo culo. Entre en al ascensor imaginando como seria el culo de aquel portero, tenía que averiguarlo eso era seguro, no tardo mucho el ascensor en llegar al cuarto piso, salí de este y emprendí mi búsqueda en busca del 16-B. Cuando por fin l encontré toque el timbre y en mi encuentro apareció Sara.
- Esteban que alegría verte, pero pasa, ¿quieres algo de comer?, ¿algo de beber?
- No gracias así estoy bien – le dije mientras me recostaba en el sillón mientras sentía una absoluta reconfortación
- Pero dime en ¿donde andabas? – dijo Sara con un vaso de agua en sus manos.
- Bueno ha sido una travesía este viaje pero lo importante es que ya estoy aquí.
- Me alegro mucho que ya estés aquí
- Lo mismo digo – tome el vaso de agua, sentía como el agua corría por mi garganta y me refrescaba todo mi ser – por cierto y ¿Brandon? – pregunte
- No sé, no ha llegado, seguro que ha de estar por ahí con su novio
- Ala, así que ya tiene novio, no pierde el tiempo mi amigo, bueno Sara ¿puedo darme una ducha?
- Claro hijo mi casa es tu casa, bueno me voy al trabajo, hay comida en la nevera y tu habitación es la de la izquierda la de alado de la Brandon,
- Gracias, con cuidado – grite ya desde mi habitación, era grande con una cama, un armario, una escritorio, una tele y una mesa de noche – hay que darle un poco de ambientación – dije para mí – pero antes… - me empecé a quitar la ropa que traía para luego dirigirme en bolas hacia el baño, mi pollon se movía de un lado a otro.
Abrí la llave del agua fría y me zambullí dentro de este, el tacto del agua recorrer mi fornido cuerpo fue agradable, por fin estaba en casa.
Joaco
Pedirle ayuda lo que podía ser o era el novio de Iván no fue de mi agrado pero quería hacerle algo y entre más ayuda mejor. Trate de no pensar en ellos, tan solo recordar la tarde en aquella playa o de pensar en que mas habrán hecho me hacía sentir esa sensación de tener un nudo en la garganta.
Axel y yo le preparábamos la comida a Adair, mientras este se terminaba de arreglar, le hacíamos una ensalada y algo de pechuga asada.
- Ves como no fue tan difícil – me dijo Axel
- ¿Qué no fue difícil? – le pregunte
- Pedirle ayuda a Brandon
- Ah cállate – le dije en forma de reproche a mi amigo
- Jaja bueno me callo, ya no te diré mas – gire discretamente hacia Axel, el cual tenía una sonrisa en su rostro, aunque no se lo diga, el siempre tiene razón en todo.
Adair
Había salido del baño solamente con una toalla amarrada a la cintura, la cual dejaba marcada mi polla de 15 cm, nada impresionante para mí. Me dirigí hacia mi armario para ver que me pondría para al rato, tendría que ser algo elegante pero cómodo. Seguí buscando lo más apropiado revolviendo todo allí dentro hasta que encontré lo apropiado, una playera azul haciendo conjunto con una camisa de rayas haciendo cuadros azules, unos jeans y mis zapatillas.
Me despoje de la toalla que cubría mi falo, el cual se despertó al sentir la pequeña corriente de aire. Como pude logre vestirme, acomodando a mi amigo de una manera que no me lastimara con la ropa interior, me puse los jeans y me mire al espejo que tenía en mi cuarto, en el cual podía ver que un bulto se hacía notar, lo que me provoco una sonrisa picara.
Bajando las escaleras pude percibir el aroma de algo delicioso, a mi encuentro estaban Joaco y Axel con un platillo sobre la mesa que me dejo estupefacto, se veía y olía tan bien que casi hasta corrí para probarlo, comí lo más rápido que pude pero saboreando aquel exquisito platillo. De repente miraba de reojo a mis amigos los cuales me miraban con una sonrisa mientras me veían comer. Cuando hube terminado nos dispusimos a salir de mi casa, deje una nota a mi madre que volvería mas tarde, cogí mis llaves y mi móvil y nos dispusimos a salir.
Iván
Acompañamos a Rafa a su casa, la cual no estaba muy lejos de la mía. Mi mano estaba entrelazada con la de Brandon mientras caminábamos bajo los escasos rayos del atardecer. Quería preguntarle sobre lo que hablo con Joaco, pero sentía que eso no era de mi incumbencia, así que decidí quedarme con las ansias de la respuesta.
- ¿A dónde vamos? – le pregunte algo desconcertado tras no tener ni idea de hacia dónde nos dirigíamos.
- A ningún lado – me contesto Brandon con una sonrisa en el rostro – solo quería compensarte el día de hoy ya que no nos pudimos ver mucho en la escuela así que bueno, quería caminar a tu lado. Pero si quieres ir algún lado por mí no hay problema.
- No bueno donde me lleves está bien siempre y cuando estés tu ahí, pero como no vi hacia donde nos dirigíamos por eso quise preguntarte – le dije con la cabeza gacha como niño regañado, sabía que eso le encantaba.
Sentí sus manos recorrer mi cintura, sentía mis pies levantarse del suelo y como me encontraba suspendido en el aire, pase mis piernas por la cintura de mi novio para no caerme, nos fuimos moviendo sincronizada mente hasta tocar con una pared mientras nuestras bocas trataban de buscarse y fundirse en un beso.
Aquellos labios tan suaves me reconfortaban y provocaban en mi millones de sensaciones a la vez.
Nos separamos para tomar aire y nos miramos directamente a los ojos, sus ojos tenían un brillo sin igual. Nos fuimos acercando con una sonrisa en el rostro hasta pegar nuestras frentes una con la otra
- Quiero estar siempre contigo, ¿me dejas? – me pregunto Brandon mientras se nos dibujaba una sonrisa en el rostro
- Claro que te dejo, mi amor – le respondí al mismo tiempo que lo abrazaba.
Joaco
Estábamos caminando en el centro los tres, quería sacar a Adair de su burbuja de depresión, aunque tuviera una sonrisa en su rostro sabía perfectamente que por dentro él se derrumbaba, le prometí que sería una noche solo de nosotros tres pero quien sabe, todo puede pasar, pero yo no voy a acelerar las cosas si tiene que pasar, pasara.
Tenía que encontrar un lugar con ambiente agradable, nada pesado, donde los tres pudiéramos estar cómodos. Caminamos y caminamos y al fin encontramos un local, había una fila, no muy larga, para entrar. El lugar se veía muy agradable, guie a mis amigos para hacer fila, esta sería nuestra noche.
Después de casi media hora de estar formados, por fin entramos al establecimiento. El lugar estaba iluminado únicamente por las luces multicolores que salían de diferentes lados, las personas brincaban, bailaban o se hacían el intento de moverse al ritmo de la música, lo único que estaba iluminado por focos amarillos era el pasillo que conducía a los sanitarios. Les hice una seña a mis amigos para que me siguieran a la barra a pedir algo para tomar.
Esteban
Me había aburrido de esperar a Brandon, por lo que decidí salir a algún lado. Quería divertirme un poco, hace tiempo que no salía y porque no, esta noche. Mire muchos lugares, pero no me llamaban la atención alguno de ellos, hasta que vi aquel lugar, se veía excelente, no solo por el montón de gente que hacía fila para entrar, sino que también los colores de la fachada llamaban mucho la atención. Me dirigí hacia el final de la fila con unas miradas de chicas y chicos tras de mí, aquellas miradas levantaron mi ego y provocaron una sonrisa en mi rostro. Mientras avanzaba pude ver que los escasos rayos de sol se estaban ocultando y daban paso a la hermosa noche, de haber sabido habría traído mi cámara conmigo.
Por fin había entrado, el ambiente dentro del lugar era como el de otro club nocturno, gente revoloteando por ahí por acá. Camine hacia la barra junto con algunas miradas de algunas chicas que se habían percatado de mi presencia, y como no, mi cuerpo de jugador de rugby sobresalía más que el de los demás. Miraba de un lado a otro buscando algún lugar, pero todo estaba lleno, hasta que mis ojos se centraron en un asiento, el único asiento disponible, ¿coincidencia? No lo creo, pero en fin, justo alado de este se encontraba un chico, el color de piel se confundía con lo oscuro del lugar y las luces multicolores, pero lo único que podía ver era su cabello negro, sus facciones de perfil eran hermosas, nunca había sentido atracción hacia otro chico, salvo por Brandon pero esa atracción es diferente a la que estaba experimentando este momento. Sentí que mis piernas avanzaban solas hacia donde se encontraba aquel tío. Quería detenerme, quería parar pero las piernas no me respondían, sentía mi corazón latir muy rápido, como si acabara de correr cientos de kilómetros, sentía las gotas de sudor recorrer mi frente, tenía nervios, era la primera vez que los sentía.
Al llegar al asiento vacío, aquel tío volteo la mirada para ver quien se había sentado, al ver sus relucientes ojos verde jade ocultarse bajo las luces de colores me quede embobado por unos minutos.
- Eh disculpa, pero ¿está ocupado este lugar? – le pregunte cuando deje de mirar a sus ojos, pude notar algo de nerviosismo en mi voz – porque si está ocupado puedo ir a buscar otro lugar y…
- Que no, que no, que está libre, jaja tranquilo, mucho gusto soy Adair
- Esteban, y dime ¿estás solo? Bueno digo para hacerte compañía.
- No – esas dos palabras, esas dos palabras hicieron que el tiempo se me detuviera, e hiso que mi corazón latiera aun mas rápido – vengo con dos amigos que están…eh bueno rodeados de aquellas tías – ladee mi mirada para ver a dos tíos, fornidos los dos, los cuales estaban rodeados de dos pares da tía cada uno – pero gracias me haría muy bien tu compañía.
Adair y yo hablamos sobre lo que nos gustaba, la música que escuchamos, sobre los deportes, la verdad es que era un tío grandioso.
Joaco
Al llegar a la barra, nos abordaron un grupo de chicas a Axel y a mí, estuvieron a punto de abordar a Adair pero decidí alejarlas un poco de él, quería dejarle un poco de espacio, y aunque tuviera a aquellas chicas encima de vosotros cumpliría mi promesa de una noche de los tres.
Estuvimos hablando pero no prestaba mucho atención a lo que decían, en mi mente estaban imágenes borrosas de Iván, recordaba aquella tarde en la playa, no podía llorar más, tome un trago de mi copa y conduje a mi amigo y a las chicas hacia la pista de baile.
Las luces del establecimiento combinados con el humo que salía de unos como proyectores me hacían estar en sueño visual, el alcohol aumentaba mi adrenalina. Saltaba, reía, cantaba, tenía una euforia incontrolable, el alcohol estaban haciendo de las suyas.
Salí de la pista de baile junto con mi amigo Axel, nos dirigíamos a la barra para pedir otros tragos más, nos sentamos para esperar los tragos, las risas se apagaron y fue remplazado por una mirada correspondida, podía ver en sus ojos un brillo que había visto antes, sentí mi rostro acercarse al de él, sentí su respiración sobre mí, cerré los ojos y lo único que sentí fue como sus nuestras lenguas se juntaban a la par. Me pare de mi asiento y aun besándonos lo dirigí por los pasillos iluminados hacia el baño, donde lo metí y cerré la puerta con seguro. Los besos se fueron intensificando, sentí como Axel me mordía el labio pero no hice nada por quejarme. Sentí sus manos recorrer mi piel, sentía como empezaban a quitarme la playera que llevaba, cuando lo hubo conseguido dejo al descubierto mi fornido cuerpo, Axel se dirigió a besar todo pi pecho, recorriendo mi piel con pequeñas mordidas que dejaban un camino de pequeños puntos rojos, su boca se detuvo en mis pezones erectos, a los cuales mordisqueaba y jugaba con su lengua, trataba de no gemir pero era incontrolable, sus manos recorrían cada parte de mi torso, jugando con las divisiones de mi tableta, bajando por mi ombligo hasta llegar a la cremallera de mis jeans, desabrochándolo para liberar el pollon erecto que se escondía detrás de mi ropa interior, Axel no dijo nada y se dedico a sacarlo que aquella apretada tela que lo mantenía oculto, su boca bajo de mis pezones hasta mi polla ,la cual saboreo como una paleta, subía y bajaba a un ritmo considerado, de repente aumentaba la velocidad y la bajaba de golpe haciéndome gemir como loco incontrolable, su lengua recorría todo mi polla dejando caminitos de saliva en ella, Axel subía y bajaba con más velocidad haciéndome gemir mas fuerte
- Para, para me vengo – le dije en un gemido
Axel no dijo nada y se paró a besarme, mientras nuestras bocas se juntaban de nueva cuenta, aproveche el momento para despojarlo a él de su ropa. Cuando estuvo totalmente desnudo continuamos besándonos hasta más no poder, los besos eran suaves y cambiaban drásticamente a salvajes, sentía como sus dientes mordían en varias ocasiones mi labio inferior. Como pude lo fui llevando hacia los lavabos para detenernos en ellos y no cansarnos de estar parados. Al llegar hasta ahí pude ver claramente la espalda de Axel tensarse al ritmo de los movimientos de su cuerpo, cargue a Axel y lo senté en los lavabos mientras yo me hincaba para mamarle la polla cuyo glande estaba lleno de liquido pre seminal, mi lengua lo lamia como una paleta. Me metía aquel manjar de 15cm entero a la boca, podía oír los gemidos de mi amigo confundidos con el sonar de la puerta que avisaba que alguien necesitaba entrar en el baño, pero no me importaba, seguí mamando la polla de Axel mientras que mi lengua cogía los rastros de precum y los mezclaba con mi saliva. Empecé un movimiento de viven, primero lento y fui aumentado la velocidad haciendo audible ese sonido cuando chupas tu dedo de la mano, mis movimientos de vaivén hicieron gemir y retorcerse a Axel por encima de los lavabos, cuando Axel me interrumpió para detenerme y que no se viniera, decidí ir un poco más lejos, sentado todavía sobre los lavabos, abrí las piernas de Axel y empecé a meterle mi lengua por su culo, mi lengua daba pequeños lengüetazos en aquel lugar húmedo, sentía como apretaba el culo por la excitación, Axel estaba hecho un loco por el placer.
Cuando supe que estaba más que dilatado el ano de mi amigo, me levante del suelo, tome mi polla en mis manos y empecé a guiarla hacia aquel lugar desconocido para ella. Metí primero la cabeza, el cual provoco a Axel una grata sensación
- Si te lastimo me dices vale le dije mientras metía por completo mi polla.
Espere unos segundos para que el ano se Axel se acostumbrara a esa sensación. Trascurridos esos segundos empecé con unas embestidas lentas, metía y sacaba hasta el fondo, tratando de que no saliera por completo. Axel gemía a más no poder, provocando que las embestidas fueran más rápido. Sabía que hacia bien mi trabajo ya que Axel se aferraba fuertemente a mis brazos, los cuales le sujetaban por la cintura, podía ver como se mordía el labio inferior para ahogar los gemidos pero era inútil ya que los podía oír perfectamente. Cuando supe que me venía aumente los vaivenes, haciendo que los gemidos de ambos se mezclaran formando uno solo. Sentía mi verga tensarse, sentía el momento culminante y…
- Ahhhhhhh – dijimos los dos al mismo tiempo tras los cuatro chorros de lefa que expulse.
El semen escurría por el ano y mi verga asentándose en loseta del lavabo. Me acerque a Axel para juntar nuestras bocas y fundirnos en un beso.
Adair
Esteban y yo nos habíamos levantado y estábamos bailando entre la gente alcoholizada, mi vista se centro en la de él, mi ángulo de visión podía ver que tenía una sonrisa en el rostro.
- ¿Por qué sonríes? –le dije gritando y con un tono de diversión
- Porque eres muy guapo – me contesto haciéndome ruborizar
En mi espalda sentí su mano atrayéndome hacia él. Estando tan cerca de él podía sentir su respiración en mí, cerré mis ojos y sentí como sus labios se posaban en los míos, yo trate de corresponder al beso pero por los nervios fui algo torpe.
- Jeje no estés nervioso – me dijo al tiempo que pegaba su frente con la mia – Adair se que es no nos conocemos del todo, pero…TE AMO…
Aquellas palabras resonaron en mi cabeza, sentimientos encontrados salían a flote mientras mi corazón latía muy rápido. Mi boca se movió para contestarle a Esteban. Mi respuesta fue confundida con el sonido de la música de fondo que sonaba.