Nuestro amor no morirá (7)
...Brandon giro para verme, sus brazos me rodearon en un abrazo, me sentía protegido al estar rodeado por aquellos fuertes brazos, sabía que no pasaría nada al estar con él...
Hola, bueno perdon por tardar en escribir pero pues me fui de vacaciones y no habia tenido tiempo para escribir. Feliz año nuevo atrasado, espero que se las hayan pasado bien, y bueno como siempre les invito a leerme, perdon si encuentran faltas de ortografía y espero sus comentarios, bueno que lo disfruten. Perdon si encuentran faltas de ortografía
Capitulo 7 – Tell me your wish
Iván
La luz de la mañana entraba por la ventana de aquel dormitorio, al empezar a abrir mis ojos vi que tenia a alguien en frente de mi, mire con más cuidado y descubrí que aquella figura borrosa se convirtió en nada más y nada menos que en Brandon, mi novio, aquella persona especial que apenas había conocido y ya era lo más importante en mi mundo. Sus brazos me estaban rodeando por la cintura, nuestras piernas estaban entrelazadas una con la otra, trate de acercarme más a él pero fui inútil ya que se había despertado en ese momento.
- Perdón por despertarte es que… - Brandon no me dejo terminar la frase y la remplazo con un beso.
- No tienes por qué disculparte, de cualquier forma… (beso) ya quería verte – las palabras de Brandon hicieron que me sonrojara.
- Pero…bueno me rindo, pero dime ¿Por qué estoy en tu casa?
- Bueno ayer después de nuestro gran escape, me dijiste que y ano querías caminar así que te lleve de caballito y como no sabía en donde vivías pues decidí que mejor te traía a mi casa y por eso estas aquí – en el rostro de mi novio se dibujaba una gran sonrisa, no podía creer que yo era el culpable de ello.
Al girarme para tomar mi teléfono vi que eran las diez y media de la mañana
- Mierda, joder la escuela, Brandon ya es tarde
- No te preocupes un día que faltes no hace daño.
- Pero es el segundo día de clases, que tal si dan algo importante – la verdad, no me preocupaba tanto la escuela, ya que estaría otra vez todo el día con Brandon.
- Mi amor, no te preocupes, mejor vayamos a bañarnos.
Brandon me tomo de la mano y me saco de la cama, salimos de su habitación y, aun con la mano tomada, me condujo hacia el baño.
- Mi amor ¿quisieras…quisieras bañarte conmigo? – me pregunto Brandon con una carita de perrito regañado.
- Mmm pero es que…me da…bueno – en ese momento Brandon toma mi rostro con sus dos manos y hace que mi vista se clavara en la de él.
- Escúchame Iván, no va a pasar nada que tu no quieras vale, no quiero que pienses que las cosas van demasiado rápidas, si tú no quieres bañarte conmigo lo entiendo.
- Pero si quiero bañarme contigo mi amor, solo que no se.
- Por eso, si tú no quieres, lo entiendo de acuerdo.
- Vale, si quiero bañarme contigo Brandon.
- ¿Seguro? Entonces vamos…
Axel
Caminado a través del parque me encontraba, el aire helado golpeaba mi rostro y aunque no pudiera verme apostaría que mi cara estaría roja, por más que me acurrucaba en mi mismo no podía transmitirme calor, los pequeños rayos de sol surcaban los cielos como un ojo que está a punto de abrirse pero ni estos calentaban, las personas iban a todas apuradas, tal vez se les hacia tarde al trabajo o que se yo, pero no me importaba, en mi mente se encontraba una única persona, la cual era dueña de mis sueños, pensamientos y de mi propia vida, pero…había un inconveniente, y era que esa persona no sabía que yo lo amaba, ya que tenia a alguien por quien luchar.
Un sonido irritante me trajo a la realidad, aquel sonido acompañado de unas pequeñas vibraciones hicieron enojarme, metí la mano a mi bolsillo del pantalón y saque mi teléfono para ver quién me requería, y cuál fue mi sorpresa, un “Whatss” de aquella persona. Mi corazón empezó a latir muy fuerte, no fui consciente de que me sucedió, solo sé que empecé a correr y correr sin detenerme.
Hola, me llamo Axel, tengo 21 años recién cumplidos, mido 1.83, tengo el cabello color negro azabache, mis ojos son de color verde claro, mi cuerpo, mi cuerpo es como el de un modelo, estoy musculoso pero sin excederme, soy el más aventurero de mis tres amigos y bueno también me gustan los deportes extremos jaja, y bueno como se podrán dar cuenta, estoy enamorado de alguien y ese alguien es nada más y nada menos que…JOACO, así es, soy gay, y me siento muy orgulloso de serlo, me di cuenta de ello cuando conocí a Joaco en la primaria, desde el primer momento en que lo vi quede fascinado, no solo por su belleza sino que también por su amabilidad y trato que daba a las personas, desde siempre me estuvo protegiendo de las personas que me quisieran hacer daño, el siempre estuvo ahí para mí cuando más lo necesite, pero hubo un tiempo en donde todo cambio y fue él el que me necesitaba a mí.
Corría, saltaba y esquivaba a personas, muros, cajas, carros etc. no me percataba si le pegaba a alguien o no, lo único que quería era llegar a su casa, llegar a su encuentro, llegar con mi mejor amigo.
Joaco
La luz del día que entraba a través de la ventana me hiso despertar. No tenía ganas de pararme de la cama, pero sabía que tarde o temprano él legaría y… en ese momento mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas, en mi mente se empezaba a formar la escena de ayer en la playa. La lágrimas empezaron a caer una tras otra, en mi mente maldecía a todo mundo y me maldecía a mí mismo, “¿Por qué diablos no le dijiste cuando podías?, ¿Por qué fuiste tan cobarde y no le dijiste lo que en verdad sentías?”, aun con las lagrimas en los ojos me dirigí al escritorio que estaba en frente de la ventana y tome mi celular, “Te necesito, puedes venir por favor”, fue lo que le escribí a mi amigo Axel, tras enviar el “Whatsapp” me volví a tumbar en la cama, escondí mi cabeza en la almohada para que no se escuchara mi llanto, aunque estaba solo en casa pero aun así no quería que se escucharan. A los 10 minutos de estar llorando pude escuchar que tocaban el timbre, estaba dispuesto a pararme para ir a abrir pero alguien ya lo había hecho, “entonces no estaba solo en casa” pensé y fue ahí cuando recordé que Esteban se había quedado a dormir
- Mierda, Esteban – fue lo único que pude decir ya que alguien estaba tocando mi puerta para que yo lo dejara pasar.
Axel
Llegue como un rayo a la casa de Joaco, bien dicen que el amor lo vence todo. Me faltaba aire, de tanto correr como no, secaba el sudor con mi antebrazo y con la otra mano pude tocar el timbre. Mi corazón estaba muy acelerado, por una parte era por haber corrido minutos antes y la otra era porque vería a mi mejor amigo “no novio” otra vez, pero me lleve una gran sorpresa al ver que ni Iván ni Joaco abrieran la puerta, si que un tío con un musculoso cuerpo y unas maletas en mano fue el que me recibió.
- Ah, hola, lo siento vienes a ver a Joaco ¿verdad?, le podrías decir que gracias y que yo busco a mi amigo, y que disculpe las molestias que le cause. –No tuve tiempo de responderle ya que terminando eso, aquel tío se salió de la casa y emprendió su andar hacia la calle que en esos momentos estaba vacía. Mis ojos se desviaron del punto de donde había desaparecido aquel apuesto joven y se postraron en una persona la cual se encontraba el marco de la puerta con unos ojos llorosos, los cuales me miraban.
- Creo que ya conociste a Esteban – me dijo un Joaco con la voz quebrada
- Amigo… - fue lo único que pude decir, ya que Joaco me había abrazado y puesto a llorar, como pude lo lleve a dentro, cerré la puerta tras nosotros, y me senté en el sofá mientras seguía consolando a mi amigo.
Mi amigo estaba destrozado, y no me gustaba verlo así porque si no…yo también lloraría.
- Joaco, ¿qué tienes?, ¿Qué te paso?, no me gusta verte así.
- Lo eh perdido, amigo lo eh perdido
- ¿pero a quien has perdido?
- A Iván, Axel, eh perdido a Iván, mi Iván - de los ojos de mi amigo salían lágrimas sin control, en verdad estaba destrozado.
- Pero, ¿Qué ha pasado?
- Lo he perdido, me lo han quitado, aquel tío me ha quitado lo que tanto amaba, lo que por miedo no pude lograr, él en un día lo consiguió – de los ojos de mi amigos las lagrimas brotaban como una cascada, no soportaba verlo así, el no se merecía seguir sufriendo.
- Joaco, tranquilo, haber – sostuve su rostro en mis manos y mis ojos buscaban su mirada, la cual este solo evitaba – Joaco, Joaco mírame por favor, ¡Joaquín! – tras el grito que le había dado, Joaco esta vez mi me miro – No llores más por favor si, sé que es duro, lo sé, pero la vida continua, tal vez este no era tu momento, pero tú no puedes derrumbarte, tú debes de seguir adelante, por él y por ti, que era lo que siempre me decías, que no importaba si lo tratabas como una basura mientras que lo tuvieras a tu lado y que estuviera feliz era más que suficiente, y aunque ahora ya no esté a tu alcance como novio, aun lo sigues teniendo como “hermano”.
Joaco no dijo nada, su mirada estaba sujeta a un punto indefinido en el piso, de sus ojos solo salían unas cuantas lagrimas pero de cualquier forma un seguís triste. No dije nada, ya que en mi garganta se había formado un nudo, yo si entendía a mi amigo, estar al lado de la persona que mas amas y ser incapaz de decirle cuanto le amas. Las manos de Joaco agarraron las mías, su mirada busco la mía y con los ojos hinchados me dijo.
- Gracias por estar aquí, y por sacarme a delante, y…por todo de verdad, gracias amigo.
- Pues para estamos los amigos Joaco, para ayudarnos – en el rostro de Joaco se había dibujado una sonrisa, pequeña pero se había dibujado – Y a partir de ahora yo estaré aquí contigo, no permitiré que derrames una lagrima más vale, y me vale si llegas a hartarte de mí o hasta odiarme, pero te prometo que no estarás solo – nuestras frentes se juntaron, mis manos se posaron detrás de su nuca mientras que las de él me tenían por la cintura – te lo prometo.
- Yo lo sé – y enseguida nuestros labios se juntaron en un beso, nuestras lenguas se buscaban como si llevaran años sin verse, pero…
- No, lo siento, pero no puedo, no pued… - en ese preciso momento mi amigo se volvió a desmoronar, la verdad es que todo esto le afectaba y mucho.
Me levante del sofá y me dirigí hacia donde él se encontraba, mis manos agarraron las de él y mirándolo a sus ojos llorosos le dije.
- Nunca te dejare solo lo entiendes, si tu caes, yo también caigo, si tu lloras yo también lloro, y esto lo hago porque no quiero verte así lo entiendes.
Mi amigo no dijo nada, sus manos soltaron las mías y se entrelazaron en mi cintura, aquel abrazo que me estaba dado me fue muy reconfortable. Apoye mi cabeza en su hombro y logre escuchar que Joaco decía “Gracias” por lo bajo. Una lagrima logro surcar mi mejilla, apoyar a la persona que amas para que este feliz o lo sea me era una tarea muy difícil, “Todo estará bien, no te preocupes”, aquellas palabras fueron las únicas que puede decir por culpa del nudo que se había formado en la garganta.
Esteban
Conforme iba caminando, el frio que cubría a la ciudad iba desvaneciéndose, los rayos del sol iban saliendo cada vez más y más calentando a la ciudad con su esplendor. No tenía idea de cuánto tiempo llevaba caminando sin rumbo entre aquellas calles ya habitadas de las personas que corrían a sus trabajos o escuelas, Brandon me había dado el numero de su móvil, pero por más que llamaba este no lo cogía. Me estaba desesperando de tanto caminar, el sudor corría por mis sienes sin control, las manos me dolían de estar jalando mi equipaje, maldecía a Brandon y a mí por lo bajo, tal vez estaría con… y en eso recordé la escena de ayer en la playa, decidí sentarme por un momento en la acera y recordar la pequeña experiencia vivida en la playa, la forma en que Brandon le confesaba su amor a aquel chico y como luego se fundías en un tierno beso, y la reacción que tubo Joaco tras esto. En mi mente se había dibujado la imagen de Joaco tratando de no llorar de regreso a casa, me sentía mal al no darle mi apoyo en estos momentos, pero sentía que mi sola presencia le causaría el recuerdo de lo sucedido anoche, además está acompañado de aquel tío que llego en la mañana, tal vez sea su amigo, no lo sé, solo sé que en estos momentos con la única persona que con la que no necesita hablar es conmigo.
Mi mano agarro mi equipaje y levantándome de un salto me pude de nueva cuenta en marcha hacia un destino sin rumbo.
Brandon
Mi novio había aceptado la invitación de bañarse conmigo, aunque no había pasado nada pero eso para mí era más que suficiente, no quería que pensara que las cosas iban demasiado rápido. Recordé lo que hace momentos había vivido con Iván en la ducha, recordaba su tersa piel pegada a la mía, sus finos músculos siendo recorridos por pequeñas gotas de agua, sus caricias y besos por mi cuerpo, todo lo recordaba como si lo estuviera haciendo en ese preciso instante.
En ese momento algo me había sacado de mis pensamientos, y ese algo o más bien ese alguien era nada más y nada menos que mi novio, el cual me había abrazado por la espalda, su rostro escondido entre mi espalda me ponía la piel chinita.
- Brandon…te amo – el sonido de sus palabras fue apenas un susurro debido a la interferencia de mi espalda. Gire mi cuerpo para quedar enfrente de mi novio, el cual me observaba con un rostro llenos de felicidad, sus ojos radiaban un brillo espectacular. Posee mi frente sobre la de él, sus manos pasaron a mis cintura, y las mías una a su cintura y la otra detrás de su nuca, su cuerpo desnudo despedía un calor que no sabría explicar, de sus poros salía un olor incomparable, su sola presencia me era reconfortable, si pudiera me quedaría así todo el día.
- Mi niño, te vas a enfermar si estas sin camisa – le dije sin despegar nuestras frentes.
- No me importa – me dijo – mientras estés tu para cuidarme, yo se que nada me pasara – tras terminar de decir esto su boca se unió a la mía en un beso que yo correspondí al instante, nuestras lenguas de nueva cuenta se encontraron, se abrazaban como viejas amigas.
Aun agarrado de la cintura, pegue a mi novio más a mí, no quería soltarlo, no quería despegarme de él, aunque el beso terminara, yo quiero que el siempre este a mí lado.
- Yo también te amo Iván – en su rostro pude ver un poco de sonroja miento, su manos pasaron de mi cintura a rodearme por completo.
- Ya lo sabía – me dijo con una sonrisa picara.
- Jaja bueno, te lo vuelvo a repetir, “TE AMO IVÁN” – y lo pegue más a mí, se que sonara egoísta, pero Iván es solo mío, y de nadie más.
- Oye… ¿y qué vamos hacer hoy? – me pregunto mirándome a los ojos.
- ¿Hoy? – le pregunte
- Si ya que me dijiste que no fuéramos al colegio porque haríamos algo.
- Bueno, pues es una sorpresa – la verdad es que no tenía ni idea que podríamos hacer, pero seguro que se me ocurrirá algo – pero por lo mientras tienes que cambiarte ¿de acuerdo?
- Pero…no tengo ropa limpia – me dijo con una cara de incertidumbre
- Por eso no te preocupes, yo tengo ropa que tal vez te quede
- Pero…
- Nada, te vas a enfermar si sigues sin ropa y no quiero que te enfermes– le dedique una de mis mejores sonrisas, la cual hiso que Iván se diera por vencido.
Después de vestirnos y de almorzar algo, cogí las llaves del apartamento y nos decidimos en abandonarlo.
Iván
Pasar tiempo con Iván era maravilloso, siempre estaba al pendiente de mí, siempre preocupándose.
Al salir de su departamento, nos pusimos a caminar en dirección hacia…bueno la verdad es que no tenía idea de hacia dónde nos dirigíamos, pero, me agradaba caminar a lado de mi novio. A veces, disimuladamente hacia rozar mi mano con la de él, él a veces se percataba de mis movimientos y me dedicaba una sonrisa. Todo parecía perfecto hasta que en mi mente se cruzo la imagen de él, la imagen de Joaco, se me había olvidado avisarle que no llegaría dormir, aunque no sé si en verdad quisiera saber en dónde estoy, pero me daba igual tendría que avisarle de cualquier forma así que saque mi móvil y le envíe un “Whatsapp” diciéndole: “Hola Joaco, bueno solo te aviso que estoy bien vale, perdón por no avisarte antes y perdón por no ir a dormir, bueno espero que estés bien vale te cuidas, te…”, estuve a punto de ponerle “te quiero”, pero de seguro que a Joaco ni le ha de importar así que mejor decidí no hacerlo, y enviarle el mensaje. Como iba entretenido en el mensaje no me percate de por dónde iba caminando, solo sentí un brazo pasar por mis hombres, el cual iba guiándome a través de la ciudad, una voz resonó en mis oídos, haciéndome reaccionar en un santiamén.
- Bueno mi amor te seré sincero, la verdad es que no tenía idea de a donde ir así que bueno, te traje al centro comercial – en la cara de Brandon se dibujaba una gran sonrisa – no estás enojado ¿verdad?
- Como podría enojarme contigo, se que estás haciendo esto con cariño y bueno la verdad es que no me importa el lugar que sea, siempre y cuando tu estés conmigo.
- Vale, te quiero mucho mi Iván.
- Yo también…mi Brandon.
Al entrar en el centro comercial, el aire acondicionado nos pego de sorpresa, recuerdo que cuando era niño mi madre siempre cargaba un suéter para mí y me lo hacía ponérmelo para no enfermarme, recordar esas vivencias me hiso extrañar a mi madre, en los últimos dos días no la había recordado para nada, pero extrañaba esos momentos cuando dependía de ella, movía mi cabeza para borrar esos recuerdos para no entristecerme.
Recorrimos todo el centro comercial, entrabamos a tiendas de ropa para probarnos alguna y darnos el punto bueno, andábamos de un lado a otro y siempre Brandon al pendiente de mí, corríamos, reíamos, gritábamos, hacíamos de todo, cuando llego la hora de comer Brandon me dijo que haría algo de comer en casa, así que nos pusimos a salir del centro comercial.
De camino a casa cortamos camino por una pequeña plaza, el viento soplaba mientras que las copas de los arboles se sacudían al compas de sus sollozos, las hojas caían de los arboles como huyendo de algo.
- Es hermoso no crees –me dijo Brandon pegando su boca en mi oreja, lo cual me hiso estremecer un poco.
- La verdad es que si – le conteste – ¿y sabes que lo hace aun más hermoso?
- ¿Qué?
- Que estés aquí a mi lado – me gire para quedar enfrente de Brandon, mi mirada se poso en la suya, mis manos atraparon las suyas y se entrelazaron formando una sola – sabes que quiero
- Dime qué quieres mi amor
- Que me digas tu deseo, que yo te lo cumpliré.
- Pero…no quiero…que pienses que…voy demasiado rápido…
- No me importa, si es lo que yo pienso que es, quiero hacerlo, porque sé que tanto tú como yo lo deseamos.
- Pero mi amor ¿estás seguro?
- Completamente – en la cara de mi novio se veía compasión y felicidad, nos separamos y tomados de las manos corrimos a través de aquella plaza, no me importaba que la gente nos viera raro, lo único que me importaba era hacer feliz a mi novio, eso era lo único que importaba ahora.
El viento pegaba en mi rostro, lo que provocaba que no pudiera ver claramente pero que importaba, Brandon era mi guía, y el no permitiría que me pasara nada. Atravesábamos calles, esquivábamos gente y autos, Brandon tenía el control de todo y yo confiaba en él. Llegamos al departamento de mi novio, subimos las escaleras como un rayo y al llegar a la puerta nos detuvimos, Brandon buscaba sus llaves en su bolsillo con desesperación, estuve a punto de irle a ayudar pero cuando me fui acercando este ya las había metido en la puerta. Al entrar en su apartamento, cerramos la puerta tras nosotros, Brandon me tomo de la mano y como si fuera mi primera vez en su casa, me guio a través de su corredor en dirección hacia su dormitorio. Al llegar a este Brandon se giro y me vio directamente a los ojos.
- Iván, te vuelvo a preguntar, ¿estás seguro de hacer esto? – en sus ojos se veía preocupación y felicidad mezcladas.
- Seguro, quiero que sea especial, que mi primera vez sea especial – me había sonrojado tras haber dicho eso – quiero hacerlo contigo –las manos de Brandon pasaron a mi rostro, al tacto en mis mejillas era delicioso, cerré mis ojos por un momento para que el calor que de ellas emanaban me reconfortara, sentí una presión en mis labios, algo trataba de entrar en ella y sin más contra apuros la deje entrar, la lengua de mi novio exploraba mi boca, sus movimientos suaves me hacían estremecer, era la primera vez que sentía eso tras ser besado por mi novio.
Al separarnos ambos pegamos nuestras frentes.
- De acuerdo, hoy será especial para los dos – tras decir esto, nuestras bocas se volvieron a juntar.
Brandon
La repentina decisión de mi novio me había puesto muy feliz, sabía que esta era su primera vez así que sería especial. Al entrar en mi apartamento, tomados de la mano lo conduje hacia mi habitación, ya en esta volví a preguntarle a Iván si estaba seguro de lo que había decidido, no quería que las cosas pasaran muy rápido y tampoco quería que pensara que lo único en que pensaba era en sexo, así que se lo pregunte con la esperanza de que mi novio cambiara de decisión pero no fue así ya que mantuvo su promesa.
Lo tome de la cintura y con mi pie cerré como pude la puerta de habitación, caminamos comiéndonos la boca todavía, nos paramos en el centro de mi habitación, el sol aun entraba por mi ventana y sus rayos se postraban en mi cama, en la mirada de mi novio se veía el miedo pero también la felicidad, me acerque a su oreja y con pequeñas mordidas me la fui comiendo, mi novio daba pequeños suspiros, los cuales me hacían seguir con mi trabajo, cuando me separe de ellas le dije “Tranquilo, yo estoy aquí y nada te pasara ¿sí?, confía en mí”, tras acabar de decir esto nos volvimos a comer la boca, nuestras lenguas se juntaban haciendo una sola, al igual que nuestras manos. Sin separarnos le fui quitando su ropa a Iván empezando por la camisa, al mirarle con atención pude observar su delineado cuerpo, sus pectorales sin mucho volumen, su tableta finamente delineada, y sus brazos con musculo, había decidido tomar la iniciativa de todo esto, sabía que era, la primera vez de mi novio y de seguro no tenía idea de que hacer.
Mi boca fue directo a sus pezones algo erectos, los besaba y mordía con delicadeza, mis manos masajeaban sus pectorales haciéndole gemir de gusto, pasaba de uno en uno asiéndole con gusto, mis manos masajeaban el cuerpo de mi novio, pasaban por su espalda, por su abdomen por sus brazos y por sus pectorales mientras que yo lamia y mordía con gusto sus pezones ya erectos, bajaba y subía por su torso con finas mordidas, dejando a mi paso pequeñas marcas rojas en señal de que habían hecho efecto. Mis manos se dirigieron a sus pantalones, haciendo unos movimientos logre desabrocharlos y bajarlos hasta sus rodillas, mire con atención lo que se escondía en la fina tela del bóxer, para mi sorpresa tenia ante mis ojos el nabo de mi novio erecto queriendo salir a la luz del día. Me fui hincando para verlo de cerca, al acercármele vi que era perfecto aunque estuviera escondido en aquel pedazo de tela, se me hacia agua la boca y sin pensarlo lo mordí aun con el bóxer puesto, mi novio se retorcía de gusto, sus manos pasaron a mi cabeza las cuales me revolvían el cabello de la excitación, le mordía con gusto pero con delicadeza, lo sobaba, lo besaba y le mordía el nabo a mi novio el cual solo gemía de gusto, decidí meter la mano y tocar aquel pedazo de carne que esperaba ser sacado de la prisión de tela, para mi encuentro encontré un pene punzante y caliente, cuanto más lo exploraba mas se me hacia agua en la boca. La tentación pudo conmigo, baje el bóxer y de inmediato salió un pene grande y no tan grueso, este expedía un olor agradable para mi olfato, lo sobaba como si fuera el mío, de vez en cuando levantaba mi mirada para encontrarme con la de mi novio, pero no fue así ya que siempre tenía los ojos cerrados. Mi mano levanto aquel regalo del cielo, mientras que mi lengua lamia parte de debajo de este, mi lengua subía y baja en este, cuando llegaba a la cabeza mi lengua enrollaba aquel glande rozado y lo hacía suyo, cogía las gotas de liquido pre seminal que este emanaba. Subía y bajaba a un ritmo considerable, recorría cada vena que se marcaba con mi lengua, mordía con cuidado de no lastimarlo, aquel nabo sabroso, podía oír los gemidos de mi novio como si estuviera lejos de mí, a veces lo volteaba a ver pero el seguí con sus ojos cerrados. Mis manos recorrían y masajeaban su trasero mientras que yo me metía a la boca sus bolas, los finos vellos que estos tenían le hacían cosquillas a mi lengua y boca, una pequeña risa salió de mi boca a causa de la sensación que provocaban sus vellos.
- ¿Qué pasa? – me pregunto mí novio viéndome desde arriba.
- Nada…es que… - no pude terminar esa respuesta debido a que Iván volvió a comerme la boca, este beso fue diferente a los demás, fue entre salvaje y tierno, una mezcla inexplicable.
Algo hiso estremecer de gusto, y fue gracias a la pequeña mordida que mi novio me había dado en el labio inferior.
- Perdóname, ¿te hice daño?
- No te preocupes – le dije besándole esta vez su mejilla – estoy bien.
Sus manos pasaron a rodearme por el cuello, la verdad no sabía que le sucedía a mi novio, pero me gustaba que fuera así, bueno por una parte. Tome a Iván por la cintura y lo atraje hacia mí, de nueva pude cuenta sentí ese calor que emana su cuerpo desnudo, me hacía sentir calmado y seguro. Sus manos se desenredaron de mi nuca y pasaron al final de mi playera, sus manos se enrollaron a la tela y de un tirón pudo sacármela, pude ver como sus ojos recorrían mi desnudo cuerpo, su rostro se fue acercando a mi fornido torso y de inmediato supe lo que trataría de hacer.
Iván
Me impresionaba la actitud que estaba tomando, no sabía de donde había sacado las fuerzas para poder hacer lo que estaba haciendo, tal vez solo quería ver a mi novio feliz, sabía que se había quedado con ganas en la mañana cuando nos metimos a bañar juntos, pero fue comprensivo conmigo y no hicimos nada, pero quería que me dijera su deseo, que me dijera lo que en verdad quería, y así fue, me dijo lo que en verdad quería y estaba dispuesto a llegar hasta el final con él.
La mamada que me había puesto mi novio me había encantado, en toda la escena me había tenido los ojos cerrados, quería disfrutarlo al máximo, pero no me quería quedar atrás así que cuando le quite la camisa decidí hacer lo mismo que él había hecho un principio, empecé a acercar mi rostro a sus perfectos pectorales, empecé por morderle sus pezones, la verdad no sabía cómo hacerlo pero quería satisfacerlo, le puse todo mi empeño para hacer lo mejor posible y una sonrisa se dibujo en mi rostro cuando mi novio soltó un gemido, empecé a recorrer su cuerpo con tiernos besos, hasta llegar a su cuello, ahí decidí morder con delicadeza, mi novio solo resoplaba por lo bajo, decidí que el volviera a tener el control, subí hasta su oreja y a mordidas le dije “Brandon…quiero que me…penetres”, a lo cual el solo me respondió entre gemidos, “¿seguro?, a lo cual yo asentí.
Pude ver como las manos de mi novio se desabrochaban los jeans que traía, y con un solo movimiento se los bajo con todo y su bóxer, dejando al descubierto su pollon delicioso. Brandon me abrazo por detrás y con un dando un beso en la mejilla me dijo – “acuéstate en la cama mi amor”, yo obedecí sus órdenes. Estaba nervioso, sería mi primera vez con alguien y no tenía ni idea de que hacer. Brandon se pudo encima de mí y viéndome a los ojos me dijo.
- Iván, te lo vuelvo a preguntar ¿seguro que quieres hacer esto? Si quieres podemos parar
- No, por favor, quiero que me hagas tuyo – tras esto Brandon bajo a mi entrepiernas.
Algo frio me hiso estremecer, algo se retorcía en mi interior, baje la mirada y vi a mi novio moviendo su lengua en lo que parecía mi ano, trate de relajarme pero la excitación podía mas conmigo, esa sensación era inigualable, los movimientos circulares que su lengua hacían retorcerme de placer, cada lengüetazo me subía la temperatura (literal), le estaba entregando lo más valioso para mí a la persona que mas amaba, su lengua trazaba círculos, subía y bajaba por dentro de mí, no quería que parara, la sensación me agradaba pero…luego de un rato sentí como un dedo de mi novio se movía dentro de mí, recorría cada parte de mi ano explorándole, gemía de gusto al sentir esa nueva sensación era como…la verdad no sabía cómo explicarlo solo me gustaba. Después de varios minutos, sentí como otro dedo entraba realizando los mismos movimientos que su anterior amigo, así sucedió cuando tres dedos ya estaban adentro, de la excitación solo podía escuchar un ligero zumbido, algo me había dicho mi novio ya que se había levantado del piso he ido a buscar algo en su buro, cuando regreso traía consigo un bote el cual abrió y esparció un poco su contenido en mi ano, la sensación fría me hiso gemir y retorcerme de placer, de nueva cuenta su dedo volvió a recorrer mi ano ya dilatado, vi como mi novio abría un pequeño sobre de color rojo metálico, a lo cual yo dije.
- No, sin condón por favor, quiero sentirte
- Pero ¿seguro que?...
- Confió en ti mi amor
- Bueno, pero si te lastimo me lo dices por favor
- Claro
Sentí algo duro ir entrando a mi interior, me hice la idea de lo que podría ser, por un momento se detuvo, pero en seguida entro todo dentro de mí, se sentía extraño tener algo ahí dentro pero luego de un rato me fui acostumbrando, mi novio empezó con un movimiento de vaivén, el placer me consumía todo, gemía como nunca había gemido, podía ver a los músculos de mi novio tensarse, ,las venas de su cuello asomarse, empezó a aumentar la velocidad de sus embestidas, podía oír el golpeteo de sus huevos con mi trasero, me empecé a masturbar, millones de sensaciones se mezclaban en una sola, mi mano enrollaba mi pene en un movimiento rápido.
Brandon me hiso cambiar de lugar, ahora él estaba acostado y yo lo estaba cabalgando, saltaba en su pene en un movimiento rápido, sus manos estaban aferradas a mi cintura y mi trasero rebotaba en sus muslos, yo seguía masturbándome mientras veía la cara de excitación de mi novio.
- Ahh, me vengo.
- Córrete encima de mí, mi amor – me dijo Brandon entre gemidos
Ya no podía soportar y mi pene expulso 4 chorros de lefa, el cual uno de ellos le llego hasta la barbilla a Brandon y con una mano lo recogió y gustosamente se lo llevo a la boca, empecé a rebotar más rápido en el nabo de mi novio, el sonido de mi culo golpeando sus muslos eran más audibles, la cara de mi novio se estaba empezando a poner roja, las venas de su cuello se estaban tensando junto con sus bíceps, esto significaba que pronto se vendría.
- Joder, me vengo
- Córrete en mi – le dije entre gemidos y sollozos
Algo frio golpeo mi interior 5 veces, me faltaba el aire al igual que a mi novio, me levante y me fui a acostar a su lado, sentía como la leche de mi novio escurría de mi interior pero no me importo, quería llegar a su lado y tenerlo a mi lado.
- Mi amor gracias – me dijo besándome la frente, aun teníamos la respiración entre cortada.
Me acosté alado de él, mi mano busco desesperada la suya y cuando la hubo encontrado la cerré para formar una sola, recosté mi cabeza en su hombro y cerrando los ojos le pregunte.
- Mi amor gracias por lo de hoy, gracias.
- No te preocupes, gracias a ti por aceptar hacer esto conmigo – el sueño me estaba invadiendo, quería seguir despierto pero el sueño iba a vencerme.
- Mi amor ¿te puedo preguntar algo?
- Ahh, claro mi amor – me dijo dando un bostezo.
- Me prometes que estarás siempre conmigo, que nunca me dejaras solo – no sabía porque le había dicho eso pero las palabras salieron de mi boca.
- Eso no es una pregunta mi amor, pero yo te lo prometo, siempre estaré contigo y nunca te dejare solo, pase lo que pase siempre estaré a tu lado.
Brandon giro para verme, sus brazos me rodearon en un abrazo, me sentía protegido al estar rodeado por aquellos fuertes brazos, sabía que no pasaría nada al estar con él.
- Brandon, te amo con todo mi corazón – cerré mis ojos y el sueño por fin me venció.
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Gracias por leerme, de nueva cuenta les invito a comentarme y bueno espero no tardar con el siguiente capitulo. Cuidense.