Nuestro amor no morira (5)
tienes un parecido con él no quería parecerme a él ya que solo eso puedo traer problemas.
Bueno gracias por sus criticas y sus valoraciones, perdon por la tardansa jaja eh tenido unos problemas jaja pero ya estoy aqui y como siempre perdon si hay faltas de ortografia ya que no tengo mucho tiempo de revisarlo muy bien jaja pero aun asi espero su comentarios y gracias por los que han seguido esta pequeña historia GRACIAS.
Capitulo 5 – Be Happy!
Iván
Me agradaba estar agarrado de la mano de mi novio en un transporte público, aunque dudaba si el chofer del taxi nos estuviera viendo, pero aun así la adrenalina o algo parecido estaba presente en ese momento.
De vez en cuando volteaba a ver a Brandon, él cual siempre se encontraba con una sonrisa de la cual emanaba felicidad. Las gotas de sudor resbalaban por sus sienes lo que provocaba en mí una atracción física inigualable que ninguna otra persona podría provocar en mí. Brandon se dio cuenta de mis constantes miradas y giro su cabeza para postrar su mirada en la mía, con una mano tomo mi barbilla y la levanto para después posar sus carnosos labios sobre los míos, fue un beso tierno al cual correspondí de la misma manera, me agradaba esa forma de ser de Brandon, dulce, gentil y honesto, no era como las demás personas que se atragantan en un beso, no, Brandon era diferente a muchas parejas, él era muy respetuoso en la forma de besar y actuar, lo cual habla mucho de él.
Al separarnos nos miramos fijamente, en ese momento sus ojos café oscuro parecían un café claro por el brillo que estos emanaban, podía sentir su respiración tibia sobre mi piel, sus manos sudorosas por el calor, o tal vez por los nervios que se yo, su brazo izquierdo me rodeo por mi cintura y me atrajo hacia él, “no quiero que te vayas de mi lado”
Me quede perplejo al oír eso ¿Por qué lo decía?
- Brandon…pero… ¿Por qué…me dices eso? – le pregunte con un tono de voz de tristeza y de perplejidad.
- No por nada solo… (beso) que no quiero que te vayas jaja estoy loco lo sé pero no me hagas caso.
Sabía que algo me estaba ocultando y no quería decírmelo, se le veía en los ojos pero ya no quise presionarlo, no quería invadir su privacidad, si él quería decirme lo hará.
Brandon
La verdad es que si le ocultaba algo pero primero necesitaba saberlo al 100%.
Pronto llegaríamos a nuestro destino, ya que por el trafico que se hiso íbamos algo retrasados pero no me importaba, lo que me importaba era que iba a tener a Iván a mi lado todo lo que quedaba del día.
Cuando bajamos del taxi tome a Iván de la mano y así me lo lleve todo el camino, nuestro destino es la playa, la cual había investigado durante las horas del Taller Tecnológico cual quedaba más ya que quería darle una sorpresa. Podía sentir sudor en mu mano pero no le hice caso lo único que quería era estar al lado de él y no separarme nunca, quiero “ser feliz” a su lado para que él también lo sea.
- Mi amor ¿A dónde me lleva? – me pregunto Iván con una sonrisa en su rostro.
- Ya lo veras mi niño – le bese la cabeza – es una sorpresa – otra sonrisa se dibujo en el rostro de mi amado.
Iván
No sabía a dónde me llevaba este Brandon, me podía dar una idea por el camino que estábamos tomando, me estaba llevando a la playa, moría de ganas por ir ya que desde hace tiempo que no iba.
Como íbamos tomados de las manos muchas personas se nos quedaban viendo, unas sonreían al pasar a lado de nosotros, otras simplemente nos veían con cara seria y hubo algunas que nos vieron de manera de asco, la verdad que no importaba mucho, era mi vida no la de ellos pero aun así me sentí incomodo.
Al llegar a la playa Brandon se dirigió hacia mí y con una enorme sonrisa en el rostro me dijo
- Bienvenido mi amor –
Brandon se había puesto detrás mío, sus manos rodearon mi abdomen y me atrojo hacia él, la posición en la que estábamos me agradaba mucho, me sentía prisionero y protegido por aquellos musculosos brazos, sentía que estando dentro de ellos no podía pasarme nada, caminamos por la arena con los zapatos puestos, pequeñas porciones de arena se metían en ellos y se era difícil de caminar, así que opte por detener a Brandon para quitarnos los tenis. Cuando terminamos de hacerlo regresamos a nuestra posición inicial, “Te amo Iván, gracias por hacerme feliz”, las palabras de Brandon se confundieron con la brisa y el oleaje del mar que apenas fue perceptible para mis oídos.
Todo en mi vida iba a cambiar a partir de ahora, iba a ser feliz desde este momento, ya no importaba nada en ese instante quiero y querré hacer mi nueva vida a lado de Brandon.
Joaco
Después de haber dejado a Iván en el colegio y que le aventara la mochila al suelo por los “celos” que había sentido de que estuviera con aquel tío, regrese corriendo a casa, no me importaba si moría en ese instante, yo ya estaba muerto por dentro, no quería saber de nada en ese momento, todo mi ser estaba envuelto en un mar de emociones, no soportaba la idea de que Iván estuviera con aquel hombre, me sentía impotente, triste, con rabia por no poder hacer nada al respecto, solo podía esperar.
Al llegar a casa cerré la puerta de un portazo, corrí hasta mi recamara y volví a cerrar la puerta con otro portazo, me recosté en la cama boca abajo y descargue toda mi ira en un llanto, aunque sabía que no había nadie me tape con la almohada para ahogar el llanto, sentía que no podía respirar, sentía que me iba a morir, pero yo me había prometido pelear por lo que es mío, pero en tan solo pensar en que aquel hombre, que aquel extraño, me quitara mis sueños de ser feliz con la persona que más amo. Mis ojos se empezaban a cerrar, aun podía ver las lagrimas atreves de las pequeñas rendijas que formaban mis ojos, de repente ya no llore más, el dolor se había ido, me había quedado dormido.
Al despertar me di cuenta que había dormido cuatro horas, faltaba una hora para que saliera Iván del colegio, pero no me sentía con ganas de verlo ahorita así que decidí salir por un rato de casa, no sin antes pasar por el cuarto de Iván, se podía sentir en el aire su aroma, podía imaginármelo para aquí enfrente de mi diciéndome que me quería, de nueva cuenta mis ojos se empezaron a llenar de lagrimas pero pude contenerme, me fui acercando a su guardarropa, cuando llegue a este saque de él una playera de Iván, la tome con toda la delicadeza del mundo, como si fuera algo de vidrio y temiera que se rompiera, con mis manos me la fui acercando a mi rostro y cuando estuvo a pocos centímetros de este el aroma de Iván se desprendió de esta como si él estuviera ahí, salí de la habitación de mi hermano y me acerque a la puerta del mío, arroje la camisa de Iván para dentro de mi recamara y cayó en la cama, quería conservarla, cerré la puerta y me dirigía a la cocina cuando algo llamo mi atención. Ese algo se encontraba encima del tocador de la madre de Iván, me acerque con cuidado y cuando tuve ese objeto enfrente de mí las lágrimas volvieron a surcar mis mejillas.
Me encontraba enfrente de una fotografía, para ser sincero, la única fotografía, en la cual salíamos Iván y yo abrazados, recuerdo, que esa foto la quiso tomar su madre hace un año, quería tener una foto de “sus” hijos, así que de mala gana nos la hicieron, pero había algo en los ojos de Iván, que aun que fuera una fotografía se podría confundir con el reflejo del flash o las luces de la ciudad, pero no yo sabía perfectamente que ese destello es sus ojos no eran efectos provocados por luces, era algo diferente, era como si eso le alegrara mucho, en ese momento volví a soltarme en llanto, había caído al suelo en ese momento, todos mis sueños se desmoronaban por pedazos hasta quedar solo un recuerdo, el me quería y lo sabía, pero no del mismo modo que yo lo quiero a él, él solo me quiere como a un hermano, como un amigo, o no sé, pero es un querer diferente al que yo siento por él. Me levante de golpe del suelo, corrí hacia la cocina, tome mis lleves y me dispuse a salir de ese lugar.
No me importaba que le gente me mirara, que pensaran en que me sucedía, no me importaba ya, todo se había ido al caño. Camine sin rumbo fijo por toda la ciudad, no sabía en donde estaba, que sucedía a mi alrededor, no me importaba nada ni yo me importaba. La tristeza iba creciendo dentro de mí, solo un recuerdo, en eso se habían convertido todos mis sueños.
Estaba agotado de tanto caminar que vi un pequeño bar moderno, entonces sabía en donde estaba, cerca del aeropuerto, entre en aquel lujoso pero pequeño bar, me decidí a buscar una mesa en el fondo de aquel establecimiento para no ver a nadie. Al sentarme los asientos estaban acolchonados lo cual era agradable para las asentaderas, la mesera no tardo en tardo en tomar mi orden, la cual fue un vodka con jugo de naranja, “mesera” pensé, “quien contrata una mesera en un lugar tan pequeño”. De nueva cuenta la mesera no tardo con mi orden, no tenía muchas ganas de tomar, solo quería olvidarme de las cosas y para mí el alcohol no es la mejor forma de hacerlo, ya que después vuelven a ti esos recuerdos, es mejor sacarlos de tu cabeza por ti mismo.
Estaba tan entretenido viendo mi vaso cuando escucho a alguien entrar, voltee para ver de quien se trataba ya que había hecho mucho ruido al entrar, cuando puse mis ojos en esa persona pude sentir una ligera atracción hacia él, sus cabellos cafés relucían con el sol, su piel ligeramente bronceada, su musculoso cuerpo que se dejaba ver por la ajustada ropa que llevaba puesta, al principio pensé que estaba muerto y que él era mi ángel que había venido para llevarme con él, fue en eso que recapacite, “¿Qué me sucedía?, yo nunca me fijo en una persona por su atractivo” pensé, así que volví a agachar la cabeza para tomarme mi bebida, en eso escuchó pasos acercándose a mí, vuelvo a voltear para ver quién era la persona que se acercaba a mí, cuando me llevo la sorpresa de que era él el que se había acercado, aquel hombre sexi que apenas había conocido mi mirada estaba parado justo enfrente de mí.
Esteban
Yo no creo en las coincidencias, pero, creo que esta vez podría hacer una excepción, el destino se me hacia presente en la figura de aquel muchacho, mi corazón palpitaba, mis piernas temblaban, aquel hombre de playera roja emanaba una fuerte atracción, ¿me estaba volviendo gay acaso?, tantas preguntas circulaban por mi cabeza que ni siquiera podía yo responder, sabía que entrando a Barcelona tendría una nueva vida, acaso ¿esta era la nueva vida que tendría que llevar a partir de ahora?
Deje que mi corazón me guiara, que él tomara las decisiones ya que si lo hacía con mi cabeza lo único que conseguiría seria alejar a esa persona sin haberla conocido mejor. Mi vista solo lo veía a él en un camino rectilíneo, mi enfoque visual no observaba lo que estaba a mi alrededor, lo único que quería era llegar alado de aquel joven.
Cuando llegue a su mesa me para enfrente de él, el silencio se apodero del entorno, sentía las horas pasar muy rápido, mi corazón era audible para mis oídos, observaba todo de él, se veía la división entre los pectorales a través de su cuello en “V”, sus venas se marcaban a través de sus brazos, todo él era perfecto era como si hubieran esculpido un ángel en cuerpo y alma.
- Mmmm…Hola, se te ofrece algo – su voz rompió el silencio en el que nos encontrábamos, su voz era tan varonil pero al mismo tiempo tierna.
- Ah hola si este, es que soy nuevo en la ciudad, me vine a quedar en la casa de un amigo y pues…
- No sabes ni en donde demonios estas ¿verdad?
Su voz despedía tranquilidad y seguridad, estaba temblando, no era muy común en mí pero aquel tío estaba sacando mis sentimientos, sentimientos de los cuales yo nunca sabía que tenía.
- Jaja no te quedes callado, ven toma asiento y tomate algo que ahorita te enseño la ciudad, y pues mi nombre es Joaquín pero todos me llaman Joaco mucho gusto – “Joaco un nombre perfecto para un hombre perfecto” pensé
- Ah hola Joaco, yo soy Esteban
Jale el banco que estaba enfrente de mí y me senté en este quedando enfrente de Joaco. Nuestras miradas quedaron unidas por milésimas de segundos, hubiéramos permanecido más tiempo si la mesera no hubiera interrumpido ese magnífico momento, esta pregunto la orden y como yo estaba embobado con Joaco que no escuche la pregunta de la chica. Mis ojos miran como Joaquín mueve la boca pero no formula palabras hasta que…
- Hey te pregunte si te gusta el Vodka – me pregunto con una sonrisa en sus labios carnosos humedecidos por el liquido de color naranja opaco del cual estaba bebiendo.
- Ah, sí claro gracias.
El tiempo se me hacia eterno, como en una película en cámara lenta, podía ver todos los movimientos que hacia el cuerpo de Joaco, su abdomen y pecho expandirse por la respiración, sus musculosos bíceps tensarse cuando levantaba el vaso para beber su contenido, las pequeñas gotas de sudor resbalar por su piel ligeramente bronceada, la orden llego a los pocos minutos, la verdad ni sabía lo que bebía era vodka o que ya qué ya que yo solo me dedique a contemplar a Joaco, pude ver que tras acabar con un vaso pedía otro, siempre con el mismo color naranja opaco. Yo no quería quedarme atrás y de un jalón me tome el contenido de mi vaso. Pedía uno tras otro, pero nunca le quitaba la mirada de encima a Jaoca hasta que él se paro y vi que se dirigía un poco tambaleante, esto significaba que el alcohol ya estaba haciendo efecto en él. Me dedique a seguirlo, en el establecimiento solo había dos baños individuales, uno para mujeres y otro para hombres, corrí un poco tambaleante también para alcanzar a Joaco el cual ya estaba cerrando la puerta, corrí más de prisa con el alcohol haciendo ¡me perder el equilibrio pero por fin logre mi objetivo.
- ¡Hey! Tío ¿Qué haces? – no le di respuesta a la pregunta de Joaco. Lo tome del brazo y lo metí dentro del baño, el cual estaba muy amplio para caber cuatro personas aproximadamente.
- Escúchame por favor, no sé el porqué, ni tampoco porque paso, pero tú me atraes Joaco, me atraes mucho, y bueno… - no pude terminar de formular la frase ya que este se había abalanzado sobre mí posando sus finos pero carnosos labios sobre los míos.
El beso fue un beso un poco salvaje, nuestras lenguas se juntaron creando una sola, mi saliva se juntaba con la de él haciendo una mezcla de alcohol y naranja. Mi mano busco la perilla de la puerta para ponerle el pasador (seguro), Joaco se fue desasiendo poco a poco de sus prendas, y se sentó en el retrete, me separe para poder admirar su cuerpo de ángel, pase mis manos por sus pectorales los cuales estaban duros, mis manos bajaron por su abdomen bien definido el cual se encontraba contrayéndose por la falta de aire que nuestro beso le provoco, sin más contratiempos los labios de Joaquín se volvieron a unir a los míos, esta vez las mordidas se hicieron presente, sentía ligeros pellizcos en mí labio inferior provocándome ligeros gemidos, fue en ese momento que decidí tomar la iniciativa y fui bajando con pequeños mordiscos a través de la piel de Joaco, sus gemidos eran audibles, le di pequeñas mordidas en el cuello, dejándole pequeñas parcas rojas que se desvanecían poco apoco, mi rastro de saliva se hacía visible en cada una de las parte que mi boca toco, baje besando sus pectorales, en sus pezones firmemente duros, me detuve un poco, los lamia, los recorría con mi lengua, le daba mordiscos todo eso despertó el apetito sexual de Joaco, el cual yo estaba listo para saciárselo, baje recorriendo cada una de los cuadros que se marcaban en su abdomen recorriéndolos con la lengua, y mordiéndolos. Los gemidos no cesaban, al contrario, eran aun más fuerte pero ya no me importaba, mientras que de nueva cuenta jugaba con los pezones de Joaco, mis manos se dedicaron a desabrochar la cremallera del pantalón blanco de Joaco, mis manos sintieron el roce de algo caliente y palpitante, y sin yo ver baje la licra del bóxer de él liberando así a una pija de aproximadamente 18 cm, me acerque a esta para metérmela a la boca, deprendía un aroma a macho y a limpio, se me hacia agua a la boca de tan solo verla, la tome del tronco para acercarla a la boca cuando…
- Para, para, por favor, no sigas – la voz de Joaco hiso que detuviera mi objetivo – esto…no es correcto…enserio…yo no quiero traicionar…
- ¿Qué pasa?, ¿Por qué detenemos?
- Porque no quiero traicionar el recuerdo de la persona que más amo, lo siento creerás que soy un idiota al pensar en eso, pero yo no soy del tipo de personas que buscan solo sexo, yo tengo un objetivo pero por culpa del alcohol me deje llevar, en verdad perdón – se mojaba la cara – si aun…quieres que te…enseñe la ciudad…dímelo…no tengo ningún inconveniente por lo que paso…fueron simples besos solamente no llegamos a más – Joaco empezó a recoger su playera que ya hacía en el suelo, sus músculos se tensaron cuando este levanto sus brazos para metérsela, sus manos fueron dirigidas a la bragueta de sus pantalón las cuales subieron la cremallera de este - Bueno te veo afuera.
Me quede pensando en el baño por varios minutos, el tenia a alguien que amaba, y yo no me consideraba una persona que quitaba a los novias o en este caso novio, no sé pero ahora le debía el favor, no podía dejar las cosas así, se que muchas veces yo no actuó recíprocamente pero Joaco despedía confianza y tal vez lo ayude a conseguir su objetivo ya que todos tenemos uno y no es justo que por la primer babosada que hagamos se valla todo al caño.
Salí del baño al encuentro de Joaco, el cual me miraba con una cara de confusión.
- Lo siento de verdad, era nuestro primer encuentro y te lleve hacer cosas que no debías – me disculpe.
- No te disculpes, jaja te pareces mucho a él siempre disculpándose por las cosas más insignificantes – “entonces si tiene un ÉL” pensé
- ¿él? – pregunte sin esperar respuesta alguna
- Si él, el amor de mi vida, la persona la cual me hace levantarme cada mañana con una sonrisa.
- Entonces él debe ser muy afortunado al tener a un novio como tú – de inmediato la expresión de felicidad de Joaco cambio radicalmente a una de tristeza, sus ojos se empezaron a poner cristalinos.
- Es que…ese es el problema, no somos nada, ni siquiera sabe que yo soy gay, siempre lo eh tratado como una verdadera mierda, nunca muestro sentimientos hacia él, tengo miedo que me rechace por eso, tengo miedo de que nuestra amistad acabe por algo así, tal vez por eso lo hago, por temor a perderlo, de alejarlo de mí, por lo menos así lo mantengo a mi lado.
Joaco hablaba enserio, nunca había visto que alguien hablara con la misma seguridad con la que yo lo hago.
- Qué te parece si me cuentas todo a detalle ahorita que salgamos ya que debo encontrar la casa de mi amigo jaja, bueno claro si tu quieres
- Jaja tienes un parecido con él Esteban
Recogimos mis maletas, Joaquín insistió en llevarse una y yo una, salimos del establecimiento riendo de lo que había pasado minutos antes en el baño, en ese momento recordé las palabras de Joaco “tienes un parecido con él…” no quería parecerme a él ya que solo eso puedo traer problemas.