Nuestro amor no morirá (20)
...Me quede pensando en lo que Joaco me dijo hace unos momentos y tenía razón...
Bueno chicos aquí les dejo el siguiente capítulo, espero que lo disfruten y pues nada, espero sus comentarios, mensajes y valoraciones.
Capítulo 20 – One year later
Joaco
Estaba recargado en la pared de aquella cafetería que tan solo hace unos minutos se encontraba abierta sintiendo el frio aire de la noche colarse por mi ropa y recorrer mi cuerpo, se sentía tan refrescante. Saque mi móvil de mi bolsillo para mirar la hora pero en eso una persona se coloca a mi lado mientras me toma del brazo y se recarga en mi hombro, no me sobresalte ya que sabía perfectamente de quien se trataba, gire mi cabeza lo que hiso que él alzara la suya ligeramente de mi hombro y le di un pequeño beso en sus labios.
- Te extrañe, ¿volvemos a casa? – le dije a Iván al tiempo que tomaba su mano y las entrelazaba entre sí.
- También te extrañe. Volvamos – dijo entrelazando su mano con la mía.
Había pasado un mes desde que les dijimos a nuestros padres sobre lo nuestro y aunque nos habían aceptado decidimos que lo mejor era salirnos de casa y alquilar un piso, y así lo hicimos, nuestros padres nos ayudaron pagándonos el primer mes del apartamento y decidimos entrar a trabajar, al principio no quería que Iván descuidara sus estudios pero en verdad era muy insistente. Iván trabajaba después del colegio en una cafetería cerca de casa y yo trabajaba con Axel y Haziel en el bar luego de ir a recoger a Iván y llevarlo a casa.
Durante todo el camino no dijimos ni una sola palabra, al menos yo no quería arruinar aquel pequeño momento que tenia junto a él diciendo algo estúpido, tonto o cursi tan solo quería disfrutar de su compañía. Al llegar a casa Iván saco las llaves para abrir el portón, se aparto de mi lado para pararse enfrente de mí, me rodeo con sus brazos por el cuello mientras pegaba su frente con la mía.
- Te amo, ¿llegaras tarde? – me dijo con cariño.
- Sí pero aun así mañana podre acompañarte al colegio – mis manos separaron las de Iván de mi cuello, tome su mano derecha y la acerque a mí e hice que mis labios besaran el dorso de su mano en forma de despedida – Debo irme, te amo.
- Yo también pero cuando llegues descansa no es necesario que me acompañes al colegio, no te esfuerces mucho ¿vale? – solo pude asentir tras aquella pregunta. Iván dio media vuelta, abrió el portón y se perdió de mi vista.
No pude evitar sonreír durante el camino, vivir con Iván era una de mis fantasías más lejanas que pude inventarme pero ahora la estaba viviendo y aunque por nuestros trabajos nos era difícil vernos, con el simple hecho de saber que estará esperándome en casa me hacia olvidar todo y ser el hombre más feliz. Pero a pesar de eso aun me preocupaba algo, mañana cumplíamos un mes y me tocaba trabajar. Axel me había colocado, con referencias mías, como mesero ya que en aquel tiempo aun les hacía falta personal, los primeros tres días quise tirar la toalla pero durante el poco tiempo que llevaba trabajando allí ya me había acostumbrado a los distintos ambientes que se vivían en ese lugar pero a pesar de todo eso me gustaba trabajar.
Desde que llegue no deje de darle vueltas a lo de mi aniversario con Iván, no sabía cómo hacerle para festejarlo ya que nuestros horarios no coincidían y el iba al colegio en la mañana, y no quería que faltara ya que estaba en exámenes. Sentí una mano pesada recargarse en mi hombro, trate de voltear a ver quién era pero Axel apareció con una media sonrisa en mi campo visual.
- Si sigues soñando despierto puede que te caigas en una de esas – dijo burlándose de mí.
- Claro, tendré cuidado – iba a irme pero mi amigo me retuvo por el brazo.
- Haber, ¿Qué pasa? Hace tiempo que no te veía dormir despierto – tenía vergüenza de contarle, pero sentía que si no se lo contaba a alguien explotaría.
- Bueno, mañana cumplo un mes con Iván y quería prepararle algo pero me toca trabajar, y por más que trato de buscar una solución simplemente no se puede…
- Me hubieras dicho, mira Roque puede parecer estricto pero tiene una gran personalidad, estoy seguro que si le dices lo que pasa el te dejara libre mañana.
- No sé, apenas llevo unas semanas y ya voy a pedir un día, no creo que me lo de.
- No pierdes con intentarlo, y si te dice que no, cambia tu día de descanso para mañana – cuando dijo eso no pude evitar soltar una risita, nunca se me había ocurrido cambiar mi día de descanso.
- Vale, hablare con el después.
Luego de eso trate de ponerle entusiasmo al trabajo, no podía esperar para hablar con Roque.
Iván
Estaba intentando hacer mi tarea pero por más que trataba no podía concentrarme ya que en mi mente reinaban los pensamientos de otra cosa mucho más importante para mí, mi primer aniversario con Joaquín, me sentía sumamente feliz, era una sensación extraña que sentía de pies a cabeza. Deje lo que estaba haciendo y me puse a mirar a mi alrededor, con mi vista empecé a recorrer cada uno de los rincones de aquel apartamento…de mi apartamento…nuestro apartamento. Aun recordaba el día que Joaco me dijo que me fuera a vivir con él, al momento pensé que me tomaba el pelo pero la seguridad en su rostro me dijeron todo lo contrario y decidí aceptar su invitación sintiéndome extremadamente feliz. El sonido de mi móvil me hiso salir de mi mundo de fantasías para volver a la realidad, busque entre todos mis cuadernos que estaban en la mesa mi móvil pero no lo encontré, puse la mesa patas arriba tratando de encontrarlo pero no tuve éxito hasta que volvió a sonar y fue ahí donde me di cuenta que estaba siendo aplastado por mis otros cuadernos dentro de mi mochila, cuando lo saque vi que los mensajes que recibí los había enviado Haziel.
“Iván mañana descanso así que si podre acompañarte a donde me habías dicho, avísame si aun quieres que vaya”. “De cualquier forma estaré por tu colegio a eso de las ocho de la mañana.”
Luego de entrar a trabajar en el bar había veces en las que el dueño del lugar, Roque creo, hacia una pequeña fiesta con sus empleados y sus novio/as casi siempre los viernes y otras veces íbamos a casa de Axel los fines de semana y fue en esas fiestas que conocí a Haziel, el novio de Axel, con quien he entablado una buena amistad y se ha ganado mi confianza. Abrí la ventana de chat y le envié un “whats” a Haziel para decirle que si nos veríamos.
Joaco
Luego de limpiar las mesas y recoger la basura fui directo con Roque pero antes de eso le había pedido a Axel que me esperara afuera ya que no quería volver solo. Cuando llegue con mi jefe guarde mi distancia con el ya que se encontraba contando las ganancias del día, me sentía más que nervioso, era la primera vez que le pedía un favor y no estaba muy seguro si me iría a ayudar, al percatarse de mi dejo lo que hacía y me dedico una gran sonrisa como era su costumbre.
- ¡Joaquito! Que sorpresa, pensé que ya te habías ido ¿te puedo ayudar en algo? – dijo efusivamente.
- Bueno, venía a hablar con usted, quería pedirle un favor – dije con voz entrecortado por los nervios.
- Adelante, tú dirás.
- Vale, mañana o mejor dicho hoy cumplo un mes con mi novio y quería ver si me podía dar el día libre o si podía cambiarlo por mi día de descanso de la próxima semana ya…
- Bueno, que se le va hacer. Yo también estuve enamorado, claro que te doy el día y muchas felicidades – cuando dijo esto se acerco a mí y me di un abrazo de felicitación – felicítame a Iván de mi parte.
- Claro que lo hare, muchas gracias Roque – al salir del local Axel estaba hablando por teléfono recargado cerca de la puerta, al verme se despidió y colgó, guardándose de nuevo el móvil.
- Y bien ¿Qué ha pasado? – me pregunto con un tono de intriga.
- Pues que si me ha dejado – dije triunfante.
- Joder, estaré entonces solo.
- ¿Por qué estarás solo?
- Porque Haziel también descansa – no pude evitar reírme por lo que me había dicho, ya me estaba imaginando a Axel solo.
- Pero no estarás solo, tienes a Aldo, a Richy, a Lore, a Roque.
- Ya pero no es lo mismo, no me divierto igual, con ustedes la paso genial.
- Vale, el domingo fiesta en mi casa, ¿Qué te parece? – Axel me miro con picardía, lo que me quería decir con esa mirada era que aceptaba pero con la condición de que él llevara las cervezas – Oye ¿Y Haziel? No lo vi hoy.
- Le toco el turno de la mañana, últimamente le toca ese turno, pero me gusta ya que puede consentirme más en la noche.
Nuestras casas se encontraban a tan solo tres cuadras por lo que siempre volvíamos juntos. Cuando entre al apartamento me encontré con todas las luces prendidas y con Iván durmiendo en el comedor con todos sus libros debajo de él, verlo de esa forma me hiso sonreír tiernamente, tome a Iván entre mis brazos y lo lleve cargando a la habitación, lo recosté en la cama para luego sentarme a su lado, me encantaba verlo dormir era como un niño pequeño. Revolví su cabello, baje por su mejilla para terminar acariciando sus suaves labios, aquello hiso que Iván riera entre sueños, me fui acercando más a él al tiempo que su colonia cambiando con el aroma a café me embriagaban.
- Eres lo mejor que me pude haber pasado – le dije susurrándole al oído.
Me levante de su lado para irme a poner otra ropa, le quite las zapatillas a Iván y me recosté a su lado, con mi brazo lo atraje hacia mí quedando su espalda contra mi pecho. Antes de quedarme dormido sentí como su tibia mano tomaba la mía.
Axel
El sonido de los cajones del armario al ser sacados y metidos me hiso despertar. Haziel estaba parado a espaldas mío vistiéndose, al girar mi cabeza me di cuenta que aún era muy temprano, me levante de la cama y fui hacia mi novio, al llegar a él lo abrace por la espalda sintiendo su fría piel sobre la mía al tiempo que sus manos se colocaban encima de las mías.
- ¿Adónde vas tan temprano y tan arreglado? – pregunte dándole pequeños besos en su cuello.
- Te digo pero si prometes no decir nada – dijo dando media vuelta aun entre mis brazos.
- Vale, te lo prometo.
- Iván quiere que le ayude con su regalo de aniversario.
- ¿Enserio?...entonces creo… – le di un beso rápido a Haziel y me aparte de su lado – creo que yo también saldré. Ah, cuídate ¿vale? Te amo.
- Vale, tú también. Te amo.
Nunca se me ocurrió decirle a Joaco si necesitaba de mi ayuda para preparar su sorpresa o regalo y aunque no tenía ni idea de lo que él iba hacer creo que dos mentes trabajan mejor que una. Me había dado una ducha rápida ya que no quería entretenerme pero en eso sonó el timbre, rápidamente me puse un bóxer ya que no quería que mi amigo se marcara en la toalla que traía enrollada en la cintura y la persona que se encontraba afuera lo viera. Al bajar las escaleras volvió a sonar el timbre lo que hiso que me enfadara un poco, que manía tenían las personas con tocar mi timbre como locos pero creo que esa manía solo era de una persona ya que al abrir la puerta Joaco se encontraba al otro lado con la respiración agitada.
- Joaquín joder iba a ir a buscarte ahorita, ¿Qué haces aquí?
- Bueno, la verdad vine porque necesito tu ayuda – dijo entrando a mi casa sin que yo le dijera – Joder no tengo ni puta idea de qué hacer con el regalo de Iván.
- Joder, creo que por eso somos mejores amigos – dije casi gritando.
- ¿Por qué lo dices?
- Porque iba ir a buscarte para ayudarte con tu regalo – ambos reímos incontroladamente luego de que terminara de decir esto – vale déjame vestirme y te acompaño para haber que hacemos.
- Vale pero no tardes.
Quería ayudar a Joaco ya que era mi mejor amigo y porque no quería quedarme solo toda la mañana.
Haziel
Me encontré con Iván cerca del portón de su colegio a la hora que acordamos, tardamos un poco en decidir por donde comenzar primero pero al final decidimos por recorrer unos cuantos locales del centro para luego ir al centro comercial.
El camino fue agradable gracias a las risas y comentarios que hacíamos entre nosotros, la verdad es que me gustaba estar con Iván ya que teníamos gustos similares y él era el primer amigo que tenia luego de confesar que era bisexual, Iván era como el hermano que nunca tuve, era la persona en quien puedo confiar. Al llegar al centro entramos en pequeñas tiendas para mirar lo que nos ofrecían cada una de ellas. Al entrar en otro local, en uno de los aparadores había algo que me llamo la atención, un grabado sobre cristal que decía “felicidades”, aquello me hiso recordar un regalo que tenia Axel sobre su escritorio y que por lo que recordaba aquel regalo era de Iván, quise preguntarle acerca de aquel regalo pero cuando voltee a verlo se encontraba mirando algo en otro aparador, por lo que decidí mejor no sacar aquel tema.
- ¿Qué observas? – le pregunte cuando estuve más cerca de él.
- Hace tiempo vine aquí con Joaco y aquel día me dijo que le había gustado este reloj, bueno no precisamente este pero era muy parecido.
- Ya y ¿Por qué no se lo llevas?
- Sí, pero si lo compro ya no tendré para pagar el otro regalo.
- ¿El otro regalo? – dije sorprendido.
- Si, mande hacer un cuadro con una foto nuestra, pero no sé, quería darle otra cosa – en ese momento se dibujo una sonrisa en el rostro de Iván.
- Mira Iván, se que estas emocionado, se que cumplen un mes juntos y creo que te estás esforzando de más, y también creo que el regalo que escogiste es más que perfecto.
- ¿Qué me quieres decir con esto?
- Que los mejores regalos siempre vienen de uno mismo – Iván se quedo pensando por unos minutos, pero creo que al final entendió. Salimos de aquella tienda y nos dirigimos a recoger el cuadro que Iván había mandado a hacer.
- Haziel, puedo pedirte un último favor – me dijo antes de llegar.
- Claro dime.
- Puedes llevar el cuadro a casa y dejarlo dentro del armario es que estará Joaco allí y no quiero que vea que falte al colegio, ¿podrías hacerme este favor? Si te pregunta le dices que no es nada importante y te quedas un rato ahí para que no entre a verlo.
No conteste, tome el cuadro y salimos del local, Iván me dio la llave de su apartamento y cada quien se fue por su lado.
Axel
Ya había pasado tiempo y Joaco aun no lograba decidirse, pero me daba risa verlo caminar de un lado a otro. Varias veces le di mi opinión pero nunca me escuchaba hasta que por fin salió de su trance.
- Axel, ¿Qué debo hacer? – me pregunto angustiado.
- Mira se me ocurre una idea, así que tendremos que ir por flores.
- ¿Flores?, ¿Es enserio?
- Si es enserio, así que ven.
Tome a Joaco por el brazo y ambos salimos de mi casa. Tenía una idea, bueno en realidad le estaba regalando una de mis fantasías pero solo le pondría el escenario, de él dependería el resto.
Haziel
Al abrir la puerta del apartamento mire con cuidado por detrás de ella por si me encontraba a Joaco dentro pero al parecer no estaba en casa. No me costó trabajo encontrar la habitación de Iván ya que era la única puerta abierta, al entrar me lleve la sorpresa de encontrarme con una habitación bien arreglada, no solo la habitación sino que toda la casa, cuando Iván hablaba de su casa me la imaginaba con un poco de desorden pero creo que la apariencia de Joaco es muy diferente a la que tenía en mente. Abrí el armario y deje en una esquina recargado el cuadro de Iván.
Estuve a punto de irme cuando recibo un mensaje, pensé que era de Iván pero me sorprendí al ver que era de Axel.
“Hola, tráeme a casa de Joaquín todas las velas que haya en casa si no es mucha molestia por favor. Te amo”
No pude evitar reírme, cada quien estaba ayudando a su amigo, que casualidad. Le respondí a Axel, deje las llaves de Iván en la mesa y le envié un mensaje a Iván diciéndole sobre su cuadro. Bloquee mi celular y deje la casa.
Joaco
Axel me ayudo a preparar la casa luego de volver de comprar un montón de cosas, pero que digo velas fue lo que compramos, cuando llegamos Haziel nos esperaba con una maleta que contenía cientos y de velas. Nos tomo casi dos horas en acomodar todo y limpiar un poco pero cuando estuvo listo le pedí a Axel y Haziel que se quedaran en casa para el último detalle, les avisaría cuando estuviera próximo a llegar con Iván
Salí de casa y me dirigí hacia el colegio de Iván sintiéndome feliz pero también nervioso.
Axel
Haziel había decidido esperarse conmigo dentro del apartamento de Joaco para ayudarme hacer lo que me había pedido que hiciera. Me acerque a él sintiéndome extraño por estar en una casa ajena a la mía solo con él, estuve a punto de decirle algo pero no me dejo ya que de inmediato fue directo a abrazarme.
- Sabes, con esto me he dado cuenta de algo – me dijo tiernamente.
- ¿De qué?
- De que quiero estar a tu lado siempre.
- ¿Y eso por qué?
- Porque te amo – mire a Haziel por el rabillo del ojo. Había veces en las que no entendía a mi novio.
Haziel se empezó a acerca lentamente a mí, sentí sus manos colocarse detrás de mi nuca y sus labios besar los míos, de nuevo nuestras lenguas volvieron a encontrarse como la primera vez que nos conocimos. Agradecía al cielo, a la tierra, al destino, a todo y en cierta parte a la madre de Haziel por hacer que se fuera de la casa ya que si no hubiera sido así, no lo tendría en mi casa, en mi cama y especialmente entre mis brazos.
Iván
Como llegue más temprano a mi trabajo, mi jefe de dejo salir antes. Iría a casa para preparar la cena antes de que Joaco se fuera al trabajo, camine unos cuantos pasos cuando una voz me hace detener, al girarme mis ojos se encontraron a Joaco parado enfrente de mí con una expresión seria en su cara.
- ¿Qué haces aquí? – fui a abrazarlo diciendo esto.
- Pues vine a recogerte, creí que estabas en el colegio pero un Rafa me dijo que no habías ido.
- ¿Estás enojado?
- Debería, pero no puedo enojarme contigo. Vámonos a casa.
- Vale.
El camino a casa fue divertido, reíamos, jugábamos, platicábamos pero aun así me sentía nervioso, pero me sentí más nervioso cuando estuvimos cerca de llegar a casa. Al entrar al edificio, la luz blanca de la lámpara que colgaba de las escaleras nos recibió como siempre, Joaco tomo mi mano al tiempo que subíamos lentamente las escaleras. Al llegar a nuestro piso Joaco me volteo a ver con una media sonrisa, se separo de mi y fue a colocarse detrás mío, intente voltearme pero algo cubrió mis ojos.
- Espero te guste – aquel susurro hiso que mis piernas temblaran.
Al abrir la puerta de nuestro apartamento pude percibir un aroma dulce que se encontraba flotando por toda la casa, sentí sus dedos desatar el nudo de la venda que me cubría, al abrir mis ojos una camino de pétalos de rosa apareció enfrente de mí, el aroma dulce que percibí al entrar era provocado por el montón de velas que se encontraban, no solo siguiendo el camino de pétalos sino que se encontraban también por toda la casa. De nuevo Joaco tomo mi mano, me volteo a ver apenado y comenzó a guiarme por aquel hermoso camino que daba hasta nuestra habitación la cual se encontraba adornada de velas puestas en cada uno de los muebles de esta, la cama se encontraba llena de pétalos de rosas. Las manos de mi hermano me tomaron por los hombros y me hicieron girar y en un abrir y cerrar de ojos termine recostado en la cama con Joaco encima mío.
- Feliz aniversario.
Nuestros labios se rozaron en un beso apasionado, las manos de mi hermano empezaron a recorrer mi cuerpo por encima y debajo de la ropa al tiempo que los pétalos rozaban mi piel y me provocaban ligeras cosquillas. Joaco se acerco a mi cuello el cual empezó a morder, trate de hacer lo mismo pero perdí todas mi fuerzas frente a sus besos, Joaco subió desde mi hombro hasta mi oído donde mordió varias veces el lóbulo haciéndome retorcer ligeramente por el placer.
- No pasara nada si no quieres – me dijo en un susurro.
No conteste, tome su playera, Joaco se alzo de mi y jale de ella, las luces de las velas hacían que las líneas de su abdomen se marcaran más haciendo un juego de luces y sombras sobre él. Mi novio me miro, su mano acaricio tiernamente mi mejilla, tomo mi mano e hiso sentarme al filo de la cama, con agilidad me despojo de la playera que traía, con manos temblorosas desabrocho el cinturón, lo desbotono, bajo la cremallera y en un santiamén me lo quito, Joaco se incoo entre mis piernas, tomo la comisura de mis bóxers y lentamente fue bajándolos admirando mi pene con ojos llenos de lujuria, me volteo a ver como preguntando “¿puedo?” a lo que yo solo pude sonreír. Joaquín tomo del tronco a mi amigo y lo fue acercando a su boca, la sensación de aquello era tan placentera que sentí cosquillas en toda mi garganta, su saliva caliente combinada con el ligero aire que hacia su cara al subir y bajar combinados hicieron que apretara mi culo de la excitación, su lengua lamia mi polla como una paleta, la sacaba y la volvía a meter que ya no sabía si lo que brillaba en ella era mi liquido pre-seminal o su saliva, subía y bajaba enrollando de vez en cuando su lengua en mi glande, en una de esas que se la saco de su poca bajo lambiendo por el tronco de mi polla a mis bolas, las cuales mordisqueo cuidadosamente al tiempo de las jalaba, estuve a punto de venirme pero Joaco se detuvo en el momento preciso.
Luego de 20 minutos Joaco se levanto e hiso que me recostara en la cama con un poco de dolor en mis bolas por aguantar mis corridas, vi como mis pies quedaron encima de mí, intente ver pero en ese momento la lengua de mi novio empezó a moverse circularmente alrededor de mi ano, dando lengüetazos su lengua se abrió paso entre mi hoyo apretado, sentía su saliva caliente escurrir dentro de mí y su dedo esparcirla en lentos movimientos, un segundo dedo acompaño al primero y así hasta ser tres, intento meter un cuarto pero solo lo sentí rosar mi piel. Joaco se quito los pantalones rápidamente, la cabeza de su pene erecto brillo ante la luz de las velas, cuando estuvo listo sentí como su pene intentaba entrar en mi pero antes de que lo hiciera lo detuve, ante esto Joaco me miro interrogante.
- Espera de otra forma mejor ya que las flores… - los pétalos de rosas, aunque eran suaves me incomodaban un poco.
- Entonces… - Joaco estuvo a punto de ponerme en cuatro pero de nuevo lo detuve. Ahora yo hice que se sentara al filo de la cama, me senté sobre él y con ayuda de mi mano introduje su pene dentro de mí.
- Quiero ver tu cara – le dije mientras le mordía la oreja.
Joaco me sostuvo por la cintura para evitar que me cayera, empezó a mover sus caderas de arriba abajo pero la posición en la que estábamos dificultaba un poco sus movimientos por lo que yo opte por montarlo. La polla de Joaco se sentía dura, a cada rebote que daba una sensación de calor invadía mi cuerpo, sentía chochar la cabeza de su polla contra mí haciéndome gemir, las manos de Joaco se pasaron de mi cintura a mis glúteos, los agarro e hiso separarlos más facilitando la entrada de su polla. Mis movimientos fueron cada vez más rápidos, el pene de Joaco cavia ahora perfectamente en mi hoyo, a cada rebote que daba mi pene con mis bolas rozaban el duro abdomen de mi novio, la respiración agitada de mi hermano chocaba contra mi pecho, el placer que sentía me dificultaba respirar por lo que tenía que hacerlo con la boca pero con los gemidos que soltaba se me olvidaba. Tomó mi pene y con su palma lo envolvió, comenzó un movimiento lento de arriba hacia abajo haciendo que mi cuerpo estallara en placer, la velocidad con la que me masturbaba nunca cambio, era lenta pero siempre apretaba mi glande con su pulgar. Sentí mi cuerpo contraerse, un espasmo de placer rodero mi entrepierna y soltando un gemido libere en seis chorros mi semen acumulado los cuales mancharon a Joaco desde la barbilla, quito su mano de mi pene para llevársela a la boca y limpiar con su lengua lo que había quedado en su palma, vi como la recogía y se la pasaba de un trago. Su mano pegajosa me tomo por la barbilla, acerco sus labios a los míos y me beso dejando probar la esencia dulce de mi semen que aún se encontraba en sus labios.
El cuerpo de Joaco empezó a contraerse, sus dientes mordieron mi labio inferior y el sabor dulce de mi semen quedo remplazado por el sabor metálico de mi sangre. El pene de Joaco comenzó a palpitar dentro de mí, a los pocos segundos sentí como su semen inundaba mi cuerpo escurriendo por el hueco que se hacía entre mi cuerpo y su pene. Joaco se relajo y pegue mi frente sudada a la de él mientras mis brazos lo rodeaban en un abrazo, pegue mi cuerpo al de él mientras mi semen que escurría por sus abdominales me bañaba a mí también.
- Debemos bañarnos – dijo tratando de recuperar su respiración.
- Vale vayamos, pero una ducha rápida.
Joaco se levanto de la cama, me extendió su mano y yo la tome, pero en lugar de caminar me cargo entre sus brazos y a paso lento me llevo hasta el baño donde me dejo con delicadeza. El agua caliente pego en mi espalda, cogí el shampoo pero antes de que lo esparciera sobre mi palma Joaco me lo quita, al voltearlo a ver me miraba con una sonrisa tierna.
- Yo lo hago – me dijo mientras ponía un poco sobre mi cabello.
En el baño intentamos hacerlo de nuevo pero ambos estábamos cansados, pero aprovechamos para divertirnos con el jabón. Al terminar de nuevo Joaco me llevo cargando, las velas de la habitación casi se acababan lo que nos dio tiempo para sacudir un las flores y acostarnos debajo de las cobijas. Me pegue a su cuerpo al tiempo que nuestros penes se rozaban, Joaco paso su brazo por mi cintura e hiso que me pegara más a él, gracias a la poca luz de las velas aun podía ver la sonrisa que me dedicaba.
- Te amo Iván – acto seguido beso mi frente.
- También te amo.
Pase mi brazo por su cintura y me dispuse a dormir acompañado por el olor dulce de las velas aromáticas que se encontraban por toda la casa.
Joaco
Al despertar Iván ya no estaba a mi lado. Me levante de la cama y fui a ponerme un bóxer, al salir de la habitación no pude evitar recordar la noche anterior ya que los pétalos de rosa seguían en el piso. Iván salió del baño y cuando me vio se acerco a mí y me dio un abrazo.
- Buenos días, el desayuno está listo. Siéntate por favor – Iván fue hacia la cocina y trajo consigo dos platos de comida. Me sirvió uno y en lugar de sentarse conmigo fue de nuevo a la habitación. Al salir, salió con algo grande y cuadrado en las manos – Te diría que cerraras los ojos pero ya viste lo que traía así que…ten, feliz aniversario – al abrir el regalo de Iván me quede sorprendido con lo que había detrás de la envoltura, un cuadro con una foto nuestra, la primer foto que nos hicimos al empezar nuestra relación. No tenia palabras para expresarle lo que sentía, mire con ojos llorosos a Iván, me levante de la mesa y fui a abrazarlo.
- En verdad, muchas gracias, me gusto mucho. Ahora debo darte algo, tengo dos regalos para ti, anoche fue uno pero aún hay algo más – entre a la habitación de un cajo saque el regalo que Brandon me dio una vez – Tenia esto guardado y no sabía cuando dártelo, así que.
- Pero, esto… - Iván saco el grabado de la bolsa, lo miro y no pudo evitar sonreír – Gracias, lo conservare ya que siento feo tirarlo o hacerle algo pero espero no te moleste.
- Claro que no, si solo tienes ojos para mí, con eso tengo más que suficiente.
- Claro que sí, bueno me voy te veo al rato. Te amo – Iván se despidió de mi con un beso.
Este era nuestro primer aniversario de muchos que faltaban. Volví a mirar el cuadro que Iván me había regalado y de nuevo la felicidad invadió mi ser.
“Un años después”…
Joaco
El olor a carne asada no era precisamente uno de mis olores favoritos, pero con el hambre que traía podía comerme hasta el carbón que tenía la parrilla, Axel, quien se encontraba asando la carne, había organizado aquella fiesta con motivo del cumpleaños 22 de Haziel. Invitamos a nuestros colegas del trabajo, a Roque quien se encargaría de traer las bebidas y algunos clientes con los que nos llevamos bien.
Poco a poco fue llegando la gente y la casa de Axel comenzó a llenarse, la gente que conocía y la que no conocía fue a saludar a los anfitriones y Haziel empezó a llenarse de abrazos y de regalos. Con mi mirada empecé a buscar a la persona que había estado buscando desde que la gente empezó a llegar.
- Hola – dijo cubriéndome los ojos con sus manos.
- Hola, pensé que no vendrías – le dije a Iván tomándolo de la cintura y trayéndolo a mí.
- No podía dejar a mi mejor amigo tirado
- ¿Y qué hay de mí? Que desconsiderado.
- A ti te tengo todos los días, pero quería verte. Iré a buscar a Haziel y entregarle su regalo e iré por algo de tomar ¿Quieres?
- Si por favor, ya sabes lo que me gusta.
- Claro, ahora vuelvo.
Me sentía feliz de que él estuviera aquí.
Iván
Me estaba desesperando ya que tenía que pasar entre la gente y eso era desesperante. Cuando estuve en un lugar con poca gente alguien se paro detrás de mí.
- ¡Iván! Me alegro que hayas venido – dijo Haziel casi gritando por la música.
- Claro que vendría, no podía dejar a mi mejor amigo tirado. Toma – le entregue el regalo que traía en las manos y le di un fuerte abrazo – Espero que te guste.
- Gracias hermano.
“Mejor amigo” era un término que no usaba muy a menudo ya que pensaba que era innecesario darle una clasificaron a un amigo, pero sin duda Haziel rompió con ese esquema y se lo había ganado. Mi amistad con él era incomparable, hacia cosas que con ningún otro amigo hacia, compartíamos todo, secretos, vivencias, derrotas, él siempre estaba ahí con un consejo cuando más lo necesitaba y yo siempre iba a estar con él cuando me necesitara. Por eso y más se había convirtió en mi confidente, en mi hermano, en mi mejor amigo.
- Vale iré a llevarle algo de beber a Joaco y ahorita hablamos.
- Vale.
Al acercarme a donde estaban las bebidas, Roque, el jefe de Joaco, me saludo muy eufórico. Pedí mi bebida y la de mi hermano y mientras las preparaba mire a los chicos que tenía a lado quienes se servían vodka mesclado con jugo de naranja, al ver eso me acorde de Esteban quien hace un mes me lo había encontrado visitando la tumba de Brandon. Lo invite a tomar se decidió por tomar vodka con jugo de naranja. Me dijo que su nueva vida con Leo era fantástica, después de Corea viajaron a Australia, de ahí a Taipéi, luego a Japón, viajaron a Canadá para terminar en México y que pronto viajarían a Londres. Leo seguía ejerciendo su trabajo de doctor pero dando consultas privadas, o a veces a personas que lo necesitaban. En verdad me alegraba por ellos por eso había decidido ahorrar para viajar con Joaco al extranjero.
Joaco
- ¿En qué piensas? – le pregunte a Axel, quien se encontraba sumido en sus pensamientos.
- ¿Crees que si venga? – me dijo mirándome con nostalgia.
- Quién sabe, solo hay que esperar a que ese día llegue.
Hace unos días volvimos a recibir una carta de Adair. En la carta ponía que se encontraba feliz, que había hecho una familia sin planearlo, que se había reunido con alguien a quien amaba mucho y que no nos preocupemos por él, que se encontraba bien y que pronto vendría a echarnos una visita pero aun no nos decía en donde se encontraba ni con quien.
- Hola – la voz de una chica me hiso salir de mis pensamientos – creo que no me recuerdas, soy Ana – al decir esto me apretó la mano al tiempo que me daba dos besos – una amiga y yo somos clientas del bar en donde trabajas y nos enteramos que harían una fiesta aquí, espero y no te moleste.
- No claro que no.
- Qué bueno… - aquella tía volvió a hablar y aunque yo no quería hablar con ella tenía que aguantarla. Gire mi cabeza para que Axel me la quitara de encima pero este se estaba riendo a carcajadas, mire para el otro lado y vi a Iván viniendo hacia acá con nuestras bebidas.
- Iván qué bueno que llegas – dije interrumpiendo su conversación – mira quiero presentarte a Ana, Ana él es Iván, mi novio.
- Tu… ¿tu novio? – no puedo explicar la cara que puso en ese momento, pero sin lugar a dudas estaba decepcionada – ¿Eres?...Ok, iré por algo de tomar – Cuando se fue Iván me miro desconcertado.
- ¿Quieres bailar? – tome a Iván del brazo y lo lleve a donde la gente se encontraba bailando.
Me encantaba estar con él, sentir sus manos recorrer mi espalda, sus besos, sus dientes tratando de morder mi labio. En un año nuestra relación había cambiado notablemente, antes sabia cuando algo le pasaba por el sonido de su voz o porque se la pasaba preocupado por algo pero ahora con tan solo verle podía leer sus pensamientos, también hemos compartido y vivido demasiado, alegrías, tristezas, triunfos, derrotas, ataques de celos, peleas, reconciliaciones, pero a pesar de todo eso seguíamos juntos, apoyándonos el uno al otro.
- Joaco, ¿puedo decirte algo? –me dije al oído ya que la música nos impedía casi hablar.
- Claro dime.
- Pero sonara absurdo.
- Que importa, anda dime – Iván tardo en hablar, me sonrió y de nuevo se acerco a mi oído.
- No quiero que te apartes de mi lado. Nunca – no entendía porque pero escuchar eso me puso muy feliz.
- Iván nunca me iré de tu lado, nunca, eres la persona que siempre he amado y estoy agradecido con el cielo por tenerte a mi lado, siempre te amare, ayer, hoy y mañana siempre lo hare y ¿sabes por qué?
- ¿Por qué?
- Porque a pesar de que peleamos, nos celamos, reímos y disfrutamos de los placeres de la vida se que nuestro amor nunca morirá porque eres lo que más amo en esta vida.
Iván me abrazo fuertemente, como siempre tome su barbilla y la atraje a mí, mis labios besaron sus suaves labios, nuestras lenguas chocaron como viejas amigas, las caricias que me hacían sus manos en mi espalda me hacían cosquillas, y seguimos besándonos como si no hubiera un mañana.
Iván
Me quede abrazado a Joaco en medio de toda aquella gente sin importarnos nada. Él era, sin dudas, lo mejor que le pudo haber pasado a mi vida y no tenía palabras para agradecerle todo lo que había hecho por mí, en este tiempo él era mi hermano, mi compañero, mi maestro y mi novio.
Me quede pensando en lo que Joaco me dijo hace unos momentos y tenía razón, no importaba todas las dificultades que pasemos ya que de algo estábamos seguros, que nuestro amor no morirá.
~FIN~
Bueno chico/as aquí termina esta historia, en verdad muchas gracias por seguirla desde el principio. La idea original está muy alejada a lo que termine escribiendo, sé que no es la mejor historia pero quise intentar algo diferente. Estoy pensando en otro relato pero me tomara tiempo ponerlo en marcha. También hare un especial ya que deje algunas cosas inconclusas con Adair, pero serán contadas por otra persona. Bueno de nuevo muchas gracias por leerme y espero que les haya gustado. Un abrazo y un beso a todo/as. Saludos.