Nuestro amor no morirá (14)

...y otra cosa, nunca me perderás, siempre estaré a tu lado me entiendes...

Hola a todos, bueno creo que ha pasado mucho tiempo desde mi última publicación, pero bueno creo que no soy muy bueno en las promesas. Perdón si hay alguna que otra falta de ortografía. Comenten acerca de esto, acepto cualquier tipo de comentarios. Sin más preámbulos aquí les dejo la siguiente parte

Capitulo 14 – All my love is for you

Brandon

Oscuridad, es lo único que recuerdo.

Sabía dónde estaba, pero no recordaba el porqué estaba en aquel lugar. Cuando desperté Brandon estaba sentado enfrente de mí, su tono bronceado de piel siempre le había hecho ser muy atractivo, estaba hablándome, diciéndome cosas, atacándome con información acerca de lo sucedido pero en esos momentos no tenia cabeza para recordar. Me sentía confundido.

Desvié mi mirada mientras él seguía hablando, veía la lluvia caer y resbalarse por el vidrio de la ventana, me era frustrante estar ahí, quería saberlo o tal vez no. Fue en eso que un sonido estrepitoso irrumpió en la habitación haciéndome volver a la realidad.

Cuando voltee para ver que había sido aquel ruido una enorme sonrisa se dibujo en mi rostro, ya que la persona que surgió tras la puerta era aquella persona que tanto deseaba ver.

-       ¡Brandon! – Iván se lanzo sobre mí mientras sus brazos me rodeaban en un abrazo.

Iván, la persona que más amo…mi novio.

5 horas antes

Esteban

Su cuerpo desnudo era hermoso, su respiración continua hacia que se le marcara su tableta, me encantaba verlo dormir, recorrer con mi mirada cada una de sus facciones, mi novio era como un ángel. Leo rebullo entre sueños mientras giraba para abrazarme.

-       Hola – me dijo Leo con somnolencia.

-       Hola amor – le dije dándole un beso en la mejilla - ¿dormiste bien?

-       A tu lado, claro que se duerme bien – me dijo dándome un beso en la frente al tiempo que se levantaba del sillón - ¿aun sobra algo del desayuno? Muero de hambre.

-       Solo queda lo que está en los platos de la mesa.

-       Mmmm, con un ingrediente extra – dijo mientras se pasaba la lengua por los labios.

Leo camino hacia la mesa, donde momentos antes habíamos hecho el amor con locura. Tomo uno de los platos y empezó a comer. Mientras él comía, yo observaba su cuerpo desnudo, pasaba mi mirada por su boca, bajaba por su pecho hasta llegar a su polla, que estaba dura en este momento. Se me hacia agua la boca con tan solo mirarla, pero mi deleite fue interrumpido por el sonido de lo que parecía ser de un celular.

Trate de buscarlo pero no di con él, segundos después Leo paso como rayo enfrente de mis ojos, tomo su pantalón que se encontraba en el piso y de su bolsillo saco su móvil.

-       ¿Bueno?, Si habla el doctor Leonardo…

“Seguro es trabajo” pensé, me levante del sillón y me dirigí hacia la mesa, la cual estaba desacomodada, al llegar pude notar que aun había restos de semen seco en la mesa, lo que hiso que se me dibujara una sonrisa. A lo lejos escuche la puerta de la habitación abrirse, gire para ver a Leo salir de ella.

-       Amor, lo siento pero debo ir al trabajo, al parecer un paciente se ha recuperado y como soy su encargado debo examinarlo.

-       Si no importa, trabajo es trabajo – le dije un poco serio.

-       No te enojes, te lo recompensare, te lo prometo – me dijo mientras su boca se juntaba con la mía en un beso, rápido pero tierno.

Leo dio media vuelta y se metió directo en el baño y de nuevo la lluvia era mi acompañante. Empecé a vestirme con mi ropa que estaba dispersa por el piso del comedor, cuando hube terminado Leo salió del baño ya vestido, venia mientras se secaba la cabeza con su toalla.

-       Ahh se me olvidaba, el paciente del que me hablaron es tu amigo, Brandon.

Aquellas palabras me hicieron voltear bruscamente.

-       ¿Brandon? – le pregunte – ¿estás seguro?

-       Si, completamente.

Brandon, ¿había despertado?, aquellas palabras hicieron que se formara un nudo en la garganta, mi mejor amigo, mi hermano…y mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas.

Haziel

El frio del ambiente me hiso despertar. Me encontraba solo en la habitación, le grite a Axel, pero no contesto, busque mi móvil el cual estaba entre las cobijas, deslice mi dedo para desbloquearlo, tenia 15 llamadas perdidas y 2 mensajes, preferí abrir los mensajes primero y no pude evitar sonreír al ver de quien eran.

“Haziel, ¿Cómo estás? Espero que bien, te eh estado llamando pero no contestas, cuando leas esto llámame por favor, estoy en el hospital vine a ver a un amigo, vale”

“Se me olvidaba, te amo mi vida <3”

Sé que eran solo palabras, pero aquellas palabras hacían que en mi pansa se sintiera millones de sensaciones. Cuando empecé a contestar los mensajes, pude notar que una sonrisa se dibujaba en mi rostro, y eso me hacia aun más feliz.

“Estoy bien, acabo de despertar perdón por no contestarte, yo también espero que te encuentres bien amor. Te amo no lo olvides”. Después de eso me tire de nuevo sobre la cama, estaba feliz y Axel era la razón de mi felicidad. Segundos después vibro mi celular, lo cual me decía que ya me habían contestado.

“Qué bueno que estés bien, me tenias preocupado, anoche te levantaste llorando y no supe porque, pero bueno, te amo, ya en un rato llego a casa amor”

La sonrisa que había estado en mi rostro desapareció, pase mi dedo por la pantalla para revisar las llamadas, en ese momento mi corazón empezó a latir muy rápido mientras que mis ojos se iban llenando de lágrimas. “Entonces no lo soñé” dije entre mi. Me recosté en la cama, atraje una almohada hacia mí y trate de evitar llorar, pero no pude, el simple hecho de recordar aquella escena me causaba dolor, habían pasado casi tres semanas de aquel incidente, tres semanas de que me había ido de casa, de que había perdido contacto con mis padres. Fue en eso que la puerta de la habitación se abrió, me levante de la cama y como un rayo fui a abrazar a Axel.

-       ¿Qué tienes? – me dijo en tono preocupado mientras me apartaba de él.

-       No tengo nada – le conteste tratando de poner una sonrisa

-       No se llora por nada – me dijo mientras su frente se juntaba con la mía - ¿Qué acaso no confías en mi?

-       Si confió, pero…

-       ¿Pero qué?

-       Es que…bueno te contare…

Tome la mano de Axel mientras lo dirigía hacia la cama. Quería desahogarme, quería contárselo, así me sentiría mejor.

Joaco

Caminaba con una gran sonrisa en el rostro, me sentía como en un sueño, en un sueño del cual no quería despertar. En mi mente se seguían formando los recuerdos de hace unas horas, la confesión de Iván, nuestro primer beso. Sentí como su mano  se entrelazaba con la mía y su cuerpo se pegaba al mío.

-       ¿En qué piensas que te tiene tan contento?

-       En una persona, una persona que quiero mucho y esta a mi lado – le dije con una gran sonrisa.

Iván soltó mi mano y fue a colocarse justo enfrente de mí mientras se abalanzaba sobre mí aferrándose a mi cuello cuando en eso sus labios se juntaban con los míos en un beso torpe pero tierno, su lengua se abría paso para juntarse con  la mía, coloque mis manos sobre su cintura y de un solo movimiento lo alce del piso mientras pegaba su cuerpo contra la pared. Pegue mi cuerpo mas a él para seguir abrazados mientras seguíamos besándonos, no quería soltarlo, sentía que si lo soltaba lo perdería de nuevo.

Al separarnos para coger aire ambos nos empezamos a reír.

-       Te quiero Joaco – me dijo Iván mientras su frente se juntaba con la mía. No puede evitar sonrojarme, sus palabras hicieron que una sonrisa se dibujara en mi rostro.

-       Yo te quiero más – le dije mientras le plantaba un pequeño beso en sus labios – pero es hora de regresar a casa si no te enfermaras.

-       Pero no quiero regresar. No quiero que este día acabe.

-       Ni yo.

Deje a Iván en el suelo y tomados de las manos emprendimos nuestro andar hacia casa.

Axel

Estábamos sentados a la orilla de la cama, el rostro de Haziel estaba triste, en verdad me preocupaba pero no quería forzarlo a que me contara si se trataba de algo que lo lastimara.

-       Bueno…es algo difícil de contar pero… - vi como los ojos de Haziel se llenaban de lágrimas – pero…creo…

-       Haziel escucha – le dije mientras tomaba su cara en mis manos para que la alzara – no es necesario que me lo cuentes vale…

-       Pero necesito hacerlo, quiero hacerlo...pero es que es difícil – mi novio soltó un suspiro y continuo hablando – escucha, hace tres semana les conté a mis padres que era bisexual y digamos que no se lo tomaron nada bien…

-       Haziel enserio no es necesario – le dije pero no me escucho.

-       …mi madre me dijo que yo no era su hijo, que para ella no existía, mientras que mi padre solo me miro con cara de repudio – en ese momento las lagrimas empezaron a surcar su rostro – entonces fue cuando opte por salirme de mi casa, únicamente con mi patineta y algo de ropa y dinero, eh estado en lugares diferentes todos estos días, eh ido a bañarme a casas de amigos, eh dormido en parques y... Por eso me puse así anoche al ver las llamadas de mi madre, no quería volver a sentir aquel rechazo pero creo que no funciono – fue entonces cuando Haziel rompió en llanto – desde entonces eh estado solo, y fue cuando te conocí, cuando conocí el amor a primera vista, no sé cómo explicarte pero no quiero que pienses que tras decirte esto solo te estoy utilizando por que no es así. Axel te amo, en verdad de te amo… – atraje a mi novio hacia mí, no me gustaba verlo así, me ponía triste – Axel por favor, no me dejes.

-       ¿Cómo piensas eso?, Haziel para mi eres todo, jamás te dejaría solo y nunca, a partir de ahora, no volverás a estar porque me tienes a mi – hice que Haziel se recostara sobre mis piernas mientras mis brazos lo abrazaban

“¿Cómo fue que me enamore de esta persona?” esa pregunta empezó a surcar mi mente. No entendía como dos personas se habían enamorado en tan poco tiempo y sin siquiera conocerse, cómo es que esta persona se había vuelto tan importante en mi vida que hacía que me preocupara por él, acaso ¿esto es lo que llaman amor a primera vista?, ¿este era en verdad mi primer amor? No deje que eso me dominara, si esto en verdad era mi primer amor quería disfrutarlo al máximo.

Baje mi mirada hacia Haziel, pero este ya estaba dormido sobre mis piernas. “Te amo” le dije en forma de susurro mientras lo acomodaba sobre la cama mientras yo me colocaba a su lado.

Esteban

No daba crédito a lo que mis ojos veían. No podía creerlo, Brandon estaba…estaba despierto, era como un milagro.

-       Lo siento joven, pero necesita desalojar la habitación – me dijo una enfermera que estaba ayudando a Leo.

-       Pero…

-       Lo siento, pero el paciente debe ser examinado.

No dije nada, solo acepte molesto la orden que me habían dado. Al salir de la habitación tome mi móvil y de inmediato llame a la mamá de Brandon.

-       ¿Bueno? – me dijo después de dos intentos – Brando, hijo, lo siento pero no puedo hablar estoy en el trabajo…

-       Lo siento, no le llamaría si no fuera importante, pero solo quería decirle…que…

-       ¿Qué?, venga hijo dilo rápido que no tengo mucho tiempo.

-       Que Brandon acaba de despertar.

-       ¿¡Que!? ¡Enserio! ¿No me estas mintiendo verdad?

-       No, claro que no, hoy me acabo de enterar.

-       Bueno, voy para allá – y colgó.

“Por un momento juraría que estaba llorando” pensé. Solo quedaba una persona a la que tenía que avisar, Iván.

Busque su número entre mis contactos. Marque dos veces a su celular pero nadie contesto, fue cuando decidí probar suerte marcando a su casa.

*Beep, beep…

-       ¿Hola?

-       ¿Iván?...

Iván

Habíamos llegado ya, bueno aun faltaba algo de camino, pero desde donde nos encontrábamos podía ver perfectamente nuestra casa. Mientras más caminábamos, más rápido latía mi corazón pero al mismo tiempo me dolía y no sabía el porqué, aun sentía que algo me faltaba o más bien que algo estaba olvidando. No quería llegar a aun, quería continuar todavía a lado de Joaco. Tenía miedo, miedo de que al llegar despertara y que todo lo que había vivido fuera simplemente un sueño. Ahora que somos no… no, espera, aún no somos nada, “¿acaso está esperando a que yo me declare?” pensé.

Aquello que me plantee hiso que mi nerviosismo aumentara. Fue en eso que detuve a Joaco cuando hubimos llegado al pórtico. Alce mi mirada y lo único que vi fue a un Joaco sorprendido. Quería plantearle mi preocupación pero no más las palabras no salían de mi boca.

-       Oye, no estés nervioso, venga entremos, te prometo que nada va a cambiar ¿vale? – me dijo mientras sostenía mis manos al tiempo que me daba un pequeño beso en mi mejilla – venga ahora entremos, que debes cambiarte.

-       Bueno si, pero eso no es lo que te quería decir.

-       ¿A no?, entonces dime, te escucho.

-       Bueno…es que…tu y yo…

-       ¿Sí?

-       ¿Qué somos ahora? – no pude creer que se lo haya soltado, me sentía morir. Cuando baje mi cabeza pude ver que en el rostro de Joaco se dibujaba una sonrisa.

-       Bueno, nosotros…

-       ¡HIJOS, HOLA!, que bueno que llegaron tenía tantas ganas de verlos.

-       ¿Mamá?, ¿Qué haces aquí? – mierda, porque tenían que volver justo en un momento como este.

-       ¿Cómo que hago aquí? Pues aquí vivo ¿no?

-       Bueno si, pero me refiero a que hacen aquí, que no se supone que estaban  de luna de miel.

-       Si, estábamos, pero su padre debe entrar a trabajar así que tuvimos que volver. Pero bueno entren y quítense esa ropa que están súper empapados – mamá nos hiso entrar a la fuerza.

Ya en la sala, mi madre hiso que saludara a José, mi nuevo “papá”

-       Hola chicos, espero que se hayan portado bien, en especial tu Joaquín, espero que no le hayas causado problemas a Iván

-       No papá, no te preocupes – dijo Joaco con una sonrisa. Como es que podía estar tan tranquilo

-       Bueno chicos basta de charla y váyanse a dar una ducha para que no se enfermen.

-       Con permiso – contestamos al unísono.

-       Ha hijos, les hemos traido algo de ropa. Espero que les quede – dijo mamá con una gran sonrisa.

-       Gracias mamá.

-       Gracias Stella – contesto Joaco.

-       Venga Joaco, tú también puedes llamarme mamá – le dijo a Joaco mientras se ponía en una actitud severa pero al mismo tiempo bromeando.

-       Bueno si, solo es que, aun no estoy acostumbrado a llamarla así, pero lo hare – le contesto Joaco mientras sus mejillas se ponían rojas.

-       Bueno nos retiramos, con permiso – les dije para sacar a Joaco de ese momento embarazoso.

-       Ah por cierto Iván, te llamo un chico, no me acuerdo de su nombre, déjame ver donde lo anote…así, Esteban. Me dijo que cuando llegaras te pusieras en contacto con él que es urgente algo acerca de…Brandon creo.

-       ¿QUE?

-       Toma, te dejo su número.

No podía creerlo, me había olvidado de aquella persona, de aquella persona importante para mí, aunque ¿seguía siendo importante?

Esteban

Caminaba de un lado a otro, el sudor recorría mi frente y mis manos estaban pegajosas. Me sentía tan feliz de que mi mejor amigo haya despertado, fue entonces que las lagrimas empezaron a recorrer mis mejillas.

Una vibración dentro de mi bolsillo hiso que volviera a la realidad, me enjugue las lagrimas y conteste la llamada.

-       ¿Bueno?

-       ¿Hola, Esteban? Habla Iván, me dijo mi madre que me habías llamado.

-       Hola Iván, si solo quería decirte que Brandon ha despertado – no pude evitar decirlo con alegría – por si quieres venir a verlo.

-       ¿Enserio?, enseguida iré, muchas gracias por informarme.

Por un momento había pensado que a Iván no le había agradado la noticia, pero hice que esos pensamientos desaparecieran de mi mente, “Como no le va a agradar la noticia, si es su novio”. Cuando los doctores y enfermeras salieron de la habitación de Brandon me dieron la aprobación de entrar a verle, esquive a las enfermeras que aun se encontraban en el marco de la puerta y entre hecho una bala a la habitación. Cuando me hube detenido enfrente de la cama de Brandon, este me miraba con una gran sonrisa. No pude contenerme más y me lance sobre él en un eufórico abrazo mientras mis ojos volvían a derramar lagrimas de felicidad, Brandon correspondió a mi abrazo mientras me decía algo que no pude entender debido a mi llanto.

-       Brandon – no podía articular mis palabras, tenía tantas cosas que decirle, que preguntarle, pero no podía – me alegro que estés bien hermano – fue lo único que pude decir.

-       Me alegra que estés aquí Esteban, de verdad, gracias.

-       ¡BRANDON! – Sara, la madre de Brandon, había entrado en ese momento a la habitación – hijo ¿Cómo estás?, ¿estás bien?

-       Mamá, tranquila relájate estoy bien, vale no te preocupes.

-       Como quieres que no me preocupe si has estado en coma, pero bueno me alegra ver que estas bien mi niño.

-       Me alegra verte ma’ – Sara rodeó a Brandon en un fuerte abrazo mientras le besaba su frente.

-       Ehh, ¿Sra. Lozada?, perdón que la interrumpa, mi recepcionista me informo que usted estaba aquí. Puede acompañarme si es tan amable por favor.

Leo se llevo a Sara fuera de la habitación mientras yo me quedaba con Brandon. En verdad que estaba feliz.

Joaco

Sentía que una parte de mi se rompía. Había oído decir a Stella que Esteban le había hablado a Iván para informarle algo acerca de Brandon. No quería que Iván le hablara a Esteban, una parte de mi me decía que algo iba a salir mal y que yo iba a salir lastimado.

Me bañe lo más rápido que pude. Sentía miedo, miedo de volver a perder a la persona que más amo. Salí de la ducha y me dirigí como rayo a mi alcoba, dentro de esta me vestí lo más rápido que pude, sentía como mi corazón latía cada vez más rápido. En verdad tenía miedo.

Al salir de mi habitación me dirigí directo hacia la de Iván y al entrar en esta me encontré con un Iván ido. Lo llame varias veces hasta que por fin me miro, en su mirada podía ver tristeza.

-       Iván, ¿Qué paso? – le pregunte mientras me sentaba a su lado – ¿has hablado con Esteban? – Iván solo asintió – Y ¿Qué te dijo? – cuando termine de decir esto mi corazón empezó a latir aun más fuerte.

-       Brandon…Brandon, ha despertado – y esa fue la gota de derramo el vaso – pero yo…

-       Te acompañare, creo que debes ir a verlo – pero que cojones estaba diciendo – así que…vamos, ven levántate – quería callarme pero no podía, por alguna razón no podía.

-       Bueno, vamos – me contesto mientras agachaba su cabeza.

Bajamos las escaleras y al llegar a la sala les explicamos a nuestros padres la situación, por lo que no se negaron en dejarnos ir, tomamos unas sombrillas y nos pusimos a andar. Ya en la calle Iván y yo mantuvimos nuestra distancia, “¿Por qué?, ¿Por qué me tenía que pasar esto a mí?, ¿Por qué justo cuando todo iba marchando bien?” En ese momento una lagrima surco mi rostro.

Iván

El camino hacia el hospital me había parecido un camino sin fin. Durante todo el camino Joaquín y yo no hablas en lo absoluto y eso se sentía feo.

No sabía qué hacer, no sabía cómo mirarlo a los ojos. Lo único que me quedaba era ser fuerte.

-       Venga, se que puedes hacerlo – me dijo Joaco mientras me dedicaba una sonrisa.

Brandon

Por lo que me dijo Esteban, él ya le había avisado a Iván lo que había sucedido. En verdad no podía esperar más. Brandon seguía hablándome, diciéndome cosas, atacándome con información acerca de lo sucedido pero en esos momentos no tenia cabeza para recordar. Me sentía confundido. Lo único que quería era verlo.

Desvié mi mirada mientras él seguía hablando, veía la lluvia caer y resbalarse por el vidrio de la ventana, me era frustrante estar ahí, quería saberlo o tal vez no. Fue en eso que un sonido estrepitoso irrumpió en la habitación haciéndome volver a la realidad.

Cuando voltee para ver que había sido aquel ruido una enorme sonrisa se dibujo en mi rostro, ya que la persona que surgió tras la puerta era aquella persona que tanto deseaba ver.

-       ¡Brandon! – Iván se lanzo sobre mí mientras sus brazos me rodeaban en un abrazo.

No podía creerlo, Iván, mi Iván había venido a verme, ahora si me sentía feliz.

-       Brandon, me alegro que estés bien.

Cuando Iván se aparto de mi algo en su mirada me llamo la atención, la veía triste, estaba llorando pero algo me decía que no era por mí. Mi mirada se desvió de sus ojos cafés claros y fue directo a la persona que se encontraba recargada sobre el marco de la puerta.

Joaco observaba el suelo con una mirada triste, como si lo que estuviera viendo lo lastimara.

-       ¿Cuánto tiempo eh estado…en coma? – lance la pregunta al aire sin esperar que alguien en especial la contestara

-       Un mes casi – me dijo Iván.

-       Ya entiendo

Atraje a Iván hacia mí mientras lo rodeaba en mis brazos, estaba sonriendo, pero no sabría decir el porqué sonreía. Mientras miraba por el rabillo del ojo pude ver que Joaco se iba.

-       Se está yendo – lo dije en forma de susurro para que solo Iván lo oyera.

Giro su cabeza para percatarse de quien era del que hablaba y al ver que Joaco no estaba de disculpo y salió de la habitación. Ahora sabia el porqué sonreía, por Iván, mi Iván, no más bien, su Iván

Joaco

Ya no podía soportarlo, no podía ver a Iván con él, por eso opte por salir de la habitación. No quería que me vieran llorar, menos en un lugar así. Estaba a punto de subir al ascensor cuando una voz detrás de mí me llama.

-       Joaco, por favor espera, no te vayas – gire mi cabeza para ver quién era la persona que me llamaba aunque no era necesario ya que sabía de quien se trataba.

-       ¡Iván!

-       Joaco…yo…lo siento de verdad – Iván empezó a llorar después de decirme aquella oración – en verdad.

-       No te preocupes, vale, era lo que tenias que hacer, tu y yo sabíamos que esto iba a suceder tarde o temprano así que no te preocupes, haz lo que tengas que hacer.

-       Pero es que acaso no lo entiendes, no quiero perderte Joaquín, pero Brandon…

-       Iván mírame – le dije mientras tomaba su cara y la alzaba para poder verlo a sus ojos – ahorita Brandon te necesita y no se me hace justo que lo dejes en un momento como este. Escucha yo siempre te amare, tuve que esperar mucho tiempo para tenerte a mi lado así que puedo esperar un poco más – yo mismo sabía que no iba a poder, pero tenía que darle fuerzas a Iván – y otra cosa, nunca me perderás, siempre estaré a tu lado me entiendes – lo único que hiso Iván fue asentir.

Rodee a Iván entre mis brazos y le hice que escondiera su cabeza en mi hombro. Acerque mi cara a su oído, y tratando que las lágrimas no salieran de mis ojos le dije en forma de susurro: No te preocupes, todo va estar bien, te amo y eso no va a cambiar, ¿sabes por qué? Porque “todo mi amor es para ti”. Te amo Iván.

Y las lágrimas surcaron mi rostro.

Bueno muchas gracias ^^/