Nuestro amigo de Asturias
Un matrimonio que disfruta de la visita de un amigo que se convierte en el amante de ella.
Somos un matrimonio maduro por el que ha pasado bastante bien el tiempo, estamos casados desde 1977 pero siempre hemos tenido una vida muy intensa de la que ahora voy a relatar una pequeña etapa.
Desde siempre hemos tenido la idea de hacer intercambios y tratar de disfrutar del sexo en todas las posibilidades a nuestro alcance, por eso esto que voy a contar ahora es una mas de nuestras vivencias.
En el año 1988 un buen amigo de Asturias y al que conocíamos desde hacia casi 15 años le abandono su mujer, fue traumático y nos afecto a todos, pues no hacia dos meses que habíamos pasado las vacaciones en un hotel de la costa del sol y nada hacia presagiar el desenlace que anteriormente he descrito.
Precisamente durante esas vacaciones, mi mujer me hacia ciertas insinuaciones sobre nuestro amigo, como que cada día era más simpático, su agradable conversación y su innegable saber estar, además de lo bien preparado que parecía estar, pues se le notaba un buen paquete con el bañador, en cambio su mujer se mostraba cada vez más reservada y no participaba de casi ninguna de nuestras reuniones por lo cual eran pocas la ocasiones en que los cuatro nos reuníamos, pero al ser amigos y aunque ellos conocían parte de nuestra actividad con otras parejas la cosa no pasó de esos comentarios más o menos subidos de tono que se producen entre gente adulta.
Durante los días que permanecimos juntos lo pasamos muy bien, íbamos a la playa o nos quedábamos en la piscina del hotel y cuando por la noche salíamos a divertirnos mi mujer y nuestro amigo siempre trataban de encontrar el momento de estar a solas y divertirse entre ellos, bien bailando o charlando en alguna conversación de la que nosotros no participábamos pero esto era una cosa que ni a su mujer ni a mi nos parecía extraño, pues desde siempre había existido mucha complicidad entre ellos, ya digo que la amistad venía de mucho tiempo atrás.
El caso es que una vez pasado el verano, en el mes de octubre, nos llamó un día por teléfono y nos dijo que quería venir un fin de semana a Madrid y que si no nos importaba se alojaría en nuestra casa, por supuesto no solo nos alegramos de su llamada y por supuesto de su visita si no que nos causó mucha alegría saber que vendría a Madrid, lo que nos pareció un poco raro es que viniera sólo, pero no le dimos mayor importancia y quedamos para el viernes siguiente por la tarde en recogerle en la estación de Chamartín.
Allí estaba yo a la hora prevista. Cuando le vi llegar al anden noté que algo le sucedía, lo primero que me contó fue que su mujer le había dejado, me explico que no había otro hombre ni otra mujer en ninguno de los casos y que sencillamente ella se había cansado y quería darle un nuevo rumbo a su vida, esta situación me dejo hecho polvo aunque ni la mitad de lo que él estaba, no me salían las palabras y así en ese estado de animo llegamos a mi casa donde nos esperaba mi mujer.
Nada mas llegar se lo contó a ella y tampoco supo que decir sencillamente, nos quedamos turbados y poco más hay que añadir sobre este particular.
Como ya era la hora de cenar y mi mujer tenía preparada una cena ligera no pusimos a ello, nuestra idea era salir mas tarde a tomar unas copas, pero la situación no acompañaba a ningún divertimento así que seguimos hablando y tratando de comprender la situación de nuestro amigo, dándole vueltas y tratando de comprender el porque sin llegar a nada, el caso es que la conversación fue discurriendo hacia temas íntimos de su relación de pareja y así nos explico con toda sinceridad que aunque ellos al parecer tenían unas sesiones de sexo bastante intensas ella, buscada darle un cierto aire nuevo a su vida y como no era partidaria en absoluto de los tríos o los intercambios decidió terminar con la relación para así actuar con total libertad y que el pudiese hacer lo mismo.
El caso es que una cosa fue llevando a otra y de la complicidad en las palabras entre los tres, pues como él ya conocía de antemano que nosotros formamos un matrimonio liberal y que hemos tenido varias relaciones de trío o de grupo el no dejó perder la ocasión para lanzarse a por ciertas caricias de mi mujer , en principio amistosas y un poco mas tarde a los besos, ya no tan amistosos si no mas bien de deseo, de un deseo contenido durante años y que ahora se veía libre de ataduras por su parte y que eran muy bien recibidas por parte de mi mujer.
Yo entendí que era mejor que me retirase para que ambos disfrutasen de una mayor intimidad, aunque la verdad sea dicha me hubiese gustado mucho permanecer delante y participar de los acontecimientos pero creí conveniente el marcharme, así que me fui a la habitación que teníamos preparada para él , visto el derrotero que estaban tomando las cosas, dejando la de matrimonio con toda la intención para ellos,
No quise hacer ningún comentario en ese momento, con el fin de no acelerar algo que yo veía que ocurriría pero que quizás si decía algo no sucediese y a mi me gustaba la idea de que ellos se acostasen y disfrutaran de una buena sesión de sexo y además alegrarle un poco el día a nuestro amigo, y como sabia de antemano las ganas que mi mujer tenía de acostarse con el, ya que muchas veces me lo había comentado, y más de una vez ya habíamos tenido sexo pensando en él, bastante satisfactorio por cierto,
Así que me fui a la cama y deje pasar el tiempo, yo les escuchaba y la situación no parecía avanzar, estaban en el mismo punto que cuando yo me encontraba presente, así que me quede completamente dormido, sobre las tres de la madrugada me desperté y pude oír con total nitidez los gemidos de mi mujer disfrutando de una extraordinaria sesión de sexo, esto hizo que me levantase y que me acercase hacía la habitación donde ellos estaban, tenían la puerta entornada y la luz encendida con lo que se podía ver perfectamente la situación, ambos estaban completamente desnudos, en la cama, mi mujer estaba siendo penetrada con verdaderas ganas por nuestro amigo que por cierto sabia utilizar a las mil maravillas su polla, haciéndola entrar una y otra vez en el coño de mi mujer que gemía y se retorcía de placer , el a su vez podía disfrutar del hermoso cuerpo de mi mujer que tanto tiempo había deseado, mientras la follaba a base de bien, le comía la boca y las tetas, y le decía que se dejase llevar por sus sensaciones. Ella en contrapartida se empleaba a fondo en el arte de amar utilizando su mejor hacer en la cuestión del sexo ya que sinceramente es una verdadera experta en cualquier campo, y sabe perfectamente llevar a cualquier hombre al clímax, con sus besos caricias y sus movimientos vaginales que tan satisfecho me han dejado tantas veces y que ahora empleaba en nuestro amigo sin poner ni el mas pequeño reparo, siendo follada con verdaderas ganas recibiendo con muy buen grado la polla del hombre que la estaba poseyendo en es momento olvidándose por completo de mi ni de cualquier otra circunstancia, por lo tanto y dada la situación a mi no me quedo otra opción que hacerme una maravillosa paja mirando como ellos disfrutaban de sus cuerpos y como alcanzaban una maravillosa corrida ambos al unísono, disfrutando el momento una situación que se les hizo corto.
Después de un momento de descanso el comenzó a masturbarle el clítoris con una dulzura y una intensidad que a mi me pareció maravilloso, pues a la vez que le iba masturbando y le introducía sus dedos en el coño, con lo que iba sacando los restos del semen que pocos minutos antes le había depositado en el interior de su vagína. Ella estaba con las piernas completamente abiertas y yo la veía retorcerse de placer, pero lo que yo no me podía imaginar, era hasta que punto sentía la maravillosa masturbación que estaba recibiendo ya que mi mujer obtuvo unas de sus mejores y mas intensa corridas de su vida lo que la llevo prácticamente a quedar inconsciente debido a la intensidad del orgasmo y a la placentera masturbación de que estaba siendo objeto, pues aun estando en éxtasis total y ella queriendo que el retirase su mano el continuaba con lo que hizo que el placer que ella estaba recibiendo fuera tan intenso y la satisfacción de ella insuperable. Ella en agradecimiento y cuando se hubo recuperado le practico una mamada excepcional, el se corrió en su boca, cosa que yo jamás había conseguido que me hiciese. Durante esta segunda parte yo permanecí sentado en una silla en la habitación y ellos fueron totalmente conscientes de mi presencia, sus miradas y comentarios en voz baja así lo hacían notar pero en ningún momento me dejaron pasar a algo mas que seguir masturbándome y siendo un mero espectador de lo que a sucedía a escasos centímetros, volviendo a correrme. Ya mucho mas relajado le deje que siguieran sin mi presencia.
Cerca de las seis de la madrugada apagaron la luz y se quedaron placidamente dormidos, yo desde mi habitación estuve siguiendo el resto de la historia que ellos habían mantenido y estaba agotado de la tensión y la emoción que había vivido y por que no decirlo de mis dos corridas así que haciendo lo mismo que ellos y dando la sesión de sexo por terminada me quede profundamente dormido.
Sobre las diez de la mañana ellos se despertaron y se levantaron completamente desnudos, gastándose bromas y dándose besos, el acariciando las nalgas de ella y ella dándole pequeños toques en su polla, lo que hizo que rápidamente me pusiera otra vez caliente así que cuando llegaron a la cocina buscando el desayuno que suponían que yo habría preparado, ya estaba con mi arma bien tiesa por lo que decidieron bajar un poco el tono y tomarse las cosas un poco mas tranquilas, se vistieron ligeramente, desayunaron tranquilamente, ninguno de los tres hicimos mención alguna a lo sucedido la noche anterior, realmente no era necesario.
En un momento determinado comencé hacer planes para este día, mi mujer rápidamente me replicó diciéndome que los planes eran los siguientes:
Primero, tu ahora te vas a comprar la comida tardas de dos a tres horas, cuando vuelvas la preparas, comemos y luego te vas a dar una vuelta hasta las ocho o nueve de la tarde y después ya hablaremos, pues el día de hoy es exclusivamente para nosotros que lo vamos a disfrutar a tope.
Ante una situación de hechos consumados no me quedó más solución que aceptar la propuesta, aunque sinceramente si se iban a pasar el día follando me hubiese gustado verles pero como no parecía posible opte por irme. Así que me fui a comprar. Llegue a la hora prevista y me los encontré en la cama eso si descansando, de haber follado durante las tres horas que yo había estado fuera, les salude y me puse a preparar la comida comimos y durante la comida ellos siguieron haciéndose todo tipo de caricias, bastante subidas de tono pues mi mujer estaba totalmente salida y estaba dispuesta a seguir con la fiesta, después de comer y tomarnos un café me indicaron muy sutilmente que ya me podía marchar a dar una vuelta pero bien larga, así que les deje solos desde las tres de la tarde hasta las ocho y media aproximadamente, cuando llegue estaban vestidos, muy contentos y dispuestos para salir a cenar, no me dieron ningún tipo de explicación, ni hicieron ningún comentario con lo cual mi imaginación viaja libremente y no sabia por donde encauzar el tema para enterarme de los polvos que habían echado durante todo el día con lo cual muerto de envidia y deseó, nos fuimos a cenar a un restaurante del centro de Madrid que reúne una cierta intimidad. Por cierto nos conocen algo tanto a mi como a mi mujer, por lo que no pasaron desapercibidas las caricias y miradas que ellos se prodigaron, así todo cenamos muy a gusto, pero poco tranquilos pues ellos estuvieron durante toda la cena con sus caricias y en más de una ocasión el se agacho a recoger algo de debajo de la mesa lo que me hizo suponer que ella le estaba poniendo mas que cachondo con alguna estrategia. Cuando terminamos nos fuimos a tomar una copa y bailar a un local de música brasileña, ellos disfrutaron de la música y yo del sobeteó que estaba recibiendo mi mujer, tanto en la pista de baile como en la mesa, los besos las caricias me tenia completamente caliente así que decidí participar en la fiesta con una excitación que me sobrepasaba y fuimos los dos los que la metimos mano y los tres los que nos pusimos calientes, sin importarnos que todas las miradas se clavasen en nosotros, la cara de mi mujer era de absoluta felicidad se la notaba caliente, en un momento que estábamos baliando y la metí la mano en su entrepierna estaba chorreando, así que entre mi amigo y yo la tratamos de convencer de que se quitase su ropa interior, cosa que nunca había hecho, por lo que nos costó una cierta dificultad, pero lo conseguimos y una vez que se quitó la ropa interior quedando exclusivamente con el ligero vestido que llevaba, esta nueva situación hizo subir la temperatura varios grados, la situación se hizo tan difícil de soportar que me tuve que marchar al baño para refrescarme un poco, pues veía que si no terminaríamos follando en el local, al volver, no les encontraba por ninguna parte cuando en un rincón del local vi un circulo de personas que hacían un corro y no se porque me supuse que ellos estarían allí, y así fue. Ella le estaba haciendo una mamada de campeonato, rodeada del publico que miraba con mucha atención lo que hizo que el se corriese bastante rápido, entre los aplausos de los ocho o diez hombres y mujeres que seguían el evento y que parecían más que animados a participar en la fiesta, pero esa fiesta era para ellos y cuando me vieron entre el publico decidieron que nos fuésemos, pero ella estaba con tanta calentura y se le notaba tanto que seguramente habría seguido con alguno o alguna de los que estaban allí, así que para evitar que alguno de los presentes se sobrepasara decidimos irnos para casa.
Nada más llegar ella se desnudo y se puso un pijama cortito y sensual y nosotros mientras esto sucedía nos quedamos en el salón hablando de nuestra afición común el sexo, y de la sesión que no hacia ni media hora habíamos tenido y sobretodo de la ultima parte que nos tenia totalmente sorprendidos, pues verla a ella mamando su polla y a la vez mostrar su entrepierna bien cubierta de su hermosa pelambrera a los que tenia enfrente nos tenia superados el me preguntaba si era tan fogosa habitualmente le dije que si pero que nunca había hecho lo que hoy en parte alguna y que sin duda era porque la tenía totalmente fuera de si. Cuando ella llegó me indico con una mirada que me podía marchar y acto seguido termine mi copa y me fui a la habitación de la noche anterior, para nuevamente dejarles libre la de matrimonio, a los cinco minutos ya estaban ellos en la cama disfrutando del sexo como locos y yo volví a salir al pasillo para ver tranquilamente como follaban y hacerme una paja de maravilla, pero esta vez estuvieron poco tiempo follando pues a el le costaba trabajo que se le pusiera dura y yo en lugar de terminarme la paja les dije si querían de mi participación a lo que ellos accedieron así que nos metimos los tres en la cama y comenzamos una nueva sesión de besos y caricias hacia mi mujer que cuando no tenia la boca de uno en una teta era la del otro y ambos le acariciábamos el coño y el la masturbaba el clítoris mientras yo se lo comía con mi boca hasta que decidimos penetrarla entre los dos el se la ensarto por el culo y yo por el coño, fue una delicia como nos follamos a mi mujer entre los dos era la primera vez que mi mujer y yo hacíamos algo parecido, ella quedó entre medias de los dos, fue sensacional, notábamos nuestras pollas dentro de ella y disfrutamos los tres de una manera difícil de describir, para quien no haya estado en esta situación, ella no hacia mas que dar gritos de placer y el mientras le daba por el culo le masturbaba el clítoris y me acariciaba ligeramente mi polla es decir totalmente maravilloso, nos corrimos muy, muy a gusto y como estábamos muy satisfechos y también cansados, la sesión apenas duró media hora, eso si intensísima así que pronto nos quedamos todos dormidos.
A la mañana siguiente el mismo proceso del día anterior se levantaron a mesa puesta desayunaron pero me dijeron que me quedase al menos de momento, entonces me dijeron que si por mi parte no había ningún problema ellos iban a ser novios y a disfrutar del sexo siempre que pudiesen a pesar de los casi quinientos kilómetros de distancia, que tratarían de verse en nuestra casa o en la suya al menos cada quince días y que si en algún momento el volvía con su mujer que se plantearían de nuevo la situación.
A mi me pareció una situación muy morbosa y viendo lo feliz y contenta que se encontraba mi mujer, me pareció una idea genial. Este asunto duró tres largos años hasta que su mujer volvió con el y con esa vuelta se terminó la relación de sexo, pero no la amistad, pero en esos tres años pasaron muchas cosas que iré contando, en sucesivos relatos.