Nuestras experiencias (6: Más sorpresas...)

Nuevas confesiones de mi esposa de cuando trabajó de prostituta, durante el año que estuvimos separados, hacen aumentar nuestra libido.

NUESTRAS EXPERIENCIAS 6 (Más sorpresas de mi esposa)

Este relato forma parte de una serie, para comprenderlos hay que leerlos desde el principio ya que algunos entrarán en diferentes categorías. (Los nombres son ficticios, las historias son reales)

Nuevas confesiones de mi esposa de cuando trabajó de prostituta, durante el año que estuvimos separados, hacen aumentar nuestra libido

CAPITULO 6

Más sorpresas de mi esposa

Después de los tres días de intenso sexo con mi esposa, de la que sigo separado y las confesiones que me hizo, de que en este tiempo ha estado trabajando como prostituta, me tenían un poco confuso, aunque le pedí que regresara conmigo.

Como al mes me visitó de nuevo y casi igual que la ves anterior, en la noche estuvimos cogiendo rico. Después empezamos a platicar, esperando y me contara sus experiencias, que me ponían bien cachondo. No pierdo mucho el tiempo y le hago la pregunta, para que ella suelte la lengua.

-Y no te sientes mal trabajando en ese lugar deprimente con gente de baja educación.

LAURA TOMA EL RELATO

-Ahí, no estuve mucho tiempo, fui como 5 semanas nada más, trabajando dos o tres días por semana. Por medio de una amiga de Laura nos recomendaron en un mejor lugar en la Cd. De México. Ese lugar era más elegante, iba gente más educada, mejor vestida, que usaba lociones caras.

Pasé con el dueño a su oficina para la entrevista, después de platicar un poco, del lugar donde había trabajado antes y cosas así, me dijo cuales eran las reglas del lugar. Los precios que ahí se cobraban, entre 500 y 1,000 pesos (50 o 100 US Dlls.) por sesión, pero ya no serían 5 o 10 minutos, si no 1 o 2 horas con el cliente.

Me preguntó que si me interesaba y le dije que si, entonces me dijo que si le mostraba mi cuerpo para verlo. A pesar de mis experiencias anteriores, no pude dejar de sentir vergüenza, cuando me despojé de mi falda y de mi blusa, quedando solo en sostén y tanga. Me dijo que me acercara a el, como si fuera mercancía, apretó mis pechos palpándolos y luego mis nalgas sintiendo su dureza.

-Lo que te falta de pechos te sobra de nalgas, vas a ser una de las mejores nalgas del lugar, -me dijo- ¿te gusta el sexo oral?

-No -le dije

-¿Y el sexo anal?

-No tampoco.

-Pues que lástima, con esas nalgas ibas a cobrar lo que quisieras.

-Si, pero no me interesa.

-Está bien a eso no te obligo, pero si en el sexo vaginal, aquí no va a ser igual que en tu anterior trabajo, aquí te tienes que desnudar totalmente y dejar bien complacido al cliente ¿estas de acuerdo?

-Pues si –le dije-

-Además como tu patrón que soy, tengo derecho a probar esas ricas nalguitas de ves en cuando -me decía acariciándolas- y no creas que va a ser muy seguido, ya que mi mujer es muy celosa y como la saqué de trabajar de aquí pues ya sabe como soy.

-Está bien señor –en esa etapa de mi vida ya había perdido el pudor-.

-Pero no estés tan nerviosa acércate -me dijo-

Me acariciaba mi cintura y mis caderas, luego bajó mi calzón hasta los tobillos, metiendo sus dedos en mi panocha, me empezó a manipular, luego se sacó la verga que era de tamaño regular y me dijo:

-Ven dame una chupadita, quiero ver que tal lo haces.

-Pero ya le dije, que eso no lo hago señor.

-Es que necesito ver tu talento niña, tengo que calificar tu trabajo y ver el servicio que le vas a dar a mis clientes. Además no creo que no lo hayas hecho antes con tu esposo o algún novio.

Tomó un vaso de yogurt, que tenía en su escritorio y chorreó su verga con el y me dijo:

-Ven y quítame el yogurt, hasta dejarlo limpio.

Lo pensé unos segundos y dije que si ya estaba ahí, pues total lo iba a hacer, además de que la paga era buena. Me agaché y me puse frente a su verga. Era la primera verga que iba a chupar después de la tuya. Me metí la cabeza dejándola limpia, luego con mi lengua quité los restos de yogurt que tenia. Me empecé a excitar un poco, al sentir una verga diferente a la tuya en mi boca y seguí lamiéndola toda

-Es suficiente nena, ya vi que lo haces muy bien, ponte en cuatro ahí sobre el sillón

Me puse en el sillón como el me dijo, con las piernas abiertas y las nalgas levantadas. El se puso el condón y se paro atrás de mi y de un empujón me la dejo ir toda. No se si pensé en ese momento, en hacer un buen trabajo para pasar el examen o si estaba algo excitada. Empecé a recular mis nalgas yendo a su encuentro, el me sujetaba fuerte de las caderas y me la metía fuerte. Como a los 10 minutos, se vino dentro de mí aunque no me vine, si sentí algo de placer.

-Lo hiciste muy bien nena, te espero a partir de mañana a las 10 P.M. Estás muy guapa niña y tienes unas tremendas nalgas. Solo te pido que seas complaciente con los clientes, no quiero ninguna queja, ya que aquí viene gente importante. Dile a tu amiga que me espere media hora y que después pase para conocerla.

–Muy bien señor, no tendrá ninguna queja de mí

Estuvimos con Lorena afuera en el bar, viendo como era el ambiente del lugar, después me quedé sola, cuando ella entró a la entrevista. En cuanto ella salió del privado nos salimos del lugar, me contó que empezaba al día siguiente, que también la habían aceptado, me dijo que le hizo las mismas preguntas que a mí y ella le contestó que si le gustaba el sexo oral y anal, cuando el le pidió que le mamara la verga, ella lo hizo con gusto, después la puso también en el sillón y se la metió en el ano, dice ella que lo disfruta mucho por atrás.

Cuando estuvimos en Querétaro, Lorena supo que yo me le había rajado al vergón, que la tenia de grande como dos latas de cerveza. Al enterarse me dijo que quien era y lo fue a buscar, le dijo que su amiga le había comentado el incidente y que ella estaba dispuesta. Al tipo le brillaron los ojos de felicidad, ella le dijo que debido al tamaño le iba a cobrar 400 pesos, ya que le dijo que le iba a cobrar por pulgadas, le dijo sonriendo. El estuvo de acuerdo y se fueron al cuarto, cuando regresó ella me dijo: -Ay amiga de la que te perdiste, tiene una verga bien rica, que me hizo ver estrellitas. -¿A poco se la aguantaste pinche Lorena? -Tu que crees amiga me la metió toda, pero me dejó bien abierta la panocha, cuando entré después con otro hombre, ni lo sentí de lo guango que me la dejó,

Y así fue como empecé en ese lugar, me hago 1 o 2 clientes por día y voy solo 2 o 3 días a la semana, económicamente estoy bien, pero no me gusta ser utilizada por mi patrón.

AQUÍ RETOMO EL RELATO

-Y por que no vas todos los días y te echas 4 o 5 clientes por día

-No como crees si no lo hago por gusto, nada mas saco para mis gastos y ya

-Así que ahí, si les mamabas la verga a los clientes

-No Daniel a ninguno, bueno nada más a mi patrón que se la he chupado algunas veces y a un señor como de 45 años, que es muy tierno y siempre me lleva regalos para mi o para mis hijas o me da mis propinas aparte.

-¿Es tu enamorado?

-No, el es casado y va casi cada 15 días y solo se mete conmigo

-¿Y tienes mas clientes consentidos como el?

-No es mi consentido, ni tengo a nadie, es un señor muy respetuoso conmigo

-¿Ya te dieron por el culo?

-No como crees, algunos me han ofrecido hasta 5,000 o 10,000 pesos, pero no he querido

-Que las tienen muy grandes ¿o por que no?

-No simplemente por que no quiero, ¿a ti te gustaría saber que ya me culearon verdad? Pero no.

Como siempre sus relatos ya me habían puesto cachondo, besé sus pechos acariciando su pucha, metí mi lengua hurgando en su interior, lamiendo sus labios su clítoris y su culo, no dejaba un rincón sin lamer, la puse en la esquina de la cama y estando yo parado y bien afianzado la tome de los hombros y de una estocada la deje ir hasta el fondo de su matriz

-Ay Daniel me lastimas cuando me la metes toda

-Nada mas la mía ha llegado hasta el fondo

-Si papacito solo tu verga me llena y me haces ver estrellitas

-Es la más rica que has tenido dentro de ti

-Si Daniel nadie me ha hecho sentir lo que tú

Cogiendo fuerte y hablando de lo mismo, me excitaba saber que una mujer que había estado con muchos hombres, solamente vibraba conmigo. Aunque nunca me tragué el cuento de que no conociera vergas más grandes o más gruesas que la mía. Tampoco era nada que me inquietara, pensaba que solo eran mentiras piadosas de ella, haciéndome sentir que yo era su único y su máximo hombre en la cama.

El saber parte de su intimidad me excitaba demasiado, algunos hombres se excitan, al saber que su esposa estuvo con otro hombre, se sienten realizados como cornudos. Este no era mi caso no era un cornudo, pero el saber que había estado con bastantes hombres y que me contara sus experiencias, motivaba esa parte vouyerista, a este ese momento oculta dentro de mi.

-Laura has pensado en la proposición que te hice y dejes toda esa vida y empecemos una nueva vida juntos.

-Si lo he pensado Daniel y tengo miedo de que me vayas a reclamar un día, mi pasado y eso nos impida ser felices o que solo lo hagas por las niñas y después no me quieras ni tocar.

-Ya te dije que eso no va a suceder, creo que soy lo suficientemente maduro y te lo ofrezco de corazón y lo que hemos hecho en los últimos días es la prueba de que te amo.

-Pues ojalá no tengamos que arrepentirnos.

-Ya lo veraz que no, prepara tus cosas y en unos días voy por ti mientras voy a conseguir una casa mas amplia.

Conseguí una casa más amplia y como a las dos o tres semanas, le dije que tuviera todos los muebles listos que se quisiera traer, para ir por ella. Vendió varios muebles y solo se quedó con las camas de las niñas y algunos aparatos eléctricos.

Llegué a la Cd. De México un sábado como a las 11.00 P.M. me abrió la muchacha que cuidaba a las niñas y se quedó impávida al verme en la puerta. Me dijo que la señora no estaba que había salido como una hora antes. Le pregunté si había ido a trabajar y me dijo que no sabía nada, me dijo que las niñas estaban dormidas con ella en la recamara, pero podía quedarme en la recamara de la señora.

Me acosté enfurecido en la cama, a ver televisión esperando su llegada, mi cabeza era un caos, estaba realmente molesto pensando en donde estaría. Acaso aprovechó hasta el ultimo día para ir a trabajar o se fue a despedir cariñosamente de su jefe o que alguno de sus clientes asiduos le haya pedido la ultima noche de amor. Yo no dejaba de fumar, el tiempo se me hacía eterno, seguía molesto pero mi verga estaba bien parada, pensando en lo que estaría haciendo, quizás un trabajo especial por ser el último día.

Iban a ser las 2 A.M. cuando se apareció en el marco de la puerta, al prender la luz de la recamara pude ver lo hermosa y lo puta que se veía. Venía con una mini falda bien corta, casi al nacimiento de su calzón, bastante ceñida que se pronunciaba su enorme trasero. Una blusa de tirantes bien escotada de la espalda y del frente medias negras y zapatillas de tacón alto ni Julia Roberts se veía tan hermosa en "Mujer bonita" como ella. Al voltear a la cama y verme acostado me vio con cierta sorpresa pero con alegría.

-Mi amor –me dijo abrazándome- no te esperaba hoy.

-¿Te sorprende verme?

-Pues si algo, ya que te esperaba hasta mañana por la mañana.

-Y por eso aprovechaste para irte a trabajar, quizás a despedirte de tu jefe o algunos de tus galanes –le inquirí celoso-.

-No pienses mal Daniel, las cosas no son como ves -me decía muy seria-

-Y como quieres que vea, si vienes vestida como una puta seguramente vienes de coger con otros, ¿Cuántas cogidas te dieron hoy? –le dije tumbándola a la cama y subiendo su falda le metí la mano en la tanga sexy que traía-

-Daniel me lastimas, pero mas me lastiman tus palabras -me dijo llorando-

-Y que quieres que piense si llegas a las 2 de la mañana vestida como puta

-Solo fui a cobrar un dinero que me debían de la semana pasada, hay unos clientes que pagan con tarjeta de crédito y después nos los da el patrón.

-Entonces no fuiste a despedirte o a coger con alguien.

-Como crees Daniel, cuando tu me dijiste que ibas a venir por mi, ya no fui a trabajar, pero si te vas a comportar siempre así, la verdad no tiene caso que nos juntemos.

-Perdóname, la verdad me ofusqué al ver que no llegabas, mi mente empezó a trabajar muy rápido e imaginé miles de cosas. –Le decía besándola y pidiéndole perdón-

-Deja bañarme y cambiarme ahora regreso.

-Que te tienes que lavar o que.

-Nada, simplemente no quiero que me veas con estas ropas, tócame si tienes alguna duda –Me dijo alzándose la falda-

-Pues así te quiero -le dije

Jalándola hacia mí y metiendo mis dedos en su raja, -que estaba bien seca- la acosté en la cama, la llené de besos, la acosté boca a bajo y subiendo su minifalda hasta la cintura, aprecié como el hilo de su tanga desaparecía en sus prominentes nalgas. Luego se la bajé y abriéndola de piernas aspiré el aroma de su culo y de su coño, besé sus nalgas, mientras acariciaba su coño con mis dedos, empezaba a humedecerse y a suspirar. Introduje mi lengua en sus dos canales, ella se sentó y poniendo su cabeza del otro lado, se acomodó para hacer un delicioso "69", se metió mi verga en su boca, mientras chupaba deliciosamente. Yo seguía lamiéndola, mientras introducía un dedo en su coño y otro en su culo, ella se acomodó en posición de perrito, poniendo su torso pegado a la cama levantó su culo en todo lo alto.

-Ya Daniel, quiero sentirte dentro de mí, me haces mucha falta.

Me puse atrás de ella, tallándole mi camote en toda la rajada de su coño, ella me suplicaba que ya se la metiera. Yo introduje solamente mi glande en su coño, me estuve moviendo sin metérsela hasta dentro, ella reculó sus nalgas y se la tragó toda, emitiendo un largo gemido. Nos dimos una cogida salvaje, cambiando de posición varias veces, hasta terminar en un orgasmo fundido, retorciéndonos de placer, mirándonos a los ojos diciéndonos cuanto nos amábamos.

Por la mañana preparamos la mudanza, después de cargar el camión, nos fuimos de regreso en mi auto los cuatro. Llegamos a la casa la cual les gustó mucho, ya que tenía un patio y jardín para que jugaran las niñas, además por dentro era muy amplia con tres habitaciones. Para el segundo día en que llegó el camión de mudanzas y fuimos arreglando la casa esta empezó a tomar forma de hogar.

Los primeros días fueron de mucho amor, de despedirme en la puerta con un beso, por la noche esperarme con otro beso y la cena lista, para después rematar haciendo el amor durante toda la noche, a veces dos o tres veces y en la mañana antes de irme a trabajar lo volvíamos a hacer, todo era dicha y felicidad.

Desde un principio que nos casamos, yo acostumbraba muchas veces despertarla en la madrugada con una rica mamada, a menos que estuviéramos algo enojados en el día, instintivamente cerraba las piernas, pero normalmente no. A veces aun peleados me habría las piernas y me dejaba acariciarla y hacerle el amor, eso la hacia despertar de buen humor y reanudábamos la relación como si no hubiéramos estado enojados.

Después de casi un mes y medio de estar viviendo juntos de nuevo, seguíamos como de luna de miel. Yo siempre he sido muy cachondo, desperté un día como a las 3 de la mañana, con el fierro bien duro. Levanté las sábanas y la vi acostada de ladito junto a mí, me acerqué y pegué mi verga a sus nalgas desnudas. Ella al sentirme, se relaja quedando boca arriba abriendo un poco las piernas, empiezo a acariciar sus senos, mientras acaricio su pubis suavemente.

Luego me meto entre sus piernas, haciendo a un lado la tanga, empiezo a humedecer su concha con mi lengua. Ella sin abrir los ojos, abre más las piernas y acaricia mi verga, mientras le mamo la cuca. Deslizo su calzón hacia abajo e hincándome entre sus piernas, con mi glande empiezo acariciar su coño. Ella levanta las piernas, para recibir mi verga.

Aunque está dormida sabe que es su hombre, su macho, el que va a penetrarla. Empiezo a meter mi glande en su jugoso coño, ella gime al recibir mi verga, aun sigue dormida, pero instintivamente me acaricia la espalda con sus manos. Mueve sus caderas despacio acompasando mi ritmo, la penetración es lenta, sigo deslizando mi verga suavemente hacia el interior de su funda elástica, cuando mi glande toca el interior de su matriz, ella da un grito poniendo sus manos en mi pecho para detenerme, me dice:

-¡Despacio Miguel me lastimas!

Pensé que había escuchado mal ¿diría Daniel y yo escuche mal? Volví a metérsela hasta dentro, queriendo que la sintiera toda

-¡Ay Miguel me duele no la metas toda!

Ya no había ninguna duda me estaba confundiendo, la seguí cogiendo despacio y alternaba con penetraciones profundas para ver su reacción, a mi me excitaba demasiado la situación.

-Así Miguel cógeme despacio, ay no la metas toda sabes que me lastimas con tu vergota así despacito, tu sabes como lo disfruto, así dame tu leche me voy a venir agh ough.

No le dije nada en ese momento, me besó y me abrazó en el momento que tuvo su orgasmo. Después siguió durmiendo placidamente sin abrir los ojos para nada, todas las veces que lo hacíamos así era agradable, ya que a pesar de no que no abría los ojos, ella participaba y lo disfrutaba mucho. Me quedé pensando ¿Y quien es Miguel? ¿Seria su jefe?, ¿su amante? o algún cliente muy especial. No eché a perder el momento, sobre todo por la hora que era, por que lo había disfrutado mucho, al gozar a mi esposa que me estaba confundiendo con otro hombre en ese momento.

Por la mañana, ella se levantó temprano a preparar el desayuno, estaba de muy buen humor. Yo llegué como siempre levantando su falda o vestido y sentir sus nalgas desnudas. Andaba como a mi gusta que ande en la casa, con un vestido entallado de la cintura pero amplio de abajo y sin calzón. Antes de darle un beso en sus labios, la sorprendo por atrás y le doy un beso o una mordida suave en sus nalgas o meto mi nariz en su maraña de pelos, aspirando el suave perfume de una pucha recién bañada. La abrazo por el talle acariciando su pubis desnudo sintiendo como sus nalgas me provocan una erección.

-Buenos días amor como estás –le dije-

-Bien amor y tú –me contesto con una sonrisa-

-No tan bien como tu se ve que dormiste rico o soñaste rico.

-Con la cogidota que me diste, como no voy amanecer contenta.

-¿Cogidota yo? ¿A que horas?

-No te hagas, si amanecí con la panocha llena de tu leche.

-No creo que sea mi leche, yo pienso que tuviste sueños eróticos y te viniste por la noche.

-No te hagas, yo solita no puedo sacar tal cantidad de leche.

-Acuérdate bien que soñaste.

-Nada o no recuerdo nada.

-¿Quién es Miguel? Laura.

-¿Miguel? Yo no conozco a ningún Miguel ¿por que me preguntas eso? –me dijo sorprendida-

-Pues anoche en sueños estabas hablando y cogiendo con el

-¿Yo? ¿Que dije Daniel? –Dijo poniéndose de mil colores-

-Pues solo que te cogiera despacio por que te lastimaba, que no te la metiera toda que el ya sabia como te gustaba que te cogiera.

-¿Yo dije eso? seguro lo estas inventando.

-No tendría por que inventarlo solo te repito lo que tu dijiste.

Ella se sentó en la silla, con el alma fuera de su cuerpo. Mirando fijamente la mesa no me levantaba la vista.

-¿Quieres hablar de Miguel? O quieres que lo olvide y dejemos todo por la paz.

-No tengo nada que ocultar Daniel, solo te pido que me perdones si en sueños te confundí con otro hombre. Miguel es una persona que conocí en México y estuve saliendo un tiempo con el.

-¿Era tu cliente?

-No precisamente, a el lo conocí de vista, cuando algunas veces fue a comer al restaurante.

ELLA INICIA EL RELATO

En una ocasión, fuimos con Lorena y otra amiga a bailar, primero fuimos a ver un show de stripers y ya después eufóricas, nos fuimos a una disco a bailar. Ahí encontramos a Miguel con un amigo, andaban de visita en la ciudad, ellos nos conocieron, diciendo que ya nos habían visto en el restaurante. Estuvimos bailando toda la noche y agarramos una jarra tremenda, que una de mis amigas de plano se retiró bien ebria y me quedé con Laura bailando con ellos.

A mi me tocó estar con Miguel, es un tipo bien parecido de como de 1.85 mts. Después no supe ni como salimos de ahí, de lo borrachas que estábamos. Cuando desperté en la mañana, estaba en una habitación de hotel, sola y totalmente desnuda. Me toqué la panocha, la tenía toda pegajosa y llena de semen. Cuando apenas me estaba preguntando, que había hecho y con quien. El salió del baño totalmente desnudo, acababa de bañarse, me acercó una charola con tazas de café y jugo de naranja, pero yo no podía quitar la vista, del tremendo vergón que colgaba entre las piernas, aun en estado de flacidez, se veía bastante grande.

Me preguntó si quería tomar algo o prefería una cerveza, yo estaba un poco apenada le dije; ¿oye que hicimos? Pues el amor –dijo el-, me dijiste que querías estar conmigo, yo todavía muy cínica le pregunté ¿y todo eso me comí? Si, ¿no te gustó? La verdad ni me acuerdo que pasó -¿y no te gustaría recordarlo? me dijo el acostándose junto a mi.

Me empezó a besar y a chupar las tetas, recorriendo todo mi vientre con la lengua, llegó hasta mi sexo y me lo empezó a mamar suavemente. El se volteó, para poner su verga al alcance de mi boca. Yo la tomé con las dos manos, recorriéndola con toda la lengua, tratando de metérmela toda en la boca. No entraba ni la mitad, por lo que chupaba con mis labios y lengua todo el tronco, estaba súper excitada al tener tremenda verga en mi boca.

-Y que tan grande la tenía –le pregunté yo

Tomó mi verga que ya estaba bien erecta y que mide 18 cms. y con sus dedos mostró la diferencia como de 7 cms. por lo que calcule que media unos 25 cms. aunque me dijo que era menos gruesa que la mía.

-Y a poco la aguantaste toda si con la mía te quejas que te lastimo le dije.

-Déjame contarte -me dijo- ya estaba bien excitada y le dije que me la metiera, que ahora si quería probarla bien en mi juicio, por lo que el se colocó levantando mis piernas. Me la empezó a meter poco a poco, yo sentía que nunca terminaba de entrar toda, empujé las caderas para sentirla mas adentro y el se recargó y me la metió toda hasta el tope, por lo que pegué un grito y le dije que lo hiciera despacio que estaba muy grande.

Lo detenía un poco, con las piernas y con mis manos en su pecho, trataba de que no me lastimara tanto, hasta que hizo que tuviera mi primer orgasmo, el cual sentí como escurrían mis líquidos entre mis nalgas. Mientras él seguía con su verga bien firme, por lo que le dije que cambiáramos de posición. Me puso en cuatro "de a perrito" y abriéndome las nalgas me empezó a meter la lengua en el ano bien rico. Luego me puso la punta de su verga en la entrada de mi culito y le dije por ahí ni se le ocurriera que me iba a lastimar.

Esta era tu oportunidad, de probar una verga más delgada que la mía por el culo, ya que dices que te lastimo mucho y no gozas. –le interrumpí diciendo-

-Si pero si la tuya me lastima, imagínate con la de el me mata

-Bueno -le dije- te lastima lo grueso no lo largo

-Bueno dije que estaba más delgada que la tuya, no que era un palillo, pero déjame continuar. Me dijo que no me lo iba a hacer por ahí, que tan solo quería que su verga probara, si mi culito estaba tan rico como se veía, que tenía unas nalgas que se antojaban. Después en esa posición me la empezó a meter en la vagina y sentí que me llegaba hasta la garganta, por lo que volvimos a cambiar de posición y nos acostamos de lado. El se puso atrás de mí, me levantó la pierna derecha y me la metió toda. Esta vez con mis nalgas amortiguaba, las tremendas metidas que me daba, hasta que se vino dentro de mí abundantemente.

Quedé casi desmayada, después de una hora, volvimos a repetir la sesión, casi igual que la primera. Por eso no fui a trabajar en una semana, de lo adolorida que estaba y tan solo lo volví a ver, en cuatro o cinco ocasiones mas. Cada ves que el iba a México, me quedaba con el en su habitación de hotel y me echaba como cuatro palos en toda la noche. Pero se estaba enculando conmigo y me quería dar por el chiquito, además de que se expresaba muy mal de las prostitutas y no quise que un día me descubriera y preferí ya no verlo más. Pero si querías saber, la de el, es la verga más grande que me he comido.

-¿No le cobrabas a el?

-No, el se puede decir que fue la única relación sentimental desinteresada que he tenido.

-Y te gustaba estar con el.

-Si, no te lo puedo negar me hacia gozar mucho y me sentía muy bien con el.

-Era por el tamaño de su verga que tenía o por la forma en que te trataba.

-Si, era por el trato, por el tamaño al contrario, me lastimaba cuando lo metía todo y me dejaba bien adolorida y nuevamente perdóname por nombrarlo en mis sueños y más cuando tu me estabas cogiendo.

-No te preocupes -le dije- todo esta bien aclarado.

Sobra decir que esa mañana no desayuné, después del relato estábamos bien excitados. Levanté su vestido y sentí sus nalgas desnudas, metí mi mano en su panocha que ya estaba bien húmeda. Inclinándola un poco puso sus manos en la barra de la cocina, le abrí las piernas y la empecé a coger fuertemente, me decía que se la metiera toda hasta dentro, hasta tener un orgasmo maravilloso. Cuando mi verga flácida abandonó la funda, escurrieron nuestras leches, dejando una gran mancha en el suelo, se me hacia tarde para ir a trabajar y dijimos que en la noche continuaba la fiesta.

C O N T I N U A R Á