Nuestras experiencias (3)

Una segunda separación, me lleva a conocer excitantes experiencias con una secretaria y una doctora, casadas y muy cachondas.

NUESTRAS EXPERIENCIAS (3)

Este relato forma parte de una serie, para comprenderlos hay que leerlos desde el principio ya que algunos entrarán en diferentes categorías. (Los nombres son ficticios, las historias son reales)

Una segunda separación, me lleva a conocer excitantes experiencias con una secretaria y una doctora, casadas y muy cachondas

CAPITULO 3

Otra separación y unas amigas calientes

Al reanudar relaciones con mi esposa, después de estar separados casi un año, fue como prender la chispa de nuevo, era como estar recién casados pero con mas experiencia, con mayor intensidad, más pasión, mas comunicación y mas amor.

Nos dimos mas tiempo para nosotros como familia y como pareja, solíamos salir en la noche a cenar o tomar la copa y después tener una noche apasionada en un motel. Al principio se rehusaba, decía que solo las putas iban a esos lugares y no una señora casada. Le hice ver que iba con su esposo, por lo que si algún conocido nos veía no tenia nada de malo, además de que ella era mi puta. Al principio el calificativo la hizo sentir mal pero le dije que lo tomara en el buen sentido de la palabra y al final accedió a ser mi putita.

Al estar en un motel, la adrenalina corre diferente, no es igual a estar en la misma habitación de siempre y la misma cama todos los días, aquí no hay niños, ni teléfono que te interrumpa para nada. Al poner el canal de películas porno hay manera de sugerirle a la esposa, nuevas posiciones, nuevos lugares en donde hacerlo o diferentes situaciones. Algunas las llevamos a cabo pero cuando le sugerí, si le gustaría hacerlo con una chica se negó rotundamente o cuando le insinué hacer un trío con otro hombre me dijo que era solo mi puta y de nadie mas, eso me halagó.

Seguimos con nuestra pasión, a veces empezábamos a cachondear dentro del auto o en un cine y después de estar dedeando su panocha o que ella me estuviera mamando la verga, llegábamos a casa o a un hotel a terminar cogiendo rico toda la noche.

Pero no todo era miel sobre hojuelas, por mi trabajo yo me ausentaba mucho de casa, además de que me iba de parranda muy seguido y tenía mis aventuras con otras mujeres, pero sin tener ninguna relación seria con ninguna. Al año de vivir juntos y con otra niña de tres meses de nacida ella decidió irse de nuevo. Esta vez la separación fue dolorosa para mí ya que sentía que la amaba además de que ya teníamos dos hijas. Pero parece que a ella no le gustaba tener muchas obligaciones y le encantaba tener libertad.

Se fue a vivir a otra ciudad con la niña mas chica y con una muchacha que le ayudaba a cuidarla, y me pidió que yo cuidara a la niña mayor, que ya iba a entrar a la escuela y ella se quedaría con la pequeña y así lo decidimos. La dejé de ver varios meses como a los seis meses fue a visitarme, al preguntarle que como le iba y en que trabajaba me dijo que era mesera de un restaurante ya que no pudo conseguir un trabajo de acuerdo a sus estudios y su experiencia laboral, pero que se iba a llevar a la niña mayor para que estuviera junta con su hermana.

Por ese tiempo la empresa donde trabajaba me invito a trabajar en la apertura de una sucursal en otra ciudad, ofreciéndome un puesto y un sueldo mayor casi el doble, por lo que no lo pensé tanto y me fui para allá, pensando que el cambio de aires me ayudara a superar también mi reciente separación.

La ciudad era pequeña y no tenía ciertas comodidades, que hay en las grandes ciudades, pero si había unas mujeres muy guapas y cachondas. Al participar yo directamente en la selección del personal pude escoger un par de secretarias a mi gusto.

Al ser una población relativamente pequeña, se dan perfectamente cuenta cuando uno viene de fuera y las mujeres son muy lanzadas, tanto solteras como casadas no importándoles que sus novios o maridos se den cuenta. Hay cierto liberalismo y por mi cama y oficina desfilaron diferentes mujeres guapas.

Había una secretaria casada como de 28 años, guapa, con un buen trasero. En una ocasión en que se quedó mas tarde, a ayudarme a terminar los reportes de fin de mes y después de terminarlo y revisarlo me quede en mi sillón estirando mi cuerpo con síntomas de cansancio. Ella que estaba a un lado mío se ofreció a darme un masaje, se paro atrás de mi, apretó mis hombros y mi cuello, yo le dije:

Pero tú también vas a necesitar uno Sonia ¿o no estas cansada?

Si pero yo necesito otro tipo de masaje –me dijo parándose frente a mi recargada en el escritorio y seguía masajeando mis hombros-

Pero, ¿no estará tu esposo preocupado por tu tardanza?

No ya le hablé hace un rato para decirle que teníamos mucho trabajo

Metí mis manos bajo su falda acariciando sus nalgas, luego bajé el cierre de su falda deslizándola hasta el piso, vi una diminuta tanga color rosa que resaltaba sus abundantes vellos que sobresalían por los lados de su tanga.

Estás bien peluda, ¿no te gustaría depilártelos un poco?

No, así le gusta a mi esposo que los tenga

Es que luego son un poco estorbosos –le dije-

¿Estorbosos para que?

Para esto

Le dije, sumiendo mi nariz en su pubis y hurgando con mi lengua haciendo a un lado su tanga, la acosté en el escritorio y probé su cocho peludo con aroma de hembra en celo

Ay Daniel, mi marido nunca me había hecho esto

De verdad? Pues que tonto tienes una panocha deliciosa

Lo dices de verdad? El no me acaricia nunca solo quiere que yo se la chupe luego me penetra y termina aunque yo no lo haya gozado

Pues es un desperdicio, tienes un cuerpo hermoso como para hacer maravillas con el

Tengo una amiga, que me cuenta todas las locuras que hace con su esposo y cuando yo se lo he insinuado al mío, me tacha de puta

Ah si, como que locura te gustaría hacer

Me da pena contarte mis cosas recién tenemos intimidad como para decirte mis fantasías

Ten toda la confianza de decirme tus fantasías y yo te las voy a cumplir

¿De verdad Daniel? Mi amiga dice que es delicioso cuando se lo hacen por atrás y mi esposo dice que eso es algo muy sucio

¿Te gustaría que te lo hiciera yo?

Si Daniel, pero primero házmelo por la vagina, que también esta un poco abandonada

Ven dame una chupada quiero sentir tus labios en mi verga –le dije-

Se hincó en el piso y sacando mi verga del pantalón exclamó

Ay Daniel está bien grande tu verga

¿Te gusta?

Si, esta rica –dijo llevándosela a la boca-

Después de estarla chupando un rato me pidió que ya se la metiera, se paró poniendo su torso en el escritorio, levantando sus nalgas en todo lo alto La fui penetrando despacio, como estaba muy lubricada, fui subiendo de intensidad, después la tomé de sus caderas y se le sacaba casi hasta la punta para después metérsela fuerte hasta el fondo, haciéndola gritar.

Síguele así lo estoy disfrutando mucho, nunca me habían cogido así de rico, oh nunca pensé que se pudiera gozar tanto.

Se derramó como nunca había visto a una mujer, sus líquidos me bañaron todo mi vientre y escurrían abundantemente por sus piernas, estas se le aflojaron y se dejó caer en el escritorio. Yo no me había venido y mi verga seguía firme, abrí sus nalgas para lamer su virginal ano luego la tallé en el canal de sus nalgas y la apoyé en el centro de su culo empujando suave, pero firmemente ella emitió un grito de dolor, cuando la cabeza se abrió paso en su esfínter

Ayy Daniel, duele mucho

Quieres que te lo saque?

Si no te lo aguanto, no pensé que doliera tanto

Relájate un poco no estés tan tensa, quieres que lo intente otra ves?

Si con cuidado, por favor

Después de ponerle abundante saliva, (no había lubricante a la mano) inicié de nuevo la penetración suavemente, mi verga entró con trabajo hasta la mitad, ella no dejaba de quejarse, me detuve un poco para que su cuerpo se relajara y se acostumbrara al invasor. Seguí avanzando despacio, ella ponía sus manos en mis piernas como para detener la penetración, yo inicié un suave mete y saca, ella me pedía que ya terminara que no lo soportaba. Hice varios movimientos dentro de ella para acelerar mi orgasmo y terminar dentro de su culito, aun sabiendo que ella no lo estaba disfrutando mucho. Ella quedo recargada en el escritorio quejándose, su ano estaba todo abierto, inflamado y con unos leves rastros de sangre, tome un pañuelo desechable y lo limpie con cuidado, ella se volvió a quejar, yo le pregunté;

Te duele un poco?

Si, mucho

¿Lo disfrutaste?

¡No! -me dijo fingiendo enfado- me lastimaste mucho, por adelante si lo disfruté pero por atrás no

No te preocupes la próxima ves te dolerá menos

No creo que me vaya a dejar otra ves fue muy doloroso –decía sonriendo y quejándose cada ves que se movía-

La llevé a su casa pasada las 10.00 P.M. entró caminando con dificultad, afortunadamente su esposo ya se había dormido. Por la mañana en que el la vio como caminaba, ella le dijo que se había resbalado y caído al estarse bañando, el le contestó, que casualidad se me hace que te cogió tu jefe, como crees le contestó ella indignada.

Al siguiente fin de mes, en que Sonia se volvió a quedar a trabajar mas tarde, le llegué por la espalda donde estaba sentada trabajando y le di masaje en sus hombros

No te gustaría un masaje para relajarte

Si, me encantaría solo déjame terminar el trabajo

Después de terminar el trabajo, la llevé al sofá de la recepción, donde la hice sentarse en mis piernas, la acaricié metiendo mi mano en su tanga mientras la besaba y con la otra acariciaba sus pechos. Al instante se puso bien caliente, me quitó la camisa y sentándose de frente a mí me besó luego saco mi verga de la trusa y me dio una mamada riquísima, después de quitarse el calzón se ensartó en mi verga dándome la espalda con las piernas abiertas. Yo acariciaba su botón de placer luego la acosté de espaldas y levantándole las piernas la cogí fuertemente hasta tener un orgasmo fabuloso los dos, seguimos abrazados un rato acariciándonos hasta que me paro la verga de nuevo.

¿Te gustaría que te lo hiciera por el culito otra vez?

No Daniel, si me gustó un poquito pero fue mas el dolor

Te prometo que esta ves será diferente, estabas muy tensa aquella ves

¿Me prometes que lo voy a disfrutar?

Si, te lo prometo

La acosté en el brazo del sofá, con su cabeza en el asiento y sus nalgas levantadas, abrí su culito, el cual fui relajando con mi lengua mientras acariciaba su clítoris y su concha con mis dedos. Luego saqué un tubo de gel lubricante y abriendo sus nalgas lo apliqué en los pliegues de su ano, ella se estremeció al sentir la frescura del gel, luego introduje un dedo bien embadurnado de gel masajeando en su interior, luego introduje dos dedos y seguí masajeándola. Ella estaba más relajada ya que me tome todo el tiempo del mundo en acariciarla.

Ya estas lista Sonia

Si Dany creo que ya

La puse en la entrada de su ano y suavemente la fui metiendo

¿Te duele?

Solo un poco, síguele

Deteniéndome un poco cada vez que avanzaba, ella me animaba a que continuara, ya que ahora si lo estaba disfrutando un poco Ya que estuvo toda mi verga adentro de ella, me detuve ya que ella sudaba copiosamente y se quejaba un poco, empecé a meterla y sacarla muy suavemente.

Quieres que continué? Sonia

Si Dany síguele así despacio ya me está gustando

Seguí metiéndosela cada ves mas fuerte ella me alentaba a que continuara

Ay Dany que rico estoy sintiendo, métemela mas fuerte, estoy gozando mucho, con razón dicen que es fabuloso, que rica culeada me estas dando, dame tu leche mi amor quiero venirme contigo oughhh.

Terminamos en un delicioso orgasmo, después de ese día cada ves que se podía Sonia iba a mi privado y me daba una rica mamada y cuando nos quedábamos solos le encantaba ponerse empinada en el escritorio y que le diera por el culo hasta llenarse eso le encantaba y su marido se negaba a hacerlo ya que lo consideraba sucio.

En una fiesta donde fui invitado, uno de mis compañeros de trabajo me presentó a una doctora de la clínica médica a donde acudíamos los empleados y con la cual hice amistad. Era una mujer muy guapa con un trasero grande y unas tetas de buen tamaño. A pesar de ir acompañada de su esposo, me estuvo coqueteando descaradamente y me dijo que cuando iba a visitarla a la clínica, para que viera el servicio que proporcionaba a los empleados de la empresa. Le pregunté si no le quitaría el tiempo a ella o a los enfermos que atendía y me dijo que no, que podría ir cierto día de la semana después de las 7.00 P.M. ya que le tocaba estar de guardia toda la noche.

En cierta ocasión, en que me sentía mal por la noche, le llamé de la oficina, preguntándole si podía recibirme. Me dijo que no había ningún problema que le tocó estar de guardia, me recibió en el consultorio y me pregunto que síntomas tenía, le dije que tenia bastante fiebre y sentía el cuerpo adolorido, me dijo que me quitara la camisa y el pantalón y me acostara. Cosa que me extrañó ya que normalmente te toman el pulso, la temperatura y cosas así sin desvestirte, pero obedecí y me acosté, me empezó a auscultar en diferentes partes del cuerpo, bajó al estomago, al vientre, me pidió que me bajara el calzón totalmente, me toco la región púbica y empecé a tener una leve erección.

¿Parece que tienes otro tipo de calentura? –me dijo sonriendo-

Como crees, de verdad me siento mal

Luego con su mano izquierda hizo a un lado mi pene para revisar mis testículos, tocando en diferentes lugares, mientras con su mano izquierda acariciaba discretamente mi pene, dándole pequeños apretones y a pesar de mi malestar no pude evitar la erección. Ella tomó uno de mis testículos y lo introdujo dentro su cavidad hasta desaparecerlo y me dijo sabes que, parece que tienes una hernia. Eso me preocupó, pero me dijo que me relajara que al día siguiente me revisaría mejor mientras me daría antibióticos por si era una infección, seguía hablando y no soltaba mi pene.

¿Quieres que te de algo para bajarte la fiebre? -Me preguntó-

Si claro, te lo agradecería mucho.

Tomando mi verga con sus dos manos se la llevó a la boca lamiéndola suavemente y luego introduciéndola hasta el paladar

Perdona no me pude contener, tienes una verga deliciosa, no creas que hago esto con cualquier hombre, me gustaste desde que te vi la primera ves. –me dijo-

Dentro del malestar que tenía, no pude dejar de sentir placer, al recibir esa boca húmeda que lamía y chupaba mis testículos muy golosa, luego subió su bata y se quito una minúscula tanga blanca de hilo dental dejando ver unas nalgas hermosas e inmensas.

  • Dany déjame comerme tu verga, esta riquísima, me caíste del cielo, estaba bien caliente pensando en ti

Se subió a la cama de hospital y aunque son muy angostas abrió sus piernas y se empezó a tallar mi verga a lo largo de su vagina. Estaba bien mojada, luego se la fui metiendo poco a poco y a mover sus caderas hacia atrás y hacia adelante suavemente, hasta ir subiendo de intensidad y después tuvo un orgasmo largo y placentero, que seguramente escuchó la enfermera que estaba afuera. Después se bajo y mamó mi verga hasta dejarla limpia de sus jugos acariciándola con las dos manos agitándola y chupándola hasta sacar el néctar de ella que tragó golosamente, luego me pidió disculpas por lo que acababa de hacer.

Se que vas a pensar mal de mi, que esto no esta bien en una profesional como yo, pero la verdad no me pude resistir, tienes una verga deliciosa.

No tienes por que dar explicaciones yo también lo disfruté y también me gustaste desde que te vi.

Bueno te espero mañana para ver como amaneciste y darte otra revisada

¿igual? Si me dejaste para el arrastre –dije riendo-

Ya no me apenes mas por favor

Discúlpame no era mi intención, nos vemos mañana y gracias

Hasta mañana

Al salir, pude ver la sonrisa maliciosa de la enfermera, que seguramente se dio cuenta de todo.

Al día siguiente por la tarde fui de nuevo a ver a la doctora, me recibió muy normal con actitud profesional.

Sr. Daniel se puede desvestir por favor en seguida unos colegas míos lo van a revisar y dar su opinión.

  • Como no Doctora, enseguida –pensando en la incomodidad de ser revisado ahora por un medico varón

Unos minutos después entro acompañado de una doctota muy joven, delgada, de mediana estatura y con unas tetas grandes pero firmes, las dos con actitud profesional se pararon frente a mi cama.

  • Dra. Rodrigues el es el Sr. Daniel de quien le platiqué

  • Bien Sr. Daniel me permite revisarlo –me dijo haciendo a un lado la sabana que cubría mi desnudez

Separe un poco las piernas, por favor

Haciendo a un lado mi pene, que por los nervios estaba más que dormido, me revisó los testículos palpándolos en diferentes lugares y al igual que la otra doctora tomo uno y lo introdujo en su cavidad

¿le duele esto? –me decía al hacer diferentes movimientos con mi testículo

No doctora –dije mirando detenidamente sus hermosos senos, que se desbordaban de su bata, lo que provocó que mi verga diera signos de vida y se levantara un poco frente al rostro de la doctora.

Buenas tardes -interrumpió la voz de otra doctora, entro con el mismo aire profesional que las anteriores, de rostro muy hermoso, alta, delgada, muy caderona y con unas nalgas bastante apetecibles que apenas cabían en la diminuta falda

Dra. García que bueno que viene –dijo mi amiga la Dra. Chávez- es el paciente que le comenté

A ver que tenemos aquí dijo con el mismo tono profesional.

Apretó con la yema de los dedos mi pubis, luego tomó un testículo en cada mano, como midiéndolos a ver si estaban iguales. Luego los introdujo en su cavidad igual que las otras, pero era mucho pedir que mi pene se estuviera quieto mucho tiempo, de plano se levantó orgulloso casi en las manos de la Dra. García quien nunca perdió su actitud profesional

Tiene razón Dra. Chávez su diagnostico es correcto, proceda con el tratamiento para ver si es posible evitar la cirugía.

Ella me indico que tomara un medicamento durante tres días y después fuera de nuevo a verla ya que si no había mejoría tendrían que hacerme unos estudios para hacerme la cirugía.

Salí de ahí cabizbajo pensando que el mundo se hundía a mis pies, una cirugía es algo en lo que nunca había pensado, esa misma noche hable con mi madre y con uno de mis hermanos para comunicarle la noticia, los calmé diciéndoles del tratamiento para evitar la cirugía, pero no pude evitar preocuparlos.

A los tres días fui de nuevo a la clínica, me recibió la doctora muy sonriente, pero yo no iba de buen humor como para corresponder a la sonrisa.

Huy que carita, vienes de mal humor –me dijo-

Humm no es para menos he estado preocupado todos estos días

Vamos, no te preocupes, a ver desvístete para revisarte

Con menor discreción que la vez anterior hizo a un lado mi pene con la mano izquierda mientras con la otra me agarraba los testículos haciendo la misma operación de guardarlo en su cavidad.

Y bien, como estoy doctora, ¿necesito la cirugía?

Tu necesitas ni cirugía ni nada –me decía acariciando mi verga y mis huevos cachondamente con las dos manos

Perdón, ¿que dices?

Que tu lo que necesitas es una rica mamada solamente

Déjate de bromas que no ando de humor

De verdad, no tienes nada

Y lo que dijeron tus colegas

Perdón fue una broma, lo que pasa es que les presumí a ellas que tenias una rica vergota y que me habías cogido delicioso días atrás y como no me creyeron, hicimos todo ese teatro para que se deleitaran viéndotela.

Que desgraciada eres y yo que tengo a toda mi familia preocupada, no han dejado de llamarme todos estos días

Perdóname no lo vuelvo hacer

Y no temes que tus amigas vayan con el chisme a tu marido

No te preocupes aquí todas, sabemos nuestros pecaditos pero no decimos nada

Y que tal si a alguna de ellas se le antoja lo que andas presumiendo

No hay ningún problema, no soy celosa, además me gustaría que te las cogieras a cualquiera de ellas y que un día me invitaran a hacer un trío, además para que me perdones te invito a que te desquites conmigo.

CONTINUARÁ