Nuestras almas, una sola 10
¿Cómo te explico lo esencial de tu existencia para mí? ¿Cómo te explico?
Mía volvía de su alucinación sin saber qué hacía en ese lugar, estaba en el hospital, junto a ella una enfermera que controlaba su pulso, y le trataba de explicar lo que le acababa de suceder. La joven no escuchaba las palabras de la extraña pero si recordaba que Mico había tenido un accidente y sentía en su corazón las palabras que terminaba de escuchar,
sintió un alivio en su interior y con un suspiro soltó la angustia que hasta hace un momento la paralizaba,
sabía que Mico estaría bien.
La máquina que traducía el elevado ritmo del corazón de la guerrera, comenzaba a marcar con una pausa esperanzadora para los profesionales, la tenían de vuelta con ellos, el doctor y sus ayudantes se miraron con la confianza de haber realizado su tarea con el resultado que esperaban.
Afuera en los fríos pasillos esperaban las mujeres de Mico, su madre, Fernanda y la nana, Fernanda no se animaba a emitir palabra, su culpa callaba cualquier explicación que intentara dar sobre lo ocurrido. Agustina miraba de reojo cada tanto a la chica, como esperando y pidiendo que contara porque habían terminado en esa clínica con Mico en la sala de operaciones.
La nana no soportaba la espera silenciosa del lugar,
decidió entrar sin ninguna autorización a ver a Mía, sabía lo que había pasado con la chica, sabía que Mía le daría una respuesta.
Mía: nana..
Nana: mija como estas?
Mia: bien gracias, no sé qué me paso, pero Mico va a estar bien , no se nana q me pasa que siento o porque siento esto.. (Mía cada vez apuraba sus palabras con una desesperación
intentar explicar y entender lo que sentía).
Nana: está
bien niña shhh cálmate ssh Mico se pondrá bien confiamos en eso yo lo se siempre fue luchadora y hoy está peleando más que nunca… (Con voz calmada la nana le hablaba para tranquilizarla).
Después de 3 horas de espera el doctor por fin empujo la puerta que divida la sala de cirugía con el desierto pasillo en donde esperaban con cansancio y ansiedad las mujeres.
El doctor dirigiéndose a Agustina le explico que la muchacha había perdido mucha sangre, que debían esperar y que los golpes habían sido graves que tenían que tener fe y paciencia para saber cómo era el estado en el que la joven despertaría.
Siete días habían pasado desde el accidente, Mía entraba a la clínica como lo había hecho cada mañana después de que Mico saliera de la operación, afuera siempre esperando su nana, Agustina repartía su tiempo entre la empresa y el hospital, y Fernanda no se despegaba de la puerta de la habitación de su novia.
Mía había entrado a la habitación de Mico, la miraba observando con detenimiento cada rasgo de su cara, la miraba mientras se colgaba en sus pensamientos, luego de varios minutos a solas las dos, sin que ella emitiera palabra, como lo había hecho desde que la visitaba, hablándole y dándole aliento para que por fin abra los ojos. Esta vez no sentía la necesidad de hablarle, solo quería estar en silencio, acompañarla todo el tiempo que le permitieran quedarse parada a su lado como quien cuida y protege su tesoro.
De repente sin darse cuenta empezó acercar su rostro al de la joven inmóvil, con sus manos temblorosas toco la morena mejilla de Mico, se sentía el calorcito de su piel, paso su dedo índice por el labio inferior de la joven y sin pensarlo unió los suyos con los de ella. En ese mismo instante sintió como sujetaban con fuerza su nuca abrió sus ojos, Mico la agarraba con fuerza e introducía su lengua para encontrarse con la de ella y poder sentirla mas en ese apasionado beso. Mía sintió una mezcla enorme de sentimientos, sorpresa, susto, alegría ganas de hacer el amor en ese mismo instante, cerro sus ojos y siguió con ganas y fuerzas el acalorado beso.
La puerta se abrió, Mía separo con fuerza a Mico de su lado..
Mía: perdón perdón….
Fer: que es esto? Grito con asombro..
Sin mirar a la cara a Fernanda Mía salió volando de ese cuarto dejando a una Mico sin entender quién era esa loca que la había despertado cual bella durmiente con el mejor beso que jamás le habrían podida regalar.
Fernanda muy disgustada había olvidado por un momento que no estaba en condiciones de reclamarle nada, la culpa invadió su cuerpo de repente y se quedó paralizada frente a Mico que la observaba como esperando que le dijera quien era ella.
Fernanda se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, se preguntaba si el destino se había torcido a su favor y Mico había perdido la memoria, pero antes de poder terminar de responderse la duda salió de la habitación para avisar la buena noticia, Mico acababa de despertar al fin.
Apartado: pido millones de disculpas por la extensa demora, espero que sara siga entrando para ver si publique la continuacion, beso grande sara y gracias. Prometo continuarla hasta terminar sin demasiada espera. Besos y muchas gracias por compartir mi historia.