Nuestra visita a la Feria

Fuimos mi esposo y yo a la feria que se monta cada año en nuestra ciudad, era una temporada muy calurosa.

Nuestra visita a la feria.

Hola permítanme presentarme me llamo Laura y tengo 33 años, vivo en una provincia de mi país, México.

Soy un poco más alta que la media de las mujeres en mi país, soy morena clara, pechos de tamaño regular y buen culo.

Una vez hechas las presentaciones procederé a relatarles algo que me sucedió hace un año.

Cada año se monta la feria de la ciudad y asiste muchísima gente, esa tarde fuimos mi esposo y yo a curiosear un rato  y tomarnos unas cervezas ya que el calor en esa temporada es insoportable. Perdón, olvidaba mencionarles como iba vestida esa tarde de calor asfixiante usaba una tanga blanca de encaje, una falda amplia un poco más arriba de las rodillas, una playera blanca de tirantes pegada al cuerpo y decidí no llevar sujetador. Ahora prosigamos con la historia, llegamos a la feria y estaba a reventar a penas se podía caminar, estuvimos caminando por entre los locales hasta que llegamos a un sexshop y decidimos entrar ya que siempre he tenido la curiosidad de conocer uno,  observe cosas que había oído que existían pero nunca había visto, anillos para el pene, vaginas de látex, consoladores, películas, lencería, juegos de mesa para adultos, etc. Me llamó la atención un vibrador con forma de pene de aproximadamente 20 cm de largo y unos 5 cm de diámetro y que tenía una pequeña protuberancia para la estimulación del clítoris, mi marido se dio cuenta de mi interés y decidió comprármelo de regalo para que lo estrenáramos esa noche en casa, -que equivocado estaba mi marido- antes de salir de la tienda lo guarde con mucha dificultad en mi bolso de mano, apenas cabía. Para ese momento la sed y el calor eran insoportables, así que decidimos ir a tomar unos tragos a uno de los bares, había música en vivo, el ambiente era de lo mejor.

Entramos y nos sentamos en una mesa que estaba pegada a la pared, yo veía hacia el centro del bar y mi esposo que se sentó frente a mi veía hacia la pared, había muchas parejas y algunos grupos de hombres solos, los cuales no me quitaban la vista de encima, probablemente porque al no llevar sostén se me marcaban claramente los pezones en mi playera blanca, algunos muchachos aprovechando que mi marido estaba de espalda a ellos aprovechaban para mirarme con descaro, incluso alguno mas atrevido me hacia señas. Al principio no preste mucha atención ya que la estaba pasando muy bien con mi marido y no quería problemas, estuvimos tomando algunas cubas y bailando durante un buen rato, aproveché que nos sentamos para decirle a mi marido que necesitaba ir al tocador, se ofreció a acompañarme pero le dije que no hacía falta que me esperara en la mesa.  De camino a los baños un par de muchachos que estaban sentados cerca de la puerta de los baños –por cierto bastante atractivos- comenzaron a decirme algunos piropos a los que respondí con una sonrisa, al salir del baño uno de los muchachos esperaba junto a la puerta y me tomo de la cintura al pasar frente a el y me jalo hacia el y me dijo “te ves muy linda y no tienes idea de cuanto te deseo”, logre soltarme y sin decirle nada me dirigí a la mesa donde me esperaba mi esposo, me senté y de reojo observe la mesa de los muchachos y estaban riendo, uno de ellos me hizo señales de que separara las piernas, querían ver mi ropa interior pero obviamente los ignoré.

Seguimos platicando mi esposo y yo un rato y ya estando un poco más alegres de la cuenta le pedí que fuéramos a los juegos mecánicos. Nos subimos a casi todos, lo pasamos de lo más divertido, en ese momento me dijo mi esposo que necesitaba ir al baño ya que los tragos que habíamos tomado ya estaban haciendo efecto, le dije que entráramos primero a la casa de los espantos, me dijo que entrara yo que mientras el iba al baño y me esperaría en el auto ya que se sentía un poco mareado, tanto por el alcohol como por los juegos, acepte y me dirigí a la taquilla habría unas 10 gentes antes que yo así que tuve que formarme, atrás de mí se formaron los dos muchachos del bar, fingí no haberlos visto y mantuve mi vista hacia el frente, cuando por fin era mi turno de pagar abrí mi bolso para sacar el dinero y sentí que algo caía al piso, el muchacho que estaba justo atrás de mi se agacho a recoger lo que había tirado, sentí que me moría de vergüenza al ver que lo que había tirado era el vibrador que me regaló mi esposo, al extender mi mano para que me lo entregara, el sonrió maliciosamente y guardándolo en su pantalón me dijo que luego me lo entregaría. No hice mayor escándalo ya que no quería que más personas se enteraran de lo que sucedía y me forme a la entrada de la casa de los espantos y los muchachos se formaron atrás de mí nuevamente, en ese momento empezamos a ingresar en la casa por un pasillo angosto que estaba muy oscuro, difícilmente podías ver a la persona de enfrente, me sentía muy inquieta ya que no sabía lo que pensaría el muchacho acerca de mí. Estaba inmersa en mis pensamientos cuando sentí una respiración junto a mi oído derecho y escuche la voz del muchacho que me decía “aquí tengo tu juguetito”, en ese momento sentí como levantaba mi falda, me llené de pánico, no supe que hacer, así que lo único que le dije en voz baja pero firme fue que me lo entregara y me dejara en paz, pero no hizo caso, sentí como acariciaba mis nalgas mientras seguíamos caminando lentamente –la situación me estaba excitando-, una vez más comenzó su ataque y me besaba la nuca y las orejas, de pronto sentí como cruzó una de sus manos por entre mis piernas y empezó a acariciar mi entrepierna por encima de mi tanga la cual comenzaba a humedecerse, en esos momentos ya no podía hablar presa del miedo y también de la lujuria. Unos instantes después siento como recorre aun lado mi tanga y delicadamente acaricia mi clítoris y juguetea con mis labios vaginales -para ser sincera la situación me gustaba- después de unos instantes comienza a introducir en mi vagina el vibrador, sentí una excitación indescriptible quizás por la misma situación que era fuera de lo común, quizás por los tragos que había tomado anteriormente, no lose, pero  ese momento lo estaba disfrutando como loca, lo introdujo hasta el fondo y comenzó a moverlo en círculos, lo cual me  provocó un orgasmo brutal y tuve que morder mis labios para no gritar, el se dio cuenta y me dijo “ahora me toca mi turno”, con los jugos de mi corrida comenzó a lubricar mi ano – le dije ni lo pienses –  y el muy cabrón en lugar de detenerse introdujo lentamente un dedo en mi ano, se sentía delicioso.  De pronto sentí que retiraba su dedo y me jalaba  por una puerta que estaba en el pasillo y me dijo en voz baja “no te preocupes mi amigo siguió caminado y nadie de los que venían atrás se dio cuenta”. Era un pequeño cuarto donde apenas cabíamos los dos, al parecer lo usaban para guardar algo de leña y también los artículos de limpieza, en esos momentos yo ya no ponía ningún tipo de resistencia, estaba sumamente excitada, me inclinó hacia el frente y levanto mi falda a la altura de mi cintura e introdujo nuevamente el vibrador en mi vagina, mientras chupaba mi orificio posterior. Una vez que estaba bien lubricado sentí como colocó la cabeza de su verga en la entrada de mi ano y poco a poco para no lastimarme la fue introduciendo -sentí un rico dolor, que me encantó- una vez que logro introducirla por completo espero algunos segundos a que mi ano se acostumbrara  a su tamaño y comenzó a culearme lentamente mientras me tomaba con una mano de las caderas  y con la otra acomodaba mi tanga de tal modo que mantuviera el vibrador dentro de mi vagina, esa doble penetración me hacía sentir en el cielo, poco a poco fue aumentando la velocidad de sus embestidas hasta moverse de una manera frenética lo que me hizo explotar en un orgasmo interminable en el que salio tanto jugo de mi vagina que parecía que estaba orinando –sentí que las piernas se me doblaban de tanto placer-.

Saco el juguete de mi interior y se colocó un condón que saco de su cartera y me clavó su verga de un solo golpe hasta el fondo de mi  vagina, sentí como golpeaban sus huevos con mi entrepierna, el acariciaba con sus manos todo mi cuerpo y me enrollaba la playera en la cintura y comenzó a juguetear con mis tetas que estaban hinchadas y con los pezones totalmente duros y muy sensibles a sus caricias, estuvimos así algunos minutos hasta que los dos terminamos  de manera simultanea en un orgasmo espectacular, nos besamos en la boca y me dijo “ahora si, aquí tienes tu juguete”, lo guarde en mi bolso, nos acomodamos la ropa y salimos de la casa de los espantos  de manera separada, primero salí yo y el salió unos minutos después.

Me dirigí al estacionamiento, ya quedaba poca gente en la feria ya era muy tarde, serían como las 2:30 am, por fin llegue al estacionamiento y estaba muy oscuro, empecé a cruzar entre los carros cuando de pronto se me puso enfrente un tipo que me dijo “me di cuenta de todo lo que acabas de hacer y se que tu marido te espera en el auto”, me llene de pánico no sabía que decir, no podía imaginar lo que pasaría si mi marido se enteraba.

Me dijo “yo también quiero divertirme y más vale que cooperes sino quieres que se entere tu esposo” en cuanto termino de decir esto me abrazo y comenzó a besarme, me arrinconó contra la puerta de un auto, levanto mi falda y metió sus manos por debajo de mi tanga, no puse resistencia porque no quería que le contara nada a mi esposo.

Abrió la puerta del auto me empujo adentro, me desnudo por completo y me recostó sobre el asiento trasero y empezó a darme una mamada en mi rajita, succionaba con fuerza mi clítoris e introdujo un dedo en mi cuevita, luego dos y hasta tres dedos.

Se separó de mi y se recostó en el asiento poniéndome de rodillas a la altura de su cabeza para continuar jugando con mi rajita, me lamía desde el clítoris hasta el culo e intentaba meter su lengua en mi agujero posterior, -la posibilidad de que alguien nos viera me excitaba mucho-, después de un rato logró arrancarme un tremendo orgasmo.

Se levantó y me recostó nuevamente en el asiento y el desde fuera del auto comenzó a buscarme raja con la punta de su verga y finalmente la fue introduciendo lentamente al principio y después la sacó casi por completo y de un solo golpe me la clavó

hasta el fondo, estuvimos así cerca de 10 minutos hasta que el me la sacó y se subió nuevamente al auto y me acomodo de tal forma que yo me montara en su verga, yo estaba sumamente caliente y comencé a cabalgarlo con locura, giraba las caderas para sentir su estaca contra todos los rincones de mi vagina, ya no aguantaba más estaba por correrme cuando el empezó a bufar como un toro y tuvimos un orgasmo simultaneo.

Nos abrazamos algunos minutos y me dijo “ve con tu esposo que te espera, ojalá podamos vernos nuevamente”. Me bajé del auto, me vestí y le dije que dudaba mucho que nos volviéramos a ver y sin decir más me dirigí a nuestro auto y encontré a mi marido dormido en el interior, le toqué en el vidrio y despertó, quito el seguro de la puerta y subí, me dijo debió ser muy buena la casa de los espantos ya que te veo muy satisfecha, sonreí  y le dije “no sabes de lo que te perdiste”.

Espero que les haya gustado el relato de mi aventura.