Nuestra sobrina juega con nosotros 4. Fin

Mi dedo entro sin problemas, pasando a dos, la saliva y lo salida que estaba Susan, hacia que su virgen ano se abriera como una flor...

(Este relato es una continuación y final del 3,2,1, por ello es todo y puro sexo)

Las envestidas de Carlos a mi mujer habían sido realmente fuertes,  Sandra boca arriba aun suspiraba, la leche comenzó a deslizarse por sus muslos, yo embobado me había olvidado un poco de Vero y de Candi, la sobrina de Sandro, las cuales no perdieron la oportunidad. Candi comenzó a lamerle la polla a Carlos, limpiándosela completamente, y Vero se encargo de recorrer con su lengua los muslos de mi mujer, haciéndola estremecer nuevamente, pues su lengua se acercaba pícaramente a su sexo. Sandra me miraba y sonreía, pues había sido bien follada por Carlos y ahora su mujer y mejor amiga le iba a hacer correr con su lengua.

Al mirar a mi sobrina, sentí escalofríos, el chico negro le estaba haciendo correr con una gran y juguetona lengua. Pasaba de cientos de lengüetazos por minuto en su clítoris a introducirse totalmente dentro de su coño, era del tamaño de una polla pequeña. Ella disfrutaba como una verdadera zorra, seguro que enlazaba corrida tras corrida, y si no gritaba era porque la polla de Sandro le llegaba a la garganta. Para esa edad Sandro tenía una gorda polla acompañada por dos hermosos huevos.

Su mujer Carol, estaba disfrutando como nunca he visto a nadie, estaba siendo follada por los dos jóvenes italianos, tenía dos pollas en el coño y ella aun pedía más.

Tanta visión erótica, me tenía a cien, mi empinadísima polla y el culo de Candi y Vero a una cuarta... no me lo pensé, comencé por la sobrina de Sandro, metiéndole la polla en su estrecho coñito, alternándolo con el de la mujer de mi amigo, un coño muy caliente y jugoso. El cambiar de uno a otro hacía sentir una nueva y placentera sensación, que haría correrme en breve, aun sin saber qué coño seria el afortunado.

No me dio tiempo a decidir, mirando y escuchando disfrutar a mi sobrina Susan me corrí rápidamente en el apretado coño de Candi, mi sobrina estaba comenzando a ser follada por el chico de color. La cabeza comenzó a abrir esos gordos y jugosos labios, la polla negra se introducía un par centímetros y salía uno totalmente humeda, asi hasta su totalidad.

Ella tan blanquita y aniñada y una polla de 25 centímetros partiéndola en dos. Con lagrimas en los ojos, sus manos apretadas marcando el culo de Sandro por la excitación, su respiración era como si el aire le faltase, mi sobrina se corria como una puta.

Mi mujer estaba otra vez muy caliente, y no le importo que la chica rubia posase sus entrepiernas en su boca. Sandra tímidamente saco la lengua y rozo esos labios, no le resulto desagradable y con lo caliente que estaba, en unos minutos ya devoraba su primer coño.

Me acerque a mi sobrina, quería que fuese ella quien me limpiase y volviese a excitar, con una sonrisa entre suspiros comenzó a limpiarme los restos de semen. Las embestidas que le daba el chico hacia dejar de mamármela, pero mi polla reaccionaba aun más viéndola disfrutar.

El bungalow eran pura lujuria, gritos, suspiros, y un olor muy profundo a sexo. Todos fallábamos con quien y como queríamos, cada vez que miraba veía nuevas parejas, la ultima mi mujer follada por el morenazo y Sandro dándole por el culo, (mi fantasía a realizar, y ahora la realizaba con dos desconocidos).

Me limite a darle placer a mi sobrina. El chico de color se tendió en la cama, mi sobrina a horcajadas descendió sobre él, clavándose la polla más grande, negra y venosa que he visto. Cuando sus huevos chocaron con sus glúteos, yo procedía a humedecerle su ano con mi lengua.

Gritaba de gusto y mi lengua casi rosaba su coño abierto como nunca y la polla que se deslizaba desde el capullo hasta los huevos.

Procedí a introducirles un dedo.

Susan: no por favor, por el culo no, soy virgen y me dolerá.

Al girarse vio que era mi dedo el que le preparaba el ano.

Susan: bueno, si eres tu tito, te dejo que juegues en mi culo…

Mi dedo entro sin problemas, pasando a dos, la saliva y lo salida que estaba Susan, hacia que su virgen ano se abriera como una flor. Mi polla aprovechaba y entraba poco a poco, cuando el tarugo negro salía de su vagina y me lo permitia. Al cabo de diez minutos las dos pollas se sincronizaban entrando y saliendo. Mi sobrina se corría sin parar, y yo viéndola desde atrás con su precioso culo en pompa con un chico negro súper dotado debajo, me hizo correr sin remedio coincidiendo con el potente e intermitente bombeo de semen del chico.

Los espasmos de Susan durando varios minutos, entre temblores y escalofríos, quedo rendida en la cama llena de leche, excepto su boca que fue llenada cuando el resto de chicos acostaron a todas las chicas y al unisonó se corrieron en sus bocas y pechos.

FIN