Nuestra primera vez juntas
Te amo, estoy dispuesta a todo por ti, quiero darte mas, quiero que me des. Quiero que nos den.
Tengo tus manos por todo mi cuerpo y tu lengua en mi boca. El taxista nos mira por el espejo retrovisor y lejos de preocuparme, me excita. Siento tus besos cada vez más calidos, furiosos y dulces a la vez, y mis manos luchando contra las tuyas que buscan mi entrepierna bajo mi falda una y otra vez. Ha sido una noche demasiado caliente y vamos a coronarla juntas.
No pensé que hoy iba a ser el día, pero lo anhelaba demasiado, te deseaba a ti así y no pude contenerme más. Y creo, por la manera en que te comportaste, que tu tampoco podías.
Por fin llegamos, justo al momento en que el vaivén de tu pubis contra mis piernas tenia al chico del taxi a punto de lanzársenos encima; no encuentro las llaves, tus manos recorriéndome entera me dificultan abrir, estamos a mil, no alcanzo a cerrar la puerta y ya estamos besándonos, me pones contra la pared y buscas mis piernas con tus manos, te deseo tanto en mi zorrita a punto de explotar, mis manos desabrochándote la falda, quiero sentir tu piel, tus dedos en mi espalda, descendiendo hacia mi culo, caminamos apenas hacia la cama y te subes sobre mi, siento tu cuerpo por primera vez en la noche tan plenamente. A media luz veo tu silueta y me besas. Cierro los ojos y mi mente no puede evitar viaja al inicio de nuestra salida.
Llegamos temprano, había bastante espacio para bailar y algunos sillones desocupados. Casi todas las personas eran parejas de chicos, y chicas que iban con sus amigas. Nadie que sobresaliera mayormente, aunque no era lo que nos importaba en realidad. Bailamos un rato, recorrimos el lugar, tirábamos un poco y luego seguíamos bailando. Al pasar un par de horas y algunos tragos, llegaba mas gente y nosotras nos sentíamos cada vez mas mareadas y calientes también, consecuentemente. Cada vez bailábamos más cerca, más rozando mi pubis contra tus piernas y besándote más largo. Sentía las miradas de los hombres y acercaban sus piernas para rozarse contra nosotras, y yo te besaba más. Nos fuimos a un sillón y empezamos a tirar, toqué tus tetas sobre la polera y pellizque un poco tus pezones, sentía tu lengua luchando contra la mía, penetrando mi boca cada vez mas profundo y mi cuerpo montándote cada vez mas, hasta que estuve sobre ti completamente. Busqué tu entrepierna y te acaricié sobre el calzón, tú gemías en mi boca y me decías que te ibas a correr, sentía tu zorrita mojando mis dedos, me tenias demasiado caliente. Al lado nuestro habían dos chicos tocándose sobre los pantalones mientras nos miraban, quería penetrarte, sentir tu clítoris cada vez mas duro entre mis dedos, latiendo, acercándose cada vez más a explotar y detenerme luego. Te llevé a la esquina más oscura que encontré y te puse contra la pared. Habían otras parejas de chicos tirando y varios con el cierre desabrochado. Metí mi mano en tu calzón, tú cerrabas los ojos y gemías en mi cuello. Tenías los labios hinchados, deseándome más que nunca, que te penetrara ahí, a la vista de todos. Estábamos a mil, te bese el cuello, el pecho, mordí tu clavícula y bajé un tirante de tu polera para comerte las tetas, estaban exquisitas, duritas, tibias, mientras te mordía un pezón te tocaba el otro con mis dedos, lamí la parte baja de tus tetas, seguí descendiendo, tu trataste de levantarme pero no querías realmente, mi cabeza rápidamente llegó a tu entrepierna y comencé a besar tu clítoris sobre tus calzones y a pasar mis labios hasta endurecértelo, se como te gusta eso, te lo sentí crecer bajo mi lengua y corrí tu calzón a un lado para lamerte mejor y tragarme tu flujo, bañarme con el y comerte el clítoris, mmmm, lo hice mejor que nunca, ya no te resistías, sujetabas mi cabeza y te movías al ritmo que querías que te la comiera, cada vez mas rápido, mas duro, hasta que tus dedos se enterraron en mi nuca, y te sentí latir y tu flujo cayendo por tus piernas hacia mis dedos que jugaban con tu vagina abierta y palpitante. Abrí los ojos y antes de encontrar los tuyos, vi las vergas de todos los hombres que rodeaban nuestro espectáculo, duras, apuntando hacia nosotras.
Vuelvo a la realidad y te veo montada sobre mi, te mueves como si me galoparas, tu clítoris sobre el mío frotándose furiosamente, cada vez que te acercas, siento como se te hincha y late, luego te alejas y vuelves, tomo tus caderas y te aprieto hacia mi, que rico se siente, escucho tus gemidos y me caliento mas, tu mano se acerca a mis piernas, quiero que me toques, así, mmmmm, lo tengo duro, voy a reventar, estoy a punto, quiero mas, me muevo contra tu mano y llevo tus dedos hacia mi entrada, te siento jugar, me tocas sin entrar mas que un poco, voy a explotar en tu mano, tus dedos se acercan, dale, me metes la puntita de uno y yo me estremezco, un poco mas, un poco mas, empuja, dale, quiero sentirte adentro, entras un poco y sales, y entras mas y sales, cada vez mas adentro, hasta que siento tu mano entera, chocando al fondo de mi zorrita, eso, hazlo rápido, me voy a correr, tus ojos se desorbitan y me siento desfallecer, siénteme, así, ooh, ooooh, ooooooh
Arrodillada frente a ti, tome tu mano y te hice descender hasta arrodillarte a mi lado. Tu sabias lo que quería, lo que habíamos desencadenado. Aun jadeabas por la mamada que te había dado, comencé a besarte. El primero en acercarse fue un chico de 17 años máximo, flaco, que tenía el pantalón a punto de explotar. Lo agarre de una pierna y lo acerque a nosotras, nos besamos mas cachondamente mientras el se acercaba cada vez mas, hasta que chocó contra nosotras y comenzó a frotarse contra tu boca. Yo veía como le crecía el bulto mientras te punteaba la cara y como tu lo disfrutabas, buscabas la punta de su verga y el lo apuntaba hacia tu boca, luego se acercaba a la mía y repetía lo mismo. Te estabas tocando con una mano y con la otra le desabrochaste el pantalón y no tuviste que hacer mas, su pico se disparó hacia afuera solo, estaba durísimo y tenia marcadas cada vena de su tronco, apuntando hacia arriba, lo agarre de la base y mezcle su glande en el beso que nos estábamos dando, con nuestras salivas y su semen agrio, pasándolo por tu cara; él estaba a punto, no necesitaba nada mas que eso, moví mi mano un par de veces por su tronco, alternándonos su glande de mi boca hacia la tuya, hasta que sentí como subía toda su leche chocando en nuestros labios, en tu cara, en mi cuello, en nuestras bocas, que compartíamos con cada beso que nos dábamos. Antes de que termináramos de limpiarnos, ya había otro esperando, otra verga que quería eyacular entre nuestros labios. Era un tipo mayor, cerca de 30, con una verga bastante más grande que la del pendejo anterior. Él ya estaba masturbándose y solo se acercó a nuestras bocas abiertas, sacamos las lenguas para encontrarlas en la punta de su glande y lamer su líquido y esparcirlo en nuestros labios. Su mano nos golpeaba pero no nos importaba, seguía besándote y abría los ojos para ver más hombres tocándose y mirándonos detrás de ti. Sentí su primer chorro caer dentro de mi boca y en tu cara que el sujetaba para que no corrieras. Antes de terminar de verlo corriéndose sobre ti, sentí una mano llevando mi cabeza a la entrepierna de alguien y una verga penetrando mi boca, y otras esperando el momento para entrar. Por un minuto, los cuerpos de los hombres me impidieron verte, pero sentía tu cabeza moverse al ritmo de las vergas que te follaban la boca también. Solo tocaba tus dedos para sentir tu excitación al apretarme. Cuando al fin te vi, un hombre tenía tu cabeza rodeada por sus piernas y te trataba de empujar al suelo, a lo que tú te resistías un poco. Te empujó hasta hacerte quedar con tu espalda apoyada en la mía, y en esa posición se turnaron varias vergas para penetrar nuestras bocas. Cuando iban a correrse, nos hacían girar la cabeza para acabar dentro de ambas.
Cuando vuelvo, tu también estas corriéndote sobre mi, se que piensas en lo mismo que yo, en como ese hombre te obligaba a acostarte para meterte el tronco hasta la garganta, me agarras las tetas y miras al cielo, se que estas a mil, te siento chorrear, siento que me empujas, que me quemas, y luego reposas sobre mi.
Estas cansada y se por que. No podemos más.
Pero yo si. Agarro tu cabeza y la llevo a mi zorrita, quiero obligarte a mirar como me masturbo. Aun me queda algo que rememorar a fondo, algo que me arde adentro y quiero que lo veas, que veas de cerca como me toco mientras recuerdo cómo cuando nos paramos, nos empujaron los picos de los hueones y nos pusieron de frente a la pared, una junto a la otra, las piernas abiertas y de pronto vi tu rostro expresando una mueca de dolor y placer y un gemido, y antes de poder voltearme a mirar sentir una vara que me penetraba a mi también, las manos de un tipo agarrando mis caderas, empujándome hacia el, montándome como un perro, desenfrenado, queriendo eyacularme y a mi lado tú sintiendo lo mismo. Veía el tronco que te entraba y salía, y como tu te empujabas hacia atrás para encontrarlo mas al fondo, iba a explotar en ti, te agarraba las tetas y se movía hasta partirte, y tu cerrabas los ojos y gemías, apoyada en la pared. De pronto un rugido me concentra en mi abusador y siento su verga hinchada eyaculando dentro de mí. Yo te beso y te corres mientras siento la leche caer sobre mis piernas. El tipo que te la esta metiendo te empuja hacia mi y comienzo a tocarte la zorrita mientras te sigue bombeando. Siento su pene entrando en ti y le acaricio los cocos, se los aprieto un poco, los siento crecer, pegarse cada vez más a su tronco y después su semen subiendo para explotarte dentro, eres su puta, te dice cosas que no alcanzo a escuchar pero siento como te crece el clítoris y te chorreas un poco cuando lo escuchas. Termina de brotar su semen en mi mano y te hago lamerlo, mientras dos chicos mas se ponen detrás nuestro y nos empujan frente a frente, poniendo sus vergas entremedio de nuestras piernas. Nos penetran casi al mismo tiempo, lo se porque siento cuando empuja tu cuerpo contra el mío, siento tu zorrita chocando contra mi clítoris cada vez que me embisten a mi y a ti, tus tetas contra mi pecho, tu cabeza reposando en mi hombro mientras te abren, me esta creciendo, no puedo aguantarme mas, me rozas cada vez que te la mete, así dale, métesela, siento la verga dentro mío hinchándose muy rápido, me la mete con rabia, sus dedos enterrados en mi cintura, su leche, dale, me voy a ir, me froto contra ti, contra tu pubis que se mueve al ritmo de las embestidas del tipo, siento su leche, me voy oooh, oooooh, dale, dale, vuelvo, meto mi clítoris en tu boca, eso cómemelo, como se lo comiste a los hueones, así, dale, dale daleeeee
Me quedo un rato con tu cara ahí.
Te amo
Quiero que esto sea el principio.