Nuestra primera vez en un Local Liberal
Por nuestro trabajo podíamos movernos y quedar en Madrid como así hicimos. Llegamos ambos ya entrada la tarde y cogimos un hotel...
Por nuestro trabajo podíamos movernos y quedar en Madrid como así hicimos. Llegamos ambos ya entrada la tarde y cogimos un hotel y, como siempre según llegamos "estrenamos" la habitación. Salimos a picar y tomar algo para reponer fuerzas y hacer tiempo hasta la hora de ir a probar esta nueva experiencia en común que tanto habíamos hablado y habíamos decidido hacer. Nos llevó tiempo poder llevarla a cabo, pero ahí estábamos. Estábamos nerviosos, expectantes pero muy calientes por la situación. Allí además no nos conocía nadie. Genial para nuestro propósito. Ya en la habitación del hotel, nos vestimos para la ocasión. Yo por mi parte ropa cómoda: únicamente vaqueros, camisa, mocasines y una cazadora. Ella muy sexi. Un abrigo, ya que era invierno, y debajo un camisón verde de raso sin sujetador, marcando sus gordos y duros pezones. Le llegaba justo para ver el nacimiento de sus nalgas, un poco su culo, el tanga, la blonda de las medias e intuir su voluptuosa figura, medias negras y zapatos de tacón. Brutal!!!
En la puerta del local creo que se podía escuchar el palpitar de nuestros corazones. Que nervios!!!
Llamamos, entramos y una chica nos explicó las normas y nos enseñó las instalaciones. Que morbo!!!
Nos sentamos en la barra para tomar la consumición con que te obsequian y para adaptárnos al lugar. Vimos un par de parejas sentadas pero poco más. Nos decidimos ahora a explorar nosotros solos. Llegamos a la puerta de la "habitación con cama redonda" y había un trio de un chico con dos chicas. Como estaba entreabierta, esto invita a que puedas entrar a mirar y ver el espectáculo que ellos te brindan. Tres cuerpos de tres desconocidos entrelazados, besándose, lamiéndose, tocándose y un silencio roto por los leves gemidos de una de las chicas...
al
rato ya estaba detrás de mí compañera con una mano por delante bajo su tanga masturbándola lentamente el clítoris y comprobando lo mucho que la estaba gustando por lo mojada que estaba y la otra acariciado su pezón izquierdo sobre el raso. Ella por su parte, que ni pestañeaba por el show, con la mano izquierda me tocaba el paquete por encima del pantalón y con la derecha acariciaba el pie de una de las chicas del trio. Una situación muy morbosa y caliente. Cuando me hizo saber que se iba a correr, besé y mordisqueé su cuello, pellizque y retorci su pezón izquierdo y aceleré el movimiento de mi mano derecha sobre toda su rajita y su clítoris. Ella arqueaba las piernas para intensificar mis movimientos con la mano y acompasaba sus gemidos con los de la chica. Tensó todo su cuerpo y me apretó fuertemente con su mano mi paquete, y mojo mucho más mi mano en su coñito, síntoma de que se estaba corriendo. Cuando note por su respiración que estaba ya recuperada cambiamos de habitación. Ahora fuimos a una especie de banco corrido con luz muy tenue, muy parecido a una sauna en donde nos sentamos a esperar acontecimientos.
Al poco llegó una pareja de nuestra edad. Ella muy morbosa y llevando la iniciativa y él más bien tímido. Nos presentamos y nos preguntó ella si nos apetecía jugar con ellos un poco. Les dijimos que si, pero cuando después de magrearle el paquete y le iba a bajar la cremallera de la bragueta a su pareja, entiendo que para hacerle una manada delante nuestro, éste reculó y salió, pidiéndonos disculpas ella y volviéndonos a quedar solos. Estábamos en pleno momento de estar comiéndonos la boca y metiéndonos mano cuando a la misma estancia entran el trio de antes y tumbándose en la otra punta del banco de donde estábamos nosotros empezando nuevamente a darse placer pero más relajadamente que antes. De vez en cuando, por lo agujeros de la pared veíamos al tímido de antes echar algún que otro vistazo. Toda esta situación hizo calentarnos más si era posible y no cortarnos para nada. Ahora fuimos nosotros los que les regalamos el espectáculo bajando yo lentamente por el cuerpo de mi amiga con la lengua hasta llegar a esa fuente caliente llena de jugos y néctar. Ella tumbada y completamente abierta de piernas y con las tetas fuera del camison era una visión muy caliente para todo nuestro ocasional público. Golosamente la comí todo su coñito haciendo mayor incapie en el clítoris y no dejé ningún rincón sin explorar, incluso su ano, que es algo que me vuelve loco igual que a ella. Allí a los ojos de todos la provoqué un orgasmo brutal, succionandola lo justo el clítoris y con un par de dedos dentro que no paraba de moverlos. Yo no me di cuenta pero cuando se lo estaba comiendo, nuestro nuevo amigo el tímido la preguntó si la podía tocar y al asentir ésta con la cabeza, la estuvo magreando las tetas y tirando de los pezones mientras yo me ocupaba de su entrepierna. Se volvió a correr como una posesa. Ya más tranquilos, se arregló la ropa y ahí dimos por finalizada la experiencia en el local y volvimos al hotel. Yo tenía los testículos hinchados y muy doloridos por la calentura de toda la noche. Ya en el hotel, me quitó toda la ropa y me tumbó en la cama. Se puso encima y fue bajando por todo mi cuerpo entre besos, lamidas y mordisquitos. Me castigó mis pezones con la boca y descendió hasta que estuvo enfrente de mi polla. Ahora fue ella la que me llevó al clímax con una expectacular mamada muy lenta pero contundente con beso negro que también sabe que me encanta. Con todo ensalivado y dado como ya bufaba sabía que en breve me iba a correr. Aceleró el ritmo y me vine en su boca notando yo la gran cantidad de leche que estaba dándola y por lo que salía por la comisura de sus labios. Tragó y me siguió lamiendo la polla y huevos dejándolo todo limpio de semen. Se encaramó y me besó, dándome a probar el sabor de mi propio semen, y me susurró al oído: - Tenemos que repetir otra tarde en Madrid.
Si
os ha gustado espero vuestros comentarios.