Nuestra Primera Vez
La primera vez que llevamos nuestras fantasias a la realidad.
Desde que éramos novios mi esposa y yo siempre incluíamos fantasías en nuestras relaciones sexuales. Nos gustaba poner "cara" a las fantasías, así que muchas veces fantaseábamos con relaciones con amigos, amigas o ambos a la vez.
Solíamos hablar si seriamos capaces de llevar alguna fantasía a la realidad. Según el momento creíamos que no, otras que si, dependencia del grado de excitación que teníamos en el momento de sostener la conversación. Aunque siempre conveníamos que en caso de llevarlas a cabo dejarían de ser fantasías.
Durante el segundo año de casados, ocurrió algo que hizo cambiar nuestras fantasías, por lo menos la forma de enfocarlas, y salir de dudas entre la diferencia de tener fantasías y llevarlas a la realidad.
En el trabajo poco a poco empecé a tener una buena amistad con Jaime, teníamos mas o menos la misma edad, y tras trabajar codo con codo durante mucho tiempo, hizo que los fines de semana pasáramos más tiempo juntos. Solíamos salir a cenar o bien de copas, juntamente con su esposa, él mi esposa Anabel y yo.
Pronto nuestra joven pareja de amigos, empezaron a formar parte de nuestras fantasías, con todas las variantes posibles de tríos y los cuatro juntos.
Con el tiempo mi amigo me confeso los problemas que estaba pasando con su pareja, no paraban de discutir e incluso se pasaban meses sin tener ninguna relación sexual. Esto hizo, que a Anabel cada vez le gustase mas la idea de incluir a nuestro amigo Jaime en nuestras fantasías, y fantasear con la idea de que lo seducía y despertaba su ya descuidado apetito sexual.
Una tarde de verano, estábamos en casa, soportando el calor como podíamos. Sonó el timbre y tras la puerta apareció nuestro amigo Jaime con el último modelo de cámara fotográfica que había comprado, (era muy aficionado a la fotografía). Le hice pasar al salón. Una vez allí, Anabel sentada en el sofá llevaba una camiseta blanca, no llevaba sujetador y tampoco braguitas. Con la camiseta no podía notarse ese hecho, aunque a penas subía las manos o se agachaba, mostraba su estupendo culito o bien dejaba al descubierto su monte de Venus.
Mientras Jaime nos contaba las estupendas prestaciones de su cámara, yo miraba a Anabel, y podía adivinar su excitación, podía intuir como su humedad empezada a recorrer sus nalgas. Ella tenia una sonrisa en la cara medio maliciosa, medio picara.
Jaime no paraba de hablar de la cámara, y me indicaba que fuéramos a tomar unas fotos, él y yo de la puesta de sol.
Yo con una sonrisa, le dije:
-Vale, me cambio y vamos, pero mientras me cambio hazle unas fotos a Anabel, que está así muy sexy.
Anabel empezó en broma, como cuán modelo improvisada a poner poses de modelo, se subía un poco la camiseta, se sentaba, cruzaba las piernas . Desde el cuarto donde me cambiaba podía sentir el ruido de la cámara haciendo fotos.
Cuando volví al salón, Jaime tenía cara entre confuso y avergonzado, aunque Anabel según luego me dijo, ella no se fijo en la cara, sino en el bulto que por arte de magia apareció en su pantalón.
Entones Anabel se acercó a Jaime frente a él, le susurro en el oído:
-Venga hombre no seas vergonzoso, si somos amigos, y en el fondo te gusta.
Mientras su mano abierta recorrió el bulto desde los testículos hacia arriba recorriendo todo el bulto que se le notaba.
Jaime hizo el ademán de retirase hacia atrás mientras con cara de incrédulo me miraba a mi. Yo le lance mi sonrisa más cómplice que pude, y le dije:
En efecto Jaime, somos amigos no?
Cuando aun no había terminado de pronunciar la frase, Anabel le cogió una mano y se la paso por su pecho izquierdo, bajó hacia la cintura y desapareció por debajo de la camiseta.
Anabel al sentir la mano de Jaime en su concha empapada, cerró los ojos, emitió un pequeño suspiro y pasando nuevamente su mano por el gran bulto de los pantalones de Jaime, le susurró a oído:
Ves como a tu pene le gusta.
Entones ella empezó a besarle por el cuello, mientras le desabrochaba la camisa, botón a botón, mientras no paraba de besarlo por el pecho, pasando con lujuria su lengua.
Jaime tenía los ojos cerrados, Anabel continuaba besándole el pecho, el abdomen, el ombligo. Con mucha maestría desabrocho el pantalón de Jaime y bajó la cremallera, mostrándonos entonces el pene de Jaime atrapado en su slip.
Anabel empezó a besarle alrededor del slip, mientras su mano describía círculos alrededor del pene, pero sin tocarlo.
Poco a poco le iba quitando el slip, y besando y chupando todo lo que iba quedando al descubierto.
De pronto apareció el pene de Jaime, apuntando al cielo. Anabel lo cogió entre sus manos, y lo movía rítmicamente muy despacio, mientras miraba a Jaime, que estaba con los ojos cerrados, muerto de placer.
Anabel empujo un poco a Jaime para que se apoyara sobre la mesa, le dijo que se sentara, se agachó un poco, dejándome ver su estupendo culo. Cogió el pene de Jaime con una de sus manos, y empezó a pasar su lengua, recorriendo todo el miembro de Jaime, desde los testículos hasta la punta.
Mi pene tampoco podía estar ya dentro de mi slip, estaba muy excitado, viendo a Anabel con el pene de Jaime en su boca, y sobre todo el maravilloso culito que mostraba. Así que con rapidez me quite los pantalones y el slip, y sin pensarlo roce mi pene en la rajita mojada de Anabel, que sin ninguna oposición entró entera, sintiendo toda su humedad.
Anabel no paraba de chupar el pene de Jaime, lo recorría entero de arriba hacia abajo y de abajo arriba, después se paraba y pasaba la lengua por el glande.
Yo detrás bombeaba mi pene en su vagina mojada, se podían oír los fluidos de ella, al ritmo de mi bombeo. Sentía que de un momento a otro me iba a correr, pero no quería hacerlo, quería ver a Jaime correrse y después yo lo haría.
Cuando parecía que Jaime se iba a correr, Anabel cambiaba el ritmo de la chupada, quería mantenerlo así mucho tiempo.
De pronto sentí que no aguantaba mas, y empezó a salir mi semen que llenó toda su vagina. Ella al sentir mi semen, chupo con mas ritmo, y pude ver como Jaime se corría, emitiendo jadeos al ritmo de sus espasmos.
Anabel sin dejar de mover todavía el pene de Jaime nos dijo:
Vaya unos niños mas malos, se corren los dos. Tráete un Condónme dijo sin parar de mover el pene de Jaime-
Cuando volví del cuarto, con un condón, Anabel estaba tumbada sobre la mesa, totalmente desnuda, y Jaime le estaba pasando su lengua por todos los pliegues de su vagina. Ella le cogia la cabeza como si temiese que se quitara de allí, mientras jadeaba emitiendo un seguido si, si, si .
Entones me puse al otro lado de la mesa, empecé a besarle sus labios, sentía su lengua como jugaba con la mía, mientras Jaime seguía una y otra vez chupando toda su vagina.
Yo podía notar en su lengua que jugaba con la mía, cuando Jaime pasaba la lengua por su clítoris. De repente sentí como tenia uno de sus orgasmos más grandes, arqueaba las caderas mientras jadeaba rítmicamente.
Para entonces volvía a tener mi pene otra vez mirando al techo, y el de mi amigo Jaime igualmente. Casi sin hablar le di el condón a Jaime y con un gesto le dije:
-Adelante-
Se puso el condón, paso las piernas de Anabel sobre sus hombros, y su pene se perdió dentro de Anabel.
Empezó a bombear una y otra vez, mientras Anabel con los ojos cerrados seguía jadeando.
Con su mano cogió mi pene y a ritmo de movimiento de Jaime empezó a chuparme mi pene.
Jaime le tocaba el clítoris mientras no dejaba de bombear. Sentí como Anabel tenia otro orgasmo, mientras Jaime no paraba de bombear, corriéndose ahora dentro de ella.
A los pocos minutos estábamos los tres sobre la mesa rendidos. Jaime se incorporó y se fue al servicio.
Cuando salio nos miro fijamente y nos dijo:
-Os pido por favor que esto no salga de aquí.
A lo que Anabel respondió:
No te preocupes Jaime, en el fondo somos amigos no?
Nunca habamos con Jaime lo que ocurrió aquella tarde de verano, pero para nosotros nos hizo cambiar la forma de tener fantasías para siempre.