Nuestra primera reunión swinger
Marlon nos sirvió una copa de vino tinto y dijo que esperaríamos a su esposa, que estaba por bajar. Nos comenzó a preguntar cosas sobre nosotros - las cuales ya teníamos bien dominadas - y después nos pidió disculpas diciendo que como eramos nuevos, debía entrevistarnos una hora antes para ver si nos quedabamos o no en la reunión.
Hacía ya unos cuantos meses que me llamaba mucho la atención un foro de chat privado que su principal tema eran las famosas reuniones de swingers. Entraba casi diario e imaginaba a todas esas esposas juntas en un mismo lugar y escogiendo con cual de ellas me acostaría esa noche, sin embargo cuando la imagen cambiaba a uno de los esposos de ellas haciendole el amor a mi propia mujer el celo natural no me dejaba en paz. Sabía de cuqluier manera que mi esposa jamás aceptaría algo asi, por lo que simplemente me limitaba a fantasear con que un día estaría en una reunión de esas.
Un par de semanas antes de que sucediera lo que les voy a relatar, estabamos en una reunión que hacemos cada mes con las parejas de amigos. Alrededor de la mesa estabamos Daniel y su esposa Lucía, David y su esposa Martha, Julio y Rosella, y mis esposa y yo. NO me di cuenta en que momento la plática se desvió hacia el tema de las reuniones swingers, lo noté cuando en tono de broma Julio dijo que a él si le gustaría asistir a una de ellas, pero solo, nadamás para ver cómo eran. Toda la mesa nos soltamos a reír con su comentario, sin embargo noté un especial interés por saber de qué se trataba todo eso de Rosella, quien le pedía explicaciones a su esposo y a los demás de qué se hacía en esas reuniones. Cuando David, quien había traído el tema, platicó de cómo se había enterado por un compañero del trabajo, el brillo en los ojos de Rosella era deslumbrante, la chica mostraba un interés poco común ante lo que para ella era nuevo, sin embargo después de un rato el tema cambió y regresamos a los temas triviales.
Unos días después estando en la computadora de mi oficina trabajando en unos reportes, vi que Rosella se conectó en el mensajero. No pude evitar recordar cual había sido la última plática en la que habíamos estado, y la cara que ella tenía cuando sucedió, asi que decidí hablarle y retomar el tema nosotros dos - ya que a mi también me interesaba mucho - Hablamos durante media hora de eso, bastante abiertamente por cierto, ambos dejamos ver nuestro interés, pero al mismo tiempo que el supuesto pudor y la educación que tenemos no nos lo permitiría nunca. De pronto tuve una idea que a la postre sería la que me llevaría a cumplir mis fantasías: Entre bromas le dije a Rosella que la única manera en que pudieramos asistir a algo asi sin sentir celos o pudor, era yendo con una pareja diferente y haciendonos pasar como esposos. El silencio en la ventana de chat se hizo por unos segundos, luego Rosella me contestó que si estaba hablando en serio, que si en realidad lo haría. Por un momento me asusté y pensé que se lo diría a mi esposa, pero luego pensé que ella también había mostrado interés y no se arriesgaría a que Julio se enterara. Le contesté que en realidad quería mucho a mi esposa, pero que como hombre joven me llamaba demasiado la atención conocer cómo serían esas cosas, y que si ya estando ahi algo se daba, pues ya vería como lo manejaba. - Nuevamente se hizo silencio en la ventana, solo que ahora por más tiempo - Y después fue Rosella la que tomó la inciativa para inciar esa aventura. Escribió que ella también sentía demasiada curiosidad por conocer aquello, y después acompañado de una risa escrita como si fuera en broma, me dijo que deberíamos ir juntos a una y no decirle a nuestras parejas. A partir de ese momento comencé a suavizarle las cosas a Rosella diciendole que yo podía conseguir una reunión, y que no era mala idea ir solo a la iniciación al menos para ver como era, pero que tendríamos que mantenerlo en secreto. Ella tardó, pero me contestó que si en realidad conseguía una reunión que no fuera peligrosa, contara con ella.
Una semana después ya me había puesto de acuerdo con el administrador de aquel foro y tenía ya la cita hecha para el lunes por la noche. Cuando le llamé a Rosella para avisarle se puso como loca, me dijo que lo había pensado bien y que era mejor no hacerlo y una serie de excusas más. La tranquilicé un poco y le dije que si no lo hacíamos nunca saldríamos de la duda. Asi que al siguiente lunes nos vimos en un café cerca de su trabajo y ambos nos subimos a mi carro. En el camino ella iba nerviosísima, me dijo que le había tenido que decír a Julio que iría con sus antiguas amigas de la escuela, mientras yo le dije que mi esposa creería que estaba en un curso de actualización técnica de mi trabajo. Ambos nos reímos y nos pusimos de acuerdo en qué decir cuando llegaramos a la reunión, confirmamos que nuestras argollas se parecieran suficiente para hacer creer que era la misma y una vez que tuvimos todo bajo control, nos bajamos del carro y fuimos a tocar el timbre en la casa donde sería la reunión.
La casa era enorme, en una colonia de muchísimo dinero en la ciudad. Nos abrió una especie de ama de llaves y nos preguntó que se nos ofrecía. Yo le contesté como me había indicado Marlon - como se hacía llamar el administrador del foro - y la señora nos dijo que la siguieramos hasta la sala de la casa. No sentamos en unos hermosos sillones con un estilo europeo - Rosy, como le decimos en el grupo, se veía claramente nerviosa, si embargo debo reconocer que esa noche lucía radiante con su manera de vestir - Un minuto después llegó un hombre de unos 35 años, alto, fornido y de aspecto extranjero. Se presentó conmigo como si me conociera de mucho tiempo y después se tragó con la vista a Rosy de arriba a abajo y le dijo: "Mucho gusto, Señora Rodríguez". Rosy se puso como loca con la manera en que el tipo se dirigió a ella, por momentos parecía que dejaba atrás el nervio y se adaptaba a la situación, pero pronto volvía con su cara de arrepentimiento. Marlon nos sirvió una copa de vino tinto y dijo que esperaríamos a su esposa, que estaba por bajar. Nos comenzó a preguntar cosas sobre nosotros - las cuales ya teníamos bien dominadas - y después nos pidió disculpas diciendo que como eramos nuevos, debía entrevistarnos una hora antes para ver si nos quedabamos o no en la reunión. Mientras conversabamos de nuestra supuesta boda ficticia, se dejó mostrar su esposa bajando de las escaleras. No podía creer lo que veía, contrario a lo que esperaba de este tipo de gente, era una mujer extremadamente fina y de una hermosura poco común. Era casi tan alta como Marlon, rubia, de ojos azules como el cielo, y vestía un conjunto de minifalda negra ajustada y una blusa tipo corsé color rojo brillante que dejaba casi a la vista un par de enormes senos. Ella se presentó como Janet, y al igual que su esposo hizo con Rosy, me tragó con la mirada de arriba a abajo mientras me saludaba con un beso en la mejilla.
Mientras conversabamos los cuatro, yo tomaba la pierna de Rosy y la acariciaba como lo haría un esposo normal. A pesar de que ya lo habíamos hablado, Rosy se estremecía un poco cuando lo hacía. - No negaré que sentía ganas cuando tocaba a Rosy a pesar de que la conocía desde hacía un tiempo como mi amiga - Ambos nos dieron mucha confianza mientras llegaban las demás parejas, y como estrategia creo yo, ambos estabamos ya un poco pasados de copas para cuando el timbre sonó por primera vez en la noche. Unos segundos después aparecieron en el pasillo que lleva a la sala los que después se presentarían como Aurelio y Maribel. Él, de estatura mediana, moreno, de complexión media y de unos 30 años. Ella, morena, bajita, pero con un cuerpo muy atractivo. Él vestido formal y ella con un pantalón negro de tela ajustado y una blusa color marrón con el escote cruzado. Ambos se mostraron muy amables con nosotros y pronto tomaron una copa de vino y se sentaron a nuestro lado en el mismo sillón. Los 6 conversabamos muy a gusto cuando sonó el timbre por segunda vez en la noche - y la última, aunque en ese momento no lo sabíamos - Entonces entró una pareja un tanto más madura. Un hombre de unos 42 años, con un cuerpo claramente trabajado en el ginmasio y con unas entradas en el cabello bastante pronunciadas. Ella una mujer de unos 37 años creo yo, de esas que se cuidan excesivamente la cara, pues se notaba restirada por todos lados, eso sin contar que sus senos se veían claramente operados también. Durante un muy buen rato todos estuvimos conversando e intercambiando risas. Cabe mencionar que todos fueron muy amables con nosotros, pero en especial Aurelio - el tipo de 30 años moreno - con Rosy. Y Janet, la esposa de nuestro anfitrión conmigo.
Unos 45 minutos después me di cuenta de que Rosy estaba ya muy tomada, y no pude evitar preocuparme. Aurelio se acercaba mucho a ella y en varias ocasiones le rozaba la pierna con su mano en un movimiento suave. Rosy por su parte, estaba ya teniendo problemas para darse cuenta de que estaba sentada con las piernas semi abiertas, lo cual estaba permitiendo a la pareja de enfrente ver con claridad lo que traía debajo de su falda. Janet no se había descarado conmigo, pero estábamos de pie recargados en la chimenea conversando muy cerca el uno del otro, al principio no quería mirar entre el escote de su blusa, pero después recordé en qué tipo de reunión estaba y comencé a espiarla sin pena alguna. Cuando me di a la tarea de darle un vistazo a las demás parejas me di cuenta de que el intercambio comenzaba a darse entre ellos, al menos ya estaba muy bien delimitado en parejas de charla, y cada pareja en un sitio diferente de la sala. Realmente no tenía idea de como se daría el siguiente paso, e incluso de si habría un siguiente paso, pero fue el tipo de las entradas en el cabello con Maribel - la mujer bajita - los que comenzaron con aquel espectáculo que no olvidaré nunca.
Arrinconados a un lado de la barra del bar, el tipo estaba hablando con Maribel frente a frente y muy de cerca, pero cuando bajé la mirada, me di cuenta que su mano estaba apretando de una manera que me calentó bastante las nalgas de Maribel. El tipo las sobaba, las apretaba, las acariciaba y las pellizcaba mientras ella continuaba con su conversación. Imaginé en qué estaría pensando su esposo y rápidamente miré hacia el sillón donde él estaba con Rosy, pero me di cuenta de que estaba concentrado en otra cosa. Miraba a Rosy de una manera muy ventajosa, le hablaba casi al oído, y el momento en el que los miré coincidió en que él intentó meter la mano entre las piernas de Rosy sin lograrlo, ya que mi amiga le tomó la mano y se la retiró. En los segundos en los que había desatendido a mi pareja de esa noche y mientras paseaba la mirada por la sala no encontré más ni a Marlon, ni a la esposa del tipo que estaba con Maribel. Cuando regresé con Janet, ella miraba con una sonrisa en la boca mis reacciones ante lo que estaba sucediendo, y después me preguntó si eso era lo que nosotros esperabamos. Yo le contesté que si, que para mi era mucho más de lo que hubiera pensado - y mientras lo decía miraba de arriba a abajo el hermoso cuerpo de mi acompañante - Luego ella se acercó a mi oído y me dijo en voz muy baja que le parecía que Rosella estaba un poco nerviosa, y que tal vez era mejor que fueramos para allá y le dieramos un poco de confianza. No entendí lo que me quería decir, pero accedí, y ambos nos fuimos hacia allá.
Llegamos hasta donde estaba la nueva pareja y la primera en hablar fue Janet, quien se dirigió con una sonrisa a Aurelio y le preguntó que si todo iba bien. Aurelio le contestó que si, que todo estaba en órden, pero yo alcancé a ver como al mirarla le hizo una seña con las cejas que dio a entender claramente que Rosy no cedía ante sus encantos. Janet se sonrió y estando todavía de pie se dirigió a mi y me preguntó que si no sentía un poco de calor en la habitación, a lo cual le contesté que si. Imaginé cual sería el siguiente paso pero nunca pensé que lo haría tan rápido. Janet comenzó a desabrocharse el corsé que llevaba puesto, hilo por hilo hasta que le quedó suficientemente holgado para dejarlo caer al piso y mostrarnos un enorme y muy bien formado par de tetas que me dejaron sin habla. Inmediatamente después Aurelio se puso de pie y se abalanzó sobre la dama para abrazarla y comenzar a besarle el cuello mientras manoseaba sus tetas a placer. Janet por su parte comenzó a gemir de una manera bastante fingida, pero que claramente dejaba ver que intentaban ponernos a tope de calientes para que nos animaramos a entrar en la dinámica de la reunión.
Sin siquiera voltear a ver a Rosy fui y me senté a su lado para observar el espectáculo que la furtiva pareja nos estaba dando. El comenzó a manosear no solo sus tetas sino también sus nalgas por encima de la minifalda negra, mientras ella se dejaba tocar, agarró fuertemente a Aurelio del cabello y comenzó a jalarselo moviendo su cabeza de un lado a otro. Aurelio se incorporó y haciéndose un poco hacia atrás comenzó a desabrocharse el pantalón muy lentamente mientras Janet permanecía inmóvil mirando a la entrepierna de su nuevo amante en lo que terminaba de sacar el pene. Una vez que lo tuvo de fuera nos dimos cuenta de que estaba completamente erecto ya - posiblemente desde que estaba con Rosy - e inmediatamente Janet se hincó en el suelo, lo tomó con su mano derecha y se lo metió a la boca comenzando a chupárselo muy rápido. Los gemidos ahora eran de Aurelio, quien contorsionaba su cuerpo y jaloneaba el cabello de la rubia por el placer que ésta le estaba causando. Olvidé que a un lado mío estaba la que ellos creían mi esposa, y cuando giré mi cabeza para mirarla, la encontré con la mirada perdida en la escena de la pareja, sus dos manos estaban apretando fuertemente la falda que traía puesta a la altura de las piernas y la jalaba de arriba a abajo como si se la fuera a subir para entrar al juego. En ese momento no pude contenerme más y dejé que la sangre fluyera a mi pene dejándolo crecer adentro de mi pantalón. - Quería tomar a Rosy y hacerla mía, era lo que ellos querían, sin embargo la realidad era que ella era la esposa de mi amigo - Miré de nuevo a la pareja por unos segundos y cuando regresé la mirada con Rosella no pude aguantar más. Ella se había levantado completamente la falda y tenía la mano sobre el bultito de su entrepierna acariciandolo muy suavamente - probablemente entre la borrachera y el éxtasis del espectáculo no había ni notado mi presencia - asi que tomé la decisión de no aguantar más y comencé a desabrocharme el cinturón, luego el pantalón y de un tajo me lo bajé hasta las rodillas dejando mi pene de fuera y empezando a moverlo de arriba a abajo como llamando a "mi esposa" para que fuera a él.
Rosella desatendió un momento el espectáculo porque notó movimiento a su lado y cuando descubrió mi pene completamente erecto y a su alcance, olvidó por completo quien era yo y sin pensarlo mucho se dejó caer a la derecha quedando inclinada sobre mi y se lo metió completamente en la boca. No tenía idea de la habilidad que Rosy tenía para aquello, sinceramente siempre nos había parecido la más tranquila del grupo, pero estaba dandome un oral como pocas veces me lo habían dado en mi vida. No soporté y comencé a gemir mientras Rosy se encargaba de mi pito en su boca y de mis bolas con su mano derecha. Noté que la otra pareja dejó de tocarse y besarse para mirar lo que nosotros hacíamos - Rosy no se dio cuenta de ello - y al ver que ya habíamos tomado calor, ambos comenzaron a desnudarse ante mis ojos. Mientras ellos se despojaban de su ropa yo comencé a manosear las nalgas de Rosy por debajo de su falda, y comprendiendo que el siguiente paso era quedar los cuatro en cueros, comencé a estirarle el vestido de una sola pieza hacia arriba de su cuerpo para sacárselo. Rosy se sacó mi pene de la boca para permitir que saliera su vestido, y mientras se lo quitaba no podía sacar la vista de encima del voluptuoso cuerpo de mi anfitriona, que en ese momento estaba siendo disfrutado por las manos de otro de los invitados. La situación había llegado al máximo punto que yo pude esperar de esa noche, asi que me levanté y con movimientos aun torpes por la prisa terminé de sacarme toda la ropa aventandola hacia un lado del sillón en el que estabamos. En ese momento Rosy volteó a verme por primera vez a los ojos, con la mirada un poco perdida, y lo único que alcancé a decirle fue que se sacara lo que le quedaba de ropa de encima. Rosella me hizo caso y poniéndose de pie se sacó el bra y la pantie color negro que llevaba puesta ante la mirada sonriente de nuestros dos voyeuristas. Una vez que Rosy terminó me di cuenta de lo hermosa que era, no podía tomar la decisión de si ir sobre mi amiga o ir sobre la anfitriona, pero al final fue la misma Rosella la que tomó la decisión.
Se dejó caer sentada en el sillón mirandome a los ojos y se fue recostando poco a poco, mientras lo hacía con sus labios pintó un claro "ven", que aunque no se oyó, lo entendí claramente. Yo me estaba reventando, asi que no lo pensé mucho e hincandome en el sillón fui recostandome sobre mi amiga hasta quedar sobre ella. La mirada de Rosy estaba clavada en mis ojos, y no pude reconocer si era una mirada de éxtasis o una mirada de arrepentimiento por lo que estabamos a punto de hacer. Lentamente coloqué mi pene en la vagina de la esposa de mi amigo y sin problema alguno por la humedad que traía, la penetré. Ante el placer de estar haciendoselo a la esposa de mi amigo cerré los ojos y voltée mi cabeza hacia el techo lo más que pude. Comencé a bombearla muy suavemente mientras ella me rasguñaba la espalda con sus uñas. En una oportunidad que tuve me di cuenta de que nuestros nuevos amigos estaban en algo parecido, pues Aurelio estaba colocándose un condón y se disponía a penetrar a la amazona mientras ella se ponía agachada apoyandose en el descansabrazos de otro de los sillones. Regresé mi atención a Rosella y me di cuenta de que me estaba viendo ahora si con una mirada como de culpabilidad, asi que me acerqué a su oído y en voz baja le dije que lo disfrutara, que ya estabamos metidos hasta la corona en eso y ahora tendríamos que acabarlo. Ella me contestó con un simple "OK" y se comenzó a entregar con libertad al placer de hacerlo con el amigo de su esposo. No podía dejar pasar la oportunidad de sentir las tetas que tanto me habían llamado la atención siempre, asi que estirando una de mis manos aunque fuera un poco incómodo comencé a sobrale la derecha a Rosella. Ella gemía fuertemente mientras yo la seguía bombeando y apretandole la teta. De vez en cuando volteaba a ver a nuestros compañeros y me daba cuenta de que también estaban entretenidos, pero no dejaban de mirarnos como queriendo regresar a lo que cada uno de ellos había comenzado con cada uno de nosotros. Al final, para ellos nosotros eramos esposos y se suponía que no estaríamos disfrutando lo que hacíamos.
Me incliné de nuevo al oído de Rosy y le dije que teníamos que cambiar. Ella me apretó la espalda y me dijo un fuerte NO, asi que le recordé que para ellos nosotros seríamos esposos y que debíamos cumplir con el cometido de la reunión. Rosy accedió y apenas me quité de encima de ella se puso de pie y caminó hasta donde estaba la otra pareja. Todavía con él por detrás de ella bombeandola, Rosy comenzó a sobrale las nalgas a Aurelio como para avisarle que ya estaba lista. Aurelio comprendió y dejando libre a su pareja momentánea tomó de la cintura a mi amiga y la aventó al sillón de junto abalanzandose sobr ella inmediatamente. Yo seguía de pie viendo lo que le hacían a mi amiga y esperando a que mi nueva pareja se incorporara. Me di cuenta de que no tenía puesto condón, asi que fui rápidamente a mi billetera y saqué el condón que había robado del cajón de la casa para mi aventura. Cuando quise comenzar a ponermelo, Janet entró en la escena y quitandome el condón de la mano se hincó en el suelo, se lo puso en la boca, y me lo colocó suavemente y de una manera magistral utilizando hasta lo más profundo de su garganta. El solo hecho del condón casi me hace tirar la leche, pero sabía que tenía que aguantar hasta dejar seca a mi anfitriona, asi que controlé el impulso y esperé a que ella se pusiera de pie. Lo que tenía frente a mi era completamente una escultura de mujer, sus tetas eran perfectas, su cintura muy delgada y por lo que había visto sus nalgas eran duras y muy bien formadas. No quice comenzar con otra cosa que no fuera pasear mis manos para que reconocieran por completo ese cuerpo antes de tomarla, y asi lo hice. Comencé a besarle el cuello y los oídos mientras mis manos iban de su cintura a su culo y de sus piernas a sus tetas. Elal fue lentamente empujandome hacia atrás hasta que caí sentado en el sillón donde originalmente estaba. Mientras todo esto sucedía comencé a escuchar gemidos bastante fuertes de mi amiga, pero por más esfuerzo que hice nunca pude ver lo que la otra pareja estaba haciendo.
Janet se sentó sobre mi y lentamente fue metiéndose mi pene en su cuerpo. Nuevamente sentí que en ese momento eyaculaba, y nuevamente tuve que aguantar. Rápidamente la tomé de la cintura y comencé a indicarle con mis manos el ritmo al que debía mover su cuerpo. Se movía como una culebra encima de mi, sentía como sus nalgas topaban en mi pelvis y después se separaban un poco mientras se movía de un lado a otro. Poco a poco le fui soltando la cintura y subiendo mis manos para tomar ese firme par de tetas que mi anfitriona tenía. Arrebatadamente se las apretaba y se las soltaba para después pellizcarle cada uno de sus grandes pezones. Estuve jugando con ellas unos momentos mientras Janet se contorsionaba sobre mi e inclinaba su cabeza hacia atrás, después bajé de nuevo las manos a la cintura y las llevé hasta sus nalgas.
Eran firmes y carnosas, comencé a pellizcarlas y a meter la mano entre ellas para alcanzarle el culo y una parte de su raja en donde mi dedo índice comenzó a jugar mientras mi pene entraba y salía de ella. Los gemidos de Janet se hicieron cada vez más fuertes y contínuos, mientras atrás de ella se podía escuchar los gritos que Aurelio daba cada vez que penetraba a mi amiga y los gritos ahogados de dolor de ella. Sentí la curiosidad de ver cómo iban nuestros contrincantes, asi que tomando a mi pareja de la cintura la levanté un poco haciendole entender que debíamos cambiar de posición. Cuando me levanté y comencé con mis movimientos - sin hablarle - a acomodar a Janet contra el respaldo del sillón para penetrarla por atrás, pude ver que a Rosella la tenían completamente dominada. Su cuerpo estaba tumbado sobre el descansabrazos del sillón, su cara estaba sobre el asiento del sillón, y el tipo la tenía pezcada fuertemente de las nalgas y golpeaba su cuerpo violentamente contra el de ella en cada penetración que le hacía - ahi comprendí porque los gritos de ella se escuchaban lejanos, su boca estaba mordiendo el asiento del sillón -
Mi pareja se acomodó de pie, agachada sobre el sillón y descansada con sus manos sobre el respaldo del mismo. Me dolió tener que voltearme y dejar de ver el espectáculo que mi amiga estaba dando, pero tenía algo que terminar acá. Cuando bajé la mirada noté la perfección en la figura de mi pareja, sus nalgas eran perfectas. Las tenía abiertas, asi que podía ver como tenía perfectamente depilado tanto la rajita como el culo, estuve a punto de penetrarla analmente, pero decidí no buscarme un problema por si a ella no le agradaba. Asi que tomé mi pene de la base y se lo puse en la entrada de la vagina. Esperé un par de segundos y después la metí con toda la fuerza que tuve en el momento. Mi pelvis golpeó fuertemente sus nalgas y sus brazos flaquearon doblandose un poco y causando que casi se fuera de boca sobre el sillón. El grito cuando entró fue tan fuerte que pude escuchar como los de atrás detuvieron su acto - seguro para voltear a ver qué pasaba - yo hice como si nada hubiera pasado y comencé a darle a Janet tan fuerte como podía, mi pene entraba completamente y salía también casi todo, y en cada golpe la chica pegaba otro grito de esos que me tenían a mil.
Un par de minutos después escuché que la pareja de atrás cambiaba de posición, y segundos más tarde los gemidos de ambos continuaron. Yo continuaba dandole por detrás a Janet, agarrandola de las nalgas y en ocasiones metiendo mi dedo pulgar un poco en su culo. Ella continuaba gimiendo y haciendo gran fuerza en los brazos, hasta que en un momento ella comenzó a dar señales de terminar. Su respiración se fue al doble, sus gritos comenzaron a ser más agudos, sin embargo no parecía terminar. Yo ya no soportaba más y en lo que pensé que sería mi final comencé a disparar leche en el condón que llevaba puesto. Para mi buena suerte fue ese también el momento en que Janet pegó ese último grito ahogado que las mujeres dan cuando terminan. El silencio se hizo uos segundos y después ella se levantó, se giró de frente a mi, me sonrió y después miró a donde estaban nuestros compañeros. Alla las cosas estaban aun peor - Imaginé si por alguna causa Julio hubiera visto lo que yo estaba viendo se moría -
Aurelio tenía a Rosy tirada en el sillón y él estaba de pie penetrándola. Con sus manos estaba abriendo las piernas de mi amiga en un ángulo que supongo que le dolería bastante pues casi llegaban a ambos descansabrazos del sillón. Rosy pegaba unos gritos de dolor estruendosos ligados a un gemido de satisfacción que te hacía dudar si le dolía o lo disfrutaba. Dos minutos más estuvimos viendo el espectáculo hasta que el tipo se vino. Yo no noté que Rosella tuviera un orgasmo, y nunca me he atrvido a preguntarselo. Apenas terminó el tipo, y sin subirse los pantalones vino a mi y me dijo en voz baja: "Tu esposa es una bestia". Le sonreí y pensé que si en realidad esa hubiera sido mi esposa no lo hubiera soportado nunca. Mi pareja se acercó a mi oído y me dijo que la había pasado increíble y que esperaba que no volvieramos a faltar a una cita. Yo le respodí con una sonrisa y un apretón en la nalga derecha y me encaminé a ayudar a mi amiga a vestirse.
Antes de que los demás bajaran nos fuimos de la reunión. Rosella comenzó a llorar dentro del carro y me juró que jamás volvería a hacer eso, y me hizo jurarle que nunca nadie lo sabría. Lo único que vino a mi mente fue que sin importar su decisión, yo solo tendría que buscar una nueva compañera de aventuras.