Nuestra primera fiesta de parejas
Gracias a unos amigos que conocimos en un club de intercambios fuimos invitados a una fiesta privada, la experiencia fue para no olvidar
Una mañana estaba tranquilamente acabando mi jornada de trabajo cuando recibí una llamada de Bea, nuestra amiga junto con Antón que conocimos en el club de intercambio, desde aquél día habíamos mantenido algo de contacto telefónico y por whatsapp aunque no nos habíamos visto desde entonces porque habíamos tenido Juanma y yo unas semanas liados entre trabajo y viajecitos que nos dimos por ahí los dos. No obstante Bea y yo seguíamos manteniendo relación porque teníamos intención de volver al club con ellos así como por fin conocer las fiestas de las que nos hablaron, y ese fue el motivo de la llamada de Bea, me comentó que ese viernes habían organizado una fiesta privada en el club entre unas cuantas parejas amigas y que si nos apetecía ir, yo automáticamente escribí a Juanma y tardó dos segundos en decirme que sí, ya habíamos fantaseado muchas veces con ello así que para adelante.
Le dije que como era mi primera vez que me explicase un poquito de que iba la cosa antes así que me invitó a su casa para contarme tranquilamente, así que me mandó la ubicación de su casa y me dirigí a ella después de salir del trabajo. Cuando llegué me sorprendió mucho su casa, vivía en un chalet bastante grande y bonito que me encantó. Me abrió la puerta y me sorprendió mucho su presencia, la verdad que a pesar de ser algunos años mayor que yo se la veía realmente atractica, llevaba una elegante bata corta de estar en casa, pero se la veía sexy y atrayente. Ella al ver mi cara de sorpresa puso sus manos en mis hombros y me estampo un suave y húmedo beso en la boca, seguidamente tomó mi mano y me llevó hacia su salón, donde las dos nos sentamos en el sofá. Me ofreció algo de beber pero no me apetecía nada. Me comentó que estaba sola en casa, Antón estaba en su oficina y que tenía un hijo de 20 años pero tampoco estaba en casa así que podiámos hablar con total libertad y cómodamente. Empezó a contarme de qué iba la cosa, dentro del club habían formado un grupo de parejas de amigos que iban asiduamente y se conocían, entonces cada cierto tiempo hacían una fiesta privada en plan orgía, intercambios, etc… todo valía mientras no se hiciese daño a nadie, si alguien no quería participar en algo se le respetaba, para hacer estas fiestas todas las parejas pagaban una cuota y con ella se cerraba el club solamente para ellos y amigos invitados y se compraba todo tipo de material, preservativos, toallitas, bebidas, telas, y muchas cosas más. Como nosotros eramos sus invitados no teníamos que aportar nada otra vez, solo disfrutar y si ya queríamos entrar en el grupo para seguir disfrutando pues ya para otra vez si seríamos unos más de todos. También me contó que las chicas quedaban la tarde de antes para ir al local a preparar todo y que se echaba un buen rato también que si me apetecía a lo que le dije que sí, además mi mente no dejaba de fantasear con todo lo que me contaba. Yo por ser mi primera vez tampoco quería quedar mal y le dije que como tenía que ir vestida o no vestida… que no sabía, me dijo que al final todo el mundo acababa lógicamente desnudo y si quería podía entrar directamente sin nada pero que lo mejor era entrar a la sala vestida con algún juego de lencería sexy, ella vió que mostraba un poco de cara de decepción, me preguntó que qué me pasaba y le dije que es que no tenía ningún conjunto bonito y sexy, ella rió, tomó mi mano y me guió hasta su habitación. Allí me sacó un conjunto de lencería impresionante, completo, incluso con porta ligas y meidas a juego de color malva, me comentó que lo compró por internet, que le llegó y le estaba un poquito pequeño, que yo que era más delgada seguro que me estaba bien. Me dijo que me lo probara, entré a su vestidor y cuando ví como estaba me quedé impresionada, estaba deseando que Juanma me viese así, como se iba a poner, lástima que luego en el club no lo fuese a disfrutar él, cuando volví a la habitación Bea soltó una exclamación y me dijo que sin duda triunfaría en el club, me rodeó con sus brazos poniendo sus manos en mis nalgas y comenzó a besarme, yo estaba a su merced, entregada a esa lengua que exploraba mi boca y esas manos que recorrían mis caderas, estaba extasiada cuando de repente se separó de mi y me susurró, lo siento, vístete, ha regresado mi hijo, y entonces escuché la puerta de la casa cerrarse. Me vestí rápidamente y las dos fuimos para el salón a despedirnos, allí estaba su hijo, bastante guapete también y se quedó sorprendido de ver a su madre con una chica bastante más joven, no me quitaba ojo, creo que le gusté. Bea y yo nos despedimos y quedamos vernos en unas horas para ir al club a los preparativos. Y me fui para casa.
Ya en casa andaba un poco nerviosa, ese día por horarios casi que no coincidía en casa con Juanma hasta última hora de la tarde, nos veríamos ya directamente para irnos al club, fue una pena porque entre mi mente fantaseando con la fiesta de esa noche y el calentón que me produjo Bea hubiese llegado a casa y me habría abalanzado sobre Juanma sin pensarlo.
Cuando llegué al club con Bea rápidamente me presentó al resto de chicas, había otras 9 chicas allí, me llamó la atención el buen ambiente y la camaradería que había, todas eran entre treinta y cuarenta y tantos años, probablemente Bea fuese la mayor del grupo y lo que me llamó la atención es que todas se veían atractivas, incluso Cristina que estaba algo más rellenita pero era muy graciosa, cariñosa y guapa, quizás mucha gente tiene prejuicios de que a los clubes de intercambio van personas poco atractivas pero nada de eso, el único prejuicio que se rompe en estos sitios es el de los tabués absurdos. Allí ya en el club estuvimos moviendo algo el mobiliario, poniendo divanes, tatamis, sofás en un sitio, en otro, dejando por todos sitios cuencos con preservativos, lubricantes, cintas para amarrar y tapar ojos, algún juguetito. Había una chica pelirroja, Miriam, con pecas y coleta muy simpática con la que congenié muy bien y me contó muchas anécdotas de sus primeras veces, también su pongo que para tantearme me dijo que había estado con muchas chicas allí, que en estas fiestas a parte de las parejas que forman el club también pueden ir invitados y que aunque muchos llevan parejas invitadas la mayor parte de invitados son chicas, parece ser que los hombres tienen más prejuicios a practicar sexo en grupo y ser vistos por otros y las chicas lo llevan mejor. Ya acabamos de preparar todo y Miriam se despidió de mi guiñándome el ojo y con un “luego te veo”. Me despedi de Bea y del resto de chica y fui para casa a cambiarme y ya venir con Juanma.
Al llegar a casa casi que tenía el tiempo justo de darme una ducha y prepararme para la fiesta, Juanma ya estaba allí ya, de hecho estaba en la ducha y yo me metí con él, lo saludé con un cálido beso en su boca y acariciando su pene suavemente, reaccionó rápido mientras lo masajeaba y le iba contando los detalles de la fiesta, no teníamos tiempo de echar un buen polvo como nos hubiese gustado, no queríamos llegar tarde en nuestra primera fiesta, sin embargo me apiadé de él que lo había puesto a mil así que le susurré al oído que antes de probar chicas en la siesta le iba a dar un pequeño recuerdo de lo que tenía en casa así que me agaché y mientras mi mano pajeaba su verga mi lengua jugueteaba con su prepucio, luego mis labios fueron tragándola lenta y húmedamente, quería sentirla toda dentro de mi boca, agarré sus caderas y comencé a follármelo con mi boca, despacito, suave, luego aumentando el ritmo porque quería que estallase cuanto antes, teníamos algo de prisa, acariciaba también sus testículos hasta que noté como su pene se hinchaba ligeramente entre mis labios y estallaba inundándome mi boca con su caliente leche que me tragué enterita. Rápidamente acabamos nuestra ducha y nos preparamos para irnos, a Juanma le encantó el conjuntito que me regaló Bea y prometí ponérmelo un día solo para él.
Al llegar al club primero estuvimos en la zona de bar, Bea y Antón nos presentaron a todos mientras tomábamos una copa y posteriormente fuimos pasando poco a poco a la zona caliente de la fiesta. Juanma y yo entramos al vestuario, nos desvestimos ayudándonos uno a otro, él quedó totalmente desnudo yo con mi conjunto, nos besamos y entramos a la zona. Al entrar echamos un vistazo general, ya había alguna pareja en algún futón disfrutando, vi a Bea en la barra y me dirgía hacia ella, aún estaba algo tímida, Juanma venía a mi lado pero rápidamente fue interceptado por una chica, Maite, y lo dejé allí con ella. Estaba hablando con Bea que me sirvió otro cóctel como el suyo y me dijo que disfrutara, que fuese a por quien quisiera, que o elegía yo o alguien me elegiría a mi, y en estas noté como unos brazos me rodeaba desde mi espalda mientras unos labios atacaban mi cuello con húmedos besos, pude adivinar que se trababa de una chica por sus suaves manos, nunca imaginé que mi estreno en una fiesta de estas fuese a ser con una chica pero me encantaba como besaba mi cuello mientras sus manos se hundían por dentro de mis braguitas acariciándome delicadamente. La chica me giró y ví la melena pelirroja de Miriam, rápidamente hundió su lengua en mi boca, estaba tan rica y acariciaba mis caderas suavemente, yo respondía a sus caricias recorriendo su espalda, casi sin darme cuenta, abrazadas las dos me llevó hasta un sofá donde con maestría y sin dejar de besarme se deshizo de mi sujetador, fue bajando acariciándome y besando mi abdomen, bajó mis braguitas mientras sus labios besaban con dulzura mi sexo, me empujó delicadamente para que me sentase mientras me miraba con ojos viciosos, apartó mis piernas tomándolas delicadamente con sus manos y hundió su cabeza entre mis piernas. Su lengua comenzó a recorrer mi sexo, abriéndose paso poquito a poco hasta que llegó a mi clítoris que rodeaba una y otra vez con su lengua, mordisqueaba suavemente con sus labios, me lo tenía bien mojadito, yo gozaba de lo lindo, estaba totalmente a su merced y abandonada al placer, con los ojos cerrados disfrutando intensamente. Mis ojos se abrieron cuando noté que el ritmo de Miriam se había perdido, ya no jugueteaba su lengua en mi sexo sino que se retiraba y volvía con un ritmo impropio, me di cuenta que era porque un chico había comenzado a penetrarla aprovechando que estaba a cuatro patas. Me iba a levantar para dejarla disfrutando cuando me abordó un chico con su polla en la mano y sin mediar palabra la puso delante de mi aprovechando que estaba sentada, ofreciéndola a mi boca, yo la acepté y comencé a masturbarle, lo miré y no parecía ni simpático ni complacido, solamente indiferente, metí su polla en mi boca y comencé a chupársela, apenas había comenzado a chupársela, la sacó me tumbó bruscamente en el sofá, cogió un preservativo de la mesita de al lado y comenzó a follarme, bastante mal por cierto, sin ritmo, sin dulzura, siendo brusco pero sin firmeza, reconozco que no estaba disfrutando, además se corrió enseguida, la saco de mi, me sentí libre y sin más se retiró, creo que es uno de los peores polvos que he echado en mi vida y estaba profundamente cabreada.
Me jodió tener ese estreno en mi primera fiesta, me puse en pié y eché un vistazo a ver como estaba la cosa por allí, me alegró ver que a Juanma le iba bastante mejor que a mi, Maite lo estaba cabalgando sobre un diván y se les veía disfrutando, a Bea no logré verla, al que si vi fue a Antón, que estaba sentado tranquilamente en un sofá en el otro extremo de la sala, pensé en dirigirme a él ya que con él el sexo fue magnífico y tenía que borrar mi mala experiencia, de camino paré en la barra y agarré dos whiskys. Me senté a su lado y le dí un whisky, le pregunté si no estaba con nadie, me dijo que estaba descansando un poquito después de haber estado con Lucía y me señaló a una chica que estaba allí besando ahora a otra chica que a su vez estaba siendo penetrada por otro chico, yo le comenté mi mala experiencia y se compareció, pero me dijo que si quería cambiar mi mal recuerdo era tan fácil como dirigirme a por quien quisiese e ir a por el o ella a por todas. Decidí que a quien iría sería a por él, así que bebí de un trago mi whisky y me arrodillé delante de él, su polla estaba totalmente flácida, seguramente Lucía lo había exprimido bien pero me propuse reanimarlo, lo tomé con mis dos manos y comencé a besarlo, lamerlo, me animaba ver como iba reviviendo entre mis manos y sintiéndolo en mi boca. En un momento dado Antón cogió mis manos con las suyas y me guió para que subiese en el sofá de pie frente a él, con sus manos agarró mi culito y me atrajo hacia sí, enterrando su cara en mi entrepierna, empezó a comerse mi coñito muy ricamente, mis manos acariciaban su pelo, me hacía disfrutar, cuando estaba muy, muy húmeda estaba deseando ser penetrada pero para mi sorpresa me hizo bajar del sofá, se levantó, agarró mi mano y me llevó a otra zona donde había un gran futón en el suelo, por el camino agarró una cinta de tela con la cuál tapó mis ojos, se sentó en el futón, me tumbó en el suelo boca abajo y me guió para que siguiese chupando su polla, con mis ojos tapados mi deseo crecía y ardía en deseo por ser follada, no sabía cuando pero mi cuerpo lo ansiaba, entonces para mi sorpresa noté como alguien introducía su mano entre mis piernas, acariciaba mi sexo, hundía sus dedos en mi ya muy húmedo coñito, gozaba y a la vez tenía expectación pues no sabía quien estaría ahí, yo seguía afanada con mis manos en mi boca en la polla de Antón mientras alguien jugaba conmigo, luego noté como se sentaba sobre mis piernas y una polla se abría camino entre mis apretadas piernas y me penetraba suave pero firmemente hasta quedar en su sitio, mi humedad ayudaba mucho, luego unas manos fuertes agarraban mi cintura y comenzaba un suave vaivén que me hacía gemir de placer, estaba disfrutando del momento y había dejado de chupar la polla de Antón sin embargo noté como otra mano que parecía de mujer agarraba también la polla de Antón, de vez en cuando su lengua jugaba con mi lengua y entre medias la polla de Antón, la situación me volvía loca, mi desconocido amante aceleraba el ritmo, me llevaba al límite y volvía a bajar el ritmo, joder como estaba disfrutando, finalmente una mano quitó mi venda de mis ojos y descubrí que la chica que estaba chupando la polla de Antón conmigo era Miriam, miré hacia atrás y descubrí el chico que me estaba follando era el mismo que antes estuvo con Miriam, el ver la situación al completo me hizo ya estallar de placer, mi cuerpo estaba temblando, suplicaba al chico que parara pero él seguía y mi cuerpo más temblaba, mi explosión de placer creo que le provocó a él también y noté como su condón se hinchaba de leche dentro de mí, caí exhausta boca abajo y noté como él se tumbaba al lado mía, me besó y me dijo, hola me llamo Raúl, yo sonreí diciendo Sandra, mientras veía como Miriam besaba produndamente a Antón en la boca mientras seguía masturbándole, no tardó mucho en correrse también y llenar de leche toda la mano de Miriam, a lo que Miriam respondió chupándose los dedos.
Cuando recobramos un poco las fuerzas fui con Miriam de la mano a tomarnos tranquilamente una copa, poco a poco la fiesta se fue acabando, Juanma se unió a nosotras, luego Bea, en fin poquito a poco la fiesta fue llegando a su fin, yo al final llegué a la conclusión de que había sido un grandísimo día, lo había disfrutado mucho, Juanma también y lo primero que le dijimos a Bea es que contasen con nosotros para todas las fiestas que quisieran.
Después de tomar unas copas Juanma y yo nos fuimos a casa, caimos rendidos a la cama pero sonrientes, esa noche no dio para más pero el despertar fue impresionante haciendo el amor con aires renovados y como nunca lo habíamos disfrutado. Sin duda nos sentó bien la experiencia a los dos.