Nuestra primera fantasía: más allá de lo esperado

Mi novia y yo decidimos hace poquito llevar a cabo una de nuestras muchas fantasías, hasta ahora sólo en papel: ser follada por otro chico delante mía. Primerizos tanto ella como yo, lo que sucedió fue desde luego más allá de lo esperado, y estamos tan impresionados que queríamos compartirlo.

Aunque escrito como un hombre, en realidad esta historia nos pertenece a mi novia y a mí.

Me presento: soy Hernán. Patricia es mi novia. Ambos 27 años, de zona costera, con muchos buenos años de relación a nuestras espaldas, y por supuesto personas curiosas y creativas. Y físicamente no estamos mal. Especialmente mi novia; ella está bastante buena.

Contaré yo la historia. Nombres y datos personales son inventados -especialmente por discreción en el entorno laboral-, pero el resto, al menos en este primer relato nuestro, no lo es. De hecho lo que nos ha animado a escribir es lo alucinados que estamos con la experiencia que acabamos de tener. Creemos que merece la pena ser compartida con personas que seguro disfrutan, o buscan, o fantasean con lo mismo que nosotros.

Todo empieza años atrás: yo siempre he sido de mentalidad liberal, o al menos siempre he tenido curiosidad de experimentar lo que pasa por mi mente y me excita. Patricia era algo más cerrada, pero jugueteando durante años con historias entre nosotros donde escribíamos gran parte de nuestras fantasías, podríamos decir que a día de hoy estamos en la misma línea. Hace unos meses empezamos a plantear cómo podríamos llevar esas fantasías a la realidad sin perjudicar a la pareja, a nosotros, ya que nos queremos muchísimo y hemos trabajado mucho por una relación así. Así que empezamos a contemplar escenarios de todo tipo, los de nuestras historias. “¿Quién podría participar en un trío con nosotros?”, “¿chico o chica?”, “¿conocido o desconocido?”. Y después de ir preguntándonos todo eso quedó clara una cosa: queríamos empezar por experimentar cómo mi chica era follada por otro tío en mi propia casa. Y mientras yo miraría.

Nos decidimos por un chico que conocía yo, y claro, también Patricia. Era importante para nosotros que la persona que eligiéramos compartiera ese morbo previo, esa esencia, ese cuento sexual. Que no fuera un simple tío salido. Y lo convencimos. Y el proceso de convencerlo en sí, primero yo hablando yo con él cara a cara, y luego mi novia mediante whatsapp, ya fue tremendamente excitante. Ramón se llama, unos 30 años y de buen ver, antiguo amigo de la Universidad.

Quedamos para la semana siguiente. Durante la semana fuimos haciendo los preparativos. Estaba tan emocionado, y también Patricia, que esa semana follamos como animales. Probamos los consoladores, aparatos varios, geles y otro montón de accesorios. Teníamos de todo, no faltaría de nada. Tan emocionado que les conté esta aventura a dos íntimos amigos míos, cosa que jamás pensé que haría. Pero estaba tan tranquilo e ilusionado con todo esto que no me importaba el que dirán, aunque sí es cierto que ellos son como hermanos míos y hemos pasado juntos mil historias: no harían juicios, eso lo tenía claro. Al terminar de contarles, Javi se atrevió a preguntar:

  • ¿Y creéis que alguien como yo encajaría en vuestras fantasías?

  • ¡Eso justo iba a preguntar yo! - dijo Ángel, mi otro colega.

No daba crédito a lo que oía, porque no estaban de coña. Lo pensé apenas 5 segundos. Y les dije: la verdad es que sería perfecto. Vamos a ver qué dice Patri. Y Patri respondió a mi whatsapp casi instantáneamente: “No me lo puedo creer. Esto es increíble. Sí, claro que sí, vamos a empezar a lo bestia, esto no lo esperaba…jajajajaja”.

Así que allí estábamos todos: Ramón, mis amigos Javi y Ángel, y Patri y yo. Todos en casa, sábado a las 6 de la tarde, copa de vino en mano. Así que dimos el pistoletazo de salida de la forma más elegante posible: Patri se levantó del sofá, se puso enfrente nuestra, y empezó a leer en voz alta una de las tantas historias que ella y yo intercambiábamos. Iba guapa hasta la extenuación, maquillada con estilo, y no especialmente descocada. Y creo que a todos nos encantaba ese misterio morboso. Aunque era yo el único de allí que conocía hasta qué niveles podía transformarse Patricia.

Todos escuchaban atentos, pero éramos demasiados. Había confianza, sí, pero joder…¡esto era muy diferente! Lo mejor que pude hacer para ayudar fue sacar mi polla y empezar a masturbarme: pensé que eso podría relajar el ambiente. Y funcionó. Patricia ni se inmutaba: terminó la historia pero no se abalanzó sobre ninguno. Sencillamente fue a la habitación y sacó un pañuelo. No hizo nada con él por el momento. Y fue pasando la cabeza por cada una de nuestras pollas, simplemente oliendo su aroma, apenas 5 segundos de aspirar y disfrutar de cada instante, lo justo para conocer cada una de las pollas que la follaría.

Terminó la ronda y sacó el pañuelo y vendó los ojos a Javi. Yo me levanté y me situé detrás de ella: quería ver bien todo lo que iba a pasar. Y entonces nos hizo saber su primer plan:

  • Ahora jugaré un poco contigo, Javi. Después Ángel. Y por último será Ramón el que pueda lamer mis bragas y comprobar lo tremendamente cachonda que me ha puesto jugar con vosotros.

Como siempre, diferente: Patricia empezó no por la polla, sino lamiendo los huevos de Javi. Muy suave. Totalmente vestida y maquillada. Los lamía con tanto cuidado, y a la vez con tanta saliva… Dejamos de masturbarnos y nos quedamos todos de meros espectadores, porque el morbo era tanto que no sabíamos si podríamos aguantar. Y esto era sólo el principio…

Metió la puntita de la polla de Javi en su boca. Y no la movió: era la lengua la que dibujaba círculos sobre el glande. Javi suspiraba, y en ese momento se separó de él y se abalanzó salvajemente a la polla de Ángel. Empezó a bombear rápido, moviendo fuerte la cabeza, gimiendo y con gritos sordos. Ángel estaba en éxtasis, iba a correrse. Pero Patricia tiene un control y sensibilidad para el orgasmo masculino casi mágico. Y se apartó de su polla antes de que se corriera.

Cumpliendo su promesa, se levantó ligeramente y se bajó las bragas. Totalmente impregnadas. Como pocas veces he visto. Javi seguía con la venda en los ojos, pero sabía que algo pasaba, no quería perderse el juego de las bragas. Se quitó la venda en el momento justo en que Ramón se metía las bragas en la boca. Patricia se las sacó de la boca, se puso a horcajadas sobre la polla de Ramón dejando que la punta de su polla, a punto de reventar, rozara los labios empapados de Patricia. Yo estaba alucinando, feliz de ver una fantasía tan personal y “nuestra” como ésta, hacerse realidad. Patricia dio a lamer las bragas a Ramón, solo lamerlas. Ramón se afanaba a ello y mientras lo hacía notaba su polla entrar suave y lentamente en Patricia.

En ese momento Patricia empezó a follar a Ramón, con cadencia, con ritmo. Se giró y me miró, sonriente, estábamos muy contentos. Felices de lo que estaba pasando, cómodos y cachondos. Patricia se giró de nuevo hacia Ramón, se acercó a su oreja y empezó a susurrar. Su culo, casi perfecto, seguía danzando sobre la polla de Ramón. Y de pronto Ramón comenzó a hablar:

  • Patricia quiere que os cuente lo que ahora mismo me cuenta a mí. Cómo se siente, y qué es lo que pasará a continuación. Dice que es la primera vez que la folla alguien que no es Hernán. Que quiere que esta tarde no acabe nunca, y que tiene creatividad suficiente para que así sea. Me dice que nos preparemos, que abramos la mente y que disfrutemos. No os desnudéis, me dice, y vayamos al baño.

Sin abrir la boca, Patricia se levanta dejando atrás la ahora resbaladiza polla de Ramón. Y va hacia el baño. Es un baño grande, con una gran bañera de patas en medio, estilo Victoriano como nos gusta. No se ha quitado ni una prenda. Y entonces se dirige a mí:

  • Hernán, esta historia la construimos los dos, ya lo sabes. ¿Cómo quieres que continue?

  • Duchadla -digo yo. Y obligadle a chupar lo que queráis. Sólo chupar. Por ahora.

Se apresuran a sacar todos su polla. Javi es el primero en hablar:

  • Entera. Toda entera.

Sin parpadear, Patricia se mete la polla hasta la garganta. Y no se mueve. En ese momento se me ocurre ponerme tras Patricia. Y cogerla del pelo. Y moverla adelante y hacia atrás, haciendo que la polla de Javi entre y salga enteramente. Algún reflejo de garganta le adivinaba yo a Patri cuando la polla entraba hasta adentro, mientras el maquillaje se le corría por toda la cara.

  • Ahora abre los ojos -dijo Javi.

Y Patricia los abrió y miró hacia arriba. El tiempo justo para que Javi supiera por su mirada que, si ella quisiera, le haría correrse en ese instante. Y fue entonces cuando Ramón entró en acción:

  • Quiero que me lamas los huevos como antes a Javi en el sofá.

El agua no cesaba, y Patri sin protestar lamía los huevos de Ramón y atinaba también a agarrarme a mí la mía y masturbarme. Sabía que me deseaba muchísimo en ese momento, y yo a ella. Esa fue la forma que encontró de hacérmelo saber.

Ramón se masturbaba mientras recibía la que probablemente sería la mejor comida de huevos de su vida. En ese momento dejó de masturbarme Patri también a mí. Y aproveché para susurrarle al oído:

  • ¿Y ahora qué quisieras que sucediera?

No contestó. Dejó de comerle los huevos a Ramón. Se levantó y mientras se quitaba el vestido, dijo:

  • ¿Ángel, te gustaría que lamiera tu culo? ¿Te gusta? Y mientras puedo hacerte una buena paja.

La idea sorprende a Ángel, y le encanta. Le excita de sobremanera. Ya sin su vestido, y en cuclillas sobre sus tacones y cubierta solo por un sujetador de encaje negro, Patri pasa ligeramente su lengua por el culo de Ángel. De menos a más, de repente nos encontramos con una forma de lamer sensual, rápida y profunda. Patricia tiene sus dos manos separando las nalgas de Ángel, que está en éxtasis. Y un ratito después ya tiene una de sus manos masturbándole también. Su rostro medio maquillado metido dentro del culo de Ángel, y su mano en otras labores da la impresión de que no da abasto, y que de la misma forma no quiere dejar de hacerlo. Así que me acerco por detrás y empiezo a acariciar el coño de Patricia. Un gemido largo y sutil es la señal de que no lo esperaba, y de que le encanta. Sube poco a poco el volumen de sus gemidos, y Ángel parece no aguantar más.

  • ¿Ángel, quieres correrte en su boca? -pregunto.

  • Sí tío, no aguanto más.

Aprovecho que Ángel se está dando la vuelta para poner a Patri a cuatro patas y follarla. Apenas cinco segundos después Ángel mete la polla en la boca de mi novia y se corre abundantemente. Las piernas le tiemblan y Patricia tiene la boca totalmente repleta. Patricia gira el cuello y me mira, mientras por las comisuras de sus labios rebosa el semen.

  • Sí, puedes tragártelo -le digo.

Y eso hace. Me levanto con la polla empapada y me dirijo a Patricia, aún a cuatro patas:

  • Tu turno: ¿qué pasa por tu mente?

Patri se gira y se sienta apoyada contra la pared.

  • Necesito masturbarme un poco, aunque sea un poquito. Necesito sentir mi coño mojado como nunca. Mientras podéis desnudarnos. Yo creo que seguiré con lo puesto.

Y eso hacemos. Mientras Ángel se marcha al sofá, le comento:

  • Si esto se alarga lo que yo espero, es probable que tengas la suerte de estar listo para volver a unirte a la parte final.

Ángel sonríe. Patricia se seca el pelo y salimos del baño hacia la cama. Sentada en el borde de la cama, se quita el sujetador y por fin desvela esos dulces y tersos pechos. Enfrente de ella Javi y Ramón los acarician, acarician también su rostro, ya sin maquillaje, y Patricia les mira a los ojos. Parece que va a decir algo pero no; se calla y vuelve a pensar. Es un momento muy importante para ella, lo noto. Está construyendo una fantasía con sus manos, que al instante se torna real. Y entonces es cuando abre la boca:

  • Este es mi momento, mi clímax, y quiero que sea también el vuestro. Folladme como queráis. Pero folladme, y mucho. No dejéis en ningún momento de follarme.

Javi se apresura y la agarra de las piernas, la tumba sobre la cama y la penetra con fuerza, rápidamente. Patri disfruta de la polla casi tanto como de ver su sueño cumplido. Ramón se masturba, expectante, esperando su momento. Yo aprovecho y recupero el pañuelo. Le tapo los ojos a Patri y le susurro al oído:

  • Ahora sí que está todo listo. Es la hora de las sensaciones. Del saber y no saber. Del sueño hecho realidad.

Y mientras Javi sigue follándola, yo dejo caer mis huevos en su boca. Levanta la vista Javi casi en éxtasis. Yo me aparto y Javi cubre a Patri de arriba a abajo de su cuerpo con su corrida. Aún no ha terminado de echarse a un lado Javi cuando Ramón se coloca frente a ella. La levanta caballerosamente de la cama, y la guía con cuidado a su lado. La sienta en el suelo y entonces toma sus piernas y las levanta, apoyadas en la cama. La cabeza de Patri en el suelo, las piernas en el cielo, y su coño a la altura justa de la cama, mirando totalmente hacia arriba. Ramón la penetra con suavidad. Tan suave que apenas nos damos cuenta de que está a punto de tener el orgasmo de su vida. Solo nos percatamos en el momento en que saca su polla y apunta hacia al suelo. La cara de Patri es un poema, y mientras aún no ha tenido tiempo de ir recogiendo el semen de su barriga y llevarlo a su boca, se encuentra de repente con toda la cara empapada por Ramón. En ese momento pienso que menos mal que lleva la venda.

Ramón se aparta agotado, pero Patri sigue en la misma posición. En ese momento veo a Ángel apoyado en la puerta, debe llevar un tiempo ahí, pero no me había fijado. Con lo que estaba pasando delante de mí era más que suficiente. Ángel parece que viene con fuerzas renovadas, con muchas ganas de follar a mi novia. Viene decidido. Pero en ese momento me acerco a Patri, que seguía en la misma posición. Y empiezo a lamer su culo con avidez.

A Patri ya le ha quedado claro mi mensaje: me muero por metérsela por el culo. Lo sabe, y además sabe cómo me gusta hacerlo y en qué posición. Pero en el último momento dejo de lamer su culo y le pregunto a Patri:

  • ¿Te atreves con una doble? -digo.

  • Me lo voy pensando -dice ella.

Y se levanta del suelo, y yo apoyado en el cabecero de la cama la veo venir cubierta en semen. La veo quitarse la venda y la veo darme la espalda. Su culo apunta ahora hacia mi polla y con un poco de esfuerzo consigue poco a poco que consiga hacerse hueco. Y mientras cabalga encima de mi polla se gira y confirma:

  • Sí, este momento es perfecto para explorar los límites.

Con un poco de esfuerzo consigo recostarme totalmente en la cama y Patri, con no menos esfuerzos, consigue seguir metiendo mi polla hasta sus entrañas en esa posición. Y ése es el momento en que le Patricia se dirige a Ángel:

  • Ángel, fóllame y no apartes tus ojos de mis ojos. Quiero ver tu gesto y recordar el momento en que el primer hombre que no es Hernán se corre dentro de mí.

Casi no ha terminado la frase y Ángel ya está chorreando en su interior. Patri agarra su cara y la aprieta con fuerza mientras Ángel tiembla como nunca. Patri empuja entonces a Ángel y se levanta. El semen chorrea por sus piernas, y se apoya en la pared. Yo me acerco por detrás y le susurro:

  • Este sigue siendo mi tesoro, mi propiedad, mi resguardo. Y quiero que te duela.

Ella lo sabe. Patri sabe que me encanta que le duela. Estiro de su pelo lo penetro brutalmente mientras empujo su cara contra la pared. Ríos de semen caen pos sus piernas. Después de jugar un poco más en esa posición, es nuestro momento: Patri se masturba evadida, con los ojos cerrados. Con el sabor del semen de todos y cada uno en su boca, con la tremenda corrida de Ángel ahora entre sus dedos, ayudándola a una paja épica. Y cuando noto que se eriza la piel de su espalda, signo inequívoco de su corrida, ceso en mi bombeo y paro. La dejo metida en su culo, pero quedo parado esperando y centrado en su corrida. Y llega, de forma brutal. La dejo disfrutar de sus últimos espasmos mientras retomo el ritmo. Ya es mi hora. Ya es la hora. Lo caliente de sus entrañas me hace estar en las nubes y empiezo a notar cómo rebosa su culo con mi corrida. No puedo casi hablar, estoy en blanco, pero sí acierto a decirle:

  • Esto es solo el principio, cariño.