Nuestra pequeña empresa

no lo podía creer pero estaba “enamorada” de la poderosa verga de mi hermano y no podía apartarla de mi mente, lo que me producía una enorme excitación y aun despierta continuaba con aquella fantasía que moralmente me hacia sentir sucia, pero me era inevitable pensar en ello.

NUESTRA PEQUEÑA EMPRESA

Nuestra familia se componía junto conmigo de mis padres y mi hermano, un año menor que yo, actualmente tengo 23 años de edad. Mi nombre es Fanny y el de mi hermano Francisco.

Mi hermano y yo nos hicimos cargo de la pequeña empresa de importaciones de auto partes y venta de refacciones automotrices que nuestro padre nos dejó al fallecer y que es el único sustento de nuestro hogar.

En el negocio mi hermano se hacia cargo, en la planta baja, de atender a clientes, en conjunto con los 4 empleados que nos auxiliaban y yo en la planta alta atendía todo lo relacionado con las cuestiones administrativas del negocio auxiliada por Lulú, la joven secretaria.

Todo marchaba tan normal como cuando mi padre era la cabeza del negocio. Hasta que un día sucedió algo que fue el inicio de una nueva era tanto del negocio como de nuestras vidas.

Ese día sin intención de espiar, me asomé por la orilla de la persiana que cubría la ventana que dividía el privado donde desarrollaba mis labores y el lugar de trabajo de lulú, con sorpresa me enteré que mi hermano y Lulú sostenían relaciones amorosas. Les pude ver con toda claridad como ella estaba abrazándolo por el cuello y él de la cintura, mientras se daban un apasionado beso en la boca.

No le di mayor importancia, ya que mi hermano, guapo y de cuerpo atlético, tenía la fama de ser conquistador y mientras Lulú hiciera bien su trabajo, sus asuntos personales no me importaban, no obstante que lo estaba haciendo en el trabajo, pero era con mi hermano y pues nada que decir.

Entre las múltiples labores de la empresa era revisar las cintas de las cámaras de video del circuito cerrado del sistema de seguridad. Nunca había nada sobresaliente en ellas, si acaso alguno de los empleados fumando dentro del negocio, cosa que estaba prohibida por precaución, o alguien que flojeaba a las horas de labor, pero cuando eso sucedía, solo se les llamaba la atención y todo continuaba sin problemas.

Esta revisión de videos se hacia solo por cumplir con el requisito, y la labor se hacia en alta velocidad, y solo cuando se detectaba alguna irregularidad se reproducía en velocidad normal.

En eso estaba cuando aparecieron las escenas correspondientes al lugar de trabajo de Lulú. Se veía como llegaba mi hermano y besaba a mi secretaria, puse la cinta en tiempo normal y pude apreciar el "faje" que Francisco "Paco" como le llamábamos afectivamente, le daba a Lulú, le besaba apasionadamente en la boca y ella correspondía de la misma manera. Hasta ahí todo era de alguna manera normal, pero las manos de Paco empezaron a bajar de la cintura de la chica tocándole las nalgas ante la complacencia de ella que nada hacia por evitarlo, era evidente que estaba disfrutando las caricias eróticas de mi hermano.

Se notaba nerviosismo en ellos, volteaban a cada momento hacia la escalera cuidándose de que alguien pudría subir y descubrirlos en pleno cachondeo, los besos continuaban y las manos de mi hermano pronto alcanzaron el borde de la reducida minifalda de ella y ascendían por debajo de la faldita, acariciándole las nalgas en forma directa, aunque eso no estaba a al vista, era por demás indudable.

Mi hermano besaba el cuello de ella mientras sus manos accionaban por debajo de la faldita de ella que no ponía ninguna resistencia disfrutando el candente momento. Él seguía manoseándole las nalgas con una sola mano y la otra se instaló en sus senos por encima de la blusa. Unos momentos después mi hermano metió la mano por debajo de la blusa de ella para tocarle los pechos. Pronto las manos de la chica entraron en acción frotándole el bulto que hacia la verga erecta de Paco bajo el pantalón, y así duraron unos cuantos minutos.

Creí que de ahí no pasaría el manoseo, pero grande fue mi sorpresa cuando Paco apoyó su trasero sobre el escritorio y Lulú le desabrochó el cinturón, bajó el ziper de la bragueta y puso en libertad el miembro viril de mi hermano, aun mas sorprendida quede al ver el descomunal tamaño del pene de mi consanguíneo, vaya que era colosal, nunca hubiera imaginado que mi hermano tuviera una verga de tal dimensión. Lulú con cierta naturalidad empezó a frotar de arriba a abajo aquel delicioso tolete, lo que me indicaba que no era la primera vez que lo masturbaba.

Mis ojos no daban crédito a lo que veía en el video, Lulú se inclinó sobre el regazo de Paco besuqueando la cabeza del enorme tolete y pasando su lengua por el tronco, para luego introducirlo en su boca para chupetearlo. Así permanecieron por algunos minutos, hasta que se separaron y mi hermano se retiró a la planta baja. Ignoro si interrumpieron súbitamente la acción por algún motivo o bien terminó eyaculando en la boca de mi secretaria.

Me quede en "shock" por unos instantes, no tanto por la felación que Lulú le había dado a Paco, sino más bien por el extraordinario tamaño del falo de mi hermano. Durante todo el resto del día no pude quitar de mi mente aquellas escenas y en particular la verga de Paco, me inquietaba recordarla, en pocas palabras me excitaba saber que mi hermano tenia un pene tan grande, tan hermoso, tan suculento, en fin no podía culpar a mi secretaria por lo que había hecho, de cierto me hubiera gustado ser yo quien se lo hubiera mamado y mis pantaletas se humedecieron al imaginarlo.

Esa noche tuve sueños húmedos en los que era poseída por mi hermano y podía chupar y besar su extraordinaria vergota hasta hacerlo eyacular en mi boca y saboreaba su semen, mis pantaletas amanecieron totalmente empapadas de mis flujos vaginales y me sentía con una cachondez extrema, no lo podía creer pero estaba "enamorada" de la poderosa verga de mi hermano y no podía apartarla de mi mente, lo que me producía una enorme excitación y aun despierta continuaba con aquella fantasía que moralmente me hacia sentir sucia, pero me era inevitable pensar en ello.

Durante los días subsecuentes, cada que veía a Paco me era imprescindible dirigir mi mirada a su entrepierna sabedora de la hermosura que ahí tenía y sentía una extraña pero deliciosa sensación en mi sexo. Por las noches mirara nuevamente el vídeo, que por supuesto conservé, excitándome de manera extraordinaria y terminaba por dedearme en mi "cosita".

No habían pasado muchos días cuando revisando las cintas de las cámaras de seguridad nuevamente apareció "la pareja cachonda", esta vez con algo más audaz, era quincena y en la hora de esta grabación yo estaba en el banco retirando el dinero de los salarios de los empleados.

En el vídeo se apreciaba como mi hermano besuqueaba a Lulú y la manoseaba, le quitaba las pantaletas besando y chupando sus partes intimas, a su vez ella volvía a succionar el hermoso pene de mi hermano.

Aquellas imágenes me ponían loca de deseos lúbricos por mi hermano, vi el vídeo innumerables veces en ese mismo día, estaba convencida que debería predisponer la situación para poder, al igual que mi secretaria, disfrutar de aquella exquisita vergota.

No sabía como empezar a provocar la situación que me llevara a los placeres sexuales con mi hermano. Lo primero que se me ocurrió fue "dejarme ver" de Paco, es decir hacer que se fijara en mi cuerpo, usar ropa provocativa, ajustada, sexy. Crear situaciones "accidentales" para que se fijara en mis "encantos" e inducirlo al deseo sexual conmigo.

De inmediato puse en marcha aquel improvisado plan, para lo cual me subí la falda que llevaba hasta medio muslo, como si fuera algo fortuito, en espera de que mi hermano subiera a tratar algún asunto relacionado con el negocio, cosa que hacia normalmente varias veces al día, y me mirara las piernas con la esperanza de que le gustaran y despertara en él algún interés voluptuoso.

No tuve que esperar mucho, minutos mas tarde mi hermano entró a la oficina y como de costumbre no se sentó en las sillas frente al escritorio, sino se puso junto a mí y se sentó sobre el escritorio. No tenía que hacer ningún esfuerzo por verme las piernas, estaban totalmente a su vista, yo me sentía muy nerviosa, pero aguanté fingiendo no darme cuenta de que tenía la falda subida. Como lo esperaba, pude ver con toda claridad como fijó su mirada en mis piernas, no hubo comentario de su parte y mía menos. Mientras me hablaba de cosas del trabajo miraba insistentemente mis piernas y yo seguía simulando no darme cuenta.

Aquello me resultaba sumamente excitante, sentía aquella extraña sensación de cosquilleo en mis genitales y humedad en mi sexo, yo misma notaba mi nerviosismo en mis movimientos y en mi voz, sin embargo no hice nada por cubrir mis piernas, sus miradas "quemaban" mis muslos y yo furtivamente miraba de vez en cuando su bulto tratando de ver si éste le crecía o no, no logré observar ningún cambio a ese respecto dada la pose que Paco guardaba. Pero aquella situación me ponía cachonda.

Cuando por fin mi hermano abandonó la oficina, me sentí aliviada del nerviosismo y contenta por haber logrado la atención de mi hermano hacia mis piernas. Con ese simple detalle mis pantaletas estaban húmedas, para mi gusto la "estrategia" había funcionado y por lo tanto continuaría con ella hasta idear algo más contundente.

Durante el día mi hermano se presentó en la oficina varias veces, diría yo que algunas veces más de lo normal, ya que en ocasiones no subía sino solo me llamaba por el interfón y este día por cualquier pregunta por simple que fuera subía a la oficina. Era claro subía a mirarme las piernas, cada visita de Paco me hacia vibrar de emoción y deseos sexuales.

Ya en la tarde cuando nos retirábamos a la casa, una vez cerrado el negoció, extrañamente mi hermano se puso caballeroso y me abrió la puerta para que abordara el auto, su intensión era mas que evidente y yo le complací encantada, al subirme separé generosamente las piernas, haciéndolo con lentitud, de manera que sin esfuerzo pudo verme por la entrepierna hasta las pantaletas que cubrían mi palpitante sexo.

Una vez que cerró la puerta y mientras rodeaba el auto para subirse, me subí la falda mas allá de medio muslo para que por el camino me pudiera ver las piernas y no dejar enfriar aquella situación mórbida que a mi parecer se estaba dando entre los dos.

Durante varios días, quizá un par de semanas, se repitieron las mismas cosas, la única diferencia era que a cada día me subía un poco mas la falda dejándole ver prácticamente mi vulva forrada en las finas pantaletas transparentes que a diario elegía con esa característica con la plena intención de que me viera los vellos que cubrían mi hambriento sexo. Asimismo ambos cada vez éramos un poco mas atrevidos, yo para mostrarle y él para mirarme y adicionalmente podía verle el "bulto" que se le formaba bajo el pantalón indicándome que le provocaba excitación.

Una vez mas las cámaras de seguridad habían captado en video otro encuentro lascivo entre Paco y Lulú, lo disfruté tanto como los anteriores y desee ser ella. Pero ahí me di cuenta de algo que no era congruente en lo absoluto y de lo cual no había caído en cuenta, quizá por la excitación que aquellas filmaciones me provocaban.

¿Cómo era posible que mi hermano tuviera esos encuentros íntimos con la chica a sabiendas de que había cámaras de video grabando todo lo que hacían?

Porque ni ella ni ningún otro de los empleados sabía a ciencia cierta de la existencia del sistema de seguridad, podrían deducirlo, imaginarlo, pero en realidad no lo sabían. Pero Paco lo sabía a la perfección desde siempre, desde que mi difunto padre las había mandado instalar. Entonces ¿Cuál era la situación?

Me puse a reflexionar en ello y pronto caí en cuenta de lo que se trataba, yo había caído en la estrategia que mi hermano había puesto en practica para buscar un acercamiento sexual conmigo. En realidad el que me había seducido era él a mí y no yo a él como erróneamente había creído.

Eso en lugar de decepcionarme, me llenó de alegría pues no alteraba en nada mis intenciones, sino al contrario las facilitaba de tal manera que ya todo era cuestión de decisión, de que cualquiera de los dos dijera o hiciera algo mas contundente, con la certeza de que el otro lo aceptaría con entusiasmo. Me reí de mi misma por ingenua, pero me excitó el hecho de que era cuestión de un poco de tiempo para poder hacer realidad mis fantasías lubricas y disfrutar del sexo incestuoso a placer.

No había que preocuparse mas por "el que pensara mi hermano de mí" ante mis devaneos lascivos para con él. Era hora de arreciar los cachondeos visuales y pasar a los contactos físicos.

No había porque esperar mas, tomé valor y ese mismo día incrementaría de manera indudable mi disposición a la relación carnal con mi hermano.

La suerte esta de mi lado, mi hermano acababa de realizar la venta de unas refacciones poco solicitadas y que teníamos ya casi como capital muerto en el almacén desde que las importamos para un cliente que nunca regresó para culminar la compra y que ahora representaban como negocio una ganancia sustanciosa.

Mi hermano subió a la oficina para informarme que en ese momento estaba realizando la venta en cuestión e iba a que preparara la factura respectiva. No desaproveché la oportunidad, él tomó la pose acostumbrada y yo retiré del escritorio el sillón en el que me encontraba para facilitarle aún más el poder ver entre mis piernas mi velludo monte de Venus a través de mis translucidas pantaletitas.

No podía fallar, Paco clavó su mirada entre mis piernas mirando descaradamente mi sexo, a diferencia de días anteriores, ahora nuestras miradas se tornaban picaras e invitantes. Cuando la factura estuvo lista se puso en marcha para recogerla de con Lulú, pude ver con plena claridad el enorme bulto que le hacia su pene en erección debajo del pantalón, no hizo ningún intento por disimularlo y yo fijé mi mirada el aquel alusivo paquete con el mayor de los descaros.

Mi hermano salió de la oficina diciéndome que volvería con el dinero de la venta, yo sentía que un pequeño corazón me latía en plena vulva y de mi vagina brotaba mi fluido íntimo mojando mis delicados calzoncitos.

Había que buscar un acercamiento físico, la cosa estaba fácil, le felicitaría por la venta y podría acercar nuestros cuerpos, los minutos se hicieron eternos ardía en deseos de repegar mi cuerpo al suyo.

Al fin regresó mi hermano con el dinero que me daba para su guardado en la caja fuerte. Nuevamente retiré del escritorio el sillón y lentamente me levanté separando ampliamente las piernas, no cabía la menor duda en que me miraba la mojada pantaleta y vi como el notorio "bulto" que formaba su vergota le crecía impresionantemente.

Me acerqué a él llena de jubilo, no tanto por la venta como por abrazarlo y repegar mi vientre en el suculento "paquete" de su entrepierna. Así lo hice, -"Te felicito por la venta"- le dije abrazándolo efusivamente y repegando mi pelvis contra su verga, al tiempo que le daba un beso en la mejilla, pero muy, muy cerca de la boca casi tocando la comisura de sus labios. Él me abrazó por la cintura asiéndome con fuerza y aventando su vientre contra el mío para hacerme sentir su erección, le llevé los brazos alrededor del cuello y junté mi mejilla con la de él, clavando mis senos en su pecho al tiempo que le decía palabras de aliento por la venta, pero mi mente estaba en su verga untándose en mi pelvis, así prolongamos la "felicitación" por algunos momentos que me supieron a gloria.

Había que aprovechar al máximo la oportunidad y dejar bien en claro mi aceptación a una relación "inmoral" con él, deseaba que bajara sus manos a mis nalgas y me las estrujara, preferí darme vuelta para mirar hacia donde estaba el dinero encima del escritorio fingiendo que lo quería tomar, pero sujeté sus manos he hice que me abrazara por la espalda pasando sus manos por mi cintura.

Mis nalgas quedaron justamente contra su verga que impúdicamente repegaba en mi trasero, saqué la cadera para gozar más aun el momento y hacia cierta presión contra su falo y pequeños movimientos de fricción, sus manos recorrían mi abdomen y mi vientre, nuestras respiraciones se tornaron agitadas y ambos friccionábamos con discreción pero con suficiente evidencia de su pene contra mis nalgas y viceversa.

Su respiración en mi nuca y su verga en mis nalgas me tenían al borde de la incineración, y hubiera sido capaz de entregarle mi cuerpo ahí mismo en ese instante, de hecho estaba a su merced, todo lo que me hubiera querido hacer lo hubiera logrado y claro lo que mas me hubiera gustado seria besarle y chuparle la hermosa vergota que tiene. Pero Lulú tocó a la puerta y presurosos nos separamos adoptando las posiciones que normalmente ocupábamos y mi hermano tuvo que salir ya que le buscaba un cliente.

Ninguno de los dos articulamos palabra, solo nos dejamos llevar por nuestros calientes instintos, ya era mas que evidente los deseos mutuos pero ninguno de los dos lo abordábamos con claridad. Sin embargo en medio de mi chachondez me repetía mi misma que el incesto estaba hecho, solo había que esperar el momento oportuno para consumarlo y desde luego había que incrementar aun mas los sentidos de mi hermano.

Ese mismo día por la noche ya en casa, al despedirse de mí, Paco me besó prácticamente en los labios, pues parte de su boca tocó la mía, era como una señal de que seguíamos en lo mismo y así lo tomé haciéndoselo patente con un coqueta sonrisa y por la noche tuve que masturbarme fantaseando sexualmente con mi hermano.

El día siguiente era viernes y era un aniversario mas de la pequeña empresa y siguiendo la tradición impuesta por nuestro padre, ese día se festejaría con una comida ligera y brindis, dentro del local, para los empleados y solo trabajaríamos hasta medio día y por la tarde se suspenderían las labores, para reanudarlas al día siguiente, sábado, tan solo media mañana por ser un día en que hay mas clientela por ser el día en que la gente aprovecha para reparar sus autos.

La mañana del viernes al salir del baño, encontré a Paco que en esos momentos y de acuerdo a la costumbre entraría a bañarse para luego marcharnos al negocio. Yo iba cubierta por la bata de baño pero si abrochar y solo la sostenía con una mano por la cintura, por lo que buena parte de mis senos quedaban a la vista de mi hermano, así como mis piernas, éste no perdió detalle de lo que premeditadamente le mostraba, nos besamos a manera de saludo, como siempre lo hacíamos, solo que en esta ocasión, lo mismo que la noche anterior, el beso me lo dio abarcando casi la mitad de mis labios con los suyos. Todo apuntaba a que sería un día muy excitante.

Era día de fiesta y no solo por el aniversario del negocio, sino porque la relación pecaminosa con mi hermano se iba consolidando de una manera espectacularmente caliente. Me puse la ropa interior mas sensual que tenia, un coordinado de brassiere de media copa y las pantaletitas tipo tanga, ambos en color negro y totalmente transparentes, pues algo me decía que ese día seria la culminación de mis deseos incestuosos. Encima un vestido ligero que me quedaba ajustado a mi cuerpo y era el bastante corto sin llegar a ser mini, me daba unos 10 centímetros arriba de las rodillas y complemente con las zapatillas de tacón alto como era mi costumbre.

Salimos de casa y con ello empezaron los coqueteos, mostrándole mi entrepierna y seguramente las pantaletitas al subirme al auto y subiéndome la falda atrevidamente mientras mi hermano abordaba el vehículo, de manera que pudiera mirar mis muslos mientras manejaba con la única intención de provocarlo para cuando menos repetir lo hecho el día anterior.

Llegamos al negocio y los empleados que ya esperaban lo abrieron, mi hermano me acompaño hasta la oficina y ahí acerco su rostro al mío y diciéndome "felicidades", en referencia al aniversario, y me beso en los labios ya de manera categórica, aunque sin abrir la boca, solo sus labios se posaron en los míos, acepte de buena gana e incluso le di doble beso acompañado de una sonrisa picara e incitante. Nada mal el inicio del día.

Inicie mis labores, pero antes subí exageradamente mi vestido en espera de que en cualquier momento llegara mi hermano a algún asunto de trabajo o quizá solo a darse un buen "taco de ojo", mis muslos estaban completamente a la vista, de manera que al adoptar la pose de costumbre él podría verme sin ninguna dificultad la vulva cubierta por las pantaletas transparentes. Mas descarada no podía ser, pero los deseos incestuosos me orillaban a tales atrevimientos.

En efecto unos minutos después mi hermano hizo presencia en la oficina, retrocedí el sillón para darle un panorama completo de mi exhibicionismo lubrico. Paco fijo su mirada en mi regazo sin recato alguno, yo le sonreía descarada y miraba como el bulto de su verga bajo el pantalón crecía, ello mientras él me decía que ya había mandado a comprar los alimentos y algunas botellas de licor para el brindis.

Algo inesperado fueron sus palabras - "Fanny te ves preciosa"-, me dijo, recorriendo con su mirada mi cuerpo, -"te mereces un beso"- remató, mientras me extendía los brazos, sin pensarlo de inmediato me puse en pie y junté mi cuerpo al suyo, me tomó por la cintura arrimándome la verga en mi vientre y yo mis senos en su pecho y me besó en los labios, nos quedamos mirando fijamente a los ojos sin pronunciar palabra, ahora fui yo quien le besó los labios agradeciéndole el piropo con un entrecortado -"Gracias"- , él por respuesta me volvió a besar de la misma manera. Sus manos amenazaban con bajar de mi cintura hacia mis nalgas y yO rogaba a dios que así fuera. Por el momento eso había sido todo.

Volvió a entrar dos veces mas a verme las piernas y las pantaletas aduciendo cualquier pretexto, en la tercera vez me dijo –"Fanny ya es hora del brindis, te estamos esperando"-. Me puse de pie lentamente para que tuviera tiempo de echar la última mirada por mi entrepierna antes de bajar al brindis. Paco me dio la mano para ayudarme a levantar, pero me jalo hasta abrazarme y pego sus labios casi a los míos musitando, -"De verdad que hoy luces liadísima"-, nuestros alientos se confundían, le eche los brazos al cuello y procurando una voz sensual le dije coqueta –"De verdad eso crees o solo es que ya empezaste a brindar"-, por respuesta me besó en los labios y yo le correspondí, eran besos aparentemente inocentes, pero solo nosotros sabíamos el calor que nos producían.

Nos soltamos con la idea de dirigirnos a la planta baja, pero me di media vuelta para tomar los cigarrillos de encima del escritorio, mi hermano aprovechó la circunstancia para abrazarme por la espalda y repegarme su endurecido tolete en las nalgas, acepte de mil amores y sacando la cadera también restregaba mis nalgas en su paquete, puso una de sus manos en mi vientre presionando para juntar mas mi cuerpo con el suyo y la otra subía rumbo a mis tetas, cuando un ruido de Lulú nos hizo soltarnos abruptamente, sin embargo fue tiempo suficiente para sentir húmedos mis calzoncitos.

Bajamos con los empleados y degustamos tacos de carnitas y por supuesto brindamos con tragos de ron y brandy. Una vez satisfechos de comida, los tragos menudeaban entre los muchachos y Lulú, yo casi no tomaba pues no me agrada mucho el alcohol al medio día. Entre bromas y anécdotas pasaban los minutos, copa en mano me puse delante de mi hermano dándole la espalda y él con fingida naturalidad me pasó la mano por la cintura. Lo que parecía para los muchachos una fraternal postura, realmente era algo que me llenaba de chachondez, mi hermano con discreción me repegaba su verga en las nalgas y yo recargaba mi cadera contra el bulto de su pene, ninguno de los presentes se imaginaba ni remotamente lo que aquel inocente abrazo representaba para nosotros.

En un momento dado me quise quitar de donde estaba y mi hermano me dijo al oído, -Espera que verán mi miembro duro"-, era la primera vez que hacia referencia al repegón de verga que en mis nalgas me estaba dando, así que mantuve la pose, me excitaba sobre manera estar haciendo "eso" delante de los empleados aunque ellos no lo sospecharan.

Sonó mi teléfono celular y lo contesté, era un cliente que me pedía cierto presupuesto para lo cual debería ir a la oficina para darle las cifras exactas de lo que pretendía comprar.

Me tuve que quitar de delante de Paco y éste giró para que nadie notara su erección, me fui a la oficina maldiciendo internamente al cliente por haberme hecho apartar del agasajo que mi hermano me estaba dando.

No habían pasado 5 minutos y aun hablaba con el cliente cuando la puerta de la oficina se abrió para dar paso a Paco, quien traía una copa en cada mano y los depositó en el escritorio. Yo estaba de pie y no le importó que estuviera hablando con el cliente, se puso tras de mi y me abrazo repegando nuevamente su verga endurecida contra mis nalgas, yo lejos de protestar también repegaba mis nalgas contra su enorme falo y frotaba descaradamente mi trasero en su paquete. Continuaba hablando y mi hermano ya sin ningún escrúpulo puso su mano en mi monte de Venus por encima del vestido y la otra la colocó en uno de mis senos. Me sorprendió la acción pero no intenté impedirla sino al contrario me encantaba. No podía cortar la conversación y mi hermano se daba gusto manoseándome y frotándome su tolete en el trasero.

Cuando por fin corte la comunicación, me dijo al oído, -"Vine a que brindáramos por la empresa y principalmente por nosotros"-, me quedé en silencio disfrutando aquel divino manoseo totalmente entregada a la lujuria. Paco me besaba el oído y la nuca sin detener el manoseo y yo restregaba mis nalgas en su paquete con total descaro.

Nos separamos unos instantes, mis ojos fueron directo al bulto bajo su pantalón, era realmente enorme, mi hermano tomó las copas ofreciéndome una, brindamos diciendo con voz temblorosa por la excitación, -"¡Salud, por nosotros!"-, nuevamente dejamos las copas en el escritorio y nos fundimos en un abrazo frente a frente, sus labios buscaron los míos y entreabriéndolos nos besamos apasionadamente por primera vez a boca abierta, nuestras lenguas jugueteaban dentro de la boca del otro ye intercambiábamos saliva.

Su verga estaba contra mi pelvis y sus manos en mis nalgas estrujándolas con fogosidad, el beso se prolongaba y Paco me estaba levantando el vestido, por fin alcanzo mis nalgas en directo, mis tangas estaban incrustadas en mi trasero por lo que no interfería con las caricias que con ambas manos me prodigaba y metía los dedos entre mis nalgas tocando mi culito sobre las pantaletitas, me tenia al borde del orgasmo.

Por fin terminó el largo y delicioso beso, no sabía que decirle, solo se me ocurrió decir; -"¿No te da asco besar a tu propia hermana?"-, su respuesta fue contundente, -"Claro que no, seria capaz de besarte cada milímetro cuadrado de tu cuerpo"- sus palabras me excitaban tanto como el ininterrumpido manoseo en mis glúteos. No sabía que decirle e ingenuamente pero con coquetería dije –"¿De verdad lo harías, o solo es una broma?"-, me respondió mientras besaba mis mejillas y bajaba a mi cuello, -"Te lo probaré"-. Tomó mi mano y la llevó al bulto de su endurecida verga de la que me aferré con desesperación para acariciarla comprobando su enorme tamaño, y me dijo -"Te parece broma?"-.

Para entonces hacia intentos por bajarme las pantaletas logrando a medias sus intenciones, escuchamos algunos ruidos que nos trajeron de regreso a la realidad, ¡ahí estaban los empleados!!

Decidimos suspender el cachondeo pero me hizo jurarle que cuando se fueran los empleados continuaríamos y me demostraría que si era capaz de besarme todo el cuerpo, sin soltarle el camote le dije que si, que lo haríamos en cuanto estuviéramos solos, y vaya que tenia ganas de que me lo hiciera y yo poder frotar, besar y chupar su exquisito tolete sexual.

Me beso nuevamente en la boca y sorpresivamente se puso en cuclillas y me bajó las pantaletitas hasta los tobillos, besándome las piernas y mi vellosidad pélvica, me hizo levantar uno a uno los pies quitándome las pantaletas, se levantó y aspirando profundamente el aroma de mis calzoncitos sucios al tiempo que me decía refiriéndose a mi prenda intima, -"Las conservaré en garantía de que cumplirás tu palabra"-.

Asentí con la cabeza y poniendo mi mano de nuevo en su paquete, nos besamos en la boca nuevamente. Le pedí que bajara primero mientras me serenaba un poco, pues me temblaba todo el cuerpo de excitación por el deseo sexual. Mi hermano echo mis calzoncitos en su bolsa del pantalón y salio de la oficina. Me arreglé la ropa y traté de calmarme antes de bajar.

Desde que salí de la oficina y mientras bajaba la escalera me sentía un poco incomoda al no llevar pantaletas, me imaginaba que todos se darían cuenta de ello, pero al mismo tiempo me excitaba la disparatada idea.

Por fin se fue el primero de ellos, Paco y yO nos volteamos a ver con picardía, esperábamos con ansiedad que se fuera el último para iniciar nuestro brindis privado e "inmoral". Lulú me dijo que subiría a su lugar para tomar su bolsa porque ya se pensaba retirar, no le pedí que se quedara, mas bien me urgía que se fuera ella y los demás. Minutos mas tarde Lulú bajó y empezó a despedirse, otro de los empleados aprovechó y también se despedía, quizá irían solos "Por ahí". Solo quedaban dos.

Paco y yO nos habíamos mantenido separados para evitar tentaciones en público, pero ahora nos acercamos y el me tomaba de la cintura, en cualquier momento se largarían y empezaría nuestra fiesta privada. Fueron al baño juntos y en cuanto nos dieron la espalda, Paco posó su mano en mis nalgas acariciándolas suavemente, yo también puse mi mano en se plátano acariciándolo. En cuanto la puerta del baño se cerró, nos besamos en la boca y mi hermano metió su mano por debajo del vestido para acariciar mis glúteos y poner entre ellos su dedo medio tocándome sutilmente mi culito.

Salieron del baño los trabajadores y nos parecía que apenas se habían tardado tan solo un par de minutos, mi hermano sacó precipitadamente su mano de mis nalgas y yo quité mi mano de su verga, me hermano se coloco tras de mi para ocultar su erección, pero al mismo tiempo seguir frotándose contra mi trasero, sin que los trabajadores se dieran cuenta.

Manifestaron su deseo de irse y se apresuraron a recoger sus cosas, aquello hizo que me subiera súbitamente una extraña pero agradable sensación desde mis genitales hasta la cabeza, el gran momento se acercaba.

Por fin se despidieron y emocionada los vi salir y a mi hermano cerrar la puerta con el pasador. En cuantos eso sucedió Paco y yo fundimos nuestros cuerpos y bocas en un estrujante abrazo y beso en la boca, sus manos de inmediato volvieron a mis nalgas y mi mano a su verga. Sin decir nada caminamos entre caricias mutuas rumbo a la oficina. Ya ahí continuamos besándonos y manoseándonos. Paco me dijo que quería brindar por ese momento que seria inolvidable, estuve de acuerdo pero él agregó, -"Pero quiero que lo hagas desnudita"- Me sorprendió pero con gusto lo haría, sin embargo le dije -"¿Toda encueradita?... ¿Quieres verme totalmente desnuda?... ¿Quieres ver encueradita a tu hermana?... Pues desnúdame!!"- le dije mientras seguía frotando su verga.

De inmediato Paco bajó el cierre de mi vestido tirando de él y dejándolo caer al suelo, ya solo estaba en brassiere, en seguida lo desabrochó por el frente y me lo quitó. Ahí estaba yo totalmente encueradita frente a mi propio hermano. No me inhibí, al contrario adoptaba poses que reflejaban el nivel de cachondez que dominaba a mi cuerpo, me mirto de arriba abajo y volvió a abrazarme y besarme en la boca chapándome la lengua y yo a él, mientras sus manos recorrían mi cuerpo por todos lados.

Me pidió que lo dejara admirarme y se retiró unos pasos mientras yo posaba desnuda para él, sacó su teléfono celular y me tomaba fotografías en varios ángulos y poses, incluso empinadita y separándome las nalgas me fotografió el culito, aquello me parecía de lo mas cachondo, que mi mismísimo hermano me fotografiara encuerada me excitaba sobremanera. Se sacó la vergota y la blandía ante mi deseosa mirada, era hermosa, enorme, cruzada por gruesas venas que parecía que le reventarían, estaba circundado y su suculenta cabeza expelía un líquido cristalino por el ojéte, ardía en ganas de chuparla.

Guardo el celular y me abalancé sobre el para tocar al natural y por primera vez aquella delicia que Paco tenia por verga. La tomé en mis manos y le frotaba masturbándole, quería inclinarme para besarla y mamarla, pero Paco me lo impedía pues me besaba el cuello y bajaba a mis chiches para besarlas, chuparlas y darme pequeños mordiscos en los pezones, mientras con una mano me acariciaba las nalgas, con la otra me hacia los honores en mi vulva frotándome el clítoris. Era tal la excitación que guardaba durante todos los días anteriores que no resistí mas y tuve un primer orgasmo entre jadeos y palabras entrecortadas lo único que pude decir con claridad fue –"¡Me estoy viniendo, Paco!"-, mi hermano arreció el frotamiento para darme satisfacción y descargué mi lujuria por primera vez, empapando la mano de mi hermano con mis fluidos vaginales. Aquella fiesta privada apenas empezaba.

Mi hermano estaba que dispuesto a cumplir su palabra y haciéndome girar me besaba la espalda y poco a poco bajaba por ella para llegar a mi trasero. Se arrodilló y besaba sonoramente mis nalgotas y las lamía, mientras yo sacaba la cadera disfrutando cada beso y acariciándome yo misma los senos. Estaba perfectamente conciente que todo lo que habíamos hecho y hacíamos estaba siendo grabado por las cámaras de seguridad, así que cada que podía miraba fijamente a la cámara si ocultar la lujuria en mi rostro.

Bajo a mis piernas besando cada centímetro, luego mis pantorrillas y volvió a subir de la misma forma. Instalado en mis nalgas las separó con ambas manos e incrustó su rostro entre ellas para besuquear ruidosamente mi culito y lengüetearlo intentando introducir su lengua en él. Yo volteaba a la cámara y con descaro manifestaba el placer que me daba mi hermano con su lengua en mi pequeño orificio anal. Luego de un rato me hizo girar y repitió la acción por el frente para rematar besando y chupando mis labios vagina para lo cual me había hecho separar las piernas, yo lo sujetaba por la nuca con una mano y con la otra me friccionaba las chichis. No había por que apuntar mas y solté con intenso placer un segundo orgasmo. Pero mi cachondez lejos de terminar iba en aumento.

Era mi turno de disfrutar de lo mas rico de mi hermano, su divino tolete sexual. Cambiamos de postura, Paco recargó su trasero en la orilla del escritorio y yo de frente a él me puse en cuclillas. Con una de mis manos le tomé el enorme cetro viril, mi mano cerrada no alcanzaba a tocar las puntas de mis dedos medio y el pulgar, su espesor era de llamar la atención y su tamaño colosal invitaba a comérmelo a besos. Empecé por friccionarlo de arriba abajo, teniéndolo muy cerca de mi rostro dándome pequeños golpecitos con el en mis mejillas y después en mis labios poniéndolos de "piquito", mirando a los ojos a mi hermano le planté le primer beso en la punta de la cabeza de su verga, el sonido que produjo resonó en toda la oficina, repetí la dosis una, dos, varias veces, le pasaba la lengua por el tronco bajando hasta sus poderosos güevos lamiéndolos y besuqueándolos y subir nuevamente hasta el glande para lengüetearlo. Así por algunos minutos disfrutando el estar haciendo realidad aquella fantasía que se había convertido ya casi en obsesión.

Por fin el acto culminante del sexo oral tan anhelado, me introduje la cabeza de su verga entre mis labios chupándola con ansiedad y metiéndola lo más posible dentro de mi boca. Mi hermano hacia movimientos de mete y saca, como si me estuviera cogiendo por la boca, su vergota me llegaba hasta la garganta, pero en ese momento no podía introducirla mas debido a su grosor o quizá la precipitación del momento. Mi boca no cesaba de succionar el delicioso cetro sexual de mi hermano, quien nuevamente me tomaba fotografías con su celular, mamándole la sabrosa vergota.

Por momento s me levantaba para besarnos en la boca y chupar nuestras lenguas y luego volver a su hermosura y seguir mamándola. Paco me propuso el "69" y así lo hicimos tendiéndonos en el sofá que se encuentra en la oficina, solo que no en la pose clásica, sino que me monte sobre él en dirección inversa, quedándome su suculento camote en la boca y a él mi sexo, nalgas y culito al alcance de sus labios y lengua.

La excitación que me ocasionaba estarnos chupando nuestras "cositas" me produjo un nuevo orgasmo que descargue en la boca de Paco, quien sorbía sin pudor el néctar que brotaba de mi empapada panochita, me moría de ganas de saborear el esperma de mi hermano, pero deseaba también prolongar esa inolvidable experiencia sexual.

Nos incorporamos y me senté en el vientre de Paco, mis nalgas estaban sobre la tremenda vergota de mi hermano, volvimos a besarnos y le dije, -"¿Me tienes ganas?... ¿Me quieres coger?...- mi hermano asintió de inmediato –"Si te quiero coger"-, agregué –"¿Seguro te quieres coger a tu propia hermana?"-, su respuesta fue contundente –"Si Fanny te quiero coger… Te voy a coger"- y pasando mi lengua por sus labios le confirme, -"Entonces… Cogéme! hermanito… Cogéme bien rico!!... Disfruta mi cuerpo… el cuerpo de tu hermana!!"-.

Él permanecía sentado y yo me le monté dándole el frente, abrí bien las piernas y con mi mano encaminé su enormidad a mis labios vaginales y me fui sentando en ella lentamente, su grosor dificultaba la penetración pero poco a poco mi raja fue cediendo a la presión de mi cuerpo y la cabeza de la ricura de Paco se introdujo en mi sexo.

Ponía mis tetas en la cara de Paco para que me besara las chiches, sacaba la cadera y con ambas manos me abría las nalgas, ello para que la cámara de seguridad captara el momento en que mi propio hermano estaba penetrando su encantadora vergota por primera vez en mi vagina, quedaría constancia, como el momento mas cachondo de mi vida, de que mi hermano me estaba cogiendo.

Seguí empujando mi cadera contra su pene, y éste penetraba un poco mas cada vez, disfrutaba sentir como me iba entrando cada centímetro de verga, hasta que sentí que mis nalgas hicieron contacto con su vientre, ya tenis su sabrosura totalmente dentro de mi sexo. Me enloquecía recordar que esa monumental verga que tenia incrustada en mi cuerpo era de mi hermano.

Dio comienzo el vaivén de su macana en mi vagina, a cada momento arreciaba la intensidad, yo frenética movía mi trasero en círculos y el hacia el movimiento vertical. Intercambiábamos frases balbuceantes casi imperceptibles en las cuales nos decíamos mutuamente lo mucho que nos deseábamos y todo el placer que estábamos brindándonos mutuamente.

Cambiamos de pose y me puso empinada sobre el sofá para cogerme "de perrita" penetrándome con mas facilidad, su vientre rebotaba en mis nalgas produciendo un excitante chasquido, una de sus manos me frotaba el clítoris y la otra las chiches, yo seguía volteando a la cámara mostrando en mi rostro el enorme placer que me daba aquella apetitosa vergota de mi hermano. Me hizo venir nuevamente entre exclamaciones de placer. Mi cachondez no tenia limites y había que aprovechar al máximo esta experiencia, pues siempre se corre el riesgo de que por alguna circunstancia ajena la voluntad sea la ultima vez.

Paco se sentó nuevamente y me le volví a montar, ahora dándole la espalda, quería que la cámara me tomara de frente disfrutando del preciosos cetro viril de Paco. Mirando a la cámara con lujuria hacia sentadillas con esa ricura dentro de mi sexo. Estaba decidida a tenerlo todo en ese mismo día. Sin consultar a mi hermano, me saqué de la vagina su hermosura y dejando caer saliva en ella, con mi mano la encaminé entre mis nalgas y la coloqué en mi culito.

Me senté en ella dejando caer lentamente el peso de mi cuerpo sobre el rico camote de Paco, mi ano se resistía a permitir la entrada del enorme visitante, sin embargo poco a poco fue cediendo y el glande de su sabrosura empezaba a entrar en mi pequeño orificio anal, mi hermano al darse cuenta de mis intenciones empujo su vergota metiendo la cabeza de ella en mi colita y poco a poco fue resbalando por mi recto para alojarse en mi intestino hasta que mis nalgas quedaron asentadas en su vientre.

Tenía toda su vergota metida en mi culito. Quise disfrutar el momento quedándome inmóvil y mostrando a la cámara la enculada que Paco me estaba dando, con una mano abría mis labios vaginales para hacer hincapié de donde tenia metida la verga de mi hermano y con la otra acariciaba sus sabrosos y enormes güevos seguramente bien llenos de leche.

Lentamente empecé a hacer sentadillas, su verga entraba y salía con mas velocidad a cada embate, jadeaba sonoramente de placer diciendo frases alusivas al momento que estábamos disfrutando. Ni yo misma imaginaba por la mañana que todas estas pecaminosas delicias las tendría apenas unas horas después, ahí estaba completamente desnuda siendo penetrada por el culito por la vergota de mi propio hermano. Era sucio pero delicioso, inmoral pero irrefrenable, pecaminoso pero el placer mas sabroso es el prohibido. Y así lo estaba disfrutando, incluso lamentaba no haberlo hecho antes.

Sin sacarme la verga del culo, hizo que me incorporara y me empinó haciendo que me apoyara en el sofá para seguir dándome aquella magistral enculada, sus güevos pegaban en mi vulva a cada entrada para sacarla del ano y volver a meterla hasta el fondo antes de que el culo se pudiera contraer y el choque de su vientre contra mis nalgas producía ese chasquido que mas me excitaba.

-"Que rico me coges hermano… Que rico me coges el culito… disfruta de mi culo… de todo mi cuerpo… Soy tuya!"- eran algunas de las cosas calientes que le decía mientras gozaba mi "pedorrito", él decía que adoraba mi culo, mis nalgas y todo mi cuerpo, que estaba sabrosa y que tenia mucho tiempo de desearme carnalmente.

Otro orgasmo estaba me llegando entre pequeños gritos de placer y le suplicaba que me siguiera cogiendo, -"Cogeme mas Paco… Cogéme el culito que me estoy viniendo… Vente en mi boca Paco quiero comer tu esperma… Quiero sentir la descarga de tu verga entre mis labios… Quiero saborear tu semen… Dame tu leche hermano"- Casi le imploraba mientras disfrutaba el orgasmo a plenitud.

Mi hermano sacó bruscamente su vergota de mi culo y me dijo –"Fanny, me voy a venir hermanita"- Velozmente gire metiéndome la hermosura de mi hermano en la boca succionándola, en instantes Paco empezó a eyacular a borbotones llenando mi boca con su esperma que tragaba para no ahogarme y aun así me sabían a gloria, los últimos chorros ya menos abundantes los conserve en mi boca saboreándolos y mostrándole a mi hermano mi boca llena de su rica leche y ante su mirada la tragué, volví a succionarle la verga para sacarle los últimos residuos de esperma que deguste con infinito placer, bese repetidas veces los güevos y la cabeza de su belleza erótica, haciendo mis labios piquito y muy sonoramente como agradecimiento al enorme placer que mi hermano me había brindado esa tarde. Todo había quedado grabado por la cámara de seguridad.

Me incorporé y nos besamos apasionadamente y largamente en la boca compartiendo los residuos de su leche. Desnudos como estábamos brindamos por el aniversario del negocio, pero principalmente por el aniversario que celebraríamos en esta fecha el año venidero como el primer día en que habíamos gozado del sexo incestuoso y lo llamaríamos "nuestra pequeña empresa de placer incestuoso".

Al día siguiente, al cerrar el negocio repetimos lo hecho, pero en la planta baja, queríamos impregnar el negocio con nuestra cachondez pecaminosa e inmoral, me tomó innumerables fotografías por cada rincón del establecimiento desnudándome y encueradita, en poses de lo mas atrevido e incluso un tanto grotescas, con algunas de las auto partes que vendíamos, y sobre el mostrador. También en cada uno de esos rincones le mamé la verga y me cogió por la vagina y por el culito para culminar tragándome su semen.

Para el lunes siguiente le dijimos a mi madre que ampliaríamos el horario de trabajo por dos horas, pero en realidad las ocupábamos para darnos placer diariamente una vez que cerrábamos el negocio y abríamos nuestra pequeña empresa del placer indecente inventando un sinnúmero de juegos eróticos que disfrutábamos como locos lujuriosos.

FIN

** Cabe mencionar que el presente relato no corresponde a hechos reales, sino es una fantasía creada en mi febril imaginación. Los invito a visitar mi flog en:

www.metroflog.com/sivonne_69