Novio cornudo y sumiso 7
Mi suegro me hizo ser la mujer de uno de sus amigos
Un día estaba con César, estábamos en casa de uno de sus amigos en una reunión, este grupo de amigos de César se me hacía muy aburrido, me gustaba cuando íbamos con sus amigos más cercanos como con Omar quien me cogió delicioso, pero estos amigos de César eran desesperantes, a pesar de que me veían con deseo, me parecían tan insoportables que no me acostaría con ninguno, no me gustaba ni siquiera hablar con ellos.
Estaba escuchando todas las tonterías que decían cuando afortunadamente mi celular sonó, por lo menos unos minutos me distraería de esos tontos. Me alejé del grupo y contesté, no me fijé en quien hablaba pero al escuchar la voz, mi concha se mojó mucho, la voz de mi suegro Ignacio me saludaba.
I –Hola Pamela, ¿Cómo estás?
P –Hola Ignacio, aburridísima con tu hijo y sus tontos amigos, ojala que en vez de estar aquí estuviera en una cama contigo.
I –Yo también traigo muchas ganas de estar contigo, vamos a vernos ahorita.
P –Sí, ¿Dónde te veo suegrito?
Me dijo el hotel donde podíamos vernos, que al tener el número de habitación me mandaría un mensaje para dármelo. Regresé a donde estaban todos, le pedí a César que me acompañara afuera que tenía que decirle algo, todos me preguntaron que si todo estaba bien, les dije que había un problema. César y yo salimos.
C –¿Qué paso mi amor?
P –Tengo que ir a esta dirección.
C -¿Qué hay ahí?
P –Un hotel, tu papá me quiere coger.
C –¿Otra vez vas a estar con él?
P –Sí cornudo y si no te gusta pues ni modo.
C –Pero mi amor.
P –Cállate y llévame, que tengo muchas ganas de ver a mi suegrito.
Les inventó que una tía tuvo un accidente y que me llevaría al hospital pero que él regresaría, nos fuimos al llegar al hotel, me dio un beso muy intenso que duro varios minutos, al sepáranos la acaricié la cara, sonriéndole le dije.
P –Mira cómo te están creciendo los cuernos.
C –Ojala algún día cambies.
P –Eso jamás pasará, nací puta y me voy a morir puta, si no te gusta ya sabes que podemos cortar.
C –Sí no te amará tanto te cortaría, pero no puedo vivir sin ti.
Me baje del carro, subí a la habitación, toqué la puerta y me abrió mi suegro, al entrar otro señor también estaba en el cuarto.
I –Putita, él es Humberto, Humberto ella es Pamela, la putita que tengo por nuera.
H –Vaya Ignacio, te quedaste corto, está mucho más buena de lo que me dijiste.
Mi suegro me hizo darles la espalda, acaricio mis nalgas.
I –Mira Humberto que culo.
P -¿Voy a coger con los dos?
I –No putita, hoy solo serás de Humberto.
Humberto era una persona de lo más normal, lo observe bien tendría como 59 0 60 años, aunque se veía que se cuidaba, no podía ocultar el paso del tiempo. Mi suegro salió de la habitación.
H –Que buena estás.
P –Gracias.
H -¿Quieres tomar algo?
P –No papi, gracias oye ¿tú conoces a mi novio?
H –Sí desde hace muchos años.
P -¿Te importa si le hablo y le digo que estoy contigo? Él sabe que es un cornudo, sabe que me cojo a todos.
Me dijo que le hablara, le llame y lo puse en altavoz.
C –Bueno.
P –Hola cornudo, no estoy con tu papá.
C –¿Con quién estás?
P –Con Humberto el amigo de tu papá.
H –Hola cornudo.
C –Hola señor Humberto.
H –No sabes que cogidota le voy a dar a la putita de tu novia.
P –Cornudo, tenía muchas ganas de cogerme a tu papá pero como la puta que soy me regalo a otro macho, y quiero cogérmelo bien para que le diga a mi suegro que su nuera es una buena puta.
H –Bueno cornudo no sé si mi puta quiera algo más, pero si no mejor colgamos que ya no aguanto las ganas de cogérmela.
P –No mi macho, ya quiero que me cojas, adiós cornudo.
Colgué y Humberto se aventó sobre mí, me besaba la boca mientras acariciaba mi culo. Yo comencé a acariciar su pene, la ropa nos estorbaba y nos desnudamos. Su verga era de un tamaño normal, me hinqué frente a él y se la empecé a mamar.
H –Mámamela puta.
Seguí mamando mi lengua iba de arriba abajo por todo el tronco, después mi lengua paso por sus testículos. Yo ya estaba muy caliente, me pase su pene por toda la cara, mientras lo veía a los ojos y le sonreía, después me la metí en la boca, mi lengua pasaba por todos lados, después lo masturbé con mi boca mientras apretaba mis labios sobre su verga.
Me tomo del cabello y me lo jalaba para que se la chupara más rápido, yo lo hacía lo más rápido que podía, el empezó a gemir muy fuerte, después a gritar su pene palpitaba demasiado, su venida estaba por llegar. Seguí mamando hasta que me llenó la boca de leche un poco salda, pero deliciosa, me tragué todo lo que pude, una parte salió bajando por mi barbilla, me saqué su pito y me limpié con las manos, después me las chupe para no desperdiciar nada.
P –Que rica sabe tu leche.
H –La chupas muy bien Pamela.
Me acosté me abrí de piernas, él se subió en mí, apuntó su verga a mi coño y de una sola vez me la metió toda.
P –Muévete papi, dame tu rica verga.
El comenzó a moverse, sentí como entraba muy profundo. Sus movimientos eran placenteros, mi vagina estaba muy lubricada, su pene se abría paso resbalando y acariciando todo mi caliente interior, yo quería que eso no terminara.
Cambiamos de posición, Humberto se acostó, yo me puse de cunclillas sobre su verga, me dejé caer y entró toda. Empecé a moverme de abajo a arriba, yo gemía, el cuarto ya olía a sexo. Él me tomaba de la cintura para acompañar mis movimientos. Se escuchaban los ruidos de mis nalgas golpeando contra su cuerpo. Así estuvimos un rato, para después volver a cambiar de posición.
Ahora estábamos yo a cuatro patas y él desde atrás arrodillado tomándome de las nalgas, metiéndome fuertemente su verga.
P –Sí dame duro, soy tu puta, cógete a la novia de César.
H –César es un pobre cornudo, que puta tiene.
P –No de el soy su novia, de ti si soy tu puta.
H –Toma puta toma, disfruta mi verga.
P –Sí dámela toda, que buena verga tienes, soy tu puta, no me la saques.
Él seguía cogiéndome muy rápido, nuestros cuerpo golpeaban entre sí mientras se escuchaba el rechinar de la cama. El placer era mucho así que llegué al orgasmo.
P –Me vengo, sigue.
Él siguió cogiéndome, me daba nalgadas mientras su verga entraba fuertemente. Sentía que mi cuerpo estaba siendo cogido por un macho de verdad.
P –Nalguéame más papi, que rico ser tu puta.
H –Tienes un culo delicioso.
P –Mi culo es el de una puta.
Él cada vez entraba y salía más rápido, sus gemidos y gritos se escuchaban muy fuerte, me tomaba de la cintura, sentí como su pene se hinchaba mucho, de repente su leche salió y me llenó la vagina. Al terminar de eyacular se recargo en mi espalda.
H –Que rico te mueves putita.
P –Tú que rico coges, sabes moverte muy bien, eres un verdadero semental.
Me dio una nalgada y se salió de mí, nos vestimos, me dijo que valió cada dólar que pagó por estar conmigo, por lo visto ahora mi suegro me había prostituido. Nos fuimos, el me llevó a mi casa. Al llegar le hablé a mi novio y le dije lo bien que la pasé con el amigo de su papá, él solo escuchaba y no decía nada. No sabía cuánto tiempo iba a aguantar César con todo esto así que tenía que aprovechar al máximo al cornudo de mi novio, sería difícil encontrar a otro como él.