Novia de intercambio 2
Continúo hablando sobre Daniel y el periodo en que su novia estaba lejos
Primero lo primero, que en el relato anterior no puse descripciones físicas... Mido 1.70, piernas considero son mi mi mejor atributo, senos aunque no son muy grandes son redondos y firmes, con pezones pequeños. Digamos que mi trasero no es el más grande que hayan visto pero está bien formado. Mis ojos son café muy oscuro, casi negro, que por alguna razón es lo que más les gusta a las personas, cabello castaño y ondulado, que resalta mi piel blanca. Cómo podrán imaginar no soy la chica más guapa que haya, pero todos coinciden en que tengo algo que llama la atención y una bonita cara y sonrisa también. Por cierto soy de México.
Daniel... como empezar a hablar de él sin mojarme. Mide 1.85, delgado pero con unos músculos muy marcados, de ojos color miel y cabello claro, en ese entonces lo tenía algo largo y se formaban unos rizos que lo hacían ver muy atractivo. Sus facciones eran finas pero era lo que todos podemos decir muy guapo. Y su miembro, era sin dudarlo el mejor que hubiera visto en mi vida, de esos que quisieras fueran un molde y tener para siempre. De unos 23 cm y no muy grueso. Para mí, que estaba acostumbrada penes mucho más pequeños, era algo nuevo y me volvía loca.
Después de unos días de saltarnos las clases para ir a su casa, decidí que debía aprovechar todo el tiempo que su novia estuviera en España. Nos mandamos mensajes sacando nuestro lado más caliente. Todo el tiempo recordaba los orgasmos que me provocó esa primera vez. Al recordarlo siempre terminaba húmeda no podía esperar más, decidí que el fin de semana pasaría todo el tiempo que pudiera en su cama. Llegó el viernes y lo busque en uno de los salones donde tenía clase y le di un beso a manera de saludo, le pregunté si tenía planes para ese día y respondió que tenía tarea pendiente pero si quería podíamos ir a su departamento. Enseguida le tomé la palabra, avisé en casa que saldría a una fiesta y pasaría la noche en casa de una amiga.
En el camino yo no paraba de pensar en esa verga que quería tener dentro de mí. Le acercaba mis nalgas cada que podía y notaba como empezaba a responder, en cada roce sentía como iba poniéndose más y más dura. Al llegar al departamento no espere y me quite la blusa, baje mi pantalón y quedé en tanga y un bralette negro que dejaba notar la dureza de mis pezones. Daniel que no esperaba verme con tan poca ropa tan rápido, se abalanzó hacia mí y besaba mi cuello, me tomaba del culo y lo apretaba, yo mientras tanto empezaba a quitarle la ropa sin importar que estuviéramos en el comedor, su pene estaba marcandose en sus boxers dándole un aire de lo más apetecible que puedan imaginar, lo recargue en la mesa y me arrodille para poder saborear esa verga que tanto anhelaba. Lo bese encima del boxer y empecé a quitárselo, de inmediato su erección estaba frente a mis ojos, se me hacía agua la boca y mi vagina estaba muy húmeda. Recorrí todo lo largo de su pene con la punta de la lengua y al llegar a la cabeza me entretuve como si tuviera una paleta, él soltaba ligeros gemidos y me decía, y"sé que te la quieres comer entera", así que abrí mi boca y la metí lo más adentro que pude, que bien sabía y llegaba hasta el fondo de mi garganta, yo dejé que me tomara del cabello y guiará los movimientos, deje que penetrara mi boca a su antojo, cada vez estaba más mojada y solo esperaba que me hiciera suya otra vez. Después de unos minutos de disfrutar en mi boca su dureza me levanté y me jaló para besarme, su lengua recorría lo boca deseando más y más, mientras bajaba sus manos a mis nalgas y movía mi tanga, con una de sus manos me acariciaba la concha que ya estaba empapada y esperando ser penetrada. Con la otra mano sacaba mi pecho del bralette y pellizcaba mis pezones, sin dejar de besarme introdujo uno de sus dedos en mi vagina, yo gemí y lo besaba con más ganas, metió otro dedo y los movía de modo que yo estaba loca de placer, lamía mis pezones y los mordía, yo empecé a gemir aún mas fuerte y me dijo "no te lo voy a meter hasta que me ruegues". Le ayude a quitarme el bralette, mis pechos quedaron a su entera disposición, él con una mano los tomaba y besaba, con la otra seguía teniendo sus dedos dentro de mí. Yo gritaba y me retorcía de esas maravillosas sensaciones, no aguantaba más y le pedía por favor que me hiciera suya, que necesitaba esa verga muy adentro. Me provocó un gran orgasmo solo con sus manos, pero yo quería más, así que sacó sus dedos de mí, me arranco la tanga y me cargó, me recargó en la mesa y sin más dejó ir todo su miembro, grite de placer una vez más y eso lo puso más caliente, me besó y me dijo al oído, "sabía que eras una putita que quería esto", no supe por qué pero esas palabras me prendieron muchísimo, así que le contesté "sólo soy tu puta".
Sus embestidas eran muy fuertes, yo estaba a punto de venirme por segunda vez pero me dijo que aún no me iba a dejar hacerlo. Entonces me volteo y me obligó a recargar el torso en la mesa, que como estaba fría me causo una sensación increíble, tenía todo mi culo a su vista y disposición, me tomó del cabello y lo jaló, de acercó a mí de nuevo y me dijo, "ahora sí vas a saber cómo me cojo a las putas como tú", me abrió las piernas y me penetró sin piedad, como su verga era más grande que las que había probado antes me saco algunos gritos de dolor, que poco a poco fueron convirtiéndose en verdaderos gritos de placer, mis piernas temblaban y el roce de mis pezones en la mesa era de lo más rico. Con la primer nalgada vino un pequeño orgasmo y conforme me daba nalgadas más fuertes mis piernas cada vez resistían menos, estaba al punto del orgasmo cuando me dijo, que ya iba a terminar, yo apreté más para darle más placer y así poder terminar juntos, sentir su semen caliente dentro mío es lo mejor que puedo recordar de esas épocas.
Cuando terminamos, no nos molestamos en recoger nuestra ropa, llenos de sudor y fluidos decidimos bañarnos juntos. La noche apenas empezaba y nosotros todavía teníamos ganas de más.