Novatadas en la residencia universitaria

Tenia 18 años, y tras un verano increíble después de un curso muy duro y la selectividad, me encontraba haciendo las maletas para marcharme a la que sería mi nueva ciudad para estudiar. Sentía unos nervios incontrolables por lo que me esperaría allí, ya que finalmente decidí alojarme en una residenc

Tenia 18 años, y tras un verano increíble después de un curso muy duro y la selectividad, me encontraba haciendo las maletas para marcharme a la que sería mi nueva ciudad para estudiar. Sentía unos nervios incontrolables por lo que me esperaría allí, ya que finalmente decidí alojarme en una residencia universitaria y todos tememos a las famosas “novatadas”.

Nada más llegar, tras pasar por la recepción de la residencia, eran los propios veteranos los que nos explicaban cosas de la residencia y nos acompañaban a nuestras nuevas habitaciones. Aquí fue cuando conocí a Carlos, era mi veterano, un año mayor y era guapísimo, no puede evitar quedarme embobado al verlo. Aunque desde hace tiempo estaba confuso acerca de mi sexualidad este chico atraería a cualquier ser humano. Era muy alto, probablemente 1,90, pelo negro, unos ojos verdes que hipnotizan y unos labios carnosos. En cuanto a su cuerpo, aunque no se le veía el típico musculitos de gimnasio, pero se notaba que estaba fibrado.

Mientras me acompañaba a la habitación tuvimos una pequeña conversación, pero me sorprendió la confianza con la que se dirigía a mi.

Carlos: Que tal? Nervioso?

Yo: Bastante, pero supongo que es normal, son muchos cambios,

Carlos: No te preocupes, todos estamos así nuestro primer año. Por cierto ¿qué vas a estudiar?

Yo: Odontología

Carlos: Como yo, que casualidad! Ya tienes a alguien que te pase los apuntes.

Yo: Pues no sabes que alivio porque la universidad me da un miedo terrible.

Carlos: Suele pasar al principio. ¿Y practicas algún deporte?

Yo: Si, la verdad que juego mucho a baloncesto.

Carlos: Guay! Ya nos echaremos unas canastas. Mira, ya hemos llegado a tu habitación

Tras un vistazo rápido, la verdad que estaba bastante bien aunque algo pequeña

Carlos: Sé que ahora te parecerá algo pequeña, pero no sabes la guerra que se puede montar en esas camas.

Yo: ¿Cómo?¿A que te refieres?

Carlos: Como se nota que eres novato, ya lo comprenderás. ¿Tienes novia?

Yo: Que va

Carlos: Mejor, porque en esta residencia no duraríais mucho. Bueno te dejo que te vayas instalando,  si necesitas algo, mi habitación está al otro lado del pasillo. ¡Ah! Y acuérdate que a las 6 comenzamos con las presentaciones, nos vemos!

Cuando se fue, comencé a reflexionar sobre lo que me había dicho. Olvidé mencionar que se trata de una residencia mixta e igual por eso se refería a lo de la cama. La verdad es que me alegró porque aunque no tenga clara mi sexualidad, no me había ido mal con las chicas. Me considero un chico guapo, soy bastante alto, moreno, soy delgado y algo fibrado y en cuanto al rabo tampoco me puedo quejar, 18 cm, y aunque tampoco tuviese un largo historial sexual, he tenido mis batallitas.

Cuando llegó la hora de las presentaciones, me puse más nervioso ya que tocaba conocer al resto de veteranos y novatos. Esa amabilidad con la que me recibió Carlos ya no estaba, ahí estábamos todos los novatos como presas para los veteranos. Nos hablaban con gran autoridad y debíamos hacerles caso. Comenzaron a hacernos pruebas, que aunque eran ridiculizantes, nos ayudaron a todos a perder la vergüenza.

Sin embargo, las novatadas duraban dos semanas y acababan de comenzar. Carlos, desde el primer momento la tomó conmigo, me obligaba a beber demasiado y me ordenaba muchas pruebas. En una de ellas me obligó a quedarme en calzoncillos y darme vueltas por todas las plantas de la residencia. Aunque se reía a carcajadas mientras lo hacía notaba como me miraba todo el cuerpo, ya la verdad que no sabía por qué pero me gustaba.

Una noche de novatas, nos llevaron a todos a una discoteca, yo había bebido demasiado, como siempre por obligación de Carlos. Estaba descontrolado y esa misma noche me lié con una de las novatas. Esto pareció no gustarle mucho a Carlos, ya que en época de novatas estamos sometidos a celibato. Cuando volvíamos hacia la residencia, Carlos me dijo que me pasase por su habitación ya que me iban a sancionar por haberme saltado las reglas.

Cuando me dirigía a su habitación, seguía algo borracho y además algo cachondo por la chica con la que me lié y aunque me daba algo de miedo la sanción, ya estaba acostumbrado a las putadas de Carlos.

Llegué a su habitación y llamé a la puerta

Yo: ¿Puedo pasar?

Carlos: Claro, creo que tienes algo que explicarme

Al entrar me sorprendí al ver a Carlos, iba en calzoncillos, llevaba unos Calvin Klein bien apretados marcando un gran bulto que no dejaba nada a la imaginación, además pude ver que tenía unos abdominales bien marcados. Inconscientemente comencé a ponerme cachondo, y un bulto comenzaba a crecer entre mis piernas. Me puse algo nervioso.

Yo: Pf si, no era mi intención liarme pero es que con todo el alcohol que bebo no pude controlarme.

Mi bulto seguía creciendo y ya no sabia como esconderlo y al parecer se percató.

Carlos: Veo que aun sigues cachondo eh pillín.

Yo: Pf que vergüenza, no se que me pasa!

De repente ví como el comenzaba a sobarse el paquete. No se como aguantó la tela del bóxer porque eso no dejaba de crecer. De repente se sacó el rabo y me dejó boquiabierto, era un pene enorme, eran mínimo 20 cm, tenía un capullo bien gordo y era venosa, además no tenía ni un pelo.

Tras ver eso no pude controlarme y me lancé a comérsela. Aunque era mi primera vez con un rabo pareció gustarle pues no dejaba de gemir.

Carlos: Te gusta mi rabo, eh novato?

Me cogió de la cabeza y comenzó a follarme la boca. No sé como me las ingenié para coger aire por que su rabo me ocupaba toda la boca.

Carlos: Joder como me estás poniendo, sigue chupándomela!

Le hice caso cuando de repente se ensalivó un dedo y me lo introdujo en el ano. Yo me queje de dolor pero poco a poco fue moviéndolos causándome placer. Siguió follandome el culo con los dedos hasta que llegó a meter 3.

Carlos: Novato, suelta mi rabo y ponte a cuatro patas

No dudé en hacerle caso ya que me lo tomaba como una prueba más de novatas y al parecer, el también, en ese momento, comenzó a lamerme el culo. Me lo comió de tal manera que nunca antes había experimentado ese placer

Carlos: ¿Estás preparado novato?

Yo: ¿Para qué?

De repente, escupió sobre su polla y comenzó a presionar su glande sobre mi culo. Sentía muchísima presión sobre mi ano que comenzaba a abrirse. Notaba como me partía en dos y sentía un gran dolor.

Yo: Para por favor duele mucho!

Carlos: No seas llorica novato, haberlo pensado antes de saltarte las normas.

Consiguió que entrara entera y se quedó quieto para que se adaptase mi culo a su polla. Poco a poco comenzó a moverse transformándose ese dolor en placer y se puso a darme fuertes embestidas y empecé a tener sensación de querer mear. El ritmo de sus embestidas comenzó a ser tan fuerte que sentía que me iba a correr sin ni siquiera tocarme. La verdad es que se notaba que era un gran empotrador.

Yo: DIOOS ME CORROO!!

Comencé a soltar trallazos de leche qué me llegaron a la cara. Mientras me corría, los espasmo de mi ano parecieron gustarles a Carlos.

Carlos: Uf novato que culo tienes vas a hacer que me corra en nada.

Al rato noté como la respiración de Carlos aumentaba y sus gemidos eran más altos hasta que gritó y comencé a notar disparos de leche en mi culo y 4 o 5 disparos inundaron mi ano preñándome.

No podía creer lo que acababa de pasar. Era la primera vez que lo hacía con un chico y la verdad es que me encantó.

Carlos: Novato, tienes un culo que hace maravillas.

Yo: Tu herramienta no se queda atrás.

Carlos: Ya sabes lo que te espera cuando rompes las reglas, espero que no las vuelvas a incumplir. Bueno, aunque si lo haces tampoco me importaría,

Yo: Si esta es mi sanción no puedo esperar a volverlas a incumplir.

Carlos: Venga novato lárgate. No te olvides que aun quedan muchos días de novatadas por delante.

Esa noche me fui de su habitación con el culo abierto, un gran placer, y el descubrimiento de que también me gustan los hombres. Sin duda, triunfé!

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