Nosotros, lorena y su amiguito mulato

Continuamos día a día con nuestra convivencia con nuestra estudiante en casa y con nuestras aventuras con ella pero además este fin de semana se agregó con el animo de estudiar un amigo de ella...

Enero-13 Este pasado fin de semana.

Se acabaron las fiestas navideñas y todo debe volver a la normalidad. Para nosotros el día a día es excitante porque como relaté en su momento tenemos a Lorena de huésped estudiante en nuestra casa.

Ella se había ido a su casa a pasar las fiestas navideñas con sus padres pero el día 7 de enero estaba de vuelta. La encontramos hasta más guapa y atractiva después de unos días de ausencia por lo  que mi mujer y yo le hicimos un gran recibimiento para celebrar el año nuevo con ella.

Lorena cada día nos sorprende más y cada noche disfrutamos de una forma diferente de nuestra relación íntima con ella. Isabel y yo, Daniel, nos hemos hecho un poco esclavos de nuestras aventuras con ella. Nuestro morbo lo alimenta esta chica de una forma fantástica, abriéndonos cada día a más posibilidades en nuestra mente.

Lorena con sus 24 años está en la plenitud de la vida y nosotros con nuestros 48 años, ambos, disfrutamos sin prisa pero sin pausa. Es curioso como cambia nuestra mente ya que aunque mi mujer y yo siempre disfrutamos del sexo, desde que abrimos nuestra mente a otras personas, y sobre todo, desde que tenemos esta chica en nuestra casa integrada entre nosotros, la líbido funciona de una forma especial.

Con ella los momentos en el sofá por las noches siempre son especiales. Igualmente estamos Isabel y yo en el sofá y viene y nos da un beso profundo a cada uno y nos dice que se siente perfecta con nosotros, como le dice a mi mujer que la acaricie y acaban realizando un lésbico espectacular, como me pide a mi que bese todo su cuerpo lentamente ó en muchas ocasiones nos pide que hagamos el amor delante de ella ya que le satisface mucho masturbarse mientras nos ve. Como digo nunca hay aburrimiento y siempre una ración extra de cariño y morbo.

El pasado sábado al mediodía nos informó que vendría a casa un compañero de la universidad para preparar unos temas de los parciales que tienen ahora próximamente. Acostumbraba a juntarse con algún chico ó alguna chica ya que así se ayudaban mútuamente y resolvían mejor sus dudas. Por este motivo y siendo ya habitual no le dimos importancia.

Por la tarde, después de comer. y dado el frío que hacía, Isabel y yo decidimos alquilar una película de video y Lorena se encerró en su habitación con los libros por la gran cantidad de materia que tenía que preparar.

Hacia las 5 y media de la tarde, sonó el timbre y Lorena fue a abrir ya que llegaba su compañero de estudios. Nosotros seguíamos concentrados en nuestra película por que ellos se fueron directamente a la habitación sin nosotros visualizar al nuevo estudiante.

Terminó la película, preparamos un café y me dirigí a su habitación para invitarles a compartir un descanso y una taza de rico capuchino con nosotros. Llamé a la puerta y giré la manilla al escuchar la voz de Lorena diciéndo adelante. Se levantó su compañero y nuestra amiga hizo las presentaciones. Samuel se llamaba el chico, de una apariencia y educación tan envidiable que hasta a mi me llamó la atención. Con  origen senegalés de sus padres, él había nacido en España hacía 21 años, alto 1,75, delgado pero atlético, unos labios pronunciados, su pelo rizado y unos ojos grandes y expresivos que parecían querer salirse de sus órbitas.

Fuimos para el salón donde Isabel ya nos esperaba con el café preparado e hicimos la presentación respectiva. Me di cuenta como ella lo había recorrido con sus ojos según él se sentaba en el sofá y observé la mirada de complicidad que establecían mi mujer y Lorena expresando la agradable apariencia de aquel muchacho. Muchas veces habíamos fantaseado mi pareja y yo con la aventura de un chico de color en nuestra cama. Tenemos un concepto de igualdad infinito con todas las razas pero sí es verdad que lo que resulta diferente en aspecto nos atrae.

Estuviemos conversando un rato mientras degustábamos el café y el momento resultaba muy agradable. Mi mujer y Lorena fueron a la cocina a un gesto de la primera para hacer algún comentario conjunto. Luego Isabel me comentó que habían hablado sobre el chico y que nuestra huésped le comentó que había tenido una noche de pasión con él unos días antes de navidades. Lorena acostumbraba a comentarnos todas sus intimidades pero no sabíamos que ese era el chico con el que había disfrutado en aquella noche. Cuando ellas regresaron y se sentaron de nuevo en el sofá yo notaba que Isabel se comía a aquel jovenzuelo con los ojos. Se había sentado a su lado y lo trataba como el mejor anfitrión que habíamos tenido invitado. Lorena por su parte se había sentado a mi lado y disfrutaba viendo a mi mujer tan animada  sabiendo del morbo de nuestras fantasías con un chico de color. El se reía con nosotros pero se notaba que por su juventud también se sentía algo cohibido a nuestro  lado. Como siempre en Isabel destacaban sus pechos metidos en aquel ajustado y escotado jersey por lo que tampoco al chico le pasaba desapercibida la visión cada vez que ella le servía más café o le ofrecía una pastita. Lorena y yo notábamos como a ella le había salido su instinto provocador cuando algo le seduce, y veíamos cuando él mostraba su amabilidad diciendo gracias, como ella le pasaba la mano por su espalda diciéndole que disfrutara de lo que le ofrecíamos.

Yo deseaba que allí pasara algo por el morbo que me estaba dando ver a mi mujer al lado de aquel chico. Deseaba que ella  se lanzara encima de él, pero a la vez veía a Lorena muy impasible. Cosa no muy habitual en ella cuando una situación le provoca.Por ello y pasado un rato decidieron que debían seguir con el estudio.

Mi mujer se vino a mi lado y me preguntó acariciando mi entrepierna si la visión que había tenido me había puesto caliente. No tuve que responderle ya que ella misma notó en su mano el volumen de mi pantalón. Nos fuimos a nuestra habitación con mucho sigilo ya que la habitación de Lorena está enfrente de la nuestra y comentando que no podríamos hacer ruido nos pusimos a hacer un 69 fantástico. Solo se trataba de masturbarnos mútuamente para eliminar nuestro calentón. Yo noté en mi cara como el sexo de mi mujer estaba empapado por la situación que se había producido con aquel chico. Ella gozaba de mi lengua recorriendo sus labios vaginales, su clítoris y su culito y yo con la suya lamiendo perfectamente mi falo totalmente endurecido. Estábamos completamente en silencio pero disfrutando con toda nuestra pasión. Pero en medio de nuestros rozamientos y para nuestra sorpresa escuchamos un gemido sordo procedente de la otra habitación. Nos dijimos: Están follando, ya que ese gemido procedía de la garganta de Lorena. Eso nos puso como enloquecidos y provocó que mi mujer se metiese mi polla en la boca con tal fragor que hizo que estallase en un brutal orgasmo lanzando todo mi líquido conta su garganta. Al notarlo ella, sentí como sus caderas empezaban a contonearse en mi boca y con un par de bajos gemidos, ví como ella también alcanzaba un orgasmo. Inmediatamente concentré mi oído en la otra habitación y ahora si escuché más claramente jadeos. Isabel me quedó mirando muy viciosamente mientras sacaba de su mesilla un vibrador.

Mi respuesta fue automática e impulsiva. Levanté a mi mujer de la cama, la besé agarrándola de la mano y la llevé en dirección a la habitación de enfrente. Ella intentó tirarme hacia atrás pero en ese momento ya había abierto la puerta y contemplábamos como tirados en la amfombra, Samuel degustaba el coñito de nuesta amiga Lorena. Se quedó mirando con sorpresa levantando su cara y observándonos desnudos. Yo le indiqué que continuara que queríamos disfrutar a su lado pero la mejor aliada para que no se inhibiese fue Lorena, que cogiendo su cabeza la empujó de nuevo hacia su coñito.

Yo me estiré en la cama en la mejor posición para una buena visión, pero Isabel mientras el continuaba su buena labor con nuestra amiga, comenzó a acariciar su espalda, abandonando sus manos en todo su cuerpo. La sensación debió ser buena para Samuel que se acomodó en otra posición para dejar hacer mejor a mi mujer. La visión era de escándalo con las dos chicas de piel clara con aquel muchacho de piel oscura. Se dejó acariciar por la dos mujeres hasta que ambas a la vez sacaron sus lenguas para lamer aquella oscura y dura tranca. Yo me acariciaba y mi polla comenzaba a ponerse semidura de nuevo pero disfrutaba de voyeur. El no paraba con sus manos mientras sentía los sensuales lametones y acariciaba sin parar los cuerpos de las chicas. Se le veía morboso acariciando los pechos de mi mujer a la vez que cerraba sus ojos para disfrutar. Fue en ese momento cuando Lorena mirándolo fijamente le dijo: Fóllatela que lo está deseando desde que se sentó a tu lado en el sofá. El chico no se hizo esperar y poniéndola a 4 patas le clavó aquel palo largo en el sexo de mi mujer. Ella empezó a gemir desde el primer momento que lo sintió. Lorena deslizó su cuerpo por debajo de los suyos y continuó lamiendo los huevos del chico y el clítoris de mi mujer. Aquella escena era impresionante y yo estaba disfrutando viéndolos. Isabel me miraba con los ojos desencajados mientras el aceleraba ó deceleraba el ritmo para no correrse rápidamente. Escuché como Isabel alcanzaba otro orgasmo mientras Samuel agarraba con fuerza sus caderas. Se desencajó de él y Lorena lo tumbó boca arriba con aquella asta mirando al cielo. Se la acarició un par de veces y agarrando a Isabel la sentó encima de él. Le espetó: Disfrútalo que otros días ya lo tendré para mí. Ella acomodó su cuerpo encima  y empezó un sube y baja delirante. Lorena cogió el vibrador que mi mujer había llevado en su mano y untándolo perfectamente con vaselina comenzó a jugar con él en el culito de Isabel. Yo estaba totalmente empalmado de nuevo y con ganas de volver a correrme con aquella visión pero solo quería mirar. En unos minutos estaba mi mujer empalada por el muchacho y por el vibrador en su ano. Comenzó a gritar con placer mientras se sentía doblemente penetrada y yo estaba a punto de estallar.

Lorena se había convertido en la dominante de la situación pero se veía que también disfrutaba viendo como Isabel gritaba como una perra mientras engullía aquellos dos aparatos. Ella nos dijo: Quiero que os corráis los tres a la vez. La respuesta del mi mujer y del chico fue inmediata. El agarró con fuerza sus tetas y vi como el blanco de sus ojos resaltaba todavía más cuando aquella polla empezó a estallar en el coñito de mi mujer. Ella jadeaba mientras llegaba a un orgasmo grandioso. Lorena viendo como yo estaba a punto de estallar también se acostó a mi lado abrió sus piernas y me dijo al oído: Lanza toda tu leche encima de mi coñito empapado. Tuve una corrida brutal viendo aquel agujerito abierto con sus manos y observando como Isabel besaba al chico totalmente agradecida.

Nos levantamos y los 3 comenzamos a acariciar y besar a Lorena por todos sus rincones. Nos decía que quería estallar con todas nuestras lenguas en su cuerpo. Estaba ardiendo y nosotros queríamos agradecerle la follada de aquel chico a mi mujer. La besábamos y rozábamos y no tardó en empezar a gemir notando en nuestras bocas como aquel cuerpo se tensaba para recibir la llegada de una magnífica explosión de placer.

Nos quedamos abrazados los 4 un buen rato. El chico confesó que había disfrutado muchísimo. Los animamos a seguir estudiando cada día con la misma intensidad y que si tenían dudas nunca dudaran en consultárnoslas.

gracias a los lectores

Dannyx