Nos vemos

Nos fundimos en un largo beso. Mientras mis manos recorren tu cuerpo y tu recorres el mío. Mis manos bajan a tu sexo y lo acarician sin prisa muy lento una y otra vez

Nos vemos.

Hace un día de perros, monto en mi coche, pongo el GPS y me dispongo a ir a una primera cita.

Como siempre en estos casos la incertidumbre me embarga, pues no sé más que como eres por el telegrama y las fotos, pero no he hablado contigo. En el largo viaje tengo tiempo para pensar. He salido a las siete más o menos y llegaré sobre las 10.  El viaje es tranquilo, no corro mucho que hay que ahorrar combustible y tenemos hasta las siete por lo menos para estar juntos. Como la visita es en tu casa pues tú ya estarás ahí preparándolo todo y preparándote tú.

Los kilómetros van pasando y ya estoy muy cerca, mi corazón se acelera y la sangre va más deprisa de lo normal. Ya estoy en tu barrio, saco el móvil y te llamo. Estoy un poco nervioso, tu voz me calma y me dispongo a subir. Por fin nos vemos de cerca, sabes que habrás de estar desnuda ante mí, aunque hoy te puedo permitir que estés en ropa interior. Te doy dos besos y te aprieto en un abrazo.

Nos sentamos frente a un café. Yo lo tomo solo y sin azúcar. Así que ahí estamos. Hablamos de todo un poco y por fin nos acercamos. Te digo que te pongas en posición de rodillas. Paso mi mano por tu pelo, lo acaricio. Paso mis dedos por tu boca y dejo que los chupes. Te pido que te desnudes. Lo haces y te digo que te pongas en la posición de inspección. Mis manos recorren tu cuerpo y notan que estás muy caliente y muy mojada.

  • ¿Estás tranquila?, ¿bien así?

  • Si señor estoy bien.

  • Muy bien, quiero que participes, haremos un encuentro normal, ya jugaremos a la tarde. Tienes permiso para actuar libremente. Ahora, bésame.

Nos fundimos en un largo beso. Mientras mis manos recorren tu cuerpo y tu recorres el mío. Mis manos bajan a tu sexo y lo acarician sin prisa muy lento una y otra vez. Tú buscas mi polla y la sacas de su escondite y a la vez que yo te acaricio tú haces lo mismo.

  • Donde tienes la cama.

  • Ven por aquí.

Nos tumbamos en la cama yo ya desnudo, me he desnudado frente a ti sin prisa, pausadamente. Miras mi polla y tus ojos brillan, mientras tu boca se abre separando los labios. Esos precios labios que en breves instantes acogerán mi polla entre ellos. Pero aún es pronto, mi mano sigue acariciando tu coñito. Lo pasa lentamente de arriba abajo y de lado a lado, muy despacio, notando tu excitación, notando el momento, sintiendo tu cuerpo.

Había pensado mandarte poner el huevito, pero te quiero así, que tu cuerpo reaccione como es. Sigo acariciándote y tú sigues meneando la polla, notando como crece más y más, como cada vez está más y más dura.

Tras unos interminables minutos, dejo tu coñito y mi mano va a tu pezón, lo aprieto entre mis dedos como si fuese un pellizco, lo suelto y lo acaricio. Lo vuelvo a apretar y bajo otra vez mi mano a tu coñito para volver a acariciarlo muy lento en toda su extensión. Nuestras bocas se juntan, tú buscas más rapidez en mis dedos y yo aún no quiero darte esa rapidez. Tu boca me pide más marcha, quieres que te toque, y yo, aún no he decido tocarte. Sigo con mis caricias y voy a tu pezón perforado, lo acaricio sé que te duele y lo aprieto muy flojito. La ansiedad y el dolor te hacen abrir la boca. Bajo la mía a tu pezón y lo chupo, paso mi lengua sobre él calmando el dolor. Sigo acariciando tu coño, busco tu clítoris y lo acaricio con la yema de mi dedo, tú das un respingo y suspiras.

  • ¿Te gusta, estás gozando? ¿Qué quieres?

  • Hummm méteme los dedos, por favor.

  • Aún es pronto.

  • Baja, chúpame la polla y ponme el coño en la boca.

Haces lo que te digo y tragas mi polla con ganas. Por mí parte saco mi lengua y con su punta voy acariciando tu clítoris. Poco a poco tus jugos van bajando hasta mi boca y los saboreo, me gusta hummm me da vida.

Tú metes mi polla en tu boca hasta el fondo, es gordita y piensas que puedes con ella. Por fin lo consigues, has tocado mi vientre con tu nariz. Sales muy lento y vuelves a entrar, tienes que acostumbrarte a ella. Yo sigo con la punta de mi lengua en tu coño, mueves el culo, quieres más rapidez.

Absorbo tu clítoris y lo chupo muy lento mientras mi boca lo atrapa. Esto hace que tu boca se trague toda mi polla y que el moviendo de tu cabeza acelere. Estoy a punto de correrme, pero consigo aguantar. Te meto un dedito en el culo, lo meto y saco lentamente. Tú ya estás a punto, empiezas a correrte y mi boca se llena con tus jugos. Los trago lentamente pero mi lengua no para y tú sigues corriéndote hasta botar sobre mi boca. Entonces me separo de ti, te dejo disfrutar del orgasmo, meto una almohada bajo tu cintura y te penetro en la postura del misionero.

Mi polla entra en ti muy lento, estás muy mojada y entro hasta el fondo. Vuelvo a salir y esta vez mi capullo se queda al principio de tu coño entrando y saliendo despacio. Tus ojos están vidriosos y llenos de placer y tu cara resplandece como un día de sol. Te muerdes los labios y yo sigo con mi capullo muy lento muy suave. Abres la boca y lentamente voy metiendo mi polla hasta el final muy lento, hasta tocar fondo. Noto como se inunda tu coño y saco otra vez mi polla muy lento para volverla a meter. Tú gimes y yo te sujeto por las caderas y empiezo a follarte muy, muy deprisa hasta que explotó dentro de ti. Mi polla se pone muy dura y toco con su punta tu útero.

Tú al notar mi corrida, me agarras del cuello y, poniendo tus piernas en mi espalda, te corres mientras me comes la boca. Nos abrazamos aún unidos y te digo.

  • Ahora ya puedes ser mi sumisa.

  • Gracias Señor.

Espero que os guste, creo poder seguirlo, así que si os va bien, lo continuaré.

En mi correo podéis dejar vuestras ayudas si os va bien.