Nos vamos de vacaciones
Un viaje familiar se convirtió en algo más.
NOS VAMOS DE VACACIONES
Después de un par de años de vacaciones en la playa y un par de años en un camping, mis padres decidieron alquilar una casa rural muy cerca de Avila.
Ellos están cerca de los 50 años. Yo me llamo Carlos y soy adolescente, mi hermana se llama Laura y es algo menor que yo.
Estábamos en esa edad del pavo que es difícil de llevar para mis padres, por lo que decidieron que fuéramos a un lugar más tranquilo en nuestras vacaciones.
Después de dos horas de viaje llegamos a la casa rural.
Sacamos el equipaje y nos instalamos. La casa tenía una habitación de matrimonio y dos más pequeñas para nosotros. Una cocina que no era excesivamente grande ni pequeña. Lo malo fue cuando vi que solo había un baño para los tres.
-Pues da gracias de que al menos tenéis una habitación para cada uno, me dijo mi madre. Si no, te hubiera tocado dormir con ella en una litera.
En eso tenia razón.
No teníamos que preocuparnos de la limpieza de la casa, solo de lavar los platos y los cubiertos. Los dueños se encargaban de cambiar todos los días las sabanas y las toallas.
La casa rural tenía hasta piscina y todo. Después de hacer la digestión nos dimos un agradable baño.
Mi madre se puso un bikini rojo y mi hermana uno azul. Yo opté por un bañador verde oscuro y mi padre quiso bañarse desnudo, pero mi madre no le dejó.
-Ya no tienes cuerpo para eso, le dijo riendo, además podría verte alguien.
Pasamos un día relajado después del cansancio del viaje y de dejar todo el equipaje.
Yo me acosté pronto y mi hermana se fue a leer a su habitación. Mis padres se quedaron en el salón viendo la tv.
Estaba intentando dormirme, cuando oí unos ruidos que venían del salón.
Bajé las escaleras, las habitaciones estaban en el piso superior, y me detuve unos escalones antes de llegar abajo.
Allí estaban mis padres. Los dos desnudos, con mi madre encima de mi padre. Desde donde estaba podía verles de perfil. Estaban comiéndose a besos mientras mi madre lo cabalgaba despacio, pero con ansia. Se agarraba a sus brazos para impulsarse. Sus grandes tetas botaban con cada subida y bajaba. Mi padre pasó a besar sus pezones y luego bajó a sus nalgas acariciándolas mientras follaban.
No era la primera vez que los había pillado haciéndolo. Desde que a mi madre se le retiró la regla lo hacían mucho. Alguna vez mi padre, sin decírmelo directamente, me había comentado lo contento que estaba con mi madre.
Al parecer a mi madre le había subido la libido con la menopausia y lo hacían varias veces a la semana. Casi como una pareja de recién casados.
Seguí mirando mientras lo hacían. Ahora mi padre acariciaba los muslos gruesos, pero no excesivamente gordos de mi madre. Se recreaba en ellos y subía hasta la unión del muslo con la cadera y luego se detenía unos segundos en sus nalgas y vuelta a empezar.
Mi madre echaba la cabeza hacia atrás, muerta de placer. Esto hacia que sus tetas se levantaran brevemente hasta que volvía a dejarse caer y entonces volvía a besar a mi padre.
La visión de aquello hizo que empezara a rozarme el glande a través de los calzoncillos con mi dedo índice mientras mis padres seguían follando.
Mi polla no tardó en ponerse morcillona.
Vi como mi madre empezaba a acelerar la cabalgada. Los gemidos de mi padre fueron en aumento y entonces el también echó la cabeza hacia atrás.
Estaban a punto de llegar al orgasmo.
Recuerdo la primera vez que los escuché hacerlo. Entonces tenía once años y no sabia exactamente que era aquello que oía.
Luego con los años, descubriría la masturbación y que podía sentir algo parecido a que los ellos sentían cada vez que lo hacían.
Un día al comienzo del bachillerato, un amigo me habló del sexo y que era aquello por lo que todos los adultos perdían la cabeza.
Me dijo que aquello era mejor que cualquier paja que pudiera hacerme y que cuando tuviéramos edad, nos iríamos de putas para probarlo si aun no teníamos novia.
Volviendo al presente, al intentar incorporarme en la escalera, hice un ruido y mi padre se giró en dirección a ella. Pude esconderme a tiempo detrás de un saliente que había en la columna junto a la escalera y así no me vieron.
Cuando retomaron el polvo, subí despacio y me acosté en mi cama. Miré al techo y les oí correrse. Pero no me toqué. Esa noche no.
Pronto tendría la oportunidad.
Un par de noches después, mis padres prepararon una cena bastante abundante. Habían planeado salir a hacer una ruta al día siguiente.
-¿No quedamos en que estas vacaciones serían tranquilas y no haríamos ninguna ruta ni nada parecido? Dije yo.
-Tu padre quiere que hagamos actividades en familia. Siempre estáis con la tablet o el móvil tu hermana y tu y no tenemos tiempo apenas que pasar todos juntos.
-Mamá tiene razón. Dijo mi hermana. Será una buena oportunidad de pasar un día todos juntos.
-Pues nada, apuntó mi padre, venga, todos a cenar y así tendremos energía para mañana por la mañana.
Después de cenar mis padres se quedaron viendo la tv en el salón. Yo intenté leer pero pronto me venció el sueño y tuve que dejar el libro a medio leer y subir a mi habitación a acostarme.
Como casi todas las noches me costaba dormirme. Al ser una casa rural en medio de la sierra no tenía aire acondicionado y pese a hacer al menos diez grados menos que en Madrid me resultaba difícil conciliar el sueño.
Estaba mirando de nuevo al techo cuando oí los ruidos tan familiares.
Mis padres se habían puesto a hacerlo de nuevo.
Al poco vi una sombra en el umbral de la puerta. Era mi hermana que al parecer tampoco podía dormir.
-Oigo unos ruidos que vienen de la habitación de papá y mamá. ¿Tu sabes que están haciendo? ¿les pasa algo?
-No, tranquila, le dije haciendo un gesto para que se acercará y se sentara junto a mi en la cama. Papá y mamá están haciendo ejercicio.
Los gemidos iban en aumento.
-¿Puedo dormir contigo esta noche? Me preguntó Laura acobardada.
-Si, claro cariño. Acuéstate aquí. Abrí el cajón de la mesilla y saqué unos tapones que llevaba por si me bañaba en el mar, pero servirían igual para tapar los sonidos de mis padres.
Yo no me puse tapones, aunque la caja traía varios, y pude escuchar los últimos gemidos que dieron mis padres al llegar al orgasmo.
Esto hizo que mi polla se empinara al máximo.
Mi hermana dormía como una bendita con su espalda separada de mi pecho. Yo no me di cuenta al principio, pero después ella se había acercado lo bastante para estar a un centímetro de mi. No sé que pasó por mi cabeza, pero lo que hice entonces fue una locura o al menos eso pensé entonces. Me abracé a ella y comencé a frotar mi polla contra el inicio de su culo.
Estaba tan excitado que no podía parar de hacerlo. Era mi hermana, mi sangre, pero el echo de que aun resonaran los gemidos de mis padres llegando el orgasmo en mi cabeza, hizo que siguiera así, frotando mi polla erecta contra el inicio de su culo.
No duré mucho y pronto estallé en un tremendo orgasmo que hizo que derramara todo mi semen acumulado en los calzoncillos.
Me separé avergonzado de mi hermana y me quité el calzoncillo pringado de semen. Mi glande aun rezumaba algo de semen caliente.
Me limpié como pude con unos clínex y dejé que mi hermana siguiera durmiendo a mi lado y yo me giré al otro lado de la cama para darla la espalda.
Al día siguiente me levanté cansado. Aunque había dormido bien, me sentía un poco sucio por dentro.
Bajamos a desayunar mi hermana y yo, recordar que había dormido conmigo.
No nos dijimos apenas nada en el desayuno. Mis padres solo miraban sus tazas de café humeante y mi hermana y yo nuestros vasos de leche con cacao y nuestros bollos.
Después de desayunar, mi padre fue el primero en dejar el comedor. Como solo teníamos un baño como sabéis, teníamos que ducharnos por turnos.
Cuando terminó mi padre, avisó a mi hermana y esta dejó las cosas en la pila y se fue a ducharse.
-Luego lo frego, no os preocupéis.
Nos quedamos solos en la cocina mi madre y yo y aproveché para decirle:
-Podríais cortaros un poquito. Menuda noche nos disteis. Laura tuvo que dormir conmigo y le puse tapones para los oídos. Le dije que estabais haciendo ejercicio y menudo ejercicio.
Mi madre se limitó a sonreir pero no dijo nada. Se levantó y dejó las cosas en la pila y se puso guantes y comenzó a fregar también las cosas que había dejado mi hermana.
Después de terminar, se agarró a mis hombros desde atrás y se agachó y me plantó un beso en la mejilla.
Se quitó los guantes y salió del comedor derecha al baño. Ella también se ducharía supuse.
La excursión se suspendió. Cayó una enorme tormenta que hizo que tuviéramos que quedarnos en casa.
Como no pudimos salir, aprovechamos para hacer otras cosas y preparamos la comida. Una ensaladilla rusa y pastel frio de pescado. La casa rural preparaba comida, pero andábamos algo justo de presupuesto según dijeron mis padres antes de alquilar la casa y prefirieron preparar ellos la comida.
Son las 6 de la tarde, hace bastante calor para ser Avila. Y más después de la tormenta que cayó por la mañana. Ahora a nadie le apetece ir de excursión. El terreno estará encharcado.
Estoy leyendo en el sofá mientras mi padre esta fuera tumbado en la hamaca y mi hermana esta sentada al borde de la piscina con las piernas metidas en el agua.
En eso que aparece mi madre en ropa interior en el salón. Lleva un sujetador bastante bonito y como bragas un tanga metido por la raja del culo, como sabéis que son los tangas.
Anda de aquí para allá rebuscando algo.
-¿Qué buscas mamá? Le pregunto.
-Mis gafas de sol. No se donde las dejé.
¿Piensas salir a la piscina en ropa interior? Pienso para mi.
Se agacha con el culo en pompa y se pone a rebuscar entre los cojines del sofá que tengo al lado. Dejo de leer el libro y me pongo a admirar su culo. Tiene celulitis pero joder, que pedazo de culo tiene la hija de su madre. No para de moverse de un cojín a otro y el movimiento de su culo y sus tetas me está poniendo a cien.
Entonces se pone a buscar en el sofá en el que estoy sentado. Se pone enfrente mío a rebuscar en ese cojín sin esperar a que me levante.
Mi polla se ha puesto a cien y más al tener sus tetas en mi cara.
Entonces se para y deja la mano metida en el hueco entre cojín y cojín. Saca las gafas de sol y se las pone en la cabeza. Se da la vuelta hasta la puerta de la terraza y echa las cortinas mientras mi padre y mi hermana siguen a lo suyo.
Cuando vuelve se agacha frente a mi y sin darme tiempo a reaccionar, me baja el pantalón y el calzoncillo y libera mi polla erecta. Sin dejarme decir nada se mete la polla en mi boca y empieza a chupármela.
-Joder mamá. ¿Qué haces?
-Chuparte la polla, cabrón, que estoy todo el día como una perra en celo.
Solo que no suena así ya que tiene todo mi rabo en su boca. No sabía que tuviera tan buenas tragaderas.
Para un momento y se baja el sujetador dejándome ver sus tetas.
Joder no puedo más. No me esperaba esto y me voy a correr enseguida. Quiero disfrutarlo más, joder piensa en otra cosa. No, no quiero ver tus pezones….
Cierra los ojos. Nooooo. Mamá, joder, me corrooooooo.
Estallo en su boca. Parece que suelte litros de leche en su boca. Se derrama por sus labios y la muy zorra relame la lengua para tragárselo todo.
Se incorpora agarrándose a mi pierna derecha. Se sube el sujetador tapándose la tetas. Me deja ahí, en el sofá con la polla perdiendo su erección.
Se gira y cuando se dispone a marcharse pega su culo en mi cara.
-La próxima vez quiero follarte hijo. Me dice antes de andar hasta la puerta de la terraza y salir a la piscina.
Me voy al baño y me pego una ducha rápida para limpiar las gotas de semen que aun han quedado en mi glande.
Salgo a la piscina y me reuno con ellos como si no hubiera pasado nada.
Esa noche mis padres, como no, vuelven a hacerlo.
Mi hermana vuelve a mi habitación. La invito a dormir conmigo. Yo vuelvo a intentar dormirme mirando al techo.
Mi polla está erecta de nuevo. Ella ahora esta durmiendo girada hacia mi. La miro y cojo su mano derecha con la mía después de quitarme el calzoncillo. Agarro mi polla con su mano y comienzo a subirla y bajarla por mi tronco.
Ah, ah, ah, empiezo a gemir bajito. Estoy haciéndome una paja con la mano de mi hermana moviéndola con la mía. Creo que estoy enfermo. Pero es mi madre la que me ha puesto enfermo. En realidad, mis padres, por no dejar de hacerlo todos los días.
Sigo un poco más y espero a que coincida mi orgasmo con el suyo.
Agarro las incipientes tetas de mi hermana, y me recreo en sus pezones.
No duro mucho más. Sigo subiendo y bajando con su mano en mi polla hasta llegar al borde del orgasmo.
Oigo a mis padres correrse y acelero el ritmo hasta que termino yo también.
Siiiiiiiiiii, me corro como loco en mi tripa.
Limpio mi semen de la tripa y de la mano de mi hermana. Le doy un beso en la boca y me vuelvo para el otro lado a dormir.
Pasan dos días y salimos de excursión como habíamos planeado aquella vez.
Mi padre se encuentra con dos compañeros del trabajo de los no que tenia ni idea que estarían también por Avila de vacaciones. Decide quedar con ellos para jugar un partido de tenis un par de días después.
Nos habíamos quedado solos en casa mi madre, mi hermana y yo.
Mi madre anda por casa como estos días, solo en ropa interior.
Yo me dedico a mirarla de refilón cuando pasa delante mío. Me parece que esta cada día mas buena.
Ya se que no debería decir esto de mi madre, supongo que todos los hijos decimos lo mismo en estos relatos, pero en este caso era la pura verdad.
Estaba leyendo en el sofá y mi hermana no sabía donde estaba. En eso que mi madre volvió a aparecer. Esta vez llevaba un bikini puesto y un pareo en sus caderas. Su culo se bamboleaba de un lado a otro hasta que salió a la piscina. Se estuvo bañando un buen rato y luego salió del agua.
Volvió a la casa y se dirigió de nuevo hacia mi. Me hice el tonto hundiendo la cabeza en el libro. En esto que me levantó el libro y me obligó a mirarla a la cara.
Sus tetas bajo el bikini y mojadas aun, se movían mientras cogía el libro y lo lanzaba a un lado del sofá.
En esto que se quitó el pareo y se sentó sobre mi. No me esperaba para nada que hiciera eso y me puso muy nervioso.
-Tranquilo cariño, me dijo. Vamos a relajarnos ahora que tu padre no está.
Empezó a restregarse sobre mi. Se frotaba contra mi paquete y me estaba poniendo a cien, pero igual que cuando la mamada no hice nada para impedirlo.
Acabó desnudándose y desnudándome a mi.
Mi polla erecta apunta a su cara. Me besa apasionadamente. No me deja que le coma las tetas.
-Aun no cariño. Espera un poco más.
Sigue besando y me coge un dedo, lo chupa y se lo pasa por el coño masturbándose. Luego acaricia el clítoris con el hasta que noto que está húmeda.
-Ummmmm, ahora si cariño, ahora cómeme las tetas.
Torpemente, como puedo se las como.
Después de un rato que ella considera adecuado, se levanta sobre mi y me coge la polla y se la metiendo despacio, hasta que le entra toda.
-Joder mamá, que esto no está bien, le digo con un hilo de voz.
-Tu si que no estas bien si no te follas este cuerpo, me dice.
-Pero eres mi madre.
-Como si fueras el primer hijo que se folla a su madre, me dice.
-¿Qué?
-Tu amigo Luisito se empezó a follar a su madre cuando tenía menos años que tu, me dice.
-¿En serio? ¿Quién te ha dicho esa mentira?
-Él mismo, joder, cállate ya y fóllame.
Le hago caso y como puedo empiezo a empujar hacia arriba mientras ella se la clava.
-Ah, ah, ah, joder mi niño, sigue así, fóllame más, más fuerte, siento tu polla pero no lo suficiente. Clávamela más.
Obedezco como puedo, el sofá es bastante cómodo y me hundo en el con el peso de mi madre.
No puedo evitar pensar en como follan mis padres casi todos los días y que a mi madre aun le queda deseo para seguir haciéndolo.
Seguimos un rato más así, es muy satisfactorio sentir tu polla dentro de un coño sin nada más que la piel entre los dos, madre e hijo. Cuando vea a Luisito le voy a decir que porqué no me lo contó, que se follaba a su madre.
Entonces mi madre me agarra la cabeza y me da un beso tremendo con lengua y empieza a acelerar el ritmo. Sube y baja como loca. No puedo resistir mucho más. Voy a correrme en breve y parece que ella también porque en ese momento me dice:
-Córrete dentro, cabrón. Córrete.
-Si mamá, me correré dentro, seré bueno, siiiiiii.
Justo en ese momento mi madre pone un gesto de sorpresa y levanta la cabeza.
Mi hermana ha aparecido justo detrás de nosotros y se queda parada con un gesto igual de sorpresa que mi madre y da un gritito.
Mi madre se queda mirándola pero sigue subiendo y bajando sobre mi hasta que acabamos corriéndonos los dos. Se mesa el pelo y baja el ritmo hasta que termina parándose y mi hermana no se va de detrás de nosotros.
Entonces mi madre, muy tranquila, se sale de mi y con su coño goteando mi semen se va detrás de mi hermana que echa a correr y mi madre me dice:
-No te quedes ahí parado y ve tras ella.
Mi hermana se encierra en el baño y yo voy tras ella también desnudo y empiezo a golpear la puerta del baño para que salga.
Continuará……………
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