Nos vamos a la playa

Los cuatros amigos ponen rumbo a unas vacaciones que serán muy divertidas. Allí conocen a Roberto y Carlos, dos empleados del hotel en el que se hospedan. Noche de fiesta les esperan a estas dos parejas.

Nos levantamos todos tan animados que decidimos pasar el ultimo fin de semana en la playa. Entre Adolfo y yo llamamos a un hotel y en vez de reservar dos habitaciones, pedimos una para los cuatros.

Cuando llegamos el hotel era una pasada, pero la habitación era lo más. Tenía hasta jacuzzi. Ni nos lo pensamos, nos desnudamos y nos metimos los cuatro en el. Nuestros cuerpos con el roce y el calor de agua empezaban a estar contentos; comenzamos a tontear cuando llamaron a la puerta.

Yo salí del jacuzzi, me puse el albornoz y abrí la puerta. Joder menuda sorpresa nada más que abrir. Me tope con un botones que vamos ni los dioses del Olimpio.

Nos traía las maletas. Entro a la habitación.

Yo: ¿Chicos estáis visibles? Tenemos visita. Dejad lo que estéis haciendo. (Lo decía porque la última imagen que tenía era que Gonzalo se había puesto a mamarles la polla a estos dos)

Me puse a buscar algo de dinero para darle de propina al chaval. Cuando alce los ojos al espejo y pude ver que el botones no dejaba de mirarme el culo con cara de deseo. Hice un movimiento para abrirme más el albornoz y que este pudiera verme con más detenimiento.

Yo: Aquí tienes chaval. Y gracias por subirnos las maletas.

Botones: Saliendo de la ensoñación. Ehhh, perdone. Gracias para eso estamos y si puedo servirles en otra cosa. Me llamo Roberto.

Yo: Encantado Roberto, me llamo Felipe; y el resto son Ángel mi pareja, y Adolfo y Gonzalo que también lo son.

Roberto salió de la habitación mirando hacia el fondo para ver si podía ver a los otros tres salir del jacuzzi. Cerré la puerta y volví con los chicos.

Yo: joder como esta el botones. Además creo que le va el rollo, porque no ha dejado de mirar mi trasero mientras buscaba algo para la propina. Creo que es hora de salir de ahí e ir a la playa. Después habrá tiempo de pasarlo bien.

Ya en la playa Gonzalo y yo estábamos planeando como insinuarnos al botones sin que pareciésemos unos desesperados. Queríamos darle una sorpresa a nuestras parejas; ya que Roberto les iba a encantar.

Cuando llegamos al hotel allí estaba aquel adonis. Gonzalo y yo fuimos a preguntarle que qué se hacía en Torremolinos y por donde se salía y cuál eran los mejores sitios de ambiente.

Roberto nos miró a los dos y guiñándonos el ojo se acercó y nos dijo al oído, que el salía sobre las 00.00 que si queríamos esperar que él mismo nos los enseñaba. Perfecto le dijimos los dos.

Joder parecía que nuestro plan había salido bien.

Terminamos de cenar, subimos a arreglarnos y aprovechamos para tomarnos unas copas en el hotel esperando a que saliera Roberto.

Adolfo y Ángel: Chicos a que estamos esperando, la noche en Torremolinos nos espera.

Nosotros: Tranquilos chavales que os tenemos una sorpresa. Nos va a acompañar Roberto, el botones, a conocer la noche.

En eso estábamos cuando llegó Roberto con uno de los camareros del hotel. Nosotros nos quedamos con los ojos como platos. Los dos venían con unas camisetas ajustadas al cuerpo y con vaqueros ajustados en los cuales se le marcaban el paquete y el culo.

Roberto: perdonar que traiga compañía. Este es Carlos, mi pareja. Nos conocimos trabajando aquí. El es el camarero que os ha atendido en el restaurante.

Pues nada los seáis listos para quemar la noche de Torremolinos.

Nos lo estábamos pasando también los seis que no nos dimos cuenta de la hora, estaba casi amaneciendo cuando pusimos rumbo al hotel. Los seis íbamos bien contentos. Roberto y Carlos nos dijeron que no había prisa que al día siguiente libraban y que tenían todo el día por si queríamos conocer algo más de Torremolinos.

Roberto y Carlos: Chicos nos tomamos la última en nuestra casa. Está a unos pasos de aquí. O si queréis os acompañamos al hotel.

Yo: Estaría bien eso de la última copa, que os parece chavales. Pero mejor en vuestra casa, no os queremos poner en ningún compromiso con el hotel.

Roberto: Tranquilo, si vamos con vosotros al hotel no hay problemas. Además Carlos sabe donde hay bebidas y nos pueden salir gratis las últimas copas. Y por lo del hotel no te preocupes, allí nos cubrimos las espaldas unos a otros y lo que no son las espaldas.

El comentario de Roberto nos hizo gracia y todos nos echamos a reír. Pues nada rumbo al hotel.

Entramos en la habitación, Carlos vino cargado con botellas del mini bar. Parece que aquello no iba a terminar hasta el día siguiente. El alcohol y el calor de la habitación ya estaba haciendo el efecto deseado.

Gonzalo y yo: Chicos aquí hace demasiado calor, nosotros vamos a ponernos cómodos. Vosotros podéis hacer lo que os venga en gana.

Allí estábamos los seis en gayumbos, bebiendo y riéndonos. Ángel se me acercó y me dijo que joder que como estaban Roberto y Carlos; que si lo habíamos planeado Gonzalo y yo. Yo le dije que había invitado a Roberto y que Carlos había sido la sorpresa que él nos habría preparado.

Adolfo: Ángel me quieres acompañar a la ducha yo necesito una ducha fría. Tengo demasiado calor. En esto de que Carlos les dice que si puede acompañarlos que el también tiene calor.

Gonzalo y yo nos fuimos al jacuzzi. Gonzalo le dio la señal a Roberto. Ya no podíamos ocultar nuestras erecciones. Y menuda polla que gastaba aquí Roberto. 20 cm, gorda y con uña venas que pufff. Yo ni me lo pensé en medio de la habitación me agaché y empecé a mamar aquella polla. Mire hacia arriba para ver si lo estaba haciendo bien, pero Roberto ya se había puesto a manar la polla de Gonzalo, que por la cara que ponía; lo debería estar haciendo de puta madre.

Desde él baño también se podían oír los gemidos. Allí también se había formado la fiesta.

Gonzalo: Chicos salid del baño y veniros a la habitación que queremos disfrutar de las vistas.

Joder y que vistas, si Roberto tenía buena polla la de Carlos era para echarla de comer aparte; 21 cm de polla un poco más fina que la de Roberto. Ni nos lo pensamos, pusimos a los dos en medio de la habitación y  nosotros cuatro nos pusimos a comérselas.

Todos queríamos probar aquellas dos fantásticas pollas.

Carlos y Roberto: tranquilos chicos que tenemos todo el día.

Nosotros seguíamos a lo nuestro cuando vemos que los cuerpos de estos dos de tensionan y empiezan a llenarnos la cara de su leche. Joder aquello parecía un surtidor. Carlos soltó como ocho trallazos y Roberto tampoco se quedó atrás.

Allí estábamos los cuatro lamiéndonos y recogiendo lo que podíamos con nuestras lenguas y bocas. Al rato se nos unieron ellos dos porque querían saborear su semen de nuestras bocas.

Carlos: Chicos os toca a vosotros.

Y allí estábamos los cuatro recibiendo dos bocas en nuestras pollas hasta que no pudimos más y nos corrimos. Ellos si que estaban cubiertos de leche. Gonzalo y yo ni nos lo pensamos nos unimos a ellos para recoger todo aquel manjar. El desayuno ya nos lo habíamos tomado. Pero aún quedaba más.

Hay seguíamos los seis, la habitación olía a macho y a sexo del bueno.

Decidimos irnos a pegar una ducha. Roberto se fue con Gonzalo y Carlos con Adolfo. Mientras que Ángel y yo hablábamos de nuestras cosas.

Ángel: la verdad que esto de abrirnos a nuestro amigos es lo mejor que nos puede pasar. Nunca había disfrutado del sexo como hasta ahora. Bueno contigo siempre, pero es que estás nuevas experiencias.

Todos estábamos duchados, desnudos y tumbados en la cama. Seguíamos con nuestras copas. Roberto llamó al servicio de habitaciones para que nos subieran algo de comer; la verdad que necesitábamos recuperar fuerzas.

Después de comer seguimos hablando y Carlos y Roberto nos contaron cómo se habían conocido y nosotros pues les contamos algo. Yo empecé a hacerle caricias a Carlos y poco a poco iba subiendo la mano hacia su polla. Ángel me miró y empezó con Adolfo. Aquello no podía acabar con unas simples mamadas. Queríamos sentir esas pollas dentro de nosotros.

Esta vez cambiamos, Ángel y Gonzalo se fueron con Roberto y Adolfo y yo nos quedamos con Carlos.

Adolfo se tumbó y Carlos se le puso encima para que le comiera la polla. Mientras yo debajo se la comía a Adolfo, de vez en cuando dejaba a un lado la polla y le comía el pedazo de culo a Carlos. Menudos chillos pegaba el cabron cuando mi lengua atravesaba su agujero y Adolfo le hacía un buen trabajo por delante.

En una de estas giré la cabeza y me encuentro a Gonzalo de rodillas recibiendo polla en su boca por los dos pasos, primero se la metía Ángel y luego Roberto. Mientras el se tocaba despacio.

Yo volví a lo mío a darle placer al culo de Carlos.

Habíamos cambiado de postura, ahora Carlos le comía todo el ojal a Adolfo y este me comía la polla.

Adolfo: Carlos prepárame bien que a Felipe le estoy preparando para que me folle bien.

Y así hicimos pusimos a Adolfo sobre la cama en 4. Yo preparado para darle polla por detrás y Carlos por enfrente. Comencé con un mete y saca despacio para que se fuera acostumbrado a tener semejante pollon dentro de su boca. Después le metí caña, y veía como Adolfo se metía la polla hasta el fondo y porque no podía más que sino se metía hasta los huevos. Yo de vez en cuando me recostaba sobre Adolfo y entre los dos nos comíamos ese rabo.

Carlos: Joder chicos, quiero probar el culo de Adolfo que se le ve un buen tragón. Quiero entrarsela de una y que vea las estrellas.

Yo me tumbe en la cama para estar más cómodo y facilitar que Adolfo me la comiera bien. Y desde esa postura tenía la imagen de los otros tres.

Allí estaban ya a punto de follar. Gonzalo cabalgaba la polla de Ángel y Roberto le daba polla a los dos alternativamente.

Yo: Roberto tío dales polla pero por el culo a los dos que mira que lo están deseando. Menuda cara de vicioso tenía Gonzalo. Mira que le gusta disfrutar al cabron.

En una de esas Roberto se sienta y dice a Gonzalo que lo cabalgue como estaba haciendo hace un rato con Ángel. Y así lo hizo al principio puso cara de dolor porque se la metió de un golpe; pero pasados unos minutos  volvía a estar gozando. Ángel por su lado vino hacia nosotros se agachó por detrás de Carlos y empezó a hacerle una comida de ojete.

Ángel: Roberto me ha dado permiso de que nos lo podemos follar así que; te lo estoy preparando para que le des una buena follada.

Y eso hice me levante, lo recosté sobre Adolfo para facilitarme el poderlo follar. Y de una le introduje los 19cm de polla. Pego tal grito que Gonzalo dejo por un segundo de cabalgar a Roberto.

Al final se acercaron a nosotros porque Roberto quería ver cómo se follaban a su novio.

Gonzalo se puso de pie con las piernas abiertas sobre estos dos, para facilitarme así que yo sé la pudiera comer. Ángel se puso delante de Adolfo y Carlos para que se la comieran a él y Roberto se apartó de la escena sentándose en una butaca para ver la escena como si de una película porno se tratara.

Roberto: Tíos sois lo puto más. Mira que hemos hecho casi de todos, pero vosotros sois unas putas maquinas. Me voy a correr no aguanto más.

Deje de follar a Carlos y me fui hacia Roberto quería que me diera de beber. En esta que viene detrás de mi Gonzalo. Y allí los dos tirados en el suelo recibimos los trallazos de la polla de Roberto. Después fue mi turno, quería que Roberto y Gonzalo tuvieran una ración de leche más. Y por último fue Gonzalo quien nos la dio a nosotros. Nos metíamos la lengua entre los tres para ver cuánta leche nos robábamos de nuestras bocas.

Carlos por su parte se había corrido dentro de Adolfo y Ángel lo había hecho en su boca. Por otro lado vimos que Adolfo se había corrido sin tocarse y había manchado la colcha de la cama.

Nos volvimos a duchar, recuperamos algo de fuerzas y nos despedimos de nuestros nuevos amigos.

Carlos y Roberto: Chicos ha sido un verdadero placer y si volvéis por Torremolinos ya sabéis que hotel tenéis que reservar. Hasta pronto chicos.

Nosotros después de esa noche llena de verdadera lujuria nos quedamos dormidos juntos en la misma cama.