Nos preocupaba la sexualidad de nuestros hijos

Somos dos matrimonios preocupadas por nuestros hijos y su sexualidad, y la solución nos abrió nuevas puertas.

NOS PREOCUPABA LA SEXUALIDAD DE NUETROS HIJOS

Es curioso que una madre como yo tenga que preocuparse por la vida sexual de su hijo de 21 años, pero estábamos preocupados, Juan es un chico excelente, buen estudiante, gran trabajador pero faltado de amigos por su timidez, lo que en definitiva le cerraba muchas puertas, y con las chicas, la cosa se acentuaba.

Como padres habíamos hecho un montón de intentos, todos fracasados, invitábamos a casa a todos los amigos que tenían una hija de edad similar para ver si se atarían, pero el siempre reaccionaba igual, cenaban de lado pero no decía nada, como solucionar esto?

La solución que se le ocurrió a mi marido me pareció un poco atrevida, se trataba de contratar a una prostituta para que sin que el supiera que lo era, lo desvirgara, pero no resultó, los anuncios que contestamos resultaron ser personas que tenían poco tacto o gente muy rara, tuvimos que descartar este sistema.

Nuestros amigos Ana y Pedro tenían un problema similar, su hijo de 22 años tampoco parecía haber estado nunca con una mujer, es curioso que cuatro padres estuvieran preocupados por la vida sexual de sus hijos, pero por lo que estábamos preocupados es por las actitudes ante la vida.

Con Ana nos veíamos muchas tardes ya que ambas teníamos una jornada laboral de mañanas, recuerdo perfectamente la conversación de aquel día:

Yo no se cual es tu opinión, pero algo tenemos que hacer con nuestros hijos, dijo Ana

Si, estamos de acuerdo en esto, pero ya no se que hacer, sabes que lo hemos probado todo y no ha servido de nada

Entiendo que la solución tiene que pasar por nosotras, y si esto significa un sacrificio, aceptarlo

No te entiendo, Ana, que quieres decir?

Mira, lo he comentado con Pedro, a él le parece bien, ahora solo falta que a ti también.

Explícame por que no entiendo nada, le dije

Sabes que no conseguiremos a una mujer para que se acueste con nuestros hijos, pero estamos dispuestos a hacer un trato, yo me acuesto con tu hijo si tu haces lo mismo con el nuestro

Como podía pedirme esto?, con Ana había mucha confianza, y ella sabía perfectamente que jamás fui infiel a mi marido, era una madre y esposa ejemplar, nunca dí a nadie que hablar, y ahora me proponía acostarme con su hijo?, evidentemente mi respuesta fue clara y concreta, no !

Me pidió disculpas por la propuesta que entendí como algo pensado en la desesperación y yo no le dí mas importancia

Evidentemente se lo comenté a mi marido por la noche, en principio le pareció una idea abominable (palabras textuales) y dejamos el tema aquí.

Pasó más de una semana sin que tocáramos el tema ni pensáramos en ello, hasta que un día me dijo:

He estado pensando en lo que te dijo Ana, tu que crees?

Yo?, respondí, pues lo mismo que tu dijiste, es una idea abominable, como voy a acostarme con otro hombre siendo una mujer casada?, sabes que siempre te he sido fiel y nunca dejaré de serlo, pero tu que piensas?

Pues que quizás sea la solución, pero su tu crees esto, no sigamos con el tema

Estaba desconcertada, como se atrevía?, me enfadé mucho con el y dejamos el tema.

Aquella noche me costó mucho dormirme, mi mente daba vuelas sobre el tema, estaba indignada pero cuando al fin concilié el sueño, mi inconsciente me jugó una mala pasada y tuve un sueño erótico donde Ana me estaba ofreciendo a su hijo y yo me lo follaba mientras mi marido, Ana y Pedro nos miraban. Me desperté completamente mojada, por primera vez después de 30 años tuve la necesidad de masturbarme ya que mi marido se había ido a trabajar.

Durante todo el día estuve como despistada, por un lado me sentía excitada por mis pensamientos pero por otra me sentía mal en pensar aquello y en cierto modo haber engañado a mi marido aun que fuera solo en sueños, pero jamás había sentido una excitación tan fuerte, a media mañana me encerré en le lavabo del trabajo y volví a masturbarme, después de treinta años sin hacerlo lo había hecho dos veces en un día.

Pero la cordura volvió a mi mente y el tema pasó retomando la normalidad.

Había pasado dos meses de esto que Ana volvió a comentar el problema de nuestros hijos, se disculpó por el comentario que me hizo, yo las acepté, me preguntó si se lo había dicho a mi marido, le dije que si y también los comentarios que me hizo y el posterior enfado por que el lo veía bien.

Así que tu marido no lo ve mal?, me dijo con una cierta sonrisa

No continué con el tema y desvié la conversación por temas menos agrestes, pero ella siguió con temas sexuales interrogándome y confesándose a la vez, no sabía que ella era tan fogosa, me enteré que follaba cada noche, nosotros lo hacíamos solo dos veces por semana y creía que era mucho, me explicó cosas de su vida sexual anterior a su marido y yo me vi obligada a hacer lo mismo, claro que sin tanta experiencia, total en mi vida me había acostado solo con tres hombres y ella me duplicaba esta cantidad.

La conversación me dejo algo caliente pero esta vez tenía a mi marido para calmar mis ansias, él me preguntó a que se debía tal fervor y le confesé la conversación que habíamos tenido lo que derivó en un interrogatorio, tuve que repetirle casi palabra por palabra lo que dijimos, evidentemente el sabia que no me conoció virgen y que algo de experiencia tenia, pero sus preguntas derivaron en mi vida anterior haciendo que le explicase algunos detalles que él desconocía, mas por cierto corte a explicárselo que por falta de confianza.

Quizás queráis saber alguna cosa de estas, pues bien, el que me desvirgó fue mi primer novio, nuestro sexo no era precisamente explosivo, incluso llegue a pensar que era frígida ya que si bien no era una carga hacer sexo, tampoco sentía una especial inclinación, una vez lo dejamos (mejor dicho, lo dejé yo por que había conocido a mi segundo novio) descubrí realmente el sexo y el placer que conlleva, me estrenó el culo, empecé a chupar su polla y él mi coño, incluso prácticas mas atrevidas ya que le encantaba follar en sitios donde pudieran pillarnos, con él lo hice en la playa, en un aparcamiento, estoy segura de que tuvimos muchos mirones, uno seguro era el vecino de su piso, ya que siempre quería hacerlo con la ventana abierta y las sombras en el piso de enfrente eran delatadoras.

Continuemos, a partir de este día no pasó nada a reseñar hasta que fuimos a cenar y mi marido se puso cariñoso (cosa que me encanta), cuando fuimos a recoger el coche en el parking me agarró fuerte y me subió la falda, estaba claro que lo que quería era follarme allí, y yo le dejé por que no tenía muchas armas, ni ganas, de impedírselo. Me subió la falda por encima la cintura y colocándome encima del capó, bajó mis braguitas y me folló a lo salvaje, he de decir que no es mi manera favorita pero en determinados momentos sentirte deseada así da mas morbo que una hora de precalentamiento. Estaba algo intranquila por si alguien nos pillaba, no es lo mismo que te encuentren en esta situación a los 20 años que a casi 50, pero era tarde y nadie pasaba por allí, creo que esto en cierto modo nos decepciono ya que ambos esperábamos algo, después de corrernos no dejó que me volviera a poner las braguitas y subí al coche mientras notaba que la leche bajaba por mis piernas, pero antes de llegar a la cabina de peaje me dijo "Fíjate bien en las pantallas que tiene este señor", ya lo creo que me fijé, y también en la mirada que nos hizo, una pantalla era exactamente el encuadre perfecto para no perderse detalle, le preguntó si ya sabia aquello y me dijo que si, le hice una sonrisa de complicidad.

Creo que todo aquello dinamizó nuestra vida sexual, cada día andábamos mas calientes y ya no follaba solo un par de veces a la semana, lo hacíamos casi cada día, eso si, me pedía muchas veces que le contara cosas de mi exnovio, si encontraba una buena historia acababa con un buen polvo, la verdad es que a pesar de que solo estuvimos juntos dos años, las anécdotas eran muchas ya que el tío tenía mucha imaginación y yo lo seguía sin rechistar.

Le conté a Ana lo sucedido a raíz de la conversación que habíamos tenido, ella me dijo que esperaba que no hubiese contado lo suyo ya que me contó cosas que ni su marido sabía, evidentemente le dije que no (mentira) y se alegró mucho.

De vez en cuando Ana y Pedro nos invitaban a cenar a su casa, especialmente en verano ya que tienen un jardín con piscina donde se puede hacer unas barbacoas increíbles, un viernes recibimos su llamada para hacerlo el día siguiente y aceptamos encantados, cuando llegamos Pedro ya tenía el fuego encendido, el calor era intenso, todavía los rayos de sol iluminaban la piscina, lo que se convirtió en una tentación, ellos sugirieron tomarnos un baño pero no levábamos bañador, por parte de mi marido no había problema, podía hacerlo en calzoncillos pero yo levaba un tanga y un sujetador blanco que sabia que si se mojaban era exactamente lo mismo que ir desnuda, Ana me ofreció dejarme uno, lo acepte con temor ya que yo soy escasa de pecho y Ana es todo lo contrario, después de enseñarme varios escogí el que me pareció que mejor se adaptaría a mi cuerpo, me lo puse pero me pasé todo el rato vigilando que no se escapara la parte de arriba ya que ante cualquier movimiento brusco bajo el agua aquello me hubiese dejado desnuda de cintura para arriba, mi marido que se dio cuenta y se pasó todo el rato intentado que se me escapara un pecho, cosa que me enfadó un poco.

Después de secarnos tumbados en las hamacas y antes de cenar quise cambiarme, Pedro sugirió que dado el calor podríamos cenar así, pero la parte de arriba de mi bikini continuaba siendo un problema y me costaba moverme manteniendo mis pechos dentro, Ana me animó a que no me preocupara por ello y como mi marido también estaba de acuerdo, decidí hacerlo, la verdad es que el tiempo acompañaba y tenía pocas ganas de vestirme, total, si me movía poco no pasaría nada.

Nos sentamos en la mesa y tenia a mi marido y a Pedro pendientes de todos los movimientos, yo ya un poco harta de la situación, (pero en el fondo me gustaba) dije en voz alta que me miraran a los ojos que ya me preocupaba yo de que no se me escapara ninguna teta, ante la risa de todos Ana comentó:

Solo hay una solución a esto

Y cual, le dije

Enséñaselas y dejaran de mirar

Eso, enséñanoslas y dejaremos de mirar, dijo Pedro

Que listillos que sois, y mirando a mi marido le dije, que le digo yo ahora?

No les respondas, dijo, se las enseñas y ya está.

Ya os dije que en el fondo me gustaba aquello, así que me levanté y pedí a Ana que se pusiera a mi lado, no sabían que iba a pasar, con una mano y de golpe levanté mi sujetador pero con la otra hice lo mismo a Ana, quedando con nuestras tetas al aire, los hombres aplaudieron y me felicitaron por la idea, Ana quedó sorprendida, no pensaba que fuera capaz de hacer aquello pero cuando notó sus tetas al aire tampoco hizo nada para cubrirse.

Bueno, dije recomponiendo la vestimenta y después de asegurarme que ya habían tenido suficiente rato para valorarlas, ahora ya nos habéis visto a las dos, o sea, a comer y dejad de mirarme, Ana dijo más o menos lo mismo mientras también colocaba bien su bikini.

Creo que no sirvió de mucho, mas bien lo contrario ya que ambos hombres ya no solo miraban, también hablaban de ello, no se como estaría Ana, pero que nuestros pechos fueran el motivo principal de la conversación me ponía muy caliente.

En los postres, Pedro, que conocía perfectamente la propuesta de Ana referente a su hijo y el nuestro, me dijo a bocajarro:

Entonces parece que lo de intercambiar hijos no te hace mucha gracia

Yo quedé cortadísima, para mi aquel tema ya estaba cerrado y no quería continuarlo, pero le respondí.

Tu sabes el tiempo que llevo casada, y nunca me he acostado con otro hambre des de que nos conocemos, creo que sería una falta de respeto a mi marido.

Eso tendrías que preguntárselo a él, no?

Entendí que me había equivocado en la estrategia, cargaba la decisión sobre mi marido y no expresé mi deseo de no hacerlo, y lo aprovechó, mi marido dijo:

Sabes que a mi me pareció una buena idea, por lo tanto solo eres tu la que tiene que tomar la decisión

Evidentemente usó mi argumentación, pero no quería quedarme atrás, así que le dije:

A ti te parecería bien que tu mujer se acostara con otros?

No se trata de acostarte con otros, es el hijo de nuestros amigos que te necesita y además, nuestro hijo necesita a Ana.

Ya, pero eso supone que me acueste con otro hombre.

Y que?, dijo Pedro, si encima te lo puedes pasar bien

Claro, dijo Ana, nadie te impedirá que te corras con él.

No entendía nada, tenía a tres personas insistiendo que me acostara con otro hombre y una era mi marido, yo dí por acabada la conversación diciendo:

No lo haré, y por favor, no continuemos con esto.

Seguimos hablando de muchas otras cosas, pero por dentro aquello despertó el sueño que tuve el día que lo hablé por primera vez, que añadido a lo que había pasado aquella noche mas la bebida me sentía muy caliente, y por otra parte en el fondo sentía que aquello no era tan grave si todos estaban de acuerdo.

Argumentando que tenía frío dije que me iba a cambiar, entre a la habitación de Ana y Pedro donde había dejado mi ropa, me saqué el bikini, estaba muy mojada pero no precisamente del agua de la piscina, me puse mi tanga y sujetador, después, como sabía donde ella guardaba su ropa mas atrevida, abrí el armario y cogí un camisón transparente que siempre me había gustado y que una vez me había dejado probar, con lo que tenía muy claro que me quedaba muy bien y a pesar de mi edad, me hacía un cuerpo muy apetecible, me miré al espejo y lo confirmé.

Volví al Jardín vestida así, cuando me vieron no entendían nada, y simplemente les dije:

Voy a hacer una vista a vuestro hijo.

Me di la vuelta y entre en la casa, subí las escaleras y llamé a la puerta de su habitación pero entre sin darle tiempo a responder, cuando me vio vestida así no sabía que pasaba, pero seguro que se excitó, entonces le dije:

He pedido permiso a mi marido y tus padres para follar contigo, me gustas y no quiero dejar pasar la ocasión

Juan se quedó cortadísimo, como ya esperaba, le dije que me dejara hacer, y el, obediente lo hizo sin decir nada, le hice estirar en la cama, me sentía muy perversa seduciendo a aquel casi niño para mi edad, me acerque a su boca para darle un beso, el reacciono con nervios pero poco a poco le cogió el punto, mientras tanto le saqué la camisa, decidí recorrer con la lengua su pecho, por cierto que era firme, ya no recordaba que se sentía al tocar un hombre joven, hice que sus manos abrazaran mi cuerpo mientras me sacaba aquel camisón y quedé solo en tanga y sujetador, fue en este momento cuando noté que su cuerpo se tensaba, se me acababa de correr, era de esperar para un chico como aquel con tan poca experiencia pero no había caído, claro que también recordé la capacidad de recuperación a esta edad por lo que continué sin darle importancia, conseguí que me desabrochara el sujetador enseñándole mis pechos que no se atrevía a tocar, pero puse sus manos encima mientras me colocaba con las piernas abiertas encima de su polla, era la primera vez en su vida que tenia unos pechos en su mano, los acariciaba con frenesí.

Efectivamente su capacidad de reacción era máxima ya que noté que su polla ya estaba dura y solo lo separaban sus pantalones y el fino tanga, no quise perdérmelo, creo que en mi vida había deseado tanto una polla así que me aparté un poco y desabroche sus pantalones, bajándolos junto con los calzoncillos, y apareció ante mi una maravilla, una polla mucho mas gorda que las que había visto nunca, pensé que muchas mujeres se habían perdido aquello sin saberlo, y tal como estaba, no sería una de estas, le insinué que me sacara el tanga y lo hizo, por primera vez estaba desnuda con otro hombre que no fuera mi marido después de treinta años.

Acerque mi boca a su polla, tenía ganas de tenerla dentro, aquello era descomunal, se la chupé tanto como pude ya que me costó abrir la boca lo suficiente para tragármela, me comí toda la leche de su anterior corrida. Pude prolongar aquello unos 5 minutos solamente ya que volvió a descargar su leche, pero esta vez dentro de mi boca, habitualmente no me gusta mucho tragármela, pero un sabor distinto después de treinta años no lo dejaría escapar. Él gritaba de placer, esto me dio una idea, me fui a abrir la ventana, estaba cerrada por el aire acondicionado pero como quedaba encima de donde estaban sentados mi marido, Ana y Pedro, quería que oyeran lo que pasaba.

Volví a la cama y le pedí que me chupara el coño, evidentemente al principio fue un desastre pero el chico aprendía fácilmente, y supongo que dado todo lo que había pasado me corrí ampliamente y sin ocultar los gritos para que mi marido y nuestros amigos lo oyeran.

Después de tres maravillosos orgasmos con su boca vi que su aparato volvía a estar en forma, le hice estirar en la cama y procedí a introducirme aquel pedazo de carne en el coño, me costó, nunca había tenido nada parecido dentro, pero cuando estuvo dentro y notar la fricción tan intensa que me producía aquellas descomunales medidas me arrancó otro orgasmo maravilloso, él seguía dándole sin parar, cambiamos a varias posturas, cada tres o cuatro minutos yo tenía un orgasmo, era increíble, no entendía como podía sentirme así, pero el placer me embargaba. Cuando me sentí cansada pensé en hacer algo distinto, así que me fui a la ventana doblándome y sacando la cabeza le pedí que me penetrara desde atrás, lo hizo encantado, mientras me follaba veía a mi marido y nuestros amigos que no se percataron hasta que empecé a gemir, pero no eran los únicos, me fijé que en otra casa se apartaban las cortinas, señal de que alguien mas nos observaba, entonces él, por primera vez me pidió algo, me quiso dar por el culo, a mi me daba miedo por que aquello era muy grande, pero decidí que lo probaría pidiéndole que fuera despacito y si sentía daño me la sacara, muy obediente lo hizo, poco a poco aquel pedazo de carne se introdujo en mi ano, primero con cierto dolor que aguante al sospechar el placer que en esta agujero podría darme tanta cantidad de polla, yo seguía sacando la cabeza por la ventana, Mi marido, Ana y Pedro estaban totalmente pendientes de nosotros y yo no les defraudaba con el espectáculo, después de un ratito de follarme el culo Juan me dijo que se correría en poco rato, le dije que lo hiciera dentro de mi, me pidió que fuera en el coño, y claro, lo acepté, me sacó la polla de un agujero y la metió en el otro, realmente no tardó mucho en correrse, y lo hicimos juntos, gritando para que todo el vecindario supiese que pasaba.

Nos recompusimos un poco, él me dio las gracias por aquello, pero le respondí que era yo la agradecida, que nunca había disfrutado tanto y que quizás algún día le haría otra visita, nos duchamos, mas bien fue él quien me ducho a mi y yo a él, y como se la puso dura otra vez, tuve que chapársela hasta tragarme su leche, hay que ver lo que se aguanta a esta edad, me vestí, esta vez completamente y dándonos un beso nos despedimos.

Bajé la escalera y allí, sentados, estaban esperándome, no me había dado cuenta pero ya eran las 4 de la madrugada y como muy tarde me había ido con Juan a la una, es decir, tres horas de maravilloso sexo.

En aquel momento ellos se sentían muy cortados y nadie decía nada, yo dije:

Vuestro hijo ya no es virgen

Ya lo habíamos intuido, dijo Pedro, y que tal estuvo?

Fue maravilloso, les dije, lo siento, dije dirigiéndome a mi marido, pero nunca había disfrutado tanto con el sexo, su polla es enorme y no se si es por el morbo de la situación, pero me lo he pasado magníficamente.

Me alegro, dijo mi marido

Claro que eso va a tener algún efecto en mí durante unos días, tengo el coño y el culo dolorido, aquella polla es tan grande que me lo ha destrozado, y quizás tengas que estar unos días sin usarlos.

Te ha dado por el culo, dijo Pedro?

Si, me ha costado pero lo he conseguido, por cierto, Ana, ahora te toca a ti cumplir tu parte, espero que te lo pases muy bien también, yo, pero de saber esto no te hubiese dicho nunca que no.

Mañana por la tarde estará vuestro hijo en casa?, dijo Ana

Claro, dije, él está siempre.

Pues hacia las 5 estaremos allí.

Nos fuimos a casa, solo de salir aquello se convirtió en un interrogatorio, tuve que explicarle con todo lujo de detalles lo que pasó y sirvió para que se pusiera muy caliente, de camino a casa en el mismo coche y viendo su estado le saqué la polla y se la chupé hasta correrse, por la mañana siguiente a mi me dolía todo, en especial el agujero del culo, mi marido seguía caliente pero mi cuerpo no admitía una penetración así que tuve que volvérsela a chupar.

A las 5 en punto apareció Ana y Pedro, estaba muy dispuesta y no quería perder el tiempo, la acompañé a nuestra habitación para cambiarse, a los 5 minutos apareció con unas braguitas tanga y una especie de top transparente, sin sujetador, todos le dijimos que estaba preciosa y se fue a la habitación de nuestro hijo, durante mas de media hora no oímos nada, los tres estábamos muy nerviosos y callados, supongo que igual había pasado el día anterior, mientras esperábamos le pregunté a Pedro por su hijo, me dijo que aquella mañana estaba eufórico, parecía otro, hablador, extrovertido, como nunca, me alegré que así fuera.

El primer grito lo oímos de Ana, nos tranquilizó a todos por que significaba que todo iba bien y se nos notó en el rostro, a partir de este primer grito ya empezaron a ser continuos, tanto que decidí acercarme a la habitación y vi que había dejado la puerta abierta, medio escondida divisé que estaban haciendo un 69, me dirigí al comedor y les contén lo que había visto, Mi marido y Pedro quisieron verlo también, en silencio nos acercamos y ya habían cambiado de posición, nuestro hijo se la follaba estilo perro, lo vimos de lado por lo que fue fácil adivinar como su polla taladraba el coño, Ana nos vio y luciendo una sonrisa nos guiñó un ojo.

Pensamos que si nuestro hijo nos veía le cortaría el rollo, por lo que nos volvimos al comedor, le pregunte a Pedro que había sentido al ver aquello, dijo que lo mismo que el día anterior mi marido, se la había puesto muy dura.

Pasó una idea por mi mente, yo podía aliviar sus ansias pero no me atrevía a decirle nada.

Para nosotros la espera se nos hizo larga y estábamos muy pendientes de cualquier ruido, a las tres horas apareció Ana, nos dijo lo mismo que había dicho yo, que nuestro hijo ya no era virgen, la interrogamos y también reconoció que había sido el mejor polvo de su vida, que tener entre las piernas aquel chico tan joven y resistente la había encantado, creo que mas o menos hicieron lo mismo que habíamos hecho el día anterior, le dio por el culo, se la folló, se tragó la leche…., mas o menos igual.

A Pedro se le notaba excitado y con prisa por irse, supongo que quería oír el relato y saciarse con su esposa.

A partir de aquel día el sexo entre nosotros se convirtió en algo súper explosivo, fallábamos mañana y noche, nunca teníamos pereza de buscar nuevos alicientes, posturas o lugares, ni en utilizar fantasías.

A las dos semanas quedé con Ana, a solas me comentó lo que le había gustado aquello, que ahora se sentía mas viva y apasionada, el sexo con su marido también había ganado, yo comenté lo mismo, por fin ella me dijo:

Lo que encuentro a faltar en la cama es a un chico joven como nuestros hijos

Me puse roja, ella acertó enseguida:

Tu también has pensado en esto?, me dijo

Si, a veces, cuando follo siento que me gustaría tener a un hombre como tu hijo en lugar de él, y me sabe mal, pero no puedo evitarlo

Y cierras los ojos y te imaginas que estas follando con un veinteañero?

Si, como lo sabes?

Por que yo hago lo mismo, pero al abrirlos te encuentras con la realidad

Si, así es.

Estoy casi decidida a buscarme un amante.

Engañaras a tu marido?

No, nunca, se lo propondría, pero no me atrevo

Yo he soñado con eso, pero temo su reacción y no quiero hacerlo, y si al final nos decidimos, de donde encontramos lo que buscamos?

Eso está solucionado, hay un bollycao en el trabajo que tiene 22 años y está como un tren, por otras chicas se que está bien equipado y que nunca dice que no a una mujer, y además, algunas veces me ha echado los tejos

No se, yo no me atrevo a decírselo a mi marido

Ni yo, pero si lo hiciéramos las dos a la vez?, que te parece?

Es un plan atrevido, pero quizás funcione

Lo hacemos mañana?, venís a cenar a casa y como quien no quiere la cosa lo insinuamos y según su reacción, seguimos, que te parece?

Bien, dije decidida, pero como sería luego?

Ya lo tengo planeado, yo necesito esto una vez al mes, y tu supongo que igual, al chico le convencemos que cada 15 días esté con una de nosotras y ya está

Y si nos cansamos del tío?

Pues buscamos a otro

El plan, en aquel momento me pareció bien, pero después me pareció arriesgado, había que confiar en la mano izquierda de Ana

Estaba nerviosa y temerosa por lo que aquello podía significar y las repercusiones de un resultado negativo, les íbamos a pedir a nuestros maridos permiso para tener un amante, no es algo muy normal, pero viendo sus actitudes con los hijos me daba muchas esperanzas.

Al día siguiente fuimos a cenar en su casa como habíamos acordado, llegamos a media tarde, Juan nos oyó y vino a saludarnos, realmente estaba cambiado el chico, me alegré, le dí un beso en los labios recordando el rato de placer que me había hecho pasar, sentía ganas de repetirlo en aquel momento pero estábamos allí para otra cosa.

Esta vez no me olvidé el bikini, jugamos los 4 en el agua, Pedro propuso que nos sacáramos la parte de arriba del bikini y sin rechistar lo hicimos, notamos que se ponían calientes ya que el bulto en el bañador lo denotaba.

Después de tumbarnos para secarnos, con los pechos al aire, mi marido propuso cenar así, no le vi inconveniente, pero Ana dijo que quería cambiarse por que tenía el traje de baño húmedo y me pidió que la acompañara. Entramos en casa y me propuso cambiar la parte de abajo por unas braguitas, así se pondrían mas a tono, yo llevaba un tanga negro que por la parte de atrás solo era un hilo y delante un triangulo pequeño casi totalmente transparente que dejaba escapar gran parte de mi vello, muy atrevido pero acepté, Ana se puso uno de similares características pero en blanco, cuando aparecimos nuestros maridos quedaron impresionados, realmente ambas estábamos virtualmente desnudas ya que a través de aquella ropa se veía claramente mis pelitos del coño, al igual que Ana, y además, la tira se ponía por dentro de nuestra vagina, con lo que podían admirarnos completamente.

Intentamos cenar con normalidad y más o menos lo conseguimos, claro que resultaba difícil que alguno de los hombres estuviera concentrado, como la mesa era de cristal, si alguna abría algo las piernas le mostrábamos el coño, y he de reconocer que lo hicimos.

Les estábamos poniendo calientes a nuestros maridos para intentar que nos dejaran follarnos a un chico joven, extraña estrategia pensé, pero Ana sabía lo que hacía.

En los postres, y cuando el grado de alcohol ya era el que calculo suficiente y nuestros maridos embobados, Ana dijo:

Tenemos que deciros una cosa

Los hombres se quedaron algo extrañados, pero escucharon

Hemos estado hablando Carol y yo y tenemos un deseo que nos gustaría cumplir

Por que no nos lo contáis?, dijeron

El aquel momento temí que se pensaran que aquello iba por otro sitio, llevábamos horas provocándoles y ahora Ana les diría que buscábamos a un hombre joven y que queríamos que fuera nuestro amante.

Vosotros sabéis que nunca os hemos engañado, nunca os hemos puesto los cuernos, y no será por falta de oportunidades, seguro que Carol podría haberse acostado con un montón de hombres, igual que lo podría haber hecho yo (es verdad, son muchos los hombres que en estos 30 años de una manera u otra se han insinuado), pero ahora tenemos un deseo que queremos compartir con vosotros y pediros vuestra opinión y si os parece bien, permiso para hacerlo.

Yo quería intervenir para que no se creyeran que solo era cosa de Ana

Sabéis, dije, que cuando follamos con el hijo del otro nos lo pasamos muy bien y disfrutamos mas que nunca, no os engañamos, fuimos muy sinceras, y ahora quisiéramos disfrutar de esto una vez al mes

Queréis follaros a un jovencito una vez al mes?, dijo mi marido

Si, dijo Ana, es exactamente esto, pero queremos vuestra aprobación, si no, no lo haremos

Exacto, dije.

Nuestros maridos se quedaron serios callados, yo propuse a Ana entrar en la casa para dejarles reflexionar, desde la cocina veíamos como hablaban, nos hubiese gustado oír que decían, mas que nada para saber si se lo habían tomado bien ya que la proposición era atrevida

Al ratito nos llamaron, antes de que ellos pudieran decir nada, les dijimos que solo lo haríamos si ellos aceptaban de buen grato, y que si aceptaban y después se arrepentían, cortaríamos con aquello, pero mi marido no nos dejó continuar, dijo que ya se lo habían pensado y que tenían su aprobación, siempre con dos condiciones, que mantuviéramos las apariencias, no querían que aquello se supiera y que ellos estuvieran informados en todo momento.

Nos acercamos cada una a su marido y les dimos las gracias en forma de largo beso, pero mi marido dijo que le diera las gracias también a Pedro, ya que ayudó mucho a tomar la decisión, Pedro le dijo algo parecido a Ana, por lo que entendí que había una condición escondida y les dije:

Vamos a ser claros, vosotros queréis una condición que no nos habéis dicho

Que quieren?, me dijo Ana

Muy sencillo, mi marido quiere follarte y el tuyo a mi

Y que les decimos? Preguntó irónicamente Ana

Por que no vamos dentro y lo hablamos, le dije

Entramos en la casa otra vez, era evidente que ellos pensaban que lo que queríamos era hacer un intercambio de parejas y que después nuestra proposición les dejo algo decepcionados pero aceptaron a pesar de que intentarían conseguir el intercambio, entonce Ana me dijo:

Bueno, tu te fallarías a Pedro?, por que yo si a tu marido

Yo también al tuyo, después del permiso que nos han dado, difícil es negarles este placer

Yo no se tu, pero yo me moría de ganas de follarme a tu marido desde el día en que estabas con nuestro hijo, estuve a punto de hacerle una mamada mientras esperábamos, pero me reprimí

Otro día te contaré que a mi me paso lo mismo, pero ahora quiero follarme a tu marido.

Tu te coges mi habitación y yo la de invitados

Salimos al jardín, me acerque a Pedro y le dije:

Ven, vas a disfrutar del mejor sexo de tu vida

Cogiéndole de la mano nos fuimos hacia la casa, él miraba a su mujer y mi marido, le dije:

El se va a follar a tu mujer, pero tú harás lo mismo con la suya, no te preocupes.

Nos fuimos a la habitación, el sexo con Pedro fue tranquilo y pausado, su polla era casi tan grande como la de su hijo, detalle que nunca me había comentado Ana, esto solo ya me hizo disfrutar y nos lo pasamos muy bien hasta que quedamos dormidos abrazados. Cuando el sol entró plenamente en la habitación me desperté, allí estaba Pedro, con su polla erguida fruto de la mañana, le puse de caras arriba casi sin despertarle y introduje aquella polla en el coño, el despertar suyo fue alucinante, aquello acabó cuando nos corrimos. Desnudos salimos al comedor y ya estaban allí Ana y mi marido también tal como vinieron al mundo, nos dimos un beso contándonos todos lo bien que había resultado aquello.

A partir de aquel día, Ana se encargó de proporcionar al chico, realmente estaba muy bien y muy dispuesto, con una polla igual que la de Juan pero con mucha mas experiencia que este lo que nos hizo conocer a las dos nuevas fronteras del sexo, y con nuestros maridos mejor que nunca, yo le dejaba acostarse de vez en cuando con Ana y esta me dejaba a Pedro, pero donde realmente disfrutábamos salvajemente es del chico joven, el primer miércoles de mes me tocaba a mi y el tercero a ella, nuestros maridos sabían que aquel día no valía nada, dos o tres días antes ya estaba nerviosa como una colegiala, mi marido sabía que aquel día no podían ni tocarme, me reservaba para mi amante, dedico toda la tarde a prepararme, depilarme, ir a la peluquería, vestirme con mis mejor y mas atractiva ropa, cuando llega mi marido del trabajo le doy un beso, él me desea una feliz follada y me voy hasta altas horas de la madrugada, estoy encerrada en aquel apartamento de placer y vuelvo a casa cansada pero muy, muy satisfecha, a Ana le pasaba igual y nuestros maridos también lo estaban, aquella situación les proporcionaba varias ventajas, disponer de unas mujeres mucho mas ardientes que antes, poder, algunas veces intercambiar las mujeres y si se daba la ocasión, no nos oponíamos a que se follaran a otra mujer.

Desde hace cinco años que empezamos con esto, ya hemos cambiado de chico unas 10 veces, encontrarlos es mas fácil de lo que esperábamos, hay un montón de chicos jóvenes, guapos y con ganas de hacer disfrutar a una mujer madura y no dejaremos escapar a ninguno.