Nos devuelven la visita I.

La historia de los cuatros amigos continúa. Ahora son los de Barcelona quien le devuelven la visita a los chicos de Sevilla. Poco a poco se va fortaleciendo la amistad y van disfrutando más del sexo.

Esta vez son Adolfo y Gonzalo son los que vienen a visitarnos a Sevilla. Que gran amistad habíamos cogido entre los cuatros. Tanto era así que cuando follabamos con nuestras parejas nos grabamos y nos los enviábamos por whatsapp a un grupo que habíamos creado.

Los recogimos en el aeropuerto. Que guapos venían los cabrones. Que ganas de follar otra vez entre los 4. Solo de pensarlo ya se me estaba poniendo dura.

Me fui a ayudar a Adolfo con las maletas, mientras que Ángel iba hablando con Gonzalo.

Adolfo: quieres creer tío que aún no hemos follado tu y yo a solas sin estos dos. Joder que nosotros  nos conocemos de antes y te has follado más a mi novio que yo a ti

Yo: Tranquilo niño que tengo un plan. Ahora cuando lleguemos a casa si quieres nos metemos en la ducha tú y yo y lo hacemos.

A Adolfo se le iluminaron los ojos, en el mismo momento que a Gonzalo también. Que habrían planeado también estos dos.

Llegamos a casa y dijimos que Adolfo y yo nos íbamos a pegar una ducha juntos, que ellos podían ponerse cómodos.

Adolfo y yo nos metimos en el cuarto de baño. Adolfo se abalanzó a comerme la boca y con su mano iba haciéndome una paja. Joder pensé, que caliente me ponen estos dos. Ufff.

Cuando quise darme cuenta Adolfo se estaba comiendo mi polla desde la punta has mi vello pubico. Menuda follada de boca se estaba dando el mismo.

Al otro lado de la puerta oí un chillo de placer, que luego supimos el porque. Ángel le estaba follando la boca a Gonzalo.

Sin más le pedí a Adolfo que me prepara el culo que quería sentir lo que Ángel había sentido muchas veces. Me recline sobre el lavabo y Adolfo se agacho y con sus manos me separo las nalgas para introducir mejor si lengua.

Cuando iba a metérmela me dijo: Espera que te va a gustar que te folle de esta manera. El cabrón me puso contra la puerta, donde a través de ella se podían escuchar los gemidos de Gonzalo y Angel. En una de estas veo que se entreabre la puerta y veo a Gonzalo con una cara de placer. Mi chico se lo estaba follando bien, como si chico a mí.

Adolfo abrió la puerta y allí estábamos; Gonzalo y yo agarrados a nuestros hombros y comiéndonos la boca, mientras que ellos nos follaban.

Adolfo pegó un grito diciendo que de corría, Gonzalo a su vez también. Así que a Adolfo le dije que me llenara bien el culo de leche y a Gonzalo la mano. Parece que a Ángel y Gonzalo les gusto la idea porque hicieron lo mismo. Mientras que ellos nos llenaban bien el culo, nosotros nos recogíamos las corridas y con la mano nos la íbamos llevando a la boca del otro.

Ángel: joder cariño que cerdo estás hecho, te estás comiendo tu propia leche y Adolfo te ha rellenado bien.

Gonzalo: Esperaros que ahora viene lo bueno. Acercándose a mi boca para compartir nuestros semen.

Me encantaba el sabor de la leche de Gonzalo. Recobramos fuerzas y nos metimos a duchar.Adolfo: Felipe la próxima vez quiero que me rellenes bien mi culo con tu leche. Guiñándome el ojo.Yo le di una palmadita en su nalga como dando mi aprobación.

El día para nosotros continuo de una forma muy normal. Unas cañas por la Alameda de Hércules, un paseo por la zona de la catedral y los Alcázares. Y por la noche todos a dormir a sus habitaciones.

Yo soy muy madrugador y me levante para preparar las cosas del desayuno, cual fui mi sorpresa que se me habían adelantado. En la cocina estaban Gonzalo y Adolfo solo con un bóxer y haciéndose bromas entre ellos.

Yo: Buenos días chicos, ¿como durmiendo? Veo que se me adelantaron a la hora de preparar el desayuno. Ángel aún duerme, a este le costará despertar aún. Si quieren podemos ir desayunando juntos.

Nos sentamos a la mesa, en una de estas a Gonzalo se le cae la cuchara y noto como una mano va directamente hacia mi paquete. Disimuladamente miró a Adolfo pero él tenía las manos ocupadas; en una la taza de café y en la otra la tostada. Entonces me da por mirar por debajo de la mesa y Gonzalo ya me había sacado la polla de mi bóxer y estaba apunto de mamarmela.

Adolfo: Tranquilo Felipe, si Gonzalo no recibe su ración de leche matutina no está contento en todo el día.

Yo me recosté sobre la silla y Gonzalo comenzó a hacerme una mamada de diez. Adolfo por su parte se puso de pie a mi lado y decidió follarme la boca para ahogar mis gemidos y que Ángel no se despertara.

Gonzalo salió de debajo de la mesa y se tumbó en ella. Allí teníamos Adolfo y yo aquel preciado manjar. Nos agachamos los dos y le pegamos una señora comida de ojal. Entre comida y comida nosotros aprovechábamos para comernos la boca.

Gonzalo: queréis follarme alguno ya, me estáis matando de placer. Yo necesito una polla ya.

En el momento en que me levante para follarme a Gonzalo, Adolfo me apartó de un empujón. Hoy el culo de mi novio me lo follo yo me dijo. Tú si quieres dale polla por delante.

Pero me acordé de la petición del día anterior, así que me puse detrás de él y comenzamos a follar los tres. Gonzalo follado por su chico y Adolfo con sus embestidas se follaba el mismo.

Acabamos los tres a la vez, sin darnos cuentas nuestros cuerpos se tensaron y nos corrimos a la vez. No se como lo había hecho pero el cabron de Gonzalo se había corrido en una taza de café.

Yo iba a cogerla cuando por detrás apareció Ángel me la quito de las manos y de un golpe se bebió el café. Después me paso un poco con la lengua. Miramos a Gonzalo y le dijimos: La mejor leche que hemos probado.

Cuando me dirigía hacia la ducha pude ver que en el pasillo había una mancha de semen. Creo que Ángel se había despertado antes de la cuenta y que para no fastidiar la fiesta se la había machacado y corrido en el suelo.

Que manera de desperdiciar la leche. Seguro que alguno nos hubiéramos tomado otro café con leche de macho.

Después de la follada que nos habíamos pegado entre Gonzalo, Adolfo y yo. El día transcurrió con normalidad. Ni si quiera Ángel me había dicho que nos vio follando y que se había corrido en el pasillo.

Seguíamos de paseo por Sevilla, Ángel se adelantaron para pillar mesa en un restaurante que había cerca. Detrás nosotros íbamos comentando la jugada de la mañana.

Adolfo: Joder tío, no se lo que me pasa con vosotros dos, pero nunca habíamos follado tanto como hasta ahora y divertido además con unos buenos amigos.

Yo: Ya ves, lo que no pensé que Ángel se iba a abrir tanto en estos temas. Quieres creer que desde el pasillo nos ha visto follar y se ha corrido en el suelo.

Adolfo: Joder tío, no quiero que te moleste lo que te voy a pedir pero me gustaría que nos intercambiáramos las parejas. Si quieres esta noche después al regresar a casa se lo proponemos.

Yo: Por mi perfecto. Quiero tener a Gonzalo una noche para mi sólo.

El día transcurrió con normalidad. Eran las 02:00 cuando llegamos a casa. Algunos íbamos más contentos de la cuenta.

Gonzalo: Venga antes de acostarnos vamos a tomarnos la última. Venga no seáis unos muermos.

Adolfo: Por cierto Felipe y yo queríamos proponeros algo.

Gonzalo y Ángel se miraron. Que les habrían preparado estos dos, con lo cerdo que son seguro que nada bueno.

Yo: Adolfo y yo habíamos pensado en un intercambio. Si queréis lo podemos hacer en una habitación, así nos vemos como disfrutamos juntos o cada uno en una habitación. No...

No me dio tiempo de acabar la frase cuando Ángel había cogido de la mano a Adolfo y se lo llevaban a nuestra habitación. Yo cogí a Gonzalo y cuando se íbamos a entrar en la habitación; Adolfo la cerró en mis narices.

Gonzalo: Por lo que veo quieren intimidad. Pues nada nosotros a lo nuestro.

Llegamos a la habitación y empezamos a comernos la boca y a desnudarnos poco a poco. La verdad que no me había fijado bien en el cuerpo de Gonzalo; como siempre había sido en aquí te pillo aquí te follo.

Gonzalo empezó a recorrer con su lengua todo mi cuerpo. Joder que bien lo hacía, se tomaba su tiempo.

Yo: Gonzalo tío comeme la polla ya. Estoy que reviento y necesita de tu boca.

Ahí estaba Gonzalo de rodillas enfrente de mí con una cara de verdadero vicio. Subió la mano hasta mi boca y empecé a chuparle cada dedo. Empecé a darle pollazos en su cara hasta que abrió la boca y de una se la metí. Que boca tenía del pedazo de cabron.

En una de las veces que paramos para tomar algo de aire y descansar, podíamos oír los gemidos de Ángel y Adolfo. Por lo que pudimos intuir es que Ángel se estaba follando a Adolfo. Cuando volví en mi, Gonzalo ya estaba encima de la cama con el culo abierto pidiendo que se lo preparara para follar.

Me encanta comer un buen culo, y es que el de Gonzalo era un manjar para los dioses. No sé el tiempo que estuve, pero Gonzalo ya me suplicaba que me lo follara.

Le di la vuelta, puse sus piernas sobre mis hombros y sin decirle nada se la clave de una. Me encanto ver la cara que puso al principio de dolor y como poco a poco se iba convirtiendo en placer.

Nosotros chillábamos para que estos dos nos pudieran escuchar como nos lo estábamos pasando. Pero vamos que ellos se estaban divirtiendo de lo lindo.

Gonzalo: No quiero que te corras dentro, quiero que me des de beber.

Creo que Gonzalo no iba a tardar mucho en correrse, dos veces le tuve que quitar la mano porque quería seguir disfrutando. Una de estas le agarre la polla, tensiono su cuerpo y se empezó a correr. La corrida le llegó hasta la barbilla. Con mi lengua fui recogiendo toda y se la fui dando en la boca. Yo seguía con mi follada.

Yo: Gonzalo tío rápido, abre la boca que me voy a correr.

Y así hizo, no solo le llene la boca sino que algo calló sobre su cara que con mi polla iba recogiendo y se la iba dando. Me quedo la polla bien limpia.

No nos habíamos dado cuenta que nuestros chicos ya habían terminado, fuimos hacia la habitación y los encontramos abrazados y durmiendo. Nosotros nos encogimos hombros y nos acostamos juntos.

Por la mañana entraron estos dos y aún yo estaba abrazado a Gonzalo.

Adolfo: Mira Ángel como duermen las princesas. ¿Que tal parejita cómo habéis dormido? Acercándose y comiendonos la boca. Ummm, aún os saben la boca a leche. Mira Ángel prueba.

Ángel le pegó un señor morreo a Gonzalo y después a mi. Era cierto aún nuestras bocas sabían a sexo. Y al mirar vi que algo en los chicos se estaba despertando. La cabeza aún la teníamos adormilada, pero nuestras pollas estaban empezando a despertar.