Nos conocimos en el metro

No fue una mañana más al coger el metro para ir a trabajar

Hola a todo@s.

Voy a describirme primero un poco, soy una chica Española, castaña, bajita de ojos marrones, pelo castaño y liso. Soy gordita, con todo en su sitio, un buen culo firme y unas tetas grandes que personalmente me encanta que me chupen.

Dicho esto, me encantan los maduros, siempre que puedo me follo a uno, y me pone muchísimo follar con desconocidos, bien sea en su casa, en el coche, en el trabajo etc...

Una mañana más suena el despertador para ir a trabajar. Me ducho, me arreglo, me tomo mi café y salgo hacia el metro para llegar a mi destino. Como no, la línea de metro 3 siempre a primera hora está a rebosar de gente, vamos todos apelotonados, y yo no encuentro sitio. Decido ponerme al lado de la puerta de pie para poder salir mejor y no molestar o empujar sin querer.

Detrás mío hay un hombre maduro muy maduro, que siento que no deja de mirarme aunque yo esté de espaldas a él.

El convoy arranca todo el mundo va a lo suyo, uno con auriculares, otros leyendo, otros mirándo el móvil, otras hablándo. Y de repente noto que sutilmente me están rozándo la cintura ( era verano y llevaba un vestido corto con tirantes ) me giro disimuladamente y miro al señor que está detrás mío, sabía que era él, pero en vez de mirarle mal, le sonreí, y seguí mirándo hacia adelante, como si nada estuviera pasándo.

Llegamos a la siguiente parada, se sube más gente, y por instinto me arrimo más hacia él, ahora estámos más pegados que nunca y siento como empieza a frotar su paquete contra mi culo, y yo, despacito, empiezo a moverlo con disimulo, me agarra de las caderas, para que me apoye en el más y así lo hago, y noto como mete su dedo debajo de mi falda, y empieza a tocarme el culo, yo en ese moemnto ya estaba más que mojada, me encataba la situación.

De repente, el convoy se para, y se va la luz, todo el mundo se alarmó ( pero nosotros no ) dijeron por megafonía que sería un momento puntual. Todo el  mundo estaba encendiendo las linternas del movíl, hablaban entre ellos, y este señor, siguió metiendome mato.

Me dí la vuelta, para que pudiese meter su dedo en mi coño mojado y así lo hizo, todo con mucho disimulo, y también con disimulo se lo llevó a la boca. se acercó a mi oído y me dijo- Que rica estás.

Ya se encendieron las luces del metro, y arrancó, la gente se calmó y llegamos a la siguiente parada, ya se iba vaciándo y a mí me quedaba una parada para bajarme.

EN ese trayecto me dijo que se llamaba José, y yo le dije mi nombre Saray.

Me preguntó dónde iba y le dije que a trabajar, y me sujerió una cosa. Que llamase a la empresa y dijese que estaba mala.

Y así hice, me dejé llevar, me bajé con él, y salimos del metro.

Nos dirijimos a un hotel donde me invitó a pasar el día con el.

y ahí, se desató la locura y dimos rienda suelta a las ganas que nos teníamos en el metro.

según subimos a la habitación empezó a besarme, unos besos con lengua llenos de pasión que yo correspondía de igual manera. me levantó el vestido y me quitó el sujetador dejándo mis tetas al aire con los pezones erectos, tan erectos que me dolían. EMpezó a chuparmelos a subcionarlos a mamarlos como si de ahí quisiera alimentarse.

Me tumbó en la cama, y aún con el tanga puesto empezó a besarme el monte de venus mientras me acariciaba los pezones yo estaba que no podía más, y le dije que no parase.

  • Llámame amor ( me dijo él )

-Mi amor no pares, necesito de tí

  • Eres la nenita de papi y papi te va hacer feliz.

  • Sí papi mi amor te deseo.

José, me quitó el tanga mojado de mis flujos, y cogió el móvil y primero le hizo una foto a mi coño depilado y rosado ( era su recuerdo ) y acto seguido empezó a comerme el clítoris, y toda mi raja de arriba abajo sin parar.

-Córrete en mi boca nena dá de comer a papa

-Si mi amor no pares si.

Me metió dos dedos en mi coño y con fuerza empezó a follarlo con ellos mientras chupaba mi clítoris. Yo no podía más y por primera vez me corrí a chorros, era entre corrida y orina, el disfrutaba mucho bebiendo.

Se levantó y sacó su polla gorda erecta venosa, del pantalón yo de rodillas en la cama y el de pié empecé a comerle la polla como una perrita en celo para él.

  • Así nena no pares así

-Papi quiero tus huevos también

_ Papá te dará todo lo que quieras.

se zafó del pantalón y del calzoncillo y fué entonces cuando me agarró de la cabeza y empezó a follarme la boca.

  • Eres la zorra de papa, toma biberón puta.

Se me caía la saliva por la comisura de los labios, se me caían las lágrimas, me ahogaba pero me encantaba. No paré hasta que José se corrio a borbotones en mi boca tragándome toda su leche, y después limpiarle bien la polla con mi boca.

Se desnudó, y me dijo que me tumbara bocarriba en la cama y abriese las piernas. Obedecí y se tumbó encima mío dádome besos en la boca y frotándo su polla contra mi coño, que volvía a estar mojado.

Él se empezó a empalmar y yo no paraba de mover las caderas, hasta que cogió y en posición misionero me volvío a penentrar, con las piernas en alto bien abierta me tenía abrazada, folllándo como si no hubiera un mañana. No paraba de correrme mi clítoris se frotaba contra su barriga.

Pero queria sentir más, mucho más.

-Papá, quiero follarte yo, quiero estar encima

-Cabalga a papá como sabes.

Cambiamos la postura, y una vez colocada toda su polla entro de mi coño empecé a cabalgar primero despacio, el me comía las tetas y las daba pequeños azotes, iba un poco más deprisa no paraba de gritar de decirle que le amaba, me agarró del culo para seguir mi ritmo, y entonces me incorporé, para sentir si cabe aún más su polla dentro y rozarme aún más el clítoris, y ahí fué cuando me corrí encima de él.

Me quité de encima suyo y me puso a 4 patas.

_Papi te va a follar como una perrita y se va a correr dentro tuyo.

-Sí papi dámelo todo

Empezó a follarme como un loco, me cogió del pelo echándome la cabeza hacia atras y me daba cachetazos en el culo. Era vestial.

Se corrió a borbotones dentro de mí. se agacho para chupar los jugos, y me los dió en un intenso beso.

Fué un día corto pero intenso, hasta que llegó la hora de irnos estuvimos desnudos y haciéndo mil cosas más que ya contaré en otro relato.