¿Nos casamos querida hermana?

Dos hermanos con unas relaciones muy normales, y cuando llegamos a los cuarenta con nuestro respectivos divorcios las cosas comienzan a toma un nuevo cariz.

Soy el mayor de dos hermanos y le llevo 6 años a mi hermana Ana. Cuando éramos críos, esa diferencia de edad dio como resultado que rara vez jugamos juntos, aunque siempre nos llevamos bien. Yo me llamo Tony.

Cuando yo contaba con 18 años, marche de la casa familiar por motivos de trabajo, teniendo que desplazarme a Madrid. Allí trabajé durante 3 años, hasta que finalmente me trasladaron a una pequeña ciudad próxima a nuestra ciudad natal.

Pasaron los años y me casé. También mi hermana contrajo matrimonio dos o tres años más tarde. Todo fue normal. Ella hacía su vida, atendía su trabajo, su hogar, a su marido y a mi sobrina. Yo por mi parte al igual que ella tenía mi vida. Nos veíamos realmente poco a pesar de la proximidad, cumpleaños de nuestras respectivas hijas, Navidades, algún fin de semana puntual en casa de nuestros padres, y alguna que otra vez quedamos para ir a esquiar o a la playa. Pero algo que es bastante común en nuestros días. Mi matrimonio se rompió. Quedé viviendo solo con mi hija de 6 años (por decisión judicial) en el hogar que había sido en mi matrimonio. Pocos meses después, le sucedió lo mismo a mi hermana, siendo ella quien se hizo cargo de su hija de 7 años. Desafortunadamente mi hermana se quedo sin trabajo y pasó unos meses agobiada por temer la pérdida de la custodia de su hija. A través de unos contactos míos, le encontré trabajo en la misma población en la que yo residía, con lo cual sin pensárselo mucho, se traslado a mi domicilio con mi sobrinita. La casa era más que suficiente pues contábamos con un dormitorio para cada uno, a pesar de que las pequeñas optaron por compartir una habitación con dos camitas.

Las niñas iban al mismo colegio y tanto mi hermana como yo, trabajando, compartiendo gastos y tratando de educar a nuestras hijas como si fuésemos un matrimonio normal, yo ejerciendo de padre y ella de madre, ayudando en los deberes, compartiendo juegos y salidas con las pequeñas, pero aquí terminaba todo parecido con un matrimonio convencional. Nuestra vida privada no existía. No teníamos ligues ni escarceos amorosos ni nada por el estilo, teniendo una vida sexual totalmente nula tanto ella como yo. Por la noche, cuando las pequeñas se marchaban a dormir nos quedábamos solos viendo un rato la tele o alguna película de video, charlando, contándonos nuestro problemas.... pero nunca tocábamos el tema del sexo. Así pasamos un año, dentro de la monotonía cotidiana.

Finalmente llegó el verano, y nuestros padres vinieron a pasar unos días con nosotros, a disfrutar de sus nietas, etc. Nos propusieron llevarse a las niñas a su apartamento de la playa, ya que estaban de vacaciones y nosotros aceptamos gustosos. También teníamos que contar con el periodo de vacaciones que debían estar con nuestros respectivos "ex", y por tanto podríamos contar con un mínimo de dos meses sin tener la responsabilidad de nuestras respectivas hijas.

Al quedarnos solos en una casa tan grande, al ser un verano sumamente caluroso y al no estar las niñas, nuestra rutina cambió bastante. Para empezar cambió nuestra forma de vestir, pasando a ser mucho más cómoda, informal y fresca. Yo siempre andaba con un pantalón de deporte, bastante amplio y cómodo. Mi hermana, con camisetas varias tallas más grandes que le llegaban a mitad de muslo, permitiéndome poder apreciar la preciosa figura que tiene. Unas piernas larguísimas y bien torneadas, con unos pechos proporcionales a su cuerpo, firmes y nada de caídos a pesar de su maternidad. Su culito es capaz de fundir al más pintado. Está con sus 39 años como normalmente se dice, buenísima. El aeróbic creo que tiene en parte la culpa, e indudablemente los genes, ya que en mi familia nunca ha habido obesos. Por mi parte, yo tampoco me conservo mal, me mantengo en forma y no tengo la denominada "curva de la felicidad".

El encontrarnos solos, y mucho más distendidos, comenzó a provocar situaciones atípicas debidas a la relajación que teníamos. A los pocos dos día de haberse marchados niñas con los abuelos, después de cenar nos pusimos a ver una película en la tele. Era viernes y al día siguiente no teníamos que madrugar. La película tenía alguna que otra escena de sexo que sin ser nada del otro mundo y debido a nuestra situación, terminó por excitarnos. Yo me encontraba en un sillón y con un pierna sobre el reposa brazos del mismo. Al llevar puesto un pantalón de deporte muy amplio, mi atributos quedaron a la vista desde la posición de Ana, quien se hallaba tumbada en un sofá. Al girarse, su mirada quedó clavada en mi pene, que se encontraba bastante morcillón, durante un buen rato. Cuando me percaté de su mirada, le pedí disculpas y corregí mi posición y Ana dijo: "Vaya, después de casi dos años sin poder alegrarme la vista, vas tú y me cortas el espectáculo" ... La verdad en ese momento no supe qué contestar. Ella también estaba excitada, ya que muy disimuladamente se estaba acariciando un pecho con una mano y la otra la tenía entre sus piernas, justo donde se unen. Fue en ese momento que por primera vez la vi como una hermosa mujer y no como mi hermana pequeña.

Al día siguiente teníamos previsto acercarnos a pasar el día con nuestras hijas y nuestros padre. En el coche surgió una conversación, en principio intrascendental, pero que sería el punto de inflexión de nuestras vidas futuras:

Ana, es cierto que llevas casi dos años sin tener relaciones?? –pregunté

Sí tato, con una hija que requiere el poco tiempo libre que tengo es difícil tener algún flirteo. Pero a todo se acostumbra una. Imagino que tu tampoco .... aunque los hombres lo tenéis más fácil, siempre podéis recurrir a las "profesionales".

¿Eso crees? – le dije ... No me gusta el sexo por dinero. Te deja insatisfecho y sin dinero jajajajajaja.

¿Cuánto tiempo llevas sin ... sexo? – me pregunto

En esto te gano. Llevo dos años y medio largos sin estar con una mujer. De vez en cuando, ya sabes, recurro a los "solitarios".

Sí ya, yo también pero no es lo mismo. Hasta me lleva de tener sueños húmedos ... muy húmedos.

¿Cómo podríamos solucionar nuestro problema? - me pregunté en voz alta. – Ya no tenemos edad para salir de discotecas... me siendo raro entre tanta cría.

Sí, es cierto. Me pasa lo mismo. –contestó Ana.

Además viviendo en una población pequeña, si haces algo inusual ... es un mal royo.

Oye, después de cenar con los papás y las pequeñas, en lugar de volver a casa como teníamos previsto ... ¿Te parece que nos vayamos de marcha? Igual con suerte uno de los dos o los dos nos podemos meter un revolcón en la playa a la luz de la luna

Mmmmmm ... no me parece mala idea. De ilusión también se vive.

Va, no digas tontería, con lo buena que estás, esta noche triunfas seguro.

Pues tú seguro que también. Eres el típico cuarentón de "toma pan y moja" jajajaja

Continuamos el viaje riendo y gastando bromas sobre el posible revolcón que nos podríamos dar esa misma noche, cada uno por su lado, para apagar nuestra fuego interno, hasta que llegamos al apartamento de nuestros padres. Pasamos un día en familia las tres generaciones, tras cenar y acostar a las pequeñas, nos despedimos y partimos hacia la aventura de re iniciarnos en las artes de la seducción, las cuales teníamos sumamente oxidadas. Optamos por ir a un pueblo cercano, famoso por su buen ambiente nocturno en la época estival. Tras tomas un par de copas en unas terrazas, decidimos entrar en la sala de fiestas de un hotel, donde pudimos comprobar que no desentonábamos con el resto del personal que había. Ana, fue rápidamente a la pista y se puso a bailar, no sin antes indicarme que quería un martíni bianco, su bebida favorita. Me dirigí a la barra me pedí un 4rosas con hielo y el martíni bianco para ella. Desde mi posición vi como se le acercaron un par de tíos. No es para menos, estaba que se la levantaba a un muerto. Con su camiseta de tirantes ajustada, sin sostén y un pantalón elástico acampanado de abajo (pata de elefante), que le marcaba un culito maravilloso ... si no hubiese sido mi hermana me hubiese lanzado de cabeza a intentar ligar con ella.

Como media hora mas tarde Ana se acercó donde me encontraba, y tras darme un beso en la comisura de los labios, de un solo trago se tomó el martín. Realmente tenia sed tras bailar un buen rato. Pidió otro martín que también acabó rápidamente. Yo andaba ya por mi segundo 4 rosas dentro de la sala de fiestas. El alcohol ya comenzaba a darme el puntito.

¿Qué tal esos maromos que se te han acercado? Le pregunté

Unos imbéciles. Me invitaban a una fiesta privada, a una orgía o algo así. Y tu? ¿Has ligado mucho?. También vi que se te acercó una rubia platino bastante exuberante.

Sí, pero llevaba un colocón de impresión.

Vamos a bailar... Desde que tenía 16 años no hemos vuelto a bailar juntos.

No recuerdo ... ¿Dónde fue?

En unas fiestas mayores, venías tu solo y yo acompañada por 4 amigas. Nos dejaron salir porque tu venías con nosotras. Jajajaja. Por cierto ¿recuerdas a Merche? ... estaba enamoradísima de ti. Nos pidió aquella noche que nos despistáramos para quedarse a solas contigo. Quería perder ese día su virginidad.

.... y yo sin enterarme ... ¿por qué no le hicisteis caso?, a mi no me hubiese importado sacrificarme ...

El problema es que las demás estábamos en la misma situación pero ella fue la única con valor para confesarlo.

¿Tú también estabas enamorada de mí?

No digas tonterías tato ... vamos a bailar.

Saltamos a la pista y tras unos instantes cambiaron los ritmos y pusieron una música más pausada. Se abrazó a mi cuello, yo ceñí su cintura entrando en contacto nuestros cuerpos, solo separados por la fina ropa de verano que llevábamos puesta. Hacía tiempo que no estrechaba en mis brazos a una mujer y sucedió lo inevitable. Se izó el periscopio.

¡¡Tato, qué contento estas¡¡

Perdona, hace tiempo que no estrecho a una mujer en mis brazos y ...

¡Tonto¡ me encanta sentir algo duro ahí abajo ... aunque sea tuyo

Tengo que reconocer que si te miro como mujer estás buenísima

Eso son los ojos con los que me ves. La verdad, si no fuera por nuestro parecido físico, podríamos pasar por una feliz pareja, ajajajajaja.

Sí pero ese parecido nos delata. Nunca ha colado eso de que "somos novios" que decíamos cuando salíamos de marcha antes de casarnos.

Una pena....

De forma instintiva nuestros cuerpos se juntaron más aún si cabía. Mi herramienta estaba a su máxima extensión. Ana, trataba de encajarse entre sus piernas cuanto podía. Nos estábamos frotando de tal manera, que bien podía decirse que nos estábamos masturbando mutuamente. Mis manos, poco a poco fueron bajando hasta que quedaron en su culo ... ¡¡Dios, que duro lo tiene!! ... se me había olvidado con quien estaba, solo sentía a una preciosa mujer entre mis brazos, que ronroneaba como un gatita y que cada vez la notaba mas y mas excitada, con su respiración más agitada y emitiendo leves grititos apenas audibles por la fuerte música.

Mis manos buscaron la unión del su culito con las piernas y se internaron en el canalillo que formas hacia sus agujeros, haciendo Ana en ese instante un movimiento pélvico buscando un mayor contacto con mis dedos. Noté lo mojada que estaba ya que le traspasaba la ropa del pantalón. Estaba muy caliente. Salí de mi ceguera en el momento que me apretó con sus brazos con fuerza en el cuello y emitió un ¡aaahhhhh! profundo e intenso, con el corazón acelerado que notaba perfectamente en las palpitaciones de su cuello y la respiración entrecortada ...

¡Vaya, ... ¿has disfrutado? -le dije.

No digas nada por favor ... y ni se te ocurra quitar tus manos de donde están...

Como quieras pero

¡No digas nada por favor, ahora no! ... déjame disfrutar este momento ... lo necesito – me interrumpió.

Así estuvimos siguiendo la música durante veinte o treinta minutos. Sencillamente me sentía muy feliz pegado a su cuerpo, oliendo su aroma tan familiar y al mismo tiempo tan nuevo para mí. A lo largo de esos minutos, Ana dejó de ser para mí mi hermana pequeña que siempre había sido. Ahora estaba, con toda una mujer, sin ser consciente de las consecuencia que un rato de baile con ella nos tenía que acarrear.

Tato, ¿nos tomamos una copa y nos vamos? Tengo mucha sed.

Muy bien cariño, tú mandas.

Partimos de la pista hacia la barra cogidos de la mano. De forma automática, pedí un martín bianco para ella y otro bourbon con hielo para mí. Nos lo tomamos sin hablar, con un cierto nerviosismo casi sin mirarnos. Una vez apuradas las copas y abonada la consumición, nos tomamos nuevamente de la mano y nos dirigimos hacia la salida. Cuando llegamos a la calle, la tomé por el hombro y Ana me ciñó la cintura con ambos brazos apoyando su cabeza en mi hombro.

Tato, ¿Estas en condiciones para conducir?

No, la verdad es que me encuentro un poco mareado.

¿Vamos a la playa a que nos dé el aire y nos despejemos un poco?

Me parece muy bien.

Cuando llegamos a la solitaria playa, anduvimos paseando un buen rato, mirando el batir de las suaves olas, las estrellas y las luces del pueblo ya un poco lejanas.

Ana, ¿Nos sentamos?

Sí , quiero tumbarme un rato en la arena. Hace una noche muy agradable.

Ana, dejándose caer de espaldas, con los brazos estirados por encima de su cabeza mientras daba un profundo suspiro con los ojos cerrados y yo realicé prácticamente el mismo movimiento al mismo tiempo.

Transcurridos unos minutos, en los cuales nos relajamos un poco, sintiendo la fresca brisa marina, miré a mi hermana apreciando el bonito perfil de su rostro y de su figura

Ana –

Mmmmm?

No te has dado cuenta o lo haces a propósito? -le pregunte

¿El qué?

Tienes tus pechos al aire

Bueno, así están fresquitos con la brisa. ¿Te molesta? –me contestó sin tan siquiera abrir sus ojos.

Personalmente no me importa en absoluto... Me está gustando mirarlos ... los tienes excitados ...

Me gusta que me mires y ... –dijo sin terminar la frase.

... ¿Y?

Es una locura todo lo que estoy pensando.

Un euro por tus pensamientos –le dije tras unos instantes

Tony, es una locura, ya te lo he dicho, no vale la pena ...

¿Que tengamos los mismos pensamientos los dos? –la interrumpí.

¿Crees que tenemos los mismos pensamientos? –me preguntó

Ana, en estos momentos, tal como estamos, con las copas que nos hemos tomado ... estoy seguro que estamos pensando en los mismo.

... Y después?... ¿mañana? ... ¿el mes que viene?

Buscaremos una solución al problema si es que existe tal problema ...

Y sin acabar totalmente la frase mi mano derecha se posó en su pecho izquierdo y mi boca fue directamente a su pecho derecho

Aaaaahhh¡¡ - exclamó mientras una corriente eléctrica interna estremeció su cuerpo

¿Esta es la locura que tenías en tu pensamiento? - pregunté

Sigue por favor .... Diooosss, que ganas teníaaaa ... sigue

Obedecí sus órdenes de forma inmediata. Sus pezones instantáneamente se endurecieron y crecieron mientras sus caderas realizaban movimientos rítmicos como si estuviera haciendo el amor... mi mano derecha, descendió suavemente por su cuerpo hasta localizar el elástico del pantalón. Lentamente, deslicé la mano por dentro del pantalón, con tan buena fortuna, que al mismo tiempo también salvé el elástico de su braguitas, alcanzando su pubis el cual estaba totalmente depilado.

Sigue, sigue por favor ... aaaahhhh... no pares sigueeeee – susurraba con voz entrecortada.

Pronto alcancé su labios, que rezumaban abundantemente líquidos por la enorme excitación en la que se encontraba. Yo no me quedaba a la zaga precisamente. Mi pene se encontraba en su máximo apogeo, palpitando al mismo ritmo de mi corazón, bastante acelerado en esos instantes.

Ana, alcanzó un tremendo orgasmo apenas rocé su clítoris con la yema de mis dedos, cerrando bruscamente las piernas y aprisionándome con ellas mi mano, que quedó totalmente empapada por la cantidad de flujos que generó en su clímax.

Tardó unos instantes en recuperarse y volver un poco a la normalidad. Cuando así ocurrió, sin mediar palabras tomó mi cara con sus manos y me besó de una forma casi salvaje, con una pasión y un deseo acumulado durante meses y que necesitaban salir al exterior.

Vamos a casa - Ordenó, levantándose al mismo tiempo y tirando de mi mano para que siguiera su iniciativa. ¿Cuánto tardaremos en llegar?

Mas o menos una hora, depende si volvemos por la carretera o por la autopista.

Por donde antes podamos llegar

Entonces por la autopista pero, ¿por qué tanta prisa?

¿No te has dado cuenta de lo que ha pasado? Me contestó – tu y yo, ya no somos hermanos. A partir de ahora ... somos pareja, amantes, marido y mujer, ¿No deseas poseerme? ¿no quieres follarme como un loco? Si no estamos follando ahora como conejos es sencillamente porque prefiero que hoy sea nuestra noche de bodas. Perdóname, sigo siendo un clásica y ... sí, estaba enamorada de ti y ese fue el motivo por el que no te dejé a solas con la zorra de Merche.

Sinceramente, en esos momentos no supe que contestar. Mi pene explotaba, tenía ganas de vaciarme, y mi cabeza era todo un torbellino de sensaciones. Sus preguntas me retumbaban en mi interior y lo mejor de todo es que todas las contestaciones fueron SI. Me he dado cuenta de lo que hemos hecho, deseo poseer a mi hermana, follarla como un poseso, llevar a cabo todas mis fantasías sexuales con una mujer de bandera como es Ana.

Llegamos al coche, subimos y sin mediar palabra enfilamos hacia la autopista. Si no hay problemas, ni mucho tráfico en unos 40 minutos podríamos estar en casa. Cruzamos el peaje de entrada y de forma automática me puse a circular a velocidades de vértigo. Si me pilla la policía de carretera con su radar, me retiran el carnet de conducir por unos cuantos meses. Ana, pasó al asiento trasero y a través de un acceso al maletero, accedió a su bolso de viaje, de donde sacó una minifalda, que mas bien parecía un cinturón un ancho. Vi por el retrovisor que prescindía de ropa interior. De forma muy hábil, con un pañuelo grade de seda, y un anillo, se confeccionó un top, totalmente transparente que se anudó al cuello y a la espalda a la altura de sus pechos, quedando toda su tripa al aire. Al pasar nuevamente al asiento delantero, me dio todo un espectáculo mostrándome su culo y su coñito depilado en todo su esplendor. Mi erección fue instantánea ante esa sublime visión.

¿Desde cuando lo llevas depilado? -Le pregunté

Desde mi separación. Me lo hice permanente, con láser.

¿Y eso? ¿qué idea te dio?

Que pasa, ¿no te gusta? Me dijo al mismo tiempo que abriéndose de piernas se subió la faldita.

Ana, no me hagas eso ... vamos a 210 km./h. Y no me quiero distraer...

Vaya, pues por lo visto mi cosita no te ha dejado indiferente .... vamos a ver

Ana por favor, no ... es peligroso, déjame –dije, mientras me abría el pantalón y dejaba al descubierto mi aparato.

Muy bien tato, no esperaba menos de un miembro de nuestra familia. Seguro que lo sabes utilizar muy bien.

Mientras decía ésta últimas palabras, bajó su cabeza y comenzó a hacerme una mamada sensacional... Dios mío como movía la lengua, como utilizaba sus labios, suaves, húmeros y carnosos ... Me estaba dando un placer increíble. No tardaría mucho en correrme si seguía a ese ritmo ... Trataba de concentrarme en la carretera, pero cada vez tenía más dificultad. Vi un cartel de un área de descanso a un kilómetro... no sé si aguantaría ... cuando Ana notó que el vehículo deceleraba, preguntó

¿Qué haces?

Parar en un área para ... - Sin dejarme terminar la frase, y volviendo a su "faena bucal", estiró su brazo y empujó mi pié sobre el acelerador, obligándome a continuar a la misma velocidad.

Me encontraba en la gloria ciertamente, y ahora sí, estaba a punto de correrme, no aguantaba más, y así se lo dije. Como si no hubiese escuchado nada de lo que decía, continuó con su mismo ritmo durante unos instantes y ....

  • AAAAAAYYYYY. PERO ¿QUÉ HACES? ¿TE HAS VUELTO LOCA? – Le dije con un fuerte dolor en los testículo tras habérmelos apretado para cortar de forma drástica mi corrida antes de que empezara.

Perdona que te deje así, pero en cuanto lleguemos a casa, quiero bañarme con tu lechada. Es una forma de acumularla, ¿sabes?

Pues podrías saber una menos dolorosa ... me has puesto como una moto y me he quedado con las ganas ...

Tranquilo cielito ... tendrás tu recompensa te lo aseguro. ¿Sabes? Lo que te he hecho, jamás se lo hice a mi ex.

¿Mamársela con el coche en marcha? No me extraña ...

No. Jamás he usado la boca con ningún hombre. Y tenía ganas de hacerlo.

¿Nunca?

Nunca. Mi virginidad bucal ha sido tuya. Y te aseguro que no será la única virginidad que me hagas perder. ¿Cuánto falta para llegar?

Unos quince minutos más o menos ...

Pues acelera si no quieres llevar el coche a limpiar la tapicería de mi asiento. Diooss, estoy chorreando ...

Unos diez minutos más tarde llegamos a casa y metí el coche directamente en el garaje. Ana salió rápidamente abriéndome la puerta y tirando de mi brazo casi me sacó arrastras, abrazándome por el cuellos con sus brazos dio un saltito y me ciñó la cintura con sus piernas, quedando su sexo apoyado directamente sobre el mío, ya que al quedar de pié, mi pantalón cayó hasta los tobillos y mi pene se encontraba por fuera de los calzoncillos. Como una auténtica experta, y con un movimiento de sus caderas, se introdujo profundamente mi sexo en su vagina, que estaba totalmente encharcada. En esa posición, comencé a caminar no sin cierta dificultad hacia el interior de la casa. Ana no paraba de moverse mientras nuestras bocas estaban unidas con una pasión frenética, casi animal, realizando una auténtica lucha de lenguas. Mientras caminaba Ana seguía follándome con desesperación, con unas penetraciones profundísimas y debido a la posición, a través de la punta de mi pene notaba a la perfección como golpeaba en lo más profundo de su vagina. A ese ritmo, y con el enorme placer que esta sintiendo, no pesé que pudiera llegar al salón de la casa sin correrme.

Entrando en el salón de la casa, la dejé apoyada sobre su culo en la mesa poniéndome sus piernas apoyadas en mis hombros, continuando con un bombeo frenético, mientras ambos dejábamos escapar gritos y bufidos de auténtico place. Sus contracciones vaginales sobre mi pene y un grito que debió escuchar todo el vecindario, me indicó que su orgasmo había llegado, iniciando en esos instantes mi descarga de semen en lo más profundo de su ser. Eva cayo sobre su espalda en la mesa y yo sobre ella, con los últimos estentores de nuestros respectivos orgasmos. Yo me dejé caer sobre su cuerpo y besé sus labios suavemente, con todo el amor con que fui capaz de mostrar... mi sexo, que no había perdido su consistencia en ningún momento, aún seguía en su interior ... Dios mío que delicia sentir como con sus músculos vaginales apretaba mi polla, totalmente lubricada con nuestros respectivos efluvios corporales.

Tras unos instantes me incorporé para tomar a Ana en mis brazos, y como si de dos recién casados en su noche de bodas se tratara, me dispuse a llevarla al dormitorio en el que a partir de ese momento.