Norma (1)

Una veterana con miedos pero con ganas, un fin de semana como para olvidar, por suerte llego el lunes.

Hola amigos de TR, tal vez algunos recuerden haber leído relatos en los que conté una etapa de mi adolescencia (Grandes Series – Memorias I/XII), para los que no lo hayan hecho les comento que soy de escribir relatos muy largos, descriptivos y con mucho dialogo, estoy convencido, de acuerdo a mi experiencia, que la mayoría de las vivencias sexuales no surgen por generación espontánea y generalmente tienen la dosis de afecto necesaria para que satisfagan en cuerpo y alma, no soy amante del sexo por el sexo en si, seguramente muchos lo practican como respuesta a una necesidad hormonal, yo prefiero el que tiene un juego de seducción previo, un durante y un después tanto o mas placentero que el coito propiamente dicho. Con referencia a los diálogos, no son exactamente como se desarrollaron, pero respetan la esencia, ocurre lo mismo con cada relación íntima (han transcurrido muchos años y la memoria ya no funciona correctamente, de todas formas si no fueron así, me hubiera gustado que lo fueran) luego de esta perorata vamos a lo que nos interesa.

Soy argentino, nací en un barrio al sur de la Capital Federal a fines de la década del 40, madre ama de casa, padre trabajador y hermana 4 años menor, tuve una infancia feliz sin lujos pero sin necesidades, la barra de la esquina, buenos vecinos y de los otros, amigos de ley, descubrí el sexo con una prima casi 13 años mayor y lo continué con dos veteranas las que me llevaban casi 20 años, una de ellas, vecina y tía de un amigo de la barra, y la otra amiga de esta, por esas cosas de la vida recién a los 21 años tuve mi debut con una chica de mi edad, hasta ese entonces todas mis experiencias habían sido con "chicas" algo o bastante mayores, nunca supe exactamente el porque, tal vez haya sido suerte, el haber comenzado a trabajar muy joven en un ámbito en el que fui el nene consentido o el haber terminado la secundaria de noche rodeado de compañeros veteranos, quienes me llevaron de la mano a conocer la noche, realmente no encuentro una razón exacta, el hecho concreto es que las cosas se dieron de esa forma, por aquel entonces estaba convencido que las veteranas que conocía tenían un patrón común y que yo era un iluminado con el don de reconfortarlas espiritual y físicamente, el secreto era hacerme carne de sus inquietudes o problemas, tratar de darles una mano lo mas honestamente posible y asunto arreglado. Terminé los estudios secundarios estudiando de noche y trabajando de día en un estudio jurídico contable en el que mi prima pisaba fuerte, no obstante el parentesco me supe ganar un lugar por mérito propio en base a dedicación al trabajo y un caradurismo a prueba de balas, era el nene mimado al que se le toleraba casi todo, piropeador respetuoso y siempre dispuesto a dar una mano donde hiciera falta.

Apenas cumplí los 18 lo primero que hice fue sacar la Libreta de Enrolamiento y la Licencia para Conducir, Graciela, mi prima, se había casado y comenzaba a desarrollarse como profesional independiente, esto trajo como consecuencia inevitable que nuestros encuentros comenzaran a espaciarse hasta limitarse a visitas familiares, comencé la carrera de Ciencias Económicas, no por convicción sinó porque algo había que estudiar, para ese entonces la abstinencia no querida, comenzaba a ser preocupante, había terminado un par de meses atrás una relación secreta y bastante conflictiva con una compañera de trabajo y estaba dedicándome al culto de Onan, cuando estaba por recibirme de Gran Maestro Onanista con diploma de honor y medalla de oro, se cumplieron 25 años de la fundación del Estudio y se organizó un festejo en la chacra de fin de semana de uno de los titulares en Lujan, localidad ubicada a no mas de 60 kilómetros de Buenos Aires, el ágape estaba previsto todo el fin de semana, el sábado para la tropa, o sea el personal del estudio, de clientes, de bancos y de algunas reparticiones públicas, el domingo para aquellos que quisieran seguir del día anterior y se agregaban personajotes de las empresas y reparticiones nombradas, o sea el sábado para los trabajadores y el domingo para los que les diera el físico y jefes, encargados, gerentes y funcionarios, había dos micros a disposición de quienes no tenían medio de locomoción, un menú pantagruélico y varios espectáculos para amenizar, en otras palabras una fiesta de puta madre.

Cabe destacar que entre el personal femenino había dos mujeres que por distintas razones me llamaban la atención, realmente a esa edad cualquier cosa con tetas lo hacia, una era Norma, la tesorera, una veterana de aproximadamente 35 años, casada, una hija, se sabia muy poco de su vida personal ya que participaba poco y nada en las tertulias habituales en todo trabajo, aspecto formal vestía ropa holgada de colores apagados y con un carácter lo suficientemente hosco como para espantar al mas osado, esto suponía un desafío y la piropeaba constantemente, los primeros tiempos respondía con una mueca semejante a una sonrisa y a medida que pasaron los meses la sonrisa era mas franca y diría que sugerente, de hecho alguna vez me pareció que cuando no le decía nada me provocaba, nuestras tareas eran complementarias y cada tanto debíamos trabajar juntos, cada uno de esos momentos los aprovechaba, siempre en vano, para tratar de averiguar sobre su vida, de a poco y a pesar de la brecha generacional se fué creando un vínculo casi amistoso, charlábamos sobre casi todos los temas, excepto su vida privada, en mas de una ocasión, y como al descuido, durante el diálogo le habia tomado la mano sin encontrar resistencia, esto me animó a proponerle compartir un café

Nenito, como se te ocurre?,

Normita, solo a tomar café y charlar mas tranquilos

Mira vos… solo a tomar café, y como vamos a hacer para que esta manito traviesa se quede quieta? – preguntó sonriendo mientras movía su mano haciéndome notar que era consciente que la estaba acariciando.

Si ese es el impedimento me la corto – respondí devolviendo la sonrisa y continuando con el mimo.

No hace falta ser tan extremista, el café lo tomamos acá y listo… no te parece?

La verdad… no me parece, pero tendré que resignarme – respondí entregado.

Y si… es lo que corresponde, además ya estoy algo crecidita.

Vos crecidita, no me hagas reír… si sos una criatura que le gusta disfrazarse de grande – dije mirándola exageradamente.

Seguí piropeándome que me gusta… pero el café lo tomamos acá, mirá si nos ve alguien.

Conozco varios lugares lo suficientemente discretos.

Claro, uno en Hong Kong y otro en Tel Aviv, jajaja

Bastante mas cerca, dale… decime que si y me muero.

No nenito, si te morís el sentimiento de culpa no me va a dejar dormir, jajaja

Sabes que cuando te reís sos hermosa – dije apretándole la mano.

Y vos un caradura… basta de charla, hay que trabajar… hasta luego – dijo despidiéndome de su oficina.

Hasta luego – dije dándole un beso en la mejilla –

Que haces?

Me echaste y me despido.

Desaparecé.

En una oportunidad entré a un bar cercano a la facultad para hacer tiempo y la encontré tomando un café, no le quedó mas remedio que aceptar mi compañía, charlamos de bueyes perdidos un buen rato, la noté inquieta y se lo hice notar, explicó que cada tanto le gustaba estar sola disfrutando un café mirando la calle, que no le interesaba estar acompañada y menos con un chico tan joven, sentí que lo que yo creía un acercamiento habia sido un espejismo, me disculpé diciendo que no tenia intención de molestarla, pagué la consumición y me fui a clases, a ella no se le movió un pelo y a mi me rompió el forro de las pelotas, esa noche al volver a mi casa recordé el incidente y al visualizar la escena me di cuenta de dos cosas, una permanente mirada melancólica y una obsesiva contracción al trabajo, parecía que quería ocupar el tiempo, era la primera en llegar y la ultima en retirarse, se sabia que concurría a toda conferencia o simposio que hubiera sin importar el tema, en fin una mujer a la que parecía que la vida simplemente le transcurría.

Sandra era la otra, 25 años, un pedazo de mujer infartarte, lo sabía y lo explotaba, conseguía que el plantel masculino hiciera lo imposible para ganar sus preferencias, lo máximo que concedía era una amplia sonrisa y una mirada enigmática, no se le conocía novio y su vida fuera de la oficina era un misterio, cada tanto la lisonjeaba haciendo hincapié en el vestuario o en sus condiciones laborales o intelectuales, jamás sobre su físico, no porque no le tuviera ganas, sino porque estaba convencido que su respuesta me podía dejar mal parado y mi ego, en ese entonces por las nubes, no lo soportaría, en fin, lo que se dice, un imposible.

Cerca de la fecha nos pusimos de acuerdo en viajar en uno de los micros que partían de la puerta de la oficina, los que no podían quedarse los dos días volverían en cualquiera de los micros que el sábado por la noche harían el viaje de vuelta a la Capital para luego retornar y transportar al resto el domingo por la noche, Norma se excusó argumentando tener compromisos que no me convencieron, luego de mucho insistir conseguí arrancarle un si no muy convincente.

Como nunca ese día llegamos puntualmente, las mujeres luciendo sus mejores galas informales, lo que hizo que el personal masculino, yo incluido, en mas de un caso quedara gratamente sorprendido, el viaje presagió un buen fin de semana, piropos y sonrisas de agradecimiento, cantos, risas y gritos fueron la constante, hicimos casi todo el viaje eufóricos y cambiándonos de un asiento a otro, nos recibieron con mate cocido y pastelitos, luego hubo tiempo libre y comenzamos a recorrer la chacra, bajo una frondosa arboleda se habían dispuesto mesas para 10/12 personas cada una formando un semicírculo orientado a una gran mesa rectangular la que iba a ser ocupada por los titulares del estudio y algunos personajotes.

El día transcurrió haciendo sociales, entre comida y bebidas a discreción, algún show folklórico y exhibición de destreza criolla, en un par de ocasiones me acerqué a Norma invitándola a que se integre al grupo, se excusó en ambas oportunidades, la primera vez con una mueca parecida a una sonrisa y la segunda casi de mal modo, en un momento de la tarde la vejiga me hizo notar que no hacia buenas migas con la cerveza, aliviado regresé y me encontré mas solo que la una, el grupo estaba disfrutando de una guitarreada, procurando no molestar me ubiqué en un costado, Sandra al verme apartado me invitó a que me acercara con un gesto, me coloqué muy cerca de ella, una de las canciones fue una chacarera y el cantor invitó a quien quisiera que la bailara, tímidamente se armaron algunas parejas y Sandra me preguntó

Te animás?

Por supuesto – tomé dos servilletas a modo de pañuelos y nos pusimos en posición para la danza, con los primeros movimientos me miró con los ojos abiertos como el dos de oros, respondí con una sonrisa sobradora.

Finalizado el baile, y al terminar los aplausos me dijo:

Me sorprendiste, la verdad pensé que con esa pinta de roquero, de folklore, ni hablar y habías sido buen bailarín.

No tanto, me defiendo., el mérito fue de mi pareja – respondí con una sonrisa.

Y desde cuando te gusta?

Aprendí algo en la escuela y luego tuve que ensayar mucho para una obra de teatro costumbrista.

No me digas que te gusta el teatro.

Mucho, lo prefiero al cine… y como actor soy un caradura que se anima a cualquier cosa.

Te gustan Los Beatles?

Son lo más después de Bill Halley y Elvis.

Rock, teatro, folklore…que raro… no?

Y si… soy una mezcla rara de Shusheta y de Mimi (personajes de la letra de un tango)

Me muero!!!... también te gusta el tango.

No soy un entendido, pero no le hago asco.

Esa si que no te la creo

Si me haces alguna pregunta no muy difícil, creo que me animo.

Bueno… a ver… decime algunas orquestas y cantores – dijo sobrando.

Y yo que gano? – pregunte picado por su sonrisa.

Lo mismo que yo… nada.

Entonces… para que exprimir la neurona?, apostemos algo

Bueno… que apostamos?

Un beso… el que pierde le da uno al que gana.

Que vivillo… siempre ganas vos.

Nena, para un poquito, después de todo no sos Marilyn Monroe y además mis besos se cotizan en bolsa.

Sos un caradura… pero esta bien… acepto… a ver tus conocimientos

Bueno… D"Arienzo, Tanturi, Salgan, Troilo, De Caro, el Tata Floreal, el Tano Marino, Agustín Magaldi… sigo?

No…con esos alcanza, ganaste – se acercó ofreciendo la mejilla.

Error… el que pierde se lo da al que gana – ahora la miraba yo sonriendo sobrador.

Y me vas a cobrar? – preguntó sonriendo seductora.

Me muero de ganas… pero reconozco que jugué con cartas marcadas, jajaja… de todas formas tenés una deuda.

Dimos por terminada la charla y nos unimos al grupo, esa tarde no hubo nada relevante, excepto que la sorprendí y me sorprendió mirándome y mirándola varias veces, al atardecer hubo un brindis y tuvimos que aguantar estoicamente los consabidos, falsos e interminables discursos que fueron coronados con cortos y huecos aplausos, hubo unas palabras del presidente de la empresa que si fueron vivamente aplaudidas "Gracias por vuestra presencia y que comience la cena".

Cerca de medianoche y en lo mejor del baile, noté que Norma, estaba sola sentada en una silla algo alejada del ruido con su habitual cara de aburrida, lo comenté con un compañero incitándolo a que la integrara al grupo, - Ni en pedo, es una amarga, andá vos que sos mas simpático y todavía no te mordió, jajaja -, no le di mayor importancia y seguí divirtiéndome con los demás, cada tanto volvía a observarla y su cara mostraba fastidio, tomé una botella de cerveza, dos vasos y me acerqué sonriente siguiendo el ritmo de la música.

Hola, puedo? – pregunté señalando una silla contigua.

Por supuesto, no es mía… no me tenés que pedir permiso. – respondió de mala gana.

Lo se… es que no quiero molestar – dije con actitud amistosa.

Me da lo mismo

Bueno… al menos me acompañas con una copa? – pregunté con la mejor de mis sonrisas.

Mira… con vos está todo bien, pero vine porque insististe y para evitar que digan que soy la amargada de siempre y que no participo en nada… pero malditas las ganas que tengo de estar acá… te quedó claro? – contestó en tono cortante.

Clarísimo… espero no ser yo el motivo de tu mala cara.

No… pero por favor no insistas.

Perdonáme, no te quise fastidiar, si es tu gusto quedate sola… – me levanté molesto, era la segunda vez que me echaba.

Volví al baile, pensando que era una noche de joda y que no valía la pena estropearla, no obstante cada tanto volteaba para observarla, seguía con el mismo gesto adusto pero me devolvía la mirada, me integré al baile y me olvidé del asunto, millones de estrellas, música estruendosa, luces multicolores y mucha bebida se combinaban para dar a la reunión un marco espectacular, de golpe se cortó la música, se apagaron la mayoría de las luces y dió comienzo el espectáculo principal, nos arremolinamos alrededor del improvisado escenario batiendo palmas y acompañando las canciones del artista.

Disculpe caballero, sabe donde puedo conseguir algo frío?

Claro, acompáñeme – respondí despegando un brazo invitándola a que lo tome.

Vas a pensar que estoy ensañada con vos, el otro día en el bar y hoy – dijo mientras me tomaba del brazo.

Un poco si, supongo que algo mal debo haber hecho.

No, al contrario… la que está haciendo todo mal soy yo y quiero disculparme. – dijo en tono amistoso.

Esta bien, en el fondo lo tengo merecido por meterme mas allá de lo que debo, disculpáme – respondí sin mirarla.

En serio, al último que trataría mal es a vos – dijo dándome un beso en la mejilla – pero no estoy pasando por un buen momento y todo me molesta… a veces digo cosas que no quiero decir, me salen solas – dijo compungida...

Bueno, te propongo un trato, nos disculpamos mutuamente y aquí no ha pasado nada, que querés tomar? – pregunté en tono conciliador.

Lo que tomes esta bien.

Una gaseosa te va? soy de tomar poco alcohol… como máximo cerveza.

En serio? – preguntó con un gesto de asombro – mirá que se te puede caer la imagen, radio pasillo (argentinismo por chusmerio en lugar de trabajo) comenta otra cosa.

No me digas, y que dice? – pregunté intrigado mientras pedía una botella de cerveza y dos vasos.

Se comenta que tu vida es bastante desordenada – manifestó sonriendo.

Mira vos… que interesante – comenté como para mi – Nos sentamos?

Dale

Donde?

Donde estaba antes, como desagravio.

Preferiría que hubiera una mesa de por medio.

Porque?

Para evitar los comentarios de radio pasillo, jajaja, en serio, si dicen algo de mi no importa, incrementaría mi mala fama, pero de vos me molestaría sobremanera.

No seas tonto, no tenés mala fama, al contrario, sos un misterio e inventan cosas… y con especto a mi, no te preocupes radio pasillo dice que mi carácter es una especie de cinturón de castidad y barrera infranqueable.

Y… un poco de razón tienen, jajaja

Es cierto, jajaja, pero no lo puedo evitar… nos sentamos? – preguntó señalando dos sillas contiguas - Perdón, como es eso que no tomas alcohol?, esto parece cerveza, jajaja.

Normita, tiene solo 4 o 5 grados, además estamos haciendo las paces y amerita un brindis con algo fuerte.

4 o 5 grados, algo fuerte?, entonces es cierto que sos casi abstemio?

Totalmente cierto – dije mientras le ofrecía mi vaso para chocarlo con el suyo.

Y porque brindamos? – preguntó.

Huyy… por un montón de cosas, pero tengo miedo que alguna te caiga mal, jajaja.

Prometo no enojarme, jajaja, empezá, después brindo yo.

A ver… brindo por tu sonrisa y que hayas venido… por estar con la chica mas linda de la fiesta… por que cambies el gesto, sin fingir… porque dejes de marcar la diferencia generacional… por que me permitas conocerte un poco… porque no me eches más y por último brindo porque te disculpes de nuevo.

Porque me tengo que disculpar de nuevo?

Para que me des otro beso.

Mira que sos pedigüeño… querés un beso francés? – dijo dándome un beso en cada mejilla sin esperar mi respuesta.

Ahora te toca a vos – dije algo asombrado, no esperaba tanta efusividad.

No va a ser fácil superar el tuyo.

No es una competencia, simplemente dije lo que siento en este momento. dale, te toca a vos.

Brindo por quien me convenció que viniera, quien casualmente es el chico mas lindo de la fiesta… porque alguien me invite a bailar y por último por recibir una disculpa, jajaja.

Francés?

Francés - confirmó

Entrechocamos los vasos mirándonos fijamente a los ojos, en silencio bese ambas mejillas, me pareció notar un leve movimiento de su cara lo que hizo que cada beso casi rozara la comisura de sus labios,

Me acabo de dar cuenta de algo – comentó sonriendo

Que?

De acuerdo al brindis somos la pareja mas linda de la fiesta

Normita, tené cuidado con lo que decís… me puedo ilusionar, jajaja.

Que dije?

Que somos una pareja

Es una forma de decir

Que lástima – dije poniendo cara de pena.

Porque? – preguntó sonriendo sugestiva.

Sería lindo – respondí mirándola a los ojos.

Sos un chiquilín.

Bebimos las cervezas, la tomé de la mano y nos acercamos al grupo para ver las ultimas canciones en el escenario, mis compañeros/as nos miraron asombrados murmurando entre ellos, hecho que atrajo las miradas de quienes nos rodeaban, noté que el rubor me encendió las mejillas y puse cara de yo no fui causando la risa contenida de la mayoría, el rumor y los movimientos llamaron la atención del artista, quien al finalizar la canción dijo;

Parece que tengo una fan, finalmente he conocido a la compradora de mi ultimo long play (el comentario, ayudado por el alcohol, causó hilaridad y aplausos de los presentes), por favor acérquese y acompáñeme en el próximo tema (mientras hablaba mirando a Norma, se fue acercando al borde del escenario y estiró la mano invitándola a subir, Norma muerta de vergüenza se negó y comenzó a mirar para todos lados buscando ayuda, el publico comenzó a batir palmas vivando "Que suba", "Que suba"), parece que le voy a tener que pedir permiso al novio (dijo mirándome a mi, no se porque le di un beso en la mejilla y la empujé suavemente hacia la escalera) - Un aplauso para el caballero… y tranquilo que se la voy a devolver enterita (dijo manejando al publico a su antojo, aplausos, gritos y silbidos coronaron el comentario, Norma. resignada accedió a subir aceptando la mano del artista, una vez que el silencio invadió el lugar comenzaron los acordes de "Apuesta por el amor", tema que años mas tarde popularizara la genial Lola Flores haciendo dúo con su hija Lolita, al principio estaba dura como una estatua, la experiencia del cantante la hizo relajar invitándola a participar de los coros y haciendo que acompañara el ritmo bailándolo, remató tomándola de la mano y haciéndola girar sobre su eje, pidió un aplauso señalándola mientras le besaba el dorso de la mano, esta con la cara casi bermellón bajó enfilando al grupo mirándome con una gran sonrisa y amenazándome con el dedo índice – Te mato – dijo causando la hilaridad de los presentes.

Huyy, parece que hay problemas, ayúdenme por favor… "Que se besen", "que se besen" – pidió incitando al publico para que lo acompañe, este comenzó a batir palmas acoplándose al coro, la miré, encogí los hombros como disculpándome y señalé al artista culpándolo, tomé su barbilla y le di un suave beso en los labios, un cerrado aplauso coronó mi actitud.

Ahora puedo terminar el show sin culpa, los quiero escuchar cantar bien fuerte… Cuando quiera maestro.

Comenzó lo que se suponía era la ultima canción, Norma se ubicó de espaldas delante de mí, haciéndome el distraído la tomé de la cintura, giró la cabeza para mirarme y seguí como despreocupado mirando el espectáculo, sonrió, apoyó sus manos en las mías y me hizo abrazarla apoyándolas en su pancita, en ese momento pensé que seguía el ritmo inconscientemente restregando la espalda en mi pecho, instintivamente mi amigo comenzó a hacer notar su presencia, lo cual pareció incomodarme mas a mi que a ella, esto me envalentonó y le di varios besitos en la nuca los cuales pareció no notar, luego de dos o tres bises culminó el espectáculo en medio de aplausos, gritos y silbidos, al bajar del escenario el cantante me llamó moviendo el índice con el puño cerrado, hice el gesto de llevar mi dedo al pecho preguntando si se dirigía a mi y respondió que si moviendo afirmativamente la cabeza, me acerqué, amistosamente pasó el brazo por mi hombro y en voz muy baja me dijo;

De nada flaquito.

Porque? – pregunté con cara de inocente.

No te hagas el boludo, gracias a mí te vas a comer un caramelito.

Le parece? – pregunté con el mismo rostro.

Ponéle la firma pendejo, algún día me lo vas a agradecer.

No creo.

Confia en mi…chau pibe, suerte – dijo palmeándome la espalda y alejándose con una sonrisa sobradora.

Que quería? – preguntó Norma al acercarme a ella.

Nada, se disculpó por si había creado algún problema, le aclaré que éramos compañeros de oficina y que lamentablemente no tenía ninguna posibilidad porque eras mucho más grande. – respondí dando una segunda intención.

Che!!! – dijo dándome un pellizco en el brazo – no soy tan vieja, jajaja

Claro que no, pero según vos hay diferencia.

No tanta – dijo con una sonrisa que interpreté pícara.

En ese momento se acercaron los compañeros/as truncando la charla, en medio de bromas sobre lo ocurrido formamos un corrillo divertidísimo hasta que comenzó a sonar una música que invitaba a bailar, la tomé de la cintura llevándola al tumulto y comenzamos a bailar, al principio sueltos y de a poco se fué acercando hasta tomarme las manos invitando a que la abrace por la cintura para luego pasar las suyas por mi cuello bien pegaditos, mi amigo comenzó a reaccionar y se lo hice notar moviendo ligeramente las caderas, por un breve lapso no dijo ni hizo nada, luego se separo un poco, me miró fijo y me habló, llevé el índice a mi oreja negando con la cabeza haciéndole notar que la música me impedía escucharla, sonrió y casi colgándose del cuello se acercó hablándome al oído.

Tendría que estar enojada con vos.

Porque? – pregunté también hablándole al oído.

Me hiciste pasar el papelón de mi vida, quería matarte.

Si, al principio se te notó un poco tensa pero al final participaste y fuiste la figura del show.

Eso no me molestó, me refiero a otra cosa.

A que?

Al beso… me besaste delante de todos.

Y lo volvería a hacer.

No serias capaz – dijo como provocando.

Ah no, mirá – dije dándole un nuevo beso previo a humedecerme los labios.

Lo hiciste de nuevo.

Y cada vez me gusta mas – dije besándola nuevamente.

No lo puedo creer, sos un aprovechador – dijo sonriendo.

Que hice?

Me acariciaste y besaste durante el show, caradura - dijo divertida y siempre acercándose para hablarme al oído y separándose levemente esperando mi respuesta también en su oído.

Suficientemente caradura como para mimarte toda la noche – dije dándole otro beso, esta vez ella también se mojó los labios – Me encanta besarte.

Pero no puede ser – respondió como dudando.

No te gustó? – pregunté intentando parecer inocente.

No te importa – respondió en un tono serio.

Tenés razón, perdonáme... – dije con un gesto compungido como con culpa.

No Bebe, no pongas esa cara… después de todo, el que calla, otorga – dijo conciliadora.

Esta bien, pero... igualmente me excedí – comenté acentuando mi culpa.

Nos excedimos los dos… y no se hable mas… invitame a tomar algo – dijo dándome un cariñoso pellizco en la mejilla.

Que te traigo?

Lo que se te ocurra... pero que tenga un poco mas de 4 o 5 grados, jajaja, buscá un lugar tranquilo, yo ya vuelvo… extrañáme – dijo con una sonrisa cautivadora.

Que mina rara, me dije mientras iba por las bebidas, pedí dos gin tonic livianos con mucho hielo y me dediqué a buscar un lugar reservado, con tanta gente era como tratar de envolver un triciclo, maldije mi suerte y comencé a vagar sin rumbo fijo, encontré un sillón basculante cercano a la piscina bajo un árbol, un lugar bastante tranquilo y reservado, no tan alejado del resto de la gente y lo suficientemente iluminado como para minimizar eventuales comentarios.

Prendí un cigarrillo y me dispuse a esperar… al cabo de un buen rato la ví en el borde opuesto de la piscina buscándome, me levanté haciendo señas y se acercó sonriendo, en ese momento me detuve a mirarla detalladamente, no mas de 1.70, incluyendo los zapatos de taco alto, delgada, pensé que unos quilitos en zonas estratégicas no le vendrían nada mal, cabello corto, castaño claro, falda una palma arriba de las rodillas y una blusa amplia que le disimulaba los encantos, nada espectacular, pero con algunos retoques mas de uno se daría vuelta a mirarla.

Lindo lugar, tenés buen ojo.

Solo suerte.

Estoy muerta de sed, que trajiste.

Gin tonic con hielo.

Mi trago preferido, como sabias?

Intuición – respondí dándole el vaso,

Gracias – dijo dándome un piquito.

Y eso?

Por la bebida.

Entonces voy por otra – dije amagando a levantarme.

No seas chiquilín – dijo tomándome del brazo - Sabes… fuí al toilette pensando que debería irme a mi casa

No – exclamé

No que?

No te vayas

Espera, no seas ansioso… dije que lo pensé… no que me iba – dijo en voz baja y sonriendo seductora.

Te quedás?

Si… siempre y cuando

Gracias – dije alegre e impulsivamente le di un piquito – Perdon… te interrumpí, siempre y cuando, que?

Siempre y cuando no seas tan efusivo – dijo poniendo distancia pero sonriendo.

Perdonáme… pero fue solo un besito de alegría.

Si… un besito de alegría es en la mejilla… no en la boca, no te parece?

Porque?... la boca es un lugar prohibido.

No… pero en la boca

Que tiene?

La boca es para otra clase de relación… no con un compañero de trabajo.

Que clase de relación?

La boca es algo intimo… no se...

Cosa de novios, jajaja

No nenito, como se te ocurre? … soy una mujer casada…no te confundas vos también, conmigo alcanza. – dijo mostrando cierto nerviosismo.

Esta bien... a mi me gustó y mucho…y a vos?

Otra vez… no te importa… me entendiste?

Bueno nenita, creo que entendí… querés decir que te haya gustado o no, nunca lo voy a saber porque al ser una señora casada debés conservar la imagen de jubilada… formalmente retirada y marginada de vivir – dije provocándola.

Yo no dije eso… nenito… eso es lo que vos interpretaste… no me marginé ni pienso hacerlo – dijo bastante molesta.

Bueno, no te enojes… entonces?

Creo haberte demostrado que no estoy retirada…hace un rato no veía la hora de irme… después hice un show en el escenario y dejé que me beses delante de todos… bailé como hacia mucho no lo hacia, me besaste y te besé… no tengo ganas de irme y estamos tomando una copa sabiendo que en cualquier momento me vas a besar y no estoy segura de rechazarte… y lo peor es que no le puedo echar la culpa a la bebida, jajaja

Mira que sos rara – dije dándole otro piquito

Viste… yo sabia que lo ibas a hacer de nuevo... y no preguntes si me gustó – dijo mirándome provocadora.

La tomé de la barbilla atrayéndola y la besé con ganas, de a poco entreabrió la boca permitiendo que la invada con la lengua… lentamente se fue animando y respondiendo… no lo hacia mal, pero me habían besado mucho mas rico, le mordisqueé los labios, besé sus mejillas humedeciéndolas, un ruido a vidrios que se astillaban me desconcentró.

Que tonta, se me cayó el vaso – dijo respirando agitada.

Te hiciste algo?

No, nada… solo se me abrió la mano

Me preocupaste. – dije acariciándole la mejilla.

En serio?, sos un dulce – dijo besándome – sabes… hacia mucho que no me sentía así.

Así como?

No se… así… rara… como en las nubes… contenta...… y no es la bebida – dijo sonriendo.

No creas, hace un ratito tomaste gin tonic.

Solo un sorbito.

Y entonces que podrá ser?

No seas curioso… vení vamos a bailar.

Otra vez? – pregunté haciéndome el fastidiado.

Si, otra vez, vamos que la noche esta en pañales

Dijo levantándose mientras me tomaba la mano y me obligaba a seguirla, nos metimos en el tumulto y comenzó a moverse invitándome a que la imitara, bailamos un buen rato entre risas y mis pequeños besitos furtivos, los primeros miraba a todos lados como avergonzada, luego en medio de sonrisas incitaba a que lo hiciera , de golpe cambió la cara, se separó y siguió bailando suelta, me desconcertó, íbamos bien, mimos, besitos y súbitamente estaba a un kilómetro de distancia mirando a cualquier lado… al rato me tomó de la mano diciendo – Mirá, ahí están los chicos, vamos a ver que hacen -, efectivamente habían hecho un aparte donde había unos troncos de árbol cortados a modo de bancos, nos acercamos de la mano, había un solo asiento disponible y le indiqué que lo usara.

Que caballero, no dejas de sorprenderme – me dijo Sandra mirando a Norma.

Y… yo soy así – respondí

Sentate vos y yo me pongo encima – dijo Norma.

Esta si que es una sorpresa – repitió Sandra mirando fijamente a Norma.

Cual es el problema?... acaso vos no lo harías? – le respondió.

Yo si, pero vos, nunca lo hubiera imaginado – le retrucó.

No necesitas imaginar, mirá – respondió sentándose en mi regazo y pasándome un brazo por el hombro – flaquito y todo, no sabes lo cómodo que es, jajaja

Habría que probar

Tal vez otro día, hoy yo llegué primero – respondió acomodándose ostensiblemente.

Me sentí incómodo y a la vez agrandado por la actitud casi agresiva de Norma, extrañamente parecía que quería marcar territorio, ahuyentando a Sandra… y no entendía porque, a pesar de los besos había remarcado que era una mujer casada… pensé que era como el perro del hortelano, no come ni deja comer

La charla estuvo animadísima entre bromas, risas, comentarios sobre la fiesta, criticas a los invitados y Norma en mi falda disimuladamente acariciándome la nuca, por enésima vez mi amigo pedía guerra haciéndose notar, varias veces me miró a los ojos dando a entender que se había dado cuenta y no hacia nada por evitar el contacto, al contrario comenzó a moverse en forma casi imperceptible, como acomodándose… la charla bajó de intensidad y el grupo se fue deshaciendo.

Vamos a descansar un rato?

Si, me hace falta… pero donde?

Algo vamos a encontrar y si no, robamos un mantel y nos tiramos bajo un árbol.

Vos tirada bajo un árbol, no te creo

Mira… hice cosas que nunca pensé que haría… estoy bien, siento que es un día especial y con vos creo que me tengo que preparar para cualquier cosa – respondió con una sonrisa que me pareció prometedora.

Cualquier cosa? – repregunté intentando darle una doble intención.

Bueno… casi cualquier cosa… algunas si se hacen instintivamente salen mal y seria una pena… no creés? – preguntó con una sonrisa cómplice y un besito en mis labios.

No se… confío en tu experiencia… si es por la mía… vamos muertos. – respondí con la mejor cara de inocente que me salió.

No te entiendo, mejor dicho… creo que entiendo… pero no te creo.

Creélo… mi vida de desordenada no tiene nada

Estas hablando en serio?

Normita… por favor, hablemos de otra cosa.

No nenito… no me vas a dejar con la intriga… sabés… a veces lográs desconcertarme, pensé que estabas tratando de inducirme a… vos sabes… a

A que? – pregunté acentuando el gesto de inocencia.

A seducirme… es que… pensé que estabas haciendo lo posible para… vos me entendes, creí que querías

Ah, eso… siempre quiero… pero conozco los limites… a veces hago o digo cosas sin medir las consecuencias

Esta todo bien, no hiciste nada que me haya molestado, al contrario, me gusta que me trates así… como si fuera una chica – dijo acariciándome la nuca – puede que este muy susceptible y me defienda antes que me ataquen.

No quise atacarte – me defendí.

Lo se, te dije que no estoy pasando por el mejor momento… vamos a buscar un lugar tranquilo.

Vamos – dije pasándole la mano por el hombro y ella tomándome de la cintura – así podemos descansar.

Estas muy cansado?

Para nada y vos?

La noche esta en pañales… creo que eso ya lo dije, no? jajaja... mirá, el sillón está vacío… corramos – dijo deshaciendo el abrazo y tomándome de la mano me arrastró riendo.

Ufff – dije desplomándome en el sillón – ya no estoy para estos trotes.

Quien es el viejo?, no me digas que te cansó la corrida, jajaja

No… pero a esta hora debería estar descansando – dije intentando llevar la charla a un terreno conveniente.

Un sábado y a esta hora, descansando?, nene, a tu edad ya estaba casada y con una beba caminando… y si un sábado a esta hora estaba en la cama, era porque estaba enferma, o… - dijo con una sonrisa enigmática...

Es que con el estudio y el trabajo, no me queda tiempo para nada...

Para nada? – preguntó con una sonrisa pícara.

Bueno… tanto no, a veces salgo con amigos a tomar algo o a bailar, pero generalmente trato de aprovechar los fines de semana para descansar.

Y tu novia que dice?

Novia… que es eso?

No me digas que no tenés novia.

Amigas y compañeras muchas, pero novia

Y no te gusta ninguna chica? – pregunto pícara

De mis amigas, ninguna.

Y compañeras?

Hay una que me gusta… pero es imposible

Alguna vez se lo dijiste? – preguntó sobradora

No me animo, tengo miedo que le de un ataque de risa.

No creo que se ría… es de la facultad?

No.

Entonces es de la oficina… me muero de curiosidad, quien es? – preguntó con evidente doble intención.

Si te lo digo, prometés guardar el secreto?

Mmmm…creo que lo voy a tener que guardar si o si… me equivoco?

No te equivocas, te das cuenta porque es imposible?

Mira… nada es imposible… pero porque yo? – preguntó tomándome de la mano y besando suavemente mis labios

No se… hay cosas que no tienen explicación – respondí mirando al infinito y moviendo ligeramente la mano.

Es muy lindo que un muchacho tan joven se fije en una… mas teniendo en cuenta que estoy algo mayorcita…, sabés, te trate mal, un poco para desanimarte y otro poco porque sabia que íbamos a terminar hablando de nosotros y la verdad… estoy asustada.

Asustada… porque?

Vos preguntás demasiado, no te importa – dijo con una sonrisa

Normita… sos hermosa cuando sonreís

Ahora te gusto más que antes? – pregunto sonriendo seductora.

Me gustas de todas formas… ahora un poquito mas, siempre me gustaste – respondí sin mirarla con la vista perdida y haciendo mas ostensible el temblor de la mano.

Porque temblás?

Este… esta un poco fresco.

Mentiroso – dijo besándome los labios – si no hace frío.

Es que nunca imagine que… vos… yo

Tontito, relajáte… me encanta que seas sinceros… yo tampoco imagine que íbamos a estar solitos compartiendo una copa en un lugar solitario… dándote besitos y esperando que me los devuelvas – dijo esto humedeciéndose los labios y ofreciéndolos, la besé suavemente tomándola de la nuca atrayéndola - te importa mucho que te lleve algunos años y que tenga compromiso?

No mucho… casi nada

A mi tampoco… pero tiene que ser un secreto… en mi matrimonio no estoy pasando por el mejor momento y no quiero que pienses mal de mi.

No lo sabía, desde cuando? – pregunté entendiendo el porque de su cara y actitudes en el trabajo.

Poco más de un año y no quiero hablar.

Quiere decir que estas comprometida… pero no tanto – dije demostrando entusiasmo.

Si lo querés ver de esa manera para mi esta bien – respondió nuevamente dándome un leve beso en los labios y apretando fuerte mi mano.

De pedirte que seamos novios en las sombras… ni hablar… no? – dije sonriendo.

Que seamos novios?… suena lindo… pero imposible, ya pasé esa etapa…además lo único que sabes de mi es el nombre.

Porque, hace falta algo más? – pregunté pensando que era el momento de apurarla.

Y… si… creo que un simple intercambio de besos no es suficiente

Perdonáme, se que no querés hablar de tu matrimonio pero… a tu marido lo conocés bien?

Si.

Lo suficiente como para entregarte en cuerpo y alma?

Por supuesto – respondió con voz firme.

Ya veo lo bien que te va con alguien de tu edad y que conoces a fondo.

Ese fue un golpe bajo

Bebe, me obligás… por un lado decís que un beso en la boca es algo intimo y por otro que no significa nada… no entiendo – dije deshaciendo el apretón de manos y mirando al infinito.

Si que significa algo, mas de lo que imaginás, no sabés cuanto tuve que pensar si venia o no… estaba segura que algo ibas a intentar, pero nunca que llegaría a sentirme así… confundida y sin saber que hacer – dijo tomándome de la barbilla obligándome a que la mirase – pero todo no es tan lineal, si me besaste y te respondí fue porque sentí algo… pero eso no alcanza… es solo piel.

Solo piel?... no entiendo – dije con la mejor cara de boludo que encontré, estaba bien encaminado

Necesito algo para tomar… serias tan amable? – preguntó con un rictus amargo.

Claro, pero primero

Se buenito, traé algo y te explico. – dijo dándome un besito en la mejilla.

Me levanté disimulando una sonrisa triunfal y me dirigí al bar, esto iba mas rápido y mejor de lo que había creído, histeriqueando se había metido en un brete y necesitaba tiempo, me oculté detrás de una ligustrina para mirar que hacía, se acomodó la falda y se apoltronó en el sillón con la mirada perdida mirando al cielo, de golpe se levantó y se dirigió hacia el lado opuesto del que yo me había ido, se detuvo, meneó la cabeza y volvió para sentarse, se desabrochó dos botones de la blusa y cruzó las piernas como esperando…volvió a cerrar la blusa y estiró la falda… prendí un cigarrillo mientras la veía revolverse en el asiento, estaba inquieta y eso convenía, en la barra pedí dos gin tonic, el de ella bien cargado, acentué la cara de boludo y volví apurando el paso.

Epa, este esta mas fuerte – dijo con una sonrisa

Creo que lo necesitamos

Creo que si

Soy todo oídos – dije apurándola.

Mira… sos un chico divino y no entiendo que viste en mi habiendo tantas chicas de tu edad dando vueltas... – hizo una pausa como esperando mi réplica, al yo permanecer callado continuó – tus besitos me gustaron mas de lo conveniente, jaja, - dijo con una risa forzada, permanecí impávido intentando que se sintiera molesta – me reventaron los comentarios de Sandra y me tuve que contener para no contestarle como merecía, sentí que quería separarte de mi… se que no tenemos nada que justifique mi reacción… pero me salió así… creo que sentí celos y tenia que demostrarle que ella no es la única que puede lucirse… me encantan tus mimos, me siento linda, deseada, que te intereso… no vas a decir nada?

Solo piel – respondí con gesto serio.

Ah, si… eso… solo piel… hay veces que una se siente tan bien con alguien que no le importa nada y solo quiere estar con ese alguien… me entendes?

Ni jota.

Mira que la haces difícil, todo te tengo que explicar?

Todo.

Ayudame, se bueno – dijo dándome un besito en los labios –

Bueno… se de que hablas… pero me gustaría que estemos de acuerdo los dos y llegar al final… te parece?

Si

Bueno… ponete mas cómoda. – dije en la seguridad que estaba a punto de caramelo.

Mas cómoda, como?

Con las piernas sobre el sillón y acostada apoyando la cabeza en mis muslos.

Así? – preguntó acomodándose tal como le había pedido.

Exacto, ahora te puedo mimar a mi antojo.

Ves… esto es solo piel… conversando íntimamente… solos vos y yo...

Sabés que sos la chica mas linda del mundo – dije mientras le apoyaba suave una mano en un pecho como al descuido.

En serio? – preguntó poniendo su mano sobre la mía acariciándola.

En serio y habláme en voz baja… tengo miedo de despertar y que seas un sueño – respondí ahora acariciándola descaradamente.

Que dulce, voy a terminar creyéndote…- dijo con una sonrisa cariñosa - te pregunté porque yo y no respondiste… querés hacerlo? – preguntó casi en un susurro aceptando mis caricias.

Porque no?

Por favor… es importante para mi… porque yo?

No se… son un montón de cosas… siempre me gustaste - dije mientras deslizaba la mano por debajo de la blusa acariciándola hasta llegar al soutien.

Seguís sin contestar, porque yo? si somos un montón de mujeres, incluyendo a la mosquita muerta de Sandra, esa si que llama la atención, tiene un cuerpazo envidiable. – dijo en voz muy baja mirándome fijamente a los ojos.

Estaba buscando el halago, se había creado un momento mágico y comencé a guitarrear (argentinismo que en una de sus acepciones significa decir lo que el otro quiere escuchar).

Bebe, Sandra no me interesa… no puedo negar que llama la atención y tiene con que… pero creo que es una cosa vacía – respondí ahora sobandole los pechos por dentro del soutien.

Y yo? – preguntó con una sonrisa triunfal.

Vos sos distinta – dije pellizcándole suavemente un pezón – creo que lo primero que me llamo la atención fue una mirada melancólica como apagada, muchas veces me pregunté cual seria el motivo.

Ahora sabes el porque.

Si… y no te entiendo

Estamos iguales, yo tampoco me entiendo.

Y que pensas hacer? – pregunté acariciándola muy suave.

No lo se… no es fácil, son muchos años y terminás acostumbrándote… cerrás los ojos y te resignas a la suerte, ocupando el tiempo… nunca me animé a contárselo a nadie… a veces me siento muy sola – de golpe el brillo de sus ojos se habia opacado con una sombra triste...

No estás sola, vos sabés que infinidad de veces intenté charlar, pero nunca quisiste – dije con una amplia sonrisa intentando que se distienda.

Lo se…pero sos muy chico para entender algunas cosas, por eso siempre te rechacé, no te quiero abrumar con mis cosas

Normita… creo que ser joven no es sinónimo de tarado – dije dejándola de acariciar.

No te enojes por favor – dijo tomando la mano e incitando a que la siga acariciando – no creo que seas tarado, ni nada que se le parezca, al contrario charlar con vos me hace bien, siento que te importo

Normita… por supuesto que me importas, quiero ser tu amigo y ayudarte… se que soy chico y que no viví lo suficiente, pero te puedo asegurar que sueño con verte feliz

No sabés cuanto me ayuda estar con vos, sos mi amigo… claro que un poquito mano larga – dijo sonriente.

No lo puedo evitar, sos una diosa. – dije con una sonrisa maliciosa.

De verdad creés que soy linda? – preguntó buscando el halago.

Con algunos pequeños detalles serías la más linda de la tierra.

Detalles?... que detalles?

No te vas a enojar?

Te parece que me puedo enojar? – dijo posando su mano sobre la mía – Si sos lo mas dulce y cariñoso que me pasó en mucho tiempo.

Bueno… porque te vestís como si trabajaras en el Ejército de Salvación.

Eso dolió – dijo sonriendo – tan mal me visto?

No tanto, pero con muy poco se podría mejorar.

Y que debería hacer? – preguntó coqueta.

Puedo? – pregunté señalando la blusa

Sos un caradura divino, a buena hora te acordás de pedir permiso – dijo sonriendo mientras me daba un suave pellizco en el brazo.

Esto esta muy cerrado – dije desabotonando hasta asomar el valle de los pechos – Hermosas… aunque pensándolo bien

Que?

Esto no te molesta? – pregunté acariciándole los senos por sobre el soutien.

A mi no… y a vos? – respondió sonriendo picara.

Bastante - respondi acariciandola con ganas –

Si te molesta, me lo saco – dijo en un tono meloso.

Por favor, dejame a mi - como pude lo desabroché, pasé las manos por dentro de las mangas de la blusa, bajé los breteles pasándolos por los codos y se lo saqué

Que sorpresa… parece que no es la primera vez que lo hacés – dijo dándome un besito y volviendo a acomodarse en mis muslos.

Es verdad, no es la primera vez… pero esta es la mas linda… falta algo.

Que?

La falda.

Que tiene?

Tiene que ser mucho mas corta.

Hasta donde?

Este es un buen largo – dije llevando el ruedo hasta la mitad de los muslos, comencé a acariciarlos y me llamó la atención la firmeza y suavidad de la piel – Sabias que tenés la piel muy suave?

Te gusta?… y eso que no me cuido – dijo con una sonrisa orgullosa.

Hacélo y estarías casi perfecta – dije provocándola.

Casi?... y ahora que me falta?

Esto sobra – dije acariciándole el monte de venus por encima de la bombacha.

No, eso no… creo que es demasiado – dijo esperando que insista.

Puede ser, pero serías muy sexy… me volarías la cabeza.

No puedo creer que esté haciendo esto, sacámela – dijo con los ojos cerrados, lo hice lentamente mimando cada centímetro de las piernas, hice un bollo con el sostén y la bombacha y lo guardé en el bolsillo trasero del pantalón, sin prisa volví a recorrerle las piernas, las separó facilitando la caricia, pasé lentamente la palma de la mano a través de la entrepierna rozando la vagina hasta tocarle los glúteos, levantó ligeramente la cintura dándome piedra libre mientras nos besábamos suavemente intercambiando salivas.

Debo estar totalmente loca… - dijo sonriendo – pero me siento bien – dijo incorporándose de tal forma que apoyó la espalda en el apoyabrazos y la cara en mi pecho – Alguna vez pensaste que íbamos a llegar a esto?

Lo soñé muchas veces Bebe – dije besándole la cabeza – pero nunca creí que iba a ser realidad… de todas maneras no estoy muy seguro que estemos haciendo algo correcto.

Yo tampoco… se que es una locura… pero

Normita… creo que deberíamos parar acá y seguir como hasta ahora, siendo buenos amigos y alguna vez al recordar este momento… reírnos como dos tarados que estuvimos a punto de hacer una locura – dije amagando a retirar la mano.

No bebe – dijo tomándome la mano e impidiendo que la saque – por favor… no me dejes… acariciáme toda… queréme, te necesito

Me besó como si en ello le fuese la vida, la manoseé por donde me vino en ganas, dirigió mi mano con la suya incentivándome a que en algunas partes dedicara el mejor de mis esfuerzos, gimió como un bebe agradeciendo las caricias, llevó sus pechos a mi boca los lamí, besé, chupé y mordí incentivado al sentirlos restregar en mi cara, sentí el miembro a punto de estallar con sus caricias, intenté penetrarla con el dedo medio y lo impidió tomándome la mano – Eso no, Bebe… acariciáme toda -, me desconcertó, estaba seguro que tanto magreo era el paso previo a la intimidad, y nada… solo franela…, lentamente los arrumacos fueron bajando la intensidad, ella no se porque, a mi las ganas se me escurrían como agua entre los dedos.

Te quiero mucho…, y no se que hacer para demostrarlo – dijo con una mirada triste.

Hablas en serio?

Totalmente

Me vas a volver loco… si recién cuando intenté

No lo digas – dijo sellándome la boca con el dedo índice – por favor, tratá de entenderme… no es fácil sentir que quiero estar con vos sabiendo que no debo

La verdad, quiero pero no puedo entenderte.

Lo se… y me quiero morir… me deje llevar y te arrastré, perdonáme… de verdad te quiero y siento que eché todo a perder

Bueno, tampoco es tan así… yo tuve algo que ver

No Bebe… quiero irme… quisiera estar a 10.000 kilómetros y que me tragara la tierra… porque te conocí?, perdonáme… no me odies.

Que estás diciendo?

Que tenías razón, debería haber parado y ahora no me odiarías.

No te odio.

Deberías hacerlo… perdonáme – se levantó acomodándose la ropa y se dirigió a paso vivo hacia el toilette.

Confundido esperé que vuelva durante un rato muy largo, íntimamente sabia que era poco probable, ella lo habia dicho, se sentía bien pero si hubiera sospechado lo que iba a hacer y con un chico tan joven, seguramente no hubiera venido… de todas formas mis hormonas no entendían porque se habia dejado acariciar y besar casi sin límites, de golpe un sentimiento de culpa o vaya uno a saber que, la habia asaltado dejándome a punto de hervir, pero lo mas importante era que si tenia problemas ahora habia agregado otro, al cabo de varios cigarrillos me resigné a la suerte y pensando que la fiesta habia terminado fui a vagar sin rumbo fijo, la noche estaba espectacular, buena cantidad de gente se habia ido y los que quedaban habían formado pequeños corrillos, algunos charlando otros dormitando para reponer fuerzas, busqué un lugar donde poder descansar, encontré libre el sillón basculante y me dormí masticando bronca.

Desperté bien avanzada la mañana con un humor de perros, me lavé la cara y fui en búsqueda de mis compañeros, los encontré desayunando, Norma incluida, me integré intentando disimular el mal humor y soportando estoicamente las bromas sobre ese tema, luego fuimos a recorrer la zona, asistimos a los espectáculos de destreza criolla, almorzamos, seguimos charlando, bromeando, riendo, siempre en grupo a propuesta de Sandra, varias veces sentí la mirada de Norma como intentando llamarme la atención, en cada oportunidad simulé no haberme dado cuenta, al caer la tarde hubo un brindis y nuevamente el presidente del estudio dijo las ultimas palabras agradeciendo la presencia de todos y culminó avisando que "mañana el estudio abre a las 13 horas", lo cual fue agradecido con aplausos y vítores. Ya era noche cuando nuestro micro partió, no me había terminado de acomodar cuando Norma lo hizo a mi lado, los dos días de jolgorio se notaban en los rostros, pocas risas, casi nada de charlas, solo rumores, la vieja ruta 7 congestionada, Norma había cerrado los ojos y parecía dormir, por un momento pensé en despertarla y preguntarle que mierda le habia pasado, porque habia aceptado y hasta propuesto el juego de seducción y de buenas a primeras me dejó jugando solo, para evitar una discusión desistí de intentar una charla y me deje llevar por el cansancio, el silencio y el bamboleo del micro crearon el clima perfecto y comencé a entregarme al sueño.

Dormís? – pregunto en voz muy baja.

No… respeto tu silencio – respondí de igual forma, tratando de disimular el malhumor.

No se como agradecerte. – me dijo en un susurro meloso.

Algo se te va a ocurrir

Por favor no estés enojado.

No lo estoy.

Entonces porque no me agarrás?

No se me había ocurrido – respondí pasando un brazo por su hombro dejando caer la mano laxa.

En serio no se como agradecerte… me divertí mucho y me hiciste sentir muy bien… pero creo que si hubiera sospechado lo que iba a hacer, no habría venido.

Por eso te escapaste? – pregunté de mal modo

Por favor, estoy tratando de conversar, no me retes.

Porque te escapaste? – volví a preguntar

Me asusté… tuve miedo

Miedo?... de que?

Antes de contestarte y por favor se sincero… la pasaste bien?

Sin entrar en detalles… creo que todos la pasamos bien.

Me refiero a si la pasaste bien conmigo?

Bastante bien y creo que se notó varias veces.

No pases el límite – dijo recriminándo.

Nunca lo hice en mi vida… solo llego hasta donde me permiten, y con respecto a que se notó… lo dije porque a pesar de tu huida igualmente pasé la tarde con el grupo… en el que vos estuviste.

Perdonáme, había entendido otra cosa.

Bueno, también eso...

Sos de lo que no hay, podemos hablar en serio un rato?

Estoy hablando en serio, no tengo ganas de bromear – respondí en un tono neutro.

Antes devolvéme lo que guardaste.

Ni lo sueñes, pasó a formar parte de mis tesoros más íntimos.

Ves, esa es una de las cosas que me da miedo.

Tenés razón… tomá – dije después de haberla mirado con bronca y deshaciendo el abrazo le di el bollo de su ropa interior.

Es que

Normita, lo que pasó… pasó, fue lindo pero es historia, entúpido de mi que por un momento pensé que había encontrado a una mujer con todas las letras.

No te permito, soy una mujer.

Demostrálo… te recuerdo que el que quedo solo como un pelotudo fui yo, al que no queres abrumar con tus cosas pero si podés dejarlo sin ninguna explicación.

Es que… yo

Normita, viviste toda tu vida sin saber que yo existía… y esta bien…seguí viviendo sin modificar tus estructuras, no tenés porque cambiar nada y menos por un mocoso que lo único que pretende es ser tu amigo.

Que sabés de cómo vivo mi vida y de mis estructuras… - hizo una pausa, interpreté que quería algún comentario, permanecí callado mirándola fijo – Mi vida no es la mejor pero es la que me tocó y trato de llevarla como puedo… - nuevamente hizo una pausa, continué en la misma postura sin interrumpirla – Tenés razón en que viví sin saber de tu existencia… te vi muchas veces pero recién hoy te miré y descubrí un hombre… me dejé llevar como una tonta, como si nunca hubiera vivido algo parecido, como si nunca me hubieran acariciado ni besado

Terminaste?

No, tengo mucha basura en la cabeza… pero no te quiero como psicoanalista… si querés decir algo te escucho… todo lo que dijiste me hizo bien… - dijo en un tono que me sonó conciliador.

Bueno… primero baja el tono de voz a nadie le interesa lo que hablamos… segundo, de mutuo acuerdo jugamos a algo muy lindo… pero con reglas distintas, yo como en el tute, siempre respondiendo al palo… vos como en la oca, avanzaste varias casillas y luego volviste al punto de partida… y esta bien… pero seria bueno que tomes conciencia que no sos la única que tiene problemas… estoy dispuesto a dejar de lado tus desplantes y ayudarte en todo lo que pueda… pero es inútil si no te ayudas vos misma… alguna vez charlé con chicas de tu edad con los mismos problemas o peores y te entiendo… pero me molestan las idas y venidas sin final

No me retes por favor… quiero ser tu amiga, entendé que estoy en un punto muy difícil, siento que lo que hicimos no fué un juego y quiero que las reglas sean las mismas, pero es imposible… estoy casada y cerrando los ojos no lo puedo modificar

Normita, que estás casada lo sabíamos los dos desde siempre y los dos sabíamos cuales eran las reglas… si necesitás una excusa buscá otra, esa no sirve

Tenés razón, si te doy un besito… me perdonas? – pregunto dándome un piquito.

No.

Y si le agrego unos mimitos?

Te vas acercando pero no es suficiente.

Debo estar muy loca… juntá las piernas – dijo levantando un poco la falda y sentándose a horcajadas apoyando las rodillas en el asiento – Así esta mejor? – preguntó con una sonrisa seductora.

Bastante mejor.

Cuantos botones tenían que ser?

Todos.

Nenito, eso no es ser sexy – dijo mientras se desabotonaba la blusa.

Me besó largo y profundo apoyándome los pechos, la abracé fuerte acariciándole la espalda, introduje las manos por debajo de la falda y encontré sus glúteos, suaves y duros, se separó sonriendo – Abríte la camisa – pidió susurrando, lo hice lentamente, liberé una mano y la llevé a sus pechos – Así suavecito, me encanta – dijo antes de besarme nuevamente y apoyar sus senos en mi pecho descubierto, muy lento pero firme los restregó transmitiéndome un calor que hacia rato no sentía, rocé su cuello con los labios dándole pequeños besitos, lo lamí con la punta de la lengua… el pene había llegado a su cota máxima y pedía ser liberado desesperadamente, moví la cintura haciéndoselo notar – Pobrecito… te debe molestar – dijo melosa y llevando una mano hasta tocarlo por encima del pantalón, lo acarició moviendo la mano en toda su extensión, arriba, abajo…. arriba, abajo… le mordí suavemente el lóbulo de la oreja dándole golpecitos con la lengua mientras le seguía acariciando las nalgas… subí la falda casi hasta la cintura y acomodé el ruedo de forma que cayera sobre mis piernas, pasé la mano entre nuestros cuerpos y comencé a sobarle las tetas sin dejar de besarle cada centímetro de piel entre los hombros y las orejas, movió ligeramente el torso permitiéndome que la acariciara sin dificultad, apoyó la palma de su mano sobre el dorso de la mía indicándome por donde y como debía acariciarla, la miré a la cara y tenia los ojos cerrados, la boca entreabierta mordiéndose el labio inferior, llevó mi mano hasta su pecho y comenzó a hacer pequeños círculos sobre un pezón duro sobresaliendo entre una aureola que notaba arrugada… cerró la mano obligándome a hacer lo propio, la teta cabía justo en el cuenco de mi mano, luego de un rato repitió la misma operación en el otro pecho, deshizo su abrazo y buscó mi otra mano la llevándola a su teta libre… me solacé acariciándola mientras casi imperceptiblemente comenzó a restregar su sexo sobre el mío, sacó sus manos de las mías y me abrazó – No me odies, por favor… entendéme – dijo antes de besarme muy fuerte, su lengua me invadió buscando la mía, nunca había sentido una que me llegase tan profundo y con tantas ganas, como pude le respondí dificultosamente, nuevamente me acarició el pene y sentí que el dorso de la otra mano descendía por mi estomago, extrañado presté atención y noté que se estaba acariciando el sexo, había iniciado una masturbación doble, no la podía ver pero imaginarlo me reventó la cabeza… quité una mano de sus pechos y la lleve hasta el pubis acompañando sus movimientos, me miró, se mojó los labios, sonrió, sacó su mano y la apoyo sobre la mía continuó con la masturbación... curvé el dedo medio hasta encontrarle el clítoris… suaves suspiros me indicaron que estaba haciendo lo correcto… de a poco busqué y encontré la entrada de la vagina y comencé a penetrarla, abrió un poco mas las piernas mientras decía – Así… así… no pares… mmmm… - liberé la otra mano y como pude me solté el cinturón, desabroché el pantalón, bajé el cierre de la bragueta, me afirmé en los pies e intenté bajarme los pantalones – No… eso no…por favor…– la mire extrañado, mis ojos deben haber reflejado una mezcla de incredulidad y bronca – Haceme acabar, mi amor – me dijo murmurando en el oído, pensé que me estaba usando y redoblé la penetración con el dedo, revolviéndolo con furia en su intimidad… - Espera, no te muevas, quedate como estás – miró hacia su asiento, estiró la mano tomando algo que no llegué a distinguir – Seguí, por favor… mas fuerte… mas fuerte… así… si, así…- el dedo parecía un pistón entrando y saliendo fácilmente – Besáme – farfulló en mi oído en medio de gemidos contenidos… me buscó la boca casi con violencia, comenzó a respirar agitada y llevó la mano con lo que había tomado hacia su bajo vientre, con la otra me tomó la nuca y apoyó su mejilla en la mía, sentí como su vagina me estrujaba el dedo y los jugos me mojaban la mano mientras hacia mas fuerte el abrazo en medio de un profundo suspiro… continué masturbándola tratando de prolongarle el clímax… se acomodó apoyando sus pechos sobre el mío respirando agitada y comenzó a darme besitos hasta donde alcanzaba.

Me hiciste llegar, mi amor – murmuró en mi oído

Fue la frutilla del postre – dije en un neutro cuando la noté mas calmada.

Que significa eso?

Exactamente eso, me encantó sentirte temblar y que hayas llegado… pero fué la frutilla del postre – contesté con un gesto serio.

No seas malo, no es así… fueron los dos días mas lindos de mi vida, y me hiciste feliz – dijo dándome un piquito – pero

Pero que?

Pero es muy fuerte, nunca fui infiel hasta ahora… no me arrepiento… se que pensás que estoy totalmente loca, que soy egoísta y todo lo que se te ocurra… – dijo llevando su mano a través del calzoncillo acariciándome el pene – me hiciste sentir algo que creía olvidado y ahora estoy obligada.

Lo que faltaba…estas obligada? – pregunté de mal modo forzándola a que retire la mano – en serio estas loca – dije obligándola a que se desmontara mientras me acomodaba la ropa realmente molesto – No estas obligada a nada… tratá de entender aunque te cueste, tu obligación es con tu marido, no conmigo… de verdad lamento que no estés pasando un buen momento, pero si lo único que te interesa es sacarte las ganas busca a otro, conmigo no cuentes – le dije apretando los dientes y me levanté dirigiéndome a un asiento vacío en la otra fila, me tomó un brazo y lo sacudí abortando la intentona.

Me senté masticando bronca mirando por la ventanilla como avanzábamos lentamente en medio de un transito cada vez mas congestionado, me sentía un pelotudo usado, la verdad era que estaba herido en mi orgullo, me había usado para sacarse la calentura y no me había dado cuenta, pero porque solo una masturbación?… para que todo el juego de seducción?… pasó un buen rato y el micro a paso de hombre cuando no detenido, sentí su mirada y me hice el dormido

Finalmente llegamos a la puerta de la oficina, nos despedimos hasta el día siguiente, Norma se acercó, me besó en la mejilla murmurando – Te quiero en serio – la ignoré y en voz alta me despedí de todos, enfilando hacia la parada del colectivo dando por terminado el tema, debía descansar y realmente lo necesitaba.

Al día siguiente entré a la oficina como habitualmente lo hacia, bromeando y saludando a todos, fui a mi lugar evitando pasar por Tesorería, acomodé unos papeles y corrí la silla para sentarme, en el asiento había una cajita envuelta como para regalo con un moño y un sobre pequeño cerrado, mire hacia todos lados esperando encontrar una sonrisa o una mirada que me indicara quien había sido el remitente, nadie hizo el menor gesto, guardé el paquete en un cajón, abrí el sobre en el que había una tarjeta "Lo de la caja es tuyo. Ojala entiendas y me perdones. Llamáme", reconocí la letra de Norma, abrí la caja y encontré el soutien junto a la bombacha, se notaba que no estaba lavado, lo lleve a la nariz, despedía un olor penetrante, quedé de piedra sorprendido, guardé todo en el cajón, le puse llave y quedé pensando que efectivamente estaba loca… estaba rumiando si llamarla o no cuando sonó el teléfono interno.

Hola

Buenas tardes amor.

Buenas tardes – respondí

Supongo que habrás encontrado eso.

Si.

Estuve toda la noche pensando en vos y en lo que pasó

Aha

No quise decir lo que dije.

Aha.

Estaba muy nerviosa y no pensé.

Seguís nerviosa?

No te imaginas cuanto.

Y porque, si conseguiste lo que buscabas?

No seas malo… no estaba buscando eso… ves, otra vez dije algo que no quería decir.

Explicate.

Si estaba buscando eso.

En que quedamos?

Espera, dejame terminar… estaba buscando eso y algo mas… pero cuando llegó el momento no me anime

Bebe…creo que esta no es la forma ni el lugar… no crees?

Si, pero te lo quería decir… te gustó el regalo?

Mas o menos.

Nada más?

Norma, hacéla corta… que querés?

Si venís a mi oficina vas a encontrar una mujer sexy.

Es necesario?

No seas así… vení… por favor… si?

Que tan sexy?

Totalmente, como me dijiste… a propósito… tenés algún compromiso a la salida?

Depende para que… pero te recuerdo que la comprometida sos vos.

Cuando querés sabes donde golpear… tengo permiso hasta medianoche.

Como la Cenicienta.

No entendí.

Digo que tenés permiso hasta medianoche como la Cenicienta.

Ah, si

Y tu marido?

Voy a una conferencia que no se si se hace o no, si se hace le aviso, después de cómo terminamos ayer no estaba segura.

Y tu hija?

Sale con el novio y vuelve después de la cena.

Novio?... cuantos años tiene? – pregunté sorprendido

16, porque?

No… pensé que era más chica.

Es que la tuve al poco tiempo de casarme y no es porque sea la madre pero es un bombón… bueno, me vas a invitar o te tengo que invitar yo?

Convencéme

Veníme a ver.

Dame un rato y voy.

No te hagas rogar, se bueno… te mando un besito.

Prefiero uno en vivo.

Vení.

Deje pasar un buen rato y fui a verla con unos papeles en la mano, se levantó y cerró la puerta, se colgó del cuello besándome profundo y muy húmedo, se dejó acariciar pegando su cuerpo al mío, la separé mirándola de la cabeza a los pies, vestía un trajecito de falda ajustada, un poco mas arriba de la rodilla, casaca con dos botones abrochados, blusa blanca que dejaba ver el nacimiento de los pechos y zapatos de tacón, poco maquillaje y una mirada de la que parecían brotar chispas, verdaderamente estaba sugerente, se lo hice notar con un gesto de aprobación y giró sobre su eje exhibiéndose,

Mis ojos te dicen algo? – pregunto sonriendo enigmática.

Bastante, pero no lo suficiente, invitame a tomar algo y lo averiguo – respondí dándole un piquito.

Donde querés ir? – preguntó sonriendo

Sorprendéme.

Sorprendéme vos, hace mucho que no voy a tomar algo con un hombre – respondió con una sonrisa y un piquito.

Bueno, 6 y media en Santa Fe y Reconquista.

Que hay ahí?

Algo vamos a encontrar, tomamos algo mientras aclaramos algunas cositas y luego quiero ver que tan sugerente estás… de acuerdo? – pregunté con un beso.

Si – respondió sonriendo mientras se abotonaba la blusa hasta el cuello.

El resto de la tarde se hizo interminable, durante el refrigerio el tema central fue la reunión, Sandra participo poco y nada, su única acotación fue - Realmente la pasamos bien, claro que algunos mejor que otros, no es cierto Norma? -, esta respondió con un lacónico Si mirándola fijo a los ojos. A las 6 y media en punto nos encontramos y fuimos a tomar un café, no la recordaba tan locuaz, contó que llevaba 17 años casada con un hombre 11 años mayor, que lo había echo muy joven segura que era el gran amor de su vida, los primeros años y con el nacimiento de su hija habían sido como lo soñó, luego y de a poco el fuego se había ido consumiendo y en ese momento estaba pasando un periodo casi de indiferencia por ambas partes, que lo único que mantenía la unión era el amor por su hija, por eso ocupaba su tiempo trabajando y con cuanta conferencia existía, le interesara o no el tema (en este punto estiró la mano sobre la mesa y la apoyó sobre la mía, jugueteando con los dedos), reiteró que era la primera vez que estaba con un hombre a espaldas de su marido, que la disculpara ya que no sabia como comportarse, y por enésima vez reitero que era la primera vez, que conmigo se sentía tranquila y un montón de cosas mas que me sonaron a justificación. Cuando me tocó hablar a mi fui directo a lo que me interesaba utilizando toda la batería de elogios y piropos, algunos muy subidos de tono y los aceptó de buen grado, le pedí que se abriera la casaca y desabotonara un poco la blusa, se negó sin mucha convicción y pidió que no la obligara, que ya bastante había hecho al no ponerse sujetador, insistí diciéndole que tenia unos pechos hermosos y que debía lucirlos, roja como un tomate abrió dos botones, me miro y pedí que desabotonara uno mas, se negó meneando la cabeza, junté las manos como implorando, bajó la mirada y lo hizo, le envié un beso volador mientras le tomaba la mano acariciándola, pensé que estaba a punto y usé la formula de moda en esa época – Vamos a un lugar mas tranquilo - respondió que lo yo quisiera estaba bien, en silencio caminamos las poco mas de dos cuadras que nos separaban de un conocido hotel alojamiento, famoso por estar en plena city y era el lugar de encuentro de todas las trampas de bancos y oficinas. Al entrar se retrasó quedando un paso atrás como ocultándose, me llamó la atención pero seguí con lo mío, subimos a la habitación, ella siempre un poco atrás mío, abrí la puerta y se precipitó al interior, la tomé de la cintura atrayéndola para besarla, estaba dura, comencé a besarle las mejillas, el cuello, el lóbulo de la oreja mientras le acariciaba la espalda, de a poco se fue relajando y a responder en una actitud casi pasiva, si la besaba lo hacia, la acariciaba y me acariciaba, parecía que imitaba mis movimientos, comencé a sentirme incomodo, seguí mimándola y besando, hasta que se separó y se puso de espaldas

Que haces? – pregunté intrigado.

Me quito la ropa

Porque?

Como porque?... no vinimos a… - comenzó a decir con gesto incrédulo

Calláte por favor – ordené, hice un momento de silencio y me senté en el borde de la cama, la llamé palmeándome los muslos – Vení, por favor – dudó pero se sentó dura como una estatua – No se cual es tu idea… yo muero porque hagamos el amor los dos – dije tomándola de la barbilla y dándole un piquito – quiero descubrirte lentamente… besarte y me beses... acariciarte y que me acaricies… quiero lamerte toda… la carita… boquita… el cuello… las tetitas… la pancita… la conchita… las piernas… darte vuelta y seguir babeándote toda… toda… quiero olerte… sentir tu calor.

Mi amor… soy una antigüedad y la rutina me volvió torpe… decime que hacer

Dijo con la mirada brillante y me beso muy suave, profundo… movía la lengua como explorándome la boca… recorrí todo su cuerpo acariciándola sin quitarle la ropa, llevé una mano hacia sus piernas paseándola a mi antojo hacia su sexo… - Viste, como vos querías – dijo en voz muy baja para luego besarme apasionadamente, terminé de desabotonarle la casaca y liberó el ruedo de la blusa sacándolo de la cintura de la falda, se separó al sentir mi mano tocándola… cerró los ojos dejándose hacer, pasó un brazo por mis hombros y quedó quieta esperando el toqueteo… comencé a desabotonarle la blusa de abajo hacia arriba – Tampoco me puse corpiño – farfulló sin abrir los ojos… a esta altura tenia el pene en su cota máxima… le acaricié el abdomen rozando con el dorso de la mano sus pechos, tuvo un ligero estremecimiento y se le erizó la piel – Me fascina acariciarte Bebe, tenés la piel mas suave del mundo – le dije en voz muy baja mientras bajaba la cabeza para besarle los senos, con la mano libre tomó uno acercándolo – Besáme – pidió en medio de un suspiro… lo lamí en toda su extensión dibujando círculos alrededor de un pezón oscuro, duro, arrogante… lo mordí con los labios dándole suaves golpecitos con la lengua, sentí su mano mesándome los cabellos cariñosa, pasé al otro pecho repitiendo exactamente lo mismo – Que lindo mi amor -, la presión del pene contra el pantalón se me estaba haciendo insoportable y mientras le comía las tetas llevé una mano al cinturón para liberarlo – Dejáme a mi – la miré asintiendo con la cabeza, se levantó y con una leve presión en mi pecho me hizo acostar con las piernas colgando, se arrodilló en el suelo entre mis piernas y comenzó a sacarme la ropa lentamente, me apoyé en los codos mirando como tomaba el pene e iniciaba una lenta masturbación… levantó la cara encontrando mi mirada, la mantuvo casi sin pestañear sonriendo mientras continuaba meneando… me senté y le quite la casaca y la blusa… siguió masturbándome ahora pasándoselo por las mejillas, suaves, tersas, calidas… se lamió la palma de la mano y aumentó el ritmo… vi que asomaba liquido preseminal y aun no se decidía a comerme el sexo, le jalé los cabellos para indicarle que quería, interprete su mirada como una negativa, en ese momento rememoré todo lo hecho y hasta donde había llegado el fin de semana, me di cuenta que ella era la que había dispuesto que, como, cuando y hasta donde y me resigne a esperar… se lamía las palmas de las manos y me ensalivaba el pene, los testículos mientras continuaba masturbándome con la mirada fija en el sexo… comencé a sentir los primeros síntomas de la eyaculacion haciéndoselo notar

Normita… si seguís así voy a terminar

No, por favor no termines – dijo poniéndose de pie mientras se abría el botón lateral de la falda – Esperame, quiero sentirte.

Normita… - dije amarrándole la mano para desbaratar tu intento – Esto esta todo mal, no vamos ni para atrás ni para adelante, querés que lo dejemos y seguimos siendo amigos?.

No… no quiero…que hice mal?

Nada y todo… desde que entramos siento que tenemos objetivos distintos.

No te entiendo… no se que querés… quiero terminar lo que empezamos y no se que hacer… todo te cae mal.

No Bebe… deben ser los nervios de la primera vez… tal vez no tuvimos la suficiente intimidad para saber como comportarnos… creo que tenemos expectativas distintas… - mientras hablaba me desabroché y quité la camisa, quedando desnudo - A ver… si te digo que quiero que seas una dama de la puerta para afuera y una puta de la puerta para adentro… que me dirías?

No se… yo soy yo siempre… nunca voy a ser una...

Puta.

Si… eso.

Decilo.

No.

Porque no? – pregunté mientras terminaba de abrir el botón y comenzaba a bajar el cierre de la falda.

Porque no… y no me lo vuelvas a decir… yo no soy una de esas.

Perdonáme, me fui de boca… - dije dejando caer la falda – Dame un besito, por favor – continué diciendo en tanto con una mano le acariciaba la parte interna de los muslos.

Se agacho para besarme y con la otra mano la tomé de la nuca dejándome caer de espaldas sobre la cama arrastrándola, cayó encima con el pecho desnudo sobre el mío y mi mano en su entrepierna… buscó mi boca besándome muy suave, dibujando mis labios con la lengua, lentamente le acaricié el monte de venus buscándole la vagina, elevó un poco las caderas permitiendo que me desplazara a voluntad… encontré la vulva húmeda, calida y la invadí con un dedo… me besó con ganas y respondí estrujando su cara con la mía mientras el dedo entraba y salía… ya eran dos los dedos que la penetraban impúdicamente y la cintura que subía y bajaba acompañando el movimiento… desplazó una mano a lo largo de mi costado y me tomó el pene ubicándolo en su entrepierna… apoyó el pubis en el mío y cerró las piernas fuertemente impidiéndome el mete y saca de mis dedos, sentí como apretaba y aflojaba los músculos de las piernas y la vagina mientras me besaba casi con furia… dejaba de besar, tomaba aire y volvía a besar… yo en tanto respondía moviendo los dedos en su intimidad… comenzó a resoplar mientras aflojaba la presión de sus piernas y comenzaba nuevamente a subir y bajar la cadera, redoblé el embate con los dedos y le mordí el lóbulo de la oreja… sentí que me empapaba la entrepierna en medio de bruscas contracciones de la vagina acompañadas por sordos sonidos guturales… quité los dedos, tomé el pene ubicándolo en la entrada de su sexo, abrió muy grandes los ojos y empujó ensartándose de un golpe… afirmé los pies en el piso y comencé a moverme con vehemencia… recuerdo haber pensado que era una mujer de orgasmo fácil o realmente hacia tiempo que no tenia relaciones… bastaron unas pocas acometidas y se envaró gimiendo con los ojos cerrados, estiré las manos y le apreté fuerte las tetas, puso las manos sobre las mías incitándome a que se las estrujara… con un profundo suspiro que pareció surgir de lo mas profundo de su interior se dejó caer sobre mi respirando agitada y otra vez nos besamos con pasión… le indiqué que se acostara en medio de la cama, me ubiqué de rodillas en medio de sus piernas y las puse sobre mis hombros, me miró totalmente entregada… tomé el pene con una mano y comencé a restregarlo por sus labios, golpeándole el clítoris suave, fuerte… fuerte, suave… vuelta a pasarlo de arriba a abajo… abajo, arriba… lo puse en la entrada de su vagina y empujé hasta penetrarla solamente con el glande… elevó la cadera y moví la cintura impidiendo que se penetrara, me miró suplicante, lo saqué y metí un poco mas profundo, volvió a elevar la cadera, nuevamente impedí la penetración retirándome.

Te gusta coger? - pregunté

Si

Decí que te gusta coger.

Me gusta que me cojas

Decí que sos mi putita.

Cogéme.

Decílo.

Cogéme

Decilo – reiteré retirándome un poco sin sacarla totalmente.

No.

Por favor – pedí agachándome y dándole un besito suave en los labios… al agacharme se la saque del todo.

No me obligues.

Decílo – dije incorporándome y ubicando nuevamente el glande en la entrada.

Soy tu puta y quiero que me cojas.

Lentamente la fui invadiendo mientras me agachaba y la besaba con ganas…me abrazó por debajo de las axilas y clavó las uñas en mi espalda como descargando bronca mientras me desafiaba – Mas fuerte, mas fuerte -, comencé a moverme enérgicamente sacando y dejándome caer con todo el peso penetrándola… su cara reflejaba que estaba disfrutando… ojos cerrados, una mueca semejante a una sonrisa, se mordía el labio inferior, el abrazo me inmovilizaba el torso dejándome mover solo la cintura, empujaba y retrocedía haciendo que el miembro la perforara violentamente… bajó las manos hasta agarrarme de los glúteos atrayéndome y marcando el ritmo… me incorporé afirmando los brazos sobre el colchón y redoblé el mete y saca – Así, así mi amor… como te siento… no pares… por favor, que bien… me viene… mas, mas, mas… besáme… aaaghhhh, mi vida – volvió a abrazarme haciéndome caer sobre su pecho y nuevamente sus uñas se incrustaron en mi espalda… sentí un cosquilleo que nacía de los mas intimo y quede estático procurando evitar el clímax, aun quedaba tiempo y quería que se sintiera obligada. Me corrí a un costado y le pedí que se pusiera boca abajo mirándome, me miro extrañada mientras lo hacia

Que querés hacer?

Nada, solo acariciarte – dije poniéndome de costado y apoyando la pierna izquierda sobre los muslos.

Pero así no te puedo hacer mimitos.

Ya vas a tener tiempo, como dijiste ayer, la noche esta en pañales – le susurré pasándole la mano lentamente por la espalda.

Falta más?

Yo todavía no hice nada – acoté mientras le acariciaba las nalgas.

No puede ser – susurró llevando la mano a mi sexo acariciándolo suavemente – Pobrecito, se porto muy bien… merece un premio.

No te quepa ninguna duda que hoy no se va sin premio… - dije pellizcándole los glúteos.

Eso no… por ahí no, por favor – dijo sin demasiada convicción.

No, no te preocupes… no es el momento – dije poniendo la mano sobre los cachetes y el dedo medio acariciando el esfínter – tal vez otro día

Otro día? – dijo poniéndose de costado enfrentándome – Quien te dijo que va a haber otro día? – preguntó sonriendo y dándome un piquito.

Vos.

Yo?... cuando dije eso?

Antes que finalice la noche – dije empujándola para que se ponga de espaldas a la cama mientras me acomodaba encima y empezaba a besarla en la cara.

Sos un caradura – susurró dejándose hacer – No estés tan seguro… yo también tengo opinión y me puedo negar – acotó sonriendo y dándome un besito muy leve en los labios.

No podes negarte, tenemos muchas cosas por hacer – dije reptando por su cuerpo hasta tener sus tetas al alcance de la boca.

Muchas cosas? – preguntó melosa acariciándome la cabeza con las dos manos.

Muchísimas –

Respondí amasándole los pechos, juntándolos, lamiéndolos en toda su extensión, mordiéndole los pezones, suaves suspiros de aprobación indicaban que estaba haciendo lo correcto… sin dejar de sobarla fui descendiendo lentamente, repasándola, besándole poro a poro… le llené de saliva el ombligo, lo jugueteé con la punta de la lengua, se le puso la piel de gallina y se estremeció – Me haces cosquillas – dijo apretándome la cara contra su abdomen, continué explorándola con besitos y suaves mordiscos… - Basta… hasta ahí – dijo cuando noto que mi objetivo era su conchita, me hice el desentendido lamiéndole el vientre, acercándome paulatinamente a la vulva – Eso no – dijo jalándome de los cabellos, aguanté el tirón, dejé de acariciarla para abrirle los labios con las manos… por un instante quedé inmóvil contemplándolos, se confió y aflojó la tensión… hundí la cara en su entrepierna besándola y lamiéndola – Eso no, por favor – murmuró sin tirarme los cabellos, – No lo hagas – susurró intentando cerrar las piernas, ya era tarde con los codos apoyados firmemente en la cama se lo impedía y continué lamiendo como si en ello me fuera la vida, - No… no… nooo – decía sin reproche, como para si misma… encontré su clítoris erecto, rojo, brillante, lo mordí con los labios y lo rodeé con la lengua, suave… fuerte.. con pequeños golpecitos, noté que se aflojaba y lentamente la presión en mi pelo se iba convirtiendo en caricia… ya no resistía… comenzó a brotar un flujo con un ligero sabor salado y un aroma a hembra en celo que me obnubiló, la invadí con la lengua… comenzó a estremecerse ligeramente y a respirar desacompasada… me aboqué al clítoris y le introduje dos dedos fácilmente, estaba mas que húmeda, receptiva…- Eso no, mi vida – protestaba en voz muy baja, como justificándose, lo aceptaba pero no era su voluntad… la actitud contradecía lo que expresaba… de acariciarme la cabeza paso a apretarme la cara en el pubis… le brotaban flujos tibios como si fuera un cálido manantial… parte los sorbí en pequeños tragos dejando que el resto me mojara la cara, cayendo hasta empaparle las nalgas y el cubrecama… probé un tercer dedo y un gemido quejoso me hizo desistir… insistí en el mete y saca lamiendo y mordiéndole suavemente el clítoris... ya no se quejaba, movía las caderas violentamente, parecía que su vulva me succionaba la lengua hasta causarme una leve molestia… noté un ligero temblor que se fue acrecentando al mismo tiempo que afirmándose en mi cabeza se incorporó en medio de un orgasmo, que luego confeso no haber sentido uno tan fuerte, dejé los dedos quietos dedicándome solo a estimularle el clítoris… se dejo caer laxa sobre la cama, - Quiero besarte, mi vida… necesito sentirte encima aplastándome -, sentí que tenia el pene a punto de estallar, reptando fui subiendo mientras besaba y lamía centímetro a centímetro su piel, la sentí húmeda con un ligero sabor salado, en el valle que formaban los senos se habían formado pequeñas gotas de transpiración las que degusté con fruición mientras la miraba fijamente a los ojos, por primera vez le noté la mirada resplandeciente, parecía despedir luces que le iluminaban el rostro, - Vení, por favor – dijo sonriendo, me acerqué a centímetros de su cara, me tomó de la nuca y nos besamos como si fuera la primera vez.

Malo, me sentí morir.

Porque malo?

Te pedí que no lo hicieras… fue la primera vez.

No te creo – dije con un dejo de asombro.

Te lo juro… siempre creí que era de mal gusto.

Y ahora?

Fue maravilloso, nunca sentí tan fuerte… creí que me desmayaba – dijo dándome un beso muy suave en los labios.

Querés repetir?

Hoy no… la próxima vez no te dejo ir sin que me lo hagas.

Quien te dijo que va a haber una próxima vez?

Yo – respondió con un piquito.

Y si no quiero?

No me podes hacer eso… malo… me dijiste que faltaban muchas cosas.

Es cierto… pero no se si estas dispuesta a conocerlas

Probame – dijo volviéndome a besar

Mira que tenés que ser un poco putita.

No me llames así… me haces sentir mal – dijo haciendo un mohín compungido.

Normita… antes de hoy habías caminado sin ropa interior, como una putita?

Lo volviste a hacer… no, nunca salí así, hoy pensé que todos se iban a dar cuenta… creo que la única que sospecho algo fue Sandra.

Y dale con Sandra, haceme el favor de no nombrarla mas… no me gustan los tríos.

Perdonáme, pero te esta buscando y me da rabia... – dijo mirando al infinito.

Nenita… la única mujer que me mueve los esquemas sos vos.

En serio?... gracias mi vida – dijo dándome un besito en los labios y acariciándome la nuca.

Sabés que sos la putita mas linda de la tierra. – dije sobandole los pechos.

Me rindo… sos un cargoso, llamáme como quieras, pero no se como serlo… te juro que quiero, pero me cuesta... no puedo – murmuró con vergüenza.

Cogéme

Que? – preguntó sorprendida.

Quiero que me cojas.

Pero no se puede… yo soy mujer.

Normita… eso salta a la vista – dije sobandole los pechos descaradamente – y cual es el problema?

Es que no se como hacerlo.

Hace lo que sientas

Ayudame… soy una tonta… me da vergüenza – dijo besándome suavemente en ambas mejillas.

Me corrí saliéndome de encima y tomándola de la cintura la empujé para que ella se montara encima mío con las piernas al costado de mis caderas, me miró como esperando alguna indicación, entrecerré los ojos dejándola que hiciese lo que le viniera en ganas... se lamió la palma de una mano pasándola por mi sexo humedeciéndolo, repitió con la otra mano… flexionó un poco las rodillas elevándose y lo llevo a la entrada de su vagina… poco a poco descendió hasta penetrarse ligeramente… se agachó apoyando los pechos en el torso y comenzó a acariciarme con ellos mientras se invadía lentamente, un ligero e indescriptible espasmo me hizo estremecer de pies a cabeza.. intente elevar la cadera para accederla totalmente e hizo lo propio impidiéndolo, - Quietito… dejame a mi… no te muevas, por favor… - susurró restregando con ganas sus pechos y besándome muy profundo… subía y bajaba la pelvis ganando mi sexo con una lentitud exasperante… me estaba volviendo loco y quería llegar al fondo y cogerla sin importarme nada de ella… como si me hubiera leído el pensamiento se envaró dejándose caer, sentí sus glúteos chocar contra los testículos y los músculos vaginales contraerse y dilatarse parecía que en cada contracción llegaba mas hondo, me tomó las manos llevándolas a sus tetas provocándome a que las estrujara en forma casi salvaje… subía y bajaba aumentando paulatinamente la velocidad hasta transformarse en un vaivén áspero, grosero, imparable… una luz de alarma sonó en mi mente, algo no estaba bien

El forro (argentinismo por preservativo)… No me puse forro.

Ahora no.

Pero

Ahora no.

Ahora no, repetía casi mecánicamente sacudiéndose desbocada… Ahora no… así, mi vida, así… ya… ya… me viene, me viene… reiteraba en forma casi histérica, sentí sus flujos ardientes empapándome, los muslos contraerse y las manos apretando las mías como incitándome a que le exprimiera los pechos… - Ya esta Bebe – decía sin dejar de moverse, - Ya esta -, - Apretame… marcáme -, - Otro mas, otro mas -, - Me muero -… sentí un cosquilleo que me nacía en lo mas intimo y se transformaba en una sucesión de espasmos descontrolados, un millón de luces multicolores acompañaron un orgasmo bestial como hacia mucho no sentía, por un instante perdí noción de donde y con quien estaba... oí como un eco lejano, - Vaciate, mi vida… llename -… comencé a boquear tratando de aspirar el aire que se negaba a llegar a los pulmones, ella se desplomó sobre mi pecho y en medio de su respiración agitada intento besarme, moví violentamente la cabeza impidiéndoselo necesitaba aire y relajarme, la tomé de la nuca y apoyé su mejilla en mi hombro, le acaricié la espalda y los glúteos suavemente, los tenia empapados de sus jugos mezclados con semen, como si tuviera vida propia la mano que le acariciaba las nalgas las separó y el dedo medio comenzó a juguetear con el ano… al cabo de un rato sentí que el pene perdía rigidez y lentamente fue saliendo de la conchita, ella con suaves contracciones de los músculos vaginales me hacia creer que quería retardar lo inevitable… levantó la cara mirándome fijo a los ojos… en silencio desplazó una mano hacia la mía y me hizo ponerla en su cintura… su mirada no reflejaba señales de protesta y entendí el mensaje, no era el momento y le acaricié la espalda junto a la otra mano… reptó hasta tener la boca a mi alcance y la besé lento, suave, dulce, como agradeciendo uno de los mejores momentos de mi vida

Lo hice bien?

Como nadie

Viste como te cogió tu putita?

Quien?

Tu putita… ya no me suena tan mal.

Quien lo hubiera dicho… la señora amarga tenia escondida otra personalidad – dije dandole un besito en los labios.

Solo con vos y acá… antes dijiste que querías una dama en la calle y una putita en la cama

Que vocabulario para una señora, jajaja.

Tonto… lo aprendí de vos, jajaja…, en serio… nunca me sentí tan cogida, perdón, tan querida…fueron tres días inolvidables… una vez te dije que cada palabra tuya la guardaba en un lugar muy especial, quiero que sepas que tus bromas y piropos me alegraron momentos difíciles sin que lo supieras… creo que siempre te quise… y de tonta lo negué…. muchas veces pensé que seria lindo compartir un café y cuando llegó el momento me asusté… - dijo dándome un besito muy leve en la boca – Que tonta, no?

No Bebe… seguramente no era el momento ni el lugar… por alguna razón ajena a nuestra voluntad coincidimos en la fiesta y se dio así, sin proponerlo ni planearlo… creo que debemos vivir cada momento como si fuera el ultimo sin pensar en el mañana.

Huyy… hablando de mañana, que hora es?

Dejame ver... casi mañana, es tardísimo, en tu casa te van a matar – dije preocupado.

No importa, quedémonos un ratito mas… me gusta estar así abrazaditos, me siento protegida, mimada… hacia mucho que no me sentía tan bien – dijo dándome un piquito.

Y que vas a decir?

No se, algo se me va a ocurrir… dejame poner abajo, quiero que me aplastes.

Se acostó boca arriba y me puse encima, charlamos un buen rato entre caricias, mimos y besos de toda forma y color, me tranquilizó cuando dijo que por su periodo menstrual no corría riesgos y que debíamos pensar como cuidarnos en el futuro, le propuse que nos bañemos juntos y luego de una corta discusión me convenció que por ser la primera vez debía dejarla hacer algunas cosas sola, me dió un piquito para luego envolverse con una sabana y fue al baño, sentí correr el agua de la ducha y tuve que pensar en otra cosa para evitar entrar, ese toque gratamente femenino de pudor me hizo pensar que había encontrado una excelente compañía para las noches de insomnio.

No la pude convencer para que me permitiera acompañarla hasta cerca de su casa y nos despedimos diciendo que el día siguiente en la oficina iba a ser difícil.