Nomenclatura

....en el averno y en el cielo, el sexo me salva de todo pesimismo.

NOMENCLATURA

Cada mañana es un despertar triste, a la vida. Por eso, luego de huir toda la noche, de buscar una hembra y satisfacer el hambre de piel ajena, sudor y sabores, sal y otras hierbas orgánicas, me redimo en la contemplación de las calles todos los fines de semana.

El transito de cada persona, su caminar decidido hacia destinos fijos, llámese un trabajo, una oficina, una construcción o el comercio en general, delatan lo fútil de hacer lo que hago. Sin oficio pero con trabajo, la metafísica de mi quehacer humano se resume en la invisibilidad de no ser distinto, de ser sólo fuerza bruta de trabajo, código de barra, estadística, porcentaje, indiferente, desechable, que en el transcurrir del tiempo, de cada puto día, me reducen a la masa social del promedio o a un confuso montón de seres humanos inscritos como una mierda conceptual nomenclada "ciudadanos".

Menos mal que la sexualidad no esta fichada. Que nuestro pito o vulva no tenga un medidor de kilometraje de uso, de enfermedad, tendencia, moralidad estándar. A menos que no sea un asunto de salud pública, el estado no se mete en nuestras camas o con nuestros sexos u orgasmos. Pero si lo hace al repartir condones porque las naciones desarrolladas y la OMS se lo dice, "no, si uds en suramerica son muy cacheros y si siguen así van a ser mas que los europeos o los anglos en que hay puros vejetes" nótese el animo de resguardar el imperio . También lo hace con nuestros hijos al educarlos para prevenir el sida, para que no culeen antes de tiempo, para saber cuantos mueren, nacen, se desarrollan. Para saber cuantas mocosas gozan del sexo sin placer y paren fetos siendo menores de 18 de manera inmoral. Que la ilegalidad y la pornografia. Que la morbosidad y el escándalo. Que la sodomía y el orto de los wecos. Que bochorno. Que desgracia. Que fabulosa civilización. Al parecer se olvidaron de la antigua reproducción sin latex, ni convenciones anticonceptivas. El control de natalidad es la nueva onda por que los estados europeos la llevan. La maxima se nomencla " calidad en vez de cantidad" lo que viene a ser mas o menos que es mejor parir pocos humanos cultos que un monton de mierda que se cagara de hambre, sera ignorante y al final, no sera ningun aporte al estado tercermundista ( Consulte las estadisticas de la ONU respecto del hambre, natalidad y mortalidad infantil en Africa, y compare ahí mismo, cuanto invierte la Organización en estudios y cuanto en ayuda humanitaria. Haga lo mismo con el porcentaje de Armamento y gastos de intrusión en zonas conflictivas que le convienen a USA).**

La paz y el orden me matan cada día. Nos mantienen ocupados con los valores de lo bueno, el orden publico y la paz social, encasillados en minúsculos cubículos en los cuales se debe, por imperativo instintivo, vivir. En varios siglos se acuñaron los valores del primer mundo. Los pobres países inventados, los nuestros, han sido penetrados y violados a la fuerza de la ley y el titulo de propiedad, y a la razon proporcional del capital y del crecimiento de los mayores mercados del mundo. Asumieron servilmente la " cultura " de la libertad, la patria y la fraternidad, con mínimos beneficios. Que cochino juego maquiavélico. ¡Que maniobra imperial mas astuta, cada dia nos hacen creer mas en el progreso y en el maldito Descartes!...

Hasta la religión es un invento. La iglesia, la cultura, la tradición. Todos vínculos para afiatarse a la tierra y trascender en el tiempo. Tal vez la nueva patria se nomencle "Corporación Mega Upload S.A.". Y seremos fieles. Su mesias o maestro ascenderá en un ascensor al piso 114 y desde ahí será dios y nosotros seremos sus siervos y defenderemos sus arcas de otros dioses, de otros señores de directorios geograficos distintos.

Tanto la democracia viciosa o viciada como un reino de los cielos, me provocan urticaria en los testiculos. Luego de ver la trayectoria de los pajaros, recuerdo el beso de aquella mujer que me amó toda la noche, que amé locamente.

En esta fria mañana de domingo, las campanas de la iglesia me devuelven a la realidad de hombre ciudadano. La nomenclatura del sexo me satisface en su recuerdo las piernas agotadas de animal domestico. La monotonía de aquel ejercicio, su ritmo gimnástico, me devuelve a la carne, la energía que necesito para enfrentar sin "estrés" o melancolía legitima, los demonios de cada semana: Aburrimiento y pereza; mediocridad e indiferencia hacia las estructuras políticas del mundo que me rodea.

Blancosucio