Nochevieja
Mi primera vez...
Muchas veces la vida no es como uno espera…
A mis cuarenta recién cumplido, me encontraba en aquel garito… La verdad es que no estaba tan mal como pude pensar en un primer momento… Quizás fuera yo…
Había multitud de mujeres… jóvenes y no tanto… casi todas con vestido negro que se ajustaban a sus curvas… de mejor o peor manera…
Las había muy guapas… y las había muy poco guapas…
Yo no era un don Juan… soy de esos tipos que no hacen girar cuellos de las mujeres cuando ando por la calle… ni de los que suscitan cuchicheos… Alguna mirada… algún momento especial… pero el amor a primera vista no era lo mío…
Me había fijado en varias chicas aquella noche… Pero en una en especial… Debía tener 29 ó 30 años… delgada… un poquito más baja que yo… el pelo liso… moreno… largo… casi hasta la cintura…
Me pilló mirándola en varias ocasiones… en la última me sonrió… de esas sonrisas que te alegran una noche… aunque duró poco… y luego siguió bailando con su grupo de amigos y amigas…
Sólo había dos chicos… y uno de ellos estaba liado con otra de las amigas… se intuía por la forma de besarse y abrazarse… La chica bailaba con el chico y con sus amigas de manera aleatoria… no… esa chica no tenía pareja… o por lo menos, allí no se encontraba…
Brindaban… bebían… bailaban… No sé cuánto tiempo estuve en esa discoteca… pero me centré más en esa chica que en el grupo que me acompañaba… mi primo, su novia y sus amigas… con las que, por desgracia, no hubo feeling de ningún tipo…
Al no tener planes, esa fue mi opción para nochevieja… y bueno… aunque sólo fuera por haber visto a esa chica, mereció la pena…
No me acerqué… porque suelo ser el tipo de chico que facilita la mirada y los gestos de rechazos de aquellas chicas a las que me acerco en los bares para entablar una conversación… No me considero feo… con encanto, diría… pero los bares y pubs, desde luego, no son mi coto de “caza”…
La noche transcurrió sin más…
A las 6 de la mañana nos fuimos… cada uno por su lado… mi primo me ofreció ir a casa de su novia a dormir, pero le dije que prefería irme a casa…
Es difícil encontrar taxi a esas horas… Así que deambulé de un lado para otro por unas calles que no conocía…
Me estaba meando… mucho… y vi una especie de parque… y me colé entre unos arbustos… y allí estaba… a menos no sé cuántos grados, meando en un parque…
Cuando acabé, me dirigí de nuevo a la búsqueda de un taxi… y la vi… Al principio no la reconocí… pero luego me di cuenta de que era la chica de la discoteca… No iba borracha como aquellos vídeos de internet… pero me di cuenta de que no estaba en buen estado… Iba hablando con alguien por teléfono, y diciendo que no pasaba nada, que ya estaba casi en casa…
Nada más colgar el móvil, y según lo colocaba dentro de su bolso, giró bruscamente y vomitó…
Desde lejos resultaba gracioso… la chica apoyada en un árbol, vomitando como podía todo lo que había bebido esa noche…
Me dio pena… y me acerqué… Al principio lo hice despacio… para no asustarla… pero cuando estaba casi a su lado me di cuenta de que esa chica tampoco era muy consciente de nada… había acabado de vomitar… y estaba como flotando en el aire… sin fuerzas para ir a un lado o a otro… como si se hubiera quedado dormida… Le ofrecí un pañuelo, pero ni se inmutó…
Cuando me puse a su lado, se apoyó en mi… murmurando algo de que se quería morir… que qué mala estaba… y que se iba a morir…
Me reí… qué malas son las borracheras para alguna gente…
Como pude la llevé a un banco… de esos de madera…. Y la senté… me puse a un lado… nunca es bueno ponerse delante de alguien que puede vomitar en cualquier momento…
Hablaba con ella como si fuera una niña pequeña… mientras ella medio sollozaba, yo la decía que no se preocupara… que todo pasaría… que se iba a poner bien…
Mi tono de voz es relajado… y entre eso y su borrachera, la chica se durmió… o al menos eso parecía…
Desde donde estaba, yo podía ver su escote… aquel que había estado viendo toda la noche… pero ahora de cerca… mucho mejor… más real… El abrigo que llevaba lo llevaba abierto…
Notaba cómo se me iba poniendo dura… cómo iba creciendo mi polla pensando en esos pechos… en estar en ellos… en rozarse con esa piel…
Nunca se sabe que te depara la vida… ni en qué momento tendrás opción de cruzar los límites… y ni si lo harás…
Pero esa noche, yo lo hice…
Acerqué mi mano a ese escote… y mis dedos acariciaron sus pechos suavemente… la chica, dormida… se echó hacia atrás… y me dejó mayor libertad de movimiento… pude acariciarlos al principio despacio… pero luego me envalentoné… y pasé a agarrar su pecho con toda mi mano… primero con una… pasando de un pecho a otro… por encima de la camiseta… luego por dentro… notando su fría piel en mis calientes manos… su pezón, no muy grande… pero sí muy duro…
Paré… y la miré… su camiseta descolocada… arrugada… y observé que no había nadie… La senté de lado, y yo de frente… escondiéndola con el abrigo, por si alguien venía, coloqué sus piernas encima de las mías… y volví a sus pechos… Esta vez le subí la camiseta, dejando su sujetador al aire… tras acariciarla con mis ardientes manos, se lo desabroché… y lo dejé colgando…
No me molestaba cuando mis manos sentían su tacto… sus curvas… y mis dedos pellizcaban esos pezones… Ella seguía dormida… entre pequeños gemidos y susurros…
La polla me dolía… así que me la saqué… y coloqué su fría mano sobre ella… El contraste, al contrario de lo que podía pensar, fue excitante… su piel helada en la mía caliente… Me masturbé con su mano… un ratito… vigilando de que nadie estuviera observando…
Quería sentir su boca en mi polla… Así que, con un pequeño movimiento, la eché sobre mí… como si estuviera descansando… Su boca quedo a la altura de mi polla… Me excité más al mover mi glande sobre su mejilla… sobre sus labios… como si se los estuviera pintando… la primera vez que entró en su interior.. y sentí su aliento…
Me gustaba estar así… pero no quería arriesgarme a que volviera a vomitar…
Quería follármela…
Pensé en las posibilidades… en las opciones…
La levanté… y la puse a cuatro patas detrás del banco… sobre la arena… Antes, la había desabrochado el pantalón… en esa posición, me fue fácil bajárselo y dejarla sólo en tanga…
Tenía un culo precioso… uno de esos que te gusta mirar… pero no tenía tiempo… Le aparté el tanga a un lado… y así, desde atrás… empecé a buscar su sexo con la punta de mi polla…
Entre el frío… los nervios… no fue fácil… pero, curiosamente, estaba mojada… húmeda… No sé si se habría meado o estaría excitada… pero me daba igual…
Entré en ella despacio… sintiendo ese calor húmedo en cada centímetro de mi polla… Despacio fui sacándola… y la volví a meter… de nuevo lentamente… y aceleré el ritmo… más… y más… entrando y saliendo de ella cada vez más rápido y con más fuerza… Me sujetaba a sus caderas mientras ella gemía… o al menos eso creía yo… con cada empujón me acercaba más al orgasmo… Era excitante…
No quise correrme dentro de ella… no… bueno… querer, lo que se dice querer, quería… pero no sé… no me atreví…
La saqué y me masturbé sobre ella… dejando mi leche en su piel… en su culo… en su ano…
Luego, con mi mano, restregué todo mi semen por su piel… dejándola pegajosa…
La vestí… no sin antes hacer un par de fotos a sus pechos y a su trasero… después la volví a sentar en el banco…
La intenté despertar un poco… conseguí que semi-abriera los ojos… ni siquiera me veía… pero consiguió ponerse en pie y ponerse a andar… Me dio las gracias…
Yo la vi marchar… sin estar muy seguro todavía de lo que había pasado… pero no se me olvidaría…