Nochevieja diferente 2

sigue el relato donde Nerea esta siendo preparada creyendo primero que era un plan morboso y acabó siendo algo muy excitante

NOCHEVIEJA DIFERENTE

Nerea se metió en la cama pero se sentía extraña, completamente excitada su mente repasaba todo lo sucedido ese día y en las consecuencias que a su vida futura podía acarrear. En eso estaba cuando notó como una mano la acariciaba el pecho primero suave y luego de manera recia y obscena. Cuando se quiso dar cuenta alguien la volteó boca abajo y colocó la polla en su coño penetrándola con decisión pero notó que a su "amante" le costaba meterla. Giró un poco la cabeza y vió un hombre de aspecto muy varonil y de gran envergadura. Sentía la polla follarla, lo hacía con fuerza, vigor y sin concesiones.

Ya me dijeron que eras una zorra y se nota, gimes como una perra mientras te taladro, ahora tu culito va a sufrir.

Bajó el hombre su lengua hacia abajo y agarrando sus dos nalgas las abrió y dio un lametón a toda la raja del culo hasta llegar al agujerito trasero de la chica y lamer con la punta de la lengua con mucha suavidad abriéndoselo. Le vió untarse la mano con algo viscoso y como lo ponía en su culo. Ahora sintió como si una gran vara quisiera romperla abriendo su culo por la mitad. La escocía pero cuando se quiso dar cuenta ya la tenía toda dentro y empezó a follarla sin miramientos y diciéndola palabras tan obscenas que hubieran escandalizado hasta a las mentes más calenturientas.

La folló hasta que sintió que se corría y se la sacó y llenó su espalda de semen. Que cantidad de semen la echó. Vino Naiara, la ayudó y la llevó al baño a lavarla de nuevo. Ahora la llevó a la sala anterior y esta vez la inmovilizó a un potro.

Te creías que iba a ser todo tan fácil todo pedazo de zorra? --- le dijo Lucia a la vez que Naiara se arrodillaba a los pies de la Dómina besando su zapato y colocándose a su otro lado.

Allí estaba Lucia con sus dos compañeras de trabajo de rodillas a su lado. Se acercó Lucia y luego las dos chicas. Laura con una bandeja con varias clases de fustas, cañas, palas y pequeños látigos. Naiara otra bandeja con distintos tamaños de dildos y de plugs.

Lucía escogió una fusta de cuero trenzado. Probó con ella en el aire. Ahora la posó sobre las nalgas de Nerea. Fue dando golpes alternativos en cada nalga hasta que adquirieron un tono rosa chicle. Usó varias fustas y una caña. Luego separó las piernas de la chica hasta una posición bastante incomoda para ella. Cogió un látigo pequeño de varias colas y la fue azotando en la parte central del culo y en el sexo hasta que cogiera también una buena tonalidad.

Ahora Laura cambió las fustas en la bandeja por pinzas y pesos. Lucia puso primero unas pinzas suaves en los pezones que al estar Nerea a cuatro patas colgaban alegres con un ligero tintineo metálico. La sujetó un peso en cada una no muy grandes para no deformarla los pechos. Luego pinzó los labios vaginales con dos pesos algo más grandes. Ahora llegó el momento de dilatarla. Cogió un pequeño plug de la bandeja de la becaria, la untó en vaselina y fue jugando con ello en el ano de Nerea poco a poco hasta que la metía y sacaba sin dificultad.

Ahora cogió un hilo con varias bolas de diversos tamaños pero todas más bien diminutas. Luego las fue untando y las fue introduciendo con mucha calma en el ano dejándolas resbalar para que hiciera efecto la vaselina que al estar fría hizo que no notase tanto el escozor de la follada que le había dado el gigante una hora antes.

La dio con una pequeña vara que al contacto con la piel emitía una pequeña descarga en la cara interna de los muslos, luego cerca del clítoris, en los pliegues estrellados del esfínter, rozando el clítoris y en los pezones. La mezcla de dolor y cosquilleo de las descargas la puso como una moto. Laura que se había quedado sin ninguna tarea después de colocarse un arnés hizo que Nerea se lo lamiera y lo mamase como si fuera una polla.

De repente el ambiente lo rompió un sonido que sorprendió a Nerea y era su gemido. Lucia empezó a hablar con alguien al otro lado que enseguida supo que era su jefe. El gran jefe.

Ya veo que la llamada te ha puesto cachonda zorra pero tranquila que tu jefe no sabe nada de nuestros jueguecitos. ---- dijo Lucia.

Nerea seguía mamando el arnés a la vez que el culo lo tenía lleno con unas bolas chinas en el culo. Lucia las fue sacando poco a poco hasta tenerlas todas fuera. Cogió otro plug y lo metió entero muy fácil porque ya no sentía casi dificultad. Entonces cogió un huevo, algo más grande del que antes había llevado dentro Nerea. El mando ahora lo tenía Laura que iba regulando las vibraciones para que la chica se excitase al máximo y luego rebajarlo.

Lucia se puso ahora un guantes de látex y cogió vaselina, primero con los plugs más pequeños fue jugando con la vulva y la entrada de la vagina de la chica sin forzar para que entrasen casi solos, las pinzas iban haciendo efecto y molestaban algo y ella agregó algo más de peso. Ahora introdujo dos dedos en la vagina y fue buscando con ellos el punto G de la chica.

Luego metió un tercer dedo con ellos fue acariciando el huevo que estaba en el recto a través de la pared de la vagina para luego girar y volver a buscar el punto g. Ahora se echó más vaselina en la mano y logró meter un cuarto dedo. Luego apretando ligeramente entró el puño entero y al sacarlo lo volvió a meter pero extendido y siguió jugando con la vagina que temblaba y palpitaba intentando engullir la mano entera. La volvió a sacar y fijó uno de los electrodos en el clítoris aplicando una pequeña dosis de corriente.

Con el juguete que emitía descargas la daba pequeñas descargas por fuera del electrodo tocando la base del clítoris y así con todos los estímulos las descargas eléctricas desencadenaron varios orgasmos seguidos cada uno más brutal que el anterior hasta que quedó completamente rendida y exhausta de tal forma que pareció que estaba desmayada. Naiara la retiró todo y con un cubo de agua helada la espabiló por completo.

La acercó un pequeño cuenco con comida y otro con agua que puso en el suelo. A Nerea la ató con una correa al collar que llevaba al cuello y puso de tal forma los cuencos que Nerea tenía que tensar para poder comer y beber por lo tanto esforzarse. Comió y bebió hasta que sus guardianas y entrenadoras estaban cenando. Luego la esperaba otra sorpresa. Pero ese es otro tema.

Naiara vino. Soltó la cadena y la hizo caminar a cuatro patas detrás de ella pero corrigiendo su caminar hasta hacerlo armónico. La llegó a un salón bien decorado. Antes de entrar Naiara la vistió con una túnica y la adecentó para lo que se preparaba ahora. Entró y vió un lado un pequeño escenario bien iluminado y al otro lado algo que aparecía completamente oscura. Fue situada en el escenario. Naiara acercó un rectángulo formado por cuatro listones metálicos brillantes con pequeños leds. Atadas las manos a la parte superior y los tobillos a las esquinas inferiores. De la parte superior caía una barra de acero que Naiara sujetó en la parte trasera de su collar.

Ahora que estaba completamente inmovilizada la becaria hizo un gesto que hizo que se iluminase la otra zona de la habitación y allí estaban sentadas Lucía y otra mujer que al comienzo no reconoció pero luego si. Era su vecina, una mujer casada joven que había sido musa de algunos de sus momentos onanistas más sublimes. A los pies de las dos Damas Laura a los pies de Lucia y a los pies de su vecina un sumiso que ella creía el gigante que la había follado hacía unas pocas horas.

Se acercaron Lucia y su vecina. Lucia retiró la túnica a Naiara para mostrarla a su vecina su nueva adquisición. Su vecina que antes de palparla en todo su cuerpo la susurró al oído:

No me tengas miedo que se que más de una vez te has masturbado en la ducha que las paredes son de papel y a partir de ahora superas la prueba te usaré más de una vez.

Ahora Naiara la dio a beber de dos botellas de agua con la orden de que no podía orinar. Cada vez le fue costando más hasta que en la mitad de la segunda pidió permiso para orinar. Naiara situó un cubo debajo de sus piernas y se puso de tal forma que el chorro de orina de Nerea la daba en los pechos y cayendo por su ombligo es escurría hasta su coño y gravitatoriamente caía al cubo.

Diana estaba ya muy convencida pero quería probar solo un par de cosas. Primero azotarla ella misma a distintas intensidades y luego probar si sabía comer un buen coño. La fue azotando y la chica fue dando las gracias hasta un nivel de dolor que ella consideró suficiente viendo el color que la piel había adquirido. Ahora la hizo tumbar en el suelo y ella se sentó a horcajadas sobre su boca y la hizo lamerla el coño. La chica cumplió mejor que bien. Así que el trato se realizaba. Durante un mes Nerea sería sumisa solo de Diana y luego sería de Lucia pero durante éste tiempo en el trabajo podía ser requerida por Lucia, Laura o Naiara pero esta solo si tenía autorización de Lucía podía usarla.

Naiara la vistió con un vestido negro sin ropa intima y metió la ropa que traía la chica en una bolsa y la introdujo en el maletero del coche de Diana. Nerea pasaría el resto del fin de semana en casa de Diana.

Antes de salir de casa de Lucia tuvo que firmar Nerea un documento de cómo se entregaba y aceptaba todo y con un tinte que se podía quitar en caso necesario Naiara puso la marca de su dueña.

Fin

Esta segunda parte del relato también es imaginario pero la realidad de la ficción a veces está separada por una fina línea, algún día la traspasará Nerea, algún día habrá alguna chica que desee o que pueda vivir esta situación, quien lo sabe, si queréis podéis escribirme a:

Picante100@gmail.com

Picante100@hotmail.com