Noches y dias (2)

Despues de ese dia... ahora estoy aquí.

Autor: La Colo

Rubro: Confecciones

Bajada… Después de un año sin hacer nada, Gustavo me llevó a un nuevo límite inesperado y suave

Noches y días. (Segunda parte.)

Nada fue igual para mí después de esa noche, Gustavo había abierto una puerta que no podría cerrar fácilmente. Tampoco sabría como avanzar en ese nuevo camino. Pero eso no era problema mío ya que él se encargaría de guiarme por esa nueva senda. Fue así, que a los pocos días ya tenía una nueva experiencia para vivir

Sábado al medio día, Gustavo llega a casa después de su trabajo, los sábados él trabaja media jornada y a mí me gusta que él se vaya y yo prepararle con tiempo el almuerzo, ya que rara vez tenía tiempo de cocinarle… Los sábados por la mañana eran sagrados

Lo sorprendía y él me lo agradecía con mucho afecto… Pero esa tarde no vino solo… vino con Laura, una compañera de trabajo. Cuando la vi, me dio broca, primero porque no la esperaba y segundo porque no quería que estuviera con otras mujeres, así que la saludé pero de mala gana y fue mucho peor cuando Gustavo me pidió que ponga otro plato en la mesa ya que se quedaría a almorzar con nosotros

Laura era algo mas joven que yo y mucho mas joven que Gustavo.. Es alta un poco mas que yo, menos tetas, mas culo, pero lo más llamativo de ella, era su boca. Los labios gordos y rojos y siempre sonriente.

Ella pidió ir al baño y yo le indique, era el momento preciso para decirle a él que no estaba a gusto y que así no se invitaba a nadie… pero antes de poder decirle nada, fue él, el que dijo

  • Ve al cuarto y cambiaté. – Sentí que me estaba ordenando y me dio bronca, pero me agarró una inseguridad muy grande y no quería hacer una escena frente a una compañera de trabajo.

  • ¿Qué querés que me ponga?

  • La ropa interior sexy que te regalé… - Me puse de lo mas contenta porque esto quería decir que su amiga se iría pronto y que tendríamos una tarde de amor… así que me fui a cambiar con alegría… desde el primer día, cada vez que me ponía esa ropa interior me calentaba, no sé porque pero era así. Por lo tanto cuando me senté en la mesa estaba con la temperatura alta y nada de lo que pasara me importaba, solo quería estar en sus brazos lo antes posible

Comimos en la cocina, como o hacíamos siempre y ella lo agradeció porque era menos rígido, por ser la primera vez que visitaba nuestra casa… Mientras comíamos, él me miraba con deseo, yo me insinuaba sin importarme la presencia de Laura, es mas quería que ella se sintiera incómoda pero ella contaba cosas de la oficina, como si no se diera cuenta de mis intenciones y yo no prestaba atención a sus cosas

Al llegar terminar el almuerzo, ofrecí un café rápido para que ella entendiera que era hora de dejarnos e irse de casa.

  • Es lo que necesitaba un rico café para coronar esta rica comida… - Dijo ella de forma educada y quizás un poco formal

  • Si me parece otra buena idea de mi mujercita, pero tomémoslo en el living… -

Y sin esperar se dirigieron hacia allí dejándome sola en la cocina, con los platos sucios y teniendo que preparar el café.

Tardé como quince minutos en tener todo listo… pero me propuse hacer una pequeña demostración, para que Laura se sienta incómoda y se vaya casi tomándose el café ardiente con tal de no interrumpir nuestra escena de amor.

Entonces me cambié la blusa y me puse una mas transparente que deja lucir mis tetas y el body que me regaló Gustavo. El pantalón, lo cambié, por una pollera muy corta, para no dejar dudas… Ni para ella, ni para él.

Entré al living taconeando con mis zapatos altos y la bandeja en la mano… Haciendo un descarado movimiento dejé la bandeja en la mesa ratona, agachándome lo suficiente como para que ambos vean mis colaless.

Gustavo estaba sentado en una silla y Laura en el sillón Yo me senté a su lado muy displicente y pregunté

  • ¿De qué hablaban?

  • De vos, - contestó Laura – De lo amorosa que sos… Desde que este hombre está con vos, cambió y para bien

  • Si hablábamos de vos y de lo divertida que estás, Solo hay que verte, desde que llegó Laura te cambiaste dos veces… - No podía creer que me estuviera haciendo esto, lo quería matar y entonces me propuse pelearlo con todas las armas y me acerqué a Laura, le tomé la mano, me la puse en mi pierna y le dije.

  • Es que me encantan estas medias y quiero lucirlas… te gustan… - Ella no se puso incomoda como yo creía, sino todo lo contrario, pasó la palma de sus manos recorriendo mi pierna hasta llegar a la entre pierna

  • A mí también me gustan son de muy buena calidad, me las vas a tener que prestar - Su mano no paraba de acariciarme y yo que creí que estaba dominando la situación me encontré aturdida por su reacción y por sus caricias que me estaban excitando… Gustavo no decía nada pero una mueca de goce se reconocía en su rostro.

Todavía estaba yo pensando en todo esto cuando siento que la otra mano de Laura se deslizaba por mi cuello y sin darme cuenta de cómo, me empezó a besar. ¡Me estaba besando, otra mujer delante de mi novio!!!

  • Abrí la boquita cariño, que te quiero saborear. – me dijo mientras me morreaba de nuevo. Gustavo miraba sin decir nada, como agradecido de ver la muestra que su amiga se estaba montando… Así que de bronca, abrí la boca y la abracé como si fuera mi amante.

Es raro besar, a otra mujer, su boca es suave y los besos son más sensibles e intensos, su lengua jugaba dentro de mí y me invitaba a que entre en su boca como nunca lo había hecho. Sentí que era otra nueva puerta que se me abría, que otro limite violado, pero esta vez me costó darme cuenta que era él, el que había pergeniado esta realidad.

Laura me besaba mientras me desprendía la blusa y yo me dejaba sin pensar ya en nada, me fue desnudando con la habilidad que nunca tiene un hombre.

Estaba yo desnuda, frente a mi novio y junto a una mujer que no dejaba de acariciarme y besarme… Las manos de Laura recorrían mis piernas y jugaban rozando mi rayita. Yo cerraba los ojos y me dejaba… Hasta que siento que Gustavo se integra a nosotros y me empieza a acariciar él también. Sentir cuatro manos en mi cuerpo me hizo acabar sin poder disimular… Y al instante abro los ojos y veo como Laura y Gustavo se besan sobre mí.

Si lo pienso un segundo era lógico que esto pasara, pero en ese momento me enojé muchísimo. Los traté de separar pero no pude. Gustavo la desnudaba y yo trataba de impedirlo, hasta que Gustavo Me gritó.

  • Para putita, que para vos también va a haber… - Y paré. – Ayudame con ella – Y me puse a desvestirla… En unos segundos estabamos los tres en bolas. Tome la pija y la empecé a chupar, para que ella no la pueda agarrar. Pero no era de su interés, ya que ella se dedicó a chuparme la conchita. Con el dedo gordo del pie, le rozaba la concha y ella lo gozaba, Gustavo me cogía la boca y yo gozaba a lo loco.

Terminamos haciendo todas las combinaciones posibles, el domingo a la noche, treinta y seis horas mas tarde.

Hicimos mil cosas, como hacerla acabar a Laura con mi lengua, que Gustavo me esté penetrando, mientras Laura me chupaba el culo y me metía un dedo… Ver a Gustavo cogiendo con Laura y yo masturbándome a un lado

Lo que más me impresionó fue cuando le dije a Gustavo que tenía sed y él me dio su pis para que beba, caliente de su verga. Luego Laura bebió del mío y ella nos orinó a los dos… Fue muy fuerte y quizás por eso no lo puedo contar en detalle.

Pero si a ustedes les pareció que ya recorrí todos los caminos no se pierdan la tercera parte de Noches y días que es la mas fuerte