Noches Tormentosas: Abriendo y cerrando puertas.

Tengo que poner orden en mi vida, al igual que mis amigos, pero eso no nos evita dejarnos llevar por nuestra naturaleza.

Hola de nuevo. Hace mucho que no escribo y tengo buenas razones para hacerlo. Primero, creo que el papá de mi nuevo bebé es mi papá, otra vez. Lo creo porque fue el único que se vino dentro de mí en mis días fértiles. Sí, lo he hecho con el papá de mi amiga Alejandra, pero él siempre eyacula afuera de mí, excepto últimamente. Así que es obvio quien es el padre. Fin.

Bueno, hay cosas que quiero contar, aunque estas ya son más personales. Todos saben que vivo con mi amiga Priscila, quien trabaja como scort de lujo, y mi amiga Tañía viene a visitarnos casi todos los días porque ellas están en una relación entre ellas. Pero recientemente me he sentido un poquito rara. Tal vez sea por el embarazo, el cual no se nota del todo todavía, pero siento que he tenido más ganas de mujeres que de hombres. Bueno, estos días  que he estado en la casa de mi papá, si los he disfrutado muchísimo, pero siento que falta algo.

Como sea, los últimos dias de clases, el papá de Ale estaba muy nervioso porque no sabía cómo reaccionaría la gente al saber que su hija, que no se acerca a nadie, estaba embarazada. De hecho, con ella ya se nota su pancita, y eso pone más ansioso a su padre.

Al verlo asi, decidí ir a visitarle mientras Ale estaba en examen final. Él, por supuesto, me recibió y me dejó entrar. Ya le habia contado de que yo tambien esperaba un bebé, y agradeció escuchar que no era suyo, pero me ofreció su ayuda en cualquier cosa que pudiera ocurrir. Así que pasé y me senté en su sillón. Parecía querer contarme algo.

  • Anoche nos pusimos a hablar de nombres, y quisimos ponerle tu nombre si es niña. -dijo, sentándose al lado de mí.

Eso me pareció gracioso, aunque adecuado para evitar alguna emparentación conmigo.

  • ¿y ya pensaste algo para el tuyo? -preguntó después.

  • no, aun no. Le preguntaré a mi papá después. Oye, te he notado un poquito raro últimamente, ¿estás bien?

  • si, ¿por qué? - sentí que ocultaba algo. - bueno, he estado pensando en como la gente verá de ahora en adelante a mi niña, pero no quiero tocar esa clase de temas. De hecho he estado pensando en irnos  a la sierra, así apartados de la gente, y quedarnos ella y yo solos para formar una familia.

  • o sea que te a vergüenzas de ella? - le pregunté. Eso fue lo que le entendí.

  • no, no. Pero quiero estar en un lugar solo con ella para ser libres, ¿me entiendes?

por supuesto que le entendía. Pero dudaba que ese plan se acompletara pronto. Mejor, le dije:

  • ¿y por qué no te liberas aquí?

  • ¿eso quieres no? - sabía que era una referencia a algo más cachondo.

-tu también lo quieres, yo bien lo sé. - hice como que me empezaba a quitar la blusa.

Él se me acercó un poquito, y me agarró por la cintura.

  • pero tengo que decirte algo muy triste. - como que dudó un ratito y después ya habló- Estuve hablando con Ale y me dijo que si queríamos educar bien al bebé y hacerle entender que no se vaya por malas costumbres, tendremos que dejar de verte.

Eso me cayó como balde de agua fría. Los conocía de poquito tiempo, pero éramos buenos amigos. Además de que eran mis primeros fans que conocí en persona. Querían que ya no estuviera con ellos.

  • no me esperaba eso -me agarré la frente, no sé por qué.

  • perdona, es solo que queremos hacer unos cambios. Esperamos que entiendas... - no lo dejé terminar.  Le agarré el bulto.

  • entonces despidámonos bonito.

Por supuesto que aceptó. Me besó de una forma casi amorosa, pero muy lujuriosa, mientras que yo le abría los pantalones para dejar salir su pene que tanto me gustaba, pero que sentía era algo prohibido porque era de mi amiga. Empecé a masturbarlo mientras nos besábamos y después me empezó a quitar la blusa.

Nos desnudamos bien rápido, y ahí, en el sillón, de nuevo me puso contra el respaldo y me penetró. Se sintió bien bonito porque sería la última vez. Se empezó a mover, y empecé a sentir como ahora me daba con más fuerza que antes. Tal vez porque ahora sabía que no importaba si eyaculara adentro, no había riesgo. Entonces me agarro de la coleta de mi cabello y empezó a jalarme como si se tratara de un caballo al que montaba. Yo rápidamente empecé a gemir con fuerza, y después a gritar. Sentía como esa sensación electrizante ascendía por mi cuerpo y me quitaba el aliento. Lo sentía entrar y salir, con toda esa dureza que un hombre, al estar en su forma salvaje es capaz.

En ese momento, me dio una nalgada que resonó por toda la casa, y por alguna razón me hizo venir. Grité por el placer y él aceleró. Apenas podía respirar.

sacó su verga de adentro de mí, y me obligó a sentarme en la mesa de la cocina. Por supuesto que obedecí, y apenas subí, sentí como me abrazaba y me la continuó metiendo.

-Janine... Janine... - decía mientras me cogía con su rostro tan cerca del mío.

  • tu sigue... Sigue... - repetía yo. Me di cuenta de que estaba llorando, y ni siquiera sabía por qué, aunque algo me decía que era por el orgasmo.

Me dejó recostar en la mesa, apoyándome con los codos y él me sujetó de las piernas y continuó con su labor. Yo ya estaba en el camino a un nuevo orgasmo cuando dijo:

  • Janis, no sabes cuanto quería que esa pancita fuera mía... Quería ser yo el padre de ese niño para que el de Ale tuviera un... Hermanito.

Miré a mi pancita, apenas se ve una ligera curvatura, fácilmente puede pasar desapercibida. Por un momento me dieron ganas de que si fuera eso cierto y que Ale y yo, como hermanas viviéramos con  su papá guiados por la lujuria.

  • eres el papi de tu hija... -apenas podía hablar. Sentía el orgasmo cerca, a punto de estallas - y también de tu nieta. Cogetela Como a mí... Cogetela...

y Esteban eyaculó al mismo tiempo que yo me ponía rigida por el fuerte orgasmo que me arrancó un fuerte grito. Sentí como me inundó por dentro, y cuando lo sacó, sentí como empezaba a escurrir por fuera. Esa sensación de extasis se apoderó de mí, esa misma que se siente como cansancio y relajación, pero al mismo tiempo hace feliz a todos los sentidos.

Él tambien jadeaba, y de inmediato me di cuenta de que él se sentía más extasiado que yo. Eso que acabábamos de hacer había sido lo más parecido que había tenido a una despedida de soltero para una vida en la que solo acompañaría a su hija, que ahora era la madre de su hijo. Sabiendo eso, me acerqué a él y lo besé. Fue largo y con lengua, pero era una buena forma de decirle que aun quedábamos como amigos.

Despues de eso, casi sin decir nada, me vestí y me fui.

Fui por mi niña a con mi mamá y me fui directo a la casa de Pris. Una vez dormida mi hija, Pris y yo hablamos de lo sucedido, y empezamos a hablar de algunas cosas banales y triviales, hasta que por fin me dijo:

  • ¿sabes? Me di cuenta de que tratas a los hombres como artefactos sexuales.
  • ¿y tu no?
  • Es diferente, conmigo son clientes. Tú los usas por diversión solamente.

En parte tiene razon. Me gusta la verga, pero debe ser con morbo, con aquella sensación de peligro y de anarquía. Me gusta sentir que lo que estoy haciendo va en contra de lo establecido, como cogerme a mi padre y a mi amiga y a su padre. Cada que veo a mi niña me acuerdo de cómo fue concevida, y ahora que me veo desnuda, me acuerdo todavía más. Y lo mejor es que no estoy completamente segura de quien es el padre, aunque las posibilidades se inclinan a por el mio. Aun así, no dudo en que tengo que darles atención y cariño, además de disiplina y normas. Pero ese toque picante de la vida es el que siempre le da un mejor sabor, el hecho de que estás faltando a las normas al cogerte a una persona de tu familia.

Sí, debí de tomar más precauciones, pero lo hecho, hecho está.

Bueno, en base a mi conversación con Pris, llegué a la conclusión de que mi interés emocional estaba más guiado a las mujeres que a los hombres, aunque mi cuerpo no se molesta en tener una buena verga. Me gusta coger con mi papá, de verdad me encanta, y también con otros hombres pero no en una forma romántica. Solo quiero sexo con hombres y de preferencia que sea de una forma morbosa y sucia, pero me he estado dando cuenta de que mi pasión son las mujeres. Sí, creo que soy lesbiana.

Pero eso no me detuvo para aceptar el empleo que mi papá me dio en su empresa. Es la forma de ayudare discretamente con lo del embarazo. Podré solventarme, y podemos coger siempre que queramos.

Bueno, creo que eso es todo por ahora, amigos. Y tengo que decirles algo muy importante referentemente a mi correo: He tenido problemas para abrirlo, así que desde hace un tiempo que no he podido responder sus mensajes. Me gusta que me los envíen, me alegra mucho, y trataré de resolverlo pronto. Y también tengo que aclararles que mi facebook es para mis amigos y familiares, por eso no agrego a nadie porque todos estos relatos en realidad son mi hobby secreto. Y tambien tengo que hacerles entender que no tengo Whatsapp. No tengo internet en todo momento (solo si estoy con mi mamá, con mi papá o que Pris me pase red desde su iPhone), así que me parece innecesario tener una aplicación como esa. Usualmente mi contacto con ustedes es mi correo, pero sean pacientes por ahora mientras resuelvo esto.

Bueno, me despido y les escribiré otro día. Estén atentos. Besos…