Noches de trova

Lo que puede llegar a suceder con una buena compañia y la musica adecuada.

Después de una llamada telefónica con una amiga y charlar algunos minutos ella pregunto:

  • Y, ¿Cual es el motivo de tu llamada?
  • Invitarte a tomar un café. - Respondí con cierto nerviosismo. Ella me gustaba desde hacia mucho tiempo atrás y por una razón u otra nunca había buscado la oportunidad de invitarla. Después de algunos segundos, que me parecieron eternos, respondió que no podía ese día, pero agrego rápidamente: -El viernes estaría perfecto como a las 5, si no te molesta pasar por mí al gimnasio, o pudiera ser después de las 7 que llegue a mi casa y pueda asearme un poco. El estomago me dio un vuelco y tratando de disimular la emoción, le dije que el Viernes a las 5 estaba bien para mi, axial aprovechábamos mas tiempo para ponernos al día.

Después de hablar un rato más de banalidades nos despedimos y confirmamos vernos a las 5 p.m. afuera del gimnasio. Pasaron los días, entre el trabajo y algunas otras actividades que realizo, y la semana llego a su fin rápidamente. Salí de la oficina  a las 3 p.m. y avise que no regresaría, ya que tenía un asunto personal que atender.

Me dirigí al autobaño para lavar el auto y luego me fui a mi casa a asearme y cambiarme. Pasaron los minutos extremadamente lento, estaba listo 4:15, me fume un cigarrillo en lo que repasaba los canales de la TV, sin prestar atención en ningún programa en particular.

Pues bien, salí un tanto nervioso, ya que hacia algunos meses que no cruzaba palabra con Karla, y hacia poco más de un año de la última conversación de más de una hora que había sostenido con ella.

Pues bien, 5:00 p.m. y yo estaba estacionándome frente al gimnasio donde ella estaba inscrita. Cuando salio, realmente no la reconocí de inmediato, pero no pude despegar la vista de su andar, con una sensualidad y gracia que daba cada paso. Tenia puesta una licra azul cielo y una ombliguera blanca, el cabello recogido en un seudo moño atrás, supongo yo que con los ejercicios mas de un mechón de cabello se soltó para caer descuidadamente sobre su rostro y hombros, cuando se paro frente a la puerta de mi auto, reaccione y me baje inmediatamente para saludarla y abrirle la puerta.

  • Pensé que te habías arrepentido, con estas fachas en las que ando, mas de uno hubiera salido arrancando. -Bromeo-
  • Disculpa, estaba distraído. -mentí- De donde sacas eso de "fachas", realmente me parece que te ves realmente hermosa así -le sonreí y ella como respuesta me miro y se sonrojo.

Cerré la puerta del auto y deliberadamente le di la vuelta al auto por la parte de atrás, quería ver su perfil. Nariz recta y perfecta, labios carnosos por demás sensuales, sus ojos brillaban y el cabello dándole una carga sensual totalmente indescriptible.

Cuando aborde el auto, ella volteo a verme -¿De donde vienes? -pregunto- - De la casa, salí temprano el día de hoy. - Entonces gracias. -Contesto de casi inaudible- - ¿Gracias?, ¿de que? -pregunte un tanto extrañado. - De ponerte tan guapo por mí. -Ahora fui yo el que de improviso se sonrojo-.

No espero respuesta de mi parte y cuando vio mi reacción rió muy divertida -¿Te estas burlando de mi? -pregunte- - No, me rió porque tu me hiciste sonrojar, es justo que yo también me divierta un poco. -Me guiño el ojo y pregunto- Bueno, y ¿A donde vamos a ir? - No lo se, tenia pensado ir a un café en el centro, hay música de trova y hacen un café irlandés realmente delicioso. Pero, podemos ir a otro lugar si gustas. - Esta perfecto, pero... ¿vamos a mi casa a cambiarme?, Me va a dar mucha vergüenza si todos me miran como lo estas haciendo ahora. - Efectivamente mis ojos de manera involuntaria viajaban de su cabello hasta sus muslos, estaba realmente hermosa. No atine a contestar, solo quite mi vista de ella y un tanto apenado encendí el auto.

En el camino a su casa me estaba auto recriminando por no haber tenido la precaución de tener en cuanta que quizás me estuviera viendo. Ella rompió el silencio, como si leyera mi mente. - No te preocupes, ahora que lleguemos a mi casa me cambio y asunto arreglado, no vas a tener mas distracciones. - Miénteme y dime que no vamos para que te pongas un habito, ¿verdad? -pude decir tratando de parecer gracioso. Este comentario provoco otra risa de su parte. - No, pero si seria un poco extraño que lleguemos al café y tu bien vestidito y yo con estas garras que parezco pordiosera. Capaz que te dice el mesero -y fingiendo la voz agrego- "Señor, ¿le esta molestando la... la... mmm... ella?". -Reímos un poco y llegamos a su casa-

Me pregunto si deseaba pasar, le dije que prefería esperarla afuera, mientras llamaba al café para hacer la reservación. -OK, no me tardo- y entro corriendo a su casa. Otra vez no pude apartar la vista de sus caderas y la silueta de su cintura.

Después de una espera de 15 minutos, me baje del auto y me senté en la cajuela y prendí un cigarro mas. Sin darme cuenta Karla regreso y sin más me quito el cigarro de la boca y me dio un beso en la mejilla. -Ahora si ya te puedo saludar. Perdón por la demora-. Me quede un tanto desconcertado, ya que ella y yo nunca nos habíamos saludado así. Después de 5 segundos -¿Vamos a ir o no?- pregunto nuevamente, haciéndome salir de mi turbación. -Claro, vamos- conteste. Me baje del auto y me dirigí rápidamente a abrir la puerta, y pude observar su atuendo de reojo, no quise poner mucha atención para evitar cometer el mismo error. Ella se quedo dos pasos atrás de mí, se acerco lentamente como esperando algo, al estar al pie de la puerta, se volteo y pregunto: -¿Ya no hay piropos?- sin esperar una respuesta agrego -te dije que ya no habría distracciones-.

En ese momento pude contemplarla a mis anchas poniendo cara de critico de arte y agregue -Supongo que siendo tan hermosa, debes de estar cansada de tantas flores- mientras decía esto recorrí su cuerpo con la vista, tenia una blusa rosa con cuello en V, donde solo apenas se adivinaba el nacimiento de sus senos. Sin terminar la frase ella giro para introducirse al auto y fue en ese momento cuando pude apreciar en plenitud un pantalón de mezclilla a la cadera, un tanto desgastado, pero le quedaba como un guante, sus piernas se delineaban perfectamente, sus caderas hacían un esfuerzo sublime por no fundirse con la tela, se adivinaba los interiores tipo bikini, donde las costuras se podía llegar a disimularse mas como un decorado del pantalón que como un interior. Por un segundo llego a separarse el talle del pantalón de su cóccix y apenas se asomo un poco de tela blanca.

Con ese cuadro me comenzaba a poner un poco nervioso y cerré la puerta sin agregar comentario alguno. Cuando subí al auto ella esbozaba una sonrisa mostrando sus dientes blancos. Pregunte ingenuamente cual era el motivo de su sonrisa, solo agrego -nunca nadie me había subido el ego sin referirse a alguna parte de mi cuerpo- solo sonreí y ella agrego: -sigues siendo un chico tierno-.

Encendí el auto y comenzó la marcha al centro de la ciudad, apenas llegamos y estacione el auto, nuevamente procedí a abrir su puerta y ayudarla a bajar. Cuando salio del auto, miro mis manos que aun no la soltaban y comento sonriendo:

-no voy a correr, ¿me sueltas ya?-

-Uno nunca sabe- agregue y solté mi dedo pulgar, pero sin quitar la mano de su sitio. Ella solo bajo la vista y tomo mi mano completamente agregando -tienes razón, uno nunca sabe-.

Caminamos para ingresar al café, en el cual se escuchaba ya algún interprete local, el cual no prometía mucho, escudriñe su rostro buscando algún signo de incomodidad y dijo que nunca había estado en ese lugar y que le habían comentado muchas cosas buenas... haciendo una pausa, agrego: -¿será que el que canta no había venido antes? -y reímos-.

Tomamos asiento y pedimos unas copas, entre aplauso y aplauso, peticiones del público improvisado fue transcurriendo el tiempo, cantamos algunas canciones y bromeábamos de vez en vez. También cuando alguno de los dos nos distraíamos con el intérprete en turno o los berridos de algún vecino emocionado con la canción, toqueteábamos nuestras manos y bajo pretexto de no escucharnos poco a poco nos fuimos acercando el uno al otro.

Sin siquiera darnos cuenta las 11 de la noche se acercaba. Ella me sugirió retirarnos a un lugar mas tranquilo, la música, el olor a cigarro y la gente que no paraba de ingresar al local, el ambiente era de total fiesta, aunque decididamente el calor se tornada cada vez mas latente, para mis interiores suponía que era su cercanía, el olor de su cabello recién lavado, su cara angelical que no paraba de sonreír y bromear, sus manos sobre las mías que juguetonamente entrelazaban los dedos, su aliento fresco me excitaba cada que teníamos que acercarnos para escucharnos, la música no estaba alta, pero si era un buen pretexto para hacerlo.

Pague la cuenta y nos dispusimos a abandonar el local. El intérprete en turno alcanzo a ver que nos levantábamos y sugirió que Karla subiese al estrado para acompañarle con una canción. Ella me miro buscando mi aprobación y solo me encogí de hombros en señal que si quería hacerlo estaba en total libertad.

Comenzaron los acordes y ella se le acerco cuidadosamente al oído a quien la había invitado a subir, algo le susurro al oído y este detuvo la música -por petición de la dama, cantaremos otra canción- esto lo hizo haciendo un ademán hacia mi para que los acompañara.

El escenario realmente era pequeño donde solo había dos sillas  y una obvio era para el anfitrión, Karla y yo nos miramos después de percatarnos que no había lugar para ambos, solo sonrió y se sentó, después realizo un ademán para que me situara junto a ella de pie, nos prestaron dos micrófonos, uno para cada quien, y el anfitrión al ver que estábamos listos comenzó a tocar las primeras nota, inmediatamente reconocí la canción: Silvio Rodríguez: Ojala.

Comenzamos a cantar, en realidad Karla comenzó a cantar, yo no hacia mas que seguirla en algunas estrofas, realmente se veía tan hermosa con los reflectores apuntando directamente en su rostro, ella cerraba los ojos y recargo su cabeza sobre mi cadera. Antes de terminar la canción Karla se levanto y termino con un "arreglo al aire"

"...Ojala que no puedas, alejarte ni en canciones..." frente a mi y fijando su vista en mi, era una clara invitación a besarla. No pude resistir y la bese sin importar que pudiera llegar a pasar, al verme acercar paso los brazos sobre mi cuello y correspondió. Nos saco del trance la gente que aplaudía o vitoreaba. El anfitrión dijo en voz alta: -bueno, ustedes ya se van, axial que a comer pan delante de otros pobres", el publico rió y nosotros sonrojados abandonamos el lugar, caminando rumbo al estacionamiento nos fuimos abrazados con toda calma, mi brazo derecho se situó perfectamente en su cintura y con la mano izquierda acomodaba el cabello que caía sobre su rostro.

Sin decir palabra y al llegar al auto se recargo en el esperando a que abriese la puerta y me situé frente a ella, para besarla nuevamente, después de un tiempo nos separamos lentamente con la respiración un tanto agitada y solo pude decir -No tienes idea de cuanto tuve que esperar para besarte-, a lo que ella agrego: -porque quisiste, yo siempre he estado aquí-, "demonios para tonto no se estudia". Solo sonrió mientras abría la puerta, ingreso al auto y cerré la puerta, rápidamente me desplace a mi lugar.

Arranque el auto y pensando que la noche había terminado puse ruta a su casa, al darse cuenta de ello puso su mano sobre mi pierna y pregunto: -¿tan mal te la has pasado que ya me quieres dejar?

-No, -respondí- yo supuse... esta bien, ¿ahora que quieres hacer?

-Solo me miro con sus grandes ojos y agrego -lo que quieras, sorpréndeme-

Reí de nervios, y pregunte: -¿lo que yo quiera?-

Quito la mano de mi pierna y me maldije por ser tan poco sutil, ella solo vio el reloj y agrego: -debo llegar a mi casa a mas tardar a las 4 a.m.- y volvió a colocar su mano donde estaba, con la diferencia que ahora ejercía un poco de presión con los dedos sobre mis muslos.

Maneje sin rumbo, no tenia idea de que podíamos hacer... en realidad la única idea que tenia era dejar el volante y ocupar mis manos en abrazarla y acariciarla, lo por lo que decidí arriesgarme a manejarlo sutilmente: -No tengo muchas ganas de manejar, tienes hambre o quieres ir a tomar una copa a otro lugar?-. Ella sonrió y agrego: -ya comimos, bebimos y hasta cantamos. Busca un lugar donde podamos estar sin ser molestados y no tengas que manejar-.

En el siguiente alto, pase mi brazo derecho sobre sus hombros y la atraje para besarla nuevamente, al separarme de sus labios puse mis manos sobre su espalda y agregue, estas un poco tensa, lastima que aqui no pueda darte un masaje.

Ella se alejo de mi y me miro fijamente, como tratando de adivinar mis intensiones.

-Bueno, súmalo a las características del lugar a donde vamos- agrego con toda naturalidad.

Me detuve en la primer farmacia que encontramos y le dije, -voy a comprar algo de aceite para el masaje. ¿Deseas algo? - si, tráeme un refresco en lata, el que este mas frió y no importa de cual sea.

Después de hacer las compras subí al auto nuevamente y me dispuse a continuar el camino, cercano a un hotel, reduje la velocidad y pregunte: ¿Podemos entrar aquí o prefieres ir a otro lugar?

Hubo un silencio y levantando la vista acepto ingresar. Llegamos a la habitación que nos fue asignada, después de pagar la habitación cerramos las puertas. Ella se quedo dos pasos adentro esperándome, me acerque lentamente por detrás y pase mis brazos por su cintura, la atraje hacia mi y comencé a besar el nacimiento de su cuello, reclino la cabeza suavemente hacia atrás y tomando mis manos cruzo sus brazos, dejando que mi abrazo se estrechara un poco mas. Levante un poco el rostro y desplace mi boca hacia sus mejillas, el abrazo fue aflojándose poco a poco mientras ella giraba buscando mi boca. Una vez, totalmente frente a mi pude estrechar su cuerpo reduciendo poco a poco la distancia entre los dos.

Era extremadamente delicioso sentir como su lengua recorria mis dientes y labios, incitando a que mi lengua emergiera para corresponderle de la misma forma. Podía sentir su calida respiración que se agitaba poco a poco. Mis manos comenzaron a viajar desde los hombros hasta la parte baja de su espalda, primeramente con la yema de los dedos, sintiendo cada textura y contorno que daba su ropa. Después fue necesario que en la exploración se sumaran mis palmas dando un total acercamiento, buscando anticipadamente el contacto con su piel, mis dedos llegaban hasta el límite impuesto por su pantalón.

Mientras, ella comenzaba de la misma manera a acariciar los músculos de mi espalda, subiendo por los costados y bajando por la columna, como queriendo encontrar un camino, se conjugaba el toqueteo de sus dedos, con el filo de sus uñas que suavemente se desplazaban por mi camisa. Sin darme cuenta ella comenzó a cada subida a jalar la prenda hasta lograr sacarla totalmente del pantalón.

Después de un tiempo, no tengo idea cuanto, suavemente nos separamos y ella dijo: "si el masaje va a estar como el beso, voy a contratarte por mucho tiempo", solo sonreí y la lleve suavemente hasta depositarla en la cama. Se sentó y procedí a quitarle lentamente la blusa, mientras yo le decía, esto nos va a estorbar. Sin dejar que pudiera apreciar la redondez de sus senos, se giro y acostó boca abajo.

A partir de ese momento ambos quedamos callados y comencé a masajear la espalda. Subía y bajaba viajando por los pliegues de su piel, transmitiendo el calor de mis manos, mezclándose con la suavidad apenas descubierta, antes de tomar el aceite desabroche lentamente su sostén, preguntando si podía quitarlo, ella no respondió y separo un poco su vientre y pechos del cobertor, tome como un si su acción y quite la prenda. Vacié un poco de aceite por mis manos y procedí a acariciar su espalda, subiendo firmemente  desde su cintura hasta los hombros, donde me detenía un poco para estrechar sus músculos, para continuar deliciosamente un descenso extremadamente lento. Como producto de mis caricias ella se fue relajando totalmente. Cuando hube terminado mi trabajo con su espalda le dije que si podía seguir con las piernas, con un si entrecortado bajo sus manos y desabrocho el pantalón, aflojo el cierre y agrego: "Puedes quitarlo cuando lo desees".

Dispuse a limpiarme las manos y dirigiendo mis manos a su cintura comenzaron el suave descenso por sus caderas, bajando a cada movimiento acompasado a penas un centímetro el pantalón. Poco a poco comenzaron a emerger un par de hermosas nalgas, y un bikini blanco, mismo que quise dejar a.C. por la grandiosa vista que daba el contraste de su piel con la prenda. Al cabo de unos minutos el pantalón fue desplazado hasta las rodillas, estando a.C. tome delicadamente sus pies y fui halando hasta retirar su prenda.

Nuevamente tome un poco de aceite en mis manos y comencé un masaje en sus tobillos, pantorrillas y muslos, subía y bajaba ejerciendo una leve presion sobre su piel. Me deleitaba en el contacto de su calor y la redondez de su cuerpo, a la vez que escuchaba la sinfonía de su pecho inflamarse en pequeños suspiros, acompañados con suaves gemidos cada que mis dedos se desplazaban lentamente por cada zona erógena.

Sus caderas realizaban una danza, primero con un movimiento imperceptible y poco a poco incrementándose subiendo y bajando, como si mis manos ejercieran una fuerza de atracción. Cada que se alejaban ella bajaba las caderas queriendo seguir el rastro, o cuando por el contrario, mis manos hacían un leve contacto con su piel, la cadera subía, buscando que el masaje tuviera el mayor contacto con aquel que le estaba proporcionando tanto placer.

Se giro quedando boca arriba. Era la primer vez que yo podia observar el cuadro completo. el cuello era la máxima expresión de perfección, las líneas de sus músculos de manera imperceptible apenas, hacían una suave curvatura hasta los hombros, de la parte frontal, se levantaban desafiantes sus senos coronados con unos pezones pequeños, con un tono rosa, descendiendo abruptamente a las costillas, las cuales daban paso a un vientre plano que descendía en su ombligo con la redondez perfecta, como si el centro del universo se encerrara ahí, sobre su vientre se disipaban brillos de luz provocados por algunas gotas de sudor que resbalaban a los costados de su cintura lentamente. Mas abajo se adivinaba la forma de su pubis, escondida en la única prenda que cubría el cuerpo, se podía apreciar la división de sus labios que celosamente eran cuidados por un par de poderosas piernas, que pedían a gritos ser adoradas. Repentinamente caí el cuenta que en sus rodillas se formaban pequeños hoyuelos a cada costado, las pantorrillas totalmente relajadas se podían apreciar en la parte inferior, terminando el recorrido mi vista se fijo en un par de pies perfectos, sus dedos incitaban a ser besados y probados.

No pude resistir más el cuadro y baje mi boca a sus pies. Al sentir la humedad que rodeaba sus dedos bajo la vista apenas por unos segundos. Las sensaciones que provocaba mi lengua en cada uno de sus dedos era tal que la obligó a cerrar los ojos sumiéndose en un torbellino de sensaciones totalmente inexploradas. En ese momento decidí no tocarla mas con las mano o cualquier parte de mi cuerpo, quería saborear su piel y enloquecerla exclusivamente con mi boca.

Subiendo lentamente con mi boca, desplazándose hacia arriba de sus piernas corone los hoyuelos de sus rodillas con un poco de humedad que emanaba de mi boca, para entonces se podía apreciar un pequeño temblor que se suscitaba en su cuerpo cada que acercaba mi aliento y respiraba de su piel. La piel de sus piernas fue adorada con mis labios y con mis dientes suavemente, visite los costados y la parte interna, subiendo poco a poco, en un movimiento tan lento que causaba exasperación en su cuerpo, y tan rápido que apenas se podía obtener un pequeño cúmulo de placer en la ráfaga de sensaciones.

Al llegar a la cadera bese la parte circundante de su bikini, y ella movía deliberadamente su cadera buscando un contacto mas directo de su pubis con mis labios. Aun no era tiempo, por lo que deliberadamente al menor movimiento me retiraba buscando un pedazo de piel descubierta.

Siguiendo con el tratamiento continué mi exploración hasta llegar a su obligo, el cual penetre suavemente con mi lengua, juguetee un poco en esa zona entrando y saliendo, degustando toda su circunferencia. Le estaba haciendo el amor  y quería que supiera, de manera anticipada, lo que tendría cuando regresara en mi recorrido hasta sus labios vaginales. Seguí en ascenso hasta llegar a los senos, los cuales sin tocarlos siquiera respire y adore su aroma. A cada exhalación mía ella buscaba que el contacto fuera directo con mi boca. Estaba enloqueciendo con mi recorrido.

Continué y posé nuevamente mis labios sobre su cuello subiendo un poco me situé sobre su barbilla, la cual metí entre mis labios procediendo con suaves chapetones, abandonando y haciendo un recorrido por el filo de su mandíbula llegue hasta su oreja, momento en el cual solo con los labios absorbí el lóbulo. Quería que se anticipara a la sensación que le daría cuando su clítoris cayera preso entre mis labios. Su respiración era claramente irregular y emitía suaves gemidos sin poderse contener.

Lentamente ella movió su mano en mi dirección buscando tocarme, pero la detuve dulcemente y susurre a su oído: -este es tu tiempo, ya habrá después momentos de exploración, ahora solo disfruta-, su rostro tomo un rasgo de frustración y desapareció cuando continué con mi labor nuevamente por su cuello y descendiendo hasta la parte posterior. Ella entendió el mensaje y conforme mi boca avanzaba ganando terreno hacia su nuca ella giraba lentamente.

Una vez que alcance la nuca comencé nuevamente un descenso, recorrí cada centímetro de su espalda, con la lengua y labios descendí por sus costados besando parte del pecho que quedaba a mi disposición, bese y humedecí sus axilas y me embriague con el sabor salado que de ellas emanaba.

Continué bajando y deleitándome en cada vértebra logre humedecer y confundir mi saliva con el poco aceite que quedaba. Al llegar a sus caderas deliberadamente hice decrecer el ritmo de mis besos, luchando por bajar con los dientes su bikini. Se podía percibir claramente el olor de su excitación, se podía hasta escuchar las palpitaciones que se daban en el interior de sus piernas, se podía hasta percibir la rechino sus poros cuando me acercaba. Sus glúteos fueron descubiertos. En ese momento perdí el control que tenia sobre de mi, abandone la idea de recórrela completamente con la boca y mis dedos viajaron hasta su nuca, momento en el cual, ella agradeció con un espasmo en su vientre, espasmo que fue acompañado por un ligero temblor en sus piernas y un suave arqueo de su espalda. Conforme mi boca descendía mis dedos hacían lo propio sin abandonar su columna, en la parte posterior de sus muslos me entretuve apresando la piel entre mis labios y acariciando levemente con mi lengua... así llegue hasta la parte anterior a las rodillas, donde como si fuese un caramelo me dispuse a recorrer con mi lengua cada rincón, mientras mis dedos se entretenían explorando el cóccix, seguí besando y recorriendo sus pantorrillas donde me entretuve nuevamente apropósito, porque mi dedo medio estaba explorando el canal que formaba sus glúteos. Karla por su parte separo un poco las piernas para facilitar mi tarea.

Gire mi cuerpo y ambas manos comenzaron el suave descenso por cada pierna, esparciendo el camino de humedad que deje con mi boca por su piel. Había llegado a los talones, mismos que metí entre mis labios nuevamente para acariciar en el interior de mi boca con la lengua aquella zona.

Mis manos subían y bajaban por sus pantorrillas y comenzaban una suave separación de sus piernas. Podía ver desde donde estaba sus labios vaginales inflamados por la excitación, podía ver pequeñas contracciones de sus músculos como suaves descargas eléctricas.

Una vez que sus piernas estaban lo suficientemente separadas para que pudiera ubicarme hincado entre ellas abandone los pies y me desplace al hueco que se había formado en la cama. Aun estaba yo vestido por lo que encorve mi cuerpo para ingresar en el hermoso canal que tenia delante mió. Al sentir como mi lengua recorría los pliegues de su piel, Karla dio un profundo gemido y subió su cadera buscando que mi lengua ingresara dentro de su ser.

Me acosté boca abajo quedando mi cabeza a la altura de sus caderas y tomando su pierna derecha ejercí una suave presión para que se girara. Ahora podía apreciar bien, toda su desnudez. El pubis era una suave mata de vello delicadamente recortada en forma de un corazón, coronado apenas 2 centímetros arriba por una marca, seguramente por algún bañador que egoístamente encerraba ese tesoro y lo ocultaba de los rayos de sol.

Baje mi boca buscando un contacto con su clítoris y con mi lengua inicie un lento y firme camino de arriba hacia abajo. Con mis manos y con indicaciones de suaves apretones y caricias le comunicaba a Karla cuando debía abrir o cerrar las piernas. En un momento y sin previo aviso penetré lo mas profundo que pude su pagina con mi lengua. Su reacción no se hizo esperar un gemido ahogado acompaño la tensión acumulada en un orgasmo interminable. Sus piernas se tensaron completamente y comenzó a bañarme la barbilla y el cuello un flujo calido y viscoso. Repentinamente todos los músculos de Karla se relajaron hasta caer totalmente inerte sobre la cama. Abandone mi posición y me coloque a su lado abrazándola. Se podía sentir el pequeño temblor que se había posesionado de su cuerpo. Aun se contraía su vientre y su respiración difícilmente era perceptible. Poco a poco cada uno de sus músculos abandonaban el temblor para quedar estáticos. Fue en ese momento cuando se giro y me abrazo, diciendo que nunca nadie había logrado hacerla llegar hasta ese punto tan solo con la boca.

Conforme fue recuperando la conciencia sus besos se tornaron cada vez más profundos y pasionales. Comenzó lentamente a despojarme de la ropa y disfrutamos cada que una prenda caía, era una nueva oportunidad de hacer un contacto mas estrecho, cuando sus senos tocaron mi pecho involuntariamente me retire ya que su piel quemaba, cuando toda mi ropa cayo al suelo, nuestros cueros se entremezclaban, se posesionaban del calor de la piel circundante y se arrebataba el sudor que emanaba de cada poro.

Karla recorrió con su lengua todo mi cuerpo, posesionándose de cada zona erógena aun no descubierta. En determinado momento ella quedo a mi lado y abrió grandemente los ojos cuando sintió mi pene entre sus piernas. Con voz ronca me pidió la penetrara, mi brazo izquierda se desplazo bajo su cabeza logrando así acercarla para besarla, con mi lengua recorría sus labios a la par que mi pene se encargaba de acariciarla de la misma manera en la parte baja de su cuerpo, bordeando, recorriendo y descubriendo, el algunos momentos ingresaba la punta de mi lengua entre sus dientes y mi pene también hacia lo propio en su vagina. Sin ingresar si quiera el glande, se retiraba nuevamente para comenzar nuevamente su recorrido periférico.

Cuando estaba en uno de los ingresos, Karla se posesiono de mi labio inferior y su brazo izquierdo se desplazo hacia mi cadera jalándome, buscando una penetración. Por lo que decidí impulsar mi cadera y lograr penetrarla completamente, ambos gemimos de gozo.

Comenzamos un movimiento lento en la salida y rápido en el ingreso, haciendo cada vez más fuerte el movimiento. Cada ingreso era correspondido con un ronquido del pecho de Karla. Esto se prolongo algunos minutos, donde el movimiento se hacia enloquecedoramente mas lento en la salida y mas repentino en la entrada. Su vagina comenzaba contracciones como queriendo empuñar mi pene, evitando que se retirara. Buscando lograr formar una prisión para el y dejarme dentro de su ser toda una eternidad. No hubo mas nada alrededor nuestro, en cierta forma el universo se había detenido y solo nosotros continuábamos embriagándonos mutuamente.

Suavemente me retire de ella cuando era inminente mi orgasmo, aun no quería terminar, quería que ella sintiera un gran vació si yo abandonaba su interior, quería que no existiera mas nada que yo haciéndole el amor. Su protestan no se hizo esperar y suavemente le pedí que se pusiera boca abajo, sus ojos brillaron de deseo y rápidamente realizo un giro dejándome ver sus glúteos firmes a mi disposición. Tomando mi pene comencé a guiarlo para ingresar nuevamente, ella por su parte separaba las piernas y levantaba las caderas. Luchaba por que su vació fuera llenado, buscaba que sus flujos mojaran mi pene nuevamente, buscaba desesperadamente sentirse completa, buscaba la comunión con Dios.

Cuando sintió que estaba yo en el lugar adecuado, repentinamente empujo su cadera hacia mí y nuevamente sentí como su vagina se amoldaba a mí perfectamente, sentí como mis testículos golpeaban el nacimiento de su pubis, sentí como se estremecía cada que mis manos se posaban en lugares diferentes.

La sujete fuertemente para evitar que se moviera y comencé un movimiento de arriba hacia abajo, con ello lograba que todo su ser se cimbrara, esperaba con ello que el roce de mis testículos contra su clítoris le arrancara el pulso, esperaba con ello que mi glande en si interior raspara su punto G al grado de arrancarle la conciencia y la cordura, esperaba que el roce de mi tallo al contacto con sus nalgas lograra que apretara sus músculos y me hiciera reventar dentro de si.

Al cabo de algunos movimientos, logre mi objetivo, le arrancaba un orgasmo mas, más violento y mas largo que el que le predecía, pude sentir las paredes de su interior exprimiendo mi pene logrando con ello que no pudiera contenerme mas y mi semen saliera disparado. En ese momento, al sentir la tibieza de mi fluido golpeando en su interior se suscitaron 3 contracciones que lograron hacerme subir en una espiral de placer.

Ella se desplomo su cuerpo en la cama y yo sin abandonar su interior caí sobre de ella, abandonados totalmente y gozando de la gran satisfacción, poco a poco recobramos la conciencia. Todavía en su interior fue expulsado mi pene flácido con una suave caricia por sus labios, como dando beso de despedida y dando por hecho que era una clara invitación a regresar.

Caí rendido y el sueño se apodero de mí, me abandone y no desperté hasta horas después, cuando Karla estaba vaciando su refresco sobre mi cuerpo. La sensación del frió liquido sobre mi piel, en contraste de su calido aliento al momento de beberlo y con  la sensación de burbujeo causado por el gas contenido lograron que el deseo se apoderara de mi nuevamente, sin darle tiempo a reaccionar la jale de los brazos obligando a que se colocara sobre mi cuerpo, la penetración fue rápida y certera. Ella bailaba un gran baile erótico sobre de mi, se desplazaba hacia arriba y hacia abajo en un constante esfuerzo por levantarse y dejarse caer repetidamente, después se detenía abruptamente, apretaba los músculos de su vagina y comenzaba un lento movimiento de su cadera en forma circular. Mientras que con sus manos invitaba a mis manos a recorre sus senos, mientras tomaba uno y me lo ofrecía como si me quisiera amamantar, luego se alejaba arqueando la espalda hacia atrás logrando una penetración mas profunda, en esos momentos yo abandonaba sus pechos porque la distancia era mucha y recorría gloriosamente su vientre y su pubis, lograba acariciar los labios que circundaban mi pene enterrado completamente en su ser.

Logre ingresar el dedo medio en su vagina a la par de mi pene, ella se arqueaba al frente al notar la invasión. Mi pene ejercía presión en la parte posterior interna y mi dedo en la parte frontal. Era demasiada presión y se abandono mojando mis caderas y comenzando nuevamente las contracciones que lograron arrancar el último rastro de semen aun contenido en mi interior, y que, seguramente por algunos días seria el único.

Después de recuperar la respiración y el pulso normal, nos bañamos rápidamente, el día se acercaba peligrosamente y hacia mas de media hora que las cuatro de la mañana.

No hubo tiempo para poder disfrutar del agua corriendo entre nuestros cuerpos.

No hubo energías mas que pasar el jabón por nuestros cuerpos y eliminar todo rastro de la pasión sexual desatada.

No hubo oportunidad de fotografiar su silueta tratando de vestirse nuevamente.

No hubo cercanía suficiente para robarle el aroma que despedía de su cabello húmedo.

La lleve a su casa y en el camino acordamos volvernos a ver, lamentable o afortunadamente días después me ofrecieron una oportunidad de trabajo irresistible, solo que exigía cambiar mi residencia a otra ciudad. Por lo que accedí, nunca tuve un encuentro nuevamente con ella, pero el que tuve lo llevo atesorado en mi memoria y ahora como un tributo a Karla comparto con ustedes.