Noches de Insomnio 2
Mario continua visitando a Helena, sus noches de insomnio apenas están comenzando.
Durante los siguientes días Helena puso una silla en su puerta por las noches, la puerta del cuarto de huéspedes no tenia un pestillo así que esa era la única manera de evitar que alguien entrara. Por las noches apenas si dormía, el miedo que le había causado Mario se había pegado a ella como algo asqueroso.
Pero Mario no intento volver a entrar, se le notaba distante, llegaba ya entrada el atardecer y si le dirigía una mirada a Helena era de desprecio. La madre de Mario apenas si podía sostener la mirada de Helena, ella sabia lo que había sucedido pero prefería mantenerse callada.
Las ojeras marcaron el rostro de Helena por la falta de sueño y el cansancio comenzó a hacer mella en ella. Un día se quedo dormida en el sillón de la sala extenuada, tuvo sueños turbios y al levantarse vio a Mario sentado en el sillón contiguo, viendo la tele, ignorándola.
Se sentó lentamente, el nerviosismo la hacia temblar ligeramente pero noto algo extraño, no quería irse. No quería escapar, le gustaba, le gustaba esa sensación de temor, algo en su estomago cosquilleaba ante esa sensación. Una risa escapo de sus labios, Mario pareció notarlo y rio también, ambos rieron a carcajadas.
Esa noche durmió bien.
A la semana siguiente olvido poner la silla contra la puerta. Se despertó al sentir su mano sobre su espalda. Estaba durmiendo bocabajo así que a Mario no se le dificultó someterla con una mano en su espalda.
Helena se revolvió tratando de zafarse, el miedo creo un hueco en su estomago y sus manos trataban en vano de asirse a algo. El peso de Mario a sus espaldas era demasiado para sus endebles bracitos, sus gritos eran ahogados por la almohada que apresaba su rostro al tiempo que absorbía inmisericorde las lagrimas.
Sintió la mano libre de Mario arrancarle el pijama, trato de cerrar las piernas, no se lo pondría fácil.
-Helenita preciosa, deja joder y déjate llevar, sabes que esto va a pasar.-
Pero Helena resistía, no quería volver a sentir dolor. Pero la fuerza de ella no era nada comparada con la de el, con esfuerzo le quito la ropita interior dejándosela en los tobillos. Con una rodilla abrió las piernitas de Helena acomodándose entre ellas.
El cosquilleo que sintió Helena en su vientre la sorprendió y asusto. La sensación de su miembro acomodándose en la entrada de sus labios la hizo patalear del miedo. Sabia lo que seguía y trataba de combatirlo pero Mario simplemente usaba su peso para dominarla, profería obscenidades mientras terminaba de acomodar su miembro en la entrada de la conchita de ella.
Mario apresaba a la joven Helena con fuerza mientras ella sollozaba y pataleaba, despues vino el dolor, el golpe la dejo aturdida y su cuerpo se detuvo por un momento. La cabeza de Helena
palpitaba tras recibir el golpe de Mario quien al ver que ella cedia en su combate aprovecho para abrirse paso con su miembro dentro de ella penetrandola con fuerza.
Helesa jadeo cuando el embiste la lleno de golpe, su cabeza daba vueltas pero sentia como Mario la embestia con rapidez, su cuerpo estaba tenso mientras cada penetracion se hacia mas facil y suave. Sus manos agarraron el colchon con fuerza, habia perdido. Mario solto su presion sobre ella, sabia que ya no causaria problemas, se resistia como animal enjaulado al principio pero luego simplemente se enfocaba en aguantar.
-!Si Helena! !Que rico coño tienes! !Oh.... si! !Si!-
La agarro de las caderas esbeltas y la jalo hacia arriba poniendola en 4, Helena ahogo sus sollozos en la almohada y al girar su rostro encontro el espejo justo al lado de la cama, ahí veia con claridad a Mario agarrandola de las caderas, su sonrisa descarada mientras la bombeaba sin conpasion, sin embargo, todo parecia tan ajeno, como si no le estuviera pasando a ella.
Y asi se sientio, se sientio fuera de su cuerpo, veia como el cuerpo de el se tensaba y como unos segundos despues se corria dentro de ella pero ya no era su cuerpo, simplemente era alguien mas. Cuando Mario se levanto limpiandose su miembro de semen vio como Helena simplemente seguia recostada en la cama, apenas si se movia.
Camino fuera del cuerto pero antes de salir se giro a verla, la mirada de la joven estaba en blanco, como sie stuviera en algun lugar lejos de ahí.
-Mañana ni se te ocurra cerrar la puerta.... ¿escuchaste puta?-
No recibio respuesta pero sabia que ella lo haria, ya la habia dominado. Helena muy en su interior simplemente se replego, sabia que tenia que dejarse hacer pero le dolia, le dolia el ser tan indefensa.