Noches de estudio

Era plena época de exámenes finales, la gente que haya pasado por este periodo conocerá la cantidad de cafeína que una persona puede meter en su cuerpo a fin de quitarse horas de sueño y ganarlas para…¿estudiar?

¡Hola! Una breve presentación: soy Koto, un universitario de 22 años, moreno, delgado, alto (1,86) y con la típica barba de estudiante que se la deja por pereza más que por estética.

Era plena época de exámenes finales, la gente que haya pasado por este periodo conocerá la cantidad de cafeína que una persona puede meter en su cuerpo a fin de quitarse horas de sueño y ganarlas para…¿estudiar?

Ese era mi estado, me acaba de tomar el cuarto café del día y eran las 3 de la mañana, estaba harto de estudiar y cogí el móvil para distraerme mientras me fumaba un cigarro cuando vi que me habían hablado por Grindr. A esa hora no tenía esperanza de una contestación pero aun sí respondí a sus saludos.

Al poco recibí la respuesta de un chaval, era moreno, delgado, tenía una barba larga y ojos marrones, estaba harto de estudiar y buscaba distraerse un rato. Le invité a la piscina de mi residencial, a esa hora no habría nadie y un baño nocturno a mediados de junio siempre es agradable.

Tras concretar un sitio para vernos, fui a recogerle y fuimos a la piscina, al principio hubo la charla típica sobre nuestros gustos, aficiones, estudios… hasta que en un momento dado empezamos a hablar cada vez más cerca, momento que decidí para pasarle mi mano por la cintura, a lo que él respondió con un beso.

Empezamos a comernos la boca en mitad de la piscina, acerqué su cuerpo al mío y pude notar su rabo empalmado frotándose contra el mío a través de nuestros bañadores, marcaba una buena polla, 19cm y gruesa, nada mal comparada con la mía de 18cm.

Estaba deseando ir a más pero también había ganas de jugar un poco, lo cogí de la mano y lo llevé fuera de la piscina, cogí una toalla y lo invité a secarnos juntos, ese momento lo aproveché para empezar a tocar su rabo y comprobar que lo que había notado dentro del agua se aproximaba muy bien a lo que escondía ese bañador.

En ese momento estaba cachondísimo y lo llevé a los baños de la piscina, nada más entrar me quité el bañador y comencé a besarle, mordiéndole el cuello y metiendo mi baño en su bañador, el chaval comenzó a comerme los pezones mientras mi mano bajaba por su espalda y empezaba a acariciarle el culo. Sin previo aviso se agachó e introdujo mi rabo en su boca, comenzó una mamada lenta, saboreaba el glande y luego iba introduciendo más y más hasta llegar al final, mantenía toda mi polla en su garganta hasta que no podía más y la sacaba.

Estuvo así un tiempo, la comía de lujo y esa forma lenta que tenía de mamar me tenía tan cachondo que iba a hacer que perdiese el control y le diese caña, empecé a follarle la boca mientras él se sacaba el rabo y empezaba a pajearse allí mismo en cuclillas, cuando noté que tardaría poco en correrme lo levanté, lo puse contra una pared y empecé a frotarle el rabo por su culo mientras el chaval empezó a gemir, tuve que taparle la boca por si algún vecino curioso escuchaba algo.

¡Mierda! No tenía condones para follarme aquel culazo…

Le di la vuelta y terminó por bajarse aquel bañador, cogí su rabo y me lo metí en la boca, yo también quería hartarme de rabo y devolverle ese mamadón. Fui más directo, me metí sus 19cm de golpe en la garganta y respondió con un gemido, la saqué y empecé a lamer aquel rabazo de punta a punta parando de vez en cuando en los huevos. Luego empecé a comerle el rabo más directamente, con un sube y baja rápido mientras él con su cadera empezaba un vaivén que hacía que mi nariz chocara con su pubis. Empezó a acelerar el ritmo y noté como su polla empezaba a hincharse más, la saqué de mi boca y empecé a comerle los huevos. Terminó en mi cara, lazó 4 chorros de lefa que fueron a parar a mi cuello y mejilla. Yo aún no me había corrido y tenía la polla a reventar, me levanté y empezó a lamer su lefa de mi cara, a este chaval le molaba el cerdeo y la lefa y acaba de enterarme ahora.

Cuando acabo de lamer toda su lefa, empezó a comerme el rabo, pero esta vez no hubo tantos preliminares, le cogí del pelo y empecé a follarle la boca a lo bestia, un hilo de saliva espesa empezó a salir por la comisura de sus labios, lo cogió con sus dedos y alzó el brazo para que lamiese aquel salivazo, encantado introduje sus dedos en mi boca y pude notar el sabor a él y a mi rabo. Ya no podía más y le saqué el rabo de la boca, empecé a pajearme mientras él miraba mi rabo y subía la mirada hacia mi cara, cuando nuestras miradas de cruzaron le solté un lapo que fue a su boca y que recibió abriéndola y tragándoselo con una sonrisa morbosa, tras eso sacó su lengua y empezó a lamer la punta de mi rabo mientras me pajeaba, eso ya fue demasiado y empecé a correrme: 6 chorros se repartieron entre su boca, nariz y frente, cogió un poco con el índice y lo probó. A ese chaval le molaba mucho la lefa y yo era bastante lechero, nos entenderíamos bien.

Nos limpiamos los (pocos) restos de semen en el baño y salimos a la piscina, demasiado tarde para meterse, eran las 6 de la mañana y pronto amanecería. Quedamos para ir a la biblioteca al día siguiente para estudiar, pero como siempre ocurre, eso deriva a otras cosas.

Es mi primer relato, tras varios años leyendo por aquí, quise experimentar lo que se sentía siendo el autor y no el lector.

Se agradecen comentarios y críticas.

¡Un saludo!