Nochebuena como dominante light
Un encuentro casi ocasional que termino en dos sesiones de sexo intercambiando roles. Aqui la primer parte en la cual yo fui la dominante
Nos conocimos esa tarde. Nos conocimos?. La cuestión es que él esta aqui por trabajo y quedo varado en medio de las fiestas navideñas.
Mi fe no es cristiana y de hacho nunca me pregunte si cargo con alguna fe.
No recuerdo ni me importa como comenzamos a conversar, pero arribamos al tema de las reuniones familiares y su primera vez tan lejos de su España y familiares. Curiosamente en Argentina solo tiene unos dos o tres lejanos parientes que ni siquiera conoce.
Con intención de bajarle las preocupaciones por su novedoso staus quo le cuento que en mi vida si participe de una cena de nochebuena era muchísimo. Se mezclaban los recuerdos y no podía afirmar si era una navidad o algún cumpleaños de un ocasional amigo. Por supuesto que ya estaba al tanto que no soy cristiana y enseguida me convido una invitación para cenar en 24 de diciembre.
No perdía nada y al contrario, me interesaba este hombre. Tenia un atractivo que no podía definir hasta ese momento. Solo se que por mi mente llegaban deseos muy húmedos que desbordaban mis glándulas. Acepte.
No volvimos a vernos hasta la nochebuena, pero seguimos en contacto vía WhatsApp y fue así que la noche anterior le confesé que no dejaba de masturbarme pensando en el despues de la cena.
Grosero punta pie para el camino romántico que el venia trabajando, pero sincericidios así suelo cometer cuando el deseo no se frena con mis pajas. Se rió, al menos su respuesta fue : "hahahaha!".
Nos encontramos en la vereda del restaurante en que teníamos reservada una mesa. Me dijo... Podemos entrar, mirarnos, cenar, tomarnos de la mano y sonreír hasta despues de los brindis. O bien abreviemos y vayamos a algún lado que tu sepas en que estemos mas cómodos, mas libres, mas animales. Le tome la mano y lo lleve a mi departamento.
Hoy sera tu nochebuena. Dijo. Mañana todo sera como yo quiera. Si aceptas no solo complaceré a tus deseos. Voy a pagarte lo que pidas y mañana redoblare el precio tantas veces como orgasmos te quite. Quede impactada con la propuesta. No estaba en nada de mis planes obtener dinero en esto, estaba convencida de que lo mio era un acto de solidaridad con su soledad en estas fiestas. Pero como el dinero siempre es bien recibido, por mi bolsillo y mis perversiones, le puse precio a mi noche. Ok, que sean 500 euros mas lo que rompas de mi departamento (fue nota de humor claro). Acepto.
Deje que el cliente tome la iniciativa, pero claro, me puso sobre-aviso que esta en "mi" nochebuena. Yo debía ser la dominante y el mi sumiso.
Ya desnudos y conocedores de tersura y olores de nuestras pieles, me consentí en comerle la boca y saciar tantos deseos contenidos de las primeras horas. Luego, ya mas tranquila me separe de su cuerpo, tome mis medias que había dejado caer a un costado y ate a su espalda sus muñecas. Lo tendí sobre la cama y de rodillas avance sobre su torso. Dejando su rostro entre mis muslos que irradiaban un calor descomunal.
Erguida y recta con mis piernas abiertas y mis brazos extendidos al techo primero, arqueando mi espalda de manera que ahora son mis pezones los que buscan el techo. Mi sexo a la altura de sus labios. No dudó, sólo se sumergió en aquellas aguas ardientes, saboreando con su lengua mis labios hinchados de tanto masturbarme soñando ese momento.
Meciéndome adelante y atrás, ahogándole entre mis muslos, dejándole espacios cortos de tiempo para que exhale mis olores y vuelva enseguida a lo profundo de mi vagina. Él sin poder moverse, atadas las manos a la espalda, a la explosión de mi sensualidad, solo emitia ruidos guturales y silbidos de su nariz invadida de por mis jugos. Nada podía hacer más que obedecer mis órdenes que no eran mas que "cómeme", llévame a tu boca.
"Saca bien la lengua, más, más grande" le ordene, y me cabalgue su lengua con frenesí mientras le revolvía el cabello y apretaba su cabeza contra mi vagina que quería tragarse su cara toda. Gemía más y cada vez más fuerte, estrechando las piernas que chorreaban fluidos contra su cara, llevándome al límite de la excitación. El orgasmo en su la cara termino empapando las cobijas y el colchón. El sintió llegar el máximo de mi placer cuando baje para lamer sus labios y desparramar saliva sobre mis flujos que inundaban su boca, su cara. Comí mis jugos en su lengua y fue maravilloso sentir que mi orgasmo recién venia amenguando.
Ahora te toca a ti, le dije. NO, eso es mañana, hoy es tu noche, solo tu noche, recalco muy excitado. Y lo primero que se me ocurrió para seguir gozando fue susurrarle que quería que se masturbara para mi. Lo desate y apoye mi espalda en la cama. Le tome la mano y lo traje hasta que su hermoso pene quedo a la altura de mis pechos y volví a decirle: masturabate para mi. Mientras miraba gratamente sorprendida de la excitación a la que me había conducido ese casi desconocido macho conseguí lo que quería, ver como su derrame bañaba desde mis senos a toda mi cara y hasta el cabello. Su semen era un potente misil que apenas logre cazar en mis labios
Quedo tan exhausto como yo hace instantes cuando mi polvo turbo cerebro, músculos y todo mi ser, pero su carne seguía dura, latente. Se tiro literalmente de espaldas y buscaba un aire que le venia faltando hace rato. Pero no se rindió a su Ama. Y como merecido premio, fui y le limpie su sexo con mi boca que ya tenia la misión de no dejarlo morir. Aun es mi noche. Mañana me espera lo desconocido.
(el mañana ya ocurrió, y lo narrare en breve. Chau, besos)