Noche zaragozana
Disfrutando de mi mujer
Una noche en Zaragoza
Me encanta follar a mi mujer, que a sus 40 años continúa siendo muy apetecible con su hermoso trasero , sus tetitas y sus labios y sonrisa sensual. Pero sin duda , lo que más me pone es verla gozar siendo follada, cuando yo la follo tardo poco en correrme,y francamente , no me gusta, pero ver como entra y sale otra polla de su conejito, verla chupar con deleite las pollas hasta que llega la corrida y el semen la golpea en los labios, en el cuello o en las tetas, eso me pone a mil.
Conseguimos hacer una escapada a una ciudad vecina dejando los peques con los abuelos, aprovechamos para cenar románticamente juntos, ir a un conciertillo y tomar un par de gin tonics, durante todo ese tiempo ella ya sabía que cuando acudiéramos al hotel ella tendría un regalo, ya había sido así en otras ocasiones, pero no sacó el tema, no era necesario, pero a medida que avanzaba la noche se la notaba más ardiente, de cuando en cuando yo enviaba y recibía wasaps, lo cual contribuía a aumentar su inquietud y su curiosidad.
En una página de contactos había contactado con Fredo, aparentemente un tío simpático, limpio, buen cuerpo y muy bien dotado, una de las fotos que me mandó por wasap se la reenvié a mi mujer a mitad de 2º gin tonic cuando iba al servicio, allí debió verla, porque venía con una sonrisa de oreja a oreja, me preguntó que si estaba en el local, cerca la dije, se arrimó a mi cuerpo como una lapa, me tocó la entrepierna y pudo notar mi excitación, la toqueteé el culo y nos dimos un beso muy apasionado con su lengua repasándome hasta la garganta, me susurró al oído que la apetecía irse…. Dicho y hecho, un último trago y al hotel, fuimos caminando pues no estaba lejos, con una fugaz mirada vi lo que buscaba, y la otra parte también, así que nos sentimos espiados y acompañados.
El hotel de buena categoría tenía una entrada discreta, así que subimos y sin preguntas ni miradas indiscretas el acompañamiento también, siempre fuera de la vista de mi mujer. Ya en la habitación nos dimos una ducha rápida, y ella se colocó un bonito tanga, unas medias y un camisón ligerito de seda burdeos, mientras yo ultimaba mi equipo de grabación, lubricantes , iluminación, musiquita y otras cosillas, ella se sentó en el sofá como algo habitual y abrí la puerta y Fredo entró muy sonriente y con confianza, mi mujer se levantó y le saludó con un discreto besito en los labios, un instante después él la magreaba el culo a 2 manos, mi excitación…. Por las nubes y subiendo, ella le quitó la camisa de manga corta casi arrancando los botones, descubrió unos fornidos pectorales bronceados y bien depilado, acto seguido pasó a tocarle el paquete , desabrocharle el cinturón y bajarle los pantalones, unos bóxer cubrian un abultadísimo paquete, que no tardó en descubrir y masajear, todo muy bien rasuradito dejaba a la vista una muy buena polla erecta como un ladrillo, con unos grandes testículos colgando de un gradísimo escroto, Fredo la giró casi con brusquedad y se puso tras ella besuqueteandola el cuello y magreandole las tetas y bajando su mano derecha buscando la entrepierna, mi mujer hizo por separar un poco las piernas y en su cara se apreció el gesto indiscutible del placer al verse penetrada por alguno de sus dedos, así estuvieron largo rato, ella agarrándole el cipote y dirigiéndolo hacia sus nalgas, él chupándola y toqueteándola…la retiró por la cabeza el camisón, y la empujó a la cama, al momento se colocó con su boca entre las piernas de ella, mientras gemía loca de placer, la música ambiental apagaba cualquier sonido, la coloqué en ese momento un antifaz en los ojos un tanto carnavalesco, pero ella ni se enteró, estando derretida de placer como lo estaba. En ese momento fui hacia la puerta, la abrí y allí estaba el compañero de Fredo, casi 2 mts de negro ébano vestido muy veraniego y ciertamente pintón, pasó sin dudarlo cerré y ya se había quitado la camisa, e iba por los zapatos y al momento pantalón y calzoncillo, dejando al descubierto un rabo creciente negro y a todas luces tremendo, le indiqué que se colocara a la altura de ella y le pusiera el rabo cerca de los labios, sin dudarlo ella lo agarró y lo chupó, lo lamió, lo mordisqueó, lo pajeó… inevitablemente esa herramienta alcanzó dimensiones muy notables, Fredo ya se incorpora y echando hacia un lado el tanga introduce su polla en su conejo , y comienza a follarla, no pierdo detalle, mi polla a través del pijama está a punto de reventar, y ella gozando como poseída, pajeando y mordiendo esa negra herramienta, uhmmmmm para verlo , al minuto, ella empujando a Fredo, pide cambio, el socio pasa al ataque introduciendo esos veintimuchos centímetrosen su conejito… gime, gime , Fredo la ofrece su polla y se la come a bocados, le acaricia y mordisquea el escroto y esos pedazo de testículos, mientras, negro acelera el ritmo, se aprecia su conejo rebosante se fluidos, debe estar a punto, y se nota por los espasmos que ella se está corriendo, le abraza le besuquea, le araña, pero negro sólo se detiene para ponerse a mi mujer a 4 patas, la quita el tanga, es impresionante ver entrar y salir esa pedazo de polla, a duras penas mi mujer puede chupar la polla de Fredo, así que este opta por tumbarse debajo de ella mientras negro no deja de follarla desde atrás, mi mujer besa y le muerde los labios a Fredo mientras juguetea con su polla y con su glande se roza el clítoris, e intenta algo que la encanta y es sentir dos pollas en su conejo, lo sigue intentando pero aparentemente no hay más hueco que para la polla negra, pero negro, dándose cuenta de lo que intenta, colabora y la saca hasta el capullo, lo justo para que Fredo la meta, al instante empuja negro, y al poco los 2 al unísono la follan con al parecer un dantesco placer para ella, porque no para de gemir, de besar a Fredo… y siempre con el antifaz y las medias puestas, Fredo anunció que se iba a correr, a mi mujer que se corran dentro la chifla, pero le pedí que se corriera encima de ella, salieron los 2 y la pusieron boca arriba, negro volvió a follarla sin perder un instante, mientras mi mujer agarraba los guevos de Fredo mientras éste terminaba pajeándose encima de ella, soltando un inmenso primer chorro directo a su cuello seis más posteriores de un gran volumen, y blanco como la nata repartidos por su pecho y labios, se la agarró y mientras llegaba a su enésimo orgasmo se la metió en la boca mordisqueándola hasta que tras unas cuantas envestidas negro saca su gran polla y procede a correrse encima de la barriga y el fino vello púbico de mi mujer….
Ella quedó estasiada y aparentemente satisfecha, mientras Fredo la limpiaba con una toalla humedecida del baño, negro se vistió rápido y yo perplejo y cachondísimo deseando que se fueran para follarla y pegarme la corrida de mi vida.