Noche y Día
Capitulo 6 Espero lo disfruten
Elena
Había pasado toda la fiesta ignorándome totalmente y muy divertida cerca de mi tío eso me generaba cierta ansiedad y no me gustaba, cuando decidieron por fin entrar al agua la vi tan hermosa con un traje de baño vino tinto y su cuerpo que para mi era más que perfecto no pude evitar quedarme admirándola, luego del pastel la vi dirigirse al baño y decidí seguirla me hacia falta sentir su cercanía, cuando entre al baño imaginé de todo menos lo que sucedió.
--¿Qué tal el día?- ella se encontraba de espalda y pude ver su pequeño y hermoso trasero moría por tocarlo.-
--Muy entretenido y revelador-¿revelador? A qué se refería con eso- ¿Me ayudas con el nudo del brasier?- esta niña va a acabar con mi poco buen juicio.-
--¿Segura? Si gustas puedo buscar a Graciela- debes ser fuerte Elena me repetía mentalmente no sucumbas ante su provocación.-
--Déjala tranquila, que disfrute hace mucho no la veía así de feliz, además tu ya estas aquí hazlo- Bueno adiós buen juicio, sentía como temblaba ¿dios mío que me esta pasando con esta niña? Nunca había estado tan nerviosa en mi vida y lentamente deshice sus nudos.-
--Puedes mirar si quieres- dijo Paula volteándose para quedar frente a mi con sus deliciosos pechos al aire cual tonta levante mi rostro y cerré mis ojos sentía que no debía faltarle el respeto.-
--No Paula por favor cúbrete- antes de que apague mi razón y deje que mi cuerpo actúe- No quiero apresurar las cosas entre tu y yo- ¿Qué carajos me sucede con esta niña? Con otras mujeres en situaciones menos comprometedoras no habría dudado ni un segundo en hacerla mía pero con ella todo se sentía diferente ni en mi primera vez había estado tan nerviosa.-
--Pero esto es lo que quieres ¿no? Simplemente follarme y listo- sus palabras me dolieron como nunca antes me había dolido algo.-
--Claro que no- bajé mi rostro y la miré directamente a los ojos ya que estos son los espejos del alma quería que ella viera que no pretendo jugar- Yo quiero conocerte y que me conozcas como te dije en mi casa hace tantos días, quiero que seas mi novia me gustas demasiado y jamás te vi como un simple polvo y ya.
Sin previo aviso ella tomó mi rostro entre sus manos y me besó, no me lo esperaba tardé un instante en caer en cuenta e inmediatamente la tomé de su cadera pegándola a mi cuerpo sintiendo por fin su piel, su desnudo torso me erizó la piel al instante y me encendió pero no quería eso no aun, así que la bese tiernamente sus delgados labios eran la gloria ella paso sus manos a mi cuello y se apretó aun más a mi, pase mi lengua por todo el contorno de sus labios y cuando abrió su boca y nuestras lenguas hicieron el primer contacto sentí una exquisita puntada en mi vientre y ella soltó un leve gemido, para mí se podía acabar el mundo en ese preciso instante y yo moriría como la mujer más feliz y todo eso con un simple beso ¿Paula que me estas haciendo niña? Al cabo de unos minutos nos separamos lentamente pero dejé mi frente contra la suya y nuestros cuerpos aun unidos.
--¿Qué me estas haciendo niña?- dije como un suspiro.-
--Dándote una oportunidad- su respuesta me dejo en estado de shock ¿una oportunidad?-
--Quieres decir que- me interrumpió antes de que pudiera acabar la frase.-
--No Elena- se separó de mí y me miro de manera muy seria- No seremos novias, no te quiero, simplemente hay algo de ti que me atrae y quiero explorarlo es todo- mierda con que así se siente ser usada.-
--Esta bien Paula probemos a ver hasta donde nos lleva esto.
Esa no era la verdad yo no quería probar nada ya sabia que ella me encantaba y ese beso sólo me lo aseguró, quiero que sea mía no la quiero con nadie que no sea yo pero por lo menos ya abrió la puerta ahora queda en mí asegurarme de cerrarla por dentro, debo conquistarla pero ¿cómo? Nunca he tenido que hacerlo, es decir la de los corazones y flores siempre ha sido mi cosa yo con simples miradas ya tengo a la mujer que deseo a mis pies pero con Paula no funciona ella vence todas mis defensas y hace crecer en mí sentimientos que no sabia que podía llegar a sentir por una mujer ajena a mi familia.
Sturialle
Condenado calor, en los meses que he estado aquí he confirmado que África esta más cerca del sol que el resto del mundo, nuestra labor no es fácil, tenemos pocos insumos, hay demasiados heridos y muchos más muertos, algunos días tengo pesadillas y no puedo conciliar el sueño después de las mismas, algunos dicen que con los días te acostumbras pero honestamente dudo que pueda resistir tanta carnicería e injusticia durante tres años sin intentar tomar justicia por mis propias manos.
--Un chocolate por tus pensamientos- dice María sacándome de mis pensamientos, por aquí el chocolate es casi un lujo.-
--Hola María, disculpa no te vi llegar.
--Tranquila guapa- me guiña un ojo y se sienta frente a mí- ¿Y me dirás en qué pensabas?
--Nada muy transcendental- no puedo responder algo que ni yo misma se.-
--Bueno si tú lo dices guapa.
--Por cierto María ¿Cuándo es el próximo viaje al centro?- tengo un par de meses sin revisar mi correo y quiero saber de todos allá en casa.-
--Mañana ¿quieres ir?
--Obvio sino no te hubiese preguntado ¿no crees?- pareciera que no me estaba prestando atención.-
--Cierto disculpa, me marcho ya me toca hacer mi ronda no te pierdas guapa.
A veces creo que el sol le ha fundido las neuronas a más de una persona en el tiempo que llevamos aquí, muchos dicen que María esta enamorada de mí ya que siempre anda al pendiente y busca integrarme con el grupo pero no me siento capaz ya que mi mente sólo piensa en mi princesa, su olor, su sonrisa, socarronería y sus besos ¡dios mío! Extraño demasiado a Graciela pero ella debe ser feliz con Elena, hay Elena no podías fijar como objetivo a otra chica; llegan más heridos de un nuevo ataque de los grupos armados y ocupan mi tiempo hasta casi la madrugada, pero al día siguiente abordo el todo terreno que nos lleva por tres horas en una muy rustica carretera hasta el centro donde inmediatamente me dirijo a un centro de comunicaciones, al abrir mi correo veo un par de mensajes de mi cosa, quien lo diría a Elena Sánchez la flecho la pequeña Paula, me hace gracia su situación y le respondo con los mejores consejos que puedo darle y luego noto un correo no deseado y al abrirlo es de mi princesa se me aceleró el corazón al leer su nombre.
De: Graciela Fuentes
Para: Effi Sturialle
Tengo dos días contemplando la pantalla de mi pc sin saber como debía empezar este correo ya que no hay palabras suficientes para expresar todo lo que he estado sintiendo bestia, te extraño demasiado y ese “buenos días princesa” ha acompañado todas mis mañanas estos largos meses sin ti, no sé si Elena ya te escribió pero tengo que decírtelo ese día en la fiesta no pasaba nada entre nosotras yo me sentí mal y subí al cuarto para aclarar mi mente cuando Elena entro bueno simplemente fue ella misma yo la estaba apartando de mí de verdad entre ella y yo nunca paso gran cosa y luego de que tu y yo nos besamos entendí que te quiero mi bestia y quiero ser tu princesa sólo tuya no sé como funcionaría pero de lo que estoy muy segura es de que mi vida sin ti no es igual, verte partir sin un adiós o un hasta luego me partió el alma en dos, le robé du correo a Elena porque no soportaba otro día sin decirte lo mucho que te extraño y que te quiero, seguramente no me has perdonado pero me conformo con saber que has leído estas líneas, responde pronto te quiero mi bestia.
Atentamente: Tu princesa.
Al terminar de leer su correo sentí como las lagrimas brotaban sin permiso de mis ojos, me vio partir en el aeropuerto, si no hubiese ido escuchando música quizás la habría escuchado y seria otra historia, me quiere leer eso me trajo de nuevo el alma al cuerpo y renació en mi la esperanza, mi princesa me quiere y me extraña igual que yo a ella.
De: Effi Sturialle
Para: Graciela Fuentes
Mi princesa, no sabes lo bien que se siente escribir eso, yo te perdoné hace demasiados días, te quiero desde el primer momento en que te vi y también te extraño con locura pero no le digas a Elena porque después se pone celosa. No se cuando pueda volver pero intentaré que sea pronto ya que debemos hablar en persona.
Atentamente: Tu bestia.
Graciela
Mis días han sido monótonos de la universidad a mi casa o la de Paula, salimos de vez en cuando solas o con Elena, entre ellas dos pasa algo pero son tan orgullosas que no se atreven a dar el siguiente paso e intentar una relación en cambio se la pasan exhibiéndose sus conquistas una a la otra para luego pelear por celos y posteriormente “reconciliarse” creo que tendré que intervenir entre ellas aunque eso es lo único que me distrae de mi ausente bestia, le escribí un correo espero me responda ya que es mi último recurso para intentar recuperarla, casi una semana después reviso mis correos y veo uno de ella no cavia de la emoción mi bestia me había respondido y no solo con eso también me extraña y me quiere, aunque su respuesta fue un poco seca comparada con la ternura con la que siempre me trataba pero yo no podía exigirle nada más bien debía ser feliz con el simple hecho de que me respondiera, le escribí de vuelta y en unos días obtuve una nueva respuesta, así empezaron a transcurrir mis semanas y aunque mi bestia seguía estando a miles de kilómetros de distancia comenzaba a sentirla cerca, intercambiamos algunas fotos actuales, tarde alrededor de dos horas en tomarme una foto en la que me viera lo suficientemente bella para mi bestia y ella se veía más bronceada, sus ojos seguían igual de intensos pero estaba un poco más delgada, su rostro se veía más duro y sus labios estaban partidos, se notaba que no lo estaba pasando muy bien pero seguía siendo ella, le comente a las chicas un poco de nuestras charlas.
--Me parece una buena noticia que Sturialle este en contacto contigo- dijo Paula abrazándome.-
--Si ya era hora de que esa cabeza de chorlito se diera cuenta de la verdad.
--Ya Elenita no le digas así a mi bestia- le dediqué a Elena una de mis miradas matadoras patentada.-
--Bueno chicas este bombón que esta aquí se va- el rostro de Elena parecía un poema y eso me causo mucha gracia.-
--¿cómo que te vas?- huele a pelea y yo estoy en primera fila para disfrutarla.-
--Así como lo escuchaste Elena, me voy- mi amiga podía ser muchas cosas pero nuca una sometida.-
--Paula pero se supone que pasaríamos la tarde juntas tenemos planes ¿recuerdas?- ¿planes? Estas dos como que ya habían consumado su relación.-
--Podemos hacer eso otro día Elena ya se me hace tarde- me resultaba muy difícil aguantarme la risa de ver a Elena queriendo imponerse y no poder mi amiga no es hueso fácil de roer Elenita.-
--Perfecto ya lárgate con alguno de esos imbéciles con los que sales- señores se va, se va, se va, se fueee la paciencia de Elena.-
--Cariño- Paula se acerco a Elena hasta ponerse a escasos centímetros de su boca- Tú también formas parte de esos “imbéciles” porque andas conmigo- le dio un beso rápido en los labios y se marcho del restaurant moviendo sus caderas de lado a lado.-
--Un día de estos ella me va a matar- comentaba Elena posando sus codos en la mesa y hundiendo su rostro entre sus manos.-
--Tranquila Elenita ella te quiere- se que no debería decírselo pero ya me tiene aburrida este tira y afloja entre ellas por su estúpido orgullo.-
--Explícate mocosa- sacó su rostro de sus manos y me miró fijamente.-
--A ver Elena, Paula y yo crecimos juntas la conozco mejor que a mí y viceversa, como te mira a ti no ha mirado a nadie pero tu historial es lo que hace que su orgullo te mantenga alejada, demuéstrale que sólo la quieres a ella y que no jugaras con sus sentimientos- Elena me escuchaba atenta y asentía parecía perrito de juguete de esos que movían mucho la cabeza.-
--Ok mocosa- se levantó de golpe y le hizo señas al mesero- Llámala y pregúntale donde va estar y me envías la dirección- sin más se marchó.
Paula
Elena cada día me gusta más pero me frustra que siempre tiene una nueva tonta atrás de ella, si ella es hermosa pero joder no hay más mujeres en el mundo, ella nunca las besa ni las agarra frente a mi pero igual mis celos son incontrolables, pero todo esto es mi culpa ella en más de una ocasión me ha pedido que tengamos una relación pero mi miedo a que me falle siempre me hace rechazarla y eme aquí con otro “imbécil” intentando huir de ella.
--Hoy estas muy hermosa como siempre cachorrita- por dios cómo no me había dado cuenta antes de lo básico que son los hombres.-
--Claro gracias- vamos tonto esfuérzate por lo menos.-
--Bueno ¿vemos una película o nos vamos directo a mi casa cachorrita?- creo que estoy pidiendo demasiado.-
--¿Sabes qué Fran? Mejor no hacemos nada y me voy sola a mi casa- al no gustarle mi respuesta me tomó de los brazos y me pego a su cuerpo.-
--En tu casa también me parece buena idea- quiso besarme pero lo rechacé.-
--¿Qué parte de que ella se va sola a su casa no entendiste grandote?- esa voz, de nuevo ella.-
--Esto no es asunto suyo señorita- hay grandote te sugiero que no la hagas enfadar o te arrepentirás.-
--Chicos este es el hombre que les comenté- de la nada aparecieron dos gorilas me separaron de Fran y se lo llevaron a la fuerza lejos de nosotras.-
--¿Elena qué hiciste?
--Te quite un peso de encima- sus ojos me demostraban sus celos.-
--Gracias pero tenia la situación controlada- si ella no llegaba la cosa se hubiese puesto muy fea.-
--si claro Paula tú siempre tienes todo muy controlado y nunca necesitas la ayuda de nadie- más que celos parecía preocupación.-
--¿Qué quieres Elena?- no creo que haya venido sólo a defenderme.-
Sin darme tiempo de reaccionar Elena me tomó entre sus brazos y me besó, este beso se sentía diferente a los otros que nos hemos dado, este llevaba más pasión, más necesidad hizo que me entregara por completo a ese dulce asalto y con su lengua exploró toda mi boca.
--¿Te parece si nos vamos a un sitio más cómodo?- no quería pensar sólo quería sentir, quería sentirla en mí.-
No lo dudó ni un instante, me tomó de la mano y nos dirigimos al estacionamiento hasta su coche y emprendimos camino a su casa, no había estado ahí desde el día de mi borrachera, perece que ella disfrutaba de salvarme cual damisela en peligro, en el trayecto no hablamos, no hacia falta estábamos cómodas con nuestro silencio, estacionó su coche y subimos por el ascensor sin poder evitar besarnos de nuevo en el trayecto hasta su piso, al entrar en su apartamento nos volvimos un torbellino de manos y menos, como pudimos llegamos a su cuarto y yo caí tendida en la cama, su cuarto seguir igual de impecable que la ultima vez, ella se detuvo frente a mi y me desnudó con una lasciva mirada.
--¿Segura que quieres esto Paula?- no necesito preguntas morales ahora Elena.-
--¿Pensé que iríamos a un hotel?- no lograba razonar me encontraba muy excitada y decía lo primero que pensaba.-
--Los hoteles son para el sexo casual, tú y yo vamos a hacer el amor.
No tenía más dudas le extendí la mano en señal de que se acercara, se dejo caer suavemente sobre mi cuerpo y nos volvimos a besar pero esta vez tiernamente, sus labios consentían los míos, su lengua pasaba suavemente sobre los mismos y de vez en cuando buscaba el contacto de mi lengua, nos acariciábamos y poco a poco nos fuimos desprendiendo de nuestras ropas, a pesar de que ambas tenemos experiencia en el sexo, se sentía como la primera vez admirábamos y besábamos cada parte de nuestros cuerpos, ella tomó la batuta y me retiró mi sostén dejando al descubierto mis pequeños pechos los cuales observaba atentamente y se dedicó a llenarlos de besos y leves mordiscos con los cuales me sacaba exquisitos gemidos desde el centro de mi placer, ella retiró su sostén junto con su panti, posteriormente hizo un camino de besos desde mi boca por mi cuello, repasando mis pechos y atravesando por mi abdomen, cada beso se sentía como una deliciosa corriente que invadía todo mi cuerpo, al llegar a mi panti me dedicó una mirada como pidiendo permiso y yo asentí mordiéndome el labio, ella se deshizo de la misma y se quedó observando mi húmedo y palpitante sexo como si se tratara de un maravilloso tesoro y se abalanzó sobre el mismo, paso la punta se lengua desde mi entrada a través de mis labios, chupó y lamio mi clítoris cual helado, mis caderas sucumbieron al ritmo de su lengua, todo era tan intenso, tan maravilloso ningún hombre me había hecho sentir tanto con tan poco y justo cuando estaba a punto de correrme ella se detuvo y subió a mi rostro –con calma niña quiero que disfrutemos de esto al máximo—me besó y pude sentir mi salado sabor en sus besos eso me encendió aún más, se acomodó sobre mí de nuevo haciendo que nuestros sexos encajaran perfectamente sentirla húmeda sobre mi propia humedad me hizo delirar, nuestros movimientos encontraron su ritmo perfecto, yo mordía sus labios y nuestras lenguas batallaban entre sí, los movimientos eran cada vez más rápidos y enérgicos, comencé a temblar mi orgasmo ya era inminente, ella tensaba su cuerpo cada vez con más frecuencia, nuestras miradas coincidieron y luego de un par de embestidas ambas conseguimos nuestra gloria, la habitación era sólo jadeos, ella cayó a mi lado y yo me acosté sobre su pecho, podía sentir mi corazón en mis oídos y el de ella galopaba fuerte bajo su pecho.
--Eres increíble niña- sus palabras me hicieron sonrojar.-
--Tú tampoco estas tan mal Elena- me golpeo suavemente en la espalda pero pude sentir como sonreía.-
--¿Segura que era tu primera vez con una mujer?- comentó en tono burlón.-
--Sí- me moví y me senté a horcadas sobre ella haciendo que nuestros sexos se rozaran de nuevo- Pero dicen que la práctica hace al maestro.
--Hay niña me vas a volver adicta a tu cuerpo- comenzó a acariciar mis muslos y yo empecé a mover lentamente mis caderas en un vaivén celestial.
Elena
Dios mío, de niña no tiene nada, no sé qué sucedió en ese centro comercial pero era lo que nos hacía falta, pasamos la tarde y parte de la noche haciendo el amor, si “haciendo el amor” porque eso no fue simple sexo, mirarla a los ojos en cada orgasmos y sentirme tan de ella como ella mía eso va más allá de cualquier deseo carnal, estoy enamorada y no quiero volver a tocar a otra mujer que no sea mi Paula, rayos son demasiados sentimientos, la necesito, mi día no es día hasta que ella aparece, no sabía todo lo que me perdía hasta que ella llego a mi vida, verla y sentirla dormir sobre mi cuerpo es la mejor sensación en todo el puto mundo, mi cosa tenía razón no entendía el amor porque no lo conocía.
--Niña ¿estas despierta?- ya pasan de las 10 am sé que tuvimos una fuerte faena pero basta de dormir quiero ver esos ojos verdes.-
--Déjame dormir- se ve tan tierna no se parece en nada a la insaciable mujer sexosa de anoche.-
--Pau, tengo algo que preguntarte- bueno otra vez a ver si esta si acepta.-
--Sí Elena somos novias- lo dijo con los ojos aun cerrados, me leyó la mente creo que me he vuelto algo predecible- Además no quiero que nadie aparte de mí toque esto- posó su mano en mi sexo y con el dedo medio acarició mi clítoris haciéndome humedecer de inmediato- ¿Entendido?
--¡Sí mi general! Ahora ven a atender lo que empezaste.
Así pasamos el día entre bromas y haciéndonos el amor en todas partes era mágico cada uno de sus toques sobre mi piel era como si ya me conociera. Los días y las semanas siguientes fueron casi iguales, siempre estábamos juntas ellas habían salido de vacaciones otra vez y pasábamos cada instante que podíamos juntas, aunque frente a Graciela nos cohibíamos un poco ya que ella estaba sola, se tomó en serio eso de esperar a mi cosa, yo llame a todas mis “conquistas” y les hice saber que solo podía ofrecerles amistad si querían algo físico sería mejor que no me buscaran, ya casi es un año desde la partida de mi cosa, el tiempo vuela y la extraño quisiera poder compartir con ella toda esta nueva etapa de mi vida.
--Bueno, bueno pero si es la indomable Elena- ¡rayos! Conocía muy bien esa voz y nunca eran buenas noticias.-
--Patricia ¿Qué haces aquí?- de todas tenías que aparecer tú.-
--Así recibes a la mejor mujer de tu vida.
--Si fueras la mejor entonces serias mi novia.
--¿novia? Esa palabra se escucha tan rara en tu boca Elena.
--Dime de una buena vez ¿Qué quieres? Mientras más rápido te vayas mejor- Patricia siempre ha sido problemática y si Paula la ve no me quiero ni imaginar lo que pasará.-
--Quiero que me hagas el amor como lo hacías antes- la mujer cada vez se acercaba más a mí y yo sólo ponía más distancia entre nosotras.-
--Nosotras nunca hicimos tal cosa, lo nuestro no fue más que simple sexo- su presencia solo me estaba irritando.-
--Venga Elena vamos a recordar viejos tiempo- joder me tenía acorralada pero tenía mis manos extendidas lo que me aseguraba una buena distancia de su cuerpo.-
--Yo no quiero más nada que ver contigo Patricia, ahora vete antes de que te saque por la fuerza.
--Sabes que me deseas soy la única capaz de darte buenos orgasmos- eso fue cierto en su momento pero ahora mi dueña era mi Paula.-
--Lagartona acaso no escuchaste a mi novia decirte que te alejes- ¿en qué momento llego?-
--¿Tú novia? No seas ilusa niña Elena tiene amigas nunca novias.
--Esa era la vieja Elena la de ahora es mía así que aléjate de ella antes de que te arranque esas feas extensiones de raíz- huy mi niña sabe cómo ser mala.-
--Mira mocos- no la deje terminar en lo que se giró para encarar a Paula la tome del brazo y se lo doble- ¡Elena eso duele joder!
--Eso es para que la próxima vez te largues cuando te lo piden- completó Paula mientras yo sacaba a Patricia de mi oficina- Clase de chusma con la que te la pasabas Elena.
--Tal como tú lo dijiste mi amor esa era la vieja Elena, la nueva esta loquita de amor por ti.
La tomé de la cintura y nos besamos, luego de un rato termine mis obligaciones laborales y la llevé a cenar a nuestro restaurant esta noche sería muy especial.
--El champan esta delicioso igual que la cena.
--Igual que la compañía- le dije mirándola fijamente a los ojos.-
--Creo que el alcohol está empezando a afectarte cariño- dijo divertida sin retirarme la vista.-
--Tal vez sea el amor lo que me tiene así- retiré mi silla y me arrodille junto a ella sin apartar mi vista de esas esmeraldas que tanta paz me traían- No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos y mi vida dejaría de ser vida si algún día te perdiera niña- sus ojos me miraban interrogantes y cristalizados- Pero también es cierto que no sabemos lo que nos estaba faltando hasta que no encontramos- saque de mi bolsillo una cajita verde como sus ojos la abrí y se la ofrecí- Paula Manzanilla me harías el honor de ser mi esposa y dejarme hacerte feliz por el resto de mi vida…
Gracias por todos sus correos y comentarios, me alegra leerlos siempre, espero les guste este capítulo es un poco corto pero trato de esforzarme por publicar semanal para no perder la costumbre, gracias por leer, saludos desde Venezuela