Noche y Día
Capítulo 4 Quizás no todo esta perdido...
--Cosa tranquila, esto no es lo que parece- Elena entendió la situación de inmediato y trataba de razonar- Se que es una frase trillada pero de verdad entre la mocosa y yo no hay nada.
--Elena tiene razón bestia déjame explicarte todo- su rostro se mostraba tenso y su mirada no se suavizaba.-
--Basta las dos, no tienen nada que explicar Elena a ti te atrae Graciela y viceversa de lo contrario tú-dijo señalándome- No habrías venido aquí con ella sino conmigo.
--No lo entiendes Elena me invitó hace más de un mes- por favor no me mires más así con cada palabra que decía sentía como se desgarraba mi corazón.-
--¡Vuelve la mula al trigo!- exclamó molesta- Según tú yo nunca entiendo nada Graciela- ¿donde quedo el princesa?-
--Cosa ya relájate y deja que te expliquemos- Elena intentó acercarse pero la bestia levantó su mano en señal de alto.-
--No Elena, yo les haré todo más fácil- me clavo la mirada más triste e intensa que jamás había recibido en mi vida- Que disfruten.
Sin más contemplación se marchó de aquella habitación Elena y yo salimos del shock pocos segundos después y emprendimos su búsqueda al llega a la entrada su jeep no se veía por ninguna parte, nos disponíamos a seguirla en el coche de Elena pero este no encendía.
--¡Maldita sea cosa!- gritó Elena azotando el capó del coche.-
--¿Qué sucede Elena?- pregunté preocupada mientras volvía a marcar en mi celular el numero de la bestia sin obtener contestación.-
--Que la brillante de tu enamorada me desconecto la batería para que no nos diera chance de alcanzarla- toda ella se encontraba tensa se notaba su enojo.-
--Se puede saber ¿Qué esta pasando aquí?- demandaba la voz del señor Antonio que se acercaba por mi espalda.-
--Nada grave tío sigue en la fiesta- respondía sin mayor cuidado Elena que acomodaba la batería del coche.-
--¡No muchachita! Si no fuese nada grave tú no estarías metiéndole mano a tu coche y la cosa no habría salido como alma que lleva el diablo envuelta en un mar de lágrimas- sentencio el señor Antonio molesto.-
--Bueno tío surgió un- el señor Antonio la interrumpió.-
--¿un mal entendido no? Por Jesús Elena, hasta cuando debo decirte que ese estilo de vida tuyo de conquistar todo lo que tiene dos tetas y camina es malo.
--No me vengas con sermones tío que no estoy de humor- me sentía muy fuera de lugar en aquella discusión.-
--¡Tú humor me vale un carajo Elena! Con tus estúpidos jueguitos de conquista lastimaste a Effi- ¿Effi? Ese era el nombre de mi bestia.-
--No tío tú no entiendes- ver a Elena siendo regañada de esa manera haciéndola ver tan vulnerable me helaba la piel- Yo no sabia que Graciela era la chica que mi cosa estaba pretendiendo, de haberlo sabido más nunca la habría buscado ¡Tú sabes lo importante que es Effi para mí!- su voz se quebró y bajó su cabeza derrotada.-
--Debería darte vergüenza, traicionaste de la peor manera a la única persona que siempre ha creído ciegamente en ti- de pronto su atención y por ende su furia recayeron sobre mí- Y tú, de verdad pensé que eras diferente y que podrías llenar de alegría la dura vida de Effi, pero por lo visto me equivoqué.
--Señor Antonio yo… yo de verdad quiero a mi- el alto hombre me miro seriamente haciéndome un gesto que no dijera más.-
--Espero puedan enmendar el gran daño que han hecho porque ella las quiere a ambas.
No lo pude evitar y las lagrimas corrieron sin descanso por mi rostro, Elena se limpio con rabia una rebelde lagrima que corría por su mejilla y me hizo señas para que subiera a su coche, emprendimos camino a casa de la bestia pero ella no estaba, rápidamente nos dirigimos al hospital pero nos informaron que ella ya se había ido pero que sabían donde, decidimos volver a su casa y esperar en el coche a que regresara.
Sturialle
Ver que era mi princesa la chica a la que Elena le devoraba el cuello me partió en dos, fue uno de los dolores más profundos que sentí en mi vida, no quería escuchar sus explicaciones después de lo que la misma Elena había comentado conmigo semanas antes acerca de esa chica era más que seguro que mantenían algo y que Graciela tuviera el descaro de decirme que yo no entendía por Dios hay que ser muy gilipollas para no asumir sus actos, me marché sin dejarlas hablar era lo mejor ya que no respondería por mis actos y no deseaba hacerle daño a ninguna a pesar del que ambas me causaron a mí, desaparecí de la gran fiesta pero no pude pasar desapercibida por la mirada de Antonio, no quería que nadie me hablara y sabia que aquellas dos me seguirían para “explicarme” lo sucedido así que le hice la típica broma de siempre a Elena desconectando su batería aunque era algo muy sencillo eso siempre la molestaba y la hacia perder tiempo, un tiempo que yo ganaría alejándome; no fui a mi casa ya que obviamente pasarían por ahí en cambio me dirigí al hospital a ver si alguien necesitaba una mano extra, los fines de semana siempre son muy movidos en emergencias, al llegar decidí sentarme en los vestidores y comencé a llorar de rabia, de tristeza y de dolor no podía reprimirlo más estaba dolida, herida mi mejor amiga a quien he considerado mi hermana me traicionó de la peor manera.
--¿Sturialle eres tú?- rápidamente recuperé mi compostura.-
--Doctora María ¿Qué hace por acá?- María es una joven doctora de traumatología que llegó hace un par de años al hospital y que avisó que se retiraría por un tiempo para cumplir unas labores humanitarias.-
--Venía a dejar una información y me pareció escuchar a alguien llorando- bueno ya me escuchó así que de nada sirve negarlo, vamos sonrisa haz tu trabajo.-
--Si bueno era yo, estaba recordando un paciente que perdí- una mentirita blanca no le hace mal a nadie- Pero ya se me pasara- súper sonrisa en acción.-
--Bueno la muerte es algo que no podemos evitar- se sentó a mi lado y me abrazó eso casi me hace ser un mar de lagrimas nuevamente- Pero si podemos luchar contra ella hasta nuestro ultimo aliento.
--Gracias por tus palabras María- sigue fuerte no llores- Por cierto qué información venias a traer por estos lados.
--Bueno como sabrás me voy en tres días, en comisión con la Cruz Roja internacional durante tres años, para apoyarlos en algunas aldeas de África que han estado fuertemente azotadas por la violencia y venía a buscar voluntarios, se que es algo repentino partir así como así en tres días a un sitio tan remoto pero mientras más mejor- era mi salida perfecta, desaparecería por un tiempo casi por arte de magia y podría seguir ayudando a las personas.-
--Y para ir a eso hace falta algún requisito en especifico o se tarda mucho para ser postulado- le pregunté ansiosa.-
--No vale con ser profesional en materia de salud y tener un pasaporte tienes luz verde.
--Bueno no se diga más- dije mientras me levantaba de un salto- Yo soy tu voluntaria.
María me dedico una gran y sincera sonrisa, le dije si podíamos ir a hablar del tema en otro lado y acepto gustosa nos dirigimos a un café que abre las 24 horas a un par de cuadras y ella paso el resto de la noche explicándome como era todo el rollo del viaje y de la ayuda que prestaríamos allá, me dejo más que encantada rápidamente tracé mi plan de acción en el par de días que faltaban para el viaje arreglé todos mis asuntos y deje todo cubierto sólo faltaba abordar el avión junto a María y un pequeño grupo de jóvenes doctores y enfermeras para alejarme totalmente de todo lo que me causaba dolor por lo menos por tres años ya no tendría que preocuparme por nada que no fueran los heridos que nos esperaban en África.
Graciela
Esperamos hasta la madrugada ese día y ella no volvió, seguí llamándola y pasé por el hospital al día siguiente al salir de la universidad y nadie sabía darme respuesta de ella, hablaba con Elena y tampoco sabía darme razón de mi bestia, al día siguiente fue igual hasta que al final de la tarde Elena me llamó.
--¿Dónde estas?- se oía agitada.-
--En el hospital esperando a ver si aparece ¿por qué?
--En cinco minutos paso por ti- hizo una pausa y agregó- Ya tengo noticias de ella- sus palabras me devolvieron el alma al cuerpo y la esperaba ansiosa en la entrada.-
--¿Y bien?- pregunte sin contemplaciones mientras me abrochaba el cinturón necesitaba saber de ella.-
--Por los momentos sólo puedo decirte que esta en el aeropuerto y que si no llegamos a tiempo la perderemos- eso sembró una gran angustia en mi.-
--¿Cómo que la perderemos? ¿A dónde se va? ¿Explícame qué sucede Elena?
--Tienes dos opciones, me dejas manejar tranquila para poder llegar a tiempo- se paro por una luz roja y me miró seria- O me paro aquí mismo para explicarte todo dejando que ella se vaya pensando lo peor, tu decides mocosa.
--Acelera.
El aeropuerto no quedaba muy lejos eran unos 20 minutos pero el trafico y la ansiedad lo hicieron sentir a horas de distancia, llegamos cual par de locas mirando a todos lados, Elena me dijo por donde debía abordar corrimos atravesando el gran lugar hasta que llegamos hasta el ala donde se suponía que ella iba a estar, como era costumbre con las cosas relacionadas a mi bestia, todo parecía tipo película romántica; logre reconocerla llevaba unos audífonos muy grandes ya casi iba a abordar su vuelo corrí hacia ella gritando cuando dos gorilas de seguridad irrumpieron mi camino.
--No puede pasar por esta área- bonito momento en que vienen a cumplir con sus funciones.-
--No entienden debo pasar ¡SUÉLTENME!- gritaba a todo gañote no iba a permitir que esos dos mastodontes frustraran mi final feliz.-
--Es usted la que no entiende por favor cálmese y baje la voz o tendremos que esposarla.
--No suéltenme ¡BESTIA! ¡BESTIA!- por favor voltea no te vayas no así- ¡BESTIA!
--Señorita por más que nos insulte no la soltaremos.
--No es con ustedes es con la chica que esta a punto de abordar aquel vuelo debo detenerla ¡BESTIA!- seguía gritando con cada fibra de mi ser rogando que me escuchara y detuviera su partida.-
--Ese cuento del amor que se va lejos ya lo hemos escuchado muchas veces señorita, ahora cálmese y acompáñenos.
--No es ningún cuento animal esa mujer es el amor de mi vida no puedo dejar que se vaya- protestaba entre lagrimas- ¡BESTIA!
Pude apreciar como mi bestia se detuvo un instante en el umbral de la puerta de abordaje, pero ella no volteo y siguió su camino, la había perdido, la perdí, me fallaron las piernas y comencé a llorar como una magdalena los de seguridad me soltaron preocupados y yo sólo podía llorar, momentos después llegó Elena y hablo con los sujetos me abrazo y me llevó de vuelta al coche y posteriormente a casa de Paula, yo no me tome la molestia ni de saludar o despedirme me tire en su cama y me dedique a llorar, me olvidé de todo el mundo, los días siguientes iba a universidad por inercia y pasaba las noches llorando hasta quedarme dormida.
--Bueno ya es hora de que vuelvas a ser una persona Graciela- escuchaba decir a Paula mientras salíamos de la clase.-
--No tengo ganas de nada Paula déjame tranquila- ya era un mes desde que mi bestia se había ido y cada día que pasaba su ausencia me dolía más.-
--Elena quiere hablar contigo.
--Dile que hablamos luego.
--¿Y porque mejor no me lo dices tú en mi cara mocosa?- Elena estaba parada justo frente a nosotras.-
--No la trates así Elena- dijo molesta mi fiel amiga.-
--Yo la trato como ella se deje tratar pequeña así que relájate.
--Bueno Elena ya estas frente a mí dime qué quieres y acabemos con esto de una vez- Elena sólo me recordaba a mi bestia y eso hacia aun peor su ausencia.-
--Buenos pero vamos a comer algo las tres y así hablamos mejor.
Accedí con poco animo y nos dirigimos al lujoso restaurant de siempre nos sentamos ordenamos y al concluir la comida que fue un poco extraña ya que Paula no le quitaba la vista de encima a mi ex jefa, eso era extraño pero decidí ignorarlo; junto con el postre Elena comenzó a explicarme que había recibido noticias de mi bestia por correo electrónico, que ella se encontraba en un remoto pueblo en África prestando servicio como voluntaria de la Cruz Roja internacional, su tiempo fuera del país seria de tres años sin ningún tipo excepción, dijo que ella eventualmente nos perdonaría pero que necesitaba tiempo y espacio que esperaba que fuésemos muy felices juntas y que me encargaba a mí y a Paula “la degustación mensual” en la heladería y que no podíamos fallar; sus palabras me hacían sentir alivio al saber de ella pero al tiempo me invadió una tristeza aun mayor cómo pretendía ella que yo le diera la cara al señor Antonio y a doña Lena todos los meses como si nada hubiese pasado y ese “espero que sean felices juntas” maldición bestia mi felicidad es contigo si tan sólo me hubieses escuchado estarías aquí conmigo y no achicharrándote allá en África; no soportaba el dolor en mi pecho y me excuse con las muchachas marchándome a mi casa, sabía que mi bestia no era algo que pudiera superar y no quería superarla, así que de ese día en adelante me dedique a mis estudios y volví a mi vida, al ir por primera vez a la heladería no pude evitar llorar y entre sollozos le expliqué lo ocurrido a doña Lena y al señor Antonio ambos comprendieron y me aceptaron poco a poco su cariño y cordialidad volvió a ser el mismo que el del primer día que pise dicha heladería, al pasar las semanas, meses y años pude ser testigo de una extraña historia de amor que se desarrollaba muy cerca de mí, pero siempre tenía presente a mi bestia estaba dispuesta a esperar su regreso y luchar por su amor.
Elena
De haber sabido que Graciela era la misma chica de la que mi cosa estaba enamorada la habría dejado no seria ni si quiera su amiga, pero el destino fue más cruel al hacerla presenciar aquella escena en la fiesta, luego de un par de días me conseguí con una ex amante que casualmente era doctora en el mismo hospital en el que trabajaba mi cosa y ella me explicó todo con lujo de detalles, al despedirme de ella no lo dudé y fui a buscar a Graciela para ver si podíamos evitar que se marchara con esa mala impresión pero fue inútil, llegamos tarde y me sentí devastada al verla en el suelo llorando de esa manera tan dolorosa en verdad la amaba, eso me hacia sentir aun más odio por mí, la levante y cuando me dirigía a su casa ella me dijo que la dejara en casa de su amiga cuando llegamos sentí que había muerto pues en la entrada de aquella casa estaba de pie un ángel, una pequeña chica de piel blanca como la leche, cabello castaño con reflejos rubios y unos ojos verdes que me derritieron, jamás ninguna mujer me había impresionado de tal manera, baje del coche como pude para seguir a Graciela.
--¿A dónde se supone que vas?- dijo mi precioso ángel poniéndome una mano en el pecho.-
--Voy con Graciela- wow sus ojos son aun más increíbles de cerca.-
--¿Y quien se supone que eres tú?- hay Elenita donde dejaste tus modales preséntate.-
--Soy Elena Sánchez mucho gusto- esbocé mi mejor sonrisa y le extendí mi mano.-
--¿Tú eres Elena? ¿La ex jefa de mi amiga?
--A menos que tenga un clon que yo no conozca sí soy esa Elena- al terminar de pronunciar mi nombre sentí una fuerte cachetada que por poco me hacía perder el equilibrio.-
--Por descarada- vaya que le pesaba la mano para el tamañito que se gastaba.-
--¡Oye pero si yo no te hice nada!- exclamé sobando mi ardiente y dolorida mejilla.-
--A mi no, pero a mi amiga sí- ella estaba furiosa pero no dejaba de verse hermosa.-
--A tu a miga no le toque ni un pelo- no porque no quisiera- Así que tu bofetada esta de más.
--No le hiciste nada ¿entonces dime por qué paso llorando?
--Para explicarte eso tendrías que dejarme pasar pequeña- me acerqué a ella y le lance mi mirada más amenazadora con una media sonrisa a juego.-
--No veo necesidad de hacerte pasar- no tuve ninguna reacción de ella esto no era posible- Puedes contarme lo que sea que sucedió aquí mismo.
--De acuerdo- suspire derrotada- Pasa que tu amiga Graciela estuvo jugando con fuego y se quemó- esta vez si pude detectar su rápida mano y la sujeté con fuerza evitando una segunda bofetada- Y si tú no tienes cuidado también te puedes quemar.
--La que no debería- decía la pequeña chica acercándose cada vez más a mi boca- Jugar conmigo eres tú- y me soltó otra bofetada con la otra mano.-
--¿Y esa ahora por qué fue?- rayos esta chica tenia muy buena pegada.-
--Porque me provocó.
Se soltó de mi agarre y emprendió su camino dentro de su casa dejándome sola, con ambas mejillas doloridas y un extraña sensación de fracaso; deje que pasaran un par de días no volví a buscar a Graciela aunque me moría por tener otro “enfrentamiento” con su amiga, una mañana en la oficina recibí un correo que llamó mi atención y al abrirlo no podía salir de mi sorpresa.
De: Effi Sturialle
Para: Elena Sánchez
Asunto: Hola…
Querida cosa, estoy lejos se que mi partida no fue lo más maduro pero sabes que fue lo mejor, no te guardo ningún tipo de rencor, pero joder te luciste metiéndote con la única chica que me ha interesado de verdad luego de Adriana. Bueno estoy divagando eso podemos hablarlo más adelante, te escribo para informarte que en estos momentos estoy prestando mi colaboración a la Cruz Roja internacional en algún punto de África no te diré donde porque sé que eres capaz de llegar hasta aquí, volveré en tres años ni más ni menos espero que ese tiempo me haga olvidar a Graciela, te encargo todos mis bienes deje todos los documentos en mi apartamento, las llaves del mismo y de mi jeep las tiene Antonio dale mis saludos cuando los veas y dile que yo ya te perdoné, infórmale a Graciela que ella y Paula ahora son las nuevas catadoras oficiales de los helados, eso la hará feliz y así pasara tardes diferentes cada que vaya para allá; si lo de ustedes es verdadero espero puedan superar todos los obstáculos y sean muy felices. Yo te escribiré cuando lo vea necesario las veces que venga a pueblo que es el único sitio donde llega internet, cuida mucho a todos y recuerda que te amo como a una hermana mi cosa aunque no compartamos la misma sangre.
PD: Si le haces daño a Graciela te matare (imagina mi cara de odio)
Sin dudarlo traté de comunicarme con Graciela y para mi fortuna fue su amiga la que me contesto, medio le comenté lo ocurrido y que las esperaría a ambas al salir de sus clases par air a comer y explicarle todo con lujo de detalles; la comida fue normal luego de explicarles todo pude notar que Graciela no pudo soportarlo y se marcho dejándome una nueva oportunidad con su amiga.
--Bueno ya no tengo más nada que hacer aquí, gracias por la comida.
--¿Puedes esperar un momento?- bueno la gran Elena doblegada por una chiquilla de rápidas manos.-
--Bueno pero que sea rápido.-
--Quería pedirte disculpas por mi comportamiento el otro día frente a tu casa- al recordarlo mis mejillas volvían a arder por sus bofetadas.-
--Muy buena disculpa si fuese sincera quizás y hasta la aceptaría- joder niña malcriada.-
--Estoy tratando de llevarme bien contigo niña deja tu altanería un momento.
--¿Mi altanería?- soltó una risa sarcástica- De verdad que tu no tienes vergüenza he Elena, como puedes venirme con una disculpa tan mediocre luego de la forma en la que me hablaste y te me insinuaste en mi casa alegando que mí amiga andaba jugando contigo y Sturialle- listo adiós paciencia.-
--Esa “disculpa mediocre” es lo máximo que una persona puede aspirar de mí y si “tu amiga” estuvo jugando conmigo y con mi cosa nunca le dijo a ella que salía conmigo aunque no paso a mayores y a mí nunca me aclaró que dejara de intentar seducirla- la cara de Paula reflejaba asombro y molestia- Así que todo este lío por primera vez no es mi culpa- ella tomó mi copa de vino y me la vacio en la cara.-
--Toda la gente como tú es igual no sé que rayos te vio mi amiga- se levanto y de nuevo me dejo sola y humillada Paula 2 Elena 0.-
Pasaron los días y Graciela se notaba un poco más recuperada pero Paula seguía repeliéndome como si fuese portadora de la plaga, soñaba con esos expresivos ojos verdes y esas hábiles manos, necesitaba un escape una bocanada de aire fresco; así que recurrí a una de mis conquistas, la cité en mi oficina era una alta morena de curvas exuberantes y un movimiento de caderas que volvería loco a cualquiera, sin dejarla hablar fui directo a su boca mis manos recorrían todo su cuerpo con urgencia nos arrancamos la ropa mutuamente, sus enormes senos me llamaban y no tardé en atenderlos los lamí, mordí y chupé estaban exquisitos, deje que mi mano viajara al centro de su placer que se encontraba totalmente húmedo, la tumbé en el sofá, rocé sus labios mayores con mis dedos y los separe ligeramente para tener mejor acceso a su clítoris, ella hacia lo mismo en mi sexo, comenzamos a penetrarnos con un ritmo lento que fue aumentando sentía su respiración agitada y sus gemidos, yo respiraba con dificultad, los movimientos eran cada vez más urgentes y rápidos ella llegó a su orgasmo.
--¿Qué pasa Elena?- cuestionaba agitada la hermosa morena.-
--Nada guapa todo bien- la bese y lentamente retiré mi mano de su interior.-
--No Elena dime que te sucede confía en mi.
--Tengo cosas que hacer Sandra ya cumplimos con lo que venias a hacer- no entiendo porqué no puede disfrutar de tan hermosa mujer.-
--Eres una insensible no vuelvas a llamarme- la morena se levantó molesta se vistió rápidamente y se marchó.-
Me recosté en el sofá con la mirada clavada en el techo, luego de un par de horas sentada desnuda en medio de la oficina decidí pasar por Graciela y Paula para llevarlas a la heladería ya que hoy les tocaba cumplir con sus funciones, las recogí en casa de Paula ella seguía como iceberg conmigo y Graciela le resultaba divertido verme como idiota atrás de su amiga, maldito karma pensaba. Pasamos la tarde muy divertidas a costilla mía con las historias que contaba mi tío Antonio de cuando mi cosa y yo éramos unas niñas.
--Señor Antonio ¿puedo preguntarle algo?- dijo Graciela sorprendiendo a todos.-
--Claro adelante lánzala.
--¿De dónde se conocen Elena y Effi?- era la primera vez que escuchaba a Graciela decir su nombre.-
--Esa es una muy larga historia ¿segura que quieres escucharla?
--Sí- respondió ella con gran seguridad.-
--Bueno chicas Andrés mi hermano es decir el padre de Elena, Juan el padre de Effi y yo estudiamos juntos durante la universidad, éramos un trio muy unido a pesar de que cada uno luego de graduarnos escogió caminos separados, cuando mi hermano tuvo a Elena unos años después Juan también se convirtió en papá cuando las niñas se conocieron se hicieron súper amigas eran inseparables a pesar de que eran como el agua y el aceite, ambas con demasiada energía y amantes de los libros del doctor Seus ellas mismas comenzaron a decirse que eran Cosa 1 y Cosa 2, al cabo de un tiempo se confundían mucho con los numero y decidieron sólo decirse cosa, llego un momento en el que mi hermano y yo nos vimos la vida color de hormiga por problemas financieros y fue juan quien nos ayudó y apoyó hasta que volvimos a tener estabilidad, le debo mi negocio a ese hombre; cuando ocurrió ese terrible accidente y posterior mente esa mujer echó a la pobre Effi a la calle fuimos nosotros quienes la acogimos y cuidamos mientras ella volvía a ponerse de pie y eso hizo que ella y Elena se unieran todavía más.
--Wow eso fue todo un monologo- comento graciosa Paula mientras se estiraba.-
Después de un par de preguntas llevé a las chicas a sus hogares y volví a la heladería no quería estar sola y necesitaba distraerme con algo.
--Bueno Elena ¿me vas a contar que te sucede o debo adivinar?- rayos si había alguien de quien no podía escapar era mi tío.-
--¿Qué me sucede de qué?- me hice la desentendida.-
--Vamos muchachita te conozco mejor que la palma de mi mano, habla.
--No me pasa nada tío deja tus inventos.
--Supongo que Paula es la razón de ese “nada” que te pasa- rayos mi tío sí que es un zorro viejo no se le escapa nada- Vi cómo la observabas a mí no me engañas carajita.
--No puedo contra ti- acepte mi derrota- Está bien esa niña me tiene la vida de cabeza no he podido ni acostarme con otras mujeres ya no disfruto del cuerpo femenino sin que ella me venga a la mente y su indiferencia conmigo me hace sentir peor no la soporto- me crucé de brazos he hice puchero como cuando era niña.-
--¿Segura que no es sólo el capricho de no poder tenerla?- ella era todo menos un capricho.-
--No tío, con ella todo es diferente, quiero conocerla y no simplemente follarmela- me tomó por sorpresa que me abrazara sólo lo hacíamos en navidad.-
--Bueno deja tu estúpido orgullo y declárale tu amor a esa chica las veces que hagan falta para que te acepte o tú dejes de quererla- besó mi frente y me hizo sentir más tranquila.