Noche vieja del 2010
Mi mujer se lio con una pareja y no me desagrado la idea.
LA ULTIMA NOCHE VIEJA.
A continuación les voy a contar lo que nos ocurrió esta ultima noche vieja. Algo increíble pero cierto, como la vida misma. Yo creía que este tipo de cosas solo ocurrían en los relatos que he estado leyendo por aquí, por eso confieso que me he decidido a contar lo que me ocurrió esta pasada noche vieja.
Para empezar les diré como somos físicamente mi mujer y yo. Ella mide 1,70, pesa 60kilos, media melena rubia, ojos azules, usa la talla 95 de sujetador. Es bastante atractiva, sin ser Michelle Pfeiffer, pero no esta nada mal, llama bastante la atención de otros hombres. Yo mido 1,77, peso 60kg, moreno de piel y de pelo. Estoy bastante delgado y no soy ningún playboy, vamos un tío normal. Muchos de los que miran a mi mujer se preguntaran que hace un tío como yo al lado de una mujer así. Mi edad es de 35 años y la de mi mujer 37. Tenemos una niña de seis años. Hace ocho años que nos casamos y mantenemos una relación muy buena como pareja.
Ahora pasemos al meollo de la cuestión. Estas pasadas fiestas pasamos la noche vieja con tres parejas amigas nuestras. En primer lugar pensábamos pasar la noche en casa de uno de nosotros, pero a quince días de la noche en cuestión, nos llego una oferta de un hotel del interior, a una horita escasa de donde vivimos, por la que por 100 Euros por cabeza, sin contar a los niños teníamos la cena de noche vieja, barra libre, y la habitación hasta el día siguiente a las cuatro de la tarde. Todo un chollo, pensamos a la vez, así que no nos lo pensamos y reservamos habitaciones para las cuatro parejas.
Esa tarde noche, mi mujer trabajo hasta las siete y media, así que cuando salio, yo la recogí y marchamos para allí, el resto de nuestros amigos, ya estaban en el hotel disfrutando de la velada. Llegamos y mientras ella se arreglaba para la noche, ya sabéis como son las mujeres, necesitan mas tiempo del necesario para arreglarse, yo estuve en el bar charlando con mis amigos.
Llego la hora de cenar y me puse mi traje de vestir, con corbata y todo, cosa que odio y ella se vistió con un vestido negro que tiene, le queda fantástico. Es palabra de honor, muy ajustado, la falda le llega cuatro dedos por encima de las rodillas y arriba le deja ver sus pecho, en un espectáculo que me excita hasta a mi.
La cena fue estupendamente, y para nuestra sorpresa tenían un lugar para dejar a los crios y tres monitoras se hacían cargo de ellos, así que pudimos disfrutar toda la noche sin que nos molestasen, algo que no sabíamos cuando reservamos.
Tengo que decir que mi mujer no bebe absolutamente nada durante el año, pero esa noche, le pego varios tragos a las cervezas que me iban trayendo a mi, y un par de sorbos a la copa de vino de su amiga de al lado. Por lo que cuando llego la hora de las uvas, iba un poco contenta. Sonaron las campanadas y nos comimos las uvas como pudimos, nos abrazamos y nos besamos dándonos buenas intenciones todo el rato
Pasamos al cabo de un rato a la discoteca del hotel, un lugar algo cutre, pero que para esa noche, no estaba mal, pues ya íbamos todos un poco borrachos, y mi mujer más que los demás, al no probar gota de alcohol durante el resto del año.
En la discoteca empezamos otra vez los besos y abrazos entre canción y canción con desconocidos que estaban como nosotros disfrutando de la velada.
Es así como conocimos a una pareja de Barcelona, el unos 45 años y ella sobre los 40, que estaban solos en el hotel. Habían venido, por que en verano estuvieron allí, y les habían enviado una oferta vía e-mail, por si les apetecía pasar la noche vieja en el hotel.
Eran muy simpáticos, y enseguida congeniaron con nosotros, ella tanto como el bailaba y se reía con cualquiera de nosotros, sin importar la diferencia de edad ni el no conocernos.
Sobre la una y media, no nos había dado tiempo de hacernos el primer cubata, nos avisaron a los padres que teníamos que ir a por nuestros hijos a la sala donde estaban siendo cuidados, para hacernos cargo de ellos, pues hasta esa hora nos los cuidaban, luego cada uno se tenia que hacer cargo de los suyos.
Como mi mujer iba algo bebida, me fui yo a por nuestra pequeña, para llevarla a la habitación. Me costo mas de media hora, llevarla a la cama y que se durmiera. Estaba muy nerviosa y quería seguir jugando con los demás crios, pero como no eran horas, y nosotros teníamos ganas de fiesta, les acostamos a todos.
Llegue otra vez a la discoteca cuarenta y cinco minutos después. La verdad es que se me había pasado la media pelotera que llevaba, así que me fui directo a la barra a pedirme un cubata, sin pensar donde podría estar mi mujer. Enseguida la encontré bailando con la pareja de Barcelona y alguno de nuestros amigos. Ella estaba de maravilla, se había bebido un par de cubatas y parecía que esa noche iba a coger la borrachera mas grande de su vida, si no paraba de beber así que la comente que parase un poco el ritmo o caería pronto. Pero ella no me hizo caso, me cogio el cubata y se bebió casi la mitad de un solo trago.
La noche paso bastante bien, bebimos, reímos, bailamos y nos lo pasamos realmente bien, sin ningún incidente a resaltar, excepto dos, a los que en su momento no les di ninguna importancia. Aunque al segundo si que debí dársela. Pero el alcohol y las altas horas de la madrugada no hacían que tuviera mis facultades bien.
El primer incidente fue que mi mujer se fue con la chica de Barcelona y una amiga al baño, a los dos minutos vino nuestra amiga, y mi mujer se quedo en el baño con la otra chica, no me preocupo, por que nuestra amiga me comento que buena gente eran la pareja de Barcelona, y que ellas enseguida vendrían, que se habían quedado meando
La verdad es que tardaron más de lo normal, unos quince minutos, pero tampoco era para alterarse.
La segunda incidencia es que mi mujer y la otra chica, cuando salieron del baño, se fueron a la barra donde estaba el chico de Barcelona. Nada anormal, sino fuera, por que el beso a su mujer mientras su mano se apoyaba en su espalda, y se puso a hablar con ellas a la vez. Los tres estaban riéndose, sin mal rollo por ningún lado. Pero la otra mano del chico le paso el cubata que acaba de pedirse en la barra a mi mujer y acto seguido se la puso en la espalda también. Allí estaba el con mi mujer y la suya delante suyo, sus manos en sus espaldas, ellas una delante de la otra, charlando. Cuando la mano que estaba en la espalda de mi mujer bajo disimuladamente hasta su culo, se lo sobo durante al menos treinta segundos, sin que mi mujer se inmutase, y luego bajo su mano hasta el final de la falda y le acaricio el muslo.
Yo me quede de piedra, mi mujer se estaba dejando sobar. Estuve a punto de ir y partirle la cara, pero no se por que, algo me retuvo. Esa situación no duro mas de un minuto y el enseguida quito su mano del cuerpo de mi mujer, en cuanto lo hizo le dio un beso a su mujer. Como si no hubiese acariciado al cuerpo de la mía.
Mi mujer en esos momentos iba bastante bebida, llevaba por lo menos cuatro cubatas y eso para ella es una barbaridad. A mi no me vino a la mente otra cosa que ella no se había dado cuenta de lo que pasaba, así que me fui para ellos para aclarar lo que acababa de hacer el tío de Barcelona. En cuanto llegue a su altura, mi mujer se me hecho en los brazos y me dio un beso de escándalo. Y me empezó a tartamudear lo simpáticos y buena gente que eran esa pareja. Que teníamos que invitarlos a casa este verano que viene. No me quedo otra que dejarme llevar por sus caricias y besos y no les dije nada. En cuanto mi mujer se despego de mi, la otra chica me invito a bailar como si fuera lo mas normal del mundo, mientras su marido se acababa el cubata y mi mujer intentaba bailar con nuestros amigos.
Me quede algo mosca, pero el alcohol y los roces con la otra chica, me hicieron olvidarme a los tres minutos
En esos menesteres estábamos cuando se hicieron las cinco de la madrugada y en la discoteca nos dijeron que en el bar del hotel estaban dando chocolate y curros, para acabar la velada. Mi mujer nada mas escucharlo se puso toda burra en comer curros, yo no tenia ganas, solo me apetecía bailar y seguir bebiendo. Me fui a la barra y me pedí un cubata y la seguí al bar para que no hiciese ninguna tontería, pues iba muy bebida. Estaban todos mis amigos y la pareja de Barcelona con nosotros comiendo churros y chocolate. Charlando, riendo, bebiendo Cuando a las seis nos dijeron que cerraban el bar, así que nos fuimos otra vez para la discoteca, pero cual fue nuestra sorpresa que la estaban cerrando. Nos dijeron que no tenían mas bebida Entonces nuestros amigos dijeron de irnos a dormir todos, cosa que yo agradecí, aunque me apetecía algún cubata mas, pues mi mujer estaba ya algo insoportable. Y así lo comente a todos, que me haría el ultimo con gusto antes de irme a dormir, pero ninguno dijo que si, excepto la pareja de Barcelona. Como mis amigos querían irse a dormir y yo había sido un bocazas, me toco volver al bar a ver si nos servían algo. Mi mujer no decía nada, ella estaba en el limbo. Entramos al bar y nos dijeron que no servían copas, que estaban cerrando también, que ya era hora de irnos a dormir. Nos quedamos con cara de tontos y en eso ellos me dijeron que ellos tenían bebida en la habitación, pero que no tenían hielo ni vasos. Pero se los pedimos al del bar y con cara de malos amigos nos los dio, así que nos fuimos para su habitación. Yo con cara de tonto sin saber muy bien por que me había metido en aquella situación y mi mujer con la cara desencajada de la borrachera sin saber que hacia.
Llegamos a su habitación y empezaron a preparar los cubatas, a mi mujer no le preparamos nada, no le hacia falta, ya empezaba a quedarse dormida en cualquier lugar. Yo no entendía muy bien que hacia allí, no me hacia ninguna falta, pero no se por que yo mismo había creado esa situación. Mientras el preparaba las bebidas, su mujer entro al baño a cambiarse y ponerse mas cómoda. Mi mujer encontró acomodo en un sofacito que había delante de su cama. Se sentó y junto las piernas. No se le veía nada, pero sus piernas quedaron hasta medio muslo al descubierto, pues se le subió bastante la falda.
El le miro un par de veces las piernas pero sin mucho descaro. Me dio mi cubata y se quito la americana que llevo, al tirarla a la cama, se asomo un hilo rojo como del tanga de una mujer. Pero no le di importancia hasta que mire a mi mujer sentada. Había abierto las piernas y allí estaba su coño depilado a la vista de los dos, no llevaba el tanga que se había puesto antes de irnos a cenar. Yo me dirigí a cerrarle las piernas cuando salio la otra chica del baño y vio a mi mujer allí toda espatarrada y le cerro las piernas en seguida, diciéndonos que éramos unos guarros. Me hizo levantarla y llevármela a dormir, se enfado bastante, y me dijo que ya teníamos bastante.
Yo me quede de piedra por segunda vez en la noche, me lleve a mi mujer y la acosté como pude, pero en mi cabeza no dejaba de ver el hilo del tanga, que era rojo como el que había llevado mi mujer antes. Me acosté y tarde bastante en dormirme, pero lo conseguí. Sobre las doce me desperté con un fuerte dolor de cabeza y un solo pensamiento en ella. Por que mi mujer no llevaba el tanga puesto al acostarse y por que el tío llevaba aquel hilo en su bolsillo de la americana. No podía quitármelo de la cabeza, pero tampoco encontraba una explicación al asunto en cuestión. Como ya no podia dormir mas, me levante, me duche y me baje al bar a tomarme un café y una aspirina.
Alli solo habia gente con la misma cara que yo, pero sin lo que yo tenia en la cabeza que solo hacia que darle vueltas a lo mismo. Pense en ir a la habitación de la pareja de Barcelona a descubrir que habia pasado la noche de antes, pero no hizo falta, en esos momentos mientras me acaba el café y un cigarro, apareció la mujer del tío de Barcelona. No me vio, así que se acerco a la barra y se pidió algo, mientras yo me levante y me acerque a ella, en cuanto me vio, me dio dos besos y me pregunto como iba la resaca. Yo no la conteste, solo la pregunte por que mi mujer no llevaba el tanga, cuando nos fuimos a su habitación y que de la americana de su marido saliese un hilo rojo como de un tanga de mujer, que yo sabia que era de ella, que no entendía aquello, creo que yo estaba bastante enfadado, y no sabia muy bien por que. Ella me dijo que no lo sabia, que cuando había ido a acompañarla con su amiga, ya no lo llevaba, que podía preguntárselo a mi amiga. No supe muy bien como seguir aquel interrogatorio, que me parecía ridículo, pero por otro lado, creía que había algo mas que me estaban escondiendo. En ese momento me vino a la mente, cuando su marido estuvo sobandole el culo a mi mujer y eso me hizo enfurecer más. Y se lo dije a ella, tal como había pasado. Entonces llego el a nuestra altura. Como me vio molesto y ella fuera de si, por que no sabia que decirme, me cogio del brazo y me dijo con voz pausada y tranquila. Que le contase que me pasaba para estar así. Que si me había molestado por que el le había visto el coño a mi mujer, que me pedía disculpas, pero no era ni el primero ni esperaba que fuera el ultimo coño que veía. Yo le dije que eso no me molestaba, que lo que me molestaba era que mi mujer no llevara tanga, que el lo llevara en su americana y que el le hubiera tocado el culo y muslo sin problemas. El miro a su mujer y luego a mí. Me llevo a una mesa aparte de los demás y le dijo a su mujer que nos dejase solos.
Entonces me contó, que había surgido, que mi mujer no tenia culpa de nada. Que había follado con ella mientras yo estaba acostando a nuestra pequeña. Cuando nos conocimos por la noche, mi mujer y yo les caímos muy bien, y tanto a el como a su mujer les gusto mucho mi mujer. Como yo parecía estar un poco aparte y no estaba mucho con mi mujer no intentaron que yo participara, que surgio así. Ellos no suelen hacer estas cosas, pero que mas o menos si sale una oportunidad no pierden la ocasión. Que eran una pareja de esas liberales, y como mi mujer iba algo bebida en aquellos momentos se lanzaron a por ella.
Me quede estupefacto, no sabia ni que decir ni que hacer, si largarme, o partirle la cara. El se quedo mirando, y me dijo, mira tienes dos salidas, o te mosqueas y lo tiras todo por la borda o te lo tomas como lo que ha sido un rato agradable para tu mujer y nosotros y te aprovechas de la situación. Tu mismo. Seguí sin saber que hacer, momentos antes me hervía la sangre y ahora estaba como muerto. Levante la cabeza que había bajado, para pensar mejor, y le pedí que me contase todo, desde el primer momento, hasta el final.
Me dijo que había bailado con ella y que se habían reído bastante, así que se caían bien. Que aprovecho que yo me iba a acostar a nuestra pequeña, para proponerle algo. Si ella aceptaba le propondría mas, sino la dejaría en paz. Mi mujer estaba borracha, y el le dijo que para que se le pasase un poco la borrachera, el tenia una sustancia ilegal que todos conocemos, que la invitaba, y así, ella no se caería borracha. Ella se lo pensó un ratito, pero no se negó, así que le acompaño al baño. El para tranquilizarla le dijo que su mujer también iría con ellos, para que mi mujer no se extrañase, así que se fueron los tres, y su mujer se hizo lo que tenia que hacer y salio en seguida, y les dejo a solas. Cuando ellos dos acabaron. El le pidió amistosamente algo a cambio de lo que el le había dado. Y ella le dijo que le daba el tanga, pero nada más. Cosa que el acepto, al tiempo que bajándose los pantalones le dijo que el prefería una buena mamada. Mi mujer se quedo mirándole la polla, pero entre el alcohol y la bebida, no se lo pensó, se puso de rodillas y se la chupo sin problemas. Entonces el vio que la tenia donde quería, y la dijo que si se dejaba follar por el, la invitaba a mas. Y así fue. Se la follo y bien follada.
Luego, cuando su mujer, nuestra amiga y mi mujer se fueron otra vez al baño, fue para lo mismo, pero esta vez, se quedaron ellas dos solas. Y fue su mujer la que le comió el coño a mi mujer hasta que se lo limpio bien limpio de la lefa de su marido e hizo que se corriera mi mujer, pues no lo había hecho cuando el tío la había follado. Por eso cuando se reunieron los tres en la barra, el la acaricio mientras comentaban lo que habían hecho. Lo bien que lo habían pasado.
Termino por contarme, que cuando subimos a su habitación para hacernos la última, que pensaban proponerme follar los cuatro, pero que al ver el estado de mi mujer no quisieron seguir. Y que eso era todo. Una noche vieja inolvidable para ellos. Que sentía mucho haberme dejado fuera, pero que había surgido así. Que mi mujer no estaba en sus plenas facultades, pero que tampoco estaba tan borracha como para no saber que hacia.
Yo estuve mirándole todo el rato, como escuchando un relato que no me concernía. Aunque al final me di cuenta, que era un cornudo. Y que la verdad sea dicha, tampoco me molestaba mucho. Al contrario, coji al vuelo su segunda preposición e intentaría aprovecharme de la situación .