Noche excelente (II)
Una pareja continúa los juegos iniciados en el jacuzzi, acompañados de las diabluras que pueden hacerse con chantilly.
Mientras estuvimos en el jacuzzi una parte la pasamos hablando acerca de cómo llevábamos las cosas, nos sinceramos platicando de cómo nos gustaba hacer el amor, posiciones, mamadas etc, otra parte tocándonos y besándonos. Pasamos de nuevo a la cama y la acosté boca arriba, cogí la crema chantilly con sabor a fresa dibujándole un sostén (brasier) y una tanga con hilo dental, el cuadro era perfecto, la combinación de olores, olor a sexo cargado de mujer en celo, y el agradable aroma de fresa, un postre que incitaba a no dejarlo pasar. Comencé comiéndome la crema y chupando con mucha picardía las tiras que había dibujado del sostén que empezaba en sus hombros, cada vez que a ella se le salía un gemido de placer, me iba a su boca para pasarle de lengua a lengua la crema chantilly y probara el néctar de su propio placer.
Mi lengua rodeaba y lamía la crema por todos los "tirantes" de su sostén, luego por debajo de sus senos delineando el perfecto dibujo que había hecho en ella, hasta que fui subiendo la montañita de una de ellas y luego continuar con la otra, pero de una forma lenta y pausada sin llegar al pezón, cuando llegó la hora de tomar ese botoncito rosadito se estremecía de placer, me entretuve tamaño rato en esa área, hasta que seguí el caminito que había trazado con la crema del centro de sus tetas hasta el ombligo donde hice una parada de rigor, pues ahí había una montañita de chantilly. Posteriormente igualé la misma estrategia con su dibujo de tanga, empecé por los tirantes donde ella se retorcía de placer y pedía a gritos que no aguantaba más, que la dejara de torturar y le metiera la legua en su rajita de una vez por todas, pero no le hice caso y continué con la tortura.
Al rato me concentré en su monte de Venus, y entre sus piernas una cantidad considerable de crema chantilly con sabor a fresa que le tapaba toda su conchita. Proseguí con el castigo de placer más sabroso, mi lengua rodeaba y recogía la crema alrededor de su vagina, y se mezclaban los sabores del cual me excitaba al límite, de fresa con sus juguitos, que eran chorros de chorros los que le salían. La llevé al éxtasis más grande de toda esa noche, sus gritos, sus movimientos, sus juguitos, eran la prueba fundamental de que lo estaba disfrutando al límite. Luego la puse boca abajo, y volví a dibujar la tanga en su rabote, y comencé de nuevo el suplicio de sensualidad por su parte trasera. Como lo que le había dibujado era un hilo dental, proseguí por el canalito, cuando llegué a su ano me detuve tamaño rato y le metía la legua dentro de ese huequito que estaba completamente dilatado, luego le saqué la lengua e introduje un dedo, luego el segundo, y ella se retorcía del placer que sentía, con que facilidad entraron los 2 dedos y se movían dentro de ella.
Proseguí con la tarea de las lamidas recorriendo la crema chantilly hasta llegar de nuevo a su cuevita donde el tormento volvió a posesionarla y trastornarla. Luego me unté crema en mis 22 y se la introduje muy lentamente hasta hacerla llegar un par de veces, luego la alcé tomé de frente c/u de sus piernas en mis brazos y se la metí tomando el control, la movía a mi antojo de arriba para abajo mientras ella se retorcía en un continuo calambre donde se la habían juntado varios orgasmos a la vez, la retorno de nuevo a la cama y violentamente ella me vuelve boca arriba y me dice posesamente, ahora me las vas a pagar todas juntas en una sola vez, y comenzó a untarme la sabrosa crema con sabor a fresa, haciendo un caminito que salía de mi boca, bajaba por el pecho y una gran montaña que tapaba el pene con sus testículos. Comenzó su trabajo de recoger poco a poco todos los residuos de chantilly siguiendo el caminito que había trazado, en ese momento entendía el por qué ella disfrutaba y se retorcía, pues ahora en carne propia lo vivía. Cuando llegó a los 22 tomó muy en serio su trabajo de cocinera y pastelera (recuerda que tiene un negocio de catering service) c/u de los residuos de la crema los limpió con mucho cuidado, sin dejar la pasión de lado, me enloqueció y sacó de quicio, me llevó al éxtasis, pero todavía no era todo, me volvió de espaldas y con la misma me pagó con la misma moneda. Hizo un caminito lo siguió hasta llegar al ano, pero antes se detuvo en mis nalgas apretadas y velludas a disfrutar del sabor que le ofrecía mi cuerpo y el sabor a fresa, metió su lengua en mi ano y que placer más satisfactorio, volvió a untar crema y me metió el dedo entre el culo, que sensación más agradable, mientras hacia eso tomó mis 22 y los sacó hacia atrás (recuerda que estoy boca abajo) y comenzó la tortura de nuevo, limpia y da placer simultáneamente a una verga que llevaba más de 3 horas de uso continuo. Me volvió de nuevo boca arriba untó chantilly en los 22 y como sólo ella sabe hacerlo en un lapso de 10 minutos volvió de nuevo a sacarme la leche introduciéndosela en su boca completamente excitada. Era el fin de 4 horas de placer con sabor a fresa nunca disfrutados de esa manera anteriormente, esta chica se sale de todas las especificaciones de fabrica con que he estado.