Noche en casa del novio
Su Mamá prácticamente nos cachó al final.
Hola de nuevo…
Pues ya puesta vengo a contarte una anécdota mas del novio de México.
De nuevo el lugar casa de sus padres. De noche. Solo su mamá en su habitación en la planta superior mientras nosotros nos quedamos en la sala. Las luces apagadas.
Para eso yo ya iba preparada, aprendo rápido. Así que me puse un sujetador blanco y una panti de encaje y moñito blanco al frente y tela lisa atrás. Por cierto, que fue una que me regaló mi Madre. Mis jeans más ajustados, azul oscuro a la cadera. Una blusa blanca con el escote en v, un poco suelta a partir de la parte baja del busto hacia abajo y las mangas un poco abullonadas. Una chamara azul cielo.
En su casa nos quitamos las chamarras y nos acomodamos en los sillones. El definitivamente es muy cachondo así que siempre que estábamos solos metía mano y pues a mí me gustaba así que no ponía peros.
Lo rico era que no era de meter mano y ya. Le gustaba abrazarme y pegarme a él, besarme, acariciarme el cuello con lo labios, pasar sus manos por mi cintura, mi cadera y mis nalgas. Le encantaba poner sus manos ahí y apretarlas, siempre me decía que le encantaban.
Entre beso y beso, me acomodo debajo de él, y yo paso mi pierna sobre sus caderas y él se acomoda justo en medio de mis piernas para dejarme sentir lo duro que se pone. Nos besamos lento, me gusta sentir sus labios, su lengua, que al mismo tiempo toque mis senos sobre la ropa, bajo la blusa, meciéndonos un poco. Excitándonos lentamente.
El se levanta un poco y me quita la blusa dejándome con el sujetador, baja las copas y pone su boca sobre uno y luego otro. Dejándome húmeda con cada chupada, dejándome sentir la ligera frialdad del ambiente. Yo levanto su playera para que se la quite y quedemos piel con piel. Acaricio su espalda mientras muevo mi pelvis contra él. No besamos entre caricias, baja por mi cuello poniéndome chinita del gusto que me da.
De repente me pide que lo espere y sube a su habitación, cuando baja trae consigo un sleeping bag y lo acomoda en el suelo entre el sofá y la mesita de centro. Nos acomodamos ahí donde tenemos mas espacio. Antes de ir sobre mi de nuevo se quita el pantalón quedando solo en bóxer. Así que me quito los jeans quedando solo en panti. El de nuevo se acomoda y seguimos acariciándonos. Mi panti ya se siente húmeda. Siempre me he puesto húmeda muy rápido.
Baja sus manos por mi cuerpo, disfrutando cada curva que encuentra, diciendo lo mucho que le gusta mi cuerpo. A mi me gusta escucharlo, me hace sentir muy bien. Muy sexi, muy mujer.
Cuando se topa con mis pantis las baja y lo ayudo doblando mis piernas para que las quite por completo. Y estando así, con las pernas dobladas baja y me besa, pasando su lengua por toda esa raja, abriéndola un poco y buscando mi clítoris con la lengua. Lamiendo hacia abajo hasta llegar a mi coño y jugar con su lengua ahí. Su pulgar masajeando mi clítoris, yo excitadísima, cerca de venirme por primea vez esa noche. Cuando intercambia y pone su boca de nuevo en mi clítoris y mete un dedo en mi coño, estando bien mojada entra bien y me bombea al tiempo que me chupa el clítoris dando lamidas rápidas. Que rico es el oral. Sentir esa lengua suave y mojada en mu clítoris hinchado y sensible. Su dedo acariciándome por dentro, haciendo que salgan mas fluidos de mi coño. En dado momento sube el ritmo y me vengo con su dedo dentro, lo saca y lame cada gota que encuentra ahí.
Se baja su bóxer y se acomoda sobre mí, me besa, estamos piel con piel. No teníamos condón en ese momento así que no podíamos tener sexo con penetración, pero eso no era impedimento. Acomodo su pene entre mis pliegues y comenzamos a frotarnos. Que delicias es eso. Es muy sensual. Mis piernas enredadas en sus caderas, el llevando el ritmo, acariciándonos y besándonos, por momentos mirándonos a los ojos o adonde estábamos unidos. Que excitante momento. Mi mejor recuerdo de con él.
Después de haber tenido mi orgasmo yo estaba sensible, y el bastante cerca, en un pequeño momento surgió el clásico de solo la puntita, y se acomodó, yo lo veía mientras con su mano se alineaba a mi coño, y con su cadera empujaba ligeramente. Que rico es sentir como te abren de a poco. Solo duró unos omentos porque yo no deje que siguiera, así que continuamos solo frotándonos, el bajó su mano a mi clítoris y mientras se mecía mas rápido me masajeo para hacerme legar una vez más, cuando sentí algo caliente en mi pubis. Nos quedamos un momento ahí, sintiéndonos. En serio que rico. Su semen sobre mí.
Después de un momento se levanto para buscar con que limpiarnos, y estábamos empezando a vestirnos cuando su mamá se acerco a las escaleras desde la planta superior y le gritó, pegamos santo brinco del susto, recogimos todo lo mas rápido y fuimos hacia la cocina, mientras él le contestaba, estoy segura que se dio cuenta, lo bueno que no bajó.
Mientras me vestía en la cocina, buscaba mi panti que no encontraba, pues resulta que la tenía el y quería quedársela. Como pude se la quite, no iba ir sin nada bajo los jeans.
Después me llevó a mi casa donde nos despedimos con mas besos. No queríamos dejarnos, habíamos pasado un buen rato y habría podido ser mejor.
Ese día dormí con una enorme sonrisa.
A mi me ha encantado recordar esta anécdota. Si volviera a verlo seguro que terminaba lo que quedó pendiente.
Lo que me gustaba de él es que a parte de cachondo era un caballero, de esos de los que te abren la puerta, los que te cuidan mientras caminas en la calle, están atentos a ti. Eso es bastante sexi en un hombre.
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Nos vemos pronto…